Hey!

Aquí con el nuevo capítulo, la verdad es que ya no podía esperar más para subirlo. Desde el capítulo pasado les quería compartir la playlist que tengo hasta el momento para esta historia. La mayoría están centradas en el sentir de Catra, si tienen alguna sugerencia, me encantaría conocerla.

youtube com/playlist?list=PLVzeNJgj8kJ3ZV-EwmzAmlPikpZTk6rgf

(solo cambiar el espacio por un punto después de "youtube")

Sin más los dejo, notas al final.


Capítulo 8

"Equipo"


DT estaba aburrido. Ser el Segundo al mando de la horda no era tan divertido como lo había pensado, pero conocer los recovecos de la Horda era algo curioso en sí mismo y sin duda, representar el papel de Catra, era un constante esfuerzo. Saber con certeza que tan duro, hostil y volátil ser, además de seductivo, sarcástico y elocuente. Nadie de los Capitanes parecía darse cuenta de lo que pasaba. Y se sorprendió al descubrir que a pesar de que Catra era hermosa, nadie se atrevía a mirarla, ni al rostro, ni a ninguna parte, más que cuando ella hablaba y ni así nadie se atrevía a desviar la mirada de su rostro.

Su interacción con Hordak era seca y directa, rendía informes y Hordak solo afirmaba. Le parecía alguien tan plano, se preguntaba de verdad cómo es que un ser tan vacío, había logrado derribar al reino Escorpión y a su vez poner al resto de reinos en jaque.

Pero no había juzgado mal la situación, ponerse al servicio de Catra le traería el renombre y la remuneración que alguien de su talento merecía.

Catra sentía las entrañas revolverse a cualquier sonido inusitado, sus soldados la seguían, confiando en su juicio para tomar las decisiones. Aunque no estaba segura que fuera confianza la palabra que debía de utilizar. El entrenamiento y el condicionamiento dentro de la Horda era muy difícil de evadir a partir de cierta edad, y ellos habían pasado esa edad hacía mucho tiempo. El miedo y el respeto a la autoridad era la base de todo el sistema. Si cualquier cadete le gritara a Catra una voz de mando, seguramente ella reaccionaría antes de darse cuenta. Especialmente a las órdenes de "¡Firmes! ¡Saludar! ¡Descansen!", propias de los inicios y términos de los entrenamientos.

Scorpia le había susurrado ya varias veces si es que no había escuchado un extraño murmullo entre los árboles, o un tipo de ligero chirrido. Cada vez, Catra la había mandado callar con un movimiento cortante de la mano.

No tenían que divagar, estaban en constante peligro de muerte. Una avalancha de Pookas los había atacado ante la indiscreción del arquero. Rogelio los destrozaba con sus garras, igual que Scorpia, que además incapacitaba a los que podía con su aguijón, y Glimmer atacaba con presteza utilizando la espada de poder pero los estaban superando, eran demasiados. Catra ocupaba su lucha cuerpo a cuerpo y su látigo para mantenerlos a raya, creando un ángulo con los otros dos hordianos, al ver que estaban superando a los Rebeldes, se movieron para incluirlos en su defensa, pues Bow había sufrido una mordida y no podía pararse bien, la princesa miraba desesperada a su alrededor.

—¿No puedes hacer algo mejor, princesa?— Le escupió Catra en medio de la pelea, los tres hordianos eran grandes guerreros, pero pronto los superarían por simples números y estamina.

—¿Y a dónde quieres ir?—

—¡A cualquier lugar lejos de aquí! ¡No tiene que ser demasiado! ¡Solo tienen que dejar de seguir nuestro rastro!—

—¡Necesito tocarlos a todos! ¿Sabes?— Y Catra recordó que Glimmer necesitaba estar en contacto con lo que fuera a teletransportar.

