Capítulo 13: Hadas y licántropos

Roxy:

- Veo que os lleváis bien -dije acercándome a Artu y Fernando

- Si -dijo mientras acariciaba a Artu

- Que bueno es ver qué los dos perros de tu vida se llevan bien -dije empezando a reír

- Que graciosa -dijo antes de cogerme por la cintura - ¿Nos vamos ya? -

- Si -dije antes de abrazarle - Me hace mucha ilusión que vayas a conocer nuestro futuro reino -

- ¿Nuestro? -pregunto mirándome con expresión sorprendida

- Perdón - dije avergonzada al darme cuenta de lo que acababa de decir - A sido sin querer, aún es muy pronto para hablar de eso -

- Roxy, mi vida te pertenece ya que tú haces que está tenga sentido -dijo mirándome a los ojos y cogiéndome de la mano - Si tu deseo es que gobierne a tu lado lo haré -

- Fer... -dije mirándole a los ojos mientras analizaba lo que acababa de decirme

- Siento interrumpir una escena tan bonita -carraspeo mama - Pero tenemos que irnos -

- ¿Sabes dónde están? -pregunto mirando a Fernando

- Si, nada más llegar pude sentir una gran cantidad de hadas concentrada en un mismo sitio -dijo Fernando mientras se separaba de mi - también sentí más hadas en otros tres puntos del planeta -

- Abre un portal en el lugar donde haya más hadas -dijo mirándole - Pues seguramente será Tir Nan Og -

- Vale, voy a abrir el portal delante de las cuatro hadas que desprenden más nivel de poder -dijo mientras abría un portal - Vosotras primero -

- Que caballeroso -dije entrando después de mi madre

La sensación cuando cruzo los portales creados por Fernando es muy extraña, es muy difícil encontrar algo a lo que compararlo pero cuando llego al otro lado me siento llena de energia.

- Morgana, Roxy y... ¿Quién eres tu? -pregunto Nebula nada mas cruce el portal, pude ver que solamente miraba a Fernando con expresión sorprendida

- Es... -iba a explicarle pero fue rodeado por un montón de hadas las cuales le apuntaban con sus armas

- No hay porque alarmarse -dijo mama llamando la atención de todas

- ¿Mato a los magos del Círculo Negro y me lo agradecéis así? -pregunto Fernando con una sonrisa

- ¿Como? -pregunto Aurora bastante confundida

- Deberíamos dejar que se explique -dijo Sibylla acercándose a Fernando hasta que estuvo enfrente suya

- No deberías acercarte tanto a el Sibylla, no sabemos si puede ser peligroso -dijo Diana mientras se ponía al lado de Sibylla

- ¿Qué significa esto Morgana? -pregunto Nebula viniendo hacia nosotras - ¿Por qué traes a un simple mortal a nuestro reino?, Además ¿A que se refiere cuando dice que a matado a los magos del Círculo Negro? -

- El es Fernando y es un licántropo -dijo mama mirando a Nebula

- ¿Un licántropo? -pregunto Nebula bastante sorprendida

En ese momento Nebula fue volando hasta que estuvo enfrente de Fernando, cuando me quise dar cuenta se encontraba rodeado por Aurora, Sibylla, Diana y Nebula la cual se puso enfrente suyo y le empezó a mirar a los ojos, Fernando visiblemente confundido por la forma de actuar de Nebula decidió devolverle la mirada además de cambiar sus ojos al amarillo de su transformación.

- Falco... -dijo Nebula antes de empezar a llorar

- Tus ojos... - dijo Aurora mirándole visiblemente sorprendida

- Tiene sus mismos ojos -dijo Diana

- ¿Falco es el licántropo que se sacrificó por Nebula, Diana, Aurora y Sibylla? -pregunté a mi madre

- Si -dijo sin dejar de mirar la escena que se había formado

- Mi marido -dijo Nebula sin dejar de llorar - Tienes los ojos de mi marido -

- Todos los licántropos tenemos la habilidad de poner los ojos de este color -dijo Fernando mirándola con tristeza en su expresión, seguramente provocado por verla llorar - Son los ojos que tenemos cuando estamos transformados -

- Nebula -dijo mama poniendo su mano en el hombro de esta la cual seguía llorando - Este chico a matado a Ogron, Gantlos y Anagan -

- ¿Cómo es eso posible? -pregunto Aurora acercándose a nosotras

- Se supone que estaban congelados en la Dimensión Omega -dijo Sibylla sin dejar de mirar a Fernando

Le mire y pude ver por su expresión que no estaba entendiendo nada, lo que me hizo sonreír pues se veía muy mono.

