Notas de Autora: ¡Hey! Antes de que podáis leer este capítulo, quería avisar de algo muy importante. La razón por la que casi no actualizo (por no decir que ya no actualizo nada) por Fanfiction es porque me he cambiado de dominio web. Ahora subo mis historias a AO3. De hecho, allí tenéis muchos más capítulos de este fic (De vacaciones en la Batcueva) y de otros fics, así como muchos más Oneshots de DC y otras series o shows.

Podéis encontrarme bajo el nombre de Aisharu.

O también siguiendo este link: /users/Aisharu/works

Ao3 ofrece muchas más posibilidades, y me encuentro más cómoda subiendo mi trabajo allí. Además de que la comunidad está más viva en general.

He subido este nuevo capítulo para avisar a un guest que me acaba de poner un review: Travelyan. Espero por favor que veas este nuevo capítulo y sepas así que ahora subo mi trabajo a Ao3. Puesto que colgaste esta review como un guest, Fanfiction no me deja responderte de ninguna manera, así que lo único que se me ha ocurrido es actualizar el fic y subir otro capítulo que espero que veas. Muchas gracias por tu review y por tus bonitas palabras. Me alegra muchísimo que te haya gustado tanto mi trabajo. Tanto para Travelyan como para el resto de gente que quiera más capítulos de este fic, quiero que sepáis que hay más capítulos (muchos más de hecho), y los siguientes están subidos a Ao3 como ya he dicho. Una de las razones por las que me mudé de Fanfiction fue precisamente esta: la imposibilidad de responder a gente por el simple hecho de que escribieran su review como guest.

Espero que veáis este mensaje si acaso seguís todavía por aquí y os paséis por Ao3, pues sigo actualizando, pero por allí ahora.


-Pueden moverse por la cabina, Señor. -Nos avisa Alfred, mirando de reojo hacia atrás.

-De acuerdo, gracias Alfred. -Le sonrío y miro a Jack, suspirando tranquilo.

Este mira las nubes, sonriendo. Tiene puesta una camisa de lino de manga corta, y unos pantalones cortos. La camisa está ligeramente desabrochada, así que deja ver un poco de piel. El lino le sienta muy bien sobre su piel ligeramente bronceada. Me mira y sonríe divertido.

-¿Qué pasa? -

-Nada...¿Acaso no puedo mirarte? -Alzo una ceja sonriendo.

-Mírame todo lo que quieras. -Asiente despacio, acomodándose en el sillón frente a mí. -...¿Al final a quién le has dejado Gotham? -

-...Es complicado. -Digo despacio, torciendo la boca. -Digamos que Gotham se ha quedado en muchas manos. Tal vez demasiadas. -

-Estoy seguro de que si no estuviera segura, no habría podido sacarte de allí. -Se ríe Jack.

-...Ya, eso es cierto. Segura está. Creo que será la ciudad más segura del mundo en esta semana. Clark y Jason empezaron a pedírmelo primero, y luego cuando fui a hablar con Damian; estaba trazando estrategias de vigilancia con Jon. Hasta ahí sería razonable, pero es que luego Tim y Dick me empezaron a enviar mensajes por si quería que se quedaran ellos vigilando...Y después Diana también se ofreció. -Pongo los ojos en blanco.

-Para que luego digas que estás solo… -Sonríe, apoyando la cabeza en el sillón. -Bueno, piensa que mientras que estén centrados en Gotham, a nosotros nos dejarán en paz. -Se encoge de hombros.

-Sí, tienes razón… -Me cruzo de piernas, poniendo una sobre la otra y miro por la ventana.

-Ah, casi se me olvida. -Sonríe y se levanta, yendo a la parte de atrás del jet, donde hay una pequeña sala con cama, baño, minibar y armario con cajones, todo distribuido en módulos prácticos.

Alzo una ceja curioso y ladeo la cabeza, asomándome a la sala. Hay una cortina delante, así que no puedo ver nada. ¿A dónde habrá ido?...¿O a por qué? Miro el reloj de mi muñeca, que marca las diez de la mañana en punto. Vamos a tardar unas horas en llegar, aunque muchas menos que si fuéramos en un avión normal, claro.

