Notas de autora al final.


Suspiro y frunzo el ceño, con los ojos cerrados. No sé cuánto tiempo llevo dormido, pero me están despertando con tanto grito a mi alrededor.

-¡Fue tu culpa por no asegurar el lugar! -Oigo que grita Dick.

-¡¿Mía?! ¡Perdona pero la princesa de a saber donde me dijo que lo tenían todo bajo control, que les dejara a ellos! ¡¿Y sabes quién salvó a Jack?! ¡Yo! -Grita Jason.

-Se llama Diana...E hicimos todo lo que pudimos pero… -Clark intenta excusarse.

-¡Pero fracasasteis y casi los matan a los dos! -Le corta Jason, con un tono enfadado.

-...Creo que deberíais callaros. -Dice de pronto Jack. Oh, por fin alguien con sentido común…

-A mi no me mandes callar. -Le gruñe Clark.

-¡A mi tampoco! -Vuelve a gritar Jason.

-No lo digo por mi, lo digo por Bruce...Está frunciendo el ceño, y creo que es por vuestra culpa. -Arremete Jack.

Abro los ojos al fin, mirándolos molesto, con un tic nervioso en el ojo. Estoy tumbado en una cama del hospital y el resto están por la habitación, Jack está a mi lado. Por la ventana entra la luz de la mañana, así que supongo que he estado sedado lo que quedaba de noche.

-Hey, ¿qué tal estás, Bruce? -Pregunta Dick, apoyando las manos al final de la cama. -Vaya susto nos has dado… -

-Estaría mejor si me hubieseis dejado dormir. -Les digo entre dientes, cruzándome de brazos.

Se ríen levemente, nerviosos.

-Fue culpa mía...no lo vimos venir. Tendríamos que haber vigilado a Jack también. -Suspira Clark.

-...Y yo tendría que haber cooperado con vosotros. -Jason desvía la mirada, arrepentido.

-Fue culpa de todos... mía también. Pero no sirve de nada arrepentirse ahora. Ahora hay que ir a lo importante...Sabemos lo que quiere Waller, y sabemos que me quería a mi también. Hay que adivinar por qué. -Los miro fijamente.

-Por tu dinero y tecnología, supongo. -Jason pone los ojos en blanco.

-Luthor tiene más dinero que Bruce… -Apunta Clark. -Pero a Luthor ya lo tiene. -

-Y la tecnología… -Dick arruga la cara. -¿Cuáles han sido los últimos trabajos de Wayne Tech? ¿Alguno tenía que ver con la extracción de energía? ¿Una energía como la de la caja madre? -

-No. Ninguno. -Niego con la cabeza, pensativo. -¿Qué más habéis descubierto? -Le pregunto a Clark. Este alza la mirada.

-Pues...no mucho más. -Tuerce la boca, preocupado. -Waller está muy protegida, casi no hemos podido acceder a sus servidores. -

-...Conozco a alguien que a lo mejor puede. -Dice Dick, sonriéndome.

-No. -Le contesto tajante, frunciendo el ceño.

-¿Por qué? -Él me alza una ceja. -Déjanos ayudarte, Bruce...Podemos serte de utilidad si confías en nosotros… -

-No quiero meteros en esto… -Digo entre dientes.

-Oye mira, no nos hubiéramos metido si no se hubieran metido con nuestro papi...Ellos se lo han buscado. -Sonríe Jason, sacando una pistola de su espalda, dándole vueltas luego con el dedo índice.

-Jason baja eso… -Le gruño.

-Mira, deja que se lo diga a Babs, ¿quieres? Te ayudaremos, y seremos precavidos sin hacer daño a nadie...¿verdad Jason? -Le dice Dick, bajándole la pistola.

Este lo mira fijamente entornando los ojos. Hay un duelo de miradas, pero finalmente Jason pone los ojos en blanco y resopla.

-Verdaaad… -Dice desanimado. -Pero como esa Waller aparezca por mi garito de nuevo, no respondo de los actos de mis chicas. -Se encoge de hombros, sonriendo.

-Deberías. Eres el jefe. -Le regaña Dick, haciendo de hermano mayor.

-Uh...¡Yo al menos soy el jefe de algo! He dejado de estar debajo del ala de papá murciélago… -Le contesta Jason, apuntándome con la pistola para señalarme. Clark y Jack arrugan la cara, alzando las manos para protegerme, asustados.

-¡Yo ya no estoy debajo de su ala, y lo sabes! -Le grita Dick, dándole un manotazo a la mano que tiene la pistola. -¡Y deja de apuntar a la gente! -

-Uy, sí, menuda independencia… -Jason gruñe y se cruza de brazos, desviando la mirada.

-Si habéis terminado de discutir, os podéis poner a trabajar de una vez. -Les digo, alzando una ceja.

-Adiós, Bruce. -Me dice Dick, saliendo por la puerta.

-Viejo. -Se despide Jason, saltando por la ventana.

Clark suspira, mirándolos irse.

-Y yo me quejo de Jon… -Dice arrugando la cara, para después mirarme. -Yo convocaré una reunión para informar de esto al resto de la liga, te veo luego, Bruce. Mejórate. -Me sonríe y me da dos palmaditas en el hombro antes de salir volando a toda velocidad por la ventana.

Miro a Jack y este me sonríe levemente.

-...¿Qué tal estás? -Me pregunta suavemente.

-Ahora mejor… -Suspiro y apoyo la cabeza en la almohada, cerrando los ojos por el dolor de cabeza que me han puesto. -¿Alfred lo sabe? -

-Sí, hablé con él ayer, cuando te sacaron del quirófano, está esperándonos en casa para cuando te den el alta. -Me informa, acariciándome el brazo despacio.

-Entiendo...¿cuándo va a ser eso? -Alzo una ceja.

-Oh, a lo largo de la mañana. -Se ríe levemente. -Creían que te despertarías dentro de dos horas...supongo que no contaban con que eres Batman. -Dice divertido.

-Supongo que no. -Sonrío también. Luego abro los ojos levemente, mirándolo. -¿Tú estás bien? -

-Sí, no te preocupes por mí. Me asusté un poco cuando te vi desangrándote pero...ya estoy bien. -Asiente.

-¿Un poco? -Alzo una ceja, sonriendo levemente.

-Vale, un mucho… -Se sonroja ligeramente, frunciendo el ceño.

Me río despacio, pero frunzo el ceño, al reírme y flexionar el abdomen, me duele.

-Era broma… -Resoplo. -Estaré perdonado ya, ¿no? -

-¿Eh?...Bueno, creo que has sido suficientemente castigado, sí. -Asiente y tuerce la boca. -...No quería que te pasara esto al ir allí. Quería pasárnoslo bien y...que disfrutaras un poco. -Baja la mirada, dolido.

-Oye, oye… -Me siento en la cama despacio, apoyando una mano en su hombro y acariciándole la espalda. -Tú no has tenido la culpa, ¿cómo ibas a saber que iba a pasarnos esto?...Estoy feliz de que a ti no te haya pasado nada. -Sonrío.

-Ya pero...mira cómo has acabado tú… -Traga saliva, luego me mira triste.

-Esto no es nada...estoy acostumbrado. -Me vuelvo a tumbar, resoplando. -...Ahora que me acuerdo, tú acabaste ganando la partida, ¿no? ¿Cuánto ganaste? -Le sonrío tranquilo.

-Oh… -Me mira y se ríe de forma despistada, con una gota de sudor cayendo por su frente. -Verás...cuando te fuiste, volví a jugar otra partida y...perdí todo lo que gané. -Acaba diciendo, mordiéndose el labio y achicando los ojos.

-...Ah. -Digo sorprendido. -...Bueno, entonces te has quedado igual. -Alzo una ceja.

-No, gané algo. -Dice poniendo los brazos en jarras, sonriendo orgulloso.

-¿El qué? -

Saca de su bolsillo un pequeño llavero con un osito de peluche, mullido y de color verde. Lo enseña orgulloso. Ha puesto el llavero en las llaves del coche que usamos ayer. Parpadeo varias veces, mirando al oso sin saber qué decir.

-Me tocó en una máquina de gancho. Lo cogí a la primera. -Me dice todavía orgulloso. -Luego esos tipos me cogieron y me secuestraron… -Recuerda arrugando la cara.

