♥♥ ¿INTERESARSE EN EL FUTURO O SÓLO CENTRARSE EN EL PRESENTE?♥♥
By: Yunemi
First chapter
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Conocer el futuro y lo que va a ser de cada ser humano en muchos años más, específicamente siglos, siempre ha sido una de las mayores interrogantes del hombre. Escudriñar a fondo el pasado, analizar la evolución de la vida a lo largo del tiempo, es una manera de simular aspectos de ese futuro incierto.
Yendo a algo más particular.. ¿qué piensas tú sobre tu futuro?
A cada persona debe interesarle su propio destino, cómo no. Cada quien desea saber si logrará sus metas, si es que se ha impuesto. Hay personas que viven pensando en el después, luchan por tener un porvenir lo más satisfactorio posible, respecto a sus expectativas. Pero, también hay otras que no se detienen un segundo a pensar en su post-vida, sino sólo en el hoy, de vivir un buen momento.
Ahora, los proyectos con fin de beneficios futuros.. son de toda clase, en todas las áreas de la persona: trabajo, familia, amor, amistades.. un todo en general. Destaco, que entre los beneficios más penetrables y perdurables.. son los espirituales.
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Refiriendome al protagonista de esta historia.. éste caería en la categoría: centrarse más el presente, que proyectarse y preocuparse por conseguir un futuro pleno..
...y es pleno... sólo si puedes satisfacer y armonizar las necesidades humanas tanto materiales como espirituales.
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La rutinaria jornada escolar tenía tiempo de haber comenzado. Cada institución educacional se acercaba ya a la mitad del período de duración de sus clases.
De las cientas de escuelas en Japón, nos centraremos en la Secundaria Seishun Gakuen.
Bueno, bueno… conozco pocos que amen con todo su corazón levantarse temprano e ir al colegio. Y sí que es terrible, cuando andas con sueño durante las clases, sobre todos las humanistas. O en cualquier materia, observar como el profesor mueve la boca o se pasea por el salón, no es una de las mayores entretenciones. Agreguemos, que no te entra ni media palabra de lo que dice el(la) "interactivo(a)" maestro(a), puesto que uno está demasiado ocupado en medio de una batalla interna con el cerebro y los ojos, uno para que reaccione, y lo otro para que se mantengan abiertos.
Pero no hay que tener precisamente sueño en las clases, para sufrir. También pasa que, como muchas personas, uno tiene ciertas materias que no son de su agrado, por no decir: detestar, aborrecer. Y ahí es cuando la cosa se vuelve insoportable. Sientes que el tiempo no avanza durante esas clases, y uno empieza a mirar con desconfianza el reloj, las manecillas se mueven.. taaaaaaan lento, que sacárselo, tirarlo al suelo, y pisarlo con el zapato, resulta demasiado tentador.
Aunque, existen quienes, en medio de esas clases, emplean muy bien su tiempo molestando al compañero más cercano, o haciendo burla al docente sin que éste lo note… y claro, no se aburren.
Ahorita, en el salón 2-7, Ryoma Echizen mira constantemente el techo, contando mentalmente el tiempo, rogando que la tediosa sesión de meditación, incitada por el profesor de orientación educacional, acabara de una buena vez.
Suspiro.
Ya cansado de mirar la blancura de la pintura del techo, bajó la vista y miró de reojo a algunos de sus compañeros de salón. Estos estaban sentados relajadamente con los ojos cerrados, y uno que otro con las manos cruzadas sobre el pupitre. Cada quien con sus respectivas expresiones faciales, dependiendo de lo que estaban imaginando en el momento.
"Cada uno de ustedes está estudiando para ser alguien en la vida. Todos tenemos metas. Ustedes en unos años más deberán tener muy claro qué desean hacer, si seguir estudiando en la educación superior o trabajar. Si quieren ir a la Universidad, más o menos pensar qué desean estudiar. Deben desde ya preocuparse, para decidir bien. Anticipar las cosas es muy beneficiador. Intentar hacer las cosas a último momento, sólo trae intranquilidad, estrés y mucha probabilidad de equivocarse.
Quiero que en este momento, cierren sus ojos, e intenten visualizarse dentro de 10 ó 15 años..
Recuerden que nuestra manera de actuar en el presente es lo que determina nuestro futuro"
Sobra decir que Ryoma no prestó atención siquiera a una palabra dicha por el catedrático.
"Cómo se ven? En qué circunstancias? Cuando lo tengan claro, y les diga que abran sus ojos, quiero que lo escriban en la hoja que les pasé, y al final de la clase me la entreguen"
Sí.. Cómo no, Ryoma ni se inmuto ante ello. Le valía nada esa clase.
