Notas de la autora: Mmmm, este capítulo más que nada relleno supongo, es que no se me ha ocurrido nada nuevo, ya lo tengo más adelantado pero estoy pensando qué más meterle, muchas gracias por los reviews a todas, que lo disfruten. Nos vemos al final con las notas especiales x3.
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-Yo no soy una broma – su voz sonó claramente por todos los rincones del baño que se inundaba cada vez más.
-¡Abuelo! – fue lo último que pudo decir mientras caía inconsciente.
Pronto y por segunda vez en el día el sonido de una plática alegre lo despertó, se escuchaban voces divertidas que reían sin disimulo, pero que, sin embargo cesaron cuando este dio un tirón y vio a su abuelo y a ese muchacho que decía ser Yami hablando como si se conocieran desde siempre.
-Está despertando – dijo el abuelo.
-Hikari… - se oyó decir al otro.
-¿Hi-Hikari? – preguntó él, aun algo atontado. - ¡Esperen¿Cómo es que ustedes...¿Cómo es que Yami?
-Yo te lo explicaré – el viejo vio a su nieto, le dirigió una mirada comprensiva y se le dibujó en el rostro la culpabilidad – Esto sucedió hace tiempo, cuando hacía mis viajes y expediciones a Egipto, resulta que… en una de mis excavaciones encontré ese muñeco al que llamas Yami, o que le diste ese nombre, yo no sabía por qué había encontrado algo así, pero lo guardé pues se parecía mucho a ti y pensé que te gustaría. – hizo una pausa mirando de reojo al susodicho que mostraba más interés en Yugi que en su relato – La cosa es… no sé si lo creas, pero bueno, me dirigí a mi campamento para descansar, y lo encontré vacío, me senté a tomar agua porque como sabes allá hace mucho calor, sin embargo mis compañeros no regresaron más, supuse que se habían quedado en otro lugar, así que me metí a mis sleeping back… cuando ese… ese… Yami apareció frente mío, me asusté bastante – un escalofrío recorrió su cuerpo – Me explicó que él estaba enterrado y que la persona que lo encontrara tendría que darle a una de sus personas cercanas para que estuviera con él… y…
-¿A qué te refieres con "qué estuviera con él"? – preguntó Yugi casi sabiendo la respuesta, pero de pronto pensó "Esa sonrisa que me dedicó el abuelo… cuando se lo mostré, si era de aprobación¿hacía quién¿Hacía mí, o hacía él…
-Bueno, verás – movió sus manos nerviosamente – lo que quiere decir es que… Yami, te eligió a ti, para que… para que… - pero no pudo terminar.
-Para que seas mi compañero de toda la vida. – concluyó él, casi sonriendo. – Sé que he elegido bien – y al fin sonrió abiertamente.
-¡Oye, espera! – dijo él realmente enfadado - ¿Qué te hace pensar… qué te hace pensar, que yo…? – y sus mejillas se pintaron de rojo intenso.
-Es el contrato – intervino el abuelo – Si tu encontrabas este muñeco, digo a esta persona, que yo había guardado en esta casa, serías…, serías de él. Aunque no lo encontraste aquí, y aunque fue fuera, esto se cumplió.
Yugi sintió un mareo tremendo, sus interlocutores sólo pudieron ver cómo se desplomaba por tercera vez en el día encima del sillón, mientras afuera comenzaba a llover.
-Descuide, yo lo cuidaré – fue lo último que escuchó.
Despertó pero no abrió sus ojos, no tenía ni idea de dónde se encontraba, pero esperaba que si no los abría se daría cuenta que lo de anterior era un sueño, sentía una sensación muy placentera en su cabeza, alguien la estaba acariciando dulcemente, tomando cada mechón con extremada delicadeza y cariño, quiso saber quién era, así que entreabrió sus ojos amatista, estaba oscuro, seguramente ya era muy tarde ¿Cuánto tiempo se había dormido? Pronto se levantó de un salto, aquél… Yami, había estado acariciando su cabeza, no le dio tiempo ni de sonrojarse cuando Yami le abrazó.
-Buenas Noches, Hikari no Tenshi (N/A: Significa ángel de luz) – volvió a tomar sus mechones entre sus dedos.
-No¡no soy tu Hikari! – dijo él entrecortadamente, sintiendo su rostro en el pecho del mayor y su respiración acompasada como si fueran una sola persona, al mismo tiempo que una sensación a la anterior llena de cariño le expresaban. Por un momento pensó en corresponderlo, pero ¡no lo conocía!
