Capítulo 9

Álbumes secretos

Cuando Hermione entró en la sala común de Gryffindor para recoger a Snape, el prácticamente brincó a sus brazos. Ella se sorprendió de ver que llevaba un pañal, un gorro y botitas de bebé.

-¡Sácame de aquí! - Snape se quejó con horror cuando vio a Lavender acercándose hacia él.

-¿Qué le hiciste? - Hermione le preguntó alarmada, moviendo a Snape lejos de ella.

-Pensé que sería lindo. ¡míralo! Jamás pensé que el profesor Snape podría ser tan adorable - dijo en una voz tan aguda que hizo que ambos se encogieran.

-¿Olvidaste que este es el profesor Snape? - le preguntó.

-No. Sólo quería asegurarme que recordara todos estos increíbles momentos - dijo en una rabieta.

-Oh, los recordaré. Voy a recordar todos y cada uno de estos momentos cuando este repartiendo detenciones y quitando puntos - Snape se burló haciendo que Lavender frunciera el ceño hacia él.

-¡Está bien! ¡Haz lo que quieras!

-¡Eso haré!

Hermione negó con la cabeza y fue a tomar su varita que estaba en la mesita junto a la de Snape. Sus amigos estaban bañando a los otros dos niños, por lo que ella decidió que alejaría a Snape de Lavender ya que obviamente lo estaba torturando.

-¿cómo puedes soportar a esa chica? - Snape preguntó mientras se dirigían a sus habitaciones.

-No lo hago. Nunca le di mucha importancia para ser honesta. Ella es muy superficial - le respondió Hermione.

-Me di cuenta. ¡No puedo creer que en realidad me vistió como un bebé! - él se quejó, quitándose el gorrito y aventandolo al suelo.

-Tampoco lo puedo creer. Siempre decía que la aterrorizabas. Imagino que no la intimidas tanto ahora.

-¡Oh, sólo espera! Voy a ser la peor pesadilla de todos ellos una vez que regrese a la normalidad. - siseó enrojecido.

-Bueno, trata de ser bueno conmigo para variar. Ya sé que no soy de tus favoritas, pero estoy tratando de hacer esta experiencia lo menos dolorosa posible. - Remarcó cansada. Snape volteó a verla.

-¿Estás bromeando? ¡Salvaste mi vida! Nunca te molestaré otra vez - le contestó con sorpresa, haciendo que Hermione riera suavemente.

-Eso está por verse.

-Bueno, no me malentiendas… todavía voy a ser un dolor en el trasero, pero sólo porque es divertido - dijo suavemente. Hermione apretó los labios y lo vio desaprobatoriamente causando que Snape le sonriera.

Una vez que llagaron a la habitación, Hermione transfiguró el pañal y las botitas en unos jeans y una player verde de manga larga con una pequeña corbata de Slytherin conlgando del cuello.

-¡Oh, gracias a Merlin! - dijo y se fue a acomodar al sofá.

Hermione le sonrió y volteó a ver la pequeña mesa de café en donde notó un paquete. Frunciendo el ceño lo tomó y lo volteó para leer la nota.

"Mione, hice esto para ti y sé que lo vas a amar". Ella sabía que era de Harry y que eran las fotos, por lo que se sentó junto al pequeño Snape y abrió el paquete.

-¿Por qué demonios te dicen Mione? - le preguntó curioso.

-Buena pregunta. Nunca lo supe, la verdad. Me han llamado así desde primer año. - le dijo mientras sacaba el altero de fotos. Snape pudo ver la diversión en sus ojos y una pequeña sonrisa en sus lindos labios mientras las veía.

-¡Muy bien! ¡Déjame verlas! - le dijo mientras se paraba en el sofá para ver sobre su hombro.

-No puedes tenerlas y no puedes tirarlas - le advirtió con el ceño fruncido.

-De acuerdo, de acuerdo.

Hermione le pasó las fotos que ya había visto y observó como el pequeño Snape volvía a sentarse y empezaba a verlas. Intentó con todas sus fuerzas no echarse a reír cuando vió las emociones cruzar su rostro, la mayoría de ellas, horror.

¡Por el amor de Merlín! Estoy desnudo en esta…

Hermione no aguantó más y se rió cuando vio la foto de él usando el vestido rosa. Su risa repentina asustó a Snape, causando que tirara el resto de las fotos.