Aunque, de seguro lo único que escribiría repetidas veces y por toda la hoja, sería la palabra: Tenis.
El profesor dio por terminado el tiempo y le pidió a los estudiantes que abrieran los ojos. A partir de ese momento, por todo el salón se podían observar: alumnos de lleno escribiendo, sumamente concentrados; otros escribían, parando a momentos, rascándose levemente la cabeza; algunos escribían y borraban, dándose vueltas en sus ideas; y, uno, estaba despreocupadamente apoyado en el respaldo de la silla, con las manos en los bolsillos de su pantalón, los ojos cerrados, la cabeza ligeramente hacia abajo. Una posición totalmente cómoda. Lo único que le faltaba era apoyar los pies arriba de la mesa, y tener un letrero que diga: "Me importa un comino esta estúpida clase"
"RyOmA EcHiZeN"
Aquel nombre, entre los tantos de la lista de alumnos del salón 2-7, era mental y detenidamente leído por el instructor de orientación estudiantil. Sus fulminantes miradas hacia el único de sus alumnos que no cumplía con hacer su tarea encomendada, eran totalmente ignoradas por éste. Finalmente, suspiro con desgano, con una única frase en su mente: "Ese chico no tiene remedio".
Terminada la clase, los estudiantes en una rápida fila, entregaban y salían de salón, otros aún arreglaban detalles. Entre estas acciones, uno de los alumnos sin siquiera hacer fila, depositó una hoja en blanco en la mesa del maestro, y salió del lugar sin más ni menos, ante miradas curiosas, atónitas y de sorpresa.
El profesor masculló algo por lo bajo, y resignado siguió con lo que hacía.
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-¡Ese maldito examen! -insultó una vez más a los cuatro vientos, Takeshi Momoshiro.
-…..
- NO! Es que ese maestro no puede reprobarme, si es que no obtengo más del 70 por ciento bueno en esa maldita cosa!
-…..
- Es una injusticia!
-…..
- El no puede hacerme eso! Verdad, Ryoma?
-….
- Ryoma!
- Mmm… -murmuró éste.
- ¬¬..Oíste lo que te decía? -preguntó mirando irónicamente a su acompañante de mirada ambarina.
- Mnm… -volvió a soltar, con la mirada hacia el frente.
- .. …
Bueno, sin comentarios, como siempre, nuestro tenista preferido es taaan buen hablador.
Eso sí, el día de hoy estaba peor que de costumbre, no miraba ni hablaba ni por si acaso. Estaba de mal humor, aunque no quisiera admitirlo, esas clases de orientación lo fastidiaban un poco. No le hallaba sentido, para él, estaban demás.
- Antes de que empezaran los entrenamientos, aún en período de clases, me crucé con Horio.. Jeje, el pobre se veía algo desquiciado corriendo con tanto apuro y esquivando a todos por el pasillo, para poder ir a dejar una hoja a su maestro de orientación al salón de profesores, según me alcanzó a decir -comentó Momoshiro, riendo entre medio al recordar la cara que tenia en esos momentos el chico "una ceja por dos", con ya tres años de experiencia en tenis.
- Mrrmn… -Ok, Ryoma definitivamente no pensaba hacer otra cosa que no fuera, curvar la lengua y resonar las cuerdas vocales, para espetar sonidos extraños.
Ryoma no era de establecer grandes conversaciones, pero con gente conocida de tiempo ya, como su amigo Momoshiro, hablaba, más de responder que preguntar, pero hablaba. Soltaba sus frasecitas, quizás no muy grandes, pero bueno, el chico se ha superado, a estas alturas decía más a menudo frases completas, alcanzaban a tener un sujeto y un predicado.
Ah, y cómo olvidar su "mada mada dane", no?
Terminaron las clases, terminó el entrenamiento, los integrantes del equipo se cambiaron al respectivo uniforme oficial de la secundaria… ¿a dónde se dirigirán Momoshiro y Ryoma, ahora?
Ya habían salido de la escuela. ¿Alguna idea?
Pues..
- Oye, Ryoma ¿iremos a comer al mismo lugar de siempre?
- …..
- Oí por ahí, que hay un nuevo local de comida rápida, y está fenomenal!
Pues.. pues, sí. Esa es una de sus actividades, que mínimo dos días a la semana hacen: ir a comer hamburguesas con papas fritas. O algún helado… Lo que sea, que signifique comer, para Takeshi Momoshiro.
Aunque… no siempre es tan fácil adivinar, porque la vida es improbable, cada minuto, uno nunca puede asegurar que ocurrirá el siguiente instante, por muy obvio que parezca.
