Capítulo 5

Incontrolable

Hermione podía decir sinceramente que nunca había sido tan humillada en su vida, hasta que Snape se había convertido en un niño pequeño y lo tuvo a su cuidado. No sólo la había visto desnuda dos veces y agarró sus pechos, él había defecado en sus pantalones deliberadamente frente a la profesora McGonagall. Ella ciertamente no lo iba a cambiar manualmente. Lanzó varios hechizos de limpieza y había transfigurado una de sus plumas en un nuevo par de pantalones. Ni siquiera quería que él usara los mismos pantalones después de eso. Lo que más la irritaba era el hecho de que él se rió todo el tiempo, histéricamente.

Ella tuvo la suerte de pasar por el resto de sus clases sin que él repitiera el incidente, pero se sintió un poco consolada de que los otros niños tampoco eran fáciles de tratar. Había visto a Parkinson hacer una rabieta y lanzar botellas de tinta desde el lado de Slytherin del salón a cualquier persona que quisiera. Luego había visto a Seamus bajarle a Ron los pantalones hasta los tobillos, dejando al descubierto una parte trasera muy pálida y ligeramente pecosa, por supuesto, causando causando que la cara de Ron se coloreara furiosamente cuando todo el mundo se echó a reír.

Hermione también había visto, para su sorpresa, a Neville corriendo entre los escritorios de las chicas de Gryffindor para tocar tantos pechos como pudo. Eso realmente la sorprendió. Ella pensó que al ser un niño pequeño, Neville tenía una excusa para ir agarrando pechos, ya que no tiene nada de acción en su estado normal. Él sin embargo, se mantuvo alejada de ella gracias a que iba con el profesor Snape.

Las clases habían sido un infierno. Era viernes y estaba a la espera del fin de semana, por lo que no tendría que llevar a Snape con ella todo el día. También notó que Draco y sus dos amigos habían perdido clases durante todo el día. Había tenido mucho cuidado para evitar su habitación y ella no fue alertada de alguien entrando a su habitación, así que asumió que el profesor Dumbledore los atrapó y ahora estaban en detención. Por último, las clases habían terminado y rápidamente agarró su bolso para salir.

¡Gracias a Merlín! ¡Si tuviera que seguir en clases con estos idiotas me haría en mi mismo para poder salir de nuevo ! ¡Odio esto! ¡Lo odio! ¡Lo odio! ¡Lo odio!

Hermione lo levantó y salió del salón sin decir nada más. No tenía ganas de hablar con nadie en este momento. Sólo quería que el día terminara. Rápidamente se dirigió a la biblioteca y devolvió los libros que ya habían pasado de su fecha de entrega y sacó un par más.

-Puedo caminar - dijo Snape irritado de que lo cargara a todas partes.

-Hay demasiados estudiantes fuera en este momento y no quiero perderlo de vista entre la multitud o que alguien lo tire - ella respondió secamente.

-Puedo cuidar de mi mismo - gruñó infantilmente.

-Por supuesto que sí - dijo sarcásticamente.

Maldita mocosa…

-¡Estoy muy irritada ahora mismo! - gruñó cuando finalmente entró en su habitación y dejó su bolso en el suelo.

Dígamelo a mi…

Hermione lo dejó y fue a cambiarse a su habitación. No vio a Severus deslizarse delante de ella para ir al baño. Se sentía frustrada, avergonzada y estresada. Cuando por fin estuvo en sus vaqueros y camiseta muggles volvió a entrar en la sala de estar sólo para encontrar al niño desaparecido.

-¡SNAPE! - rugió.

-¿QUÉ? ¿NO PUEDO HACER PIS SIN QUE ME REGAÑE? - gritó desde el baño. Cuando él gritó lo hizo en un tono realmente alto, lo que hizo que Hermione quisiera reír.

-¡Como sea! - gritó ella. Lo oyó murmurar algo desde el interior del cuarto de baño, pero no podía oír lo que decía. Cuando salió, el niño se acercó a Hermione y le tendió un pequeño cilindro para que lo tomara.

-¿Es esto lo que necesita? Porque yo creo que sí - gruñó y observó mientras tomaba el pequeño objeto y lo miró con un rubor de verguenza.

-¡No necesitamos un tampón! - ella le gritó.

-¿Entonces qué diablos necesita? ¿Chocolate? ¿Té? ¿Qué hay de un whisky de fuego? Tal vez debería conseguir uno de esos juguetes muggles para mujeres - sugirió y que saliera de la boca de un niño sonó mal, incluso si el niño era Snape. Miró la cara roja de Hermione - Está actuando como si estuviera en su ciclo menstrual.

-No estoy en mi ciclo menstrual - dijo con vehemencia.

