Nueva historia de DxD, esta vez es el turno de las maduritas de la franquicia, espero que la disfruten y se la gocen, suponiendo que sobrevivan a la hemorragia nasal que posible y en un futuro tengan.
Descargo de responsabilidad: High School DxD no me pertenece, es propiedad de Ichiei Ishibumi, yo solo creo esta historia para entretener.
- Todo va a estar bien - Persona hablando
" Esto no puede ser real" Pensamientos
"- Necesito que te encargues de esto -" recuerdo o fantasía.
MILF Cooking Club
Capítulo 6: Calentando el horno. Parte 1
- Hmmm, sí, sigue así Ise-chan - la mujer gimió de gusto ante las atenciones del castaño sobre ella, pidiendole en el proceso que continuara con sus maravillosas acciones para con ella.
- Creo que ya fue suficiente por hoy... Onee-chan - el chico también estaba algo cansado, el esfuerzo que había realizado lo había agotado, pero siempre era así cuando se trataba de su adorada Onee-chan.
- Heeeee... pero no lo hemos hecho en mucho tiempo - ante las palabras de Issei, ella no hizo mas que quejarse y negarse a parar en ese momento, es decir, aun no estaba satisfecha y no quería que el castaño parara hasta que lo estuviera.
- ¿De que estas hablando? lo hicimos hace solo dos días - Issei por su parte también protesto por las insensateces que estaba diciendo la mujer, hablaba como si no se hubieran visto en mucho tiempo.
- Eso es mucho tiempo para mi - ahora se estaba portando como una niña chiquita, haciendo un berrinche al no conseguir lo que quería y aunque era algo vergonzoso, la verdad es que ver ese lado de ella era algo adorable, cosa que lo hizo sonreír.
- Grayfia Onee-chan - dijo cansinamente al ver que la peliplata no tenía la intención de dar su brazo a torcer y si era honesto consigo mismo, estar así con ella no le molestaba en lo mas mínimo, - esta bien, tu ganas - como siempre, termino cediendo a sus caprichos, a veces era difícil saber cual de ellos era el hermano mayor y quien el menor y con eso, volvió a su actual tarea, satisfacer a su mimada Onee-chan.
- Hmmm, Iseee, eres tan bueno en esto - lo estaba disfrutando, siempre era así de hecho, cada vez que el castaño paseaba sus manos por su cuerpo, era delicioso, pero recientemente se sentía aun mejor, - cada vez lo haces mejor... ¿acaso estas practicando con alguien? - lo último lo dijo con una mezcla de curiosidad y celos, celos que se dejaban ver en un nuevo puchero junto a unas cuantas lagrimitas que amenazaban con desbordar sus ojos de rubí.
"Buena actuación", en su mente debía admitir que la peliplata era muy buena haciéndose la victima y quien no la conociera fácilmente caería en su juego, pero él en cambio, la conocía al derecho y al revés y no iba a caer en su juego, - claro que no, sabes que solo tengo ojos para ti Onee-chan y esto solo lo haría contigo - bueno, no caería en su intento de hacerlo sentir culpable al menos.
- Hnngg, ¡si, así! - Gayfia por su parte, luego de esa conversación, paso a de nuevo, disfrutar de las atenciones del castaño con ella, sintiéndose, porque no decirlo, satisfecha con la última respuesta del castaño, - puedes hacerlo mas duro Ise, sabes que a Onee-chan no le molesta cuando eres rudo conmigo - le dijo fijando su mirada de rubí en la mirada color miel del chico, animándolo a que fuera mas intenso en sus acciones sobre su cuerpo.
- Onee-chan, ¿estas segura? - eso era lo que lo hacía Issei, siempre procuraba su bienestar antes que el de él, era parte de su encanto y eso la hacía sentir especial, al ver como se preocupaba por ella, pero en ese momento quería que lo hiciera mas duro, la verdad era que lo necesitaba, así que con un asentimiento de su cabeza que el chico percibió, la peliplata dio su consentimiento, - entonces, preparate Onee-chann, porque no me voy a contener - y una vez hecha esa declaración, se empleo a fondo contra la mujer.
Pronto los gemidos de satisfacción llenaron la habitación, Grayfia se sentía pletórica mientras que Issei se esforzaba cada vez mas, poniendo todo su empeño y habilidad por satisfacer las demandas de la peliplata que ya casi chillaba por lo bien que se sentía en ese preciso instante, ciertamente ya era una completa adicta a esa deliciosa sensación.
- Iseeee, eres tan bueno - la mujer se sentía en el cielo, el castaño de verdad que sabía lo que hacía, aunque luego de años haciéndolo, no era de extrañar que conociera todos sus puntos débiles, - hablo en serio, no hay nadie mejor que tu... dando masajes - justo en ese momento, Grayfia chillo al sentir como un nudo mas en su espalda desaparecía gracias a las mágicas manos de su hermanito.
- Me alegra que lo disfrutes Onee-chan - Issei acepto las palabras de la mujer, feliz de poder ayudarla aunque fuera un poco a relajarse, - de verdad que tienes la espalda muy tensa - dijo mientras una vez mas aplicaba presión en los puntos donde sentía esos nudos.
- Hnngg, no es mi culpa - nadie decía lo contrario, pero al parecer ella quería aclarar la razón, - es solo que estos días ayudando a Venelana-san con los asuntos de la empresa, resultaron mas estresantes de lo que esperaba - terminó su justificación mientras una vez mas suspiraba de placer al sentir un nudo mas desaparecer y sentirse mas relajada.
Así era, desde ese día cuando Issei terminó en casa de Yasaka para entregarle su teléfono debido a que Grayfia debía ir con Venelana y por ende no podía entregar ella misma el aparato, Grayfia llevaba unos cuantos días metida en la oficina junto a la castaña resolviendo quien sabe cuantos problemas, no es que no le interesara saber, era solo que Grayfia nunca le decía, al parecer porque ella quería que tuviera una vida relativamente sencilla hasta que fuera el momento.
Como fuera, eso hacía que la peliplata se involucrara mas de lo que estaba seguro que querría hacerlo en esos asuntos de negocios, al punto de que en algunas ocasiones regresaba a casa con montañas de papeles que debía de evaluar y analizar para ayudar a Venelana con el manejo de la sucursal de la empresa allí en Kuoh, cosa que solo terminaba con una Grayfia totalmente agotada, tanto física como mentalmente.
Así fue como una vez, hace años, el pequeño Issei viendo a su amada Onee-chan en ese estado de gran cansancio y también estrés, queriendo ayudarla a que se sintiera mejor, termino ofreciéndose a darle un masaje, cosa a la que la peliplata, viendo a su adorable hermanito tan decidido a hacerlo, no fue capaz de decirle que no y así, Issei usando sus nulas habilidades y toda la fuerza que su infantil cuerpo fue capaz de reunir, le dio su primer masaje.
De mas esta decir que la nula experiencia del pequeño castaño paso factura y aunque no fue un mal masaje, estaba lejos de ser bueno, aun así, sentirse mimada por el castaño, verlo esforzarse por su bien, fue mas que suficiente para Grayfia, quien aunque no quedo todo lo relajada que le habría gustado, le dijo al castaño lo contrario, asegurandole que en ese momento se sentía tan ligera como una pluma, cosa que alegro al castaño al creer que había hecho bien su papel.
Desde entonces y debido a un emocionado castaño que le prometió darle un masaje siempre que se sintiera de la misma manera, que eso es volvió una rutina entre ellos y con el paso de los años, el castaño fue mejorando, haciendo que ahora, en ocasiones, Grayfia aunque no estaba estresada, solo por el simple placer de sentir como su cuerpo se relajaba, le pedía un masaje al castaño, que como no podía ser de otra manera, nunca se negaba.
Claro que ahora había un ligero detalle y eso era que el chico era mucho mas consciente del cuerpo femenino y luego de sus ligeras experiencias con dos mujeres maduras, lo era aun mas y eso hacía que en ese momento, mientras masajeaba la espalda baja de la peliplata, no pudiera evitar darse cuenta de la belleza de su piel y de el curvilíneo cuerpo con el que estaba dotada.
"Increible... la piel de Onee-chan, no tiene nada que envidiarle a la de Rias o Akeno", no pudo evitar la comparación y tampoco la sorpresa cuando sintió la suavidad, tersura y calidez de su piel, de verdad que no tenía nada que envidiarle a cualquier jovencita, no, de hecho, no era solo ella, Venelana y Yasaka, también encajaban con tan maravillosas proporciones, es mas, estaba muy seguro que muchas chicas, matarían por tener un cuerpo como el de ellas y una piel tan finamente cuidada.
El mejor que nadie lo sabía, es decir, había podido sentir de primera mano el cuerpo de todas y admirado sus atributos de manera bastante directa, claro en el caso de Grayfia era de forma diferente pero igual se había hecho una buena idea de esos maduros y hermosos cuerpos.
Pero en ese momento sacudió la cabeza, su linea de pensamiento se estaba desviando a los recuerdos de lo que fue las últimas semanas donde para su vergüenza se había ahogado en la lujuria que le despertaron ese par de hembras maduras que eran Venelana y Yasaka y peor aun, lo había disfrutado, incluso con la que debería de ser solo su suegra.
Como fuera, si seguía por esa linea de pensamientos, recordando todo el sexo que había tenido con esas dos mujeres, sus perfectos y obscenos cuerpos, la suavidad de sus carnes, la calidez de su piel, en fin, todo lo que las envolvía, iba a terminar teniendo una dolorosamente dura erección, de hecho ya estaba teniendo los primeros sintomas de que su polla quería despertar y dada su posición, no era la mejor de las ideas dejar que pasara.
Es decir, como le iba a explicar a su Onee-chan, el hecho de que termino teniendo una erección, justo contra su regordete trasero, lo último que necesitaba era a su pene tratando de apuñalar la retaguardia de la peliplata, no tendría forma de explicar eso, se moriría de vergüenza y aun peor sería que que fuera Grayfia quien tratara de justificarlo, con algo así como, "no te preocupes, es decir, ya estas en esa edad donde tus hormonas están descontroladas", sentía que su vida acabaría si eso ocurría, así que mejor no pensar en nada de eso.
Mejor terminar el masaje lo mas pronto posible para evitar cualquier posible accidente y por eso, mejor se aplico en su labor hasta finalmente acabarla uno par de minutos después, dejando a una Grayfia completamente renovada, relajada y descansada.
La mujer solo se repuso en su cama, se coloco la parte superior de su ropa y estiro sus músculos, todo mientras el castaño se limpiaba las manos del aceite dándole la espalda a la peliplata que solo lo miro antes de sonreír, se levanto de la cama, se acerco a él, le agradeció dándole un beso en la mejilla y luego se fue a continuar con sus actividades, dejando a un castaño pasmado en el lugar, no era la primera vez que le daba un beso de esos en la mejilla, pero por todo lo que había vivido recientemente, este beso se sintió, de alguna manera diferente, al menos para el.
Sacudió la cabeza, al parecer toda esa interacción con Venelana y Yasaka lo habían desequilibrado un tanto, solo esperaba poder sobrevivir lo que faltaba del tiempo antes de que Rias y Akeno regresaran, "y hablando de ellas... ¿me pregunto como estarán?", se pregunto a si mismo sobre como les estaría yendo a ese par en su pequeño viaje, viaje que había desatado tremendo manicomio en casa, la verdad sea dicha, solo esperaba que ellas no estuvieran en problemas.
- Que tal hermosas, les gustaría ir con mis amigos y yo a... - un joven de cabello rubio, buen cuerpo y con las orejas perforadas se acerco a dos mujeres en la cafetería al aire libre donde ambas conversaban, seguro de que haría una anotación con ellas, es decir, hasta ahora nunca le había fallado la estrategia.
- Eres el quinto baboso que intenta el mismo truco - como ya se menciono, no le había fallado hasta la fecha, pero con estas dos mujeres, estaría intentando escalar una pared mas allá de sus capacidades, por eso una de ellas decidió detenerlo en seco, - así que seré directa contigo, si planeas algún día tener hijos, mejor sigue con tu camino - no dio rodeos, fue tajante, de hecho, podría decirse que fue incluso fría al lanzar su amenaza.
El hombre ante la amenaza sudo frío, no es que fuera de los que se acobardan, de hecho, si una mujer le hablara así, generalmente se enfadaría, contrarrestaría a la ofensa y le enseñaría quien manda, era un hombre al que el sentirse ofendido por una mujer no solo no le hacía gracia, sino que exigiría una compensación de su parte y en condiciones normales, esta situación no sería diferente en lo mas mínimo.
Pero, ahí era donde radicaba el problema, no era una circunstancia normal, quería replicar la grosería de esa mujer, pero al verla, esos ojos violeta eran tan gélidos que sentía que le helaba el alma, la postura de su cuerpo, aunque parecía estar indefensa, era como si su instinto le dijera que un movimiento en falso y lo pagaría caro, en esencia, al ver a esa pelinegra, era como si estuviera viendo no una advertencia, sino una perfecta sentencia de muerte si la provocaba.
Y su amiga de hermosos cabellos carmesí tampoco es que ayudara, porque en lugar de intentar calmar a su compañera, estaba ahí, con un porte digno, bebiendo su café, con una calma infinita que era como si toda la actual situación no tuviera nada que ver con ella, pero la realidad es que tras ese porte digno y esa actitud calmada y desinteresada, podía sentir una furia casi tan palpable como la de la pelinegra.
Esas dos eran demonios, no podía describirlas de otra manera, tanta belleza, tanto porte, tan curvilíneos cuerpos, era como si te incitaran a pecar, pero al hacerlo, era una sentencia de perdición eterna a manos de ambas féminas y cuando la pelirroja finalmente le dirigió la mirada, en sus ojos pudo leer el claro "largate de aquí", como última advertencia para conservar su integridad.
Obviamente no quiso tentar su suerte con esas dos diablesas vestidas de ángeles y salió corriendo de ese lugar para volver con sus amigos que atentos desde lejos, solo lo recibieron con burlas al ver que había fracasado y dispuestos a intentarlo, al menos hasta que el mismo rubio se encargo de convencerlos de que no lo hicieran si valoraban sus vidas, dejando así la impresión en el grupo de que esas dos mujeres, debían pertenecer a algún grupo criminal y tocarlas les valdría una dolorosa y segura muerte.
Mientras tanto en la mesa, las dos mujeres solo los veían alejarse de ahí al parecer asustados, ignorantes de las erróneas ideas que esos idiotas ahora estaban formulando respecto a ambas, aunque tampoco es que les importara mucho, lo único que era importante a sus ojos, era que las habían dejado en paz, aunque en el caso de la pelirroja, tenía unas palabras que intercambiar con su amiga que ahora volvía a su comida como si lo anterior jamas hubiera pasado.