¿Qué carajo Granger?

Snape le quitó la foto y sus ojos se agrandaron con horror.

¡NO!

Snape saltó del sofá y corrió hacia la habitación de Hermione con la foto, sin notar cuando ella saltó y empezó a perseguirlo hasta que lo tenía contra el suelo. Ella todavía se estaba riendo, pero forcejeando con él para recuperar la foto.

-¡No! ¡Esta no! ¡No puedes tenerla! - le gritó.

-¡No puedes hablar en serio! ¿Hay una de ti desnudo y la que te preocupa es la del vestido rosa? - le preguntó incredula. Snape hizo mala cara y asintió obstinadamente.

-Sí - dijo infantilmente. Hermione volvió a empezar a reirse. Él era tan tierno.

-Por Merlín, eres tan divertido - se rió.

-¡No lo soy! ¡Es un jodido vestido rosa! - Hermione rió incluso más fuerte.

-Tú… de verdad… odias ese… color tanto? - le pregunto entre risas.

-¡Lo aborrezco! - se quejó. Hermione le quitó la foto y lo miró divertida.

-Cuando tenga un hijo espero que sea como tú - se rió.

-Para que eso pase tendrías que tener un hijo conmigo - dijo antes de poder detenerse. Los ojos de Hermione brillaron divertidos cuando vio a Snape sonrojarse.

-Vamos - se rió y lo recogió del piso para regresar a la sala. Hermione se volvió a acomodar en el sofá asegurandose de mantener la foto del vestido fuera de su alcance.

¡Tomaron una foto de cada momento embarazoso!

Snape escuchó a la señorita Granger reírse de varias fotos antes de pasarselas. Había fotos de él huyendo de la profesora Mcgonagall, otra de el peleando con Potter llenos de espagueti, otra de él tratando de comer espagueti y este cubriendo su rostro, y varias de él atacando al señor Weasley. Esas eran las mejores.

Espero que no las ponga por toda la escuela.

-¿Qué vas a hacer con esto? - le preguntó preocupado. Hermione sólo le sonrió.

-Las voy a poner en mi álbum - le dijo felizmente. Arqueó sus cejas y volteó a ver la expresión plana de su rostro.

-¿Exactamente a cuantas personas les muestras este álbum? - le preguntó. A esto, Hermione empezó a morder su labio inferior.

-En realidad, nadie ha visto mis álbumes escolares… al menos no los de los últimos dos años - le contestó. Snape sabía que estaba escondiendo algo.

-¿Puedo saber por qué, señorita Granger? - le preguntó, mirandola con curiosidad.

-Umm… tan solo no las han visto. ¡No lo sé! No tengo motivos para mostrarselos a alguien - dijo desdeñosamente y continuó viendo la fotos.

Severus decidió que era mejor pretender que había olvidado el tema para no parecer sospechoso, pero el los iba a encontrar. Su curiosidad había despertado y él no estaría satisfecho hasta encontrar que escondían esos álbumes.

-Ya sé que podemos hacer - dijo Hermione de pronto., espantando a Snape, quien puso sus pequeñas manos sobre su corazón y se le quedó viendo.

-Te aseguro que no hay necesidad de causarme un infarto con tus exclamaciones de emoción - se mofó.

-¡Oh por favor! Fuiste un espía, un mortífago, y encaraste a Voldemort casi cada noche durante años, ¿y saltas cuando hablo? - le preguntó, levantando una ceja. Él la miro planamente.

-Señorita Granger, esos días se acabaron y he aprendido a relajarme desde entonces, asi que perdoneme si estoy un poco asustadizo de vez en cuando - le replicó.

-¿Has aprendido a relajarte? - le preguntó antes de estallar en risas.

¿De qué se ríe ahora? Me he relajado… de alguna forma…

-¡Eres la persona más perfeccionista que conozco! Todavía rondas el salón como un gato salvaje buscando una presa, usas prendas que dejan todo a la imaginación, todavía te burlas y te molestas con todos, nunca sonríes o ríes, o por lo menos no cuando eres un adulto y todavía encuentras razones para quitarle puntos a todos - le dijo divertida. La expresión de Snape sólo hacía que quisiera volver a reír.

-No soy tan malo señorita Granger - le dijo categóricamente.

