Hey!

La verdad es que este capítulo fue sencillo en el desarrollo, pero tengo que ir planteando las bases de la trama más a largo plazo. Espero que sea visible pero tampoco obvia.


Capítulo 7

"Copycat"


Glimmer se despertó cuando su cabeza azotó contra el piso con un sonido sordo. Catra se inquietó pero no se despertó, la noche aún estaba oscura y Glimmer se levantó sobándose el cuello y la cintura, le dio una última mirada a Catra, su mirada guardó compasión por un segundo, para después tornarse dura de nuevo. Caminó en silencio hacia su habitación.

Con la luz clareando los pasillos, Catra se despertó y regresó a su propia habitación, que era inmensa en su opinión. Su habitación como Segunda de la Horda no tenía ningún parangón con esto. Su ropa de la Horda estaba hecha un desastre, una parte de ella ya no quería nada de la Horda y necesitaba ganarse aunque sea el beneficio de la duda entre las tontas princesas. Miró qué ofrecían los armarios y cajones que esa habitación poseía. Tenía que admitir que la Rebelión era prolija, la Horda no consentía así a sus prisioneros… si es que los tomaban. Había ropas de todo tipo.

Casi todo eran colores claros y pastel, pero había unos pantalones ajustados negros, con una línea dorada corriendo en los exteriores a la cintura. Un jubón bermellón… solo le cortó las mangas y el escote que le gustaba. Decidió que la corona ya no era necesaria y se acomodó y cepilló el largo cabello después de una corta ducha para que algunos mechones cayeran a los lados de su rostro, pues lo sentía muy expuesto. No importaba cómo se sintiera o si es que ya no sentía nada, tenía que demostrar a sus enemigos, y a sus posibles aliados, que seguía siendo la Comandante de la Horda. Volvió a ponerse sus guantes desiguales y su chaqueta del Desierto Carmesí.

Desestimó su desayuno y solo tomó la bebida que le llevaron, demasiado suave para su gusto. Después supo que era un té. Cuando entró al salón del Consejo de Guerra, Mermista le dedicó una mirada especulativa y una sonrisa sardónica antes de desviar la mirada de nuevo a la mesa llena con marcadores del avance hordiano.

Glimmer se mantuvo más callada esta vez, puntualizaba cosas y ya. Toda la reunión se dedicaron a hablar de datos técnicos de la Horda. Cuántos efectivos, robots, puestos de avanzada, maniobras. Catra dio todos los datos de memoria. La Reina y la General seguían preguntando y solamente Scorpia tuvo que corregir dos de los datos, por los cambios ocurridos durante las dos semanas de Catra ausente.

Catra no se desesperaba, respondía todo desapasionadamente, su mirada vacía pasaba sin ver por las caras de los presentes. La Gran Hechicera Castaspella estaba ahora en el lugar de su hermano, y nadie podía negar la cara de disgusto que tenía. Pero la Reina Angella era implacable. No permitió a nadie desviarse del tema de la reunión y cuando obtuvieron toda la inteligencia necesaria, a petición de Catra, realizaron un simulacro de la defensa falsa de la Rebelión en Drill, solo por si su misión se alargaba más. Incluso la General se mostró asombrada ante las tácticas de Catra.

Cuando interrumpieron la reunión para el almuerzo, todas las princesas se replegaron juntas. Pero Frosta se acercó emocionada con Scorpia, que estaba junto a Catra en su habitación, ya que a ella le tocó la guardia.

—Wow, siempre he pensado que tus pinzas son impresionantes. ¿Puedes romper cosas o solo… cortarlas?— Scorpia miró extrañada a la niña y después a Catra, y esta solo le respondió con un movimiento dismisivo de la mano.

—Eh, sí, cortar, romper… creo que todo—

—¡Asombroso! ¡Quiero probarlo!— Entonces Frosta creó unas pinzas de hielo, que eran capaces de abrirse y cerrarse sin que el hielo se rompiera.