-...Bueno, al menos tú has sacado algo de todo esto. -Suspiro y medio sonrío.

-Tú también lo has sacado. -Me dice ofendido.

Lo miro de reojo, sin llegar a entenderlo.

-Bueno, ya no estás castigado… -Dice como si fuera obvio.

-...Qué detalle por tu parte. -Digo sarcásticamente.

-Ya, de nada. -Sonríe y asiente, riéndose después entre dientes. Se inclina y me besa la mejilla sonoramente. -Me alegro de que estés bien, Bruce… -

-...Yo también me alegro de que tú estés bien. -Le digo mirándolo.

Él sonríe más, abrazándome después y restregando su mejilla contra la mía. Emito un pequeño quejido y él se aparta de mi abdomen.

-Lo siento, lo siento… -Se disculpa deprisa.


Me bajo del coche y Jack me imita, poniéndose a mi lado y ayudándome a andar.

-Estoy bien… -Le digo arrugando la cara. -Puedo andar yo solo. -Subo las escaleras y Jack me abre la puerta, dejándome pasar primero.

-Y yo te puedo ayudar… -Asiente.

Al entrar, Alfred me sonríe.

-Bienvenido Señor Wayne...¿qué tal está? -Me pregunta acercándose.

-Cansado...pero bien. Lo malo va a ser cuando los analgésicos en vena se vayan. -Tuerzo la boca, andando hacia el salón.

-Vaya por dios… -

Alfred y Jack me siguen. Me siento en el sofá, suspirando cansado.

-¿Han comido? -Nos pregunta Alfred.

-Comimos algo en la cafetería del hospital. -Asiente Jack.

-Ya veo. ¿Quiere que le traiga algo, Señor? -

-Sí, mi guantelete...quiero hacer unas cosas. -

-...No me parece bien que se ponga a trabajar ahora mismo, Señor. -Alfred frunce el ceño.

-Deberías descansar, Bruce. Eso ha dicho el médico. -Me aconseja Jack, sentándose a mi lado. -Échate una siesta o algo...no habrás dormido bien en el hospital. -

-No, tengo que hacerlo ya. -Frunzo el ceño demandante, mirándolos.

-Casi no puede moverse, Señor, no es oportuno ahora mismo. Dígame que quiere hacer y lo haré por usted. -Me dice Alfred arrugando la cara.

Suspiro y gruño ligeramente. Tienen razón…

-Quiero que avises a Gordon y le digas lo que hemos descubierto hoy...y...y a Tim también. -Digo al final, con cierta reticencia.

-Entendido, lo haré. ¿Algo más? -Alza una ceja...qué bien me conoce.

-Sí...un té de los tuyos con...unas cuantas pastillas. -Admito entrecortadamente.

-De acuerdo, Señor. Ahora mismo se lo preparo. -Sonríe más calmado y se va a la cocina.

-No estás solo, Bruce, tienes que empezar a delegar cosas...y confiar en los demás. -Me dice Jack suavemente. -Por eso me enfadé contigo. Te ahorrarías tantos problemas si confiaras en los demás. -Suspira, ligeramente triste. -Entiendo que...todavía no confíes en mí del todo pero...tus amigos de la liga, o tus hijos, o Alfred...Podemos ayudarte, si nos dejas. -

-Confío en ti. Si no lo hiciera, no sabrías que soy Bruce Wayne, ni dormirías en mi cama todas las noches. -Niego con la cabeza.

-No me refiero a eso...y lo sabes. -Apoya su cabeza en mi hombro, bostezando.

-...¿Hace cuánto que no duermes? -Le pregunto observándolo.

-Desde ayer...He estado toda la noche vigilándote. -Admite.

-Entonces deberíamos dormir. Los dos. -Sonrío levemente.

Ya que no me van a dejar trabajar, descansaré.

-Te tomo la palabra… -Sonríe también.


Me despierto entre gruñidos por el dolor por la noche. Miro el reloj de mi mesita...las cinco de la mañana. A esta hora se me iba a pasar el efecto de la pastilla. Tocará tomarme otra. Suspiro y miro cómo Jack duerme plácidamente a mi lado. No quiero despertarlo después de que se haya pasado despierto toda la noche en el hospital, tiene que dormir.

Me siento en la cama y salgo de ella. Suspiro y empiezo a andar hasta que salgo de la habitación. Avanzo por el pasillo y frunzo el ceño cuando veo una luz tenue pero encendida abajo, en la zona del salón. Achico los ojos, Alfred se asegura siempre de apagar todas las luces. Miro atrás, Jack sigue durmiendo. El cuarto de Alfred está cerrado, por lo que duerme también. La alarma no ha sonado y todo está en calma. No se oye nada.

Agarrándome a la barandilla de madera, y andando despacio, bajo las escaleras. Veo entonces cómo está encendida la lámpara de la mesita, que proyecta la sombra en el suelo de alguien sentado en mi sillón. Cuando llego a la planta de abajo y ando hasta el salón, alzo una ceja, mirando al presunto intruso que se ha colado en mi casa.

Me mira fijamente, con el ceño fruncido y su uniforme de robin. Tiene los codos apoyados en los brazos del sillón y los dedos juntos frente a la cara. Es la viva imagen de su abuelo materno, qué duda cabe…

-Hola, Damian… -Lo saludo resoplando, demasiado cansado todavía.

-¿Eso es lo único que tienes que decirme? ¿"Hola, Damian"? -Me pregunta con un tono estricto.

-...¿Qué tal estás? Hacía mucho que no te veía...Te he echado de menos, hijo. -Recito mientras ando hacia la cocina, buscando mis pastillas.

-No me vengas con esas ahora, padre. -Me dice entre dientes, puedo oírlo gruñir desde aquí. -Creo que me debes una explicación...¡o varias! -Me grita, y de repente lo veo subido a la encimera, en cuclillas y me da un golpe en la cabeza con su bastón.

Gimo de dolor y me encojo levemente, acariciándome la cabeza, donde me ha dado. Frunzo el ceño y le regaño.

-¡Damian no hagas eso! Ayer me dispararon… -Le gruño, bajando la voz para no despertar a nadie.

-Oh, lo sé. ¡Y te lo mereces! Por ser tan temerario… -Se cruza de brazos, bajando al suelo y poniéndose de pie. -...He estado leyendo lo que has hecho en la prensa, padre. Estoy en desacuerdo. -Me dice frunciendo el ceño.

Suspiro...esto no me lo esperaba. Me apoyo en la encimera y cojo el tarro de pastillas, tomándome una.

-...Mira, Damian, el año pasado te fuiste con los Teen Titans, y me dijiste que te dejara en paz, porque sino, no podrías entrenar y avanzar como héroe. Ahora no puedes venir reclamando nada. -Le explico, alzando una ceja. -Además, eres mi hijo...de catorce años… -Digo lentamente, mirándolo a los ojos. -No tienes por qué regañarme por nada. -

-Claro que sí...porque mi padre es un maldito inconsciente que se lía con desquiciados mentales que a saber qué quieren… -Me encara, gruñendo como un perro.

-Jack no es el Joker...aunque ya lo sabrás por la prensa, si es que de verdad la has leído. -Entorno los ojos.

-¡Sí que la he leído! -Me gruñe, enfadado.

-Baja la voz...O te juro, que mañana los Teen Titans dejarán de existir. -Le amenazo, frunciendo el ceño.

-Ya quisieras. -Gira la cara, desafiante.

-No me tientes, Damian… -Resoplo, mirándolo. -...Me alegro de que hayas vuelto y estés bien. Te he enviado mensajes pero nunca me has contestado. -

-Lo sé, estaba ocupado. -Guarda su bastón, orgulloso.

-Jon ha preguntado por ti muchas veces...él también te echaba de menos. -Le digo, sonriendo levemente.

-¿También? -Alza una ceja, sonrojándose ligeramente.

-Bueno, yo te he echado de menos, claro. Y Alfred y tus hermanos. -Asiento.

-Hermanastros… -Aclara, achicando los ojos. -...Hace mucho que no veo a Jon. -Deja caer, desviando la mirada.

-Son tan hijos míos como tú, Damian. Jon ha crecido, bastante. -Sonrío.

