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Bendición o maldición
InuKyoMonth.
Día 1: Encuentro inevitable
Había ocasiones en las que Kaede pensaba que el que Inuyasha y Kikyou se conocieran era algo que estaba destinado a pasar, otras en las que no estaba segura si eso había sido una bendición o una maldición.
Kaede sabía que Kikyou se había enamorado de Inuyasha, incluso si no lo decía abiertamente. Su hermana no solía hablar mucho de sus sentimientos, era una sacerdotisa, la guardiana de la perla de Shikon, mostrarse vulnerable era un privilegio al que no podía acceder. También sabía que Inuyasha se había enamorado de Kikyou, era algo que había notado en la forma en que veía a su hermana cuando creía que nadie lo veía o la forma en que la cargaba cada vez que Kikyou partía en una misión.
Lo que no sabía era porqué las cosas habían terminado de ese modo. Su corazón le dolía al recordar a su hermana, cubierta con su propia sangre, desesperada al ver la destrucción en la aldea y culpable cada vez que veía las vendas en su rostro. Era doloroso recordar a Inuyasha destruyendo la aldea que había prometido proteger.
Pasarían décadas antes de que Kaede pudiera entender qué era lo que realmente había pasado, pero eso no hizo que las cosas fueran menos dolorosas.
