Capítulo 6

Su pequeño sucio secreto

Severus Snape no salió de su castillo de Legos por varias horas. No quería ver la cara de nadie, los flashes de las cámaras o tener que lidiar con todo el mundo. Creció como un chico solitario en el hombre solitario que era hoy y no tenía planes de cambiar eso. Severus se sentó en una esquina de su castillo con las rodillas dobladas hasta la barbilla; mirando a los Gryffindor que por fin iban a salir.

-Bueno Hermione, es mejor que nos vayamos - dijo Harry tratando de ahogar un bostezo.

-Sí, yo también tengo que ir a la cama - le contestó Hermione con cansancio.

-Bueno, tenemos que volver lo que Lavender ha hecho con Neville. Ella se ofreció demasiado rápido para cuidar a los niños y creo que fueron sus pequeños delirios para vestirlos lo que la impulsó - dijo Ginny. Por suerte para Snape, nadie lo vio estremecerse ante la idea.

-Pobre Neville - dijo Hermione con simpatía.

-¿Pobre Neville? Caray, lo teníamos que dejar ahí o traelo y hacerle frente a Snape. Neville era mucho más feliz ante la idea de que lo vistieran. como una niña - dijo Ron recogiendo a Seamus. Hermione apretó los labios y sacudió la cabeza mientras todo el mundo se dirigía a la chimenea.

Una vez que todos se habían ido y que Hermione había recogido todas sus cosas, regresó a la sala y golpeó suavemente en el lateral del castillo. No hubo respuesta. Frunció el ceño, se arrodilló y se asomó a la puerta para ver al pequeño Snape sentado en una esquina con sus ojos entrecerrados y fijos en ella.

-Es hora de ir a la cama- dijo en voz baja.

-¡Yo decidiré cuando me voy a la cama señorita Granger! - él chasqueó. Su buen humor se desvaneció rápidamente y lo miró.

-Vas a hacer lo que te diga o te vas a arrepentir- le respondió de manera uniforme.

-¡YO SOY EL PROFESOR! - rugió.

-¡SAL DE AHÍ AHORA MISMO! - gritó haciendo que los ojos del niño se abrieran en estado de shock. Él descubrió que en realidad ella podía ser aterradora.

-¡BIEN!- espetó, demasiado cansado para discutir con ella sobre eso. Salió de su pequeño castillo y la miró amenazadoramente - ¡Eres molesta y mandona, sabelotodo!

Los ojos de Hermione perdieron su enojo y Snape podría jurar haber visto un destello de dolor antes de que enmascarara su rostro con indiferencia. Él sabía que él hacía eso a menudo, pero ver a la señorita Granger hacerlo le molestó un poco.

-Vamos, no tengo toda la noche - le dijo de manera cortante y entró en la habitación. Él la siguió a regañadientes, pero entrecerró los ojos cuando la vio entrar en el cuarto de baño y escuchó el agua.

-¿Qué está haciendo? - preguntó con recelo.

-Es necesario que tome un baño - respondió ella.

-¡Oh, no!¡No! ¡No! ¡No! No me va a bañar de nuevo - dijo desafiante. Ella volvió a salir y volvió su mirada a él.

-Debería ser más fácil, ya lo hemos hecho antes - dijo ella, pero se podía oír la incertidumbre en su voz. Ella estaba tan incómoda como él.

-¡No! ¡No es fácil! ¡Usted vio mis partes y no se supone que nunca lo hiciera! - gritó, girando su rostro de un profundo rojo, pero ambos sabían que no era de ira.

-Bueno… no cuenta necesariamente, en realidad - dijo ella, incómoda.

-¿Perdón? ¿Por qué no cuenta? - preguntó, levantando un ceja.

-Porque es… ya sabe… pequeño. Quiero decir, si sus… partes...se vieran así como un adulto entonces… supongo que contaría…- su voz se fue apagando al sentirse muy avergonzada e incómoda.

-Señorita Granger, no soy el señor Weasley - dijo con calma. Con tanta calma que era perturbador. - Le puedo asegurar que mi partes son bastante adecuadas. No juzgar mi apariencia como lo es ahora porque si alguna vez tiene la oportunidad de verme desnudo como un adulto, es probable que después de mirar su boca, que parece que no es capaz de cerrar, se abriría el tiempo suficiente para atrapar moscas.