-Bueno, yo lo soy un poco más...biológicamente hablando. -Puntualiza. Luego gruñe, entornando los ojos. -Seguro que sigo siendo más alto. Y rápido. -

-Claro, lo que tú digas… -Me encojo de hombros, sonriendo. -...¿Cuánto llevas por aquí? -Le pregunto, mirándolo.

-Oh, bastante. He llegado cuando os habéis ido a dormir. Ha sido asqueroso ver cómo te besuqueaba en la cama… -Pone cara de asco, recordándolo. -No sé cómo puedes permitir eso…Lo odio. -Gruñe.

Me sonrojo ligeramente, avergonzado.

-¿Has visto eso?… -

-Sí, para mi desgracia. Casi me arranco los ojos. -Desvía la mirada, enfadado.

-...¿Por qué estás tan enfadado, Damian? Parece que te cae peor que Selina… -Alzo una ceja.

-¿Que por qué? Es el maldito Joker, padre, ¿cómo quieres que me caiga? Es decir, hace un año vi como casi te mataba, estrangulándote con tu propia batgarra...¿Y ahora duermes con él? Y…y sales a divertirte con él y hacéis cosas juntos...Y...no me gusta. -Cada vez se encoge y gruñe más.

Y entonces me doy cuenta.

Damian no odia a Jack.

Damian está celoso de Jack.

Nunca fue un niño fácil de tratar. No es cariñoso, ni afable, ni abierto como lo son Tim o Dick. Es hermético, como la caja negra de un avión. Blindado. Casi nadie puede saber lo que pasa por su cabeza ni cuál va a ser su próximo movimiento, lo cual lo hace temible e impredecible a partes iguales.

Damian es una réplica exacta de mí.

De mí y de su madre, claro. De ella sacó la letalidad y frialdad que lo caracterizan. Thalía era como un témpano de hielo. Fiera. Indomable. La mujer más sanguinaria con la que he estado.

Suspiro y trago saliva, sonrojándome levemente por lo que voy a hacer. Abro los brazos y abrazo a Damian, juntándolo a mí.

-...Te he echado de menos, hijo. Me alegra ver que estás bien. -Le digo susurrando.

Damian da un pequeño respingo, sonrojándose mucho y arrugando la cara. No se esperaba esto de mí. Está quieto e inmóvil, como un palo.

-...Yo también te he extrañado, padre...Ha...ha sido un año duro...y largo. -Asiente, abrazándome por fin.

-Sabes que puedes volver cuando quieras...o tomarte unas pequeñas vacaciones. -Le digo suavemente, sin presionarlo.

-La justicia no se toma vacaciones, padre. -Me dice tajante.

-No, pero tus amigos sí...Estarán cansados… -Digo amigos, pero me refiero a él.

-No son mi amigos, son mis compañeros de equipo. -Me corrige, separándose y mirando al suelo. -...Ellos son los que han propuesto una tregua. -Frunce el ceño.

-O sea que si no fuera por ellos, ¿no habrías vuelto? -Alzo una ceja, escéptico.

-Pues no… -Dice entrecortado, nervioso. -¿Batman se toma vacaciones como líder de la liga? -Me pregunta achicando los ojos.

-Batman no es el líder de la liga, lo es el detective marciano. -

-Sí, cuéntame el rollo que quieras. ¿Ellos se lo creen? -Cuestiona sarcástico. -Porque yo no. -

-Es la verdad. -Frunzo el ceño.

-Ya, claro, claro. -Pone los ojos en blanco, luego me mira fijamente. -Una pregunta, padre. -Dice secamente.

-...Claro, Damian… -Arrugo la cara mirándolo.

-...¿Estarás usando protección, verdad? -Me suelta así porque sí.

Me sonrojo como un tomate y transfiguro la cara, alzando las cejas, callado sin saber qué decir.

-...¿Eso es que no?...¡Menudo irresponsable! ¡¿Pero qué clase de relación llevas, padre?! -Me regaña, gruñéndome de nuevo.

-Claro que sí...¡pero eso no es asunto tuyo! -Le grito de vuelta, agarrándolo por los hombros y empujándolo hacia las escaleras. -Será mejor que te vayas a dormir, y yo también… -

-Sí, dormir, ¿así llamas ahora a mantener relaciones carnales? -Se queja, subiendo las escaleras.

-No, ¡claro que no!...Deja ya el tema… -Le digo tapándome la cara, suspirando y avergonzado.


El desayuno es...cuánto menos, incómodo.

Damian no para de mirar a Jack, más bien de fulminarlo con la mirada. Come y bebe sin parar de mirarlo. Una mirada que simboliza la muerte se mire por donde se mire. Casi se puede leer un "Te voy a matar" en su frente.

Por su parte, Jack desayuna en silencio, sin mirarlo, muy incómodo.

-...Ha sido magnífico que haya vuelto, Amo Damian. -Le dice Alfred, sonriéndole, rompiendo la tensión del momento, que se puede cortar con un cuchillo.

-Sí, maravilloso. -Dice este, sin mover sus ojos. Se mete una galleta en la boca, masticándola.

-Damian, para ya. -Le gruño, suspirando.

-¿Que pare el qué, padre? -Me mira, desafiante.

-Sabes a qué me refiero… -Lo miro amenazante, frunciendo el ceño.

-...No sé por qué estás así pero...Yo también me alegro de verte, Damian. -Dice Jack, medio sonriéndole.

-No me hables. -Le gruñe, cogiendo el cuchillo. Doy gracias a dios de que es un cuchillo de untar y no tiene punta afilada.

-Damian, para ya. -Le regaño, alzando la voz. -No me gusta tu actitud. Tienes catorce años, no cuatro, así que deja de actuar como un niño pequeño. -Le gruño.

Suelta el cuchillo y se bebe su vaso de leche con cacao puro. No sé como puede beberse eso sin una pizca de azúcar, con lo amargo que es.

-No quiero llevarme mal contigo, Damian...Te lo digo de verdad… -Le dice Jack, extendiendo su mano. -¿Hacemos las paces? -Le pregunta, sonriendo. -...Tus hermanos ya me han aceptado, más o menos. -Le avisa, asintiendo.

Deja el vaso vacío en la mesa y se limpia refinadamente con la servilleta. Luego se baja de la silla, andando hacia las escaleras, ignorándolo.

-Mis hermanos son idiotas. -Le dice a medio camino, dejándonos a los tres y desapareciendo.

-...Yo me lo esperaba peor, siendo sincero. -Dice Alfred, leyendo de nuevo el periódico, sin darle importancia.

-Tengo que hablar con él, no puede hacer lo que le venga en gana. -Gruño, negando con la cabeza.

-Déjalo, Bruce...Ya se acostumbrará. Debe ser difícil volver y...encontrarse tantos cambios. -Se encoge de hombros Jack.

-No puede hablarte así. No tiene derecho a hacerlo. -Lo miro, frunciendo el ceño.

-No pasa nada… -Niega con la cabeza.

-Sí, sí que pasa. Sigue siendo mi hijo, y un Wayne no puede tener esos modales ni...esas formas. Tendré que hacer algo. -Digo pensativo, acabando de desayunar.


Después de comer, una comida casi igual de tensa que el desayuno, estamos en el jardín. Jack y Alfred están cocinando algo dentro y yo estoy tumbado fuera, en la hamaca solamente con unas bermudas, el sol es bueno para la cicatrización. Damian está a mi lado, sentado en bañador. Se acaba de bañar en la piscina, parecía que hacía mucho que no lo hacía, por la cara que ha puesto cuando se ha tirado de cabeza la primera vez.

Mira la pequeña cicatriz sin curar de mi abdomen, que gracias a que los puntos son internos, casi no dejará marca. Lo miro de reojo y suspiro.

-Tienes que aceptarlo en algún momento, Damian…Además, esto no fue su culpa. -Aclaro, negando con la cabeza.

-Lo sé. Fue Waller. -Dice cortante, apartando la mirada. -...Llevaba un tiempo detrás de ella. También ha metido las narices en mis asuntos y en los de los Titans. -Aclara, asintiendo.