Jack sale de la parte de atrás con una caja de tamaño medio, está envuelta en un papel de regalo negro brillante, con un lazo azul. Sonríe y se sienta frente a mí, poniendo el regalo en la mesa adosada a la pared del jet, que separa los sillones donde estamos sentados.

-¿Y esto? -Alzo las cejas impresionado.

-Un regalo...Para celebrar nuestras primeras vacaciones, para agradecerte todo lo que has hecho por mí y haces cada día...y porque te quiero. -Se encoge de hombros, ligeramente sonrojado.

-...Vaya...No hacía falta, Jack… -Me sonrojo y arrugo la cara, inclinándome hacia delante para mirar la caja.

-Sí hacía falta, Bruce. -Se ríe suavemente. -Ábrelo, venga… -

Tiro del lazo despacio y, ante la atenta mirada de Jack, quito la tapa de la caja. Dentro, con terciopelo rojo en el fondo, para protegerla, y cubriéndola, hay una cámara de fotos. Alzo las cejas impresionado y la cojo, observándola. Es de última generación, creo que es de Lex Corp. He oído hablar de estas. Son resistentes a los golpes, al agua y al polvo. Al hacer una foto, esta se guarda en la nube, y está conectada a su vez con el resto de tus dispositivos. Gracias a esto, tiene una capacidad ilimitada. Además, las propiedades técnicas también están bastante bien; buena resolución, calidad, luz y color impecables y fiables, fotos nocturnas y creo que has debajo del agua. En definitiva, no es una cámara asequible para todo el mundo. Cuesta casi tanto como el reloj de pulsera que le regalé a él.

-Jack...esto es muy caro. -Lo miro, como si no fuera obvio.

-Lo sé, Bruce, la he comprado yo… -Se ríe por mis palabras. -Quería que quedara constancia de nuestro viaje, para crear recuerdos felices...Así que Lex me habló de estas cámaras que casi acababan de sacar, y me pareció buena idea. Al menos saqué algo bueno después de que el tío se pasara soltándome el tostón de lo buenas que eran durante una hora y media. -Pone los ojos en blanco. -Espero que de verdad sean tan buenas. -

Me río despacio, mirando la cámara.

-Lo son, actualmente son las mejores del mercado. Has hecho una buena compra, me gusta mucho Jack, gracias. -Le sonrío.

Él se sonroja un poco y sonríe, agachando la mirada.

-De nada, Bruce...Para cuando tú me regalas cosas a mí. -Se levanta y viene hasta mí. Apoyo la espalda en el asiento y él se sienta en mis piernas, abrazándome del cuello. -Pruébala...A ver qué tal va. -Me dice apoyando su cabeza en mi.

-A eso voy… -Le digo, encendiéndola y configurándola.

Jack bosteza y se acomoda encima mío.

-Duérmete un poco si quieres, aún queda mucho para llegar, y hemos madrugado. -Lo miro de reojo.

-Estoy bien, estoy bien… -Asiente despacio.

-De acuerdo. -Sonrío mientras sigo deslizando mi dedo por el panel táctil de la cámara, es un buen punto, mucho más intuitivo y fácil que los botones. Además de que queda más limpio a nivel de diseño.

Cuando me quiero dar cuenta, Jack está dormido, apenas se le oye roncar en mis brazos. Pongo los ojos en blanco sonriendo, es como un niño grande.


-...¿Y ahora qué? -Preguntó Jon de pie a su lado, de brazos cruzados.

Damian suspiró entornando los ojos, sentado en la silla del batordenador en la batcueva, se giró hacia él con pose altanera.

-Ahora esperamos a que suceda algún crimen. Tenemos que estar alerta. -Se volvió a girar para mirar las distintas cámaras de la ciudad en una pestaña y las cámaras de Arkham en otra.

Todo parecía estar tranquilo.