—¡Ya oyeron a la princesa, muévanse!—

Y entonces se movieron de acuerdo a la orden, cerrándose poco a poco. Bow los ayudó disparando unas cuantas flechas más. Otro pooka alcanzó a Rogelio en un brazo y Scorpia apenas podía mantener su posición y la de Rogelio. Catra estaba en todas partes, pateando, golpeando, batiendo el látigo, pero respiraba pesadamente. Su cuerpo resentía la falta de alimento y ejercicio del último mes, se sentía pesada.

—¡Basura hordiana, tengo una idea, pero necesito unos segundos!— Catra miró con cansancio a Glimmer, apreció la determinación en su rostro y asintió.

—¡Hazlo entonces, Chispitas!—

Bow estaba en el centro, chillando y ayudando como podía, Rogelio gruñía con dolor y atacaba con la cola. Scorpia demostraba su gran valor como peleadora. Glimmer se concentró unos segundos que a todos se les hicieron eternos, su magia brillaba desde sus extremidades hacia su pecho y conforme el brillo se concentraba, ocasionó una esfera de poder que después de absorberlos, explotó. Ellos fueron expelidos unos metros unos de otros, sin embargo los pookas más cercanos a ellos yacían muertos o desmayados, y los más lejanos chillaban escapando sin control pero se estaban reagrupando rápidamente. Catra instaba a todos a moverse rápido.

Scorpia cargó a Bow para llegar con Rogelio, Bow agarró el brazo de Glimmer porque ella sostenía la espada, mientras la princesa le ofrecía su palma abierta y vuelta hacia arriba a Catra, que por un momento dudó. En cuanto tomó la mano de la princesa, se teletransportaron y solo un furioso pooka que se había enganchado a la capa de Glimmer en el último momento, había reaparecido con ellos. Ante la sorpresa y el susto, la pelirosa blandió la espada, sin realmente sostenerla y salió fuera de su mano, yendo directamente en trayectoria hacia Catra, que en el mismo segundo la estaba tratando de esquivar y Scorpia se estiraba para intentar alcanzarla y Rogelio se giraba sobre sí mismo para mandar a volar al pooka con la cola. Justo antes de que la espada atravesara el muslo de Catra, simplemente la golpeó con la parte plana.

Catra estaba segura que la punta de la espada se le iba a enterrar, la pinza de Scorpia no llegaría lo suficientemente pronto y Catra aún estaba cansada como para moverse más rápido

La espada había variado el ángulo solo un poco, lo bastante para golpearla en vez de abatirla.

—Uff, menos mal. Creía que no alcanzaría a llegar… ¿de verdad nadie escucha ese sonido? — Scorpia empezó a hablar y decir más cosas, pero Catra solo le prestó atención a esas palabras. Ella había visto claramente como Scorpia no había ni rozado la espada.

Detestaba este lugar, detestaba la magia, detestaba la perenne sensación de tener a alguien mirando por sobre el hombro, detestaba esa espada y detestaba a Glimmer por haberla traído.

—Ten más cuidado, ¿quieres, princesa?— Solo Catra podía lograr que una palabra fuera un insulto y todavía sonara suave a la vez. Le devolvió la espada y Glimmer la recibió en silencio, ligeramente apenada por su desliz.

Después de atender a los heridos como pudieron, siguieron su camino. Se enfrentaron a unas cuantas bestias más, pero ya no luchaban como dos equipos distintos, sino que empezaron a sincronizar más, presentando una defensa sólida. La felina los guiaba con precisión gracias a sus sentidos, y poco a poco, Bow la obedecía tan bien como Scorpia, y Glimmer simplemente sucumbía a la sinergía del equipo. Incluso en determinado momento, Catra tomó con el látigo a una cosa peluda y con tentáculos, miró a Glimmer y siguió el giro y soltó a la bestia con un giro de muñeca para que Glimmer lo acabara con un puño de brillos.

Se sentían con un poco más de confianza entre ellos a pesar de las heridas. Scorpia había picado ligeramente a Bow en la pierna, que se le había adormecido lo suficiente para que pudiera apoyarla sin sentir mucho dolor. Y el moreno le agradeció con una sonrisa sincera que sonrojó a Scorpia de puro gusto. Pocas veces sus habilidades naturales eran bien recibidas.