-Ya veo… -

-...Me preocupaste, padre. Por eso volví. Aunque si te soy sincero, de vez en cuando venía a vigilarte. -Admite a regañadientes, sonrojado.

-No hace falta que me vigiles, hijo… -Suspiro, entornando los ojos. -Pero gracias. -Le sonrío. -Me gusta que parezca que te importo. -

-Claro que me importas, padre. -Frunce el ceño mirándome. -¿Acaso lo dudas? -Alza una ceja, molesto por el comentario.

-No, no, para nada… -Alzo las manos, sonriendo más.

-Ptch. -Gruñe y desvía la mirada.

-Deberías pasarte a visitar a Jon. Ha estado un poco solo todo este tiempo sin ti. No tiene muchos amigos a parte de ti. -Le aviso, mirándolo de reojo.

-Debería...¿pero entonces quién te vigilaría? -Alza una ceja, mirando al cielo.

-No me van a volver a disparar, Damian. Además, voy a tomarme uno o dos días libres antes de volver a la oficina y al trabajo. -Aclaro, encogiéndome de hombros.

-Oh, no me refería a esos peligros padre. -Responde frunciendo el ceño. -No te estoy vigilando con esa finalidad. -

Me quedo unos segundos callado, descifrando sus palabras. Luego arrugo la cara y miro a Jack en la cocina, decorando un bizcocho. Suspiro cuando entiendo de quién me protege. Me tumbo de nuevo y lo miro.

-Tampoco me tienes que vigilar por él, Damian. Sé perfectamente cuidar de mi mismo. Y él no va a volver a hacerme daño. ¿Acaso no me crees capaz de defenderme yo solo? -Alzo una ceja.

-Bueno, yo no soy a quien le pegaron un tiro antes de ayer. -Se encoge de hombros, poniendo los ojos en blanco.

-Eso fue distinto… -Gruño molesto.

-Mira, padre, no he intentado matarlo ni nada. Así que...por algo se empieza. -Se intenta explicar, arrugando la cara. -No confiaré en él por ahora, porque mi memoria no me lo permite. Tal vez tú no te acuerdes de su maldita y siniestra risa, pero yo sí. Así que entiende que...tengo que asimilarlo. -Dice entrecortado.

-...De acuerdo. Pero quiero que dejes de ser tan grosero con él. -Le aviso, frunciendo el ceño.

-Lo intentaré. -Dice, levantándose de la silla y andando hacia la piscina para bañarse otra vez.

Jack sale de casa, arrodillándose a mi lado con un cupcake en la mano. Alzo las cejas impresionado y lo miro.

-¿Y esto? -Pregunto, cogiendo el cupcake.

-Hemos hecho hace poco. -Sonríe. Aún está caliente. -Pruébalo. -Asiente.

Le doy un bocado, probándolo. Achico los ojos y asiento, sonriendo. Jack sonríe también, satisfecho.

-Muy rico...Se te da bien cocinar. -Admito, mientras sigo comiendo.

-Oh, lo sé… -Mira de reojo a Damian en la piscina y se acerca a mi oreja, susurrando. -Alfred me ha dicho que son los preferidos de Damian, así que le he hecho algunos a ver si cesa su odio contra mí… -Se ríe levemente. -¿Funcionará? -

-¿Cupcakes de brownie con pepitas de chocolate a un niño de catorce años? Sí, pero no lo admitirá. Será un gran paso hacia un entendimiento entre vosotros, claro. Bien hecho. -Le sonrío y le beso fugazmente.

Él me sonríe contento y se sienta en la hamaca junto a mí, acariciándome el pecho.

-¿Qué tal sigues? -Me pregunta, mirando mi herida.

-Bueno, lo he pasado peor. -Me termino el cupcake y suspiro.

Bajo los ojos hasta la piscina, desde donde Damian nos mira fijamente, frunciendo el ceño. Apoya las manos en el borde y solo le veo los ojos y el pelo, además de la punta de las orejas. Jack lo nota y se gira, mirándolo también sin apartar la mano de mi pecho y estómago. Damian mueve los ojos hasta él, como un francotirador fijando su víctima.

-Hola Damian… -Le sonríe, empezando a mover su dedo índice en círculos sobre mi pecho.

Damian clava las uñas en el borde de la piscina, y un tic nervioso se le instaura en el ojo, empezando a perder los estribos.

-He hecho cupcakes de brownie. Alfred me ha dicho que son tus favoritos...¿quieres? -Le pregunta, ladeando la cabeza.

-...¿Eso es lo que le has dado a padre? -Cuestiona, mirándome de reojo.

-Sí, lo que le doy a tu padre le suele gustar. -Asiente, sonriendo.

Me muerdo el labio, ligeramente avergonzado por esa afirmación...que no es falsa precisamente.

-Ya. Me he percatado de ello. -Dice secamente, frunciendo más el ceño.

-...¿Quieres probarlos tú? Hay más dentro. En la rejilla, ahora están calentitos porque los acabo de hacer. -Explica, ladeando la cabeza.

Damian permanece callado, mirándonos fijamente unos instantes. Luego se impulsa hacia fuera y sale de la piscina. Camina hacia nosotros y nos pasa de largo, pasando a casa. Jack y yo lo seguimos con la mirada. Vemos como va hasta la cocina y mira los cupcakes en la rejilla. Coge uno y lo olfatea ligeramente. Nos mira y frunce el ceño, alejándose de la ventana, pero antes de hacerlo vemos cómo muerde el cupcake.

Jack me mira y sonríe, riéndose divertido después.

-Lo tengo en el bote… -Dice seguro de sí mismo.

-Bueno, poco a poco...Aunque ha sido un buen movimiento. -Le digo sonriendo, acariciándole la pierna. Alzo las cejas, recordándolo. -Oye, a Damian le gusta mucho el ajedrez y los juegos del estilo. Tal vez podrías jugar con él. En la celda te divertías mucho. -

-Oh, ¿sí? -Sonríe. -Lo sé...tengo que buscar la tableta recreativa de nuevo...no sé dónde la habré dejado. -Arruga la cara, pensativo.

-Puedo decirle a Lucius que construya otra. -Me encojo de hombros.

-Ya pero esa era la mía...me la regalaste tú. Le cogí mucho cariño. Casi tanto como a ti. -Me dice divertido, riéndose entre dientes.

-Vaya, mucha gracias. -Alzo una ceja, sonriendo levemente.

Jack se ríe feliz mirándome.

-Es broma… -Me dice acercándose a mí para besarme lentamente. -Estoy deseando que puedas moverte para levantarte el castigo de una vez por todas… -Me susurra, mirándome fijamente.

-...Yo también lo deseo… -Le contesto ligeramente sonrojado.

-Aunque a las malas...puedo ser yo el único que se tenga que mover. -Sonríe pícaramente.

-Bueno… -Arrugo la cara, no muy seguro.

-Ya veremos… -Se ríe y me besa de nuevo.


Sonrío sentado en una de las sillas del jardín, mientras veo cómo los tres hermanos atormentan a Damian, persiguiéndolo por el jardín con pistolas de agua y riéndose. Doy un sorbo al refresco que tengo en la mesa y Jack sale con un plato con cupcakes. Después se sienta a mi lado.

-¿Cuántos cupcakes has hecho? -Alzo una ceja, mirándolo.

-Bueno, como los chicos iban a venir a cenar, hemos hecho muchos. Aunque Damian se ha merendado unos cuantos ¿eh?… -Asiente.

-Es un adolescente, comer es su actividad principal. Además de molestar. -

-Oh, no es tan mal chico. Míralo, casi me da pena… -Lo señala, arrugando la cara.

Damian, apresado en el suelo y retorciéndose, intenta escapar, gritando e insultando a los demás, que se ríen mientras le disparan agua y le hacen cosquillas.

-¿Y tú eres el nieto del demonio? Qué miedito… -Se burla Jason, disparándole más agua.

-¡Para ya, Jason! -Le grita Damian, asestándole una patada en el estómago que lo aleja un par de metros.

Luego se gira, zafándose del agarre y alza la pierna para golpear a Tim. Este le agarra el pie, sonriendo, pero Damian es más rápido y le golpea con un puñetazo certero en la cara, haciendo que se caiga al suelo. Ahora mira a Dick que alza las cejas y las manos, quedándose quieto.