Jon miró de reojo a Damian, resoplando aburrido. Dejó los brazos colgando a cada lado de su cuerpo y empezó a andar pesadamente por la cueva. De repente, paró en seco, mirando con ojos brillantes a su próxima presa. Su sonrisa se ensanchó hasta que ya no pudo sonreír más y corrió hacia allí. Puso las manos en el coche, en el batmóvil, palpándolo y notando el metal frío bajo sus dedos. Parpadeó varias veces, pasando su mano por un lado del coche, intentando encontrar la manilla para abrirlo y montarse. Pero esta no aparecía por ningún sitio. ¿Cómo se abría ese coche tanque?

-Las manos quietas. -Le dijo Damian detrás de él.

Se encogió levemente, mirando de reojo a Robin.

-...¿Sabes cómo se abre? -Preguntó sonriendo, el hijo de Batman tendría que saberlo.

-Claro. Sé cómo se conduce, de hecho. -Sonrió orgulloso, sabiéndose superior.

-...¿Y cómo se abre? -Preguntó de nuevo Jon, inocentemente.

Robin lo contempló, entornando los ojos, suspiró y se echó mano a su cinturón, pulsando un botón en este. Automáticamente después, el coche emitió un pitido agudo y la capota se guardó, dejando al descubierto los asientos delanteros. Jon abrió la boca y los ojos impresionado.

-Woooow… -Sus ojos se volvieron a iluminar y dio un salto, cayendo en el asiento del piloto. -Nosotros no tenemos estas cosas… -Dijo refiriéndose a la Súper familia.

Damian se bajó de la silla, acercándose al coche.

-Es lo bueno de no tener poderes...Tienes juguetes como estos. -Se cruzó de brazos delante del coche. -Aunque la fortaleza de tu padre también está muy bien. -

-No sé, allí hace mucho frío… -Contestó sin darle importancia el pequeño Kent, mirando los botones, controles y pantallas del interior del coche. Olía a cuero del bueno, podía jurar que a eso mismo olía el dinero. Una gran cantidad de dinero.

-No lo arranques, ¿eh? No quiero que mi padre se entere, porque como lo haga, estoy muerto. -Avisó Damian.

-No creo que Batman te mate, Damian… -Sonrió divertido. -Uy...¿y este botón? -

Era grande, era rojo...era tentador.

Era el botón que Jon tenía que pulsar sí o sí. Damian arrugó la cara, rodeando el coche y asomándose. Alzó las cejas y abrió los ojos desorbitadamente, impulsándose hacia delante para frenar a Jon.

-¡No, Jon, no, eso es…! -Gritó desesperado Robin.

Pero ya fue demasiado tarde.

El cañón de sesenta milímetros salió disparado hacia la pared de la cueva, haciendo un gran agujero en la roca y un estruendo horroroso. Las paredes de la cueva temblaron ligeramente y el ruido sonoro hizo eco por las concavidades de esta. Jon se puso blanco y deformó la cara, aterrado. Le faltó tiempo para salir volando, literalmente del coche, no sin antes agarrar a Damian e ir hasta la otra punta de la cueva, escondiéndose.

-¡¿Tú eres tonto?! ¡¿Por qué has hecho eso?! ¡Ahora padre me va a…! -Robin empezó a maldecir, pero Jon le tapó la boca, arrugando la cara. Por su frente no paraban de bajar gotas de sudor. Damian intentó zafarse de la mano de él, pero dejó de hacerlo cuando oyó pasos entrar corriendo a la cueva.

Se asomaron para ver cómo un asustado y en alerta Superman entraba, observando el gran agujero en la pared que antes no estaba. Frunció el ceño y miró hacia los lados, buscando a los responsables o a posibles intrusos. Jon se escondió más detrás de un tubo expositor, pegándose todo lo que pudo a la pared y Damian se asomó ligeramente para ver a Clark.

Suspiró y puso los ojos en blanco todavía con la mano de Jon en la boca. ¿En serio era tan idiota? Su padre tenía súper oído...No tardaría en oír sus latidos, sobre todo los de Jon, que hasta él mismo era capaz de oírlos ahora por su gran ritmo y potencia. Estaba más que asustado, estaba aterrado. Y no sabía por qué, dudaba de que Clark diera tanto miedo como su padre, el gran Batman. Hasta dudaba de que alguna vez lo hubieran castigado. Tal vez su madre, Lane, sí, ¿pero Clark? ¿El afable y amistoso Clark? No.