- Sigh, ¿es en serio Akeno? - tras un suspiro de fastidio de parte de la pelirroja, finalmente encaro a su amiga quien la veía curiosa, como si no entendiera a que se estaba refiriendo exactamente, - ¿no crees que te pasaste con ese chico? - termino aclarando a que se refería al ver que su amiga se iba a hacer la desentendida al respecto.
- Vamos Rias, no me digas que su actitud no te molesto - tas un momento en que Akeno comía unos deliciosos pastelitos dulces espolvoreados con azúcar glass, encaro a la pelirroja, - ademas ya estaba harta de tanto idiota insinuandoseme - en ese momento no solo se noto la furia en su voz, también el desprecio en sus ojos mientras hablaba de los diferentes hombre que las habían intentado cortejar en ese día.
No la culpaba, ella también estaba hasta la coronilla con tanta insinuación de parte de los hombres que se les acercaban, solo en esa mañana, ya llevaban cinco hombres diferentes intentando cortejarlas y la peor parte, uno de ellos no era precisamente un jovencito, era un hombre ya maduro y por su apariencia era evidente que era un hombre de negocios, exitoso al parecer y acostumbrado a salirse con la suya, que solo le falto ofrecerles esta vida y la otra para que lo acompañaran, pero que igual que todos los demás con lo que habían tenido que lidiar, sus ojos los delataban, era obvio que era en realidad lo que querían, solo un revolcón con ellas, se notaba por como las devoraban con la mirada y aunque lo disimulaban lo mejor que podían, podían ver atisbos de una sonrisa maliciosa, como si estuvieran seguros que cederían y con eso colocarían dos trofeos mas a su galería de mujeres con las que se habían acostado.
Tristemente ya estaba acostumbrada, es decir, no era la primera vez que pasaba y no hablaba solo de ese viaje, donde las propuestas indiscretas habían sobrado, no, esa historia ya la había vivido desde hace algunos años, ni bien se convirtió de una adorable niña en una hermosa mujer, en la academia debió lidiar mucho con ello y aprendió a identificar las intenciones de los hombres solo con ver su mirada, que dicho sea de paso, siempre era la misma, se la comían con los ojos y lo mas perturbador, al menos para ella, era que no eran solo sus compañeros de curso.
En el caso de Akeno, con ella era mas simple, jamas le ha interesado otro hombre que no fuese Issei, para ella los demás siempre le fueron indiferentes o incluso en ocasiones pensaba que a los ojos de su mejor amiga no existían, solo tenía ojos para Issei y no es que no la entendiera pues ella era básicamente igual que ella, desde el principio, su corazón siempre fue del castaño, solo que en su caso, trataba de ser mas comprensiva con los demás hombres, cosa que Akeno a día de hoy era obvio que ni siquiera le interesaba intentar.
Pero estaba segura de una cosa, al igual que ella, Akeno también sabía reconocer esas miradas, esas donde a leguas de distancia se notaba cual era el verdadero propósito de esos descarados y en el caso de la pelinegra, debía pasarla peor, después de todo y aunque le doliera el orgullo, su amiga tenía un cuerpo mas voluptuoso que el suyo, aunque por muy poco, así que era lógico que atrajera unas cuantas miradas mas que ella y considerando su aversión a cualquiera que no fuera su castaño, bueno, ya era un alivio que la chica no hubiera cometido alguna imprudencia.
Tal vez lo que pensaba podía sonar al comentario de una mujer petulante, pero, no podía evitar pensar que ese era el precio de la belleza, pero era plenamente consciente de que era, bueno, eran dos hermosas mujeres con cuerpos que atraían las miradas allá donde fueran, pese a lo pretencioso que pudiera llegar a sonar viniendo de sus labios.
- No digo que no me alegra que se fuera, pero aun así, creo que debiste tener un poco mas de... tacto - la respuesta de Rias no podía ser muy fuerte, porque aunque lo negara, ella también estaba a una tontería mas de reaccionar no igual pero de una manera bastante similar, aun así, no estaba de mas pedirle mas control a su amiga.
- Como sea, no te prometo nada, pero intentare las cosas a tu modo - Akeno no se veía convencida, pero al parecer ella tampoco estaba muy dispuesta a armar un escándalo de manera innecesaria, así que esa promesa de intentarlo, era lo mejor que podía pedirle a la pelinegra.
Con ese tema resuelto, continuaron con su merienda para después continuar con su recorrido por la maravillosa ciudad en la que se encontraban en ese momento, que no era otra que la hermosa Florencia, Italia, esa era su actual parada en su viaje y no podían estar mas que maravilladas con la arquitectura de la ciudad, los lugares que habían visto, la catedral de Florencia, el campanario de Giotto, Piazza della Segnoria, Palazzo Vecchio, el Ponte Vecchio, en fin, el arte y la cultura se desbordaba de la ciudad miraran donde miraran y eso las tenía maravilladas.
El día se les hizo demasiado corto como en otras ocasiones, pues había mucho que ver y muy poco tiempo antes de continuar a su siguiente destino, pero se aseguraban de aprovechar cada segundo al máximo, las fotos no faltaban cuando llegaban a un nuevo lugar, las poses ridículas, en fin, las sonrisas en esas fotos demostraban lo mucho que estaban disfrutando de su viaje y al final, al regresar al hotel donde se quedaban, terminaban exhaustas y con ganas de un buen y relajante baño.
Lo hacían juntas, en primera para ahorrar tiempo, en segunda porque así podían ayudar a la otra a lavar las partes que no alcanzaban por si mismas y ademas, tenían suficiente confianza la una en la otra como para estar desnudas y juntas sin tener mayor reparo, claro que en eso ayudaba mucho la peculiar pero satisfactoria relación que tenían con su novio común, así que el pudor entre ellas no es que existiera precisamente.
Eso último Akeno lo dejaba en claro cuando fuera por su actitud juguetona, por hacerla rabiar o simplemente cuando su bisexualidad le pasaba factura, acababa manoseándola durante el baño, lo cual acababa con ella agarrándole las tetas desde aras y pellizcando sus jabones mientras le soplaba el oído y pegaba su propio cuerpo a ella, hasta que ocurría una de dos, o realmente la hartaba y terminaba separándose de ella y regañándola hasta que se calmara o la que mas vergüenza le daba admitir, terminaba cediendo a sus juegos y caricias, victima de su propia abstinencia cabe aclarar y empezaba a devolver las atenciones ella también hasta que acababan teniendo un fuerte clímax en el baño.
Pero esta vez no era así, ambas estaban cansadas y solo querían relajarse, disfrutar del agua caliente y limpiar adecuadamente sus cuerpos y una vez terminado ese proceso, salieron del baño, se secaron y se fueron a la cama para descansar y pensar en todo lo que había sido hasta ahora esta aventura y en algo si que podían estar de acuerdo las dos.
El viaje había sido muy divertido y por suerte también había transcurrido sin mayores contratiempos, salvo que si había un ligero cambio que terminaron realizando y ese era que ya no estaban separadas en una habitación cada una dentro de la suite, ahora dormían juntas y eso fue gracias a Akeno y sus curiosos achaques de ansiedad por no tener su dosis de la droga que resultaba para ella el castaño y los mimos con que siempre la consentía.
Akeno era una consentida, nadie lo podía negar y eso se debía a la naturaleza bondadosa y quizás excesivamente complaciente de su novio quien la mimaba y malcriaba en todos sus antojos, la verdad fuera dicha, al menos para la pelirroja, el que aun no se hubieran metido en problemas por eso, era realmente sorprendente.
No soportaba mucho tiempo sin estar con Issei y claro esta, este viaje estaba probando los límites de su adicción por el castaño al mantenerla lejos de él por ocho semanas y por como se dieron las cosas, ella perdió la batalla incluso antes de empezarla.
Durante las cuatro semanas que ya habían pasado, había visto a Akeno muy bien, pero también la había visto muy mal y en ese sentido, era lo segundo lo que había llevado a que terminaran durmiendo juntas, para que Akeno sobrellevara mejor la falta de su novio, aunque no negaría que eso también aplicaba a ella, pero la principal razón, era para mantener vigilada a la pelinegra.
Pero, ¿vigilada por qué?, bueno, resulta que en las noches, al regresar al hotel a descansar y ya refugiadas en el interior de sus respectivas habitaciones, Akeno se podría decir que colapsaba, se entero de esto gracias a una casualidad y con ello, había visto a Akeno ir desde estar calmada, a ser una mata de nervios y depresión, extrañando al castaño y llorando por no tenerlo cerca, como ya se dijo, la pelinegra había terminado volviéndose muy dependiente del chico, así que estar tan lejos uno de la otra, le estaba pasando factura.
Sin embargo, fue un evento el que colmó el vaso y llevo a Rias a tomar la decisión de que era mejor compartir una sola habitación dentro de la suite, aunque estaba lejos de ser algo preocupante, al menos no al grado que era vergonzoso y que a decir verdad, al menos para ella, habría preferido mejor jamas averiguarlo, menos de la forma en que lo hizo.
Resulta que la vio en su, por decirlo de algún modo, peor momento cuando una noche, debido a la sed se despertó para ir por agua y al regresar con baso en mano, escucho sonidos provenientes de la habitación de Akeno, gemidos para ser mas precisos y solo pudo suspirar, no era la primera vez que pasaba, Akeno al parecer no solo extrañaba los mimos de Issei en su vida cotidiana, también extrañaba los que le daba en la cama y aunque le molestara aceptarlo, ella la entendía, demasiado.
Pensaba como otras veces, hacer oídos sordos y continuar su camino, tal vez imitar a su amiga si se ponía de humor, pero como fuera, dejarla sola para tratar de calmar su furor, al menos, ese era el plan inicial de la pelirroja. Pero todo se fue al carajo, cuando un simple comentario de su amiga, cambió sus planes y termino causándole demasiada curiosidad.
- Hnnng, Iseeee, extrañaba tanto tu olor - esa simple oración, del otro lado de la puerta donde su desvergonzada amiga se auto complacía fue el detonante que llevo a la pelirroja a espiar a su amiga movida por su curiosidad y a arrepentirse de lo que vio luego, por lo vergonzoso y tal vez un tanto humillante que llegaba a ser.
La curiosidad simplemente le gano, es decir, Akeno acababa de mencionar a Issei, lo cual no sería raro pues ella también se había tocado fantaseando con él, solo eso no le habría causado mayor reacción, pero cuando escucho lo de que Akeno al parecer estaba oliendo a Issei, bueno, ahí ya se empezaba a llenar de curiosidad.
Es decir, era completamente imposible que Issei estuviera ahí y peor aun que Akeno lo estuviera monopolizando para ella sola cuando la pelirroja también tenía necesidades, así que lo mas lógico era una prenda usada de ropa del castaño, ¿una camisa tal vez? y estuvo a nada de dejarlo como estaba, simplemente ignorar a la chica, salvo que ahora con su curiosidad picada, las siguientes lineas de su amiga, la condenaron por completo.
- ¡Isheee, tu gorda polla me llena tantoooo! - ahora si estaba curiosa, sus líneas estaban demasiado fuera de lugar como para ser solo producto de una fantasía, ¿verdad?, - y el sabor de tu semen... es tan deliciosooo - eso si rayo su mente y empezó a causar un sin fin de pensamientos de parte de la pelirroja, empezando por el mas obvio, su amiga se había vuelto total y completamente loca.
"Ay por favor, esto ya es ridículo" en su mente ese pensamiento cansino apareció cuando se encontró a si misma incapaz de avanzar, seducida por las palabras de Akeno, era imposible que ahí estuviera Issei, es decir, de entrada ni siquiera debería saber donde estaban en ese momento y aun si lo supiera, ¿por qué se escondería de ella?, era un completo sin sentido, ella lo sabía, su razón se lo repetía y en el fondo de su corazón lo aceptaba como la mas absoluta de las verdades.
Sin embargo, para su total desgracia, ella era curiosa, cuando encontraba algo que le llamaba la atención no paraba hasta averiguar hasta el mas mínimo detalle, esa era su naturaleza, su hambre de conocimiento, de siempre querer saber a fondo todo lo referente a un tema y para su completa desgracia, en ese momento, su deseo de saber que era lo que estaba pasando con su amiga, era demasiado irresistible, no importa cuando intentara forzar sus pies a avanzar de regreso a su cama, era mas su deseo de saber que pasaba tras esa puerta y por eso, antes de darse cuenta, sus pies ya estaban girando en dirección hacía la misma.
Solo se detuvo cuando tuvo frente a ella la puerta de la habitación de Akeno, indecisa sobre si estaba bien invadir su privacidad, de hecho, sabía que estaba mal espiarla, pero ahí estaba el problema, cuando peleaba con su curiosidad, siempre perdía y este caso no era diferente, por eso es que aunque su consciencia aun ahora le repetía que era hora de volver a su habitación, no se iba, solo se mordía el labio contrariada por la decisión que sabía iba a terminar tomando.
Fue acercando su mano al pomo de la puerta de la habitación de la pelinegra, estaba a nada de invadir la privacidad de su mejor amiga y la única defensa que tenía era una simple frase que se repetía a si misma una y otra vez.
- Solo un vistazo estará bien - era solo un susurro, pero era la única justificación que se le ocurría por la mas que obvia y flagrante invasión a la privacidad de su amiga, pero como ya se menciono, su curiosidad pudo mas.
Lentamente giro el pomo de la puerta y con cuidado fue abriendo la puerta, procurando no hacer algún ruido que pudiera alertar a la pelinegra, es decir, quería saber que tanto hacía su amiga en la intimidad como para hablar como si tuviera con ella a Issei y estuvieran disfrutando de una caliente noche de pasión, por lo que conforme la puerta se abría y daba una vista de lo que ocurría en el interior, Rias se fue acercando a la rendija que se creaba, dejando que sus ojos vieran claramente lo que estaba pasando y cuando tuvo un buen panorama, abrió grande los ojos, asombrada por lo que se encontró.
Ahí en la cama, estaba su mas grande y mejor amiga, tan desnuda como se la imagino que estaría en ese momento, sin embargo, todo lo que la rodeaba era lo que la tenía tan impactada en ese momento.
Es decir, no la sorprendía encontrarla masturbándose, de hecho, eso era lo mas lógico, que estuviera haciéndolo, mientras fantaseaba con que era Issei quien la tocaba y satisfacía, pero lo que encontró iba mas allá de eso y aunque por un lado le admiraba la creatividad de la pelinegra, mentiría si dijera que no le estuviera causando escalofríos también.