Bueno, por fin cerró la boca… sólo me gustaría que dejara de verme así…

Cuando Hermione finalmente salió de shock momentáneo, se alejó de la puerta del baño y se dirigió a su cama para leer para que Snape se bañara. Podía sentir cómo sus ojos la seguían, pero no volteo a mirarlo.

-Señorita Granger, si hubiera sabido que para conseguir que cierre la boca sólo se requiría que le describiera mi pene, le hubiera mostrado la maldita cosa con la esperanza de que su boca nunca volviera a abrirse de nuevo - dijo con una sonrisa, disfrutando el molestarla. Ella lo miró con calma.

-Señor, usted no tiene los huevos - le dijo con valentía. La sonrisa desapareció del rostro de Severus al instante.

-¿Oh, en serio? - se atrevió a preguntar

-Yo no contaría con la bolas que tiene ahora, son demasiado pequeñas - le respondió de manera uniforme. Él frunció el ceño.

-¡Se va a comer esas palabras! - gruñó y entró pisando fuerte al baño.

-Espero hacerlo - murmuró ella, sonriendo para sí misma. Abrió su libro y comenzó a leer, pero se distrajo con los pensamientos de lo que Snape le había dicho. Ella realmente quería verlo ahora.

Hermione frunció el ceño cuando escuchó un "golpe" contra el suelo, seguido del sonido de pequeños pies y varias obscenidades. No pudo evitar la sonrisa de suficiencia que adornaba sus labios mientras escuchaba a Snape quejarse de no poder llegar a las toallas o salir de la bañera por sí mismo sin caer. Ella fingió estar leyendo cuando Snape salió con el ceño fruncido. Hermione resopló cuando vio la toalla envolviendo todo su cuerpo a excepción de su cara.

-No veo nada divertido acerc de esto- dijo entre dientes mientras tomaba su pequeña pila de ropa cuidadosamente doblada.

Hermione se encogió de hombros y cerró el libro. Estaba cansada y agotada. Snape era ciertamente más fácil de tratar como adulto y nunca pensó que eso fuera posible. Ella volteo a mirarlo cuando estaba completamente vestido, y con el cabello peinado completamente hacia atrás.

¿Qué demonios me mira ahora?

-¿Está listo para ir a la cama? - ella preguntó.

-No, estoy listo para un whisky de fuego - respondió sin problemas, aunque con un tono un poco alto.

-Usted no va a tomar esa mierda mientras esté bajo mi cuidado - dijo de manera uniforme.

-Cuide su lenguaje señorita Granger - advirtió.

-¡Oh, por favor! No trate de disciplinarme o decirme que es lo que está bien o mal cuando es usted el que se caga en los pantalones durante la clase de transfiguración - le espetó con molestia.

Sí, eso fue bastante desagradable, pero también hilarante… Estoy seguro que nunca lo olvidará.

-No es muy agradable compañía en estos momentos señorita Granger - dijo con calma.

-Usted nunca es compañía agradable, pequeño malcriado - Ella chasqueó.

De acuerdo. ¿Usted quiere insultarme? Bien

Severus llenó de agua sus ojos y su labio inferior comenzó a temblar mientras veía a la joven Gryffindor con ojos muy tristes. No se sorprendió cuando vio su expresión de horror llena de culpa.

Usted, señorita Granger, es tan crédula.

-¡No soy malcriado! - dijo en un tono infantil, obligando a las lágrimas falsas a caer.

-¡Lo siento! - Hermione dijo con horror y al instante se acercó a él, lo levantó y lo sostuvo contra ella.

¡Sienta la culpa!¡Siéntala! ¡Jaja!

-No fue mi intención decirlo, esto no ha sido fácil - le dijo con dulzura, balanceándose hacia adelante y hacia atrás mientras se sentaba en el borde de la cama.

No es que para mi sea un paseo por el parque.

-Estoy tan frustrada con todo, tal vez necesito comprobar si mi ciclo menstrual está cerca - dijo con aire de culpabilidad.