Tal y como Damian pensaba, Superman se tapó la cara, mentalizándose así mismo de lo que le diría a Bruce cuando descubriera esto. Era culpa suya...Al fin y al cabo, los chicos estaban a su cargo. Y, sinceramente, sin querer culpabilizar a nadie; y menos a su propio hijo, sabía que Damian no haría eso. Porque era consciente de lo estricto y cuadriculado que era el chico, igual que su padre al fin y al cabo.

Caminó despacio hacia donde los chicos se escondían hasta que quedó frente a ellos de pie. Los miró, arrugando la cara y desvío la mirada, pensando en qué decir.

-...Hace tres horas y treinta y cuatro minutos que se ha ido Batman, chicos… -Dijo poniendo los brazos en jarras y mirándolos. -¿Quién ha sido?...Venga, no me enfadaré. -

Jon miró a su padre con miedo, no porque le tuviera miedo a él, sino porque le tenía miedo a Batman. Le tenía miedo porque acababa de agujerear la casa del gran murciélago. Damian seguro que estaría igual que él si hubiera hecho un agujero así de grande en la fortaleza de su padre...Arrugó la cara, Damian nunca haría eso. No descuidadamente como él, al menos. Damian lo haría con una razón plausible de por medio. Pero claro, él era Jon, no Damian.

-Papá yo… -Tragó saliva y se levantó, alejándose de Damian.

-He sido yo. -Dijo deprisa Damian, levantándose y poniéndose delante de él, cruzándose de brazos.

No tenía miedo. Ni a su padre, ni a Superman, ni a nadie. Él era un Al Ghul, no le tenía miedo a nada, no podía tenerle miedo a nada. Lo hacía por eso. Por eso salía a defender a Jon. Tal vez...lo hacía también porque...era su amigo, y quería protegerlo. Lo veía tan miedoso, temblando ligeramente y con la cabeza gacha, que sintió pena por él y lo defendió.

Pero mayoritariamente, lo hizo porque no tenía miedo y le daban igual las consecuencias. Sí, por eso fue. Asintió, autoconvenciéndose a sí mismo. O intentándolo, al menos.

Jon por su parte, lo miró impresionado desde atrás. Arrugó la boca y achicó los ojos, con ganas de llorar. Cuánto admiraba a Damian...Por estas cosas era su mejor amigo. Era valiente, inteligente, defendía a sus amigos por encima de todo. Deseaba ser como él algún día. Deseaba ser igual que su padre para poder luchar junto a Damian, del que estaba seguro, algún día sería Batman. Deseaba estar a la altura…Deseaba no defraudar a nadie.

-Damian… -Lo llamó, con la voz rota, casi en un susurró.

-No. -Lo miró fijamente, callándolo, y luego miró a Clark. -He sido yo. Yo he disparado el batmóvil. -Asintió decidido.

Clark alzó las cejas sorprendido. Miró a los chicos en silencio. Su hijo detrás de Damian, queriendo decir tantas cosas pero sin poder, acongojado por las consecuencias que sabía que le vendrían encima, mirando a Damian casi con devoción en los ojos, agradeciéndole solo con la mirada. Y por otro lado, Robin, con ojos afilados y seguros. Protegiendo a Jon a pesar de las consecuencias, que parecía que poco le importaban, pero sabía; por lo que le había contado Bruce, que no era así. Casi estaba poniendo un brazo por delante de Jon, para defenderlo.

Sonrió suavemente, suspirando.

-Haremos esto...Intentaremos arreglar la cueva para antes de que Batman vuelva y...será nuestro pequeño secreto. -

Sí, los perdonó. Sabía con toda su alma que había sido Jon, pero después del acto de valentía de Damian; que sabía que su hijo imitaría en un futuro, no los pudo castigar. Tal vez Bruce tenía razón cuando le decía que como padre era un blando...¿pero qué iba a hacer? Así lo educaron sus padres, y así educaría a Jon.

