-Yugi… -dijo entre jadeos- mmmm… -sin terminar la frase se aventuró debajo de nuevo al cuello, mientras sus manos iban despojando a Yugi de su última prenda.
Yugi seguía sin poder articular palabra alguna pero cada vez más excitado por todo lo que estaba sucediendo, hasta que por fin salió, resbaló su bóxer por sus piernas yendo a para debajo de la cama.
-Eres precioso, eres lo más hermoso de este mundo –añadió yami, que miraba a Yugi y cada centímetro de piel que tenía, sus delgadas piernas, su miembro que alcanzaba ya casi toda su longitud, su abdomen todo en él era perfecto, hasta esos pequeños mechones que le caían graciosamente en su frente sudorosa.
-Me toca a mí –algo rojo pero ya desinhibido Yugi se arrodilló en la cama, pasando a estar arriba, tenía que compensar un poco lo que Yami le había hecho sentir, el muchacho derrumbó ahora al otro en la cama y lamió dulcemente todo el abdomen subiendo a mordisquear un poco las tetillas erectas de Yami, que se retorcía lleno de placer por debajo de él.
-No te propases hikari – le dijo con voz grave el ex faraón volviendo a acecharlo pero esta vez acostándolo boca abajo –Recuerda que yo soy tu faraón-empleó un tono de voz sensual y recorrió su espalda besándola.
-No me dolerá ¿verdad? –realmente estaba deseando pertenecerle, pero aún así estaba nervioso, se volteó a mirar sus grandes rubíes rojos que tenia por ojos su faraón.
-Te prometo que no, pero primero tengo que… -se sacó el pantalón y el bóxer ante la mirada de Yugi, llena de excitación, acostándose de nuevo encima de él – Al principio sé que te lastimara un poco, pero confía en mí Yugi, tengo que dilatarte o sino correrías el riesgo de que te desgarrara completamente –Recorrió con las manos el pequeño pero firme trasero que tenía Yugi mientras para tranquilizarlo lo besaba y entonces hizo entrar a uno de sus dedos.
Yugi sintió un inmenso dolor, tanto que mordió un poco los labios de Yami haciéndolo sangrar un poco, pero éste no se inmutó ya que continuaba con su exploración del cuerpo del menor que comenzaba a acostumbrarse ya al dolor cambiándolo por suspiros pequeños que se escapaban de su boca cada vez que separaban los labios. Con más confianza Yami hizo entrar al segundo de sus dedos que, junto con el otro sentían que ya estaba por demás listo. "Ahora, hikari… si no estás listo, lo entenderé" al no recibir respuesta dedujo que era una señal de aprobación y coloco su miembro palpitante y ya erecto en la entrada de su hikari, que se removía entre nervioso, impaciente y excitado esperando que pasara.
Y entró, lentamente, penetró dentro de él, mientras éste clavaba las uñas en las sábanas tratando de controlar el dolor que sentía mientras silenciosas lágrimas recorrían su cara y se acompasaba su respiración, acostumbrándose a la sensación que estaba siendo remplazada lentamente por otra.
Yami salió de él y otra vez, con sumo cuidado volvió a entrar, secando con la mano que tenía libre las lágrimas que habían caído antes y haciendo que éste volteara a verlo. Yugi dio un suspiro grande cargado de emoción. Y éste aceleró su paso, mientras se sentía explotar, con cada pequeño gemido que daba su hikari, y que cada vez se hacían más intensos más fuertes. Era como estar en el paraíso, los dos juntos, entre un pequeño vaivén estando en nubes de algodón, sudorosos, excitados, más gemidos, gritando sus nombres, besándose cada vez aumentaba más el ritmo, hasta que por fin llegaron a un orgasmo, yami vaciándose en él y éste sintiendo algo cálido entrando en él.
-Te amo, como jamás he amado a nadie –le dijo yami retirándose de su entrada y abrazándolo protectoramente – Eres hermoso, eres lo más hermoso del mundo –apartó unos cuantos mechones de su frente mientras con algo de trabajo subía las sábanas y las mantas a su altura tapándolos.
-Y yo a ti, Yami –dijo exhalando un suspiro de cansancio- porque me enseñaste ahora, que esto no tiene nada de malo… es hermoso, estar contigo, disfrutarte… fue… -pero no terminó dio un largo suspiro.
-Duérmete, porque aquí estaré –él también cerro sus ojos, sonriendo feliz.
