Hey! Bueno, técnicamente ya no es viernes, pero aquí estamos. Deseo que les guste uwu
Capítulo 15
"Fiesta"
Los reyes estaban bastante satisfechos con el avance de los preparativos. El castillo y la mayoría de los reinos estaban vueltos locos. No había una celebración así desde la coronación de Frosta, casi 3 años atrás. Y una coronación en Luna Brillante era por fuerza, más pomposa y solemne.
Castaspella estaba revolucionada, no había una coronación en el castillo desde la boda de Micah, hacía 30 años y todo tenía que ser perfecto. Además la coronación podía tardar hasta un año en prepararse y ahora todo tenía que estar listo en sólo cuatro días. Y Glimmer se rehusaba a salir de su habitación. Nada podía estar peor.
Los reyes habían intentado hablar con su hija pero los había echado de la habitación entre gritos y lágrimas. No les quedaba más remedio que mirar como Bow era el único que podía entrar y salir de la habitación pero no les decía nada.
Y del otro lado estaba Catra.
Estaba dormida, un poco en posición supina y le dolían los brazos, pero eso no era extraño. Se sentía muy bien, descansada. ¿Había estado soñando? No lo recordaba, sólo le quedaba la vaga sensación de una pesadilla que había terminado en un buen sueño. Había demasiada luz.
—Adora… deja de jugar. Quiero dormir… —Adora tenía que estarla molestando de nuevo con una lámpara para que despertara.
Esperó, y esperó.
No hubo respuesta.
¿Por qué Adora no le respondía ni se reía? Ahí estaba todo su aroma, envolviéndola, tenía que estar frente a ella.
—Adora… —
Y fue cuando la realidad la golpeó. Adora jamás podría jugarle otra broma. Ni acariciar sus orejas, ni su cola en la forma en la que solo ella sabía. Jamás podrían competir otra vez juntas. ¿Cómo había podido olvidarlo aunque sea por unos segundos? El corazón le sangraba por todas las heridas abiertas que cada vez era más difícil que se cerraran. Respiró profundo, conteniendo el sollozo y el llanto. Le había costado toda su voluntad y la poca sanidad que le quedaba reconstruirse después de que Glimmer le restregara en la cara que había al fin terminado con Adora en el Desierto Carmesí. Glimmer.
Después de Shadow Weaber, Hordak y Adora (lo que había creído malamente de Adora) era muy difícil que Catra odiara a alguien en verdad. Pero Glimmer se estaba ganando su puesto a pulso.
El sonido de las aves y las cascadas eran relajantes para sus oídos. Se concentró en eso un poco más en lo que trataba de recuperar la compostura. Abrió y cerró los puños y los bíceps le dolieron. Al fin abrió los ojos y se encontró en el nido de Adora. Todo su aroma la rodeaba. Sus dedos acariciaron el suave material del colchón. Scorpia estaba salivando al lado de ella, recargada en parte en el catre. Del otro lado estaba su pintura, arrugada y manchada de sangre. Su sangre, recordó. Bajo una de las pinzas de Scorpia estaba el libro. Puro masoquismo la impulsó a sostenerlo de nuevo. Acarició la portada casi con temor.
Adora era tan nerd. Obviamente que había tenido que sintetizar todo lo que había pasado para intentar comprenderlo. Pero solo con las primeras páginas ya estaba llorando de nuevo. Leer ese libro no sería fácil. Pero lo haría. Tenía mucho que aprender y al parecer, había varias partes sobre ella misma. Ella tampoco habría sobrevivido sin Adora en la Zona del Terror. Era lo único que siempre había valido la pena.
Acarició las letras como si de la propia mano de Adora se tratara.
