—Me veo fabuloso— Wukong jugó los botones del traje que le dieron, Ahri rodó los ojos y, poniéndose de puntillas, comenzó a arreglarle la corbata.
—Te verías fabuloso si supieras cómo atar una corbata.
Ya estaban tras bambalinas, el vastaya era el encargado de evitar que, durante el concierto, algún fanático se colara a los vestidores y, posteriormente, tendría que llevarlas al exterior para que llegasen a su vehículo. Dado que ninguna disfrutaba especialmente de los conductores externos, Evelynn solía ser la encargada de trasladarlas a todas de regreso al hotel en su propio vehículo -tarea, aunque agotadora, ella solía preferir- pero, en una muestra de confianza, sería el mismo vastaya quien las llevaría de regreso en el auto de la mujer (quién le advirtió que un solo rasguño en la carrocería recibiría un castigo peor que la muerte).
—Ya, pero dime que no me veo genial.
—Sí, sí. Todo un caballero.
Le alzó el pulgar cuando llegó el momento en que las mujeres debían salir al escenario, resultaba gratificante mirarlas: esa paradójica mezcla de confianza y nervios que tenían en sus siluetas le sacaba una sonrisa.
Una vez comenzaron a cantar, se colocó en su puesto, dispuesto a hacer bien el trabajo para el que fue contratado. Cada tanto, dirigía la vista al escenario: se notaba la cantidad de tiempo que invertían en preparar aquellos espectáculos, cada movimiento estaba cuidadosamente ensayado.
Sonrió, hacía un tiempo que no veía a su amiga tan contenta, la carrera de Ahri como solista -aunque nada mal- solía ser bastante estresante y, la mayor parte del tiempo, se le notaba decaída fuera del escenario. Al menos, aunque ahora la mujer seguía pasando por periodos bastante feos, tenía compañía. Y una bastante buena, debía decir.
Evelynn era alguien terriblemente agradable, podía mantener a Ahri tranquila y, en general, que fuera tan directa solía apaciguar la ansiedad de la vastaya. Una lástima que las cosas entre ambas no salieron bien hacía algunos años.
Akali era una buena amiga, extrovertida, empática y, sin duda, alguien que te sacaba una sonrisa cada que la tenías cerca. Cuando Ahri hablaba de ella, siempre mencionaba alguna locura que, se notaba, la hacía rabiar y reír a partes iguales.
Por último, estaba Kai'sa.
Debía admitir que tenía cierta preferencia por la coreógrafa, hacía tiempo que Ahri no se permitía a sí misma involucrarse sentimentalmente con alguien, si la memoria no le fallaba, desde su ruptura con Evelynn. Pero las cosas entre las dos parecían estar funcionando bastante bien: siempre que la mencionaba, lo hacía en un tono casi soñador, comentando cómo la apoyaba y los buenos momentos que pasaban juntas. Su amiga era bastante mala para contar intimidades, pero cuando leía entre líneas, era evidente que la muchacha despertaba ciertos instintos.
Eso lo hacía feliz. Supuso que así se sentía un hermano mayor cuando ve a su hermana pequeña con una pareja en la que confiaba para velar por su bienestar.
Solo tuvo que sacar a una persona y, por suerte, este fue lo bastante sensato para retirarse por su cuenta apenas notó la diferencia entre sus alturas. Cuando el concierto estaba por terminar, se acercó a la zona tras bambalinas.
Ofreció la mano a Kai'sa y Evelynn, un puñito a Akali (quien lo tomó con una enorme sonrisa) y le dio a Ahri una vuelta en el aire, desarmandole el pelo con los nudillos como si fuera una niña. Esta se quejó.
—Eso fue increíble. Vengan por aquí, por favor.
El camino al auto de Evelynn estaba lleno de fans pidiendo autógrafos, este esperó pacientemente a que terminaran de firmar objetos varios, procurando apartar a los fans que estaban intentando acercarse más de la cuenta.
Ahri tomó asiento en la parte del copiloto, las demás fueron atrás. Tardaron pocos minutos en caer rendidas, observó por el retrovisor como Akali y Evelynn estaban acurrucadas, Kai'sa estaba en ello, pero aún no dormitaba. Perfecto.
—Estoy muy contento por ustedes— le dijo mirándola a través del espejo, haciendo contacto visual. La joven pareció algo extrañada.
—Muchas gracias— respondió educadamente.
—De verdad, hace mucho que no la veía tan feliz— hizo un gesto con la cabeza, dando a entender que se refería a Ahri —¿puedo preguntar cómo fue?
—¿No lo sabes?
—Ella no habla demasiado de esas cosas, tú entiendes— comentó
—Sí…— su tono era ligeramente resentido, se cuestionó el motivo —fue lo normal, creo. Hablamos algunas veces, luego con más frecuencia…finalmente nos reunimos y hablamos de los pormenores.
—Jajajajaja, mira, eso es un buen cambio, Ahri suele darse mil vueltas para ese tipo de cosas. Es terrible— soltó una risita.
—No me lo habría imaginado— admitió alzando ambas cejas.
—Ella se hace la ruda, pero realmente es un pedazo de pan. Y es un poco frágil a veces— aclaró.
Kai'sa pensó en uno de aquellos días, donde la líder de la banda pasaba por un mal periodo, haciéndose bolita en la cama, con los ojos fijos en alguna parte, incapaz de realizar actividades que, usualmente, eran parte de su rutina. En esos momentos, que Ahri fuera capaz de darse una ducha se sentían como una victoria gigantesca.
—...Sí, lo es, pero…¿sabes? Esa es una de las cosas que admiro de ella…— se sonrojó levemente ante el desliz —quiero decir…que todas admiramos de ella, ya sabes, es nuestra líder y todo eso.
—Jajajajaja— volvió a reír —no tienes que ser tan discreta, no tiene nada de malo. Es hasta lindo de escuchar— este realmente parecía contento —de hecho, hablando de cosas lindas, te tengo un regalo, pero tienes que ser discreta, ¿eh? Ahri me cortará las pelotas si se entera.
Kai'sa no tuvo tiempo de preguntar a qué se refería, dado que este se detuvo en el estacionamiento del hotel, bajando rápidamente del vehículo y, contrario a lo esperado, le abrió primero a la coreógrafa.
—¿Una manita?— al ayudar a bajar, esta sintió como le metía algo dentro de la chaqueta en un movimiento extremadamente rápido, antes de despertar a Evelynn y Akali. Después, se dio la vuelta para mover a la vastaya.
Una vez estuvo dentro de su correspondiente habitación, Kai'sa sacó el objeto del interior de su ropa: se trataba de un sobre blanco que tenía, en el reverso, un pequeño dibujo mal hecho de un mono.
"Muchas gracias por hacer feliz a Ahri. Encontré esto entre mis viejos álbumes y pensé que te gustaría tenerlo, pareces el tipo de chica que tendría una foto de su novia en su billetera."
Al abrirlo, se encontró con una foto de la vastaya en un traje, aparentemente, festivo con una edad que rondaba los 10 o 12 años. Sonreía a la cámara y, se notaba, posaba para la foto.
Estuvo a punto de soltar un chillido, presionandola contra su pecho y pensando que, en definitiva, era la cosa más adorable que veía desde hacía mucho. Una vez pasado el ligero momento de adrenalina, se quedó bastante quieta al caer en la cuenta de un detalle.
—...¿Novia?