- De alguna forma consiguieron escapar - dijo mama mirándola - Si no fuera por ese chico mi hija y nuestra futura reina habría muerto en manos de los magos -

- Los asesino de un solo ataque -dije acercándome a el - Y hizo que sus cuerpos desaparecieran para siempre -

- ¿Por qué tú si y el no? -pregunto Nebula bastante enfadada

- Nebula tranquilízate por favor -dijo Aurora poniéndose a su lado

- Los a matado que es lo que importa -dijo Diana con una sonrisa

- Tenemos que estarle agradecido -dijo Sibylla sonriéndole - Gracias a él nadie volverá a robarnos nuestros poderes -

- sigo sin entender como un solo licántropo a sido capaz de matar a Ogron y los suyos -dijo Nebula sin apartar la vista de Fernando, pude ver por su expresión que no parecía estar del todo convencida

- No es un simple licántropo, estáis en presencia del hijo de Bardock -dijo mama elevando el tono para que todas las hadas presentes lo escucharán

- ¿Bardock? - pregunto Fernando visiblemente confundido

Morgana empezó a contar la historia de Bardock, escuchando todos los presentes atentamente, durante toda la historia estuve mirando a Fernando el cual miraba a mi madre muy atento a todo lo que ella le decía, según iba avanzando la historia más hadas iban apareciendo por el salón mirando todas a Morgana, nada más terminar la historia todas las hadas empezaron a arrodillarse en dirección a Fernando, todas incluidas Morgana, Sibylla, Aurora, Diana y Nebula, me quedé bastante sorprendida pero mi sorpresa no era equiparable a la cara de Fernando.

- El hijo del ser más poderoso de la dimensión mágica -dijo Nebula mientras seguía arrodillada

- Necesito tomar aire -dijo Fernando antes de salir corriendo hacia la puerta

- Fer -me dispuse a ir tras el pero Aurora me cogió del brazo

- Necesita tiempo para asimilarlo -dijo mirándome muy seria

- Será mejor dejarle solo -dijo Diana mientras miraba por la dirección en la que se había ido

- No voy a dejarle solo cuando más me necesita -dije pensando en todo lo que tenia que estar pasandole por la cabeza ahora mismo - Suéltame por favor -

- Déjala ir Aurora -dijo Sibylla mirándome con una sonrisa - Ve con el -

Nada más Aurora soltó mi brazo fui corriendo tras Fernando, no tuve que esquivar a las hadas que se encontraban en el camino cómo había hecho Fernando minutos atrás pues estas se apartaron abriéndome camino, salí del castillo y empecé a mirar en todas las direcciones con la intención de encontrarle.

- Se a transformado -dije al ver una huella gigante enfrente mía

- ¿Dónde estás amor mío? -dije con los ojos llorosos

- ¡No estás solo! -grite con todas mis fuerzas con intención de que me escuchará - ¡Vuelve conmigo por favor! -

- ¿Lo sabías? -escuche su voz detrás mía

- Si -dije volteando para verle

Me cruce con sus enormes ojos amarillos los cuales me trasmitieron muchísimo dolor.

- ¿Por qué no me lo contaste? -pregunto casi en un gruñido

- Faragonda nos lo prohibido -dije intentando acercarme a el

- ¿Qué otras cosas no me has contado? -dijo dando un paso atrás dejándome ver que no quería que me acercara a él

- Nunca te ocultaría nada -dije mirándole a los ojos

- Pues no lo parece -dijo mientras volvía a su forma normal - ¿Cuándo pensabas contármelo? -

- Se supone que tenías que descubrirlo tu mismo -respondí comenzando a preocuparme por lo enfadado que estaba

- ¿Y si nunca lo descubría? -grito -¡Me e pasado toda mi vida pensando que mis padres me abandonaron porque no me querían y ahora resulta que dieron su vida por salvarme! -

- Fernando... -dije estirando mi mano para acariciarle la mejilla

- ¡Alejate de mi! -grito dando otro paso hacia atrás

- Fernando por favor no hagas esto -dije intentando no romper a llorar a causa de la impotencia que sentía - Yo te quiero y tú me quieres, el pasado no importa -

- ¿Y como sé que es verdad eso? -pregunto sin dejar de mirarme a los ojos - ¿Cómo se que Faragonda no te pidió que hicieras que me enamorara de ti? Así tendría al guerrero definitivo de su parte, para que defendiera Alfea de los demás -

- ¿Cómo puedes decir eso? -dije comenzando a llorar - Yo te quiero -

- Pues yo no -dijo mientras habría un portal

- Ojalá nunca te hubiera conocido -dijo soltando una lágrima antes de entrar por el portal

- Fernando -dije yendo en dirección al portal pero se cerró antes que llegara

Caí de rodillas mientras lloraba desconsoladamente, pude sentir como mi corazón se rompía en mil pedazos, no entendía que acababa de pasar, quería ir tras el para decirle que lo amaba con todo mi corazón y que nunca quería separarme de el, pero se había ido y no sabía cómo encontrarle, me di cuenta que esto se estaba terminando como el resto de mis amoríos, conmigo llorando pero está vez era diferente pues sentía un dolor en el corazón el cual nunca antes había sentido, era el hombre de mi vida y sabía que nunca encontraría a otro que me haga sentir lo que siento con el.