Empezando por lo mas básico o quizás lo mas evidente, Akeno estaba totalmente desnuda y sí, estaba por decirlo así, masturbándose y por la respiración agitada de la chica, junto al sudor que perlaba su obsceno cuerpo en ese momento, dándole un brillo provocativo y lascivo, llevaba un buen rato en eso, si no es que lo había estado haciendo desde que regresaron a la suite esa noche.
A partir de ahí, todo lo demás era, a falta de otra definición, totalmente nuevo, porque ciertamente, no era algo que se esperara ver y mucho menos, lo creía posible de realizar, aunque al parecer su amiga había encontrado la manera.
Estaba en la cama, sí, pero no precisamente acostada como esperaba encontrarla, es decir, en la clásica posición donde estaba con sus piernas abiertas y sus manos jugueteando con su intimidad, no, de hecho estaba sentada y por si fuera poco, le estaba dando la espalda, así que le regalaba sin saberlo, un perfecto primer plano de su carnoso trasero que, y esto era lo interesante, estaba rebotando arriba y abajo sobre la cama.
Aunque el cuerpo de Akeno era erótico y para su desgracia, debía admitir que pasear su vista y sus manos por el mismo se le había convertido en un gusto cuando tenían sus tríos con Issei, esta vez, su vista estaba mas interesada en otra cosa que no era el pecaminoso cuerpo de la chica, sino mas bien en averiguar sobre que era lo que estaba saltando Akeno en ese momento.
Fue entonces que lo vio, puesto entre sus piernas y tendido a lo largo de la cama, una almohada larga que fácilmente identifico, la famosa almohada japonesa para abrazar a dormir, una dakimakura, difícil no identificarla cuando se trataba de una fanática de lo japones como lo era ella, pero esto era lo interesante, al parecer, al menos desde donde estaba y le permitía ver su vista, la suso dicha almohada, estaba en blanco.
Eso era extraño, es decir, la dakimakura era un producto bastante popular y siempre traía plasmada la imagen de una chica hermosa, cosa que sabía no le molestaría a Akeno al conocer su bisexualidad tan marcada, pero una en blanco, eso si era una novedad y fue entonces que noto otros detalles, que empezaban a dar claridad respecto a tan curioso estado para aquella almohada.
La almohada resultaba que si estaba adornada, solo que de una manera mucho mas personal, en otras palabras, fue la misma Akeno quien la decoro y claro, no podía ser de otra manera que con algo que le recordara al castaño, lo cual se traducía en primera en que justo en la parte superior de la almohada, la chica había pegado una foto de Issei, mas concretamente de su rostro, eso explicaba porque no había dibujo impreso en esa almohada, era obvio que no quería que su atención se distrajera con algo que no fuera Issei.
El otro detalle marcado en esa almohada y en ese momento tenía curiosidad sobre de donde la había sacado, era que en la zona que vendría a representar el torso de la almohada, se encontraba una prenda particularmente conocida, una camisa, obviamente de hombre, de color rojo intenso que ella reconocía fácilmente, como para no hacerlo cuando la había visto muchas veces, esa camisa, le pertenecía a Issei y suponía que no era solo para adornar la almohada, también era para aumentar el "realismo" de la ilusión al proveer el aroma de Issei.
Eso ultimo no era solo una suposición, era de hecho una realidad, una realidad que la misma Akeno le mostró cuando se dejo caer sobre su "Issei" de almohada, justo sobre la camisa y empezó a inhalar profundamente el olor que desprendía de la camisa, suponía que la prenda la tomo cuando aun no había sido lavada, pues para como se retorcía la pelinegra de satisfacción mientras sus fosas nasales se impregnaban del aroma que desprendía, el aroma masculino que tenía debía ser bastante fuerte y para su sorpresa, se encontró envidiando a Akeno por poder aunque fuera solo con su olor, tener un recuerdo de Issei que la acompañara en sus solitarias noches.
Eso explicaba alunas cosas de lo que escucho previamente respecto a lo que estaba haciendo Akeno y sonrojada, especialmente por lo último que pensó, donde envidiaba a la pervertida de su amiga, planeo retirarse para dejarla sola en su intimidad, ya suficiente había visto o eso creyó, pues justo antes de siquiera moverse, sus ojos aguamarina prácticamente se congelaron, abiertos de par en par ante la sorpresa gracias a un nuevo y hasta ahora escondido detalle.
Akeno seguía recostada sobre la dakimakura, totalmente enviciada en el acto de inhalar hasta llenar sus pulmones con el aroma que desprendía la camisa de Issei, eso no era lo extraño, bueno, no lo extraño que llamo su atención en esta ocasión, no, la distracción en ese momento estaba mas al sur en el cuerpo de la pelinegra.
"En serio, ¿acaso esa pervertida es un monumento a la lujuria o qué?", viéndola, no pudo evitar ese comentario, siempre se había enorgullecido de su cuerpo y de sus finas proporciones, pechos grandes, cintura estrecha, caderas anchas y un culito que aunque estuviera mal que ella misma lo dijera, era deliciosamente respingón, pero viendo el cuerpo de Akeno, a veces no podía evitar sentirse celosa pues sentía que la pelinegra le ganaba, por pocos centímetros, pero le ganaba.
Eso se asentaba aun mas en ese momento donde tenía un perfecto y muy específico primer plano del carnoso trasero de Akeno el cual movía sinuosamente de manera incluso un tanto hipnótica, eran dos montañas de carne perfectas y descaradas que incluso aun para Rias, en ocasiones se le hacía muy difícil resistirse a la tentación de magrear sus carnes a gusto y porque no admitirlo, también le daba ganas en ocasiones de mordesrselo para marcarlo como suyo.
La razón de esa diatriba estaba en el hecho de que en ese momento la atención de sus ojos se encontraba justo en esa zona, no en su trasero claramente, pero lo que veía, estaba en el mismo rango de ese culo tan prominente, así que era inevitable no verlo, pero como sea, su verdadero centro de atención estaba entre las piernas de Akeno a un destello verde que aparecía y desaparecía con el movimiento de las caderas de la chica.
En ese momento, no lograba detallar perfectamente de que se trataba, aunque ya se hacía una hipótesis, la cual estipulaba que la pelinegra se las había ingeniado para conseguir algún objeto que de alguna manera fungiera como una especie de falo rudimentario y de esa manera satisfacer la necesidad entre las piernas de su amiga, sin embargo no fue necesario esperar mucho para ver en mayor definición que era lo que usaba Akeno y eso fue lo que la sorprendió.
Basto con que la pelinegra empezara a subir y bajar sus caderas para poder apreciar mejor lo que escondía entre sus piernas y para su gran vergüenza, rápidamente identifico no solo el objeto, también en quien estaba inspirado, esto último, en parte, cuando Akeno, presa de su lujuria desbocada, empezó a dar sentones sobre el mismo luego de prácticamente solo dejar la punta dentro de ella.
En un principio, cuando empezó a salir de la intimidad de Akeno, porque sí, tan absorta estaba que pese a lo sucio que era, no podía apartar la mirada de esa zona en particular, lo que vio fue un objeto, gordo, ancho, díganle como quieran, pero era obvio que estaba diseñado para expandir, era algo que si lo pensaba bien, era de esperarse de una pervertida ninfomana del calibre de su amiga, pero entonces, conforme mas de ese objeto, que para ese momento era evidente que se trataba de un consolador, salía de la chica, empezó notar ciertos detalles.
La forma, el grosor, le resultaban de alguna manera familiares y ella tenía buena vista, tanto así que incluso alcanzaba a notar ciertos detalles mas finos a lo largo de aquel falo de plástico, esos detalles no eran otra cosa que las venas remarcadas a lo largo de la longitud con bastante detalle a decir verdad y para su mala suerte, en ese momento, su mente empezó a reconocer mas y mas de que se trataba, sospechas que se confirmaron cuando vio la longitud de el suso dicho dildo.
- Es la de Ise - fue el susurro que salio de sus labios cuando reconoció por completo que aquel trozo de plástico gordo y largo, era una fiel copia de la polla de su novio, tal vez un poco mas corta, pero por lo demás, era increíble la atención al detalle con el que la herramienta de su novio, había sido recreada.
Lo de la mala suerte, eso era porque ella reconocía perfectamente la verga de su novio, cada ligero detalle, cada imperfección si es que la tenía, como sus venas se remarcaban cuando estaba tan caliente, el número y la posición de las mismas, conocía su grosor y longitud, lo conocía todo básicamente y ese era el problema, que ahí estaba ella, siendo una completa hipócrita acusado a su amiga de ser una degenerada, cuando ella no es que fuera mejor de ningún modo.
Pero, se sacudió esas ideas rápidamente, especialmente cuando junto a ellas, empezaron a surgir los celos de que Akeno si podía montar a "Issei" y ella no y empezaba a considerar desnudarse, entrar y arrebatarle esa polla plástica para satisfacerse ahora ella, sin embargo, cuando pudo alejar esos pensamientos, uno nuevo y mas intrigante le surgió.
"¿En que momento Akeno consiguió un molde tan preciso de la polla de mi Ise?", es que simplemente no tenía sentido, siempre estaban juntos, así que cuando compartían momentos íntimos con Issei juntas, lo último que iban a hacer era desperdiciar ese tiempo a su lado y si conocía a Akeno lo suficiente y de hecho lo hacía, estaba aun mas segura de que esa pervertida no desperdiciaría esa oportunidad midiéndole la polla, es decir, ella no lo haría al menos.
Era oficial, su amiga era única e irrepetible cuando se trataba de ser una pervertida y ya estaba considerando en hablar muy seriamente con ella sobre lo que hacía con su tiempo, es decir, no solo era la copia de a polla de Issei, resulta que la tenía atada con lo que suponía era un arnés a lo que sería la cintura de la dakimakura, estaba llevando eso de hacer lo mas realista posible la experiencia a un nuevo nivel.
A ese punto, ya todo tenía sentido, sus comentarios respecto a la polla de Issei, los comentarios sobre su olor y como se sentía tan llena por dentro en ese momento, era una completa perversión, pero así era Akeno y sus locuras cuando se trataba del castaño que tanto amaba y entonces, como si las sorpresas aun no fueran suficientes, esa lunática le revelo una mas.
No había caído en un detalle de todo lo que escucho a la pelinegra mientras fantaseaba con su novio, en algún momento Akeno había hablado sobre el sabor del semen de su novio, aunque viendo a Akeno casi que intoxicada mientras no despegaba su cabeza de la camisa roja del castaño, se imaginaba que esa parte era inducida por ese aroma tan masculino que ayudada por su propia imaginación, de alguna manera Akeno casi que saboreaba la simiente del chico.
Es decir, no es como que esa loca trajera condones usados llenos del semen de Issei para comer, eso ya sería demasiado, pero, hablábamos de Akeno, no era una imposibilidad tampoco, pero prefería pensar que la pelinegra tenía un límite y al menos en ese sentido no se equivoco, aunque no sabía si la realidad no superaba igual ese límite.
Akeno no llevaba entre su equipaje el lechoso bocadillo que no pudo evitar imaginar que llevaba la chica, pero si llevaba algo que igual, era un recordatorio directo de la entrepierna del chico y que era, en cierta manera algo digno de la pervertida que era su mejor amiga.
Resultaba que Akeno si estaba intoxicando sus pulmones con un aroma, pero no era precisamente el de la camisa, bueno, no desde hace algún tiempo al menos, solo que desde la posición de Rias no podía ver lo que en realidad ocurría.
Y es que resultaba que Akeno tenía una prenda mas perteneciente a Issei, una con un aroma que ella misma se aseguro fuera el mas fuerte e intenso y que proviniera de la zona mas intima del cuerpo del chico, sí, la prenda que escondía Akeno y que en ese momento con su sola esencia estaba derritiendo el cerebro de la pelinegra, no era otra que la ropa interior del castaño, mas específicamente, la que usara previo a que ella se fuera que se aseguro de tomar esa misma noche luego de una intensa sesión de sexo.
De esa manera, en este momento, mientras su coño era expandido por la polla plástica que había copiado de la de su novio, sus pulmones se inundaban del almizclado aroma de la virilidad de su hombre impregnada en su ropa interior y que Rias no se percato de tal hecho, hasta que la vio levantarse con una de sus manos sujetando fuertemente la suso dicha prenda y la pegaba con fuerza a su nariz, inhalando profundo ese aroma mientras cabalgaba el dildo sobre la dakimakura.
No sabía que pensar, Akeno estaba realmente loca, iba a tener que hablar muy seriamente con ella luego y al regresar también con Issei, la estaba mimando demasiado y eso estaba afectando mas de lo que esperaba a la chica, debía parar con esas cosas, era por su bien, en esto no influía para nada los celos de que Akeno tuviera la ropa interior de Issei para usarla durante sus momentos de soledad ni nada por el estilo.
- Ise, mi Ise, mi amado Iseee - Akeno estaba como en trance mientras continuaba con su pervertido acto y para como ella estaba ahí de voyeur, incapaz de desviar la mirada ni del obsceno cuerpo de su amiga, ni del lascivo acto que cometía con las prendas de su amado y eso solo confirmo que Akeno tenía problemas, por las dos acciones que le siguieron.
La primera, fue cuando Akeno separo su rostro de la prenda de Issei, pero no la alejo mucho, por el contrario, la vio adorar aquella prenda como si fuera un objeto divino digno de rendirle culto, antes de que la pelinegra susurrara algo que no llego a escuchar, aunque por lo que paso luego, ya se hacía algunas ideas y entonces, la vio empezar a lamer la prenda, pero no en cualquier punto, no, lo hizo directo en la zona de la entrepierna y por la cara interna, la vio lamer con mimo y adoración, como si de verdad ahí estuviera lo que era obvio que tanto deseaba.
No la enorgullecía, pero luego de verla hacerlo un par de veces, se encontró sonrojada al percatarse de que de hecho, ella replicaba sus movimientos, lanzando lengüetazos al aire, al mismo ritmo que su amiga lo hacía a la prenda, como deseando ella también hacerlo, lo que le faltaba para sentir que había caído todo lo bajo que se podía, aunque al parecer Akeno aun no descendía hasta lo profundo de su locura, eso fue lo que ocurrió después.
El colmo fue lo que paso luego, Akeno parecía ebria de deseo, de pasión, de necesidad, esa necesidad insana que sentía por Issei y el profundo amor que le profesaba, que en su actual estado, era mas una perversa y obscena enfermedad, eso quedo claro cuando Akeno una vez mas dejo de lado la prenda, no alejándola, solo dejando de lamer la entrepierna, para verla detenidamente y luego de que una idea llegara a ella, proceder a ejecutarla, con una sonrisa retorcidamente lasciva.
Akeno toco fondo, cuando dejo de lamer la prenda y por alguna razón que no llegaba a entender, se la puso en la cabeza como la mas zorra de las pervertidas y ojalá, de verdad, ojalá hubiese sido solo una cuestión de colocársela de sombrero, pero con Akeno, las cosas nunca eran así de simples, quisieralo o no.