-Entonces, ¿cuál es su problema? - preguntó con sarcasmo.

-Usted es mi problema - gruñó.

-Soy sólo un niño - dijo con fingida inocencia.

-Usted no es un maldito niño Snape. Usted es un profesor - gruñó.

-¡Ja! ¡Ya ve! ¡Incluso lo admite! No soy un niño, soy un profesor, por lo tanto tengo el derecho a deducir puntos…

-¡Eso no es lo que quería decir!

-Sí, lo es - respondió - Oh, sí, treinta puntos menos a Gryffindor por ser grosera con un profesor.

-¡¿Qué?! ¡Slytherin debería perder doscientos puntos por cagarse frente a la profesora McGonagall en mi clase! - ella le dijo con frustración.

-Sí, pero desde que establecimos que yo soy el profesor, no puede deducir puntos de mi. Además, pensé que mi pequeño truco era bastante divertido. ¿Vio la cara de Minerva? En realidad, debería haber visto la suya. No me había reído tanto en toda mi vida y eso es verdad - dijo divertido y se sentó a su lado en el sofá.

-¡Me está volviendo loca! - Gritó Hermione, conteniendo las ganas de tirar de su cabello.

-Si, bueno, considerelo una venganza por los años de tormento que he tenido que soportar de usted y sus amigos - respondió en el tono más suave que pudo, teniendo en cuenta que sonaba como un niño. Hermione apretó los labios y asintió con la cabeza, mirándolo con un brillo peligroso en los ojos.

Mierda…

-Muy bien Snape, dos pueden jugar este juego - respondió ella con una sonrisa diabólica.

Creo que no me gusta esa mirada…

-Oye, Hermione - Harry llamó desde la chimenea.

-¿Si Harry? - Preguntó Hermione desde su asiento.

-Sólo pensé en venir a verte de nuevo. Por cierto, Dumbledore dijo que encontró a Draco, Crabbe y Goyle tratando de forzar tu puerta, ahora tienen detención, pero eso no quiere decir que no lo intentarán otra vez - dijo mientras llegaba a sentarse en el sofá, cuando vio el gesto en el rostro de Snape y cambió de opinión. En su lugar, se sentó en una silla frente a ellos.

-Gracias Harry. En realidad, llevo la varita de Snape conmigo, para que puedan buscar todo lo que quieran en la habitación - respondió ella. Luego, se dio cuenta de la mirada incómoda que Harry tenía en su cara y se volteo hacia Snape que los veía sin parpadear.

-Sabes Hermione, el profesor parece un enano malvado - dijo Harry después de un momento de silencio entre los tres. Antes de que ella pudiera responder, Snape voló fuera del sofá, y corrió más rápido de lo que lo había visto con sus pequeñas piernas.

¡Ese bastardo! - ¡AAHHHHH! - gritó y, al igual que Harry se puso correr, y el pequeño Snape lo tiró al suelo.

-¡Suélteme Snape!

- ¡Te voy a ahorcar Potter! - gritó y se fue hacia su cuello.

-Snape, Harry. ¡Deténganse en este instante! - Hermione gritó, pero fue ignorada.

-¡Quítese! ¡No lo puedo golpear porque es un niño en este momento! - gritó Harry.

-¡No me podrías golpear de todos modos porque soy tu maldito profesor! - gritó y empujó su pequeño puño a la cara de Potter, directo en su mandíbula. Por suerte, Snape era mucho más ligero ahora que era un niño, por lo que Harry era capaz de arrojarlo como si fuera un muñeca de trapo. Al instante, Harry se puso de pie y corrió por la habitación con el pequeño Snape persiguiendolo lo más rápido que podía.

-¡Mione! - gritó Harry mientras corría alrededor del sofá. - ¡Agarra a tu niño en este momento!

-¡Él no es mi niño! - gritó antes de saltar delante de Snape - Snape, ven aquí aho…- Ella no tuvo la oportunidad de terminar la frase porque Snape prácticamente la tacleó. Él actuó como si ella no estuviera ahí y siguió su camino detrás de Harry. Hermione se levantó y maldijo en voz baja. Ni siquiera oyó cuando se activó de nuevo el Flu para dejar entrar a Ron y a Ginny que sostenía a Seamus.

-Caray…- fue todo lo que Ron pudo decir mientras observaba a Snape perseguir a Harry y a Hermione perseguir a Snape. Miró a Seamus cuando lo escuchó reír histéricamente. Ginny sacó la cámara muggle de Harry y tomó algunas fotos antes de que se dieran cuenta.

Hermione al fin fue capaz de agarrar a Snape de la cintura y levantarlo, sus pequeñas piernas pateando todo el tiempo. Se acercó al sofá y lo arrojó sobre ella muy a su pesar.