Me sentía tan vacía por dentro ahora, no sabía que iba a pasar ahora sí iría a buscarle sin tener la más remota idea de dónde podía estar o si intentaría pasar página, me negaba a pasar página, quería encontrarlo lo más pronto posible aunque eso me llevará toda mi vida, empecé a recordar todo lo que había pasado con el desde su llegada a mi vida, tenía esperanzas de pasar el resto de mi vida con el, ambos gobernando o buscando aventuras pero siempre juntos, la idea de no volver a verle paso por mi cabeza lo que me hizo llorar con más fuerza.

- Hija, ¿Qué a pasado? -dijo mama que venía acompañada por Sibylla, Aurora, Diana y Nebula

- Se a ido, me a dicho que ojala nunca me hubiera conocido -dije a duras penas pues era incapaz de dejar de llorar

- Hija -dijo comenzando a abrazarme - Lo siento mucho -

- Duele tanto -dije correspondiéndole el abrazo - Como si me acabarán de arrebatar el corazón -

- Es parte del amor -dijo mientras me abrazaba - Cuando va bien te sientes más vivo que nunca pero cuando va mal te sientes más muerto que nunca -

- Tengo que encontrarle -dije mientras trataba de dejar de llorar

- Hija, no tenemos ni idea de a dónde a podido ir -dijo mirándome a los ojos - Lo mejor que podemos hacer es esperar, si él siente lo mismo volverá a ti -

- ¿Seguro? -pregunte comenzando a llorar más fuerte por la idea de que no volviera

- Si -dijo Nebula secándome las lágrimas

- Ahora es cuando más fuerte tienes que ser -dijo Aurora tratando de consolarme

- Tienes que ser paciente y esperar -dijo Sibylla ayudándome a levantarme

- Tienes que tener fe de que volverá a tu lado -dijo Diana ayudando a mi madre a levantarse

- Gracias -dije abrazándolas a las cuatro

- Vamos adentro - dijo Morgana cogiéndome de la mano

Fernando:

- ¡Arggg! -grite lo más fuerte que pude nada más atravesé el portal

- Maldición -dije golpeando un árbol el cual cayó al suelo

- Roxy - dije sentándome en una piedra y empezando a llorar

- ¿Cómo he podido decirle eso? -dije levantándome para darle una patada a la piedra en la cual había estado sentando segundos antes

- ¿Dónde estoy? -pregunte mirando en la dirección en la cual había salido disparada la piedra

- Magix -dije al ver que desde mi posición podía ver las tres escuelas

Me fijé en que estaba al borde de una gran colina, me dispuse a buscar una cueva en la que pasar la noche y quien sabe, quizás el resto de mis días ya que no tenía intención de volver a Alfea, y tampoco quería volver a North, encontré una cueva al pie de una montaña, entre sin pensarlo dos veces y me senté en la primera roca que encontré.

Estuve bastante rato asimilando todo lo que acababa de pasar, la historia de mis padres, el porque de mi inmenso poder, el porque de mi entrenamiento, pero lo que más me dolía era recordar lo que había pasado con Roxy, yo la quería con todo mi corazón, pero nada podía asegurarme que no lo había hecho por petición de Faragonda, para que así yo tuviera un motivo para querer proteger Alfea, solo de pensar que toda nuestra relación podría haber sido una mentira me dolía como si me atravesarán con una espada.

- Así que esto es lo que se siente cuando te rompen el corazón -dije aguantándome las lágrimas

Hiba a gritar pero justo llegaron a mis oídos unos lamentos, decidí seguirlos, estos venían de fuera de la cueva bastante adentrados en el bosque, me transforme para tardar menos, estuve un buen rato corriendo hasta que llegue a una explanada, en ella pude ver a dos oseznos huyendo de una jauría de lobos los cuales tenían en los ojos lo mismo que tenían los que vi junto a Musa, sin pensarlo dos veces salte para colocarme entre los oseznos y los lobos.