Porque lo que termino haciendo esa mujer, fue prácticamente transformar aquellos boxers, en una muy pervertida mascara que como no podía ser de otra manera, Akeno se aseguro de que la zona de la entrepierna quedara justo frente a ella, el motivo era mas que claro a este punto, quería ahogarse, asfixiarse, que cada respiración que realizara, se viera inundada del lascivo olor de la polla del castaño.
Y al parecer funciono, porque ni bien lo hizo, fue como si algo dentro de Akeno se rompiera, lo supo porque sus movimientos pasaron de ser de una mujer con su amante a una completa depravada, una ninfomana que llevaba una vida demasiado celibe para su gusto si se quería ver de esa manera, solo la escuchaba gorjear, gemir y chillar mientras parecía que su coño se iba a destrozar de tan duro que lo estaba perforando con el dildo y lo mucho que se estaba corriendo.
"Ok, esto ya fue demasiado", viendo ese descontrol, Rias considero que ya había sido suficiente, iba a detener a su amiga en ese momento y la iba a regañar por su falta de control y escrúpulos, ni siquiera se dio cuenta en que momento fue que se agacho y tampoco importaba que al levantarse y entrar, dejo tras de si un pequeño charco de sus propio jugos, en ese momento lo único que importaba era que debía detener a su amiga antes de que cometiera una verdadera locura, bueno, una mayor que la que acababa de presenciar.
¡AKENO!, ¿¡QUE CARAJO CREES QUE ESTAS HACIENDO!?
Lo que paso después de que entro y regaño a su amiga prefería no hablar de ello, especialmente porque se odiaba a si misma cuando todo termino, odiaba no solo que se haya dejado seducir por las dulces palabras de Akeno, también odiaba que haya gozado de cada segundo mientras que Akeno, ahora con el arnés y el dildo que antes usara para masturbarse atado a su cadera, la penetraba y a su oído le susurraba que solo debía imaginar que era Issei antes de cambiar posiciones y pasar a ser ella quien follara a su amiga.
Como fuera, luego de esa noche y viendo que Akeno se ponía de los nervios estando sola a un grado de tornarse peligrosa, prefirió mejor que en las noches durmieran juntas, de esa manera se podrían hacer compañía y de paso, podría mantener mejor vigilada a su amiga para que no cometiera otra salvajada como la anterior, especialmente cuando la obligo a revelarle todo respecto a su "Issei" provisional, cosa que se arrepintió de haber hecho.
Y así es como terminaron en su actual situación, ambas acostadas en la misma cama y pese a que era peligroso, ambas dormían totalmente desnudas, un habito que adquirieron de su novio con quien les encantaba dormir así y que ahora ya no podían hacerlo de otra manera, pero que en ese momento era lo menos importante mientras ambas pensaban en sus propios asuntos.
Claro que no es que estuvieran muy alejadas una de la otra, de hecho, sus piernas casi que estaban entrecruzadas entre ellas, pero ambas solo continuaban en el reino de sus propios pensamientos, ajenas a cualquier otra cosa que no fuera esos pensamientos que en ese momento las embargaban, ya fuera por la preocupación o por la curiosidad, hasta que al fin, una de las dos ya no aguanto mas y lanzo la pregunta, siendo la primera en hacerlo Akeno.
- Ne, Rias - la llamó con suavidad mientras no dejaba de ver a la nada sumida aun en sus pensamientos y que solo se giro a verla luego de que la pelirroja se girara hacia ella primero.
Rias no esperaba que ella quisiera hablar, pero mentiría si dijera que si Akeno no hubiera hablado primero, ella no lo habría hecho entonces, porque aunque ambas tenían sus cosas en que pensar, algo le decía, por la mirada que le daba su amiga, que al menos en ese momento, el pensamiento de ambas, era uno y el mismo.
Espero a que Akeno decidiera continuar, pero se sorprendió cuando en lugar de continuar hablando, la chica se le acercara hasta que sus cuerpos hicieron contacto y aunque no lo admitiera, así como Akeno, ella también disfruto del contacto piel con piel, antes de ver a Akeno acurrucarse contra ella, abrazarla por la cintura y ubicar su cabeza en el espacio entre su cuello percibiendo su dulce respiración erizandole la piel.
Irónicamente si le respondió abrazándola como toda respuesta y esperando que eso fuera todo lo que quería avanzar la pelinegra, aunque igual le permitió las dulces caricias que subían por su vientre y se dirigían a sus pechos, ya estaba acostumbrada a esa clase de cosas con Akeno, pero pendiente para no permitirle mas y con ello en mente, espero hasta que ella decidiera continuar, cosa que no tardo mucho, luego de que ambas se vieran de nuevo a los ojos.
- ¿Como crees que les este yendo en casa? - fue la pregunta que finalmente termino lanzando Akeno a su amiga y que de hecho, como ya se dijo, demostraba que en este caso estaban en sincronía en sus pensamientos pues era justamente la pregunta que Rias esperaba que le hiciera, al ser esa misma pregunta, la que de unos días hacía acá rondaba su mente.
Bien pudo fingir que no sabía a que se estaba refiriendo y decir un simple "¿a qué te refieres?", pero sabía muy bien que eso no engañaría a nadie, ni siquiera a ella misma, así que pensó a consciencia la respuesta, encontrando la respuesta mas rápido de lo que de hecho se esperaba, por lo cual solo suspiro antes de finalmente responder a su amiga.
- Si te soy sincera, una parte de mi, le gustaría que no ocurriera nada - no pudo evitar aceptar tal cosa, si, ella estuvo de acuerdo en que su madre asaltara a su novio, pero no podía evitar querer ser un poco egoísta, - pero si soy realista, para este momento, estoy seguro que Ise ya debió hacerlo con al menos una de las tres - esa parte la dijo con un puchero en su rostro, no podía decir que le estaba siendo infiel cuando ella fue quien lanzo a su madre a los brazos del castaño, pero eso no significaba que de entrada le hiciera gracia.
Akeno la vio sorprendida, para ser una chica que estaba dispuesta a compartir a su novio incluso con su madre, estaba quejándose mucho por ello, cosa que al final la hizo reír al ver que pese a todo, Rias inevitablemente no podía evitar ser egoísta cuando se trataba de Issei y aunque la entendía, no compartía su pensar, al menos no en el mismo sentido que ella.
- Entonces... ¿a quien crees que Ise devoró primero? - por su parte Akeno encontraba mas bien emocionante la idea, de hecho, en ese momento sonreía mientras imaginaba los escenarios sobre su novio y alguna de esas tres maduras mujeres en la cama.
Rias suspiro, debió imaginarse que Akeno iba a actuar así, ella era quizás mas liberal en esto, aunque algo si debía admitir, también sentía curiosidad sobre cual de las tres movió ficha primero para acercarse al castaño y viendo a Akeno y considerando lo similares que eran la madre y la hija, a un nivel que a veces hasta le resultaba aterrador, su respuesta llego casi como si fuera una obviedad en si misma.
- ¿Qué no es obvio? claro que esa sería Shuri-san - a ojos de la pelirroja, era mas que evidente que debía ser la madre de Akeno la primera en caer, no, mas bien, ella sería la primera en ofrecerse para que Issei jugara con su cuerpo a placer, nada mas había que ver como era Akeno con el castaño, alguien completamente dispuesta a entregarle todo de ella y si eran tan parecidas como se veía, entonces Shuri habría sido también la primera en actuar.
- Hmmm, yo no lo creo - el tono de Akeno era bastante tranquilo, incluso un tanto divertido, como si no le molestara el comentario de Rias y de hecho así era, - conozco a mi Okaa-san lo suficiente como para saber que preferirá esperar - aun así no pudo evitar defenderla, bueno, mas bien lo que hizo fue recordar un poco la platica antes del viaje con ella.
Por su parte Rias la miro sorprendida, de hecho, esperaba que Akeno estuviera de acuerdo con ella o que por lo menos lo considerara un poco antes de decir algo, pero una negativa tan instantánea, era obvio que Akeno sabía algo mas, pero ya le preguntaría mas adelante.
- ¿En serio?, entonces... ¿quién crees que sería la primera? - no es que hubieran tampoco tantas opciones restantes, pero igual, esperaba que no dijera que su madre, es decir, no era una imposibilidad, pero prefería que Akeno con su forma de ver las cosas tan particular, no terminara retratando a su madre como una desesperada, no es que no fuera posible, pero por su salud mental, no quería imaginársela de esa forma.
Pero lo cierto es que Akeno si lo estaba considerando, obviamente su madre no sería la primera, ella lo sabia mejor que nadie, es decir, había todo un plan que crearon juntas y para ello, Issei debía ser culpable de devorar al menos a una de las otras dos participes de ese acto si querían que funcionara, así que eso dejaba a dos posibles y si lo pensaba bien igual de probables opciones a ser la primera en entregarse y ser devorada por su novio.
Porque sí, a sus ojos, no eran las mujeres quienes atacarían a su Ise, no, era su Ise quien las tomaría a ellas, las devoraría, las haría tan adictas a él que no podrían vivir sin sus caricias, bueno, al menos esa era su visión de las cosas, aunque claro esta, había mucha influencia de su propio masoquismo y el como disfrutaba de cuando Issei prácticamente la sometía y la hacía ser una buena perrita, SU buena perrita.
Termino sacudiéndose mentalmente esos pensamientos, si seguía ese hilo ella no soportaría mucho, es decir, de por si esos simples pensamientos ya la habían calentado lo suficiente para ponerla húmeda, así que mejor no tentar su suerte y centrarse en la pregunta que le atañía responder en ese momento que era, de las dos restantes mujeres, cual de ellas sería la primera en terminar compartiendo los brazos y obviamente también la cama del castaño.
¿Venelana o Yasaka? esa era la cuestión, cual de las dos tomaría primero, bueno en su caso, ella era golosa y si fuera quien va a disfrutar de tan finos manjares, lo mas seguro es que las tomaría a ambas al mismo tiempo, pero Issei era diferente, mas caballeroso y estaba segura de que haría que la primera vez con cada una fuera algo especial e intimo.
Eso entonces la llevaba a la pregunta original una vez mas, ¿cual de las dos sería primero?, se vio sorprendida de que de hecho, la elección no era tan simple como sonaba en un primer momento parecía, mas si consideraba que de las tres mujeres que aprovecharían esa ventana de oportunidad, solo conocía cuales serían las posibles jugadas de dos de ellas y ninguno de los casos incluía a Venelana, así que debía evaluar a cada una por separado o algo así.
Por un lado estaba Venelana, una hermosa mujer, de finos rasgos, excelentes modales y un comportamiento intachable en sociedad, era una mujer de alta cuna sin lugar a dudas, podría tener al hombre que se le diera la gana y aun así, nunca le había conocido pareja y estaba segura de que no era por falta de pretendientes, modestia aparte, al menos para Akeno, la castaña era un modelo a seguir y porque negarlo, también una fantasía bastante recurrente en sus noches de soledad en el pasado, es decir, no era tonta y mucho menos ciega, Venelana se cargaba unas curvas de infarto, todo muy bien puesto en lo referente a su cuerpo a pesar de que ya era una mujer madura y el brillo en sus ojos, su intuición le decía que en lo profundo de ella dormía una gata en celo a la espera de su hombre soñado para desatar toda su pasión y para bien o para mal, estaba segura que tenía mucha frustración que sacar de su sistema, por lo que si de verdad terminó echándole el ojo a su novio, estaba segura de que no dudaría en entregarse por completo a él.
Luego estaba Yasaka, su amada Onee-chan, la mejor amiga de su mamá y mas que eso, una mujer gentil y bondadosa, no dudaba cuando se trataba de ayudar a los que eran cercanos a ella, la amaba, fue su apoyo y el de su madre cuando lo necesitaron, ademas era bella, quizás, excesivamente bella, grandes ojos expresivos, un cuerpo de infarto donde era mas que obvio que lo que mas llamaba la atención eran esas masivas y llenas tetas que se cargaba, tetas que le hacían agua la boca debía admitir, era una mujer especial, ya había pasado por mucho, ella conocía esa historia y como acabo, la decepción estaba plasmada en sus ojos cuando se lo contaba, pero del mismo modo y esto lo descubrió no hace mucho, Yasaka Kitsuhime, su adorada Onee-chan, podía y era una completa zorra en la cama, pero claro, ver esa parte de ella era muy complicado ya que por encima de eso estaba la mujer dulce y gentil, así que sabía que cuando decidiera moverse, no se detendría ante nada para lograr el objetivo que se propusiera.
Dos mujeres tan distintas y en cierta forma tan iguales, era difícil determinar como procederían las cosas, por lo cual Akeno se encontró en una encrucijada, al menos por un momento, pero entonces considero rasgos mas simples de la personalidad de ambas y solo entonces, logro darle una respuesta a su amiga que aun la miraba expectante por lo que podría llegar a decir la pelinegra.
- A decir verdad, me gustaría que fuera Yasaka Onee-chan - dijo finalmente aunque con la mirada perdida, como si aun evaluara las probabilidades, - creo que nadie lo merecería mas, de verdad quiero que sea Yasaka Onee-chan quien sea la primera en probar el placer de estar con mi Ise hasta que la rompa y la haga adicta a él - en esa parte si se podía sentir la emoción de la pelinegra mientras imaginaba justo eso que le estaba diciendo a la pelirroja.
Rias no sabía como tomarse ese comentario, es decir, por un lado se aliviaba de que no fuera su madre la primera opción, justo como lo deseaba, pero por otro lado, no sabía como tomarse exactamente el que Akeno parecía ansiosa y feliz de que su novio corrompiera a la rubia y por como decía as cosas, no solo a ella, es decir, no le molestaba tener que compartir, su actual relación con el castaño lo demostraba, pero la forma en que describía las cosas su amiga, bueno, así era ella y solo era su desmedida libido hablando, quería suponer.
- Sin embargo - eso no sonaba bien, Rias esperaba que lo dejara en que la primera sería Yasaka, pero ahora, temía lo siguiente que iba a decir y lo demostró cuando trago duro ansiosa de las próximas palabras de su amiga, - Yasaka Onee-chan es bastante tímida la mayor parte del tiempo y aunque se que nada le gustaría mas que ir por Ise desde el día uno, lo mas seguro es que espere hasta que se presente una oportunidad perfecta para actuar y así no arruinar las cosas, así que... - no necesitaba seguir, de hecho, esperaba que no siguiera, entendía perfectamente cuales eran sus siguientes palabras y prefería no escucharlas.
