Evelynn se detuvo delante de un enorme dojo cuyo letrero decía Temple Teach, estacionando cerca. Tocó la puerta: le abrió un joven de pelo blanco y algunas cicatrices en el rostro que debía tener su misma edad. Este le sonrió. Era la sonrisa de alguien que no suele hacerlo con frecuencia, de hecho, desapareció pronto.
—Tú debes ser Evelynn, ¿no? Pasa— le extendió la mano —Zed.
—Un gusto.
—Kayn y Akali están terminando de entrenar, dales un segundo.
Se acercaron al área de entrenamiento, donde la rapera -vestida con ropa de combate- practicaba movimientos con un muchacho de pelo negro que debía tener su misma edad.
—Estás bastante oxidada, Kali— le dijo este con burla.
—Qué quieres que te diga, hace mucho que no entreno como tal, no tengo con quién.
—No te pongas idiota, Kayn— dijo un hombre que también debía tener unos 27, tenía el largo pelo castaño tomado en una coleta. También vestía ropa de entrenamiento —además, está defendiéndose bien, si fuera tu me preocuparía.
Pararon cuando la rapera notó la presencia de Evelynn, acercándose corriendo a ella y presentándola como Will Smith a su esposa
—¡Ta-dá! ¿Ven? Les dije que vendría. Más te vale que me agradezcas, Kayn.
—No te daré las gracias hasta que tenga todos los autógrafos, pero...si no te molesta...— el chico se acercó con un cuaderno —¿podrías…?
—Ah, claro, ¿lo quieres con tu nombre?
—Por favor. Kayn, con "ka" y "ye". Me gustó mucho "Villain".
—Me alegra que te gustara.
—Si ya terminaste de fangirliar— se burló Zed —yo tengo hambre.
—Deja al chico en paz, Zed, lleva mucho tiempo esperando a que Akali traiga a sus amigas— interrumpió el castaño con una risa.
—Vayanse a la mierda los dos, solo están celosos porque yo tengo un autógrafo y ustedes no.
—Sí, sí. Ah, espera, perdona mis modales— el castaño extendió una mano hacia Evelynn —Shen, un gusto.
—Evelynn.
—Si ya terminaron de presentarse— volvió a interrumpir el albino —¿vamos?
El local se llamaba Shina-soba y se trataba de un puesto de ramen bastante pequeño. Sin embargo, el tazón que le sirvieron a Evelynn era relativamente grande y de los mejores que había probado.
—Confieso— dijo Shen, que charlaba con la diva —que prefiero la faceta de Sona como DJ.
—No tienes idea— respondió Zed —Pentakill es genial.
—Coincido. Una de mis posesiones más valiosas es una chaqueta con sus firmas, los conocí cuando aún tocaban en bares— respondió Evelynn —Karthus ha sido una enorme inspiración para mí.
—Oh, vamos, ¿soy la única aquí que aprecia a Falconshield?— se quejó Akali tras tragar sus fideos.
—Eso parece, todos sabemos que Kayn simpea a…¿cómo se llama la vastaya?— Zed se rió. El pelinegro gruñó.
—Ah, te refieres a Ahri— dijo Evelynn —hey, en su defensa, todos pasamos por la etapa de simpear a Ahri. El problema es cuando la conoces mejor— comentó riendo.
—Solo creo que su canción es muy inspiradora— se defendió el chico —y ese poster lo compré porque estaba barato.
—Dejando de burlarnos de Kayn y su obsesión con las vastayas— interrumpió Shen —¿cómo ha ido todo, Kali? ¿las giras?
—Si ustedes dos no fueran tan boomer con las redes sociales y le hablaran más— se burló Kayn apuntandolos con los palillos —sabrían que le ha ido bien, pero estuvo enferma hace un par de semanas.
—Sí, la gripe te pegó feo— estuvo de acuerdo Evelynn.
—He estado bien, las últimas semanas han sido agotadoras, pero por suerte todo bien.
Siguieron poniéndose al día por otro rato,hasta que llegó la hora de irse. Kayn recibió las llaves de su amiga.
—Si quieres puedo ir a dejarla— se ofreció amablemente.
—Puedo encargarme de que esté Ahri, si quieres— la rapera le guiñó un ojo, este no dijo nada, pero se le notó agradecido.
En el camino de regreso, la más joven se atrevió a poner la mano sobre el muslo de su compañera mientras esta conducía, gesto que fue bien recibido.
Ninguna se bajó del vehículo, quedando en silencio por algunos segundos.
—Gracias— habló la mayor —por invitarme.
—A ti por ir, la pasé muy bien— respondió —no pensé que quisieras conocer a los chicos.
—Son gente a la que conoces de antes que a mi. Tenía interés en saber quienes eran.
—Fue lindo, les había hablado mucho de ti— admitió —así que tenían ganas de conocerte.
—Ha estado bien pasar más tiempo juntas— admitió Evelynn —me gustaría seguir haciéndolo, si no te molesta.
—Me encantaría.
Akali supo lo que pasaría apenas volvió a apoyar la mano en la rodilla de su compañera, pero no esperaba que Evelynn le empujara la nuca de semejante modo.
Ahri primero movió una oreja, luego, una de sus colas, después la nariz y, solo cuando su estómago protestó; abrió los ojos. Las siestas eran maravillosas, pero no podía -ni quería- pasar de largo.
Al salir, se encontró a Kai'sa sentada en la mesa, con el celular en la mano y una taza de té frente a ella. Los ojos se le dilataron al ver lo que estaba a su lado.
—Hiciste mochis de matcha.
—Tenía ganas de un dulce— respondió distraídamente —pero no me apetecía algo tan empalagoso. Y teníamos un montón de harina de arroz.
—¿Puedo?
—Adelante.
La líder se sirvió una taza de té, luego tomó uno de los dulces y se lo metió entero a la boca. Sonrió casi de oreja a oreja.
—Tu cocina siempre es excelente, están deliciosos.
—Me alegra, pero, ¿no deberías comer algo más contundente?
—Sí, tienes razón— se estiró —creo que queda algo de comer en el refrigerador.
—Dame un segundo.
Kai'sa agarró un par de trozos de pollo, tras calentarlos y tostar un poco de pan, picó un trocito repollo. Se lo sirvió a la mayor con un poco de salsa tonkatsu.
—Aquí tienes.
Para su satisfacción, Ahri casi chilló al probar un bocado.
—Está exquisito, muchas gracias.
—De nada. En serio, deberías tratar de comer mejor.
—Hey, es difícil comer sano cuando no tienes idea de cocinar.
—Solo dime qué quieres y lo prepararé para ti— ante la mirada sorprendida de Ahri, añadió —me gusta cocinar para la gente que aprecio, es lindo ver sus caras cuando comen algo que preparas.
—Ya veo. Eres adorable.
—Para nada, solo...es algo que disfruto mucho— respondió —podría enseñarte también, cocinar no es difícil.
—Sería divertido aprender contigo. Si estás de acuerdo, claro.
—Me gustaría mucho.
Silencio.
Uno que, aunque no terminaba de ser incómodo, les dejaba la sensación de que faltaba algo. Como si cada quien se guardara algo que era incapaz de compartir.
—Entonces...— Ahri terminó de tragar su bocadillo —¿te parece...hacer algo? Podríamos ver una película o…
La puerta se abrió y Akali entró con la sutileza de una patada en el clítoris. Parecía bastante feliz.
La líder contuvo el impulso de gritarle, por suerte, este fue interrumpido por la voz de Kai'sa.
—¿Por qué tienes lápiz labial en la cara?
