-Bats…Bats… -Me llama, insistente. -Bats… -Trago saliva, apretando uno de mis puños.
Cierro los ojos y frunzo el ceño. Me revuelvo ligeramente en la silla del ordenador y vuelvo a abrir los ojos para seguir tecleando. "Intenta ignorarlo" me repito mentalmente, "tienes que trabajar".
-Baaaats… -Alarga la palabra, con un deje alegre, se lo está pasando bien. -Batsy, Batsy, Batsy, Batsyyy… -Repite.
-¡¿Qué?! -Me giro bruscamente, mirándolo y gritando, con el ceño fruncido.
Da un salto hacia atrás, sobresaltado y se cae de la cama donde estaba sentado, dentro de la celda.
-...N...nada… -Dice en voz baja, volviéndose a subir y acariciándose la cabeza; se ha dado un buen golpe, y seguramente le saldrá un chichón. -Te tocaba adivinar palabra… -Arruga la cara.
Me quedo mirándolo unos segundos, callado. Suspiro y me paso una mano por la cara.
-No estábamos jugando a eso...No estábamos jugando a nada, estoy trabajando. -Frunzo el ceño, señalando la pantalla.
-...Ya, pero así es mucho más diver verte trabajar. -Sonríe. -Venga, ¡con la B! Es negro, gruñón, alto y le sobra toda la ropa que lleva ahora mismo...¿Qué cosita ees…? -Pregunta pícaro.
-...No me llames cosita. -Arrugo la cara, sonrojado. -Batman… -Suspiro, apartando la mirada.
-¡Sí! -Aplaude enérgico, riéndose divertido. -¡Te toca! -Asiente.
Recuerdo una de las adivinanzas de Riddler y sonrío débilmente.
-Si me nombras, desaparezco...Así que más vale que no me nombres… -Recalco esto último, agravando mi voz, volviéndola ronca, y frunciendo el ceño.
Él me mira unos segundos y achica los ojos, pensativo. Sonrío satisfecho y me vuelvo a girar, retomando mis informes.
Pasada una media hora, la tortura vuelve a empezar.
-Bats eres un tramposo. -Oigo que me vuelve a hablar, a mi espalda, con tono enfadado.
-¿Por qué? ¿No estábamos jugando? Pues eso. -Le digo, sonriendo de lado mientras mis dedos no dejan de moverse sobre el teclado.
-Pero no puedes hacer una adivinanza sobre el silencio y decir "no me nombres" -Dice esto último imitando mi voz. -...¡Porque entonces yo no puedo ganar! -Me dice enfadado. Sin mirarlo, sé que ha inflado los carrillos y fruncido el ceño.
-...Acabas de perder nombrándolo. Eres consciente, ¿verdad? -Le digo sarcástico.
-...Te odio, Batman. -Me dice entre dientes. Me gruñe y giro la cabeza hacia él unos segundos.
Se ha girado, dándome la espalda cruzado de brazos.
-No es verdad… -Le digo, alzando una ceja.
-… -Se da la vuelta, mirándome de nuevo sonriendo. -No, no lo es. -Sonríe más, pegando la cara al cristal. -¿Y si abres la puerta y me siento a tu lado mientras trabajas?...O encima de ti, lo que te sea más cómodo. -Asiente despacio.
-¿Y si me dejas trabajar?…Eso sería lo más..."cómodo". -Arrugo la cara, confundido por el término.
-No, me gusta más mi idea… -Frunce el ceño, convencido.
-Una lástima que yo no piense lo mismo. -Me encojo de hombros, dándole la espalda.
-Oh, Baaats… -Dice apenado. -Me aburro...Ayer no hicimos nada y no me ha gustado el desayuno… -Se queja vagamente, suspirando.
-Si te lo has comido todo...Hasta la manzana, que nunca te la comes. -Alzo una ceja, mirándolo de reojo.
-...Eh...Ya bueno, es que decir una excusa solamente me parecía poco. -Se ríe divertido. -¿Ha colado? -Pregunta esperanzado.
-No. -Digo tajante. -Y déjame trabajar de una maldita vez. Cuanto más me interrumpas, más tardaré en terminar y menos tiempo te dedicaré. -Le aviso.
Inmediatamente después, dejo de oírle. Resoplo aliviado y, esta vez sí, me pongo al cien por cien con los informes y el trabajo pendiente.
Preparo la bandeja de la comida del Joker y me giro para entrar de nuevo a la batcueva.
De pronto, oigo un crujido y entre cierro los ojos.
-¿Alfred?… -Pregunto, mirando alrededor de mi. -Alfred, ¿estás ahí? ¿Has vuelto de comprar? -Pregunto.
Frunzo el ceño. No es Alfred. Dejo la bandeja de nuevo en la encimera y echo mano de mi cinturón, cogiendo un batarang.
Sin darme tiempo ni a reaccionar, una sombra se cierne sobre mí, empotrándome contra la pared más cercana, la que da a la cueva. La miro sorprendido y casi asustado. Tiene el rostro en tensión y las pupilas dilatadas. Su mano se cierne sobre mi cuello, apretando. Toso y frunzo el ceño.
-Di...Diana...¿Qué haces? -Pregunto, confuso a más no poder.
Me estoy empezando a asustar de verdad.
-¿Que qué hago?...Oh, Bruce...Lo que siempre he querido… -Sonríe, su cara se descompone con su sonrisa.
No es la típica sonrisa dulce y acogedora de Diana. Aquí pasa algo. Algo MUY malo.
-No...No lo quieres, suéltame y hablemos… -Aprieta más su mano, ahogándome. -Diana… -La llamo, agarrando su mano con las mías, buscando liberarme.
-Siempre te he querido a ti, Bruce...Tu cuerpo, tu boca, tu aroma… -Deja de sonreír. No sé cuándo me da más miedo. -Pero eres muy difícil...Eso también me gusta de ti. -Asiente.
En un movimiento rápido, cojo el batarang y le rajo el antebrazo, por encima de los brazaletes. Ella gime de dolor y me suelta al instante. Caigo al suelo ligeramente mareado.