El problema es que tenía razón, de todo el tiempo que llevaba conociendo a esas mujeres que ahora querían compartir el lecho con su novio al igual que ellas, si comparaba las personalidades base tanto de Yasaka, como de su propia madre, era obvio como procederían las cosas, es decir, Yasaka era una mujer dulce, siempre dispuesta a ayudar y tiempo le llevo entender que quizás esas reuniones de mujeres que tenía su madre con Yasaka y Shuri, no necesariamente eran solo para hablar.
Como sea, Yasaka era una mujer que tendía a ser mas cautelosa, no actuaba nunca sin un plan y por lo general, no ejecutaba dicho plan hasta que sentía que el momento era perfecto, era en realidad, una mujer que prefería tomarse las cosas con calma y dejar que todo llegue cuando tiene que llegar.
En cambio, Venelana, su madre, era una mujer de armas tomar, de esas que les gustaba como dice el dicho, tomar al toro por los cuernos, suponía que esa actitud era el producto de que fuera la directora de una empresa como lo era la Gremory, debía ser fuerte, directa, no mostrar debilidad ni flaquear en ningún momento, así era como se hacían los negocios, así que cuando ella quería algo, siempre la vio ser rápida y directa para conseguir no solo lo que deseaba, sino también sacarle el mayor provecho al trato que cerraba.
Con base en eso, hasta para ella sería obvio cual sería el resultado, para su desgracia, si se guiaran por personalidad, su madre sería la primera en actuar y aunque le aterraba la idea, si lo consideraba bien, no se le hacía raro que ni bien dejaron la estación en tren ese día, su madre se hubiera llevado a Issei a su casa, se habría desnudado y lo hubiera montado hasta dejarlo seco o que se desmayara de tanto placer dado por el castaño, lo que ocurriera primero, Dios sabe que eso es lo que haría ella ni bien lo volviera a ver y lo mucho que tendría que luchar contra ese deseo.
Así que sí, aunque le doliera admitirlo, existían buenas probabilidades de que fuera su madre la primera en actuar, esperaba que no fuera así, pero la evidencia decía lo contrario, lo único que agradecía era que Akeno no dijera nada, al menos eso le dejaba conservar aunque fuera un mínimo de la imagen digna que tenía de su madre, aunque su propia mente fuera ahora la que intentaba cambiar eso.
- Por cierto Rias - pero, al parecer esa conversación no había acabado, al menos no para Akeno y solo esperaba que esta vez, el tema fuera diferente y no una de las clásicas perversiones de su amiga, - hay algo que me gustaría saber - el rostro curioso de Akeno le llamo la atención se veía un tanto emocionada de hacer la pregunta que quería hacer.
- Y ¿qué sería lo que quieres saber? - Rias decidió incitarla a hablar, una parte de ella sentía que se arrepentiría, pero igualmente sabía que lo que no le preguntara ahora, se lo preguntaría mas tarde, así que a mal paso darle prisa.
- ¿Que clase de plan ideaste con Venelana-san antes de este viaje para seducir a Ise? - y ahí estaba, con Akeno nunca se sabía que esperar y aunque agradecía que ya no quisiera tocar el tema de quien sería la primera, no estaba muy segura de si el nuevo tema era mejor que el anteriormente mencionado.
- ¿Q-Que plan hiciste tu con Shuri-san y Yasaka-san? - no quería responder eso, era obvio que iba a ser vergonzoso, así que trato de desviar la atención y hacer que fuera Akeno quien hablara y considerando que a diferencia de ella, la pelinegra estaba coaccionada con dos mujeres, esperaba que eso bastara para que su amiga prefiriera ser la que hablaba a ser la que escuchaba.
- Fufufu, ara ara Rias, fue un buen intento, pero, yo pregunte primero - al parecer no era su noche y aunque el contra argumento de Akeno era mas bien infantil, con lo que acababa de decirle dejaba en claro una cosa, la pelinegra no abriría la boca hasta que ella hablara primero.
Claro podía usar eso para no tener que tocar el tema, ninguna de las dos hablaría, pero conocía a Akeno lo suficiente como para saber que fuera ahora o fuera luego, se haría con esa información, saliera de su boca, de la de Issei o peor aun, de la de su propia madre, pero la verdad es que no quería hablar de eso, era vergonzoso, bueno, al menos para ella lo era y eso era suficiente para que no quisiera hablar.
- Entonces, anda, dime - vio a Akeno y se sintió acorralada, en los ojos de la pelinegra vio el brillo de la emoción y la curiosidad, hasta parecía una niña que quiere saber de sus padres como se hacen los bebes, era tierno si lo pensaba bien, - ¿cual fue el plan que idearon?, ¿algo sucio?, ¿depravado?, ¿acaso Venelana san planea chantajear a Ise y obligarlo a que la folle hasta que el cerebro se le vuelva papilla? - y hasta ahí llego lo tierno, debió esperarse que lo que Akeno quería saber era los detalles pervertidos, nunca creyó ver esa combinación de perversión y sana curiosidad, pero debió suponer que tratándose de Akeno, todo era posible.
- Bueno... - no sabía que hacer, bueno, si sabía, solo que no quería, pero era inevitable, Akeno insistiría hasta que soltara la sopa, solo esperaba que no resultara en una decepción para su amiga, - en realidad... no hay plan - decidió ser directa, entre mas rápido saliera de este asunto mejor, al menos eso era lo que pensaba la pelirroja.
- ¿Eh? - Akeno no dijo nada mas, tampoco es que hubiera algo mas que decir, estaba confundida eso era obvio, aunque como culparla cuando era obvio que esperaba toda una intrincada estratagema de parte de la pelirroja y su madre, - ¿¡cómo que no hay plan!? - se exalto un poco, era obvio que no era lo que esperaba oír, en lo absoluto.
- Si bueno, así es como son las cosas, supongo - Rias trato de darle punto final a eso, igual no es que estuviera mintiendo o tratando de zafarse de la conversación con su amiga, - simplemente, no somos de hacer grandes planes - concluyo la chica encogiéndose esta vez de hombros, desestimando tal hecho sobre ella y su mamá.
- ¡Eso no puede ser! ¡no es justo, no es justo no es justo! - no sabía que era peor, escuchar los reclamos de Akeno o el hecho de que los hiciera como un berrinche mientras hacía pucheros, es decir, ¿de verdad era tan importante un plan?, aunque por la expresión de Akeno, era obvio que al menos a ojos de la pelinegra, la respuesta era un rotundo sí, - ¿en serio no hablaron de nada sobre esto antes del viaje? -al parecer, Akeno aun no se rendía y eso la hizo ponerse a pensar, a recordar ese momento.
- Bueno... - reconsidero las cosas respecto a ese día y lo que ocurrió, - si hablamos pero... no se si eso se pueda llamar un plan - Rias dijo recordando ese momento y aunque para ella no significaba nada, considerando el brillo que recuperaron los violáceos ojos de su amiga, es obvio que tendría que seguir, - sigh... esta bien, tu ganas, pero no esperes mucho... fue un día antes de partir - ya que no tenía de otra, decidió acabar con esto y contar lo que ocurrió, aunque conforme la conversación se iba repitiendo en su mente, no pudo evitar avergonzarse de ciertas partes.
- ¡Okaa-san!, ¿¡has visto mi teléfono!? - Rias gritaba hecha un desastre por la ansiedad, faltaban unas pocas horas para el inicio de su viaje y como ya parecía ser norma y ley para los viajeros, en este momento revisaba y se aseguraba de haber empacado todo y empezaba a sentir que no era el caso, por lo cual iba de un lado para otro buscando cosas que de hecho, ya estaban en su equipaje, solo que por alguna razón no veía.
- Juju, cariño, esta en la mesita de noche en tu cuarto - por su parte la madura castaña veía sentada en un sofá de su casa a su hija hecha un completo desastre ir de un lado para el otro, - ¿ya lo olvidaste? lo pusiste a cargar en cuanto llegaste a casa - le divertía verla tan ansiosa, sus cosas estaban organizadas y listas, pero al parecer los nervios la tenían alterada y eso aunque sonara mal, le hacía mucha gracia.
Le resultaba hilarante y al mismo tiempo tierno ver a su hija así de alterada, emocionada por el viaje sí, pero al mismo tiempo el estrés por el suso dicho la estaba poniendo de los nervios mientras intentaba asegurarse de que ya tenía listo todo lo que necesitaría durante su travesía y eso le causaba una sonrisa cálida a su madre.
Su hija estaba presentando todos los comportamientos de un novato en los viajes y era raro, pues no era su primer viaje, aunque si lo consideraba bien, este viaje sería especial por dos razones que suponía eran las que la tenían en aquel estado tan frenético yendo de arriba a abajo por su casa buscando cosas que ya tenía en su equipaje.
La primera, aunque no sería su primer viaje, si sería el primero que hiciera sola, bueno, al menos sin ella, así que no era de extrañar que quisiera tener en orden todo ya que una vez que se fuera, ya no contaría con ella como en otras ocasiones y quería evitar sorpresas innecesarias y eso era digno de admirar, su pequeña Rias siempre demostró ser una mujer fuerte y que cuando llegara el momento podría ser independiente, eso la hacía sentir orgullosa y a la vez nostálgica pues era un recordatorio de que su niña había crecido.
Sin embargo, si tuviera que apostar, diría que lo que la tenía así de ansiosa era en realidad la segunda razón, después de todo, mientras su pequeña estaba disfrutando de su viaje y las maravillosas experiencias que de seguro viviría mientras conocía el vasto mundo en el que vivía, ella se quedaría aquí con el camino libre y completamente autorizada para hacerse mas cercana a Issei, de verdad mucho, mucho, muchiiiisiiimo mas cercana a ese gentil muchacho que robara el corazón de dos jóvenes como su hija y Akeno.
Si lo pensaba bien era normal que estuviera tan ansiosa, especialmente cuando ella no le había dicho nada sobre como procedería y su pequeña siempre había sido muy metódica, de las que prefieren actuar solo cuando tienen un buen plan en mente, así que estar tan a ciegas era algo que ciertamente la tenía realmente ansiosa.
Y la comprendía, de hecho, si era honesta consigo misma, ella también estaba ansiosa por el día de mañana, aunque si se lo preguntaban, estaba muy segura de que su ansiedad no era por el mismo motivo que el de su hija y de eso podía dar buena fe su maduro coñito que ante la perspectiva que se le venía encima empezó a hormiguear y lubricarse rápidamente pidiendo un poco de atención.
"Hmmm, voy a masturbarme esta noche o de lo contrario no podre dormir de la emoción", la castaña pensó mientras pasaba su lengua por sus labios mientras se ponía mas y mas ansiosa de que el mañana llegara pronto, pero hasta entonces, esta noche iba a jugar con sus agujeros, especialmente el de atrás para calmar su emoción o de lo contrario iba a pasar la noche en vela, aunque bien podría fantasear conque esos juguetes que se metería esa noche eran de hecho la polla del castaño, un pequeño aperitivo antes del delicioso plato fuerte que le esperaba y ante esa idea, un dulce escalofrío le recorrió la espina.
- Okaa-san, esta vez si, por favor, dime que tienes un plan - sin embargo, se vio sacada de sus pensamientos sobre la caliente y movidita noche que tendría en un rato cuando escucho a su hija que una vez mas regresaba con ella, al parecer mas calmada y con ganas de hablar al parecer muy seriamente con ella.
- ¿Plan? - por su parte, Venelana solo contesto confundida a las palabras de su hija, eso por dos motivos, el primero acababa de salir de una erótica fantasía consigo misma y las palabras de su hija obviamente la cogieron fuera de lugar y el segundo motivo, era que realmente no sabía a que plan se refería, aunque considerando que no era la primera vez que mencionaba aquello, ya se hacía una idea de a que se refería.
- Okaa-san, me voy de viaje mañana y aun no me has dicho nada sobre como harás tu jugada - como se imagino, una vez mas le preguntaba por el tema referente a como seduciría a Issei, cosa que la hizo suspirar debido a la insistencia de su amada hija por conocer lo que a sus ojos eran detalles innecesarios, - no puedes ir así por así, Ise es un chico tierno pero a la vez difícil de manejar y no lograras nada si no tienes un plan - de verdad que en algunas ocasiones Rias podía ser demasiado quisquillosa, hasta parecía que en esas ocasiones los papeles se cambiaran y Rias fuera la madre y ella la hija.
- Rias, cariño... ¿no crees que estas exagerando un poquito? - su pregunta era valida en su mente, es decir, amaba a su hija, pero cuando se ponía en ese plan, la verdad es que podía llegar a ser bastante dramática, así que por su bien intentaría que se calmara.
Claro esta que a Rias la declaración de su madre no le gusto, ella necesitaba saber que había un plan, una confirmación de que su madre sabría como actuar para lograr el objetivo marcado, así que verla quizás demasiado tranquila no le resultaba algo tan tranquilizador y se lo hizo saber con su ceño fruncido y los brazos cruzados bajo sus pechos remarcandolos y haciedolos rebotar, cosa que noto su madre y sonrió orgullosa de saber que los había heredado de ella, aunque claro, los suyos seguían siendo mas grandes y también, mas esponjosos.
- ¡Claro que no Okaa-san! es necesario que tengas un plan para ir por Issei - al parecer su hija no solo había heredado su obsceno cuerpo, también había heredado su terquedad, - ¿o acaso solo le saltaras encima ni bien me haya ido? - claro esta que ella bromeaba, se notaba en el sarcasmo que estaba impreso en su tono.
- ¿Qué comes que adivinas? pues si, eso era lo que iba a hacer - sin embargo eso no quería decir que no podía seguirle el juego a su hija y darle una lección en el proceso por su impertinencia y pensaba hacerlo tan escandaloso como se le pudiera ocurrir en ese momento solo para fastidiar a su niña, - pensaba en que ni bien desaparecieras en el horizonte, tomar la mano de Issei, arrastrarlo hasta nuestra casa, desnudarme y ofrecerle cada agujero de mi cuerpo para que lo profane y llene con su semen, bañarme en su juventud, su virilidad, su simiente hasta que cada parte de mi le pertenezca para siempre y si tengo que llenar su bebida con afrodisíaco o viagra para lograr ese objetivo, lo haría sin importarme nada mas - le termino de decir, cruzando sus brazos y realzando sus enormes pechos esta vez ella mientras veía con un rostro imperturbable a su consternada hija.
Se suponía que solo iba a bromear con su hija amada, pero se sorprendió la naturalidad con la que hizo su declaración al punto de que casi se autoconvence de que de hecho eso era justo lo que iba a hacer por descabellado que sonara.
De hecho, sintió que quizás se había sobrepasado un poco con lo que dijo, cosa que se confirmo cuando vio el rostro incrédulo y desencajado de su hija tras básicamente haberle dicho en la cara que se iba a convertir en el baño de carne del castaño si así él lo quería, la verdad hasta se compadeció un poco de su hija, pero muy poquito.