Ahora que se movían como un solo equipo, se les presentaba un nuevo obstáculo: tres bichos gigantescos, parecidos a los que resguardaban el Faro, que le hicieron recordar a Glimmer acerca de Light Hope. Eran inmensos y aunque un poco torpes, tenían que moverse rápido, solo las garras de Catra y la espada de poder les hacían daño, así que la gata y la princesa rápidamente sincronizaron ataques. Catra sufría horrible con cada zarpazo al tener todavía tiernas las garras que se había arrancado y los dedos le sangraban, manchando el látigo y sus guantes. Una de las garras de los insectos iba a atravesar a Catra y Glimmer estaba a su lado y aunque había intentado protegerla con la espada, no había sido lo suficientemente rápida, cuando sintió como su mano era llevada más allá por la espada misma y bloqueó el ataque, a costa de su propia defensa, lo que le iba a costar caro.

Un destello y un grito de batalla los distrajeron a todos. Y salvaron a Glimmer. Ante el atacante misterioso y su envite, los insectos retrocedieron. Catra y todos se prepararon, porque desconocían esta amenaza, pero cuando la persona se bajó la capucha de la rudimentaria capa, Glimmer dejó caer la espada y cayó de rodillas al piso con las manos en el rostro. Y el hombre de cabello largo y entrecano, gran musculatura y densas cicatrices, empezó a negar y llorar. Los hordianos bajaron la defensa, confundidos, y fue cuando escucharon a Bow murmurar.

—El Rey Micah… — Y Catra entonces cuadró las imágenes planas de los murales de Luna Brillante con el hombre frente a ellos.

—¿Glimmer?— Él fue el primero en poder hablar.

La princesa al fin recuperó el habla y la movilidad y se lanzó a los brazos de su padre, que seguía llorando.

—¡¿Papá?! Papá! ¿De verdad eres tú?—Sollozaba en sus brazos. No entendía nada y las otras cuatro personas se veían realmente apenadas, incomodas.

—¿Qué haces aquí, mi niña?— Y la volvió a mirar, consternado, confundido, feliz, hecho un caos —¿Cuánto tiempo tuvo que pasar para que seas una mujer tan grande y hermosa?— Dijo con la voz quebrada y llorando más que la propia princesa.

—Ca-casi 20 años, papá— Y Glimmer se apretó más a él.

—¡No puede ser! ¿Y cómo es que estás aquí? — Y reparó en Rogelio y Scorpia, que habían llevado sus uniformes de la Horda porque se sentían más cómodos en campo con ellos.

El rey levantó una mano, de la cual un círculo de magia relampagueó amenazante.

—¡Mi hija no sufrirá lo mismo que yo a causa de la Horda del Mal!—

—¡No, papá, detente!—

—¡Rey Micah, alto!—

Bow y Glimmer se habían puesto frente a los hordianos, protegiéndolos y los tres se miraban nerviosos entre sí, ligeramente a la defensiva. Micah apenas tuvo tiempo de detenerse antes de soltar el hechizo, se detuvo pero sin bajar la mano.

—¡Ellos vienen con nosotros, papá!— Glimmer se llevo una mano al pecho y con la otra los señaló a los tres.

—Pero son hordianos...—

—Es una larga historia, majestad, pero le aseguramos que está bien. Vienen con nosotros— Bow ayudó con su voz tranquila.

—Majestad, soy Catra, Comandante de la Horda, me he puesto al servicio de la Reina Angella y la Rebelión para terminar con esta guerra. Ninguno de nosotros tenía idea de que usted estaba aquí— La gata dio un paso al frente para no dejar que los dos rebeldes los defendieran solos y se inclinó deferente.

—La Comandante… — Rápidos destellos pasaron ante sus ojos y todos pudieron ver como el peso de las palabras calaba en él, pero sin saber en realidad cómo lo estaba afectando.