-¡No soy una puta muñeca - gritó y casi hizo bizcos cuando miró su dedo índice señalando tan cerca de su rostro.

-¡Cuide su vocabulario joven! ¡Deje de actuar como un niño, sentarse ahí y comportarse! - gritó ella. Él cruzó los brazos sobre el pecho e hizo un puchero enviando una mirada hacia los nuevos visitantes. Ginny tomó una foto y ahogó una risa cuando Snape frunció el ceño por ello.

-¡Por Merlín! ¡Deberían haberse visto! ¡Eso fue divertido! - Ginny se rió.

-Oh, sí, era hilarante - Snape dijo con sarcasmo y miró a Potter que respiraba con fuerza y se sentaba a una distancia considerable de él.

-¿Qué hacen chicos? - preguntó Hermione con cansancio, dejándose caer junto a Snape y ganándose una mirada.

-Vine a ver si querías hacer un álbum de recortes - dijo Ginny, acercándose y tomando la bolsa de su hombro.

-Por supuesto. Tengo que hacer algo para aliviar el estrés - dijo Hermione, mirando a Snape.

-Bueno. Le iba a pedir a Dobby que trajera comida, si está bien para ti - dijo Ginny mientras se sentaba en el suelo y comenzaba a sacar los materiales de su bolso.

-Buena idea. Lo último que necesito es que Él vuelva a hacer lo que hizo en la mañana - ella dijo mientras convocaba sus propios materiales en la sala.

-¿Qué hizo? - preguntó Ron, asegurándose de mantener un ojo en Seamus.

-Se cagó DELIBERADAMENTE en frente de la profesora McGonagall - gruñó ella, mirándolo de nuevo. Ginny se quedó sin aliento, pero Ron, Harry y Seamus se echaron a reír.

-¡Eso es genial! - exclamó Ron.

-¡No, no lo es! ¡Fue vergonzoso y repugnante! - replicó ella.

Se lo merecía Granger.

-Lo siento Hermione, pero como fue Snape quien lo hizo, creo que es muy, muy divertido - dijo Ron con una sonrisa.

-Sí, a pesar de que no me agrada mucho la idea, tengo que darle la razón con eso - Harry rió hasta que las lágrimas se derramaban de sus ojos.

Que conmovedor…

-¡Callense ambos! - dijo y miró a Seamus que al instante se calmó.

-Bien, bien - dijo Ron, conjurando un tablero de ajedrez para él y Harry. Seamus se acercó y se sentó en una de las sillas para que pudiera verlos jugar, mientras Hermione y Ginny regresaban a sus materiales, ocupando gran parte del suelo detrás del sofá. Hermione volvió a mirar a Snape para ver que todavía estaba haciendo pucheros.

¿Qué estás mirando?

-¿Qué quiere hacer? - ella preguntó

-Matar a todos - respondió con sarcasmo. Hermione apretó los labios y se acercó a una zona abierta al lado de la chimenea. Pensando cuidadosamente lo que quería, ella comenzó a invocar varios objetos de formas extrañas.

-Hermione, ¿acabas de invocar legos? - preguntó Harry mirando las piezas de plásticos de colores brillantes.

-Sí - dijo ella señalando lo obvio y pensó mejor los colores. Con un movimiento rápido de su varita, cambió los colores a verdes oscuros, negros, marrones, blancos y unos cuantos en plata. Se dirigió de nuevo hacia Snape y lo recogió.

-¡Me pones abajo! - dijo entre dientes.

-Oh, cállese - dijo ella, colocándolo en frente de la pila de legos.

-¿Qué demonios es esto? - le preguntó mirando los bloques de forma irregular. Él no entendía lo que tenía que ver con eso.

-Son legos - dijo con calma.

-¿Lo que en el nombre de Merlín es un Lego? - preguntó

-Son bloques de construcción. Es muggle. ¿No es mestizo?

-Sí, pero no entiendo qué tiene que ver- espetó enojado.

-¿Sus padres nunca le compraron legos? Han existido desde hace años - respondió ella.

-Estos son juguetes

-Bueno… sí - le contestó con incertidumbre

-¡Mis padres no me compraban juguetes! ¡No quiero esto! ¡Puedo parecer un niño, pero no soy un niño! - él gruñó.

-¿Sus padres no le compraban juguetes? ¡Eso es una mierda! - dijo Harry, sintiendo un poco de simpatía por Snape.

-¡No necesito tu compasión! - el pelinegro respondió con acritud.

-Bueno, esto le dará algo que hacer, ¡así que hágalo! - Hermione rompió y volvió a sentarse con Ginny.