Ok… en realidad no necesitaba saber eso.. pero gracias de todos modos.

-Por favor no llores - susurró ella frotando su espalda..

Si sigue sosteniéndome junto a sus pechos cada vez que lloro, voy a hacerlo todos los días sólo por eso…

-Yo ni siquiera pensé que era capaz de llorar - ella siguió.

Oh, gracias. ¿Se suponía que eso me iba a hacer sentir mejor?

Severus se acercó más a ella, saboreando la sensación de sus pechos contra su mejilla. Una vez más, Hermione se perdió la pequeña sonrisa malvada mientras frotaba pequeños círculos en su espalda.

Esta es toda la acción que he recibido en mucho tiempo… eso es realmente muy triste ahora que lo pienso.

Hermione se recostó en la cama con el pequeño Snape encima de ella. Había olvidado que era su agrio profesor por el momento y pensó en él como un niño de tras años que necesitaba consuelo.

Hmm… esto no es tan malo…

Severus podía escuchar el ritmo constante de los latidos del corazón y los círculos que frotaba en su espalda estaban empezando a tener efecto en él. Empezó a sentir los ojos pesados y a bostezar ampliamente, olvidando temporalmente que era la Gryffindor molesta y mejor amiga de Harry Potter.

Hermione escuchó el ronquido suave y se dio cuenta de que Snape se había quedado dormido. Y ella no tuvo el corazón para ponerlo en la cuna, por lo que jaló la manta sobre ellos y apagó las luces con un movimiento de su varita. Después de meter su varita debajo de la almohada, cerró los ojos y al instante se quedó profundamente dormida.

Severus se despertó a las siete de la mañana cuando sintió que algo le hacía cosquillas en la cara. Se sentó y se dio cuenta que era el espeso cabello de Hermione Granger. Entrecerró los ojos y la miró.

¡No puedo creer que me quedé dormido en la misma cama con ella! ¡¿Qué es lo que está mal conmigo?!

Estaba a punto de decir algo cuando ella se dio la vuelta y se acurrucó en su almohada. Por alguna razón, las palabras no pudieron salir de su boca. Miró sus largas pestañas apoyadas en sus mejillas y las pequeñas pecas que apenas se notaban en su nariz. Si era honesto consigo mismo, diría que era hermosa.

Estoy perdiendo la…

-Mmmm…-gimió suavemente.

¿Qué demonios?

-Oooh…

¡Oh dulce Merlín! ¡Detente!

-Mmmhmm…

¡No puedo soportarlo más! ¡Quiero mi maldito cuerpo de vuelta!

-Severus…- susurró. Ella estaba profundamente dormida y completamente ajena al hecho de que su profesor la miraba con los ojos como platos.

¿De verdad acaba de decir mi nombre?

-Oooh…

¡Oh Dios mía! ¡Ella dijo mi nombre y está gimiendo! ¿Qué está soñando? ¡Necesito saber!

Severus vio a la joven enterrar su cara en la almohada y se dio cuenta de los sutiles movimientos de su cader. Si pudiera hacer sus ojos más grandes los haría. Se sentó en completo shock y se le quedó mirando con la boca abierta.

¡Mierda! ¡Ella está soñando acerca de mi!

-No pares Severus…-dijo sin aliento contra la almohada.

¿Por qué diablos iba yo a parar?! ¡Maldito Longbottom y su estupidez! ¡No puedo hacer nada sobre esto!

-¡Oooh!- ella gritó en voz baja.

Oh, debo de estar dándole duro…

Escuchó el cambio en su respiración y vió el brillo de sudor en su frente. No pudo evitar sonreír.

Por lo tanto, la señorita Granger tiene un pequeño sucio secreto. Eso explicaría todo. Oh, ella se va a sentir tan humillada. ¡No puedo esperar!

-¡Severus!

¡Estoy justo aquí!

Fue poco después de decir su nombre que otra vez se tranquilizó y volvió a dormir bien, dejando un muy presumido Severus Snape en sus pensamientos. Se acostó junto a ella e incluso se acercó más, con la esperanza de que cuando despertara recordara lo que soñó. Desgraciadamente, su engaño no fue del todo una gran idea, ya que volvió a caer profundamente dormido.