Catra se alejó del exaltado par y se acercó a la ventana y miró al vacío con nostalgia. Por simple curiosidad acercó la garra del índice derecho al espacio libre, y apenas a unos centímetros de rozar el "borde", una ligeras chispas hicieron vibrar el aire. Era una solución muy elegante para su encarcelamiento. Frosta permaneció un rato más con ellas pero se retiró para cenar con el resto de princesas.

—Pareces estar mejor, gata montes— Scorpia se acercó a Catra y movía sus pinzas nerviosamente, la gata le respondió con un ligero gruñido —¿Estás lista para ir a Isla Bestia?—

—Seguro—

—Catra… ¿Crees que Entrapta estará bien?—

—Si es una isla llena de tecnología de los Primeros, vamos a tener que arrastrarla fuera de ahí— El comentario llano le sacó una pequeña sonrisa a Scorpia.

—Me gustaría que Emily pudiera acompañarnos— Ninguna dijo ya nada, ambas mirando el vacío. Pero el vacío que miraba Scorpia era otro, mucho más lejano y profundo que la aciaga tarde de Luna Brillante con su cielo insondable; un vacío que le rompía el corazón. Entendía que Catra había muerto junto con Adora. Su rabia, su fuego y su pasión, y con ello, lo mejor y lo peor de la gata.

Después de un rato más sin decir nada, Scorpia se retiró a su habitación, para encontrar a Kyle y Rogelio recostados juntos con nuevas ropas, aparentemente hablando y viendo a Lonnie a través de un dispositivo. Los miró con una mueca añorante y tierna.

Esa noche, Catra se presentó otra vez frente a la puerta y esta vez dudó un poco antes de acostarse en el frío y duro suelo, no porque le importara. Había soportado peores castigos y peores lugares donde dormir en la Horda. Su mano izquierda reposó en el picaporte, del dedo índice al anular, todavía le faltaban las garras, que eran una masa grisácea empezando a formarse de nuevo sobre la carne lacerada. Las garras que le faltaban en los pies seguían el mismo patrón. Cada paso dolía, pero el dolor la confortaba, la hacía centrarse. Al final, bajó la mano sin abrir la puerta y volvió a apretarse en el suelo lo más que pudo contra la rendija.

Glimmer se teletransportó fuera de su habitación, para encontrar a Catra, no sabía si lo esperaba o no. Se acercó en silencio y se sentó en el mismo lugar que la noche previa. La cola era la única parte de Catra que se movía de repente, y a ratos sollozaba, pero jamás se despertaba. Glimmer se sentía acompañada, sabía que Bow sufría también, pero no era lo mismo.

Poco antes del amanecer, Glimmer se escabulló a su propia cama y se dejó envolver en esa calidez durante el poco tiempo que tenía antes de que la llamaran para la misión.

Bow se apareció un rato después, llamando a la princesa brillante para que despertara, él estaba muy emocionado por el viaje en sí mismo. Ya que estaba orgulloso de poder poner a punto la nave de Mara. Glimmer se dejó contagiar un poco de su entusiasmo, irían a una aventura y rescatarían a Entrapta. Su mamá había confiado en ella y era un nuevo día.

Cuando llegaron al salón principal, ahí estaban los hordianos desayunando. El chico lagarto devoraba unos pasteles y el chico rubio se veía divertido.

—Catra, por favor… Gata montes, tienes que comer. Vamos a la misión—

—Por última vez, Scorpia, no quiero nada—

Catra estaba muy delgada y Glimmer no lo había notado. Ni siquiera se molestaba en gritarle a Scorpia, solo estaba más allá del fastidio, una actitud que ni siquiera Mermista podía igualar. Cuando la gata se dio cuenta de quién venía, dejó de "discutir" con Scorpia y solo por hacer algo con las manos, agarró algo de comer y empezó a masticar.