Justo en medio del camino, había un lote de gente reunida en espera de algo.
¿Qué esperaban?
- Eh¿Qué es lo que tanto está haciendo esta gente? -dijo… de nuestros dos amigos, él único que ha hablado desde hace ya un buen rato, con su felicidad pura e inmune al malhumor de su acompañante, y claro, si va a comer. El otro, por cada minuto que pasa, parece callarse más, ya ni murmurar hace.
- Oiga señora! Respete la fila! -reclamó una chica rubia, sin ninguna intención de dejarse doblegar por la endeble apariencia de una mujer, que la verdad, por sus acciones, parecía de todo, menos debilucha.
- Pero que jovencita más mal educada! Tus padres no te enseñaron a respetar a tus mayores? -se defendió ésta.
- Cómo voy a respetar a una anciana que anda haciéndose espacio, empujando a la gente con una cartera!
Bueno, al parecer algunas personas estaban algo impacientes.
- Señora, usted no es la única persona que desea que ser atendida por esa adivina! -continuó espetando la rubia.
Ok… ¿adivina? Esa palabra había sido completamente captada por el agudo oído de Takeshi Momoshiro.
- ¿Adivina¿Escuchaste eso, Ryoma? Estas personas están esperando a una vieja que dice leer el futuro. Jajaja! Ni un niño cree en eso! -se mofó el ojivioleta.
Y a pesar que Momo no estaba tan cerca del grupo de gente, el tono de voz lleno de burla del tenista no pasó desapercibido. Y él mismo lo notó al sentir cientas penetrantes miradas sobre su ser, en especial las del sexo femenino, que en sí, eran mayoría entre el conjunto de personas
que aguardaba ser atendida por una mujer que decía leer la suerte, y mande a saber Dios si era verdad.
- Oye! Por qué no te ahorras tus comentarios y te largas de aquí?
Ou… O sea, Momo puede ser muy respetuoso con las mujeres y el asunto, pero que le lanzaran comentarios maleducados, y más, tratando de pasarlo a llevar.. pues eso, él no lo iba a permitir.
El chico de cabello parado en punta, respondió a la desafiante mirada de una rubia que se hallaba en la fila, sí.. la misma chica que peleaba hace tan sólo unos instantes con una señora.
- Lo siento, pero a mi nadie me echa de ningún lado, y además, estoy en todo mi derecho de decir lo que se me plazca -le respondió Momoshiro, sin, por un instante, alzar el tono de voz.
- Pues si no vienes a leerte la suerte, para qué quieres quedarte como un tonto en medio de la calle, observando como otros esperan en hacerlo. A menos… que estés en la disyuntiva, si vas a entrar o no a leértela -terminó declarando la chica con una sonrisa irónica en su rostro.
- Pues fijate que no. No creo en estupideces.
- Estupideces dices? .. Pues te desafío a que lo hagas.
- Jamás pagaría por tontera semejante.
- Es gratis..
A ver, a ver…. ¿gratis? Esa palabrita quedó dando vueltas en el cerebro de Takeshi. O sea, si era gratis.. ¿qué perdía en hacerlo? Aunque no creyera.
- ¿Gratis? Y cuál es el sentido que ella se ofrezca a leer la suerte gratis?
La rubia señalo un anuncio, y dijo: Es para que evaluemos sus servicios, haciéndole una pregunta. Ya si quedaste conforme, puedes hacerle más, pero desde ahí comienza a cobrar.
Y efectivamente, en un pequeño cartel decía: "Lectura, cartas del tarot. Prueba y cree, una pregunta gratis. Una pregunta adicional: 80 yenes. Oferta, tres preguntas: 200 yenes. Tirada completa: 750 yenes"
- Preguntar cómo me fue en el examen?… aaah! Pero qué tonterías estoy pensando? ..ay, pero si es gratis.. no pierdo nada -Momoshiro se debatía internamente.
En eso, una persona salió entre las telas que cubrían parte de la entrada al lugar donde se hallaba la supuesta adivina. En el mismo instante entro otra. La cuarentona mujer que había salido, con una tremenda sonrisa y con la mirada iluminada, se acercó a un grupo de señoras aún en espera, feliz, dio comienzo a un incesante cuchicheo, sin faltar, claro, las risas. Era el centro de atención, entre las que se suponía sus amigas, contaba con lujos y detalles su experiencia de leerse la fortuna.