-Será mejor que te duermas de nuevo, hikari – susurro en su oido derecho y este sintió un escalofrío.
Yugi no tuvo ninguna objeción, vio a Yami salir de la habitación y se preguntó que pasaría con él en un futuro próximo… pero eso era lo que menos le importaba, nunca antes había experimentado esa sensación, no, no debía pasar nada… de hecho, no estaba seguro si él… si él, tenía "ese tipo de gustos", con esas ideas rondando su cabeza cayó dormido.
Despertó varias horas después con la impresión de no haber descansado nada, sus párpados no aguantaban mucho, pero ya había faltado un día a clases, seguramente se había perdido de mucho, ya no podía ausentarse más, se puso su uniforme del diario, bajó las escaleras con su mochila en hombros, y se sentó a desayunar como lo hacía diariamente.
-¿Cómo amaneciste hoy, ya te sientes mejor? – le preguntó tímidamente el abuelo porque temía la reacción de él, y era de esperarse por lo que le había contado…
-Sí, mucho mejor, de hecho no me acordaba con todo lo que pasó – sonrió amplia pero falsamente, aún le preocupaba ese asunto.
-Me alegra que estés bien – dejó de tensar los músculos de su cara pensando que su nieto no le guardaba ningún rencor, y así era… -¿Dónde… dónde está el? – preguntó después de un largo silencio el muchacho.
-Ehm… dijo que tenía que arreglar unos asuntos.
-Bien – repuso con frialdad. – Me voy, se me hace tarde – sin esperar respuesta salió de la casa corriendo rápidamente, si regresaba mejor que no lo viera allí.
Llego a su instituto bastante cansado, no había parado ni cuando por accidente había tropezado con alguna persona, se inclino posó sus manos en sus rodillas y respiró profundamente, cuando recupero todo el valioso oxígeno y dejó de dolerle el estómago entró, había llegado bastante temprano aunque no le hubiera mentido a su abuelo, seguro y llegaba igual.
Subió algunos pisos y entró a su salón, cursaba 2 grado de preparatoria, no había nadie en el aula y el sol matutino en esos momentos era cubierto por pequeñas nubes blancas que daban un aspecto de alegría oculta, tomó su asiento junto a una de las ventanas que despedía ese espectáculo. Y de pronto lo recordó, ese día era el eclipse de luna, a eso le atribuía que el cielo se mostrara diferente antes sus jóvenes ojos.
Poco a poco los demás fueron llegando, llenando el aula de risas, voces y murmullos, muchos de sus compañeros le preguntaron si se encontraba mejor, y le dieron su apoyo, después de varios minutos llegaron Anzu, Honda y Jou, que como siempre llegaban tarde, tomaron sus habituales asientos cerca de él, y le saludaron, le preguntaron sobre su estado y charlaron sobre demás cosas.
Yugi volteo la mirada al cielo cuando el profesor entro apresuradamente, tenía aspecto de haberse levantado muuuy tarde y de haberse vestido como dios le había dado a entender, se arregló la corbata que ese día era color azul fuerte, se aclaró la garganta y mientras todos los alumnos se fijaban en cada movimiento que él hacía, se asomó al pasillo y dijo "Entra, por favor".
-Muchas Gracias – Yami, quien también traía el uniforme habló con flojera y posó sus ojos en la nuca de Yugi que seguía contemplando el cielo ajeno a todo lo que pasaba en su salón.
-Hay un asiento vacío al lado de Moto, por cierto, antes dime cómo te llamas y cuál es tu apellido.
-Mi nombre es Yami Atemu – avanzó hasta el lugar que le señaló el profesor pero no se sentó, sino que se abalanzó contra yugi quien al sentir el fuerte abrazo volteo asustado. – Mi Hikari¡estás aquí!
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Katsuy: Muchas Gracias por tus reviews, yugi estaba muy asustado pobre pero como ves en este ya no aguantó mas x3, deberías animarte a escribirlo :P. Igual te queda algo, yo igual tengo varios fanfics en mente pero quiero avanzarle a este o.o, no se preocupen yo estoy loca de nacimiento xP.
Lizy: Muchas Gracias :3, calma, calma no te desmayes, espérate después no querrás desmayarte sino otra cosa u.u, y aqui está el otro cap, ojalá les guste.
Nos vemos pronto, cuando se me ocurra algo nuevo o.o, mejor me voy que me sangra la nariz horrible (y no fue por ver algo muy baba sino porque... quien sabe x.x)
Adiós n.n