Intento estabilizarme todo lo rápido que puedo, visualizando la cueva. Tengo que llegar hasta ella, tengo que llegar hasta alguna cura o arma, lo que encuentre antes. Me levanto mientras ella está ocupada con la herida que le he hecho y salgo corriendo escaleras abajo. Sin mirar atrás ni a los lados, como los caballos, voy directo hasta un panel de armas y artilugios de la pared.
-Hey, Ba… -Oigo decir al Joker, pero se calla en cuanto me ve correr de forma despavorida, con Diana pisándome los talones.
Estiro la mano hasta uno de ellos, pulsando el botón que lo activa, pero Diana salta y se tira encima, sentándose sobre mí, impidiéndome llegar a algún utensilio de los que ahí se muestran. Gruño y golpeo el suelo con un puño.
Estoy perdido.
Y esta vez, el Joker está encerrado. No va a poder salvarme como lo hizo antes.
-Oh Batman...Deja de huir, tonto… -Diana me gira, sentándose sobre mi estómago, dándole la espalda a la celda del Joker.
Estamos justo frente a él.
-Wonder Woman...Por favor...Escúchame… -Le digo, mirándola a los ojos, intentando descifrar qué le ha pasado.
Mientras, muevo la mano despacio, acercándome a alguna de las armas.
-No tengo nada que escuchar, Batman…Estoy cansada de sólo escucharte...Vamos a dejar de hablar. -Me sonríe, acercando su cara a mí.
No hagas esto, Diana. No lo hagas, por favor…
Pero lo hace.
Junta sus labios con los míos, besándome cálidamente. Me resisto y muevo mi otra mano, intentando golpearla. Ella gruñe sobre mi boca y echa mano de su lazo, me rodea la muñeca y tira de él hacia ella, inmovilizándome aún más.
-Estate quieto, Batman...A no ser que quieras que te duela… -Me amenaza, y entonces, sé que no es Diana.
Acentúo mi vista, examinando sus pupilas mientras me amenaza.
Oh no.
Tienen un tono verdoso. Su azul cielo ha sido mezclado con un verde intenso.
El verde de la naturaleza.
El verde de Hiedra. De Hiedra Venenosa.
-No...No quiero que duela…Bésame. -Le pido, siguiéndole el juego.
Solo tengo que entretenerla mientras intento alcanzar la inyección que porta el antídoto contra Hiedra. Ese que hice mediante mi propia sangre, que con el pasar de los años se inmunizó contra ella.
-Oh, Batman...Tus deseos son órdenes… -Me sonríe, besándome de nuevo intensamente.
Mientras que ella me devora, casi literalmente, alzo mi mano, palpando los dispositivos y diferentes sueros y antídotos.
-¡Eh! ¡Deja de comerle la boca!
No por favor, casi lo tenía…
El Joker le grita, histérico.
Diana se separa de mí, girando la cabeza hacia él.
-Wonder Woman no le hagas caso, mírame a mí...Aquí me tienes…Solo para ti… -Le suplico, arrugando la cara. Me mira durante unos segundos, sonriendo.
-Sí, es verdad…Por fin… -Sonríe más, acercando su boca a la mía.
Y antes de que se vuelvan a juntar; el muy bocazas, vuelve a gritar.
-¡Que lo dejes en paz! ¡Apártate de él sino te quieres arrepentir!… -Le amenaza, pegándose al cristal.
Diana gruñe y se levanta, yendo hacia la celda. Todavía me tiene sujeto por la muñeca así que, cuando anda, andando con pies de plomo, seguros y firmes, me arrastra con ella, separándome del preciado antídoto que tanto necesito.
Veo como mi única oportunidad se escapa de mis dedos, literalmente, porque casi la había cogido.
-¿Qué has dicho, payaso de mierda?… -Contesta Diana, con una vena hinchada en la frente.
-He dicho...que lo dejes en paz...y que te vayas te aquí...Créeme, no le gustas tú. -Sonríe divertido y Diana aprieta los puños, gruñendo.
-¿Y tú sí? -Pregunta, dando un puñetazo certero en el cristal. Este, ni se resquebraja lo más mínimo, dándome un gran alivio. -Te crees muy valiente dentro de esta cajita de cristal...Vamos a ver cómo de valiente eres fuera… -Empieza a golpear la celda con todas sus fuerzas, arrastrándome con cada movimiento violento contra el cristal.
-Wonder Woman...¡Wonder Woman para! -Digo levemente asustado, moviendo mis ojos entre el Joker y la cura que tanto necesito. -Ignóralo...Solo nos quiere distraer… -
Diana gruñe fuertemente y me mira.
-Tienes razón… -Me sonríe de repente, divertida. -Veamos si de verdad no te gusto, Batman… -La miro confundido y retrocede, tirando de mí mediante el lazo que está aprisionándome la muñeca.
-¡No te lo vuelvas a llevar! -Le grita el otro, con desesperación en la voz.
Diana me empuja hasta donde estábamos, situándome de manera que él pueda vernos plenamente.
Acercándome sin quererlo ella, al antídoto.
Me vuelve a besar, intensa y casi salvajemente, a cuatro patas sobre mí. Estiro el brazo, intentando llegar, mirando de reojo hacia arriba. Me recorre el pecho y va bajando las manos hasta mi abdomen.
Y más allá.
Arrugo la cara, muy incómodo cuando baja una de las manos hasta mi entrepierna, apoyando su palma en mi miembro, por encima del uniforme.
Alargo los dedos moviéndome ligeramente y alzo el brazo, agarrando el suero. Si llega a ser Clark, no me hubiera dado tiempo, él hubiese reaccionado mucho más rápido.
Sin embargo, ella es Diana, y no es capaz de reaccionar a tiempo, para mi fortuna.
Le clavo la aguja certeramente en el antebrazo y me mira en shock durante unos segundos. Justo después, cae inconsciente sobre mi, cayendo a plomo. Respiro deprisa, notando cómo el sudor frío me recorre la nuca. Miro de reojo al Joker, quien está inmóvil, mirando intermitentemente a Diana y a mí.
-Tengo un problema, Bats… -Me dice, cuando sabe que Diana está KO.
-...Yo también, la verdad. Ahora mismo te bajo la comida, no te preocupes… -Le digo, cogiendo a Diana en brazos y levantándome.