Entonces tomó conciencia de sus heridas. Por eso le dolían los brazos. Se había abierto heridas profundas y se había lacerado la piel del pecho. No era capaz de recordar el dolor de su carne, todo lo que podía recordar era el grito de su alma. Se dio cuenta que las vendas la cubrían y vagamente se preguntó quién la habría atendido. Scorpia no podría ser capaz de un vendado tan eficiente con sus pinzas. ¿Bow, tal vez? No le importaba el hecho de que la viera desnuda, no cuando la privacidad era algo inexistente en la Zona del Terror, sino que ahora le debía algo al arquero y detestaba deber cosas.
Recordó haberlo arañado en la cara. No fue a propósito. Ella no quería dañarlo, solo que la soltara. Los propios movimientos de su forcejeo habían derivado en esos rasguños. Agachó las orejas al sentirse culpable y apenada. Bow siempre era amable con ella e intentaba de verdad hacerle las cosas más sencillas. Y le daba su espacio, algo que agradecía demasiado.
Y aquí estaba una vez más con Scorpia. Se había quedado a cuidarla y una vez más la calmó cuando ella misma no podía. No importaba que fuera con su veneno.
Por la posición de la luz, ya debería de ser pasado medio día. No recordaba la última vez que había dormido tanto de seguido. Alguien tocó a la puerta y Scorpia apenas se inmutó. Catra se limpió las lágrimas, pero no sé atrevió a darle el paso a nadie. Esta no era su habitación. Después de esperar un poco más, Bow se atrevió a asomar la cabeza.
—Eh… Buenos días, Catra— Dijo en un tono moderado cuando vio a Scorpia dormida. Bow tenía la mirada brillante —Por un momento fue como venir a despertar a Adora— Entró a la habitación con paso inseguro.
Catra agachó la cabeza y las orejas ante la mención de la rubia. No le respondió al arquero, que carraspeo incómodo.
—Disculpa… Se que no te gusta hablar de ella— Catra lo miró y al ver los rasguños sobre la piel morena, apretó más las orejas y la cola se enroscó sobre su propia pierna bajo la manta.
—No es eso… Sigue siendo muy difícil de aceptar— Dijo en un tono de voz apenas audible —Lo siento… No quería lastimarte—
Pero Bow le sonrió, comprensivo y se rascó la parte de atrás de la cabeza, casi incrédulo de escuchar las disculpas de la gata.
—Sé que no era tu intención… no tienes que disculparte por eso. Yo… he estado triste también. La extraño. Perdona que dejara que Glimmer llegara tan lejos. Le había pedido que te dejara en paz. Ella solo… también extraña mucho a Adora y está molesta porque siente que es su culpa— Catra solo bufó escéptica. Las palabras de Bow eran bienvenidas en su mayoría, y descubrió que en la pareja de ellos dos, Bow era Adora; dando la cara por Glimmer, defendiendo su buen corazón aunque quemara a todos los de fuera.
Quizás tenía más en común con la princesa de lo que le gustaría aceptar.
—¿Cómo podría ella sentirse culpable si no deja de afirmar que es todo culpa mía? No digo que no lo sea, lo sé bien, pero lo que dices no tiene sentido—
—Eso es porque… Glimmer es orgullosa, Catra, pero Adora era nuestra mejor amiga. No pudimos apoyarla cuando más nos necesitaba y quizá no sea nuestra culpa… pero se siente así de todos modos— Bow tomó la confianza de sentarse en el catre. Y Catra lo miró ceñuda e incrédula. —¡Wow! ¿Tú lo hiciste?—
Los ojos de la pintura de Adora se asomaban por debajo del libro en el regazo de Catra, y ésta se sonrojó. No quería que nadie viera sus pinturas, pero si Glimmer y Scorpia ya la habían visto, no veía porque Bow no. Además, ver esa sonrisa amable y expectante, junto a los rasguños en su rostro, solo la hacían recordar a Adora. Con las orejas lo más aplastadas que podía, sin darse cuenta de tal cosa, le pasó el lienzo a Bow.
La hoja era del material más grueso que había encontrado Catra en su escritorio, de un blanco marfil que absorbía bien las tintas, y le permitía jugar con los tonos.