Severus miró despectivamente los bloques y luego volvió a mirar a todos los demás para ver que todos estaban involucrados en una pequeña actividad. Frunció el ceño y se sentó en el suelo, con los brazos cruzados sobre el pecho de nuevo. Pasó varios minutos viendo a la señorita Granger pegar imágenes sin movimiento en un pedazo de papel de color enfermizo antes de volver a mirar los legos.

Con el ceño fruncido, cogió uno y lo examinó. Eran huecos y de aspecto extraño. Nunca había jugado con legos, o cualquier otro juguete para el caso, así que no tenía idea de qué hacer con ellos.

¡Esto es estúpido!

Él comenzó a tomar piezas poco a poco y apilarlas una junto a otra, pero se movían constantemente. Granger había dicho que eran bloques de construcción.

¡Esto no sirve para nada!

Snape tomó una y luego miró a Potter que estaba concentrado en su juego de ajedrez. Una sonrisa malvada cruzó su rostro.

Hermione levantó la vista justo a tiempo para ver un lego verde volar a través de la habitación y golpear a Harry en la cabeza, enviándolo al suelo. Su mandíbula cayó, volteo a ver a Snape quien comenzó a reír histéricamente, casi rodando por el suelo. Estaba a punto de decir algo cuando oyó a Seamus y Ron comenzar a reír también. Ginny se tapó la boca tratando de ocultarlo, pero su cara estaba casi tan roja como un tomate. Harry se puso de pie y se frotó la cabeza mirando a Snape.

-Ese enano… - murmuró antes de volver a sentarse - Cállate Ron y sigue jugando

-Snape, es mejor que deje eso o lo enviaré a la cama - Hermione le dijo. Snape dejó de reír, pero la diversión era evidente en sus ojos negros.

-Bueno, al menos se ríe - dijo Ginny, pero obtuvo una mirada de Hermione.

-Sí, me alegro que esté teniendo un gran tiempo - Harry interrumpió con sarcasmo.

Oh, sí, por lo menos pude golpear a ese imbécil.

Snape ignoró la mirada de Potter y volvió a mirar a los bloques. Por un momento se sentó ahí, analizandolos, tratando de averiguar cómo es que se construía con ellos realmente. Entrecerró los ojos y levantó dos.

Muy bien, si un niño puedo hacer esto, yo también…

Severus trató de unirlos de nuevo, pero esta vez uno sobre el otro, y escuchó un clic.

¡Al fin!

Fue ese clic lo que empezó todo. Severus decidió que si él se vio obligado a ser un niño, entonces él también podía mantenerse ocupado. Comenzó a apilar bloques por colores y los colocó cuidadosamente. Se detuvo un momento, mirando hacia abajo el espacio abierto que tenía, antes de empezar a diseñar la base de lo que estaba construyendo.

Al menos Granger pensó en piezas para esquina

Hermione se sentó con Ginny y pegó varias fotos en hojas de color antes de añadir las decoraciones adicionales. Tenía un montón de pegatinas, listones, botones, alfileres y mucho más para decorar sus páginas. Fue una actividad muggle que siempre había disfrutado y le alegraba que Ginny lo disfrutara también. Por supuesto las imágenes de Ginny eran del mundo mágico.

Hermione colocó láminas de plástico sobre su álbum y presionó sobre el para asegurarse de que se veía bien. Finalmente había terminado su álbum familiar. Tenía varios en la casa de sus padres y otro comenzado debajo de la cama. En realidad, era uno de su tiempo en Hogwarts. Tenía que admitir que estaba ansiosa por llegar a ese.

Cuando levantó la vista, su mandíbula cayó y se quedó mirando la creación en legos de Snape. Había construido un castillo de metro y medio para si mismo. Ni siquiera se había dado cuenta de que le había dado tantos bloques. Todos los colores estaban ordenados y no se veía a Snape por ningún lado.

-¿En serio Snape construyó un castillo con bloques lego? - preguntó Harry, mirando el pequeño edificio.

-Sí, creo que lo hizo - respondió Hermione.

-¡Que lindo! - dijo Ginny

-¡Vayanse al infierno! - fue la hosca respuesta que vino desde el interior del castillo de lego.

-Bueno, el puede ser pequeño, pero sigue siendo el mismo viejo Snape - Harry dijo con sarcasmo

-Lo es - Hermione estuvo de acuerdo

Harry sacó su cámara de nuevo y tomó una instantánea del pequeño castillo. El flash llamó la atención de Snape y sacó la cabeza por la ventana, sólo para ver otro flash en su rostro.

-¡Lo lamentarás Potter! - gritó con rabia.

-Sí, ya veremos. Cuando esté de vuelta a la normalidad estas fotos serán escondidas donde nunca pueda encontrarlas - dijo Harry casualmente. Estaba disfrutando de la debilidad de Snape todo lo que pudo.