"Creo que esta vez si me pase", fue lo que pensó al ver que Rias no salía de su estupor luego de las fuertes y algo obscenas palabras que le dio, "aunque... en realidad no me molestaría si ocurriera, sería mucho mas divertido de hecho y placentero" claro esta que pronto sus pensamientos se desviaron a un escenario de ese tipo, donde el castaño la tomaba duro y sin piedad, en especial por cierto agujero.
- ¡O-O-Okaa-san! ¡n-no es momento para bromas! - Rias salio de su estupor finalmente y al hacerlo le reprocho, escandalizada su comentario, es decir, con cosas como esas no sería muy diferente de la pervertida de Akeno y en ese momento no estaba para ese tipo de bromas, sin embargo cuando vio a su madre aun seria, trago duro y seco, - ¿p-por qué e-es una broma verdad, Okaa-san? - no pudo evitar preguntar al verla tan seria aun ahora respecto a ese tema.
Por su parte Venelana estaba en su propio mundo, un mundo mas salvaje donde todo lo que existían eran las diversas posibilidades de placer que tendría con su joven amante y su al parecer irrefrenable lujuria una vez que se desataba, por estar tan metida en ese mundo, sin saberlo le estaba dando una imagen tan estoica a su hija que le hacía creer que hablaba en serio sobre lo que había dicho, mientras en su mente solo pensaba que se alegraba de llevar un buen rato asegurándose de manteniendo limpia cierta parte de ella.
Para cuando finalmente volvió a enfocar a su hija en su campo de visión, pese a que no saber que fue lo último que le dijo, se pudo hacer una idea gracias al rostro consternado que le mostraba, conocía a su hija perfectamente, había estado con ella toda su vida y por eso mismo es que ante los violaceos ojos de Venelana, su princesa era un libro totalmente abierto, no había secreto que no conociera de ella por mucho que intentara esconderlo y en ocasiones llegaba a entenderla aun sin necesidad de que le dijera nada, por eso ya suponía que era lo que la atormentaba en ese momento.
- Haaaa, esta bien, me pase, lo siento cariño - luego de su suspiro de resignación al ver lo que su comentario causo, finalmente le aclaro que solo estaba bromeando, bueno, mas o menos, pero eso no necesitaba saberlo su hija y con ello la pelirroja pareció relajarse aunque fuera un poco.
- No es gracioso Okaa-san - la chica se veía hasta cansada, pero eso era por su tendencia a preocuparse demasiado por detalles mas bien inverosímiles, - pero de verdad Okaa-san, necesitas un plan si quieres ir tras Ise - y esa era la clara prueba de lo que pensaba la castaña, Rias debía aprender a relajarse o un día de estos le iba a dar una aneurisma.
- Haaaa, Rias, no empecemos con eso de nuevo - ya se estaba cansando y la verdad el tema estaba pasando de ser divertido a fastidioso, así que era mejor que la detuviera de una vez, - todo saldrá bien hija, no te preocupes, solo... confía en tu madre y en sus capacidades - trato de razonar con ella, usando su tono maternal con ella, cosa que resultaba irónico considerando que estaba usando su tono maternal para hablar con su hija sobre como se iba a acostar con el novio de la misma.
Rias solo la miro con una expresión compleja, pero claro que confiaba en ella, era su madre, la había visto salir adelante siempre y lo admitía, su madre era hermosa, una verdadera belleza con curvas de infarto, muy superiores a las suyas por mucho que le diera celos admitirlo, incluso su mejor amiga se lo había dicho, lo mucho que le atraía Venelana y lo que daría por pasar aunque fuera una noche compartiendo su cama, suponía que esas eran las ventajas de la madurez cuando se llevaba bien, era inevitable que atrajeras las miradas, incluso de las mujeres.
- Okaa-san... es solo que... - al parecer Rias no estaba convencida del todo, aunque veía con gratitud en los hermosos ojos de su niña que ella confiaba con todo su ser en sus decisiones, así que se levanto del sofá donde había estado todo ese tiempo para acercarse a la pelirroja y en un abrazo maternal atraerla hacía ella y enterrar su rostro en su abundante escote mientras al mismo tiempo le daba ligeras caricias en su cabeza recorriendo su sedosa cabellera carmesí.
No importaba cuanto tiempo hubiera pasado ni cuan adulta se sintiera la pelirroja, aun así, cada vez que estaba en los amorosos brazos e su madre mientras era arrullada con sus dulces caricias y ese tono sosegado, siempre le hacía sentir en paz y calmada, como si los problemas del mundo simplemente desaparecieran y que fuera cual fuera la situación, todo iba a salir bien.
- Oh mi pequeña, no tienes que preocuparte tanto - le hablo con cariño mientras seguía acariciando su cabeza, ella sabía que eso le gustaba, la calmaba por mucho que tratara de negarlo, - se que quieres ayudarme, pero insistir en algo no es la manera mi amor - quería que la comprendiera, que la dejara hacer las cosas a su modo.
- Lo se Okaa-san, es solo que yo... - estaba mas receptiva y eso la hizo sonreír, este método siempre funcionaba con su hija, eso era bueno y le conmovía el corazón que se preocupara tanto por ella, mostraba la estrecha relación que tenían y que estaba por hacerse aun mas estrecha, pero era momento de que le enseñara algo que solo la experiencia enseñaba.
- Rias, te amo, eres sangre de mi sangre, carne de mi carne... corazón de mi corazón - continuaba acariciando su cabeza mientras le hablaba aun con aquel tono, queriendo que escuchara aquello que tanto quería decirle, - he tenido una larga vida Rias, no siempre han sido buenos momentos, pero te aseguro que soy feliz, especialmente porque te tengo a ti, mi mayor orgullo - dijo sonriente mientras miraba a su hija que en ese momento era como un lindo y ronroneante gatito que la veía ahora curiosa.
- ¿Okaa-san? - en ese momento la curiosidad estaba marcada en sus ojos, esos bellos ojos azules que ahora estaban completamente conectados en su mirar con la mirada violeta de su madre la cual le dedicaba una sonrisa tierna y maternal.
- Y si algo se luego de toda esa experiencia... - continuo Venelana mientras su hija la miraba expectante, ansiosa de saber que es lo que iba a decirle, - es que no vale la pena dar vueltas cuando sabes lo que quieres, es mucho mejor ir de frente con tus deseos - era una declaración fuerte pero sincera y que aunque no evitaba que pensara que de verdad su madre iba a devorar a Issei en cuanto se fuera, también le daba la seguridad de que su madre sabría como actuar cuando llegara el momento, - ¿puedes creer en tu Okaa-san, mi pequeña? - le pregunto esta vez ya no acariciando su cabeza sino que acunando su mejilla con su mano izquierda mientras la derecha delineaba sus finos pero carnosos labios.
La pelirroja solo veía a su madre, en ese momento su mente era un desastre, aun tenía dudas sobre el plan de Venelana sobre no tener un plan, pero ver los seguros ojos de su madre a su vez la calmaba, así que yendo contra su propia lógica, contra su propio instinto, decidió dar un voto de confianza a su madre y la la locura que era lo que le proponía.
- Hum, yo creo que Okaa-san - lo dijo con una bella sonrisa en su rostro, sonrisa correspondida por una propia de parte de la castaña que la abrazó una vez mas, contenta de finalmente haber resuelto ese problema y aun mas de escuchar a su hija decirle que creía en ella.
Era un momento lindo y especial entre una madre y su hija, al menos todo lo especial que podía ser considerando que era una discusión sobre como en unas horas, una madura mujer, y con el beneplácito de su hija, iba a seducir y posteriormente encamar al novio de la joven, pero claro esta, en ese momento no podía importarle menos a ninguna de las dos.
- Ademas, si somos honestas, tu eres la principal culpable de que no tenga un plan mi amor - de repente menciono Venelana, cosa que sorprendió a Rias que abrió los ojos anonadada ante la declaración de su madre y ya que en ese momento aun mantenía el abrazo donde reposaba su cabeza en el amplio pecho de su madre, no vio la burlona sonrisa de la misma, - después de todo, Rias ha sido mala y no ha querido decirle a Okaa-san sobre los gustos de Issei-chan - termino la declaración la castaña sorprendiendo aun mas a su hija.
- Etto... ¿Okaa-san? - Rias se separo, solo un poco, no lo admitiría en voz alta, pero le gustaba estar así, siendo consentida por su madre, pero en ese momento, su confusión le podía mas y por ello que se separara para poder encarar a su madre aunque con una clara confusión en su rostro respecto a las palabras de su madre, - ¿de qué estas hablando? - pregunto sin entender que era lo que pasaba.
Su pregunta era valida, es decir, no podía reclamarle que no le contara sobre los gustos de Issei, ya le había dicho todo lo que sabía respecto a eso, su color favorito, su estación del año favorita, que le gustaba hacer en sus días de ocio, cual era su película favorita, el libro que mas le gustaba, cual era su sabor y plato predilecto, es mas, algunos de esos gustos los descubrió junto a su madre, así que realmente no entendía porque le decía aquello y por eso le pregunto, aunque en cuanto vio la sonrisa de su madre, tragó duro al darse cuenta que acababa de cometer un error y solo un pensamiento cruzó su mente, "esto no puede ser bueno".
- Ya sabes, los gustos de Ise - la forma en que lo dijo, tan insinuante, junto con esa mirada cómplice y esa sonrisita que le dedicaba, solo la puso mas alerta, - me refiero a sus gustos respecto al sexo - termino de decir la madura mujer a su anonadada hija.
Ahí estaba la razón de que esa sonrisa no le diera buena espina, ya estaba otra vez molestándola y en esta ocasión usaba su vida intima con Issei para avergonzarla, cosa fácil si consideraba que ella no es que estuviera muy a favor de compartir su vida intima con su propia madre y ella lo sabía, por eso es que en ese momento puyaba con tan bochornoso tema, pero no, no le iba a dar ese gusto a su madre, primero muerta.
- ¿Ise prefiere una felación o es mas un chico de paizzuri? aunque creo que esa pregunta es fácil si ves a sus dotadas novias - sin embargo al parecer su madre no tenía intención de dejar el tema fácilmente y hablaría por ella si es que llegaba a ser necesario, - si es lo primero, ¿prefiere los besitos en la punta, que laman desde la base, le chupen las bolas, que uses tu lengua para jugar con su uretra o es mas de la garganta profunda? - no sabía ni como responder, especialmente al verle la emoción con la que preguntaba, - aunque es entendible si prefiere el juego de pechos, entonces, prefiere que tu lo folles con tus pechos o ser el quien los folla, le gusta el masaje uniforme o alternando la dirección entre tus pechos, que el valle entre tus senos se sienta apretado o prefiere una sensación mas suave y pachoncita... aunque también podría ser que le guste un ataque combinado entre pechos y boca, ¿verdad? - continuo con su morboso monologo.
La verdad era que no tenía idea de que decir, de hecho ni siquiera sabía que pensar, le costaba asimilar lo que escuchaba y peor aun, tratar de determinar que era lo que la tenía mas conmocionada, si la emoción de su madre al hablar de su futuro sexo con el castaño, la facilidad con la que podía avergonzarla y disfrutarlo o peor aun, el que fuera tan versada en las artes de la cama y lo que aun no sabía, es que lo que ya escucho, era solo la punta del iceberg.
- ¿Cuál es su posición favorita? vaquera, vaquera inversa, de a perrito, perrito tumbado, el pretzel, la carretilla, de cucharita, cara a cara, tal vez le guste la X, la araña o mejor el 69 - quería morirse, de verdad su madre acababa de mencionar todas esas posiciones de las cuales solo sabía de algunas y había probado otras tantas y lo que era peor, estaba segura de que no eran todas las que Venelana conocía, - por favor, no me digas que solo le gusta de misionero, eso sería triste y tendría que enseñarle mucho - al parecer ella no tenía intención de detenerse, pese a que en su caso, agradecería que lo hiciera o iba a salir corriendo de ahí para salvar la poca salud mental que le quedaba, ademas de conservar aunque fuera un poco de la imagen orgullosa y recatada que tenía de su madre.
En definitiva había un lado de su madre que no conocía y que al parecer era mas morboso de lo que ya dejaba entrever en ese momento, es decir, ¿de verdad su madre acababa de hablar de posiciones sexuales con ella?, algunos dirían que era una mamá moderna y descomplicada, pero tras verla toda su vida como el modelo de rectitud y moralidad que debía y quería ser, ver este lado de ella era algo que no sabía como tomarse, no se esperaba que su madre estuviera tan versada en el sexo pese a nunca haberle conocido un amante, aunque eso si, no iba a admitirlo, pero le dio unas buenas ideas de que probar con Issei cuando regresara a casa de su viaje, ademas de dejarle claro que debía investigar mas si es que quería darle mas variedad y sabor a su ya de por si, exótica vida conyugal.
Sin embargo, en todo el tiempo que ella estuvo entre estupefacta, asimilando la nueva información y planeando los pasos a seguir para probar nuevas cosas con su novio, su madre tampoco es que se quedara quieta, sí, estaba parada frente a ella esperando alguna reacción de su parte, pero al mismo tiempo trataba de entender a que se debía que su hija no dijera nada, la verdad es que era difícil de entender que tipo de sucesión de eventos debieron ocurrir en la cabeza de la madura castaña cuando su rostro se ilumino con un tono de revelación y una de sus manos en forma de puño golpeaba como un mazo la palma de la otra mano, como si hubiese entendido por fin lo que ocurría.
- ¡Oh, ya entiendo! - Rias se vio sacada de sus pensamientos cuando su madre de manera muy animada hacía su exclamación, para variar, desde que se iniciara esta parte de la conversación, algo le daba mala espina, - es tan obvio, la razón de que no reaccionaras antes... es porque en realidad, Issei-chan es mas un chico del anal - lo dijo con tal convicción que de verdad te hacía preguntarte cual era la lógica detrás de eso.
Y justo cuando creías que tu madre ya no podía sorprenderte mas, sale con una joya como esa, de verdad que su madre era una cajita de sorpresas de la que no sabía nada en realidad y eso le asustaba, es decir, a quien se le ocurre interpretar el silencio de su parte respecto al sexo con su novio, como que a su novio le gusta mas la puerta trasera que la de en frente en la cama, su madre podía ser bastante aterradora en un sentido totalmente nuevo y por la subsecuente sonrisa, sabía que aun no había parado, para su completa desgracia.