Con un fondo incierto en naranja y verde opaco, sin duda un verde no orgánico, estaba plasmado un busto de Adora. Su cabello se mecía como si hubiera viento o acabará de voltear a verte, con los ojos brillando y una sonrisa radiante que abría sus labios en una risa muda. La expresión era de regocijo, emoción y pura felicidad.
—Jamás la vi tan feliz… Ni siquiera cuando probó la comida real en Thaymor por primera vez—
Recuerdos de humo y traición llegaron hasta Catra al escuchar ese nombre.
—Thaymor…— Catra apretó los puños.
—Se supone que Adora era nuestra prisionera. A Glimmer se le había terminado la magia peleando contra esas horribles arañas en los Bosques Susurrantes y tuvimos que caminar hasta acá, pero Thaymor estaba de paso y queríamos conseguir comida y noticias… había un festival, tú sabes, una fiesta, y cuando me enteré que Adora no sabía lo que era una fiesta, tuvimos que quedarnos. Nunca había visto a alguien tan emocionado por algo como Adora por la fiesta— Bow se río y una lágrima solitaria rodó por su mejilla, él no hizo ademán de que le importara ni por limpiarla, con la nostalgia brillando en su mirada y la alegría del recuerdo en los labios, siguió narrando, lo que para Catra era la más maravillosa de las historias y se permitió imaginarlo y saborearlo aunque sea unos momentos, alimentada por la alegría de Bow —Ahí conocimos a Swiftty… era solo un caballo más, Adora estaba tan emocionada como cuando Glimmer aprendió a teletransportarme con ella, claro que en ese momento no era Swift Wind… oh, ¡y nunca había visto a nadie romper una piñata de un solo golpe!— La palabra y la idea de que Bow celebrara la idea de romper algo le resultó tan extraña a Catra que tuvo que preguntar, olvidando el hilo de los recuerdos por un momento.
—¿Adora rompió algo y tú te emocionaste?— Le dijo totalmente extrañada. Bow dejó de admirar la pintura para mirarla, confundido —¿Qué es una piñata? ¿Comida?— Y ahí fue cuando Bow abrió los ojos, asombrado de nuevo de la terrible vida en la Horda.
—¿No sabes lo que es una piñata, una fiesta?—
—La única fiesta en la que estuve fue en el Desierto Carmesí…—
—¡No puede ser!— Se levantó melodramático y lanzó una especie de chillido compungido que despertó a Scorpia —¡No te lo puedo explicar, tienes que vivirlo!—
—¡¿Qué pasa, qué pasa?! ¡Estoy lista! ¡Capitán de la Fuerza reportándose!— Scorpia saltó aún medio dormida tratando cuadrarse. Bow estalló en una carcajada nerviosa.
—¡Lo siento mucho por derpertarte así, Scorpia! ¡Pero tengo mucho que preparar, las veré en un rato!— Y salió corriendo por las puertas, para apenas un segundo después volver a asomar la cabeza —Catra, lo siento, Glimmer quería supieras que si quieres, puedes quedarte con la habitación de Adora. Las veo después— y volvió a desaparecer.
—¿Puedes decirme qué es lo que acaba de pasar?—
—Flechitas cree que nuestra es miserable, nada más—
—Awww, estoy segura que Bow no piensa eso. Él es, bueno, como genial y un gran amigo—
—Por lo menos nuestra vida en la Zona del Terror—
—Yo nunca he pensado que lo fuera… Te pude conocer a ti y a Entrapta— Le respondió Scorpia en medio de una sonrisa tímida —¡Por supuesto que ahora todo es mucho mejor, con Perfuma y Mermista y Frosta y todos los demás!—
Ya era demasiado de emociones por un día y si su presentimiento era cierto, Bow iba a preparar algo que no le iba a gustar, pero tendría que soportarlo hasta encontrar el modo de pagarle el favor.
—Vaya, es realmente tarde… Deberíamos desayunar algo… ¡Desayuno en la cama! ¡No te muevas, Gatita Montes! Te traeré algo para que puedas desayunar— Entre Bow y Scorpia, la sobrecargaban. Por lo menos no estaba Entrapta también cerca.
