Nuevo cap!
Me gusta la dirección que está tomando... aunque también es muy triste conforme se van asentado las ideas.
Capítulo 5
"Aliados"
Al fin tenía un motivo. Algo de lo que agarrarse. Tenía que traer de regresó a Entrapta. No de regreso en realidad. Tenía que empezar a hacer las cosas bien. Empezó a comer de nuevo, poco a poco, pero no se ocupó mucho en eso.
Por fin se había enterado cómo es que había podido pasar casi dos semanas encerrada. Lonnie había hecho que Scorpia logrará que DT se hiciera pasar por Catra ante los ojos de la Horda y del propio Hordak. No había nadie en la Horda con la suficiente astucia y ambición para suplantarla, demasiados asustados de sus arranques de ira y sus garras.
Había encontrado que Scorpia no se había desecho de Emily, y comprendía que el robot le tuviera miedo. Lo que no comprendía era cómo un robot podía tener miedo.
—¿Entonces? —
—Suena divertido y la paga es buena. Cuenta conmigo — Le sonrió con picardía — No creí que volvieras a salir de esa celda —
Catra gruñó después de contarle el plan a DT.
Se arregló, se vistió de nuevo en su papel de comandante, se miró a su espejo de aluminio pulido una última vez y miró sus ojos vacíos. Ya no tenía lágrimas para dar. Salió junto a su escuadrón de elite. Nadie la cuestionó. Era bien sabido que eran de sus pocos consentidos. Iba en una misión de reconocimiento, para explorar rumores sobre Plumeria. Catra, Scorpia, Lonnie, Kyle, Rogelio, Roy y un robot de asistencia. Apenas cabían en el esquife.
—Hemos entrado en territorio Rebelde, sino recibes nuevas órdenes en ocho horas, ataca Plumeria con todo lo que tengamos y que arda — Fueron las frías y desapasionadas órdenes de Catra para Octavia, a quien había decidido dejar a cargo en su ausencia. Octavia había tragado duro. Apagó la transmisión.
Todos bajaron del esquife y siguieron en silencio la caminata. Después de caminar un par de horas, al fin llegaron a la parte de los bosques que daba a Luna Brillante. Miraron un momento el paisaje, sin estar lleno de tanques y guerreros cansados, era claramente extraordinario.
—Wow, mi castillo nunca se vio así — Comentó Scorpia.
—Yo seré quien hable, no importa qué — Ordenó Catra.
Todos asintieron y siguieron su camino. En cuanto llegaron a los terrenos propiamente del castillo, todavía pudieron ver las estatuas de lianas, raíces y flores que representaban a Entrapta y Adora. El corazón de Catra se contrajo y cada parte en las cuales se había roto, sangro. También aumentó su culpa y la especie de determinación que había adquirido. Era más un tipo de salvavidas. Lo único que le quedaba para no volverse loca o dejarse llevar por la muerte.
Por fin, una comitiva de sorprendidos guardias los rodeó. Ellos no llevaban armas, ni armaduras, solamente iban en sus usuales uniformes. Se dejaron cachear y atrapar.
—Su Majestad… Creo que tiene que ver esto —
—General, estamos en medio de una importante reunión de Guerra. Lo que sea, puede esperar —
—Alguien solicita su presencia, mi Reina —
—Cualquiera con poder para solicitarme, está ya en esta habitación ¿Quién más podría ser? Que espere —
—Lo siento, majestad… Es la Comandante de la Horda, Catra —
El silencio que cayó sobre toda la habitación era tan denso que hasta Frosta sintió frío. Glimmer no lo podía creer. ¿Cómo osaba? Su madre la vio y comprendió.
—¡No, Glimmer! —
Bow no espero nada más, igual que la reina, en cuanto Glimmer se desapareció corrieron a la puerta y al salón del trono. Todas las demás, después de un segundo, reaccionaron y los siguieron.
Catra estaba contra la pared, con todas las lanzas dirigidas hacia ella.
Glimmer se había materializado, la vio rodeada de los guardias reales, en el centro de su pequeña comitiva. Scorpia y Rogelio a los flancos, seguidos de Kyle y el otro chico, Lonnie más a su derecha y el robot tranquilamente en la parte de atrás. Entonces se salió de su estupor y la atacó. Catra tenía las manos atadas, igual que todos los demás, así que saltó para esquivar, pero Glimmer la atrapó en el aire. Todos se habían movido para ayudarla pero con una mirada de su comandante retrocedieron.
—Glimmer, bájala — La voz de Angella era gélida.
—¿Cómo te atreves a aparecer por aquí, Basura Hordiana? —
Catra no le respondió, en cambio se dirigió a la reina.
—Pido una audiencia en privado con la dirigente de la Alianza de Princesas —
Glimmer no pudo contra su presunción. Además de todo, la ignoraba. ¿Cómo se atrevía? La apretó con más fuerza y de nuevo Scorpia hizo ademán de moverse.
—No te muevas — Le ordenó Catra entre dientes. Y con pesar Scorpia retrocedió.
—Comandante Glimmer, bajé a la comandante Hordiana — Le dolió. Por sus ojos empezaron a correr las lágrimas. Arrojó a Catra al piso, a los pies del trono y la reina contuvo un suspiro. Los guardias obligaron a moverse a los demás hordianos al centro y los amenazaban con las lanzas.