-No no...¿Te...acuerdas que te dije que me gustaba pasármelo bien con Harley? Bueno, ella se lo pasaba bien con otros y yo miraba… -Lo miro impactado, totalmente sonrojado porque sé a lo que se refiere. -Pues digamos que me voy a tener que dar una ducha bien fría para bajar toodo esto… -Sonríe ampliamente, bajando la mirada hacia su entrepierna.
-...Pues ya te la puedes dar. -Le digo deprisa, subiendo las escaleras a paso ligero, avergonzado.
-Pero...¡Bats! ¡Si entras tú sería mejor!… -Le oigo gritarme antes de salir.
Una vez que le he bajado la comida al Joker y le he dejado tajantemente claro que no iba a entrar para bajarle la erección, subo arriba para ocuparme de Diana, a quien he dejado tumbada en el sofá. Me siento a su lado, mirándola de vez en cuando, esperando a que despierte.
Mientras, llamo a la Atalaya, puesto que si Diana estaba así, Hiedra no debe de seguir en su prisión.
Hal me coge la llamada, apareciendo en la pantalla de mi guantelete.
-Batman, aquí Linterna, ¿qué hay? -Pregunta sonriendo. De fondo, veo el cielo soleado, está sobrevolando alguna ciudad.
-Linterna verde, dirígete ahora mismo a Londres, a las instalaciones donde está Hiedra Venenosa. Tengo aquí a Diana inconsciente, Ivy la había envenenado. -Le explico.
Hal sonríe satisfecho, girando el anillo, osea, la cámara mediante la que transmite la imagen y el sonido. Cuando la gira, veo el Big Ben y las calles de Londres, abarrotadas de londinenses y cabinas rojas. Ya sabía que algo pasaba. Debe de haber saltado alguna alarma...por eso, seguramente, Diana ha sido contagiada por Ivy. Wonder Woman acudió a la llamada de la alarma después de que Ivy escapara, y cuando fue a detenerla, fue envenenada.
-¡Estoy en ello, Batman! He cogido uno de los viales de antídoto que dejaste por si acaso en la Atalaya, siempre pensando en todo. -Se vuelve a enfocar así mismo y me guiña un ojo.
-Soy Batman. Siempre pienso en todo. -Frunzo el ceño, serio.
-Lo sé, lo sé...Lo dispararé desde lejos y la volveré a encerrar, descuida. ¡Luego te digo cuando acabe, que se mejore Di! -Me grita, acelerando el vuelo, para después colgar.
Suspiro y alzo la mirada hacia Diana, que empieza a despertar.
-Diana, ¿cómo estás?… -Pregunto suavemente, quitándome la capucha para examinarla mejor.
-...¿Bruce? -Pregunta confundida.
Se inclina levemente, apoyando los codos en el sofá.
-¿Dónde estoy?...Oh dios, ¿es tu casa? ¿Qué hago aquí?… -Arruga la cara. -Me duele la cabeza...Y el brazo… -Mueve su mano hasta la herida que le hice antes, cortándole con el batarang.
-Sí, tranquila...Hiedra te hipnotizó, estabas bajo su veneno, es embriagador y te desorienta, te hace hacer cosas que ella quiere...O que tú mismo quieres. Aún no se sabe qué efectos en concreto tiene, pero es muy tóxico a nivel neuronal. No te dabas cuenta de lo que hacías. -Me sonrojo levemente, apartando la mirada.
-...Por Hera...No me digas que...he hecho algo malo. -Arruga la boca, avergonzada. Se empieza a sonrojar mucho y se tapa la cara. -¿Qué he hecho, Bruce?...Qué vergüenza por favor...No sé si quiero saberlo… -Se encoge ligeramente.
-No has hecho nada malo...Solamente me...has besado un poco y...casi me estrangulas, pero nada importante. -Asiento levemente, omitiendo la parte donde casi me masturba. -También has intentado derribar la celda del Joker...pero te lo he impedido. No eras tú misma, Diana. No pasa nada. -Me acerco a ella, posando una mano en su hombro. -Tranquila, todo es agua pasada...Lo importante es que tú estás bien, yo estoy bien… -Digo calmado.
-Sí…claro… -De repente alza la cabeza, mirándome preocupada. -¡Oh no! ¡Hiedra! ¡Seguirá por ahí! -Hace el amago de levantarse pero la siento, agarrándola.
-No, tranquila...He llamado a Hal. Está encargándose de ella ahora mismo… -Mi brazalete pita, recibiendo un mensaje. Clico sobre él y una imagen se despliega.
Hal sonriendo a la cámara, haciéndose un selfie con Hiedra en uno de sus hombros, inconsciente como un saco de patatas.
-Hablando del rey de Roma… -Suspiro, enseñándole la foto. -Te lo dije. Todo bajo control. -Asiento sonriéndole amable.
-Gracias al cielo… -Suspira aliviada y me abraza levemente. -Lo siento muchísimo Bruce… -Se separa, mirándome. -Tú estás bien, ¿no? -Me pregunta, arrugando la cara arrepentida.
-Sí, no me has hecho ningún rasguño...En cambio tú… -Le miro el corte.
-Esto no es nada...Iré a la Atalaya a que Cyborg me lo vea, o tal vez J'onn pueda hacer algo… -Ladea la cabeza, pensativa.
-Te lo curaría Alfred pero...Se ve que se ha tomado el día libre...Últimamente estoy tanto en la batcueva vigilando al Joker que...casi no subo aquí arriba; es normal que salga a tomar el aire. -Suspiro.
-No pasa nada, Bruce, me lo curarán ellos en un minuto. -Me sonríe asintiendo.
Se levanta del sofá y se despide de mí, saliendo de casa después.
Miro desde lo alto mi ciudad, a oscuras, subido en la azotea del GCPD, justo al lado de mi batseñal. Todo está en silencio...la ciudad duerme tranquila.
Llevaba años sin estar así.
Es normal, hay un porcentaje mínimo de villanos en las calles. Los potenciales están repartidos por las ciudades próximas junto a los miembros de la liga; y el verdadero villano potencial lo tengo encerrado en mi cueva.
-B… -Oigo que alguien me llama, canturreando.