-Sí lo eres. Nunca te había visto sonreír o reír hasta que fuiste transformado en un niño. Nunca supe que tenías un sentido del humor hasta ahora. No tenía idea de que podías ser tan divertido - le replicó.

-Nadie se molesta en llegar a conocerme lo suficiente para saber que es divertido estar a mi alrededor - le contestó.

-Nunca dejas que nadie te conozca. Los empujas a todos - le señaló. Esta vez él se quedó en silencio, viendo la mesita del café. Hermione se inclinó y miró su pequeño rostro.

-¿Qué? - le preguntó suavemente.

-¿De verdad no eres tan malo como te haces ver cuando eres adulto? - le preguntó. Él se quedó en silencio por un momento y luego se encogió de hombros.

-No importa, ¿o sí? De todas formas, ¿quién demonios quiere estar a mi alrededor? - le preguntó amargamente.

-Yo quiero.

Severus volteó a verla y notó la sinceridad en sus ojos. Tal vez algunos Gryffindors no eran tan malos después de todo. Él le sonrió quedamente antes mirar lejos de esos bellos ojos.

-¿Qué ibas a hacer? Dijiste que tenías una idea - le dijo, cambiando el tema.

-¡Cierto! ¡Espera un segundo! - le dijo y saltó del sofá. Hermione regresó a su habitación y dejó a Snape esperando por varios minutos. Él alzó una ceja cuando la vio regresar cargando varios pequeños objetos. Hermione los colocó en el piso y los devolvió a su tamaño original y entonces él pudo reconocer su material para álbumes.

-¿Cómo exactamente es qué esto me va a beneficiar? - preguntó desinteresado.

-Lo vas a hacer conmigo - le respondió felizmente. Snape frunció el ceño.

-¡No soy una chica! Yo no hago cosas de niñas con fotos y papeles de colores brillantes - le dijo con desdén.

-No tienes que usar papeles de colores brillantes. Tengo algunos tonos oscuros también - le contestó con ese feliz tono de voz. Hermione se levantó y lo tomó antes de que pudiera protestar y lo sentó en el piso junto a ella.

-¡Señorita Granger, no deseo participar en esto! - se quejó.

-Te vas a sentar aquí conmigo y harás esto o te voy a poner en una cuna por el resto de la noche con nada más que un pañal - le dijo firmemente. Él la miró horrorizado.

-¡Esta bien! ¡De acuerdo! - respondió finalmente e hizo un puchero mientras ella sacaba sus cosas de las cajas y las bolsas. Hermione tomó las fotos y puso el altero entre ambos.

-Ten, puedes buscar aquí y escoger algunos colores y no puede ser negro - le dijo.

-¿Me recuerdas por qué estoy haciendo esto? - le preguntó.

-Estas hojas son para tus fotos, pero si quieres que yo las escoja lo haré - le dijo y le mostró algunas hojas en tonos pastel. Severus instantáneamente empezó a hojear el paquete con tonos oscuros. Prácticamente podía sentir la expresión presumida de la señorita Granger.

Maldita mocosa. Debería haber sabido que me torturarías así…

Snape encontró varias hojas de tonos oscuros y los sacó del paquete. Volteó para encontrar que la señorita Granger realmente concentrada en seleccionar algunos stickers para poner con las fotos. Snape arrugó su rostro en confusión.

-¿Cuál es el problema? - le preguntó.

-Las etiquetas tienen que ser apropiadas para la página y las fotos. No puedo pegarles cualquier cosa - le dijo sin levantar la mirada.

MmmHmm…

-¿Normalmente es tan tardado? - le preguntó.

-Sí. He tardado dos horas en una página - le dijo.

-¿Hablas en serio? ¿Cuál es tu problema? Son sólo fotos, un simple álbum podría funcionar - le remarcó.

-No, no lo haría. Toma un montón de creatividad para hacer un buen álbum porque todas las páginas son diferentes y entre más haces aprendes más técnicas - le dijo y volteó para ver la expresión despistada en su rostro. El único movimiento que hacía era el parpadear, y ella apretó los labios con molestia. - Hacer un álbum es una forma de arte.

-Ok…

Las pociones son un arte. Esta basura de pegar papelitos no lo es.

-Aquí, mira estos para que te des una idea - le dijo desdeñosamente y le pasó uno de sus álbumes sin fijarse en cual era.

