Hola!

Solo un capítulo pequeño para ir tanteando el fondo.


Capítulo 9

"Glim"

Catra estaba impresionada sinceramente por el rey. Era ciertamente raro, comiendo arañas radioactivas o lo que sea, sin embargo era fuerte, era poderoso y su magia simplemente no le ponía los pelos de punta. Lo que agradecía internamente.

Llegaron a una especie de cueva entre las raíces de grandes árboles.

—¿Y entonces ahora están tratando de recuperar a la princesa Entrapta para derrotar a la Horda?—

—Así es, Majestad, Entrapta es la mejor inventora y científica de Etheria—

—Es muy impresionante, la última vez que la vi fue justo antes de la batalla. Es una pena lo que le pasó a sus padres… —Catra prestó atención a su pesar.

Era cierto que la Horda estaba conformada con lo que quedaba de la población del reino Escorpión y en su mayoría civiles capturados y huérfanos adoctrinados. Era díficil pensar en las princesas como huerfanas también, pero Glimmer misma había sido huerfana de padre hasta hace unas horas, Entrapta había perdido a sus padres en la Gran Batalla de Luna Brillante, igual que Scorpia. Y ahí tenían a Frosta, gobernante de su propio reino a la edad de 12 años. Muy poco Catra se había preocupado de pensar en las princesas como personas normales con problemas. Aunque tampoco se había tragado eso de que eran peligrosas instigadoras.

Después de reagruparse y que el rey les ayudará a sanar sus heridas a Bow y Rogelio, avanzaron con la moral más alta que al principio. El rey estaba emocionado y de repente agarraba a Bow por las mejillas y varias veces ya les había preguntado sino eran alucinaciones. Glimmer le juraba que todo era real y no podía esperar a que su mamá se enterara de esto.

— Y entonces el zumbido se hizo tan fuerte que no podía escuchar a los demás y cuando vi, ya estabamos todos rodeados por esas tiernas y aterradoras criaturas—

—¿Verdad que son atemorizantemente lindas?—

—¿Los pookas?—Micah miró con dudas a Bow—Mmma, tal vez, saben muy bien rostizados pero les gusta cazar en grupos inmensos y son difíciles de atrapar... ¿Tú escuchas el sonido?—

—Casi desde que llegamos—

—Esperen ¿De verdad esta ese sonido?— Catra estaba un poco hastiada de tanta plática, habían perdido el buen ritmo de avance por una caminata por el parque.

—¿Qué es?—

—No estoy seguro… pero cada vez lo escuchas más, te llena de incertidumbre y hace que avances al centro de la isla. Nunca me acerco para allá, pero la princesa Entrapta se ha movido cada vez más… el sonido a veces murmura cosas— De pronto la charla animada se desvaneció y el rey Micah adquirió un tono ominoso, perdido, místico en cierto grado.

—Te dice cosas que pueden ser ciertas o no, y no saber la diferencia, hacer caso a las peores posibilidades, es lo que lo hace tan peligroso. La isla sólo quiere hacerte ser parte de ella—

—¡Papá, ya no pienses en eso! En cuanto tengamos a Entrapta, regresaremos a casa. Podrás ver a mamá, y a la tía Casta— Le dijo Glimmer animada, temerosa de que su padre se concentrará en pensamientos negativos.

Él le sonrió, mirando a los demás. Scorpia y Bow le ofrecieron cálidas sonrisas y Rogelio asintió emocionado, diciendo algo. Pero Catra no ayudó mucho. No tenía sonrisas que ofrecer ni ánimo que dar, lo único que podía hacer era fingir no estar tan rota y ofrecer una máscara seria en vez de una de desdén o totalmente hastiada. La seriedad era lo mejor que tenía.

—Entonces lo mejor será que nos apresuremos, Chispitas—

Continuaron avanzando y una especie de serpiente gigante los atacó, entre todos lo pudieron ahuyentar.

—¿Qué es ese sonido?—

—¿Ahora también lo escuchas, Bow?—

Scorpia y Bow estaban asustados, mirando a su alrededor. Rogelio se cubría los oídos y después empezó a gruñir y gemir desesperado a los pies de Scorpia, quien espantada vio que unas lianas la estaban enredando, se las cortó y salió corriendo.

—¡Scorpia, vuelve, demonios!— Catra corrió por ella mientras el caos se desataba.

El rey estaba de rodillas, murmurando rápidamente, Glimmer lloraba intentando liberarlo pero Bow también estaba cayendo presa de las vainas. La princesa tomó la espada, intentando cortar con ella las lianas, pero tan pronto las cortaba, volvían a crecer y más bajaban.

—Nunca encontraremos a Entrapta nosotros solos… la dejamos atrás, no volvimos por ella, se lo debíamos incluso sino lo había logrado… igual que dejamos atrás a Adora… no podremos hacer esto sin ella...—Murmuraba el arquero sin detenerse.