Todos estaban bastante tranquilos, Kyle miraba maravillado todo, medio escondido entre Lonnie y Rogelio. Los guardias los obligaron a arrodillarse cuando estuvieron directamente frente a la reina y Catra se intentó incorporar pero no la dejaron.
—No tienes ningún derecho a venir y exigir nada aquí, comandante —
—No estoy exigiendo nada. Bajo las ancestrales reglas de hospitalidad, pido el derecho de todo etheriano de tener una audiencia ante la princesa que escoja en caso de necesidad — Todas las princesas bufaron, indignadas y algunas incluso tomaron posiciones de combate.
—Ese derecho se te ha revocado en vista de tus acciones y crímenes — Catra no se amilanaba, sabía que esto no iba a ser fácil. Y estaba tan vacía, que una paciencia avasalladora la llenaba, que más tenía que ver con la total indiferencia al paso del tiempo.
—Sólo el concejo en pleno puede juzgarme por mis acciones antes de sentenciar que sean crímenes — Angella estaba impresionada muy a su pesar por la habilidosa lengua de Catra.
—¿Qué te hace creer eso? —
—Su Majestad, usted lo ha dicho. Soy la Comandante de la Horda, y en nombre de la Princesa Scorpia del Ancestral Reino Escorpión, pido audiencia. No soy una civil que pueda ser juzgada por la voluntad real. Mi rango exige al concejo en pleno —
Mermista, Netossa y Glimmer estaban en pie de guerra. Abiertamente hostiles. Pero todas respetaban demasiado a la reina. Frosta se mantenía bastante neutral, como correspondía a una princesa de su calibre y Spinerella y Perfuma miraban sin ánimos de pelea.
—Es obvio porque Hordak te escogió como su Segunda — Catra no lo había pensado. Esa podría ser la impresión que cualquiera pudiera tener. Hordak no la había escogido, ella había llegado hasta su lugar. Sintió que de nuevo no fuera suficiente por sí misma, todos veían a Hordak a través de su habilidad y no su propio nombre. Como si esa rata de laboratorio la hubiera descubierto — De acuerdo, siguiendo las ancestrales reglas de hospitalidad y atendiendo a tu rango, se te concede una audiencia, pero no será privada. Habla ahora, comandante, ante la Alianza en pleno —
Catra decidió que era lo mejor que podría obtener, y era mucho más de lo que esperaba. Estas tontas princesas, dejándose regir por estúpidas y viejas reglas. Todos guardaron silencio.
—Bien— Respiró profundo y miró a Scorpia, que la motivo con un movimiento de la cabeza — Vengo aquí a ofrecer mis servicios a la Alianza, a cambio de su ayuda —
Sus palabras desataron una respuesta furiosa. Las princesas neutrales cada vez podían mantener menos esa postura.
—¿Ayuda? ¿Servicios? —
—Para terminar de una vez y por todas, con esta guerra. Y su ayuda… para rescatar a Entrapta —
—¿Cómo te atreves? ¡Es tu culpa todo lo que está pasando, es tu culpa que Adora…! —
Tenía que ser la estúpida princesa brillosa. No podía llorar en medio de toda la Rebelión.
—Pido que se libere a mis compañeros. Hemos venido desarmados y en paz — No hizo caso de Glimmer pero sus palabras la taladraban. No podía dejarse llevar. Esto no era por ella. Ella misma ya no importaba. Lo que dijeran, lo que creyeran, ya no tenía importancia. Todo era cierto. Pero no los dejaría ver cuánto la afectaba. La reina dio una cabezada y los guardias soltaron a todos. Catra, sin embargo, no se levantó.
—He desertado, y ellos están conmigo. Pueden juzgarme por lo que he hecho, pero ellos solo han cumplido con su trabajo, así como sus guardias. Sin embargo, antes de juzgarme, querrán usarme para derrotar a Hordak —
—¿Por qué crees que te necesitamos para eso? —
—Porque ya no serán necesarias más vidas… tengo un plan — Y le hizo un gesto a Roy para que se adelantara.
Todos los guardias observaban sus movimientos. Cuando se puso al lado de Catra, miró a la reina e hizo una reverencia exagerada y teatral. Cuando se levantó, en vez de parpadear horizontal lo hizo vertical, y la reina dio un paso atrás. Después de un segundo y que una bruma negra rodeara al soldado hordiano, una segunda reina estaba frente a todos. Exclamaciones de asombro llenaron el recinto.
—Su majestad, soy Double Trouble y estaré al servicio de Catra —
—Ellos son leales a mí — Repitió Catra. Lo único que estaba buscando era mantener su posición para poder seguir con vida por lo menos para salvar a Entrapta.
—DT se hará pasar por mí dentro de la Horda. Dará mis órdenes y nos mantendrá al tanto de los planes de la Horda, para poder preparar un ataque y terminar con esto de una vez por todas… —
La reina seguía impresionada. Ahora había dos Catras literalmente junto a ella. Ante un gesto de Catra, DT regresó a ocupar la forma de Roy, pues no estaba dentro de sus planes que conocieran tan pronto su apariencia real.
—¿Por qué estás haciendo todo esto? —
—Ya no tengo nada que perder… —
Namaste