Alzo una ceja y me giro, todavía en cuclillas sobre el borde, agarrándome con las manos al filo. Nightwing se acerca lentamente hacia mí, sonriendo. Da un pequeño salto y se sienta a mi lado, con las piernas colgando hacia abajo.
-¿Qué hay, Batman? -Pregunta amable, mirándome.
-Nada...como en los últimos días. -Suspiro, mirándolo de reojo.
-Sabes que no me refería a Gotham...¿Qué tal está él? -Pone énfasis en la última palabra, frunciendo el ceño.
-Bien. Sigue igual que cuando tú lo cuidaste. Quizá mejor. Le hicimos las pruebas y se portó bien...Ya te conté los resultados. -Le cuento, sin mucho entusiasmo.
No tengo por qué contarle nada.
-Ya...Bueno, me alegro. -Asiente sonriendo. -Si tú estás bien...él está bien...Gotham está bien. -Hace una pausa, desviando la mirada de mí, bajando la vista hasta la carretera que pasa bajo nosotros. -...¿Tú estás bien, Bruce? -Me pregunta en voz baja. Tiene un deje de preocupación.
-Sí, Dick. Estoy bien. Dile a Clark que deje de meter las narices donde no debe. -Frunzo el ceño, bajando del borde y andando, alejándome de él mientras le doy la espalda.
-...¡Clark no me ha dicho nada! -Me grita, siguiéndome. Me giro, frunciendo aún más el ceño, amenazándolo simplemente con la mirada. -...Vale...Está preocupado. Me ha dicho que hable contigo pero...¡Es lo que tú dices! Yo te veo bien...De verdad. -Me asegura, asintiendo deprisa. -...Eso es lo que me preocupa en realidad. Te veo muuy bien, Bruce...Sales en la televisión sonriendo de verdad, te ríes genuinamente cuando me llamas, sonríes de vez en cuando...Estás feliz, Bruce. Y me alegra, de verdad que lo hace. -Sonríe débilmente, mirándome. -Pero me da miedo...Me da miedo que...te haga daño. Es el Joker, maldita sea...Nos da miedo a todos. A Babs, a Clark, a Diana, a Alfred aunque no lo diga...A mí. -Arruga la cara, apenado.
-Pues no tenéis por qué preocuparos, Dick. -Me cruzo de brazos, aflojando el ceño. -Estoy bien...Y si me hace daño, me ocuparé yo...Y solamente yo, porque esto es entre él y yo. Y ya. Nadie tiene por qué meterse. Ni Clark, ni Alfred, ni tú...Os lo agradezco, aunque me moleste infinitamente que os metáis en mi vida… -Dick baja la cabeza, apartando la vista de mí, suspirando. Él sabía que iba a decir esto. -Mira Dick...iba a decir que, si llega el caso, pediría ayuda...pero no la voy a pedir. Pero no me va a hacer falta, vais a notar cuándo necesito ayuda y cuándo no. -
Dick levanta la cabeza, sonriendo enternecido.
-Oh, Bruce… -Sonríe más, ladeando la cabeza.
-¿Crees que, ahora mismo, necesito ayuda? -Le pregunto, alzando una ceja.
-...No, no la necesitas...Y recemos para que ese día nunca llegue. -Se ríe divertido. -Como Batman necesite ayuda, ni siquiera Dios lo va a poder ayudar. -
-No exageres, no soy para tanto… -Pongo los ojos en blanco.
-No lo digo por eso, lo digo porque, a saber en qué lío te has metido...Suele pasarnos; te metes en proyectos súper secretos y ultra complejos y cuando queremos ayudarte no tenemos ni idea de cómo o por qué has llegado a dónde estás. -Asiente. -¿Te acuerdas aquella vez que fuiste detrás del Big Foot y terminaste en la Torre del Doctor Fate sin saber cómo salir? ¿O cuándo era más joven que investigabas a Superman por primera vez y entraste en su Fortaleza de la Soledad y casi te fríen sus defensas…? -Me recuerda, riéndose nostálgico.
-...¿Y eso te pareció divertido? -Lo miro fijamente, achicando los ojos serio.
-Eh, ¡no no! -Grita moviendo las manos rápido. -Es que...recuerdo esa época con cariño… -Se ríe nervioso, palideciendo levemente. -Bueno...Creo que me voy a ir yendo...Creo que Kory y yo vamos a ir al cine esta noche… -Sonríe, cambiando de tema.
-Pasáoslo bien. -Suspiro, alzando una ceja.
Giro la cabeza hacia la azotea más alta cercana y lanzo la batgarra, dando por terminada nuestra conversación.
-Ah...Ya...Gracias. -Asiente. -En fin, ¡nos vemos luego Batman! -Me grita cuando ya me estoy yendo.
A las dos y media de la madrugada, entro con el batmóbil a la batcueva, disminuyendo la velocidad todo lo que puedo para no hacer ruido y no despertarlo. Apago el motor y me bajo de un salto.
Caigo como un gato al suelo, de pie y una luz tenue se enciende, dándome la bienvenida.
Me acerco a la celda y lo veo dormir, tirado en la cama boca abajo y con las sábanas revueltas alrededor de él. Sonrío levemente y suspiro.
Parece que no ha roto un plato en su vida. Parece.
Me muevo lentamente hacia la puerta, abriéndola sin hacer ruido. Paso dando pequeños pasos y me acerco hasta él, arrodillándome al lado de la cama, quedándome a la altura de su cara. Veo sus facciones relajadas y serenas, como casi nunca están; ahora más que antes, sin embargo.
Acerco mi cara hasta la suya, rozándolo con la nariz de la capucha y después con mis labios, rozándole la mejilla con ellos hasta que lo beso con cuidado. Me sorprendo a mí mismo con esta delicadeza y tacto.
Me separo y lo veo arrugar la cara levemente, encogiéndose y suspirando. Abre los ojos forzadamente y dirige la mirada hacia mí, enfocándola durante unos pocos segundos.
-Bats… -Sonríe al decir mi nombre, estirándose todo lo que puede y más. -Has vuelto… -Me mira sonriendo, alargando la mano hacia mí, acariciándome la mejilla. -Estaré soñando...Te habrás ido a dormir...Sobre todo porque has dejado la puerta abierta. -Asiente, fijándose en la puerta.
-No, no es un sueño. -Lo miro fijamente.