Severus arqueó una de sus cejas y miró el libro marcado con un "Sexto año" y después de la señorita Granger quien no se había dado cuenta. Sus pequeños labios formaron una sonrisa triunfante mientras ponía el libro sobre su regazo y lo abría.

No pensé que sería tan fácil…

Él pasó a través de las páginas encontrando varias de sus amigos y profesores. Tuvo que admitir que añadir la decoraciones a las páginas les daba un efecto artístico. Era obvio que ella transfiguraba los recortes y las etiquetas para que tomaran la forma de objetos mágicos. Había una página dedicada al infame buscador de Gryffindor a quien no podía soportar la mitad del tiempo y adornando sus páginas había etiquetas de snitch, escobas, quaffles y otros objetos de quidditch. Rodando los ojos, Severus cambió de página hasta que se encontró con una que lo dejó en shock. En la parte superior estaba su nombre.

Severus miró a las fotos que adornaban la página y volvió a elevar su ceja. No iba a pensar mucho sobre esto hasta que volteó la página y encontró otras dos sobre él.

Interesante…

Algunas de las fotos eran mágicas y otras eran muggles. Volteó a ver a la señorita Granger para notar que seguía centrada en seleccionar los materiales para una página. Cambió a la siguiente página para encontrar un par más sobre él. Leyó los pequeños memos cerca de algunas fotos y sonrió sarcásticamente.

Así que es por esto que no se los muestra a nadie…

Una vez que hubo terminado el libro lo dejó a un lado y buscó entre los otros para ver si el de su séptimo año estaba ahí. Cuando lo encontró, cuidadosamente lo jaló hacia él mientras sus ojos seguían fijos en la joven quien seguía sin notar nada. Él sabía que se veía como un niño malo tratando de lucir inocente. Empezó a pasar las páginas encontrando más de los profesores y de él.

Ella tiene más páginas dedicadas a mi que de Minerva. Estoy sorprendido…

Severus tuvo que usar su autocontrol para mantener su rostro imperturbable cuando encontró una página de él con pequeños corazones adornando las fotos. Leyó el memo y se sorprendió de lo que decía.

El profesor Severus Snape es tan sexy… ahora lo soy? Wow.

Continuó viendo a través de las páginas, notando que no estaban en orden. Se detuvo en otra página de él y frunció el ceño cuando notó que era él sentado en su oficina sin su levita. Estaba usando una camisa blanca con sus pantalones negros y sus piernas estaban sobre el escritorio.

¿Cómo demonios consiguió esta foto?

Severus terminó de ver el libro y lo dejó a un lado con el resto. Había uno de cada año, uno de su familia, uno de sus vacaciones y viajes, y uno de ella misma. Él notó que el de vacaciones era muy delgado y no tenía mucho en él y sonrió sarcasticamente.

¿No viajas mucho, verdad? Tendremos que arreglar eso.

Agarró un álbum con sólo fotos de ella y empezó a hojearlo. Había varias fotos de ella como bebé y como niña pequeña. Severus casi se carcajea al verla como una pequeña niña y ver que todavía tenía ese cabello alborotado. Había varias fotos de ella como niña haciendo cosas que él nunca pudo. Ella tenía juguetes, ropa bonita, amigos, pero sobretodo tenía padres que obviamente la amaban y la apreciaban.

-Tienes mucha suerte, señorita Granger - le dijo sin darse cuenta que lo decía en voz alta.

-¿Suerte por qué? - le preguntó, volteando a verlo.

-Oh...um… por tus padres. Puedo decir que ellos te aman mucho - le contestó un poco avergonzado.

-¿A ti no? - le preguntó suavemente. Severus volteó a verla tratando de decidir si debería contarle o no sobre su vida personal.

-Um...no...bueno...si lo hicieron...nunca lo mostraron - finalmente admitió. Los ojos de Hermione se suavizaron mientras lo veía.

-Lamento escuchar eso - le dijo suavemente.

-No es nada. No importa ahora de todas formas - dijo desdeñosamente y apartó la mirada de esos bellos ojos canela.

-Bueno, tal vez podrías considerar este tiempo como una memoria de la niñez - sugirió.

-O como una experiencia traumática - le dijo sarcásticamente, pero las esquinas de sus labios se elevaron un poco.