-No lo intentaremos...La arreglaremos. -Respondió Damian, hablando como si fuera la viva imagen de su padre. Movió la mano hacia un lado, rodeando a Superman y andando hacia el centro de la cueva y el ordenador. -Necesitaremos materiales; granito, roca, feldespato, obsidiana...Iremos a buscarlos, Jon. -Empezó a decir, frunciendo el ceño.

-Oh… -Dijo este último, corriendo detrás de Damian. -Sí, sí… -Asintió deprisa, siguiéndolo.

Clark negó con la cabeza, mirándolos. Su pobre hijo estaba condenado a seguir a Damian como un perrito faldero..."Igual que yo hago con Bruce", pensó para sí el kryptoniano.

Se cruzó de brazos mientras seguía a Damian también, tendría que ayudarlos si querían terminar de arreglar la cueva para antes de que volviera Batman.

"¿Dónde estará ahora mismo la persona a la que sigue este perrito?...", se preguntó Clark, desviando la mirada.


Sonrío mientras le acaricio la cabeza a Jack. Lo cogí en brazos y lo pasé a la sala de atrás para que durmiera en la cama. Lleva casi una hora durmiendo, tumbado a mi lado y medio encogido. Mientras, yo saqué uno de los libros de lectura que me traje para el viaje. He estado leyendo...y he estrenado la cámara. Le he hecho varias fotos mientras dormía. Mirando los fotos, me he acordado de la que le hice hace ya tanto tiempo cuando todavía era el Joker. Ese día que lo saqué para que parara a Harley y luego se quedó durmiendo sobre mí en el bat móvil. Sonrío más al acordarme, enredo mis dedos en su pelo suave y liso. Me gusta más este pelo corto que tiene ahora que el que tenía antes...Aunque ahora me gusta todo mucho más que antes. Me gusta su pelo, su piel, sus ojos, su boca...Me gusta él. Apoyo la cabeza en la pared del avión, observándolo dormir. Siempre que duerme tiene una expresión de paz. Casi sonríe, alzando las comisuras de los labios.

Yo también debería dormir, pero me es imposible en los aviones. A no ser que esté muy cansado, y como estoy acostumbrado a madrugar...Lo miro y tuerzo la boca. Seguramente, cuando volvamos, su empresa ya tendrá casi terminada su sede. Nos veremos mucho menos. Así que tengo que aprovechar todo lo que pueda esta semana. Desvío la mirada. No quiero dejarlo ir...quiero tenerlo solo para mí. No es sano, eso lo sé. Tengo que dejar que haga su propia vida, que se desarrolle independientemente de mí. Se lo merece por ser libre por fin al fin y al cabo. Pero me va a costar tanto dejarlo ir…

Se revuelve un poco bajo mi mano. Lo miro y veo cómo aprieta los ojos y los abre lentamente, entornándolos. Alza los ojos hasta mí. Sonrío al ver su cara de sueño, sus ojos verdes brillan, cansados y dormidos todavía.

-Buenos días… -Le digo suavemente.

-Mh… -Gruñe en voz baja, suspirando. Agarra mi brazo y lo levanta. Avanza hasta apoyar la cabeza en mi pierna y baja el brazo, poniéndoselo encima suyo. Sonríe y restriega la mejilla contra mi pierna y muslo. -Eres una buena almohada… -

-...¿Gracias? -Alzo una ceja, ligeramente sonrojado.

-De nada. -Contesta con descaro. -...¿Qué hacías antes de que despertara? -

-Nada en especial, pensar. -Me encojo de hombros. -Y antes de eso, leía. -

-...¿Y en qué pensabas? Parecías triste. -Se gira, hasta quedar boca arriba para mirarme. -¿Echas de menos Gotham?… -

-¿Eh?...No, no es eso. -Frunzo el ceño, poniendo los ojos en blanco.

-¿Entonces? -

-...Pensaba en que cuando volvamos, tal vez tu edificio esté terminado. -Le digo suspirando, mirándolo a los ojos.

-...Sí, tal vez. O tal vez no. Tranquilo, Bruce, tu edificio va a seguir siendo el más alto...Aunque no el más bonito. -Puntualiza sonriendo.