Es otra de mis pruebas de confianza. Sabe que está la puerta abierta, porque me lo acaba de decir...pero no corre hacia ella, ni siquiera lo intenta.
-Sí, sí que lo es...Espero no despertarme nunca y volver a mi pesadilla habitual. -Deja de sonreír, cerrando los ojos de nuevo.
Lo escucho atento. Es uno de los momentos donde más claro me ha hablado. Su "pesadilla", se refiere a ese que está dentro del que casi siempre me habla después de...hacerlo. Siempre me lo menciona, entre aterrado y angustiado. Preocupado de que vuelva.
-Joker… -Le digo, arrugando la cara.
-Shhhh… -Me sonríe, moviendo la mano y posando su dedo índice sobre mis labios. -Mañana a las siete te levantarás y desearás haberte ido a dormir antes. Estás a tiempo de hacerlo… -Me calla, con toda la calma que puede tener un ser humano en la voz.
-...Descansa… -Digo confundido.
Él asiente y baja la mano, escurriendo el dedo por mis labios y mi mentón suavemente, hasta que cae, apoyando la mano en el colchón.
Me levanto y salgo despacio de la celda.
El Joker me acaba de mandar a la cama. Acaba de echarme de su propia celda, para que me vaya a dormir. Literalmente ha pasado eso...¿No?
Me giro, asegurándome de que no soy yo quien está soñando aquí. Arrugo la cara todo lo que puedo y cierro la celda, totalmente bloqueado por la confusión.
Me estoy empezando a dar cuenta de lo que verdaderamente estoy haciendo con este hombre.
Lo estoy CURANDO de verdad. Estoy devolviéndole el sentido común que toda persona normalmente tiene. En pocas palabras…
Me he cargado al Joker. Así. Sin más. Sin siquiera pretenderlo.
Lo miro dormir mientras recapacito en esto.
Ya no sé a quién tengo encerrado ahí.
Porque, claramente, ese no es el "Joker".
Tengo que saber quién es...quién era, quién vuelve a ser. Tengo que saberlo ya.
Ha sido esta mañana cuando he recibido la noticia de manos de mi Directora jefe de la empresa, mediante un correo electrónico.
La fatídica y fría noticia. Me ha caído como un jarro de agua fría, congelada.
Arkham se abrirá en apenas una semana...unos días. El centro vuelve a estar habilitado, completamente reformado desde los escombros que dejaron.
Lo que me lleva al siguiente pensamiento...tengo que decirle adiós.
Suspiro, con la cabeza agachada frente a su celda mientras él desayuna sonriente.
-Bats, estás muy callado...¿Es porque ayer te mandé a la cama? -Pregunta divertido, riéndose.
-En una semana vuelves a Arkham. -Le suelto, con todo el dolor de mi corazón.
Inmediatamente, se deja de reír, mirándome asombrado.
-...¿Qué has dicho? -Pregunta, patidifuso.
-Arkham se abre en unos cuantos días. Volverás allí entonces, cuando hayan vuelto a ingresar a los demás internos. Serás el último en entrar. -Asiento, levantando la cabeza por fin hasta él.
-Pero...pero...iban a tardar mucho...¿No? -Me dice confundido, no sale de su asombro, me mira con los ojos muy abiertos.
-Ha pasado mucho tiempo...Cuatro meses desde que estás aquí. -Le respondo, arrugando la cara.
-...No puede ser...¿Tanto? -Triste, baja la mirada al plato, tragando saliva.
-Sí. -Suspiro, mirándolo.
-...¿Sabes?...No...no tengo hambre… -Dice, apesadumbrado. Se toma las pastillas, metiéndoselas en la boca y bebiendo agua. Se levanta de la silla y coloca la bandeja en la repisa.
Se gira y anda ligeramente, sentándose en el suelo y apoyándose en la pared que da al baño.
-Eh, vamos...Anímate. Vas a dejar de estar encerrado aquí, en la cueva. -Me acerco, preocupado.
-Sí, que bien...Viva. -Levanta los brazos, volviéndolos a bajar a peso muerto.
-Sabías que este día llegaría, Joker...Tarde o temprano tenía que llegar. -Asiento.
-Sí, lo sabía. Pero no creía que me iba a importar tanto… -Me mira, con los ojos brillantes, frunciendo el ceño. -Al principio quería escaparme, matarte...Coger alguno de tus juguetes guays y hacer el caos por la ciudad...Pero luego empezaste a hablar conmigo...a comprenderme, y yo a comprenderte a ti...Y...y es como si me empujaran del nido, o de la cueva… -Una lágrima se escurre por su mejilla, y entonces baja la mirada. -Es como si me echaran de casa, de donde me siento seguro...Y me duele...muchísimo. Aquí. -Se coloca una mano en el pecho, en el corazón. -Duele, Bats… -Arruga la cara, más lágrimas corren por sus mejillas.
Y a mí también me empieza a doler ahí. Tanto o más que a él.
Deprisa abro la puerta y entro. Ando hasta él, arrodillándome a su lado, lo abrazo fuerte contra mi pecho, con una mano sobre su cabeza. Mi instinto protector me envuelve, apoderándose de mi mente y él me rodea con los brazos, rompiendo a llorar dolorosamente.
-No puedo perderlo...no puedo perderte. -Me dice entre llantos, susurrándome. -No puedo volver a estar como antes...Me volverás a odiar y… -Se le apaga la voz.
-Sh… -Le acaricio la cabeza, tranquilizándolo. -No volverás a ser como antes. Créeme. Y no te voy a odiar… -Lo abrazo más fuerte.
-Prométemelo. -Me pide, con un nudo en la garganta.
-Te lo prometo…No dejaré que vuelvas a ser como antes. -Asiento.
Doy un salto de repente, despertándome, sentándome en el sofá. Me había quedado dormido. Miro mi móvil, que no deja de sonar por una llamada entrante. Suspiro y leo el nombre "Jim Gordon, llamada entrante a Batman". Cojo el móvil, aceptando la llamada y acercándomelo a la oreja, poniendo antes el distorsionador de voz de Batman.
-Jim. -Contesto, mirando al reloj de pared del salón. Las doce de la noche.