-Vale vale vale, lo pillo, tío. -Sonríe nervioso.

Damian gruñe y cuando iba a irse, Jason vuelve a dispararle por la espalda, mojándole la cabeza.

-Eh, ¿dónde crees que vas? -Dice burlón, sonriéndole desde lejos.

-...Te vas a enterar. -Damian coge otra pistola, empezando a perseguir a Jason. -¡Ven aquí, niñato! -

-¡Mira quién fue a hablar! -Se ríe Jason, corriendo por el jardín.

Jack se ríe también, a mi lado. Cojo un cupcake y empiezo a comérmelo.

-Al menos se disparan agua. -Me encojo de hombros. -Y quieras que no, es un entrenamiento. -

-Sí...Y ahora que están ocupados… -Dice más bajo, acercándose a mí y acariciándome el brazo. Lo miro de reojo, alzando una ceja. -Podríamos jugar también nosotros… -Sonríe pícaro.

Me sonrojo y miro hacia dentro, viendo a Alfred limpiar los platos de la cena mientras canturrea algo de la radio.

-No sé...No creo que podamos con todos estos aquí. -Niego con la cabeza. -Por experiencia...créeme. -

-Oh, vamos...No tardaremos mucho. -Sonríe. -¿Acaso no tienes ganas? -

-...Sí, pero… -Miro a los chicos, que parecen entretenidos. -Uno rápido. -Le digo sonriendo levemente.

-Sí, rápido y con cuidado… -Repite, levantándose conmigo, dando saltitos de alegría.

Antes de pasar a casa, sin embargo, noto un chorro de agua helada que me moja la espalda desnuda. Arrugo la cara y gruño entre dientes, girándome para ver a Damian delante nuestro, mirándonos, pistola en mano.

-¿Dónde vas, padre? -Alza una ceja.

-...A dormir. -Le digo secamente. -A secarme y luego a dormir. -Jack me mira de reojo, y luego mira a Damian.

Este último mira el reloj de su móvil en su bolsillo, luego me mira.

-Son las diez y media, padre. Te vas a dormir sobre las tres de la mañana, normalmente. -Me recuerda, desafiante.

-...Normalmente. Pero Gotham no necesita a Batman hoy. Así que Batman se irá pronto a dormir. -Asiento.

-Y tú también deberías...¿Sabes que durmiendo más se crece más? -Sugiere Jack con una sonrisa amable. No sé si lo dice a malas o no, pero Damian no se lo toma bien.

Damian frunce el ceño y carga su pistola de agua, gruñendo y mirando fijamente a Jack.

-...Una pena que esta pistola sea simplemente de agua...Esa suerte que has tenido. -Lo amenaza, acercándose a él.

-Damian. -Le regaño, separándolo. -No seas tan sangriento...Y Jack tiene razón, deberías irte a dormir. -

-¡Jack no es mi padre! -Grita cruzándose de brazos.

-¡Pero yo sí!...Así que vas a irte a tu cuarto, te vas a poner el pijama y te vas a meter en tu maldita cama. -Le digo acercando mi cara a él.

Damian me mantiene la mirada, y justo cuando me va a volver a disparar, le arrebato la pistola y la tiro lejos de nosotros, sin apartar mis ojos de él. Damian se acaba rindiendo y baja la cabeza, gruñendo. Me rodea y pasa a casa, subiendo deprisa las escaleras hasta su habitación.

-...Sigue dando el mismo miedo, sí. -Comenta Dick en un segundo plano. -Me debéis diez dólares cada uno. -Les sonríe a los otros dos.

Jason y Tim ponen los ojos en blanco, pagándole. Jack me coge de la mano y tira de mí hacia dentro.

-Este rollo de padre gruñón lo tienes que hacer más veces… -Me dice excitado, sonriéndome.

Me sonrojo y arrugo la cara.

-¿Hablas en serio? -Alzo una ceja, mirándolo. Bajo mis ojos hasta sus pantalones, sonrojándome más. -...Hablas en serio. -Se ríe entre nervioso y divertido y cierra la puerta de nuestro cuarto cuando llegamos.

Se acerca a mí y me empieza a besar intensamente, recorriendo mi pecho con sus manos.

-Sigues mojado… -Comenta divertido entre beso y beso.

-No me has dado tiempo a secarme… -Me excuso, encogiéndome de hombros.

-No quería que te secaras. -Se ríe entre dientes y me sienta en la cama.

Se sienta a horcajadas sobre mí y baja su boca hasta mi cuello, recorriéndolo con los labios y sacando de vez en cuando los dientes para morderme levemente. Echo la cabeza hacia atrás, apoyando las palmas de las manos en el colchón. Me muerdo el labio para ahogar los gemidos. Jack empieza a mover las caderas, restregando su entrepierna contra mi muslo de forma sugerente.

-Alguien ya está despierto… -Dice en un susurro, besándome la clavícula.

Me sonrojo y tuerzo la boca.

-¿Y de quién es la culpa? -

-Mía… -Admite orgulloso.

Enreda sus dedos en mi pelo y me vuelve a besar, explorando con su lengua mi boca. Entonces, una alarma suena en mi móvil. Frunzo el ceño y separo la cara de Jack, rompiendo el beso. Este me mira mal y mira el móvil. Lo saco de mi bolsillo y leo la alarma.

-Alguien ha entrado en la batcueva… -Arrugo la cara.

Cojo el mando de la tele de la pared de la habitación y conecto las cámaras. Las reviso rápidamente...pero no veo nada. La cueva está iluminada con la luz roja de emergencia, pero no hay nadie allí. Miro las pantallas y Jack hace lo mismo, sin moverse de encima mío.

-Los robin están abajo...Pueden ir a ver. -Me dice, casi suplicándome porque no me vaya.

-No, ahí no hay nadie. -Sentencio, pensativo.

-Pues que le den a nadie...Ya recuperarás algo si te roban. -Me dice quitándome el móvil de las manos y el mando, dejándolos a un lado.

Me vuelve a besar, apoyando sus manos en mis hombros. Sonrío y continúo con el beso también moviendo mis manos por sus muslos, hasta su trasero. Jack emite un pequeño gemido, que es acallado por mi boca.

Pero de nuevo, la maldita alarma nos vuelve a interrumpir. Jack gruñe frustrado, clavando las uñas levemente en mi hombro.

-Voy a matar a quien esté ahí abajo, Bruce… -Me avisa, empezando a enfadarse de verdad.

Miro las cámaras, frunciendo el ceño. Entonces me doy cuenta. Alzo las cejas y miro el móvil...Achico los ojos y aparto a Jack de mí, sentándolo en la cama. Cojo el móvil.

-Espera aquí…creo que sé lo que pasa. -Me levanto y salgo de la habitación, conteniendo mi creciente ira.

Abro de golpe la puerta del cuarto de Damian, y lo miro fijamente. Está sentado en la cama, con unos cascos y el mando de la consola. Alza una ceja mirándome y se quita los cascos.

-¿Qué quieres ahora, padre? ¿No puedes conciliar el sueño?… -Está...¿sonriendo?

Gruño y voy hasta él, frunciendo el ceño.

-¿Con quién juegas? -Le pregunto, mirando la tele.

-Con Jon...dice que hola. -Asiente.

-No me mientas, Damian… -Le aviso, mirándolo fijamente.

-No te miento. -Dice secamente.

-Nunca juegas a videojuegos, Damian. No te gustan. Desde que te regalaron la consola la has encendido dos veces, literalmente. -

-...Bueno, pues ahora la he encendido. Ya que me has castigado encerrándome en mi cuarto, me he visto obligado a ponerme a jugar con Jon. -Asiente, girando la cabeza orgulloso.

-...Si tantas ganas de jugar con él tienes. Jugarás con él. -Tecleo en el móvil, poniéndomelo en la oreja.

-...¿Qué haces? -Alza una ceja, mirándome. -¿A quién llamas? -Pregunta, cada vez más preocupado.