- Bueno, si quieres evitar un embarazo prematuro es una buena alternativa, pero igual, salvo algunas excepciones, todo lo demás debería ser posible de probar - y creía que su sonrojo no podía ir a mas, para este momento estaba segura que su rostro debía competir en tono con su cabello y todo gracias a su madre, - hmmm, supongo que con el tamaño de Ise al principio debe ser un problema, aunque supongo que ya pasaste ese umbral hace mucho y ahora debes de estar acostumbrada... ¿con que frecuencia lo hacen por atrás? - de sus pocas indiscreciones, hablar sobre lo dotado que estaba el castaño y se arrepentía en este momento como nunca antes, especialmente por sus insinuaciones a las que solo pudo responder de una manera.
¡EEEEPPP!
No pudo evitar ese chillido agudo saliendo de su garganta mientras llevaba sus manos a su trasero como para protegerlo luego de las palabras de su madre y la imagen mental de ella siendo profanada por su ultimo y quizás mas apretado reducto virgen en su cuerpo, llegando ahora si a niveles de roo en su rostro que estaba segura no eran humanamente posibles.
- ¡O-Okaa-san! - Rias no pudo evitar replicarle a su madre mientras aun protegía su trasero con sus manos y veía a su madre con reproche por mencionar eso tan directamente, cosa que solo sorprendió a Venelana quien vio a su hija confundida por su reacción al tema, uno que a estas alturas ya debería ser muy normal para ella o al menos esa sería la idea.
- Rias.. no me digas que... - no termino la oración, tampoco es que lo necesitara dada la reacción de su hija de desviar su mirada como no queriendo saber nada del tema, eso junto a su ceño ligeramente fruncido como en un puchero y las lagrimitas se lo decían todo, en serio que su hija era demasiado fácil de leer - haaa, Rias... no puedes ser tan mojigata - termino recriminándole la castaña a su hija y su al parecer, poca asertividad en la cama.
- ¡OKAA-SAN, NO SOY UNA MOJIGATA! - termino gritando Rias molesta ante la acusación de parte de su madre, aunque el que estuviera tan sonrojada, con ojos llorosos y básicamente haciendo un puchero mientras la confrontaba no estaba haciendo mucho en su defensa.
- Joooo, entonces dime... ¿que es lo mas atrevido que has hecho son Issei? - reto la castaña a su hija mientras en el proceso se acercaba a ella como para encarar a la pelirroja y que de esa manera ella no pudiera evadir la pregunta que acababa de hacerle.
Curiosamente ese sencillo movimiento para enfrentar a su hija las coloco lo suficientemente cerca como para que no solo fuera un enfrentamiento cara a cara, también termino permitiendo un enfrentamiento entre los pechos de ambas mujeres donde la mas joven sintió la suave esponjosidad de su madre y a su vez la mayor pudo sentir la firmeza de los pechos de la joven, aunque claro, ninguna de las dos siquiera le prestaron atención al hecho de que sus pechos se presionaban producto del reto lanzado por la castaña.
- ¡Uggh! - Rias no pudo evitar morderse la lengua en ese momento, se maldijo a si misma pues esto fue su culpa, ella le dio la oportunidad a su madre para lanzar ese golpe a su orgullo y el problema es que no sabía que responderle exactamente, sin salir perjudicada de alguna manera.
Es decir, no podía decirle que no había hecho nada raro con Issei, en primera porque sería darle la razón a su madre y en ese momento su orgullo se anteponía a tal posibilidad y en segunda, porque no era verdad, aunque dudaba que fuera algo que pudiera considerarse realmente atrevido y claro esta, tampoco estaba la opción de contarle sus aventuras con el castaño, se moriría de vergüenza y ciertamente no quería ver la burlona sonrisa de su madre mientras la tachaba de pervertida, así que estaba en un verdadero aprieto.
Por supuesto que el silencio tampoco era una buena idea y eso era algo que Rias no considero, por lo cual en este momento, tras su pequeño quejido al verse atrapada, ademas de que desviara su mirada de su madre luego de un rato, solo le dieron una respuesta a su pregunta a la castaña, la cual por toda reacción solo suspiro.
- Haaaa, a eso me refiero cariño - finalmente soltó como resignada a que su hija era demasiado modosita en algunas cuestiones, - sabes, si sigues con esa actitud, Akeno-chan pronto te dejara atrás y se volverá la favorita de Issei - termino declarando mientras la veía ahora con sus manos sobre sus caderas como si aquello fuera un regaño y si que estaba funcionando.
Eso dolió, dolió mucho, Rias no pudo evitar sentirse herida, su madre si que sabía donde golpear para hacerle daño, no había que malentenderla, Akeno era su mejor amiga, la hermana que nunca tuvo, su mas grande confidente, la amaba incluso como mujer, sentimiento que se desarrollo al compartir esta extraña relación con Issei junto a ella, pero, eran dos chicas jóvenes, enamoradas y porque no admitirlo, movidas fácilmente pos rus hormonas.
Eso había creado una rivalidad entre ellas en mas de un aspecto y cuando se trataba de Issei, siempre estaban compitiendo por ver cual de las dos era la preferida de Issei, claro el no iba a elegir a ninguna de las dos, ellas lo sabían, pero eso no eliminaba la necesidad de competencia entre ellas por ver quien lo complacía mejor, así que escuchar a su madre decirle aquello era un golpe bajo que le hería su orgullo como mujer.
Considero responderle con algo que de igual manera la sacara de balance, pero eso sería caer a su mismo nivel y su orgullo no le permitiría entrar en ese juego vil, una de las dos debía ser la madura en ese lugar y ya que su madre parecía muy comoda actuando como una niña, entonces ella sería quien se alzara como la voz madura de la familia.
- En lugar de estar molestando a tu hija, deberías prepararte sobre como abordaras a Issei - actuó digna, todo lo que podía luego de todo lo anterior, ademas de finalmente cediendo un poco a su deseo de venganza termino con lo que ella estaba segura, sería un buen golpe para su burlona madre, - después de todo, existe la posibilidad de que Issei termine pasando de Okaa-san al considerar que sus carnes están muy caídas - sonrió con quizás demasiado placer al decir aquello sabiendo que eso la desestabilizaría.
Y funciono, su madre aun sonreía, pero ahora era una sonrisa mas tensa, incluso estaba intentando no fruncir el ceño luego de que implícitamente, con su comentario, su amada y perra princesita acababa de decirle anciana, aunque claro eso no evito que se notara una vena hinchada en su frente del puro coraje que sentía en ese momeno, pero poco le duro el gusto a la pelirroja cuando su madre recupero el control sobre si misma y volvió a verla con una mirada de suficiencia y superioridad que desconcertó a la mas joven.
- Oh cariño, yo no me preocuparía por eso - su tono de burla demostraba la total seguridad con la que afirmaba esas palabras, cosa que la molestaba pues no se suponía que fuera así, - ¿te lo había dicho antes o no? llevo años comprobando las reacciones de Issei cuando estoy cerca y te puedo asegurar, que estoy lejos de serle indiferente - termino de decirle con una superioridad que de verdad la hacía rabiar.
Quería refutar, pero la realidad es que sabía que tenía razón, ella también había visto atisbos de lo que se jactaba su madre, es mas, si no supiera que tenía razón, no estaría haciendo esto para empezar, así que aunque quisiera decir algo en contra, no tenía nada mas que decir.
- Es más, si alguien debería estar preocupada por algo eres tú mi cielo - eso la alerto, no le gustaba nada como lo dijo ni la sonrisa superior que aun mantenía cuando lo dijo, - después de todo, pienso disfrutar de cada segundo que pueda con ese lindo castaño que tienes por novio y hacer que el goce de cada segundo que sus manos y otras cosas se paseen por mi lascivo cuerpo, así que quien nos asegura que para cuando regreses de ese viaje tu Ise no se haya vuelto MI Ise, un chico enamorado y obsesionado con el placer que solo mis maduras curvas le pueden dar, hasta podría volverme su favorita antes que tu cariño - le dijo jugando con su frustración, cosa que estaba funcionando y mucho.
Lo peor para la pelirroja es que mientras su madre decía aquello se aseguro de repasar sus curvas con sus manos de una manera lenta pero lasciva, especialmente cuando alcanzaba zonas como su entrepierna, su trasero o sus pezones, entonces se detenía para jugar por sobre la ropa en esas zonas y gemía gustosa antes de avanzar, cosa que solo hacia cuando notaba a su hija escandalizada y alterada para acabar mordiendo la uña de su dedo indice derecho con deleite y de manera provocativa mientras decía la última parte.
De hecho esa última parte fue lo que mas la altero, es decir, de por si ya era, a sus ojos, perturbador, ver a su madre jactándose de su atractivo sexual frente a ella a la vez que estaba a nada de empezar a jugar consigo misma en su presencia, que ademas prácticamente le restregara en la cara que pensaba robarle a su novio y volverse su favorita en su lugar, era una clara y manifiesta declaración de guerra de su parte y que el infierno se congelara si no aceptaba.
Era curioso si lo pensaba, jamas pensó ir a la guerra con su madre y menos por un hombre, pero aquí estaba, decidida a aceptar el desafío de la castaña por ver cual de las dos era la numero uno en el corazón de su Ise, cosa que la estresaba, es decir, de por si ya era suficiente con la loca que tenía por amiga y ahora su madre, pero ella era competitiva y si algo la caracterizaba era jamas rechazar un reto.
Considero seriamente cancelar el viaje y competir directamente, pero ya todo estaba listo para su viaje, sería raro que cancelara a última hora y mas por un motivo tan ridículo, por no mencionar que no le apetecía nada tener que dar explicaciones y no podía ser egoísta, es decir, no era la única que iría en ese viaje que dicho sea de paso llevaban semanas planeando, así que decidió seguir con el programa aunque eso significara darle una ventaja a su madre en esta competencia no establecida.
"No hay de que preocuparse, llevo dos años en mi relación con Ise, Okaa-sama solo tendrá dos meses, ¿que tanto puede hacer en dos meses?", fue su ultimo pensamiento respecto a ese tema donde a ojos de la pelirroja sería una cuestión donde la mejor Gremory ganara y tenía pensado ser ella quien lo hiciera.
- Y bueno, eso fue a grandes rasgos lo que ocurrió - termino con su relato la pelirroja para calmar la curiosidad de su entrometida amiga, - luego hablamos de algunas cosas mas que ya no vienen al caso y eso fue todo... ¿ya estas feliz? - termino con una pregunta esperando que eso calmara a Akeno y su deseo de saber que era lo que había pasado previo a que su viaje iniciara hace ya un mes.
Claro que no le iba a decir lo que seguía, es decir, ya suficiente vergüenza sentía contándole lo demás como para decirle que después de su pequeña pelea con su madre, la castaña intento volver al tema sobre su desfloración anal mientras le daba consejos para limpiarse adecuadamente y ejercicios que podía practicar, cosa que ya supero el límite del bochorno y acabo con ella huyendo de su madre, ademas de causarle la intriga de como es que ella tenía conocimiento de todo aquello, pero claro esta, eso era algo que Akeno no necesitaba saber.
Irónicamente y aunque no estaba segura de en que momento paso, termino mientras le contaba todo aquello con sus piernas entrelazadas con las de Akeno, bastante juntitas, lo suficiente como para poder sentir la dureza de los pezones de la pelinegra mientras se abrazaban y de manera inconsciente, Rias acariciaba la espalda de la pelinegra con suaves y gentiles paseos de sus dedos por la misma.
- Hmmm, ya veo, entonces así es como ocurrió - Akeno lo dijo de manera tranquila mientras se dejaba embargar por esas caricias, era una niña mimada después de todo, - supongo que es muy del estilo de Venelana-san, pero... admito que es un poco decepcionante - termino diciendo luego de una pausa, cosa que sorprendió a Rias.
- ¿Decepcionante? - no pudo evitar preguntar, es decir, acababa de complacerla diciéndole algo que de entrada no quería decirle y aun así ella le decía que no era suficiente, eso solo le hacía preguntarse entonces, ¿que era lo que quería?, aunque claro que eso no evito que continuara paseando sus manos por la suave y sedosa piel de la pelinegra.
En ese momento Akeno giro su cabeza para mirarla a los ojos y al mismo tiempo se apretaba mas contra la pelirroja, asegurándose de que sus piernas se entrelazaran mas, casi llegando a que sus muslos rozaran la intimidad de la otra, se acomodaba mas para sentir mejor los abundantes pechos de Rias y de igual manera ella sintiera los suyos, además de que como su amiga, Akeno también acariciaba el cuerpo de Rias, solo que en su caso, de una manera mas descarada.
- Pues sí... es decir, esperaba algo diferente - dijo como si fuera lo mas obvio confundiendo a su amiga que la veía curiosa tratando de entender que era lo que quería decir con eso, cosa que la pelinegra noto y sonriendo se preparo para explicarse, - esperaba que la estrategia fuera mas sucia, tal vez intoxicar a Issei con afrodisíacos hasta hacerlo enloquecer ansioso de un coño que follar, que lo secuestraría, amarraría y violaría o quizás que lo chantajeara para que le hiciera cosas sucias, no lo se, solo... esperaba más - termino con su explicación como si nada dejando a Rias con la boca abierta.
La pelirroja por su parte se maldijo por dentro, era Akeno de quien hablaba, fue muy tonto de su parte esperar algo diferente a un sueño pervertido y perverso viniendo de su parte respecto a ese tema, aunque no se esperaba igual que se imaginara escenarios tan perversos donde al parecer su madre sería la "villana", pero una vez mas, era Akeno de quien hablaba, algo menor que eso no debió esperarse viniendo de ella.
Akeno no se quedo quieta pues mientras que Rias procesaba lo que le acababa de decir, que estaba segura de que en ese momento debía de estar escandalizada por sus palabras, aunque siendo sincera consigo misma no entendía donde estaba el escándalo, ella había hecho cosas mucho mas sucias con Issei y había disfrutado de cada segundo de ello.
Así que dando por terminada aquella conversación y dejando que Rias se quedara sola con sus demonios internos, decidió mejor irse a descansar, podría proponerle algo de jugueteo nocturno a su amiga pero, por esa noche no le apetecía demasiado, así que rápidamente decidió buscar recostar su cabeza en la almohada que había elegido, que no era otra que los esponjosos y suaves pechos de la pelirroja.
Le llevo tiempo, pero cuando finalmente proceso lo dicho por su amiga y pudo calmarse, salió de su estupor, aunque en eso también se debió a que sintió como su amiga se acomodaba sobre sus pechos y cuando la vio en ese lugar, pudo notar como al parecer su amiga pensaba usarla como su cálida almohada de carne esa noche.