Mierda. Me senté a ver las noticias después de darle de cenar sobre las nueve...Dirijo mi vista a la televisión, que, encendida, emite anuncios de la teletienda. Las noticias acabaron hace horas.
-Batman, quiero comunicarte que los internos potenciales serán devueltos a Arkham por los superhéroes a los que asignaste cada villano. Hemos pensado que será más seguro si cada uno se ocupa del suyo a que tú te ocupes de todos. ¿Qué tal lo ves? La operación se efectuará paulatinamente durante estos días, no todos el mismo día...Así nos ahorramos sorpresas o descuidos. -Me comenta, con un cigarro en la boca por la forma en la que habla.
-Me parece bien, Comisario...¿Están informados en la liga? Que no se entere la televisión de esto...Discreción lo primero. Estarán ansiosos de ver el nuevo centro, así que tened cuidado. -Le aviso.
-Sí, sí, acabo de llamar a tu súper amigo, el de rojo y azul...Muy majo. -Me comenta, feliz, refiriéndose a Clark.
-Ya, majísimo… -Gruño levemente, poniendo los ojos en blanco.
-En fin, nadie sabrá esto, descuida. Oye, te quería preguntar algo...Verás, me han llamado de la empresa de Wayne; al parecer la directora quiere que Wayne salga inaugurando el nuevo Arkham. -Hace una pausa, pero al ver mi silencio sigue hablando. -...El problema es que quiere inaugurarlo el mismo día que el Joker ingrese. Así, juntaremos el mismo día y la gente no se acordará tanto de que el payaso vuelve a estar suelto por ahí...Con Wayne dando un discurso desviaremos la atención. -Me comenta, con cierta reticencia a mi reacción.
Me quedo en blanco. ¿Yo, literalmente yo sin el murciélago, y el Joker en el mismo sitio? Eso va a salir mal...MUY mal. Necesito a Batman para tenerlo tranquilo y que no empiece a enloquecer…
-Pero tengo que llevarlo hasta Arkham solo, Jim...No puede haber prensa, ni cámaras ni luces sobre él. Tiene que ser privado. -Sueno rígido, frunciendo el ceño.
-Lo sé lo sé...La inauguración se hará unas horas después de que él ingrese. Tienen que hacerle algunos exámenes y pruebas antes de que Wayne venga, no podemos permitir que toquen al principito soltero de Gotham, Batman… -Dice divertido, riéndose.
Se calla en cuanto nota mi silencio sepulcral al otro lado de la línea.
-En fin...Tráelo sobre las siete de la mañana. La inauguración se hará sobre las diez u once, depende de la hora final que me digan. Estos ricos nunca madrugan… -Dice entre dientes, haciendo que ahogue un gruñido molesto.
-Viven mejor que tú y que yo, sin duda. -Digo escondiendo un gran sarcasmo. -Gracias por avisar, Jim. Suerte con todo. Te lo llevaré a esa hora. -Asiento.
-Gracias a ti, Batman, buenas noches. -Cuelga después de decir esto.
Suspiro hondamente y dejo el móvil en la mesa.
-Un día complicado, ¿eh Señor Wayne? -De repente, me doy cuenta de que Alfred estaba detrás de mí.
Doy un pequeño brinco, sobresaltado, lo miro frunciendo el ceño y resoplo.
-Que susto, Alfred… -Me tapo la cara, cansado.
-Lo siento, Señor...¿Pero quién pensaba que era sino? -Pregunta confundido.
-No lo sé… -Me siento estúpido, arrugo la cara ligeramente avergonzado. -Es que ha sido un día muy largo… -
Después de consolarlo durante más de una hora y media, el Joker me ha hecho prometerle durante otra media hora que nunca lo dejaría.
Sigue estando decaído. Y casi no ha comido, ni en la comida ni en la cena. Ni siquiera cuando he cenado con él.
-Debería irse a dormir...Mañana verá todo con otros ojos. -Me sonríe amable.
-Es lo que estaba haciendo, Alfred...Pero Gordon me ha llamado. -Señalo el móvil sobre la mesa de café.
-Lo sé, le ha propuesto algo complicado según he oído...Esperemos que el Joker no se dé cuenta de que en realidad Bruce Wayne y Batman son la misma persona...O esperemos que sí se de cuenta. -Suelta al final, girándose y andando hacia las escaleras.
-¿Qué?...Espera...¡Alfred! ¡¿Qué quieres decir?! -Pregunto, confundido. -Mierda… -El tipo me ignora, seguro que está sonriendo divertido mientras se aleja de mí.
Arrugo la cara, mirando a la entrada de la batcueva. Me quedan días con él...solo días.
Más vale que los aproveche.
Me levanto y me pongo el uniforme y por último, la capucha.
Bajo y me asomo, comprobando que está sentado en la cama en la posición del loto, deslizando el dedo por la tableta recreativa, con cara triste.
-Hola… -Le digo, haciéndole levantar la vista de lo que estaba haciendo.
Sonríe débilmente.
-Hola, Batman...¿Pasa algo? -Pregunta, no suelo bajar a estas horas a no ser que salga corriendo por alguna urgencia en Gotham o baje a trabajar en el ordenador.
-No, no pasa nada...Quería estar contigo un rato...Nos quedan pocos días. -Asiento, acercándome un poco más mientras hablo.
-Lo sé, no hace falta que me lo recuerdes… -Frunce el ceño, apartando la mirada de mí.
-Vamos, no te enfades… -Sonrío levemente. -Podemos...hacer algo para despedirnos antes de que te vayas… -En cuanto esto sale de mi boca, arrugo la cara, levemente sonrojado. ¿Pero en qué estoy pensando?
Me mira curioso, volviendo a sonreír, esta vez, con muchas más ganas.
-Te escucho, Bats… -Vuelvo a ser "Bats".
-No sé...¿Hay algo que me quieras hacer antes de que te vayas? -Mientras hablo, ando hacia la puerta. Él me mira divertido, levantándose de la cama y siguiéndome con la mirada como un león sigue a una gacela en mitad de la sabana.
-Hay taantas cosas que te quiero hacer, Batsy…Entra y te las enseño. -Dice sonriendo.
-¿Ah sí?… -Pregunto con una sonrisa en los labios. Él asiente despacio, divertido.