-Tampoco es por eso, burro… -Medio gruño, resoplando.

Él se ríe divertido, me agarra la mano, jugando con ella.

-Ya...sé por qué es. -Baja los ojos hasta sus manos y la mía. -Pero todo seguirá igual, Bruce. Solo que yo no estaré aburrido en casa y dándole la tabarra a Alfred… -

-A Alfred no le molestas. -Digo deprisa, torciendo la boca.

-Es una forma de hablar...No lo molesto, pero tampoco puedo estar toda la vida dependiendo de ti económicamente hablando. No voy a ser una carga. Entre otras cosas, porque mi familia me dejó una empresa que tengo que sacar adelante, igual que hizo la tuya contigo. -Me mira fijamente. -Solo quiero hacer algo productivo por una vez en mi vida… -Alza una mano, acariciándome la mejilla. -Pero eso no significa que te vaya a dar de lado...Seguiremos viviendo en la mansión Wayne, ¿no? -Me sonríe.

-Sí...lo sé. -Ladeo la cabeza para apoyarla en su mano. -Pero...no va a ser fácil. -

-No, pero por eso estamos juntos en esto, para apoyarnos el uno al otro. -Me sonríe más. -No pienses en eso ahora, queda una semana para eso. Y ni siquiera, porque tal vez cuando lleguemos todavía no está lista. ¿Acaso sabes por qué fase va el proyecto? -Alza una ceja. -...Espero por tu bien que no lo sepas. -Achica los ojos.

-...No, no lo sé. -En realidad, intenté averiguarlo, pero no pude. Aunque eso quedará en mi mente.

-Pues ya está. Relájate y...piensa en qué vamos a hacer cuando lleguemos a la isla. -Sonríe.

-Pensaré en qué bañador me pondré primero… -Le digo sonriendo también.

-También puedes no ponerte bañador… -Me sugiere, sentándose en la cama y besándome, riéndose entre dientes después. -No creo que nadie te diga nada. Yo no me voy a oponer… -Alza las manos.

Me sonrojo y desvío la mirada, negando con la cabeza.

-Ni loco… -

-Bueno bueno, ya veremos… -Se vuelve a reír, besándome de nuevo.


Damian tecleaba en silencio en el bat ordenador, buscando lugares y minas adecuados para extraer el material que necesitaban. A su lado, Jon apuntaba las indicaciones y coordenadas que deberían de seguir. Superman se había ido a trabajar hacía ya media hora, dejándolos solos con a promesa de que no tocaran nada que explotara o fuera potencialmente peligroso. En la bat cueva había pocas cosas que no fueran así.

-...Oye, Damian… -Dijo tímido Jon, mirándolo de reojo.

Este lo imitó, apenas dirigiéndole una mirada, sin parar de buscar.

-...Quería darte las gracias por lo de antes...Has sido muy valiente. -Sonrió Jon, agradecido con Damian.

-Ah, eso. -Aumentó la imagen satélite, divisando una mina a cielo abierto abandonada. -...Bueno, ya me lo recompensarás. -Sonrió.

-¿Eh? -Jon arrugó la cara, sin llegar a entenderlo.

-Sí, claro. -Se giró en la silla, mirándolo. -Me he jugado el cuello por ti, Jon. Ya me devolverás el favor con algo. -Asintió. -¿O qué pensabas, que iba a cargar con toda la culpa de gratis? -Alzó una ceja, serio.

-Pues… -Jon desvió la mirada, arrugando la nariz por la actitud de Damian. Aunque se lo debía. -¿Y qué tengo que hacer? -

-Ya lo te lo diré, ahora mismo no se me ocurre nada. Pero cuando te necesite, me ayudarás. -No fue una pregunta, fue una afirmación. Damian no solía pedir o preguntar las cosas primero, las exigía.

-...De acuerdo. -Jon, por su parte, solía aceptar las cosas, sobre todo si se las exigía Damian. Es decir, era más mayor...Y lo que decía solía tener sentido, solía.