-...Lois. -Sonrío, paseando por la habitación. -Hola, perdón por llamar a estas horas...Oh, ya veo. Qué bien, me alegro por vosotros...Sí. -Alzo los ojos hasta Damian. -Verás, Damian ha vuelto. Sí, genial...Bueno, he pensado que podría irse a dormir a tu casa, ya que vais a dejar a Jon solo… -Sonrío más y Damian abre los ojos como platos. -Oh, sí, ya se va para allá...Bueno, no es necesario pero si quiere. Vale. Hasta luego Lois, y gracias. -Cuelgo y me guardo el móvil en el bolsillo.

-...Te odio… -Gruñe, mirándome fijamente.

De repente, un rayo entra por la ventana, abalanzándose sobre Damian y abrazándolo.

-¡Damian has vuelto! -Grita Jon riéndose. -¡Qué guay! ¡Venga, vamos, coge tus cosas, he encontrado una peli de miedo para ver esta noche que mis padres salen a cenar! -Se baja de la cama, recogiendo las cosas de Damian y guardándolas en su mochila a la velocidad de Flash. Luego le da la mochila a Damian. Me mira y pone cara de sorprendido. -Oh, hola Señor Wayne. -Me saluda sonriente. -Gracias por dejar que venga esta noche a mi casa… -

-De nada, Jon. Pasadlo bien...Procura que Damian llegue a tu casa, ¿eh? No os perdáis por el

camino… -Sonrío, sabiéndome victorioso.

-Oh, tranquilo, yo me ocuparé de que así sea. -Sonríe orgulloso. -Vamos, Damian. -Señala la ventana por donde ha entrado.

-...Padre. -Se despide, mirándome con asco.

-Adiós, hijo… -Le sonrío y salgo de la habitación, volviendo a mi cuarto.

Al llegar a mi cuarto, Jack me mira y cierro la puerta.

-¿Y bien? -Me pregunta mientras ando hacia él.

-Damian y sus celos...de nuevo. -Suspiro y me siento en la cama.

-¿Celos?...¿Está celoso de mí? -Alza una ceja mirándome.

-Sí, eso parece...Con Selina no era tan sobreprotector. -Arrugo la cara.

-Bueno, cuando era el Joker sí que estaba igual de...agresivo conmigo. Sobre todo cuando te raptaba o algo y él llegaba para salvarte. Me da miedo de verdad, ¿sabes? -Sonríe recordándolo.

-No puedo decir que no es hijo mío… -Asiento, medio sonriendo.

-Ah...Tú no das miedo… -Se ríe y me tumba, besándome. Lo miro alzando una ceja. -...Vale, tal vez un poco. -Sonrío y lo sigo besando.

-Lo he mandado a jugar con Jon...aprovechemos mientras podamos. -Le aviso.

Él se ríe entre dientes, empezando a desnudarse.


A la noche siguiente, estoy acuclillado en una gárgola, vigilando a mi presa. Recibo una llamada y la acepto. Empiezo a oír la voz de Tim en mi capucha.

-Bruce, te dijimos que nosotros nos encargábamos de tus casos a partir de ahora… -Me dice enfadado.

-Te he dicho que estoy bien ya. Además, este caso era urgente. La hija de los Panessa ha sido secuestrada. -Le hago saber. -Creo que la he encontrado. -

-...Mira, haz lo que quieras. Es lo que vas a hacer...Pero ten cuidado. Y llámanos si pasa algo, por favor. -Me dice antes de colgar.

Registro el lugar con la capucha en modo detective, detectando varios hombres con armas en la entrada. Tendré que librarme de ellos antes de entrar.

Me cuelo por una rendija de ventilación, bajando hasta el circuito cerrado del suelo. Me sitúo debajo de uno y salgo, dejándolo inconsciente sigilosamente. A por el siguiente. Giro la cabeza y me agacho, escondiéndome detrás de unas cajas.

-Eh...tío, ¿qué te ha pasado? -

Un hombre se acerca para ver a su compañero inconsciente en el suelo. Se agacha y me abalanzo sobre él, tapándole la boca y dejándolo KO también. Vuelvo a meterme en las rendijas del suelo y voy a por los demás. Estos están quietos en grupo, charlando.

-¿Entonces el Joker ya no está? -Pregunta uno de ellos, mientras bebe cerveza de una lata.

-No, tío. Ahora es mariquita y se acuesta con el ricachón de Wayne. -Se ríe otro, limpiando su metralleta.

-Bueno, él también es rico ahora...Yo me alegro por ellos, mientras que esté con Wayne, no está dándonos la tabarra… -Pone los ojos en blanco el tercero.

-Ya...pero echo de menos al jefe. Ahora tenemos que trabajar para este. Y no me gusta. -Gruñe, frustrado.

-Pyg no está mal...Además, está casi igual de loco que el jefe. -Sonríe, encogiéndose de hombros.

-Y no tiene a ninguna Harley, que es otro punto a favor. -Puntualiza el cuarto.

-Ogh...Calla calla, esa sí que era plasta. ¿Os acordáis cuando nos mandaba ir a comprar pudin? Y no sé por qué, el jefe siempre odió el pudin. -Se ríe y los demás lo imitan.

-Sí...El pobre lo acabó odiando por la imbécil de Harley. -Asiente.

-¡Eh! ¡Aquí hay dos tíos inconscientes! ¡Tenemos intrusos! -Avisa uno desde el lugar donde he dejado dormidos a los otros dos.

Se ponen en alerta y empiezan a patrullar, apuntando a los lados con las armas. Antes de que se desplieguen, salgo de un salto del suelo y los noqueo deprisa, haciendo explotar una bomba de humo antes. Gritan asustados, pero dejan de hacerlo cuando los dejo inconscientes.

Vuelvo a entrar en la rendija del suelo y viene corriendo el chivato de antes.

-¡Oh no! Imbéciles...mira que les he avisado. -Se arrodilla, mirando a un compañero. -Venga, tío, despierta… -Dice quitándole la máscara de cerdo. -Mierda. -Se levanta y mira a los lados. -¡Sal Batman! Hoy acabaré contigo… -Se ríe entre dientes.

Salgo del suelo y me pongo detrás de él.

-No lo creo. -Le digo tranquilo.

Él da un respingo y se gira rápido. A la vez que me apunta le doy un puñetazo certero, le arrebato el arma y le golpeo con ella en la cabeza. Cae al suelo a plomo. Dejo el arma en el suelo y me adentro en los estudios, ahora que me he desecho de ellos, será más fácil actuar.

Disparo la batgarra para subirme a los tubos del techo donde están los focos. Avanzo por ellos, agachado y mirando abajo. Como predije, el chip localizador me ha llevado hasta aquí. Pyg canturrea feliz, bailando de vez en cuando, mientras viste y prepara a la chica.

Esta vez, toca Strauss...que personalmente me gusta más que Mozart. Pyg canta el vals de las voces de la primavera, mientras Patricia Panessa llora muerta de miedo, mirándolo. Es una chica de veintitrés años, con el pelo rubio y rizado...Famosa por ser una gran soprano. Como no lo es Pyg, para desgracia de mis oídos.

El lugar, el escenario, está lleno de flores y pétalos y la chica tiene un bonito y pomposo vestido de flores. Gracias a dios, sigue viva...aunque no por mucho tiempo como Pyg siga con su plan.

-Batman no sabe nada...así que deja de gritar. -Sonríe. -¡Estás arruinando mi vals! -Le grita, asustando a la chica y haciendo que se calle. -Con suerte y si se da prisa...te encontrará criando gusanos dentro de dos semanas… -Canturrea dando vueltas y moviendo el cuchillo de carnicero como una batuta.

Ando hasta estar sobre él y sonrío levemente. Gracias a la información de Jack, Pyg dormirá hoy entre rejas, de nuevo.

-Pero tranquilaa...puedo ayudarte. -Le sonríe, deslizando el cuchillo por su cara. -¡Serás una muñeca espléndida cuando te arregle! -Se ríe divertido y bailotea como una bailarina de ballet, dando una vuelta. -Serás bella y perfecta… -Cierra los ojos, bailando.

Ahora es mi momento.

Caigo a plomo sobre él, tirándolo al suelo e inmovilizándolo, apretándole las muñecas contra el suelo. A Pyg se le resbala el cuchillo por el impacto y su cabeza choca contra el suelo, dándose un buen golpe. La chica grita, espantada, mirándome desde el decorado al que está atada.