Cuando Hermione rodó dos horas más tarde. Despertó a un muy furioso Snape que se encontraba debajo de ella. Rápidamente se quitó de encima y lo miró con horror cuando su vívido sueño le pasó por la mente.

-¡Lo siento! No era mi intención aplastarlo - se disculpó.

-¡Tal vez si permaneciera en su lado de la cama no tendría que preocuparme de ser aplastado! - chasqueó.

-Ya dije que lo sentía - murmuró, pero evitó mirarlo directamente a los ojos.

-Señorita Granger, ¿por qué no me mira? ¿Se sorprendió de encontrar a su profesor en su cama? - preguntó burlonamente.

-En estos momentos es un niño pequeño, por lo que no cuenta - resopló.

-Sí, mientras se decide entre si soy un niño o su profesor. ¿Puedo preguntar qué tal durmió? - Severus vio con satisfacción como su rostro se tiñó de precioso color rojo.

-Sí, bien…- murmuró ella y al instante se dirigió hacia al cuarto de baño.

Severus rió y saltó de la cama, corrió hacia su ropa para vestirse antes de que ella saliera. Oyó la regadera y supo que iba a estar ahí por un buen tiempo.

Probablemente necesita limpiarse después de ese sueño…

Severus caminaba por la habitación en busca de algo que hacer , pero después de un par de minutos, se dejó caer en el suelo e hizo un puchero. Al final, sus ojos se posaron en el libro beige debajo de la cama.

Álbum de recortes, ¿eh? Veamos de qué se trata esta mierda…

Sacó el libro y lo abrió sólo para ser atacado por una página de color rosa brillante enfermizo con fotografías muggles. Se burló del color de la página, pero se puso a observar las diferentes fotos. Parecía que todas eran de la familia y la niñez de la señorita Granger. Severus pasó a través de las páginas en silencio, dándose cuenta de que cada página había sido creada de forma individual y diseñada para ciertas fotografías. Habías pegatinas y pequeñas notas por varias de las fotos, así como etiquetas, listones y otras baratijas.

¿Qué tiene de malo un álbum de fotos normal? ¿Cómo diablos tiene tiempo para todo esto?

Severus llegó a un foto de la joven Gryffindor de cuando tenía once años y se burló. Sus dientes eran más grandes de lo normal y su cabello era un nido de pájaros. Se acordó de lo molesta que solía ser y negó con la cabeza.

Ella cambio de esto a la mujer joven que es ahora… fantaseando con su profesor…

La oyó cerrar la ducha y rápidamente deslizó de nuevo el libro debajo de la cama y esperó. Él quería avergonzarla. Quería ver cuál sería su reacción si ella se enteraba que él sabía de su sueño. Severus sonrió maliciosamente. Él sabía cuál era el momento perfecto para decirle.

Hermione se aseguró que ella estaba vestida antes de salir del baño. No quería tener otro momento embarazoso con Snape viéndola desnuda. Cuando salió se dio cuenta que Snape ya estaba vestido, sentado en el suelo y con una sonrisa inocente en la cara. Instantáneamente sospechó.

-¿Lista para salir, señorita Granger? - preguntó amablemente. Demasiado amable. Ella asintió con la cabeza y se acercó a él. Cuando lo levantó, él no protestó. Definitivamente había algo raro.

Se dirigieron hacia el Gran Comedor para encontrar que todos los demás ya estaban ahí. Se sentó al lado de Ginny y comenzó a preparar el plato de Snape, quien estaba de nuevo mirando fijamente a Neville.

-¡Pare! - dijo Hermione entre dientes, golpeando su brazo. Ella recibió una mirada de odio por eso. Ron y Harry estaban sentados a los lados de Neville y Seamus, quien rellanaba su boca con huevos.

-¿Qué tal fue tu noche? - preguntó Ginny.

-Estuvo bien - dijo Hermione encogiéndose de hombros y tomando un sorbo de jugo de calabaza.

-Oh, estoy seguro de que lo fue - dijo Snape con una sonrisa. Hermione frunció el ceño y lo miró.