Añoraba jugar con él así. Llevábamos todo el día tristes, sobre todo él.
Tecleo el número de seguridad, apoyando mi huella después. La puerta se abre con un pequeño pitido y entro, cerrando detrás de mí.
-Bien...Pues aquí me tienes. -Le digo, abriendo los brazos, esperando.
-¿Por qué todo suena sexy en tu boca, Batman?… -Pregunta, alzando una ceja.
Antes de que pueda contestar, sonrojado, me rodea el cuello con los brazos, besándome intensamente, demandando mi boca. Introduce su lengua dentro y explora cada milímetro.
Apoyo las manos en sus caderas, suavemente y gimo de dolor débilmente cuando él me muerde. Me separo mirándolo con el ceño fruncido y él me mira, examinando mi expresión.
-Me has mordido...No se muerde… -Le regaño. Noto como un hilillo de líquido me empieza a correr del labio inferior hacia abajo, escurriéndose por mi mentón hasta mi barbilla.
Él sigue el hilo de sangre con los ojos fijamente y antes de que siga regañándolo me lame y me vuelve a besar, poniendo especial atención en la herida que me acaba de hacer. El beso sabe a óxido y, sin saber por qué, su salvajismo e intento de arreglarlo me enciende más de lo que quisiera.
-Joder… -Digo entre dientes, colando mis manos por debajo de su camiseta de manga larga.
Le recorro el abdomen para luego pasar a la espalda y poco a poco subir hasta quitarle la camiseta por encima de la cabeza, separándose ligeramente de mí, rompiendo el beso. Después, tira la camiseta lejos, encima de la cama. Nos miramos con la excitación a flor de piel, puedo verlo claramente en su entre pierna; y si yo no llevara la armadura, también.
Me vuelve a besar, empujando mi cabeza contra la pared. Da un salto y me rodea la cintura con las piernas, agarrándose a mi cuello con los brazos, encaramándose a mí. Lo sujeto con las dos manos bajo sus muslos, enfatizando el beso, yendo más allá.
Poco a poco, flexiono mis piernas, hasta que termino sentado en el suelo, con él a horcajadas sobre mí. Me separo de él, buscando aire, y respirando deprisa, dirijo mis besos a su cuello, dándole pequeños mordiscos. Sus pequeños jadeos y gemidos leves, llegan a mi oído, deleitándome.
-Bats… -Me llama, palpando mi pecho por encima de la armadura. Asiento y presiono los botones que la desajustan del módulo inferior, quitándomela después, dejándola a un lado. -Mucho mejor… -Se ríe entre dientes, recorriéndome el pecho, pasando las uñas superficialmente por él. -Voy a extrañar esto… -Asiente.
-Yo voy a extrañarte a ti...Todo de ti. -Recalco, alzándole la barbilla para volver a devorar su boca.
-Mh...Bats… -Dice, ahogando sus palabras en mi boca.
-Mh… -Contesto con un gruñido de excitación, pegándolo a mi.
Vuelvo a bajar hasta su cuello, subiendo hasta su oreja y respirando en ella mientras muerdo su lóbulo y el resto de la oreja. Él ladea la cabeza, soltando gemidos suaves y riéndose por las cosquillas. Me he enamorado de esa risa...tan sincera y apacible.
Me acaricia la espalda, clavando las uñas sobre mi hombro.
-¿Nunca te he dicho lo que me gusta tu espalda?...Ancha, fuerte...dura. -Dice esto último entre dientes, con doble sentido.
-No...pero quiero que me lo digas siempre… -Asiento, enredando mis dedos en su pelo y tirando levemente de las pequeñas ondulaciones que se forman en las puntas, sin llegar a rizarse.
-Oh Bats...Te amo… -Tira ligeramente de mí, girándome y tumbándome sobre el suelo en un movimiento rápido, apoyando una rodilla a cada lado.
Baja la cabeza, besándome, pasando su lengua por la hendidura de la herida, asegurándose de que ya no sangro. Mientras, baja sus manos por mi pecho y abdomen, recorriéndolo. Me retuerzo debajo de él, obsevándolo y deleitándome con las vistas. Es entonces cuando se aparta de mi boca y se alza, sonriéndome. Me acaricia la mejilla, observando mi cuerpo.
Baja su mano hasta mi pecho y con el dedo índice, pulsa uno de mis pezones, haciendo que arrugue la cara.
-¿Qué tenemos aquí?… -Pregunta divertido. Me sonrojo y miro su mano.
Mueve su dedo en círculos, provocando sensaciones muy extrañas que empiezan a recorrerme. Me muerdo el labio y él baja su cabeza, posando la boca en mi otro pezón.
-Pero si hay otro… -Se ríe entre dientes, antes de empezar a chuparlo, lamiéndolo todo lo que quiere y más.
Su mano, me pellizca de vez en cuando y eso, sumado a su endemoniada lengua, me están volviendo loco. Aprieto los dientes, dejando escapar un gemido sordo. Alzo uno de mis brazos, tapándome la cara sonrojada con él, mientras me muevo debajo de él, aguantando los calambres y la piel de gallina, producto de lo que me está haciendo.
¿Desde cuándo me pasa esto?
Intento recordar veces anteriores...Selina.
Solo con ella lo sentí. Pero...no tan intensamente. Esto es otro nivel. Es como si me hubieran enterrado vivo y antes de darme cuenta, estuviera en el cielo, disfrutando de los placeres carnales e hiper sensoriales de la eternidad.
Selina me volvía loco, las horas se hacían segundos con ella...¿pero a qué precio?
Con él, no solo el tiempo parece detenerse, sino que el espacio parece...elevarse. Es cursi y demasiado ñoño para alguien tan negro como Batman, o como Bruce Wayne.
Pero la verdad es que...Bruce Wayne se merece a alguien que le haga sentir así.
Que lo enloquezca, que lo saque de sus casillas, que le haga gemir...gritar de placer, dar rienda suelta a sus instintos más básicos y dejarlo ser libre.
Y él lo consigue.
Me muerde el pezón, sacándome de mis pensamientos y haciéndome emitir un gemido de sorpresa, sonrojándome más.
-Me encanta oírte gritar así… -Me dice. Siento las vibraciones de su voz en mi pecho, y arrugo la cara, tragando saliva.