Le arranco la máscara de cerdo a Pyg, y este me mira con los ojos abiertos como platos, sin creérselo.

-¡No! ¡No puede ser! -Niega rápido con la cabeza. -¡¿Cómo has llegado tan rápido a Pyg?! -Empieza a gruñir como un cerdo, enfadado. -¡Pyg no puede irse todavía! ¡La muñeca no está arreglada! ¡No todavía! -Sus gruñidos se acentúan.

-Buenas noches, Lazlo. -Le digo antes de pegarle un puñetazo que lo deje inconsciente.

Deja de oponer resistencia y su fuerza se desvanece, todo esto justo cuando la obra alcanza el clímax y termina. Suspiro y me levanto, andando hasta la chica. Saco un batarang y ella da un brinco, asustada. Lo uso para cortar las cuerdas que le atan las manos y los pies y le quito la mordaza.

-...Gracias, Batman… -Dice respirando deprisa, aún nerviosa.

-Ya ha pasado todo, estás a salvo. -Le informo, tecleando en mi guantelete. -Informaré al comisario Gordon. -

-Bien...Y...¿la otra chica? -Pregunta con miedo.

-...No ha sobrevivido. Lo siento. -

Sus ojos se llenan de lágrimas y se tapa la cara, horrorizada. Sin saber por qué, se abraza a mí y llora en mi hombro, asustada. Está temblando. Arrugo la cara y la abrazo también, acariciándole la espalda.

-Me iba a hacer lo mismo, Batman...He...he pasado mucho miedo. -Dice entrecortada.

-Lo sé...pero todo ha pasado ya. Él no volverá a ver la luz del sol. Puedes estar segura. -Asiento, mirando a Pyg en el suelo de reojo.

Oímos sirenas de policía cerca y Gordon pasa con unos policías más, apuntando a todos lados. Cuando nos ven, Gordon manda bajar las armas y se acercan más tranquilos. La chica se separa de mí, limpiándose las lágrimas.

-Señorita Panessa, por favor, acompañe a mi compañero hasta un coche, le llevaremos a su casa. -Le sonríe Jim amable. Esta asiente y se va. Jim se arrodilla, esposando a Pyg, luego suspira. -Bueno...uno menos. -Unos de sus chicos se lo llevan arrastra. -¿Has hablado con Wayne? No lo he vuelto a ver. -

-Sí, está bien. Mañana se incorporará a trabajar...Tengo a mi gente vigilándolo, Gordon, no te preocupes. -Asiento mirándolo.

-Bien. Me alegro…Deberíamos haber tenido cuidado con Waller. Podría haber ocurrido una desgracia con este Wayne también… -Niega con la cabeza.

-No fue tu culpa, Jim. Fue de Waller, por exponerlo a esa situación...No te amedrentes tú solo. Eres un buen policía. -

Él me mira, impresionado.

-¿En serio? -

-Sí. -Digo secamente.

-Vaya...gracias Batman...A veces sienta bien oír esas cosas porque últimamente… -Alzo los ojos hacia la claraboya del techo. Disparo la batgarra y me voy antes de que Jim se dé cuenta.


Recojo mis cosas a la hora de comer en la oficina, voy a comer con Jack en casa, al menos así no como solo. Cojo el maletín y salgo por la puerta, cerrándola detrás de mí. Ethan me espera fuera, sonriendo.

-Hola, Señor Wayne. Me alegra ver que está bien ya...menudo susto. -Arruga la cara preocupado.

-Oh...hola Señor Miller. Sí, ya estoy bien. No fue nada… -Me río levemente, esquivándolo. -Si me disculpa, voy a irme a comer… -

-¡No, espere! -Me coge del brazo, sonriéndome. -Quería invitarlo a comer… -Tuerzo la boca, mirando cómo me agarra. -Oh. Lo siento. -Me suelta inmediatamente. -Como compensación por lo del casino...Yo le invité y… -Suspira. -Me siento fatal por lo que le ocurrió. Podría haber ocurrido tal desgracia que...no quiero ni pensarlo. -Palidece ligeramente al recordarlo.

-N...no es necesario, Señor Miller. No se sienta mal, no fue culpa suya. -Arrugo la cara, suspirando. -...De acuerdo, le acompañaré, pero deje de sentirse mal por mí. -Me río y él sonríe.

-¡Genial! Le va a encantar, ya verá. Es el sitio favorito de mi mujer aquí, en Gotham. -Puntualiza, acompañándome a la salida.

-Que bien… -Saco el móvil para enviarle un mensaje a Jack.

"No voy a poder ir a comer...Ethan me ha raptado. Llegaré a casa cuando acabemos de comer, si es que no me ha matado de aburrimiento antes", escribo, y luego le doy a enviar.

"Pf...Bueno, comeré con Alfred y Damian. Ánimo Bruce", me responde junto a un emoji de un excremento sonriente. Sonrío levemente y guardo el móvil.

-...Porque a mi me hacen descuento ya que compré una parte del local hace un mes, así que nos darán la mejor mesa. -Le oigo decir cuando vuelvo a prestarle atención.

Arrugo la cara y sonrío todo lo que puedo.

-Qué suerte la suya… -

-Sí. -Sonríe y me abre la puerta de su coche. -Pase, le llevaré yo. -Asiente deprisa.

-Oh...no es necesario, tengo mi coche por allí… -Señalo la parte VIP del aparcamiento de la empresa, donde está uno de mis descapotables con el que he venido esta mañana.

-No, no, insisto. Monte. -Asiente sonriendo.

Arrugo la cara y me monto, dejando el maletín a mis pies en el suelo del vehículo. Mh, un Land Rover, el que ha salido este año. Todavía puedo oler a coche nuevo en el interior. Ethan me cierra y se monta en el asiento del piloto. Poniéndose el cinturón, lo imito y él me sonríe, arrancando y empezando a conducir. En la radio empieza a sonar las noticias diarias, esta vez, de política.

-¿Le gusta escuchar la radio? -Le pregunto, mirando por la ventana.

-¿Eh?...Oh, sí, pero si a usted no le gusta la quito. Me gusta estar al día de lo que pasa en mi país. -Asiente. -¿Qué suele escuchar usted en la radio? -

-No suelo escuchar la radio...Tengo el móvil conectado a un reproductor online de música. Suelo ponerme clásica...aunque conduciendo no escucho nada. -Le cuento, mirándolo de reojo.

-Entiendo. -Se ríe. -A mi no se me da bien todo eso de la tecnología...Lo cual es extraño, ¿verdad? Por mi empresa y eso...pero yo solo manejo el dinero, los chicos de I+D son los que suelen dirigirlo todo. Por eso me uní a su equipo, Señor Wayne, para aconsejarle en temas monetarios. -Me sonríe.

-Por ahora lo ha hecho bien, sí...Cada día tenemos unos pocos beneficios más. -Apoyo la cabeza en el cabecero del asiento del copiloto.

-Muchas gracias, Señor Wayne. Aunque solo hago mi trabajo, y déjeme decirle que me parece fenomenal que invierta tal cantidad de dinero en asociaciones y organizaciones humanitarias. Lo digo por experiencia porque a la larga esas cosas… -Empieza con otro discurso de los suyos.

Pongo los ojos en blanco y suspiro, intentando poner la mente en blanco para dejar de oírlo.


Abro la puerta de casa y la cierro, dejando el maletín en la puerta. La comida se ha alargado demasiado, tanto, que Ethan quería llevarme a merendar. ¿Es que no se da cuenta de lo pedante y pesado que es?

Miro a los lados y alzo una ceja. No parece haber nadie…

-¿Jack? ¿Alfred? -Alzo la voz.

Jack asoma la cabeza desde el jardín, sonriéndome.

-¡Hola! Estamos aquí en el jardín. -Asiente.

Voy para allá y salgo.

-¿Habéis hecho barbacoa? -Suspiro, viendo como Alfred limpia la parrilla.

-Sí, haber venido a comer. -Jack me saca la lengua, sonriendo.

-No se preocupe, Señor, mañana hacemos otra vez si quiere. -Me sonríe Alfred.