La batalla fue dura pero salí victorioso pero bastante herido, esos lobos eran muy fuertes y la única manera de que dejarán de atacarme era matarlos pues no parecían cansarse ni sentir dolor, caí al suelo debido al dolor de las heridas que me habían hecho, estás quemaban muchísimo y no dejaban de sangrar, no podía curarme ya que me encontraba muy cansado, por un momento pensé que ese iba a ser mi final, herido, sangrando, solo y con el corazón roto, cerré los ojos esperando mi final pero sentí que alguien empezaba a lamer mis heridas.

- Iros, podrían venir más -dije mirando a los dos oseznos

- Ojalá pudiera hablar con los animales -dije al ver que no parecían dispuestos a abandonarme

Cuando me quise dar cuenta me levantaron en sus espaldas entre los dos, yo volví a mi forma humana para facilitarles el transporte, me llamo la atención que me llevaran a la misma cueva en la cual había estado antes de escucharlos, me dejaron en el suelo con mucho cuidado y volvieron a lamer mis heridas, parecía que querían curarme, lo que más me llamo la atención es que las heridas las cuales me habían lamido antes de haberme llevado a la cuela ya no me quemaban y habían dejado de sangrar, cuando terminaron de lamer todas mis heridas se acostaron uno a cada lado mío.

- ¿Dónde está vuestra mamá? -pregunté mientras los acariciaba

Note que cuando les hice la pregunta unas lágrimas brotaron de sus ojos, por lo que imaginé que esos lobos la habrían matado cuando está trato de defender a sus hijos, me sentí identificado con ellos, ya que mis padres murieron para que yo pudiera vivir, pero yo no había tenido un hermano que hubiera estado a mí lado, lo más parecido a un hermano que yo había tenido en mi vida eran Musa y Flora, lágrimas empezaron a brotar de mis ojos al recordar que no solo dejaba atrás Roxy, también las estaba dejando a ellas.

- Flora... Musa -dije comenzando a llorar

Por primera vez en mucho tiempo cerré los ojos con intención de dormir, para recuperar fuerzas y para tratar de tranquilizarme, Xavier me decía que cuando estás triste tienes que olvidar lo que te hace estar triste, pero yo me negaba a olvidar a Roxy, a Musa, a Flora, a Stella y a las demás, habían sido las primeras amigas que había tenido en mi vida, lo había pasado muy bien con ellas, no podía odiarlas aunque me hubieran ocultado lo de mis padres, debido al cansancio que sentía me fui durmiendo poco a poco.

Recuerdo lo que soñé perfectamente, estaban las Winx y Roxy pero me daban la espalda, corría hacia ellas pero cuanto más corría más me alejaba de ellas, corría hasta que mis piernas no daban más de sí y caí de rodillas, las llamaba pero parecían no oírme, bajé la mirada comenzando a llorar hasta que sentí que había alguien a mi alrededor, levantaba la mirada y veía que tenía enfrente a Roxy, Musa, Flora y Stella las cuales me sonreían, Roxy me extendía la mano para ayudarme a levantarme pero cuando se la doy se convierte en polvo y desaparece, las demás van desapareciendo poco a poco hasta que me quedo solo, empiezo a notar que yo también empiezo a convertirme en polvo, en un principio se puede ver que me niego a desaparecer pero acabo tranquilizándome y aceptando mi destino, digo los nombres de Stella, Musa, Flora y Roxy antes de desaparecer del todo dejando ver que sin ellas no tengo motivos para vivir y así acaba el sueño.

Me desperté al sentir los rayos de sol sobre mis ojos, me levante con cuidado de no despertar a los oseznos, salí de cueva para ir al río que vi ayer cuando estaba buscando un sitio para dormir, llegue y comencé a beber agua tranquilamente hasta que me percate de la presencia de una manada de ciervos, conseguí cazar uno para mí y otro para los oseznos el cual lleve hasta la cueva para encontrarme que seguían durmiendo, por un momento me pregunté si serían lo suficiente mayores para poder comer carne, mis dudas desaparecieron cuando nada más despertarse fueron corriendo a devorar el cuerpo, cuando terminaron se acercaron a mí y empezaron a frotarse contra mi antes de volverse a tumbar cada uno a un lado mío

- Tengo la sensación de que me consideran su hermano mayor o algo por estilo -dije mirándoles

- Tendré que enseñarles a valerse por sí mismo cuando llegue el momento -dije con una sonrisa al ver lo monos que se veian

- Espero no fallarles a ellos como les he fallado a todos -dije mientras comenzaba a acariciarles

- Stella...Musa...Flora... -dije con la mirada perdida

- Roxy... -fue lo último que dije antes de volverme a levantar para dar un paseo