—¿Es todo real? No podré mucho más con las alucinaciones, cada vez son peores… 20 años sin ver a mi familia… no quería creer en las lunas para medir el paso del tiempo… todo lo que perdí… —

—¡No, papá, Bow!— Imploraba Glimmer desesperada, mirando a los dos hombres perder el brillo en la mirada, dejándose consumir por sus peores miedos y tristezas—¡Saldremos de aquí, todo estará bien! Tienen que ser fuertes!—

Rogelio yacía en el suelo, ya casi totalmente cubierto por las lianas. Apagado, inmóvil, con débiles lágrimas rodando por sus escamas.

—¡Por favor, por favor!— Pero la espada se le había escapado de las manos y ahora yacía sobre el regazo de su padre.

De algún modo, era cómodo, recorfortante estar de nuevo con él. Se sentía pequeña de nuevo, pues eran los únicos recuerdos que tenía con él.

—¿Cómo pensamos que podíamos venir aquí y rescatar a nadie sino pudimos ayudar a Adora? Dejamos atrás a Entrapta cuando ella fue a rescatarnos… mi madre tenía razón, todo lo echo a perder… no soy una comandante, solo una niña tonta e impulsiva—

—¡No sabía que eras tan indulgente, Brillitos!—

Catra apareció y empezó a cortar con sus garras las vainas que envolvían al rey y la princesa y a provocar a Glimmer. Scorpia fue por Rogelio, una vez su propia crisis de susto se calmó, cortó las lianas y se lo echó al hombro mientras iba por Bow que también ya estaba casi en el suelo.

—¡Aguanta, amiguito, no te dejaré aquí!—

Las garras de Catra eran un suplicio. Sólo podía cortar bien con la mano derecha, pero estaba tan acostumbrada a ataques combinados que movía la mano izquierda antes de recordar sus heridas, de las que no había dicho nada porque detestaba demostrar debilidad. No podía mantener el ritmo de corte con una sola zarpa, por lo que contra todos sus instintos, tomó la espada de poder del suelo junto a Glimmer y la usó, sin prestar atención al ligero brillo que emitió la piedra rúnica de la espada.

—Vamos, Glimmer. ¡Adora no quisiera ver como te dejas morir aquí, levántate, lleva al rey con tu madre, reúne a tu familia! ¿O eres solo la tonta princesa que esta isla quiere hacerte creer que eres?—

Scorpia tenía ya a Bow y Rogelio, los dos sobre el mismo hombro para poder usar la otra pinza para defenderse si hacía falta. Catra ya había logrado sacar a Glimmer de las lianas pero faltaba el rey, totalmente envuelto.

—¡Maldición, Glimmer, reacciona! ¡Tenemos una misión y tú eres la maldita comandante a cargo!—

El coraje en el pecho de Glimmer reaccionó a los insultos motivacionales de Catra. El brillo de la espada resplandeció con más fuerza y la princesa unida a la Roca Lunar también resplandeció, sus ojos y su cuerpo, con la luz púrpura que Catra ya había visto en otras ocasiones. El resto de las lianas retrocedieron y el paño en los ojos del rey desapareció.

—Rápido, hay que movernos de aquí—

Glimmer después de dejar de brillar, vio la espada en la mano de la gata y como la piedra turquesa seguía brillando un poco. La espada no había hecho nada mágico desde que Adora no estuviera. Y como la gata se la ofrecía, la tomó, todavía un poco en automático. En cuanto la espada se separó del contacto con Catra, dejó de brillar.

—Vamos, jefe, las escamas me pican aquí—

—Sí, para la próxima espero que no salgas corriendo como una cadete primeriza—

—Lo siento mucho… esas lianas me susurraban cosas horribles—

—Como sea, creo que tengo el rastro de Entrapta. Por acá—

La gata empezó a avanzar pero la detuvieron de la muñeca. El siseo que emitió fue instintivo y el despliegue de las garras igual, Scorpia se movió nerviosa, levantando tentativamente una pinza. Glimmer no reaccionó a todo eso.

—Gracias— y la soltó.

Los ojos bicolores solamente se concentraron un momento en la mirada lila.

Estaban avanzando de nuevo, siguiendo el rastro que Catra había detectado, ahora más concentrados en la misión. Todos se agitaron cuando una nueva amenaza se presentó como una vibración continua en la tierra. Tenía que ser algo grande y terrible para producirlas.

Una bestia mecánica, de casi 4m de alto los pasó por encima.

—¡Esa es Trapta!— Gritó Scorpia con todos sus pulmones, lo que despertó a los otros dos sobre su hombro con un sobresalto —¡Entrapta, nena, aquí estamos!— y corrió.


Así al fin se encuentran con Entrapta! nwn

Namaste