-Me encanta que me hagas gritar así… -Digo casi inaudiblemente, en un susurro, avergonzado.
-Oh, lo sé… -Me sonríe, alzando la mirada hacia mí.
Lo miro a los ojos y lo veo acercarse a mí de nuevo, volviendo a hacer chocar nuestros labios, besándonos otra vez.
Miro hacia el techo tumbado en la cama, suspirando tranquilo. No sé ni qué hora es, pero me da igual.
¿Cuánto nos hemos pasado...retozando? Casi no siento los músculos, así que supongo que mucho...Muchísimo.
Giro la cabeza hacia él, que me mira sonriendo.
Está boca abajo, a mi lado, moviendo las piernas lentamente, alzadas, feliz.
-Nuevo récord, Batman...Personal y contigo. -Asiente satisfecho. Hasta orgulloso.
-¿Los has contado?… -Pregunto sorprendido, arrugando la cara. Sinceramente, para mí también ha sido un récord.
-Cada uno de ellos. Y nunca se me olvidará. -Asiente enérgico. -A no ser que volvamos a superar el récord… -Dice divertido, retándome.
-...Sigo siendo humano, y tú también. Tenemos que descansar...Al menos un poco. -Desvío la mirada, suspirando.
-Ya, una pena… -Dice poniendo los ojos en blanco. -Bueno, tampoco habría sido capaz de mantenerme en pie. -Se ríe entre dientes. -Mañana voy a tener unas buenas agujetas. -
-Te daré algo para el dolor, tranquilo. -No quiero admitirlo, pero yo también tendré agujetas.
De pronto, se tira a mí, abrazándome el cuello y apoyando la cabeza en mi pecho.
-Quédate a dormir, anda...Que me voy a ir… -Me pide, chantajeándome.
-No me hagas chantaje emocional… -Le regaño, frunciendo el ceño. -Además, dudo que quede mucha noche por delante...Cuando vine ya eran las doce pasadas. -
-Me da igual. Solo hoy...Porfa… -Me mira con ojos lastimeros, triste.
Suspiro largamente, cerrando los ojos unos instantes.
-Vale… -Digo secamente.
-¡Bien! -Grita, muy cerca de mi oído, lo que hace que me sobresalte. -Uy...Perdón… -Susurra, riéndose bajito.
-Duérmete...Ya. -Lo rodeo con los brazos para que se esté quieto y él asiente.
-Buenas noches, Bats. -Me besa fugazmente en los labios, apoyando la cabeza de lado en mi hombro.
-Hasta mañana… -Contesto, cerrando los ojos para dormirme.
Me empiezo a despertar cuando alguien me besa la mejilla, bajando por mi cuello. Sonrío pero sigo con los ojos cerrados.
Pero los tengo que abrir cuando siento su boca en mi miembro, tan rápido que ni siquiera me doy cuenta. Me siento rápido y lo miro sorprendido, levantando las sábanas que nos cubren. Él levanta los ojos hacia mí, sonriéndome.
-Buenos días, Batsy… -Me dice feliz.
-Hola...No hagas eso. -Frunzo el ceño arrugando la cara, sonrojado. Sigue desnudo y puedo ver su espalda y culo al descubierto.
-Pero me apetecían salchichas para desayunar...Una salchicha grande y larga… -Asiente y me pasa las manos por los muslos.
-Para… -Le gruño levemente y le agarro del brazo, tirando de él hacia arriba. Él se ríe y me besa durante varios segundos. -¿Cuánto llevas despierto? -Le pregunto curioso.
-No mucho...He estado mirándote dormir y después me ha entrado hambre… -Sonríe y baja la mano, agarrándome el miembro.
Me muerdo el labio y le sujeto la muñeca.
-Para...tengo que traerte el desayuno. ¿No tuviste suficiente anoche? -
-Oh, las agujetas me están matando… -Se ríe divertido. -Pero me muero de hambre y tengo mi plato preferido debajo de mí...déjame devorarte, Bats. -Me susurra en el oído, moviendo la mano despacio.
Entre cierro los ojos y un gemido escapa de mi garganta.
-No, no puedo. Para te he dicho. Y vístete. -Gruño, aparentando estar todo lo serio que puedo.
-Venga Bats...Que me voy a ir...Nunca más volveré a tenerte desnudo debajo de mí. -Deja de sonreír, poniendo cara triste.
-No me hagas chantaje. -Le regaño, frunciendo el ceño. -...Y eso no es cierto...ya encontraré la forma de que nos volvamos a ver. -
-Eso espero. -Me mira de pronto, enfadado. -Porque como no vuelvas te juro que vendré aquí a buscarte en persona. -Me pincha con el dedo índice en el pecho varias veces. -Y te ataré al batmóvil y no te dejaré escapar nunca. ¿Me has oído? -
-¿En serio?… -Sonrío débilmente. Eso no me suena como una amenaza...Aunque ojalá lo hiciera.
-¡Sí! -Me grita, con un nudo en la garganta. Aparta la mirada, cruzándose de brazos y sentado sobre mis caderas. Arruga la cara, intentando no llorar. -Ala...ya no quiero tu salchicha. -Me dice enfurruñado.
Me río en voz baja y lo abrazo sentándome también. Me abraza y apoya la cabeza sobre mi hombro.
-Eh...No llores...Venga, te traigo el desayuno y te duchas. Yo también tengo que ducharme después del maratón de ayer… -Le recuerdo, sonriendo.
-No quiero ducharme...Quiero quedarme aquí para siempre. Contigo. -Recalca, suspirando.
-Ya...pero no puede ser. -Me aparto de él y lo miro a la cara. -Venga, arriba. Y alegra esa cara...Tal vez luego coma contigo y...pase aquí a hacer una revisión de celda… -Dejo caer, mirándolo de reojo.
Él me sonríe divertido, entendiendo a lo que me refiero. Se ríe pícaramente y baja de la cama, pasando al baño.
-No tardes, Bats. Y recuerda, salchichas para desayunar...Hablaba en serio. -Asiente metiéndose en la ducha.
-Claro, claro...Lo que el señor diga. -Digo con sarcasmo, sonriendo de lado mientras me visto para salir.