- Ay, querida! Antes de ir de lleno a la respuesta, me describió tal y como me sentía en ese tiempo, era como si leyera mis pensamientos! Me habló de tantas cosas ciertas, Dios mío, me tenía estupefacta -contaba expresivamente la mujer, cuya cosa que más le llamó la atención a Momoshiro, era el gran y gordo lunar negro que poseía entre la mejilla izquierda y la nariz.
Entrar o no entrar? Colocarse o no a la fila como un tarado? Momo intentaba responderse el interrogatorio mental, pero no pudo darse mucho tiempo, puesto que cierto chico mudo de cabello negro con destellos verdosos, había empezado a alejarse de él y del lugar.
- Uh..¡Ea, Ryoma¡Espera!.. ¡Echizen! -llamaba Takeshi, corriendo hacia el chiquillo este, que ya no era el novato de primer año, y para nada bajo. Pues claro, el chico ya iba en segundo, estaba entrando en la adolescencia, y se estaba pegando sus estirones.
¿Quién podría pensar que Ryoma se iba a detener?
Nadie, entre quienes lo conocen! Momo tampoco lo pensaba, pero nada malo hacía, según él, el que lo llamase a gritos.
- ¿Qué no te puedes esperar? Todavía no me he decidido a irm.. -¿cómo? Entoces, Momo iba a..
Ryoma paró.
- ¿Crees en eso? - Vaya, vaya… Ryoma al fin habló! No es genial? Aunque, Momo no pensó más de dos segundos en el hecho que Ryoma al fin se había dignado a responderle algo, sino más bien, en que decir ante el cuestionamiento, que más parecía una recriminación.
- Emm… bueno, yo.. Bien, mira.. No pierdo nada con preguntar, de todas maneras es gratis.. ¡Y de verdad que si llega, por esas cosas del señor de arriba, a existir alguien quien pueda hacerme un pronóstico de cómo me fue en ese endemoniado examen, me sacaría una angustia de encima! Aunque eso… me trajera otra, si es que me fue tan mal como pienso.. pero por lo menos me quitaré esa gran duda, porque en serio, de una buena vez quiero salir de esto! -ya está, Momo lo soltó todo.
Ryoma lo miró de reojo, su mirada no era por decir comprensiva, ya que era de esas innatas miradas que el sabía dar a la gente tan bien, pero al fin y al cavo, se encogió de hombres, y dio media vuelta en dirección a una pared, allí se apoyo con los ojos cerrados. Momo se sintió satisfecho, se acercó un poco a la fila, pero no se colocó en ésta, aunque eso si, estaba atento al avance de ella, y que nadie más llegara a colocarse.
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Ryoma abrió los ojos para observar a la lejanía las cortinas que cubrían la entrada al lugar al que había entrado Momoshiro hacía un rato. Había tenido la suficiente paciencia para esperar y esperar, el hace un año jamás hubiera hecho tal cosa, pero en el fondo, y aunque no lo admitiera abiertamente, el consideraba verdaderamente a Takeshi Momoshiro su amigo, y por ende le tenia aprecio. Por otro lado, debía esperarlo para ir a comer esas hamburguesas, que por esta vez, invitaba Takeshi, y no pensaba desperdiciar esa oportunidad.
Y hablando del rey de Roma, es quien se asoma.. Momo salía del lugar seguido por una chica con vestimentas gitanas.
Si, era una jovencita, no una señora.
Momoshiro se acercó a Ryoma.
- Bien, ya podemos irnos! - anunció el ojivioleta, que no parecía triste o angustiado, si es que le hubieran dicho que había reprobado el examen.
Ryoma no era de andar picando en asuntos ajenos, por lo que no pregunto nada. Aunque en cierta forma, tenía la seguridad que el mismo Momo se lo contaría por su cuenta. Y tenía razón.
- Me siento algo más calmado, aunque aún me queda el bichito de la incredulidad, pero de verdad, me dejó algo sorprendido.. Yendo al grano, entre varias cosas que me dijo, era que no me había ido bien, pero no tan mal, y además, lo suficiente para haber un cambio de reglas, y pasarme a regañadientes en el ramo.
El de mirada felina sólo escuchó. No pensó en nada. Si había alguien escéptico hasta la médula en esas cosas, ese era Ryoma Echizen.
En lo que nuestros chicos se alejaban del lugar, la joven adivina de cabello azabache y la mayoría del rostro y cuerpo cubierto por unas telas rojizas, se comenzó a retirar también, una vez cerrado su local de trabajo.