Bow tenía que preparar todo para la fiesta, no podía creer que había olvidado que en la Zona del Terror no tenían tales cosas. En cuanto Perfuma lo vio corriendo de aquí para allá y se enteró de la razón, después de unas lágrimas horrorizadas, se dispuso a ayudarlo y pronto el resto de las princesas estaban ocupadas preparando una fiesta sin razón en uno de los balcones.
Como querían que fuera sorpresa, Perfuma le dijo a Scorpia que necesitaba que trabajara todo el día con Kyle y Entrapta. Para sorpresa de todos, Kyle estaba demostrando cierta habilidad técnica, ahora que no se sentía amenazado todo el tiempo y que estaba en un ambiente tan conciliador, parecía tener más confianza en sí mismo.
Bow, por su parte, para tener ocupada a Entrapta, le había pedido que mejorara el coeficiente de viscosidad de su flecha para que la baba no se rompiera tan fácil. A Rogelio era más fácil tenerlo controlado, ahí donde estuviera Kyle, él estaría, sino estaba haciendo ejercicio o dormitando en los jardines.
A media tarde, Bow volvió a visitar a Catra, que seguía recostada en la cama de Adora, pensando en todo lo que le había dicho el arquero, tentada de volver a abrirse las heridas al recordar la plática sobre Thaymor y todo, todo, lo que sería diferente ahora si tan solo hubiera escuchado a Adora. Pero no podía permitirse a sí misma caer en esa espiral de nuevo. Tenía una misión que cumplir.
—¿Cómo sigues, Catra?—
—¿Por qué haces esto?—
—¿Qué cosa?— Bow se estaba encargando de cambiar sus vendajes de los brazos. Y la gata solo se dejaba hacer, porque cada vez que lo veía a la cara, la culpa y la nostalgia la golpeaban —Creo que todo se ve bien, pero deberías ir a que te vea uno de los sanadores, podrías evitar las cicatrices...—
—Hablo de esto ¿Por qué te preocupas por mi?—
Bow se sentó de nuevo en el catre y guardando las cosas del botiquín, empezó a hablar sin ver a Catra a la cara, porque sabía que así era más fácil para Adora. Eran muy parecidas.
—Para empezar nos ayudaste a traer de regreso a Entrapta, al papá de Glimmer, nos rescataste a todos en Isla Bestia, y apenas puedo empezar a entender lo difícil que fue para ti estar ahí, con tu plan salvaste a todos los civiles de Drill y justo ahora estamos reubicando a la mayoría de pueblos costeros...—
—Y también te tiré por un precipicio y te ataque la primera vez que nos vimos, sin contar la pelea de Luna Brillante—
—Todo está en el pasado, ya no eres esa persona— Esta vez sí la miro directo a los ojos heterocromáticos —Por cierto… Lo que dije en la mañana es cierto, puedes quedarte aquí si quieres, creo que sería… lo adecuado—
Catra miró a su alrededor, había considerado la oferta, pero no estaba segura.
—Y oye, con todo, olvidé darte esto— Bow sacó de algún lugar una figurita de Adora y otra de Catra, todavía con su uniforme de la Horda y su corona. Catra no le había dicho nada a nadie acerca de la verdad que le habían desvelado los reyes. Solo le había contado a Scorpia y a Entrapta su noticia sobre su nuevo puesto en la Rebelión. Sus ojos se aguaron de nuevo —Yo todavía tengo a She-ra, sé que no te caía bien así que por eso...— Ella no dijo nada, solamente tomó el par de figuras —Ahora debo de ir a terminar algunas cosas ¡No comas nada, será grandioso!— Y se fue.
La gatita por fin pudo llorar y abrazar a la pequeña Adora.