A la mañana siguiente dos personas amanecían juntas, envueltas en sudor, respiraban entrecortadamente después de lo sucedido esa noche pero parecían contentos, bueno eso se les notaba en que, todavía estando dormidos una sonrisa bastante sincera y de satisfacción adornaba sus cansados rostros, los mechones caían graciosamente en el rostro del menor que estaba acurrucado en el brazo del otro, que lo abrazaba dulcemente.
Un despertador que marcaba "6.00 a.m." terminó sobresaltando al mayor, que nunca antes había escuchado aquél ruido y se levantó bastante confundido, cuando lo encontró lo aplastó como pudo hasta acallar ese terrible sonido, regresó sobre sus pasos, levantó las sábanas y pasó un brazo sobre Yugi, con la otra mano describió círculos en las mejillas del muchacho, éste al sentir el contacto abrió sus ojos con pereza. Como si no entendiera dónde estaba y lo que había pasado Yugi inspeccionó la habitación tenuemente iluminada por una suave luz que provenía de entre las cortinas aún cerradas, y encontró por todos lados ropa desordenada adornando el suelo de su habitación, un cinturón, unos pantalones, una camisa… de inmediato y de un flash recordó lo sucedido. Vagos recuerdos de un fugaz beso, perdiéndose en las intensas emociones que reflejaban los ojos de Yami, abrazos, caricias.
Bajó el rostro hasta verse cubierto sólo con unas cuantas sábanas, y a su lado, Yami, quién aun con cara de sueño se limitaba a desemperezarse y le daba tiempo de asimilarlo todo. También estaba sólo cubierto con las mismas sábanas que él. Se sonrojó levemente mientras el otro le plantó un beso en la frente. "Buenos días, hikari no tenshi" se levantó ante la cohibida mirada de Yugi al verlo así, bueno nada que ya no hubiera visto antes, pero siendo tan inocente aún…
-Buenos días, yami – con voz de cansancio contestó.
-Mmmm ¿cómo amaneciste hoy? – preguntó pícaramente él.
-Muy bien… gracias… - y aumentó el color de sus mejillas, cosa que el otro no dejo pasar, le gustaba verlo así, sus puras e intensas emociones, su ingenuidad, lo cautivaban al máximo.
Yugi se levantó también, pensó en darse una ducha, salió con una toalla en la cintura y calentó el agua, regresó a la habitación donde Yami miraba confundido el lugar. "¿No sabes que ropa usar?" este asintió levemente aún con la mirada perdida, "Ahora nos toca ir a clases, si es que vas a ir, mmmm puedes ponerte el uniforme que traías ayer, que me queda muy grande, y pues en la tarde vamos a comprarte algo para ti". Quedaron de acuerdo en eso y yugi fue a bañarse mientras el otro se arreglaba.
Entro a la ducha bastante relajado y aún pensando en lo que había sucedido, no le molestaba ni le causaba ninguna pena… con Yami al menos, si su abuelo se enterara… eso le daba muchísimo miedo, pero él ya había aprobado eso, de hecho él fue el que lo "vendió" pensó amargamente mientras el agua tibia le daba de lleno en la cara y le refrescaba, ya no sería el mismo nunca más pero no estaba arrepentido. Todo se había dado tan rápido…
Salió de la ducha tiempo después y se dirigió a la habitación, se preguntaba que habría estado haciendo Yami mientras él tomaba un baño, pero él ya no estaba allí, tomó su uniforme y se lo colocó con poco ánimo, mientras arreglaba sus útiles que llevaría, el informe del eclipse por supuesto y poca cosa más.
Continuará? x.x -
Sorry, hoy no puedo contestar reviews, parece que formatearé la PC así que igual y dejo el fic un rato, no sé necesito organizar donde guardar esto, (sí lo escribo en word y todo se va a ir a la... basura u.u)
Ya sé, esto no quedó como debía quedar, soy demasiado penosa con ese tipo de escenas, sobre todo porque no las acostumbro en parejas yaoi, digamoslo así, lo siento! Trataré de ver como shit le hago -o-
Salvaré mis fanfics, lo prometo, este casi está terminado (el borrador obviusly u.u)
Dios, ahora que lo pienso mejor me tiro a un pozo ya no sé ni qué mas escribir -o- soy un fiasco, solo sirvo para oneshots (aunque igual ando pensando en tres proyectos... si es que termino este y el de confused -o-)
Goodbye.