El dúo de tenistas por un lado, la chica por el contrario. Pero.. antes de definitivamente dar por cerrada esta escena, una ventisca sacudió las ropas de la muchacha, dejando escapar una carta que fue deslizada por los aires, estapándose en el suelo, a unos cuantos pasos de ella. Tuvo que voltearse, y caminar un poco en la dirección por donde se habían ido los chicos de Seigaku, pero antes de tomar la carte, dejó paralizada su mano a unos cuantos centímetros, sus ojos fijos en el arcano mayor que mostraba la carta boca arriba. Dejó guiar su vista por la línea imaginaria que se extendía en el sentido al que apuntaba la carta. De los dos chicos que se perdían en la lejanía, el que era unos pocos centímetros más bajo, cabello algo revuelto, negro-verdoso.
- La carta me está hablando de ese chico?.. La Muerte, sola no tiene un significado tan literal…pero como está en posición hacia abajo, es indicio de fuertes cambios... a caso..?.. -se preguntó mentalmente la muchacha, sin dejar de alternar miradas entre la carta y el chico que acompañaba al muchacho que ella había leído las cartas para responderle una pregunta sobre su rendimiento escolar.
Una vez recogida la carta, una fugaz visión cruzó por su cabeza.. como si su mente se teletransportara por unos segundos.
Y aunque fue como si el tiempo se detuviera para la mayoría de sus sentidos, sus labios no dejaron de balbucear:
"E-ese chico… será victima de un acontecimiento paranormal…"
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Ryoma había llegado a su casa cerca de la hora de la cena, pero no quiso comer nada, puesto que aún era victima del revoltijo que tenía en el estómago por haber ingerido una gran cantidad de comida. Eso sí, aunque Ryoma jamás siquiera lo considere, esa sensación de devastadora saciedad la producía la fantástica combinación de papas fritas-hamburguesas-y muchas pontas, sobre todo, las queridas pontas del chico.
Tomar tanta bebida, más pan y fritura, y ni menciono la participación inolvidable de la mayonesa.
Ryoma era bien capaz de sobrellevar esa sensación de que el estómago te va a explotar en cualquier minuto. Pero eso no significa que lo esté pasando de maravilla. Por hoy, no quería saber más de la palabra comida.
No se molestó en prender la luz de su habitación aunque ya fuera de noche, simplemente cerró la puerta tras de él, dejando el cuarto en penumbras. Arrojó el bolso que llevaba a cuestas en algún lugar de la pieza, y se tiró sobre la cama.
Cambiando de tema…ya iban a ser dos años estando en Seigaku, sin descontar el tiempo que no estuvo en Japón, ya que se había ido a América.
El año pasado si que había sido algo inestable el aspecto de su estadía, llegó a Japón luego de haber estado en América un tiempo, se inscribió en Seigaku, y luego de tanto, justo antes del torneo nacional, se devolvió a América. Si.. para de nuevo decidirse a volver, primero por la revancha con el que era en ese entonces el capitán de Seigaku, Tezuka Kunimitsu… ah.. luego, como un ir y venir, se fue de nuevo a América, pero nuevamente volvió…pues, si tanto había luchado junto al resto de los titulares de Seigaku para ir a las nacionales, lo mínimo que sentía que debía hacer.. era ver los partidos.. lo necesitaba. Como uno nunca sabe que le espera al día siguiente, sin tenerlo presupuestado, tuvo que participar en el campeonato.. ¡Jaa, como si no hubiera disfrutado hacerlo!.. Ganaron, y Ryoma aún podía sentir la sensación de poder, de triunfo.. era algo inexplicable.. porque si algo claro estaba, es que era una sensación tan plena como saberse el nº1 del mundo.. ¡el mejor! .. Y saben algo, esa sensación no la empezó a sentir cuando le colocaron la medalla de oro en el cuello, tal y como a el resto del equipo.. más bien, del mismo momento en que le anotó el punto final al novato fastidioso de la escuela Shitenhouji, según el parecer de Ryoma, pero bueno, digamos el nombre, Kitarou Tooyama.. que a mi parecer, no tiene nada de fastidioso ;).. Jeje.. Ya, siguiendo con lo que contaba, desde el mismo momento en que se le declaro ganador del último partido de la semifinal, dando la victoria a Seigaku… Ryoma sintió una sensación de satisfacción completa. Una sonrisa de autosuficiencia mostró en su rostro. Pero cuando esa ola emotiva de jurarse ante todos el rey del mundo incrementó, llegando a su apogeo total, fue cuando cruzó una mirada fugaz con la nieta de la entrenadora de Seigaku, Ryuuzaki.. y vio en su mirada felicidad por su triunfo.. con las manos cruzadas a la altura de su pecho, los ojos rojizos de la niña brillaban de alegría. Ni siquiera se cuestionó el verdadero motivo de tal sensación, sólo se preocupo de disfrutarla. Nunca se preguntó el por qué se sentía tan ganador de haber vencido a Tooyama, nunca se preguntó por qué esa sensación de absoluta felicidad al ver que Ryuuzaki se alegraba porque él había sido el vencedor en el partido contra el pelirrojo, y no entristecido como llegó a temer en un momento, recordando la sonrisa que le había dedicado al extrovertido chico, minutos antes del comienzo del partido. No sé quiso atormentar con preguntas ni nada. Nada había cambiado, la sensación de amenaza en su territorio había desaparecido, Ryuuzaki varias horas más tarde se había atrevido a acercársele, felicitarlo y ofrecerle onigris, él sin decir más que dos cortas frases, aceptó las felicitaciones y comenzó a comer en silencio. El pasadamente había rechazado probarlos, pero el mosquito de la conciencia le molestaba, por lo que sin decir nada, él degustaba el alimento en medio de su iniciada caminata, teniendo como compañía a su lado, la relajante presencia de la jovencita de largas trenzas.