Después de un rato, Catra al fin se levantó de la cama, se llevó con ella el libro, su pintura y las dos figuras, cuando iba a entrar a su propia habitación, vio a Glimmer al otro lado del pasillo, solo la miró con cansancio para meterse a la habitación y disfrutar de la soledad. Buscó una muda limpia y se bañó con una esponja para no mojar los vendajes de Bow. Se quedo mirando la corona que había decidido dejar en el olvido, como parte de su pasado en la Horda, pero ahora tenía nuevos significados. Justo cuando estaba decidiendo si tenía que ponersela otra vez o no, tocaron a su puerta. El crepúsculo se dejaba ver por los ventanales.
—¿Catra?— Ah, vaya, era la princesa flor —Bow me pidió venir por ti—
—Terminemos con esto de una vez, florecita— Era muy curioso como Catra usaba palabras que normalmente serían cariñosas para sonar desdeñosa y burlona.
—Excelso, de verdad no puedo creer que en la Horda no hagan fiestas—
—Bienvenida a mi mundo—
—Oh, eres muy amable, Catra. Oh, antes de que lo olvide, toma—
—¿Qué es esto?—
—Es una mezcla ancestral de Plumeria, es un té relajante, y lo otro es un ungüento para tus heridas— Seguramente a Scorpia se le había ido la lengua. Tendría que hablar otra vez con ella acerca de la privacidad.
—Bien— Asintió y dejó las cosas en su mesita auxiliar.
—No sabes lo emocionada que estoy de que todos ustedes puedan disfrutar de esta experiencia, es justo lo que todos necesitamos para celebrar de verdad todo lo bueno y luminoso que ha estado ocurriendo— Catra podría cortarse las orejas, pero mejor se mordió el interior de la mejilla —Scorpia va a estar tan emocionada. Tengo que darte las gracias personalmente por haberla sacado de la Zona del Terror contigo. Es cierto que los antiguos reyes de nuestros reinos no valoraron a la familia Escorpión pero veo claramente que fue un error. Scorpia está llena de luz, nunca había visto un aura como la suya— Y solo ante eso Catra pudo relajarse un poco. Si esto había valido de algo, era por lo menos para ver lo feliz que estaban sus amigos. Solo sentía que tenía que haber mandado de regreso a Lonnie, pero era la única en la que confiaba para el éxito real de la misión.
Si todo iba como hasta ahora, en pocas semanas podría traerla de regreso con sus amigos.
Cuando arribaron al balcón donde Bow había organizado todo, Glimmer estaba terminando de colgar unas lámparas de papel de los altos árboles. Había unas mesas repartidas por el espacio con más clase de comida de la que Catra había visto hasta ahora. No solo estaban ahí las princesas y sus amigos, también había algunos guardias, pero sin sus capas y cascos, algunos faunos y otros híbridos. Algunos tocaban música, otro de los misterios que había descubierto recientemente en Luna Brillante, otros danzaban, otros veían la gesta en escena de un pequeño teatro con sus títeres; ahí estaba She-ra derrotando toda una armada de la Horda.
—¿Qué te parece, gata?— Mermista se veía bastante satisfecha.
—¿Esto es una fiesta?—
—Es más como un festival, pero sí—
—¡Es asombroso!— Y Scorpia le robó las palabras a Catra para abrazar a Mermista, Frosta y Perfuma en el mismo abrazo. Glimmer y Bow se acercaban, sobándose los brazos, demostrando que ya habían pasado por el mismo proceso —¡No puedo creer que hicieron todo esto por nosotros!—
—¡Es para celebrar a la nueva próxima reina, nuestras exitosas misiones y que estamos todos juntos!—
—¡No puedo creer la cantidad de datos nuevos que puedo recopilar, esto es excelente!—
Todos estaban emocionados a su modo.
Catra cayó por la comida, era su mayor debilidad en Luna Brillante. No sabía como podría vivir de nuevo sin la carne.