-No, no pasa nada… -Le acaricio la mejilla a Jack. -¿Y Damian? ¿Se ha portado bien? -

-Oh, se ha ido a casa de Jon a comer. -Asiente. -Vino a coger ropa de repuesto y se fue...parece que seguía enfadado. -Arruga la cara. -Creía que lo sabías. -

-No, no tenía ni idea...¿Lo ha vuelto a llevar Jon? -Alzo una ceja.

-¿Eh?...No… -Tuerce la boca, extrañado. -Clark lo ha traído y se lo ha vuelto a llevar, junto a eso que necesitaba de la batcueva. -Asiente.

Lo miro fijamente, serio.

-...¿Qué necesitaba Clark de la batcueva? -

Jack abre los ojos sorprendido.

-¿No...no lo sabías? -Pregunta nervioso. -¡Me ha dicho que lo sabías! -

Alfred se acerca, preocupado.

-Señor Wayne, nos ha dicho que usted le había pedido que se llevara de nuevo al Amo Damian y que se llevara algo a la Atalaya. -Asiente.

-...He estado todo el tiempo comiendo con Ethan, Alfred. No he hablado con Clark en todo el día. -Le digo serio, frunciendo el ceño.

Me giro y me dirijo a la cueva deprisa.

-¿Qué ha cogido? -Les pregunto mirándolos de reojo, puesto que me siguen a paso ligero. -¡¿Qué ha cogido?! -Les repito nervioso, puesto que no contestan.

-No lo sabemos, Señor… -Agachan la cabeza cuando llegamos a la cueva.

Me pongo como loco a revisarlo todo, deprisa y cada vez más nervioso.

-¿Qué ha podido coger?...¿Y para qué lo habrá cogido? -Pregunta Jack, tragando saliva.

-No lo sé. Casi todo lo que hay aquí podría ser un arma o convertirse en una. -Asiento, hablando deprisa mientras busco.

Recibo una llamada entonces mediante el ordenador de la batcueva. Lo miro y corro hasta el panel central, aceptando la llamada.

Clark aparece vestido de Superman, está en la Atalaya, sonriendo tranquilo.

-Hola, Bruce. -Me saluda.

-Clark, ¿qué te has llevado? -Le pregunto sin tapujos, frunciendo el ceño fieramente.

-Oh...Tranquilo Bruce, tranquilo...He cogido uno de tus aparatos de análisis, lo necesitaba Cyborg. Estamos intentando descubrir si la caja madre ha sido dañada. -Asiente, alzando las manos y enseñándome el aparato.

-...¿Solo has cogido eso? -Pregunto escéptico.

Se ríe ligeramente, asintiendo de nuevo.

-¿Qué más podría haber cogido?… -Ladea la cabeza. Miro de reojo el lugar donde guardo los distintos tipos de objetos, joyas y artefactos de kryptonita que he ido recopilando, luego lo miro. -No te he avisado porque sabía que estabas trabajando...pero te aviso ahora. ¿Está bien? -Me sonríe.

-...Está bien. -Sentencio, bajando la mirada, procesándolo. -¿Y Damian? -

-Ah...Eh… -Sonríe incómodo. -No quería volver a tu casa. Me ha dicho que se quedaría unos días con Jon en Smallville, esta mañana se han trasladado a la granja de mis padres. Estarán bien Bruce, en plena naturaleza y con los animales. Mi madre los cuidará muy bien. Y yo iré de vez en cuando a comer con ellos junto a Lois. -Me explica, intento tranquilizarme.

-...Bien. -Creo que es lo mejor, a ver si se calman un poco las cosas entre él y Jack.

-Vale. Lo siento por haberte asustado...te he llamado en cuanto he notado que has llegado a casa, de verdad. -Asiente, mirándome.

-Sí sí, no es nada, Clark...Gracias. -Desvío la mirada, todavía dándole vueltas.

-Pues hasta luego, Bruce, y gracias a ti por el aparato. -Sonríe y la transmisión se corta. La pantalla se queda en negro y la cueva en silencio.

Alfred suspira aliviado, saliendo de la cueva.

-Vaya susto… -Se ríe Jack, acercándose a mí, deja de hacerlo cuando me ve la cara. -...¿Bruce? -

-...No me fío. -Comento entornando los ojos.

-¿Qué te he dicho de la confianza, Bruce? -Se cruza de brazos, frunciendo el ceño.

Lo miro de reojo, negando con la cabeza.

-No, no es eso...Clark nunca haría eso… -

-Déjalo ya, Bruce… -Suspira. -Está bien, todo está bien, no pasa nada. -Me sonríe.

Miro alrededor. Mi cabeza quiere decirme que todo está bien también pero...algo no me huele bien. Nada bien.

Jack apoya las manos en mis hombros, empujándome a la salida.

-Venga, ponte el bañador y date un baño, te vendrá bien refrescarte un poco. -

-...Supongo. -Digo no muy convencido, mirando de reojo hacia la cueva antes de salir. -¿No habéis notado algo raro en los ojos de Clark?… -Les pregunto de pasada, mirándolos.

-Que no...Todo estaba normal. -Insiste Jack, suspirando.


Miro a Jack dormido a mi lado. Frunzo el ceño y miro por la ventana, pensativo. Todavía le doy vueltas a lo de Clark...tal vez Jack tiene razón, tal vez debería confiar en los demás.

No.

Soy Batman. Batman no confía en nadie...por eso siempre gana.

Me bajo de la cama y salgo de la habitación a paso ligero. Bajo las escaleras y cruzo la casa hasta la cueva. Me equipo con la armadura y la capucha y miro el teletransportador a la Atalaya.

Si solo me ha cogido ese aparato...no pasará nada porque eche un vistazo.

Decidido, lo cruzo y llego a la Atalaya. Salgo y miro a los lados, no parece haber nadie. Aunque no me extraña a estas horas de la noche...Recorro la sala, buscando no sé muy bien qué. Sin tener éxito, me dirijo hacia la sala de los laboratorios, de estar, estará allí, supongo.

Apoyo mi mano en el panel, dejando que lea mis huellas y me escanee la retina.

"Bienvenido, Batman", me dice una voz amable y robótica, abriéndome la puerta.

Paso y miro alrededor. Recorro las mesas, analizándolo todo y buscando en cada rincón.

De pronto, me agarran del brazo y me lanzan contra la pared del otro lado, desestabilizándome ligeramente. Mi cabeza da vueltas y tengo una nueva contusión en la espalda. Me agarran del cuello, alzándome y obligándome a agarrarme a la mano que me retiene, para intentar zafarme.

Superman me mira fijamente, sonriendo. Sus ojos azules ahora tienen tonos rojos y rosados, haciéndolo parecer...drogado. En éxtasis. Trago saliva, intentando respirar y bajo los ojos hasta su mano. En ella, el terrible anillo de kryptonita roja brilla con intensidad.

-Lo sabía… -Le dijo entre cortadamente. Me estoy quedando sin aire.

-...Claro que lo sabías… -Se ríe entre dientes. -Igual que yo sabía que ibas a venir directo a la boca del lobo… -Me susurra cerca de mi cara, sonriéndome.

Lo miro fijamente, frunciendo el ceño e intentando zafarme, dando patadas al aire.

-Oh Bruce, todo esfuerzo es inútil… -Niega con la cabeza, mirando mis piernas y parando mis patadas. -Has caído en mi trampa...y no vas a salir de ella. -Se vuelve a reír, mirándome fijamente. -Eres mío...y harás lo que yo te diga. -

Gruño entre dientes, sin parar de mirarlo. Tengo que hacer algo y rápido...o de verdad no saldré de aquí.


Notas de autora: ¡Hola! Por fin he podido subir este capítulo del que tantas ganas tenía.

¡Nuestra bolita de odio se ha unido al plantel! Estaba deseando meter a Damian, pero sin perjudicar su trama en Teen Titans. He cogido muchas referencias de su personaje, aunque creo que la más cómica y reseñable es la de la película Hush, cuando le pregunta a Bruce si está teniendo protección con Selina. Me encantó esa escena, y la quería meter también aquí.

Poco a poco se empieza a ver la trama, y ahora que hay más personajes, como digo, la historia se expenderá a ellos, narrando diferentes puntos de vista. Creo que lo hará mucho más interesante.

Y poco más...gracias por llegar hasta aquí, como siempre. ¡Nos leemos!

PZ.