Así, todo volvió a la normalidad.
Aunque, después de todo lo ocurrido, Ryoma decidió quedarse por algún tiempo indefinido en Japón, no teniendo muy claro el porque, sólo lo hizo. Sus padres también volvieron, y la convivencia de los Echizen junto a Nanako, se reestableció.
Y así había sido hasta ahora, Ryoma seguía igual que siempre, no pensaba más allá de la semana siguiente, sólo esperaba despreocupadamente lo que le depararía el mañana sin ningún tipo de planificación. El seguía con su vida de tenis y escuela, con la preocupación diaria de mejorar más y más, ya que algo si tenía claro, América aún esperaba por él, y algún día, quizás después de la preparatoria, se iría para empezar definitivamente con su carrera como tenista profesional.
Ah… hasta ahora, cuando digo que Ryoma sólo piensa en el presente, lo digo en el sentido "a fondo" de vivir, ya que aunque éste se planteé ser el tenista nº 1 del mundo, algún día en el futuro, la vida no es sólo tenis. Y en esas clases de orientación, cuando el profesor pedía la visión personal de cada uno de sus alumnos en un montón de años más.. El hablaba de una proyección tanto física como espiritual. Sobre todo.. espiritual.
¿Qué pasó con Ryoma?
La parte espiritual del ser humano es muy compleja, demasiado.. y a él no le gusta complicarse, por eso es que le desagrado esa clase, en un estado de coraza interna, ignoro todo, catalogándolo de: sin importancia.
La parte espiritual y psicológica del ser humano es como una gran construcción, cada aspecto de la vida aporta un pedacito a ese gran edificio.. Es como los obreros, cada uno desempeña un papel distinto.. Cada con una tarea respectiva para llevar a cabo la fábrica de ese gran monumento. Si todos tuvieran la misma tarea, no se podría armar la obra.. Lo mismo con Ryoma, su vida no puede ser sólo tenis.. porque tarde o temprano, el desequilibrio crecerá tanto, que le traerá consecuencias malas y dolorosas.
Eso si, les diré algo que Ryoma desconoce totalmente. Como el chico no se da el tiempo de un autoanálisis sentimental, el ni siquiera se ha percatado, principalmente por orgullo, que está muy confirmado que la presencia de Ryuuzaki en su vida no le es para nada indiferente, y que además, la chica es muy capaz de ser la causante de un horrible caos emocional en la existencia del chico de mirada felina.
Ryoma jamás piensa en eso… su armadura de integridad es muy impenetrable, pero de apoco va aflojando, sin que se percate.
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"Intenten visualizarse dentro de 10 ó 15 años.." "Cómo se ven? En qué circunstancias?"
Y dale, una, otra y otra vez… esas palabras parecían jugar al carrusel en la cabeza de Ryoma.
¡Ya estaba harto!
¿Qué se visualizara en 15 años? Ah! Demonios, no quería pensar en eso, estaba satisfecho con su vida actual, por qué diablos tenía que pensar en lo que sucedería dentro de tanto años más?
Y bueno.. Ryoma igual se dejó.. proyectar por decir, y aunque jamás se iba a poder imaginar en aspecto físico en quince año más..
- "Con tal que no me parezca al baka de mi oyaji" -
Si, con esa condición Ryoma se conformaba. Jamás con una apariencia tan descuidada de un monje vago y hentai.
Y de nuevo, Ryoma si podía imaginar algo, se veía como un gran tenista, uno de los mejores del mundo, luchando por ser el nº uno.. en medio de partidos, retando a todos y venciéndolos ..así.. superarse, superarse y superarse… diciéndole a todos: Mada mada dane.
¿A qué edad se retiró su padre?
Bueno, para qué iba a pensar en que edad retirarse, si ni siquiera había viajado por el mundo retando a todos? No tenía sentido.
Y ahora.. otra duda que pasó por su mente…una de esas innombrables…que ni porque se fuera a morir mañana mismo se molestaría es autoresponderse.
Ejem..
¿Se iría a casar algún día? Formar una familia, y esas cosas..
Ohh… por fin salió a luz una de esas preguntas intocables!
Pero Ryoma no lo soportó mucho…
No! Suficiente! Fin! The end de estúpidas preguntas!
Así de simple, Ryoma no quiso pensar un segundo más en el tema. Además pensar en esas cosas le traía como consecuencia el recuerdo de la voz de su padre diciéndole: "Oye chiquillo! Con tu carácter dudo que te cases algún día!" Si, si.. era una de las típicas frases del hombre en defensa al comportamiento tan ácido y evasivo del tenista respecto al tema "novia".
Pero a Ryoma eso le importaba menos que una mugre en el ojo de alguien ajeno.
Se acomodó hacia un lado de la cama dispuesto a dormitar un poco..
Cuando de la misma nada.. una voz en su subconsciente empezó a hablar.
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- No deberías preocuparte más por tu futuro.. emocional?
- No, en el presente estoy bien -cortó mentalmente Ryoma.
- Pero es el presente.. puede que en ese aspecto, el futuro no te sea tan fácil y agradable como que lo que vives en la actualidad… o más bien…crees vivir.
- Guarda silencio, eso no me importa.
- Tiene que importarte. Lo vivirás tarde o temprano. Debes prevenir.
- No.
- Sufrirás.
- No es algo que pueda saber, lo único que se puede asegurar es el presente.
- Nuestras acciones son las que determinan nuestro futuro en todos los ámbitos.
- …
- Ya estás escribiendo tu futuro, tus acciones lo escriben.
- Déjame en paz.
- Si previenes puedes evitar acontecimientos terribles que puedes llegar a vivir.
- Cállate.
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La voz dejó de hablar, pero Ryoma aún continuaba balbucenado entre el sueño.
- No, déjame tranquilo.. No quiero oírte, no quiero.. ¡No quiero! -Ryoma saltó de la cama bastante acalorado.
Al rato sus ojos se acostumbraron a la oscuridad, pero no quería volverse a dormir inmediatamente. Prendió una lamparilla cercana a su cama.
Dio un largo suspiro, y de repente, miró su reflejo en el gran espejo que estaba en un rincón de su pieza.
Y la voz resonó en su mente: "Ya estás escribiendo tu futuro, tus acciones lo escriben"
¿El escribía su futuro¿Y qué futuro era ése?
Por primera vez… dudó, dudó de esa seguridad en sí mismo..
¿A caso no lograría ser el mejor en el tenis?
"Nuestras acciones son las que determinan nuestro futuro en todos los ámbitos"
¿Todos?.. ¿Todos los ámbitos de su vida futura?
La caparazón cedía…
Él deseaba saber… saber sobre ese futuro tan completo… por decir de alguna manera, ya que el lo único que veía en un futuro: eran partidos, trofeos, raquetas y pelotas de tenis.. Y si eso se cumplía, eso era sólo un fragmento de ese posible futuro.
Se levantó de la cama y se acercó al espejo, sin dejar de observarse a través de él. Luego de estar unos cuentos minutos mirándose.. se preguntó en voz alta: ¿Cuál se supone que será mi verdadero futuro?.. ¿Por qué de la nada siento ansias de conocerlo?..
Ryoma aún estaba medio dormido, por lo que no notó que al hacerse las preguntas, sin despegar la vista del espejo, su reflejo no movió la boca.
Era como un sueño, porque Ryoma no se cuestionó ni extraño, sino pensó que aún soñaba, puesto que lo que empezaban a ver sus ojos era ilógico, y jamás podría pasar en la realidad. El reflejo había cambiado, ya no era el de un Ryoma entre 13 y 14 años, sino uno mayor.. uno mucho más grande y alto.
- No quiero el futuro.. no quiero, me gustaba mi niñez sin problemas.. lo que era.. ahí.. -habló el reflejo, alzando la mano, señalando al Ryoma que observaba ensimismado todo, en medio del cuarto.
Ryoma inconcientemente levantó su mano, como intentando alcanzar la mano extendida por el reflejo, y cuando tocó con la yema de sus dedos el vidrio del espejo, los párpados le pesaron, cerró los ojos.. y sentía como si cuerpo empezara a caer por un abismo.. hacia un vacío de oscuridad.
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Los cálidos rayos de sol caían sobre sus párpados cerrados, esto provocó que abriera los ojos, mostrando su profundo color ambarino.
Ya había amanecido..
Era sábado, por lo que decidió darse la vuelta en la cama y seguir durmiendo hasta que su mamá lo fuera a molestar para que se levantara, o que Karupin, que debió irse a dormir con él anoche, le lamiera el rostro.
Se encogió levemente bajo el cobertor, aunque, no sabiendo muy bien por qué, no lo sentía igual que siempre.
Sintió el sonido de la puerta abrirse, pero no le dio mayor importancia, y fingió estar profundamente dormido.
Pequeños pasos se acercaron, y en menos de lo esperado, alguien o algo se introdujo en la cama.
¡Un momento!
Se suponía que su cama estaba arrinconada a la pared por el lado que ese alguien se había introducido. Y Ryoma no había sentido nada que pasase por encima de él mientras dormía.
Esas interrogantes atacaron la mente del chico de mirada felina, y sin la intención de comenzar un debate mental, abrió nuevamente los ojos, pero manteniéndolos abiertos por más de un segundo, a comparación de la fugacidad con la que los había abierto y cerrado anteriormente.
Y que sensación experimento, al encontrarse chocando con un par de ojos rojizos, que no eran desconocidos para él. Sólo que había unas cuantas diferencias.
Su mente se congeló alrededor de diez segundos, intercambiando miradas con el par de ojos que observaban los suyos… ojos inocentes, expectantes.. con un brillo tan especial, que le llenaría el corazón de infinita ternura a cualquiera.
Pero nada es eterno.. una vez la mente de Ryoma reaccionó.. ¡se sentó de golpe en la cama!
Sin despegar la vista de la pequeña figura acostada a unos cuantos centímetros de su lado.
Era.. un niño. Un pequeño niño que no sobrepasaría los cinco años de edad. Lo miraba con curiosidad, sin decir nada aún.
¿Qué… qué.. ¡qué rayos hacía un niño en su cama? Exacto, esa pregunta no cruzó.. ¡abofeteó! el cerebro de Ryoma.
El niño se sentó también en la cama, y sonrió de una manera que provocó armonía en el espíritu de Ryoma. Entre sus manos traía un cuadernillo.
- Ootōchan.. ¡mira! -espetó el pequeño muy feliz, abriendo el cuadernillo y parándose en la cama, tratando de dejarlo lo más cerca posible de la visión de Ryoma.
En la hoja frente a los ojos de Ryoma había un dibujo.. no escapando a mayor talento que puede llegar a tener un pequeño de no más de cinco años, coloreado y con gran creatividad en la decoración, en la hoja había… si la vista no fallaba.. ¿un gato con una raqueta de tenis?.. Estaba como en el centro del papel, y alrededor habían variadas figuras de colores, bastante peculiares de alguna manera… pero originales.
Ryoma se hubiera percatado de lo anteriormente dicho sino fuera porque su mente, usualmente impávida, estaba conmocionada.
- ¿O..otō..otōchan?..¿dijo otōchan?..- Si Ryoma, si. Dijo otōchan … En realidad, creo que la mente de éste no está conmocionada¡está perturbada!.
Aunque, bastante entendible, no?
Coloquémonos en el caso..
Despertarte por la mañana, cuando tu mente está en un estado total de 0 percent power-off-useless, desprevenida y por ende más sensible.. pues, digamos que no encabeza en la lista de "motivos para mantener la calma", el que un niño de cinco años o menos, venga a tu "supuestamente" cama, mostrándote un dibujo que no eres capaz de "ver", por más cerca que te lo ponga de la nariz.. ya que, yendo al grano de un vez, en tu casa no hay niños pequeños..y menos uno que te diga "otōchan", manera de decir "papá" en japonés… eso es.. significa..
Y no puedo decir más, porque el cerebro de Ryoma se apagó totalmente.
Antes de dar por cerrado este capítulo, si Ryoma despierta de su trance, y echa una ojeada por la que "debería" ser su habitación.. tendría otro motivo para quedarse en shock por los siguiente quince minutos.
+Closed chapter+
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Comentarios de la autora: XD Bueno, ahí el comienzo de mi primer fic de POT xD.. no va a ser muy largo en el sentido de nº de capítulos. XD No sé que más decir… ah! nn que vean los AMV de Ryosaku que he hecho, coloqué las URL en mi profile.
Espero que les guste! nOn
Saludos a todas(os)! En especial a Mari y Sabri -
♥♥Yune-chan ♥♥