—¡Hey, chicos! Esto es para ustedes, era la parte favorita de Adora— Catra y los demás se acercaron con recelo hasta una zona donde de unos árboles colgaban una serie de figuras redondeadas y coloridas. Bow tenía un bastón sin pulir en la mano. Varios niños se acercaron hasta ellos gritando emocionados y Catra encogió las orejas ante el ruido pero no dijo nada. Glimmer la miraba intensamente a ratos, pero no era capaz de sostenerle la mirada y tampoco le había dicho nada —Frosta, ¿Quieres hacer los honores?—
—¡Sí!— Dijo demasiado emocionada, pero se recompuso —Es mi honor enseñarlos a nuestros invitados como se procede— Tomó de manos de Bow el bastón y se acerco a una de las muchas piñatas colgadas.
Cuando el arquero vio cuál había escogido, corrió a desanudar la cuerda que la sostenía para poder maniobrarla y empezar a hacer mover la piñata, ante la emoción de los niños y algunos adultos que se le habían acercado, entre ellos Spinerella, Netossa y los propios reyes, que parecían más tranquilos de ver a su hija conviviendo con todos sus amigos otra vez.
—¡Adelante, Frosta!— Los hordianos miraban llenos de curiosidad, en especial Rogelio y Scorpia. La cola de Catra estaba casi recta hacia arriba y solo se movía la mera punta, demostrando lo concentrada que estaba también.
—¡Ah!— Y la princesa de las Nieves se lanzó a la caza de la piñata, que Bow se encargaba de balancear y maniobrar con la cuerda. Los niños gritaban emocionados y hasta Netossa motivaba a la princesa más joven.
Pronto, los hordianos entendieron que el fin de esto era romper la piñata, y el material era lo suficientemente duro para que después de cuatro golpes que Frosta había podido conectar, apenas se estaba cuarteando. Los gruñidos de Rogelio y los gritos de Kyle y Scorpia la animaban y Catra sentía una comezón en las palmas de las manos y algo en el centro del pecho, emoción.
Esto era de ellos. Ellos entendían de romper cosas. Una de sus pocas emociones en la Zona del Terror era hacer explotar metralla rodeada de chatarra y ver quién era el que recibía menos daño. Una vez la piñata se rompió, los niños se abalanzaron por lo que caía de su interior, al parecer, dulces, frutos y juguetes. Esto era maravilloso.
Había dos piñatas para cada uno.
Rogelio fue el siguiente en igualar el logro de Adora de romper de un solo golpe la piñata ante las feroces maniobras de Bow en su segunda oportunidad. Kyle solo rompió una y le dejo la otra a los niños. Catra disfrutó de cazar la absurda bola de colores y aplastarla con el bastón. Scorpia también rompió su segunda piñata de un solo golpe con tal explosión de fragmentos que todos tuvieron que agacharse pero antes de que Scorpia pudiera disculparse y apenarse, los niños corrieron emocionados pidiendo que los alzará en sus hombros. Todos tenían una gran montaña de dulces al acabar.
—No puedo creer que estos sean los mismo soldados que nos estaban causando tantos problemas—
—Creo que la Horda ha hecho más daños dentro de sus fronteras que en batalla—
Era como ver un corro de niños emocionados, presumiendo sus premios, sus músculos y todos relatando sus golpes favoritos. Se dieron cuenta que era una actividad para niños pero los Hordianos no podían estar más emocionados, sintiéndose por primera vez de verdad integrados con todos los demás. Los reyes miraban un poco apartados, lo cual les dio un panorama más amplio.
La actitud mucho más tranquila de Catra con Bow, Bow con sus rasguños en la cara, Glimmer conviviendo lo más alejada posible de Catra y si se llegaban a cruzar, se miraban solo un segundo y se desviaban de inmediato. Fuera lo que fuera, tendría que arreglarlo y pronto.
N.A.
Creo que todos nos merecíamos un descanso después del último cap.
El siguiente lo estaré el martes o miércoles y por fin abordaré la coronación y el capítulo estará más centrado en Glimmer.
Los reviews me hacen el día :3 gracias a todos, los que leen y comentan y le han dado follow y fav
Carpe Diem