La verdad, estaba cansada también, por su día de turismo, por tener que avergonzarse a si misma recordando esa charla con su madre, por el escándalo y estupor de lo que le dijo Akeno, en ese momento un descanso por una noche de buen sueño sonaba excesivamente bien, así que aun si hubiera querido, no tenía la fuerza como para sacar a su amiga de entre sus pechos, por lo cual mejor la abrazo para acercarla mas a ella y se preparo para dejarse caer en el mundo de los sueños y acompañar a la pelinegra en su descanso.
Sus ojos ya estaban cerrados y el sueño cada vez la cobijaba mas, estaba muy cómoda y con ganas de descansar tanto como fuera posible al lado de su amada hermana de otra madre y fue entonces que su sueño decidió posponerse, "un momento", su mente de un momento a otro empezó a trabajar de nuevo, esta vez en un detalle que ella estaba dejando pasar sin darse cuenta.
Con pereza abrió uno de sus ojos para ver la razón de su incapacidad para dormir, encontrándose con un mar azabache retozando entre sus pechos y que aunque aun no se quedaba dormida, estaba muy cerca de hacerlo ya que su respiración era tan pausada y tranquila y aunque no era intencional, esa misma respiración causaba cosquillas y estremecimiento sobre la desnuda piel de sus pechos, cosa que se veía por el ligero erguimiento de sus pezones ante la suave estimulación.
Pero no era momento para eso, había algo mas rondando su mente en ese momento y que debía resolver, en primera porque de otra manera no podría conciliar el sueño y en segunda, porque su propia curiosidad era la que ahora exigía ser satisfecha y por ello decidió llamar a su amiga antes de que esta se quedara dormida completamente.
- Ne, Akeno - la llamo mientras la movía suavemente tratando de que le prestara atención, obteniendo como toda respuesta un quejido de la pelinegra que de inmediato busco acomodarse mejor en su lugar, cosa que le hizo gracia, pero no debía desconcentrarse, - Akeno, creo que aun te falta algo por hacer - le dijo para llamar su atención y despertar su curiosidad, aunque claro esta, la chica no tenía intención de moverse en lo mas mínimo.
- Mooo, estoy cansada Rias, si tienes tantas ganas puedes usar tus dedos, no me voy a molestar, en serio - Akeno le respondió de la forma mas inesperada, sonrojando a la pobre por lo que le estaba insinuando, cosa que le mereció una palmada en la cabeza a Akeno a modo de reproche quien de inmediato reacciono, - ¡Rias! - le reprochó ahora si mirando a la sonrojada pelirroja.
- ¡No estoy hablando de eso! - le reclamo la pelirroja, aunque sin ver directamente a Akeno a los ojos, sentía demasiada vergüenza porque por una fracción de segundo se imagino a si misma con el consolador de Akeno metido entre sus piernas y requirió un momento para poder recomponerse antes de ver a Akeno una vez mas, - me refiero a que creo que tienes que emparejar las cosas - le replico ya mas calmada a su amiga quien la veía con curiosidad.
- ¿Emparejar? - la pelinegra por supuesto que no entendió a que se refería, es decir, ella de verdad creía que era lo otro y cuando miro hacia la pelirroja no pudo evitar darle un vistazo a las coronas de sus pechos encontrando esos apetecibles botones rosas un tanto erectos, así que no era para menos que pensara y al menos en su mente reafirmara su creencia e un principio.
- Quiero decir que yo ya te conté como fue esa charla con mi Okaa-san, creo que lo mas justo es que tu me cuentes también - le dijo directamente, no quería darle vueltas y la verdad es que conforme le iba contando, la curiosidad también le iba ganando sobre como habría sido en el caso de su amiga ese mismo momento, - especialmente porque tu debiste hablar con Yasaka-san ademas de con Shuri-san - también remarco ese hecho, después de todo, en su caso solo debió hablar con su madre, pero la pelinegra debió hablar con dos mujeres.
Akeno abrió los ojos sorprendida, no se esperaba que de verdad Rias terminara interesándose por ese suceso, por eso cuando termino de escuchar el relato de Rias, se acomodo para descansar, aunque no es como si le molestara decirle,así que acomodándose sobre Rias mientras en ningún momento rompía ni el abrazo ni el entrecruzado entre sus piernas, miro a su pelirroja compañera.
- Entiendo... supongo que tienes razón y sería lo mas justo - admitió Akeno mientras veía a la pelirroja quien también la miraba expectante y tras una profunda respiración de parte de la pelinegra, finalmente continuo, - entonces... ¿de quién quieres saber primero? ¿Yasaka Onee-chan o mi Okaa-san? - le pregunto decidiendo dejar que fuera la pelirroja quien decidiera con quien comenzar.
Rias estaba sorprendida, no lo iba a negar, en realidad no se esperaba que Akeno fuera a aceptar tan fácilmente, una vez mas le daba una buena e inesperada sorpresa con sus acciones, pero, ya que la chica estaba dispuesta a hablar, bien podría pensar bien de quien quería escuchar la historia primero y pensando en eso, no le llevo mucho tiempo decidir la respuesta que daría.
- Aunque siento curiosidad sobre lo que pudiste llegar a hablar con Shuri-san, igualmente puedo llegar a hacerme una idea de ello - empezó diciendo la pelirroja y no mentía, de por si Shuri y Akeno siempre habían sido muy unidas, al punto en que en ocasiones no parecían madre e hija respectivamente, sino mas bien un par de hermanas, verdaderas confidentes, que lo compartían todo y en este caso nunca mejor dicho iban a compartir mucho, - así que quisiera saber primero sobre Yasaka-san, empezando por como fue que te convenció para dejarla tratar de seducir a Ise - finalmente decidió la pelirroja empezar con aquella madura rubia que realmente era una interesante incógnita sobre como es que se metió en esto.
No es que le disgustara que la rubia también participara, le agradaba y le debía mucho también, además, a este punto realmente no es que importara mucho, ya había accedido a que dos maduras mujeres que ademas eran sus madres intentaran algo con Issei, ¿qué importaba una mas?, era algo que tuvo que aceptar desde el momento en que acepto intentar una relación polígama, así que ahora solo le quedaba saber que fue lo que dijo o hizo Yasaka para meterse en este plan de locos.
Ni bien termino de decir lo que quería y definir su elección sobre lo que quería saber primero, noto como los ojos de Akeno desaparecían en la sombra de su flequillo y sentía su cuerpo tensarse un segundo, cosa que la hizo creer que quizás no debió presionar tanto en algo de lo que al parecer no quería hablar o al menos eso fue lo que pensó hasta que percibió los siguientes movimientos de parte de la chica sobre ella.
De un momento a otro, el cuerpo de la chica dejo de estar tenso y paso a dar ligeros y rítmicos temblores seguido de sentir un cierto punzón contra su vientre, un punzón que dada la posición pronto reconoció eran los pezones de Akeno que al parecer se habían puesto duros contra su vientre y por si no fuera suficiente, debido a que tenían sus piernas entrelazadas, podía sentir contra uno de sus muslos la calidez del coño de la pelinegra que en ese momento y esperaba solo estar imaginándolo, al parecer empezaba a humedecerse, lo suponía por las gotas que estaba segura que empezó a sentir hace un momento.
Sin embargo lo que si que la puso nervosa fue cuando en los carnosos labios de la pelinegra, lentamente se fue formando una sonrisa, cosa que no sería un problema si fuera una sonrisa normal, cálida o alegre, pero nooo, esta sonrisa la conocía y muy bien, era una sonrisa que ya le había visto hacer antes y siempre en los mismos escenarios, era una sonrisa desvergonzada, lasciva incluso y siempre la vio hacerla en la cama con Issei, por lo cual que la hiciera ahora solo la hizo tragar saliva duro, tenía un mal presentimiento y ese presentimiento solo se reafirmo cuando la chica levanto la mirada para verla y vio sus ojos.
Esos ojos, podían llamarla loca si eso querían, pero en ese momento veía esos ojos normalmente violetas rodeadas en un aura que los hacía brillar de un tono rosa y unos pequeños corazones palpitantes en el lugar donde se supone que estaban sus pupilas demostrando el estado en el que actualmente se encontraba la hermosa pelinegra producto de lo que sea que haya recordado y entonces la vio abrir sus labios sin perder su sonrisa, casi jadeando ante el placer que al parecer sentía, se lamió los labios con lujuria y entonces dijo una simple frase que igual la dejo desconcertada.
FU FU FU, ME SOBORNARON.
- CONTINUARA -
Listo un nuevo capítulo de esta historia donde las protagonistas son las MILF y con nada menos que 20,042 palabras para su disfrute, aunque claro esta, en esta ocasión las protagonistas no fueron ninguna de las maduras mujeres, pero ¡hey! todo lo bueno se hace esperar, ademas, estoy seguro que mas de uno quería saber que era de el par de aventureras por el mundo, es decir, creo que ya era hora de que volvieran a la escena y de que manera.
En este capítulo empiezo a realizar algo que ya venía comentando desde antes que es este estilo literario donde la estructura del tiempo no es lineal, en este caso lo demuestro con este escenario donde se empieza a mostrar lo que fue un día antes de iniciar el viaje y dos semanas antes de que Venelana finalmente hiciera su movimiento sobre Issei y como podrán ver, deje en algún punto una pista sobre que tanto tiempo lleva al menos la castaña teniendo sus ojos sobre Issei.
Al final del capítulo quise poner algo diferente y bueno, que mejor que dejar a la interpretación lo del soborno a Akeno, espero sus comentarios a ver que se les puede llegar a ocurrir y de paso ya se imaginaran que el siguiente capítulo sera como este, contando un poco lo que paso previo al viaje pero esta vez del lado de Akeno que quizás sea un capítulo mucho mas largo, es decir, se va a contar la historia de dos mujeres así que muy seguramente sea mas largo que este, que tanto, eso no sabría decirlo pero espero que lo esperen con ansias.
Por cierto, ¿qué tal el pequeño caos de Akeno luego de un mes sin su dosis de Issei? siempre he visto a Akeno como una niña mimada cuando se trata de Issei y con el castaño siempre consintiendola y malcriandola, bueno que mas se puede esperar, ademas recordé el volumen 9 con lo del viaje a Tokyo cuando Akeno decía que la iba a pasar mal sin Issei cerca y por eso quería que la mimara mucho antes del viaje y eso me inspiro para una escena de Akeno perdiendo el control por falta de pues, Issei.
Ya para finalizar me disculpo por el tiempo que paso desde el último capítulo publicado, no tengo excusas, simplemente se me fue el tiempo, pero bueno, aquí esta la actualización que les debía y que espero se hayan gozado.
Ahora si, sin mas que decir, pasamos a los reviews y nos leemos en el próximo capítulo.
Reviews:
Magd305TLC
Gracias, me alegra que te este gustando y espero de verdad que tengas algo para reponer fluidos tras cada capítulo si es que entiendes, XD.
Si, me lo imagino, pero aun no es el momento y por cierto, perdón si el inicio del capítulo con esa pequeña broma te ilusiono innecesariamente.
Gracias, me alegra que te gustara el capítulo y espero te haya gustado este también, por cierto gracias por tus buenos deseos, si ha sido difícil, pero, ¿cuándo algo que vale la pena es fácil?
Saludos y espero que para el próximo no tengas que esperar tanto.
Esa pregunta se responderá sola, es decir, que tanto caos se generará cuando las chicas regresen de su viaje, eso te lo dejo a tu imaginación.
Fernando Murillo
Bueno en primera gracias, me alegra que te guste y sobre lo segundo, bueno, no se puede tener todo en la vida, en cuanto a tu deseo, no pierdas la esperanza hombre, algún día quizás llegue a salir, aunque no se si en la historia o como un capitulo especial aparte, en cuanto a la trama, bueno, supongo que si sería pasado un buen tiempo, es decir, es necesario para explicar algunas cosas pero eso ya se vera para que todo sea congruente y guste.
El angel de la oscuridad
Me alegra que te gustara el capítulo, en cuanto a lo que procederá a futuro, bueno, tengo algunas sorpresas preparadas aun para esta historia como ya habrás visto en este capítulo, créeme, aun hay mucha oscuridad en como es que llegaron a esto, solo te diere esto, aunque creo que es mas que obvio, Akeno tendrá su tajada.
zeta12345
Espero que no hayas tenido que esperar mucho y que te hayas gozado este capítulo, intentare que el siguiente no tarde tanto, pero no prometo nada.
Ignacio365
Gracias, que bueno que te haya gustado.
Si, gracias a Dios ya todos estamos vacunados así que eso es un alivio en si mismo y en cuanto a la tesis, fue como soltar una carga muy pesada sobre mis hombros y ahora puedo respirar mas tranquilo.
roymustang949
Well, I took some parts of that story, while looking for inspiration I found it and found that it was exactly what I wanted, so I adapted at least the lemon parts, I'm glad that you like it.
alexzero
Que bueno que te gusto y respecto a Yasaka, bueno ya sabes lo que dicen, tiernas vemos, zorras no sabemos, con tanto snu snu y sin protección, Kunou ya no es un proyecto posible, es mas bien una cuestión de cuanto tiempo falta para que pase, obviamente las dos que faltan tendrás que esperar un poco, es decir, aun hay cosas que se deben aclarar primero.
See you later.
ghust95
Gracias, hace mucho que no sacaba una calificación perfecta, de verdad te lo agradezco, por cierto, de Tawara Hiryuu cual de todas, porque tiene varias y no es exageración decir que cada una mas guarra que la anterior, así que esa sería una elección difícil.
P. S. Gracias por el Follow
Boobie Lobing Alien
Gracias. Muchas gracias. Muy agradecido.
Pues no se si obra maestra, pero se hace lo que se puede y de verdad me alegra que guste.
Dios te oiga, aunque como ya he dicho antes, mi cabeza nunca deja de imaginar cosas nuevas, así que inspiración tengo para rato, espero.
javierteoriasfanfic
Servido caballero y perdón por la tardanza, pero espero que lo hayas disfrutado.
father of humanity
Hombre, pues gracias, me siento halagado.
Naruhina 123
Thanks, I'm glad that you like it.
Suzaku Himejima, I have her reserved for another story, especically "Trimejima Paradise".
Yubelluna, hmmmm, I'll think about it.
Ophis is a Loli, Kuroka... maybe and Katherea, I'm not sure.
KancerberuS
Gracias, en realidad tome de ese manga la parte ero que resultaba ser justo lo que quería plasmar con este grupo de MILFs, pero por lo demás, todo sale de mi cabeza, que miedo me doy, XD.
Issei Lucifer
Supongo que eso significa que escribo bien, en cuyo caso gracias, en caso contrario, te odio, nah solo estoy jugando, leer seriamente el placer, eso debe ser bastante difícil, yo la verdad dudo mucho poder hacerlo, deberás esperar para la caída de Grayfia, pero por ahora conformate con esa broma inicial. Muchas gracias