—Ya todo está listo, después del desayuno nos podemos ir, Comandante Glimmer—

—Bien, Maestro Bow— Y el par de mejores amigos sonrieron, con más intenciones en la mirada. Siempre habían sido dos, y ahora les faltaba una. Era ya casi un mes sin Adora.

El cambio de ropa de Catra y los otros hordianos no paso desapercibido pero nadie dijo nada.

Kyle abrazó a Rogelio antes de irse, para quedarse después al lado de Perfuma, a quien le tocaba la guardia.

—Mucha suerte, amigos. Encuentren a Entrapta y regresen sanos y salvos. Estoy segura que el universo nos ayudará—

Después de mucho revisar y analizar la nave, Bow había descubierto el panel principal que la había despertado y puesto a funcionar. Scorpia, Rogelio y Catra ya estaban dentro de la nave. Bow subió y por último Glimmer, quien llevaba a la espalda, una de las recurrentes pesadillas de Catra. Despegaron con algunos inconvenientes y después de unas cuentas sacudidas, la voz ligeramente femenina de la nave, les indicó que ponía rumbo al depósito de desechos denominada Isla Bestia.

—Espero que no pretendas que viajemos así el trayecto completo, Bow— Le increpó Catra en medio de las quejas de todos los demás. Bow se rio nervioso.

—No, todo saldrá excelente—

Una nueva sacudida desmintió sus palabras y provocó que la espada cayera de la espalda de Glimmer y fue cuando Catra la vio.

—¡¿Qué haces con esa cosa!? ¿Por qué la trajiste?— La felina se alejó a la pared más lejana y Scorpia y Rogelio la intentaron cubrir.

—¡Es el arma más poderosa que tenemos todavía, además de que vamos a una isla con tecnología de los Primeros!— Le gritó Glimmer de vuelta.

—¡Precisamente! Esa espada solo crea problemas cuando está junto a la tecnología de los Primeros— Le regresó.

—También nos ha ayudado mucho en otras situaciones— Bow intervino antes de que la pelea se pusiera peor.

Catra la miró con ojos enormes y temblando, trató de esconderse detrás de Scorpia.

—Es tu culpa y lo sabes, lo que estás haciendo no traerá de regreso a Adora— Le increpó Glimmer a la gata con voz queda y venenosa, mientras tomaba la espada para volver a colocársela en la espalda.

Scorpia miró molesta a la princesa Comandante, Catra recuperó el porte solo porque era lo que siempre hacía, nadie debía de ver su debilidad, y mucho menos Glimmer, pero sus palabras siempre eran certeras, duras rocas que daban en el blanco cada vez.

—No tienes porque decir eso, Glimmer—

—¡Bow, por favor! No te atrevas a defenderla— Los tres hordianos escuchaban en silencio. No podían decir nada contra la princesa. —Ella ocasionó todo, y si ahora tenemos que ir a rescatar a Entrapta es porque ella la mandó a ese ahí en primer lugar—

El arquero miró hacia fuera, rascándose incómodo la cabeza.

—Eso es cierto, pero no es el momento. Tenemos que enfocarnos en la misión y trabajar juntos si queremos ser capaces de rescatar a Entrapta… Catra, ¿Qué nos puedes decir sobre Isla Bestia?—

Catra respiró y al fin dio un paso al frente. Debía de admitir que el arquero era demasiada buena persona.

—Todo lo que existe en esa isla intentara matarnos. No confíen en nada de lo que vean—

Siguieron hablando más pero Catra se mantuvo lo más lejos posible de Glimmer y la espada. Scorpia, Bow y Rogelio en cierto punto empezaron a hablar de otras cosas. Scorpia de verdad parecía estar mejor. Iban camino a rescatar a su amiga y Bow, Perfuma, Kyle y Rogelio eran geniales. Frosta había hablado con ella y por Etheria que esa niña era muy sabia para su edad.

Catra solo miraba al vacío desde la ventana. No sentía ningún interés por la plática de los demás y Glimmer estaba sentada sobre la silla del capitán en el puente, tratando de generar runas en el aire que se desvanecían sin ningún efecto.