-No es tan malo. Desde que fuiste transfigurado en un niño has jugado con juguetes, te has salido con la tuya con muchas cosas que no podrías como adulto, no eres disciplinado físicamente, y has atacado a Harry y Ron sin consecuencias - le dijo con una sonrisa divertida.

-Sí… vale la pena recordar esos momentos. Créame señorita Granger, hay algunas cosas de esta experiencia que yo definitivamente no olvidaré - le dijo con una sonrisa torcida y la vio sonrojarse. Hermione asintió y regresó a lo que estaba haciendo, obviamente luchando para no volverse roja.

Severus rió suavemente y continuó viendo a través del libro. Ella tenía fotos de cada año de su vida y él literalmente la vio ir de una niña con una mata de pelo y dientes grandes a una bella mujer joven. Al llegar a las últimas páginas se sorprendió de ver a la señorita Granger usando una versión muy sexy de su uniforme escolar.

Espera un minuto… ¿es mi escritorio en el que está sentada?

Severus pasó a la siguiente foto para ver a la señorita Granger sentada en una gran silla de oficina con su encantadora parte trasera frente a la cámara. Su falda estaba levantada sobre su trasero y estaba usando unas muy sexy panties verdes.

¡Esa es mi maldita silla!

Severus miró en shock al encontrarse viendo a una casi desnuda Hermione Granger arriba de su escritorio sobre sus rodillas. Ella se levantaba con sus manos sobre sus pechos y su rostro lleno de lujuria. Su cabello se veía salvaje e indomable, pero esta era otra versión de salvaje. Este tipo de salvaje, no le molestaba en lo absoluto. Su brasier y panties eran de encaje verde oscuro y sus labios estaban pintados en un rojo pasión.

¿Cuándo hizo esto? ¡Ella estaba haciendo esto en mi oficina y me lo perdí!

-¿Señorita Granger? - se ahogó.

-¿Hmm? - ella ni siquiera levantó la vista de lo que estaba haciendo.

-¿Cuándo sucedió esto? - le preguntó y acomodó el libro para que la foto le quedara enfrente. Hermione levantó la mirada y se congeló. Su rostro mostraba la mortificación que sentía y empalideció considerablemente.

-Oh. Mi. Dios - dijo en shock. Él resopló.

-Eso es exactamente lo que estaba pensando. No puedes imaginarte lo sorprendido que estaba al encontrar esto. En realidad estás semidesnuda sobre mi escritorio y en mi oficina - dijo suavemente. Sus ojos llenos de alegría y su mirada era intensa al ver su rostro pálido sonrojarse. Ella estaba tan avergonzada.

-Yo… um… no es lo que piensas - ella tartamudeó débilmente.

-Oh sí lo es. ¡Es exactamente lo que pienso! ¡Mirate! ¡No estás usando más que tus bragas en mi escritorio! - exclamó. Hermione le arrebató el libro y lo guardó de nuevo en su bolsa.

-Yo… fue una apuesta… Ginny me retó - dijo incomodamente. Snape no parecía divertido.

-En serio.

-¿Qué? No importa de todos modos. ¡Si quieres darme detención por el resto del año entonces hazlo! - le dijo irritada.

-Apuesto que amarías eso - le dijo sugestivamente. El rostro de Hermione se tornó escarlata.

-Jodete - le gruñó. Esta vez él se carcajeó, estuvo rodando en el piso por varios minutos, dejándolo salir. Hermione estaba horrorizada y avergonzada de que él hubiera visto esas fotos y ahora se estuviera riendo de eso. Finalmente él pareció recuperar un poco de control.

-Señorita Granger - empezó y esperó otros segundos para recuperar el aliento - no estoy enojado sobre esto y no te voy a castigar, a pesar de que la idea es tentadora. Sólo estoy decepcionado.

-¿Decepcionado de qué? - le preguntó cautelosa.

-No estaba ahí - le dijo simplemente y la vio mecerse nerviosa. Sus mejillas eran de un rojo brillante y su expresión de inmensa mortificación. Él sabía que ella entendió la implicación a la perfección.

-Bueno… supongo que debería decir… lo siento por… no haberte invitado - le dijo insegura. Severus volvió a reírse y cayó nuevamente al piso. Hermione no pudo evitar que una sonrisa apareciera en su rostro a pesar de la verguenza. Por lo menos Snape se estaba riendo y pasando un buen rato aún si era a su costa.