—Rey Micah, nosotros venimos para rescatar a una amiga, la princesa Entrapta ¿La ha visto?—

—Sí, sí.. la he visto, ella está… se adentró en la parte central de la isla— Dijo no muy convencido.

—Papá… — Glimmer de nuevo corrió a su lado. Las lágrimas no habían dejado de caer por sus mejillas, estaba tan confundida y feliz, atemorizada. Se abrazó a su pecho y lloró un poco más. El Rey también lloraba y parecía cada vez un poco más centrado.

—Mi niña, Glimmer, mi princesa— Adoración y un infinito alivio es lo que llenaba la voz del hombre.

En algún momento tendría que lidiar con todo el peso de estas pocas y asombrosas noticias. La nueva Comandante hordiana, traicionando a la Horda, ¿Eso que implicaba para Shadow Weaber? La maestra que le enseñara todo lo que lo había ayudado a sobrevivir en esta isla infernal, y al mismo tiempo, la culpable de que se hubiera perdido toda la vida de su hija. Y su esposa, por fin, poder verla después de tanto tiempo.

—Tenemos que movernos, estamos expuestos— A Catra le agradaba saber que esta sorpresa no sería un lastre, aunque detestaba que fuera un hechicero también.

—Así que… La Comandante de la Horda, eh—

—Así es, Majestad—Cuando Catra no dijo nada más, Scorpia intervino.

—Estamos para ayudar, Su Majestad—

—Tú me pareces conocida...—

Ya todos habían empezado a caminar y de momento, Bow era el que había tomado la espada y la había metido a su carcaj, porque Glimmer estaba encandilada y colgada del brazo de su padre.

—Quizá conoció a mi… familia. Soy Scorpia—

—¿La princesa del reino Escorpión?—

—Así es… pero en realidad era Capitana de la Fuerza, y ahora estamos junto a la Rebelión— Sonreía y su jovialidad era contagiosa.

Rogelio se les adelantó e hizo un gran discurso lleno de ademanes, gruñidos y exclamaciones. Micah lo miraba asombrado y todos se miraron entre sí extrañados. Incluso Catra y Glimmer compartieron una mirada interrogativa, a la cual Catra se encogió de hombros.

—¡Vaya! No tenía idea ¿Entonces fue tu idea venir, Comandante?—Catra dio un paso atrás.

—¿Lo pudo entender?— La verdad es que hasta Rogelio lucía sorprendido.

—Por supuesto, la mayoría de hechiceros podemos entender el reptiliano sin problema—

—Eh… Sí, tenemos que rescatar a Entrapta para cambiar la situación de la guerra. Y no la vamos a encontrar sino seguimos avanzando—

—Muy bien… vayamos a mi campamento y ahí podremos trazar la ruta—


Muy bien, ¿Qué tal os ha parecido?

Lo cierto es que no ha quedado tan emotivo como pretendía, pero me ha gustado como se desarrolla la escena. Los siguientes capítulos también serán duros, me he centrado más en Isla Bestia de lo que pensaba. Todavía habrá que esperar un poco para ver a Entrapta.

También quiero agradecerles infinitamente por los reviews, los favs y follows. Me emociona un montón siempre las notificaciones nwn Además de lo que me alegra saber que estoy manejando lo mejor que puedo a estos increibles personajes.

Y bueno! Esto merece alguna clase de celebración! Les cuento un poco, vaya de verdad estoy emocionada. Tiene como 15 años que escribo, y no he publicado todo lo que he escrito, pero hace como 9 años, publique unos one-shots y luego pasaron muchas cosas no gratas de recordar y no publique nada más hasta 2019 y pfff! mi vida se hizo cachitos de nuevo, entonces entre idas y venidas y otras one-shots más, mis otras dos historias en emisión, no han superado hasta el momento el cap 8. Entonces de verdad esto es algo grande para mí.

Por Raava, Glob y Etheria, debería de estar escribiendo más para ponerlas al corriente.

Los veo el próximo martes!

Namaste.