-Vamos, tengo la localización de la mina adecuada. Lo terminaremos antes de que tu padre empiece a ayudarnos. -Sonrió, levantándose de un salto de la silla.

-Bien. -Jon sonrió, cogiendo el papel para mirar donde tenían que ir. Dio un salto, listo para elevar el vuelo.

-¡Eh, espera! -Le gritó Damian frunciendo el ceño. Jon paró en seco, levitando en el aire y mirándolo, a la espera. Damian carraspeó y desvió la mirada. -¿Y bien? Venga… -

Jon lo miró pensativo, con una gota de sudor cayendo por su frente. ¿Ahora qué pasaba? Damian lo miró molesto, con una vena hinchada en la frente.

-No puedo volar, idiota...Baja para que...pueda subirme a tu espalda. -Se cruzó de brazos, orgulloso y ligeramente sonrojado.

-Ah. -Jon sonrió, percatándose por fin de lo que el pequeño de los Wayne quería. Bajó su vuelo hasta que Damian se subió a su espalda, como si fuera un caballo. -¿Listos?...Pues… -

-No lo digas. -Le dijo severamente Damian, agarrándose a sus hombros para no caerse y haciendo fuerza con las piernas para agarrarse más.

-...¡Súper hijos en una súper aventura de nuevo! -Gritó mientras salía disparado de la cueva, ignorando a Robin, que puso los ojos en blanco y clavó las uñas en sus hombros, ligeramente asustado por la velocidad.

Damian tenía que admitirlo, su padre tenía razón. En el tiempo que había pasado fuera de casa, sin ver a Jon, este había crecido increíblemente, y se había vuelto mucho más poderoso. Estaba seguro de que sus poderes serían cada vez mayores, seguramente iguales que los de su padre. Jon le había contado que había estado entrenando, un "entrenamiento" de los de Jon. Correr, disparar a objetivos y dianas por diversión, hacer un poco de ejercicio. Estaba claro que había sido algo tonto y sin importancia, pero sinceramente, había mejorado un montón. Ya era más rápido, más fuerte y...bueno, él seguía siendo más inteligente. Se felicitó por esto último, sonriéndose así mismo.

-Eh, Damian, ¡dime indicaciones que no sé por donde ir! -Le gritó Jon, sacándolo de sus pensamientos.

-...¿No sabes dónde está el norte, el sur, el este y el oeste? -Cuestionó Damian, alzando una ceja. Él lo aprendió cuando tenía tres años...Thalía le organizó una yincana horrorosa que le costó meses superar, la meta fue volver a casa. Lo recordaba con cierto recelo y orgullo.

-...No, no lo sé. -Admitió Jon, arrugando la cara. -Siempre que vamos de acampada papá y yo, llevamos una brújula. -

Puso los ojos en blanco ante la afirmación y ladeó la cabeza para mirar el papel que Jon tenía entre las manos.

-Gira a la derecha. Deberíamos llegar en unos minutos a esta velocidad. -Le indicó.

Jon así lo hizo, provocando que Damian le rodeara el cuello y abriera los ojos en demasía, por el giro repentino a toda velocidad. Daba gracias a que no hubiera desayunado mucho.

-Oh, ¡y puedo ir más deprisa! -Le aseguró Jon, sonriendo.

-¡Ni se te ocurra! -Le gritó de vuelta, entre dientes.

-Vale vale… -Jon arrugó la cara. -He mejorado un montón, ¿eh? He estado haciendo carreras con Flash y papá, casi los gano una vez...Casi. -Recordó torciendo la boca.

-Me lo creo… -Aseguró Damian, desviando la mirada.

La verdad es que montar en kryptoniano tenía sus pros. Las vistas eran increíbles; las nubes pasando cerca de ellos, ver los árboles y ciudades con sus habitantes debajo, casi como hormiguitas, el aire y la brisa chocando contra sus cuerpos. Volar tenía que molar un montón. Claro que había volado, había conducido naves pequeñas y parecido, pero volar por uno mismo tendría que estar muy bien. Por estas cosas envidiaba a Jon. De mayor sería, casi literalmente, inmortal. Como lo era su padre. