Harry Potter y la orden del fénix
2.La llegada de Canuto a casa de Lunático
En una noche estrellada, un hombre montado en un pájaro medio caballo, medio águila, aterrizó en un pequeño jardín al lado de una casa. El hombre era alto, estaba muy sucio, su ropa estaba raída, muy sucia y estropeada, como si llevara años con ella, el pelo le llegaba hasta los hombros, era castaño oscuro y estaba muy enmarañado, tenía unos ojos azules muy bonitos y se podía ver que hace años esos ojos brillaban pero ahora tenían como la mirada perdida (por causa de Azkaban). El hombre era Sirius Black, un fugitivo de Azkaban, que resultó ser inocente, pero no lo pudo demostrar y por eso se esconde.
El hombre bajó del animal y lo llevó junto a un árbol para atarlo. Después se acercó a la ventana y miró por ella. Dentro de la casa había dos personas: un hombre que parecía enfermo y exhausto, aunque joven, su pelo castaño claro estaba veteado de gris. Y una mujer, con el pelo negro y muy liso. Las dos personas hablaban y reían.
Sirius estuvo un buen rato observando las dos personas, una de ellas ya sabía quién era. El hombre era un viejo amigo suyo y compañero en Hogwarts, Remus Lupin. La mujer, le sonaba mucho, pero no caía en la cuenta de quién podía ser. Al final se decidió a tocar la puerta, y por si acaso abría la mujer se trasformó en animago.
Efectivamente, la que fue a abrir fue ella:
-¿Sí?- dijo al abrir la puerta
-¿Quién es, Emely?- dijo la voz del hombre a lo lejos.
-Pues... Remus, no sé si me vas a creer, pero el que ha tocado la puerta ha sido un perro.
-Vamos Emely desde cuando los perros tocan a las puertas, mira bien a...
-¡Remus, que el perro entra, ayúdame a sacarlo fuera.
-Voy... –El hombre se levantó de la silla y fue a la cocina, pero al llegar a la puerta se paró en seco al ver la escena que montaba su amiga con el perro. La chica estaba agarrada al cuello del perro impidiéndole que no entrara más.
-Sirius... Emely suéltale...
-¿Sirius? ¿Cómo que Sirius, eh Remus ¿te encuentras bien?... ¿de quién es este perro? - dijo la chica sorprendida por la reacción de su amigo
-Sirius ¿qué haces aquí, y destransfórmate, ella es Emely, ¿no te acuerdas de ella, y además recuerda que ella sabe que tú eres un animago, y además es de confianza, ¿recuerdas?.
-Qué... cómo... el es...- balbuceó la chica, pero no pudo acabar la frase porque el perro empezó a adquirir forma de humano.
-Lo siento Remus, no la reconocí – dijo Sirius dándole un fuerte abrazo a Remus.
-Él... tú... vosotros...- siguió balbuceando.
-Lo siento Em, debería habértelo dicho, él es inocente. A último momento cambiaron de guardián secreto, y no fue Sirius sino Peter, Peter es el mortífago y no Sirius, fue Peter que mató a todos aquellos muggles antes de transformarse en animago(rata), y escaparse.- explico Remus- Pero... que haces aquí, me pensaba que te habías ido del país, después de todo.
-¿Qué? Irme del país ¿y dejar solo a Harry? Eso ni en broma. Por cierto, estoy aquí porque Dumbledore me lo ha dicho, tenemos de quedar mañana con Arabella Figg y Mundangus Flecher y contarles todo lo que pasa. Dumbledore me ha dicho que sí me puedo ocultar aquí hasta que él me venga a buscar.- explicó, casi sin aliento Sirius.
-Claro, como no. Te hablas con Harry por lo que veo, ¿qué tal? El pobre quedo destrozado después de que te fueras y Peter se escapara.- comentó Remus cogiendo de la estantería un plato cubiertos y un vaso para Sirius.
Estuvieron hablando los tres durante horas, comentando lo que había pasado este año en Hogwarts, y de cuando eran pequeños, ya que los tres habían ido a la misma casa y curso.
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Bueno aquí tenéis otro capitulo para que veáis de que va la historia y me digáis si de verdad os gusta! Porfaa es importante!