Cuando al fin arribaron, todos bajaron con precaución. Rogelio y Scorpia sumamente nerviosos y asustados, vestidos con sus uniformes de la Horda de nuevo. Las escamas de Rogelio estaban ligeramente erizadas, lo que le daba un aspecto bastante curioso.

—Vamos, par de cobardes— Ordenó Catra con voz apagada y la siguieron sin cuestionar.

Bow y Glimmer se miraron entre sí. Habían visto a Catra pelear, la habían visto a punto de tener dos ataques de ansiedad, la habían visto furiosa y violenta, pero en realidad jamás la habían visto liderar y pronto se dieron cuenta que sus pasos ligeros eran iguales a los de Adora.

La Adora que surgía en medio de la batalla, que no era torpe ni dudaba, que iba por delante y pensaba fríamente sin importar las dificultades y tomaba las decisiones pertinentes. Con la cola relajada, los hombros ligeramente echados para atrás, y la cabeza girando para observar a su alrededor, podrías superponer una figura de Adora a la de Catra. Y Glimmer sintió un frío pinchazo cuando su cerebro lo hizo.

Era diferente las orejas y la cola y la altura, pero esta era la silueta de una Capitana de la Fuerza y no había ninguna duda. El modo en el que se desenvolvía Catra, los movimientos fluidos, las indicaciones certeras a sus soldados, todo era una copia de Adora. La sonrisa de suficiencia, que indicaba que por mucho que fuera una Isla que hasta a la Horda le daba pesadillas, Catra disfrutaba estar al mando. Era la misma sonrisa de salvaje gozo que se formaba en la cara de Adora antes de una batalla. Y Rogelio y Scorpia se movían fluidamente al lado de su comandante. Habían dejado de temblar y ahora eran cautos y eficientes soldados, extensiones del cuerpo y el cerebro de su oficial al mando.

Y fue cuando Glimmer cayó en cuenta, que si podía reconocer a una Capitana de la Fuerza viendo a Catra, pero no a Scorpia, es que entonces las similitudes no eran porque hubieran recibido el mismo entrenamiento. Era porque Catra y Adora se conocían desde niñas, habían crecido juntas, y seguramente se conocían tan bien como ella misma con Bow. Glimmer podría organizar ataques sorpresa con Bow en medio de la batalla solo con mirarse a los ojos, y sus movimientos eran fluidos y sincronizados porque sabían exactamente cómo se movía el otro. Catra y Adora eran iguales. Jamás podrías adivinar si esa sonrisa ladeada de suficiencia era de Catra o de Adora. ¿Quién le había copiado a quién?

Catra además de todo, movía las orejas, pendiente de los sonidos conforme avanzaban y se adentraban en el bosque amenazante, y fruncía la nariz, claramente olfateando. Rogelio abría la boca de vez en vez y con señas concisas se comunicaba con Catra, que parecía confirmar lo que el lagarto le compartía. Scorpia llevaba la cola bastante arriba, con el aguijón dispuesto.

Bow también era un gran vigia. Glimmer sentía todo los vellos de los brazos erizados. Había algo muy malo en esa isla, algo… malo no era la palabra correcta. Algo perturbado y pervertido. Toda la isla y su naturaleza eran una perversión de sus símiles en tierra firme. Y la magia que corría por sus entrañas era negra y húmeda y se arrastraba, buscando.


N.A.

No estoy segura si el siguiente capítulo lo subiré el miercoles o hasta el siguiente viernes, supongo que depende de si resistiré la tentación, porque aunque corto, ya está casi listo. Este mismo quedo un poco más largo que los demás.

Glimmer tendrá que enfrentar muchos más sentimientos conflictivos y confusos. Y Catra simplemente seguir soportando la existencia.

Sus reviews siempre me suben el animo :3

Guest: si te hice llorar, ya esta hecho mi trabajo con este fic nwn

Namaste