-¿Qué se supone que significa eso? - le preguntó con confusión.

-Señorita Granger, ¿cómo no puede saber a que me refiero? - preguntó. Todo el mundo se detuvo para mirarlos.

-¿De que habla Mione? - preguntó Ron después de tragar su comida.

-No sé - respondió con fastidio.

-Estoy hablando de sus pequeños dulces sueños, señorita Granger - dijo con calma y observó cómo su cara se ponía de un rojo brillante.

-¿Sueños? - preguntó Ginny, mirando de su profesor a su amiga que se veía mortificada.

-Sí, el tipo de sueños en donde ella grita mi nombre - respondió Snape. Vio al señor Potter ahogarse con su comida y empezar a toser fuertemente.

Espero que te ahogues pequeño bastardo

Ron se acercó a Harry y golpeó con fuerza su espalda, desalojando lo que se había quedado atascado en su garganta.

Oh, maldita sea…

-¡Mione! ¿Tuviste un sueño sobre Snape? ¿Lo estabas… follando? - preguntó Ron con incredulidad llamando la atención de otros estudiantes.

-¡No, no lo hice! ¡Está mintiendo! - contestó con desesperación.

-¡Ja! ¿Cuándo me ha visto mentir? - preguntó Snape.

-Él tiene un punto - admitió Harry. Snape se sentó ahí con una mirada de suficiencia, hasta que vio los ojos de la señorita Granger llenarse de lágrimas.

-Eres un puto bastardo - dijo entre dientes. Eso fue inesperado. Con rabia, ella apuntó su varita hacia él y antes de darse cuenta, él estaba sentado ahí con vestido rosa brillante con calcetines altos hasta la rodilla, zapatos negros de vestir y con trenzas en el pelo. Se horrorizó. Una vez más vio el flash de la cámara y se encontró viendo la cara de Harry Potter que se reía con tanta fuerza que las lágrimas caían por su rostro. Toda la sala se estaba riendo de él, incluso los profesores.

¡Maldita Granger!

Severus saltó de la mesa y salió corriendo después de la señorita Granger. Quería gritarle por vestirlo como una niña. Sus pequeñas piernas fueron tan rápido como pudo para ponerse al día con ella y cuando lo hizo, se envolvió alrededor de sus piernas, lo que la hizo tropezar.

-¡Suéltame Snape! - Ella chasqueó.

-¡Vísteme como un niño! - gritó con rabia.

-¡No! ¡Se lo merece! ¡Tiene suerte de que no lo dejara desnudo en el Gran Comedor! ¿Cómo pudo hacerme eso a mi? ¿Cómo pudo decir eso delante de mis amigos? - decargó su ira mientras las lágrimas corrían por su rostro. Ahora él se sentía culpable.

-Me disculpo… - dijo en voz baja, sentándose sobre sus talones.

-¿Se disculpa? ¿Cree que eso va a mejorar algo? - respondió con rabia.

No es como si no disfrutara que gritaras mi nombre…

Antes de darse cuenta, sus ropas fueron cambiadas a la normalidad y ella se estaba parando. No había esperado ese tipo de reacción por parte de ella. Sólo quería un poco de diversión, pero al parecer la buscó por le camino equivocado.

-¿Por qué no regresa a sus mazmorras y cuida de sí mismo? - se burló ella.

-¡Ya dije que lo sentía señorita Granger! No entiendo porqué hace esto tan grande - espetó.

-¡Tal vez porque ahora mis amigos saben que sueño con FOLLAR A MI PROFESOR QUE PASA A SER USTED! - gritó haciéndolo saltar hacia atrás.

Wow sí da miedo…

Estaba a punto de decir algo cuando la expresión de su cara lo detuvo. Sus ojos se abrieron y ella inmediatamente sacó su varita. Él frunció el ceño y volteó para ver que había causado esa reacción. Severus sintió un escalofrío atravesarlo al ver que Crabbe, Goyle y Malfoy se acercaban con sus varitas y apuntando directamente hacia ellos. Por primera vez, Snape sabía que no podía defenderse ni a su alumna.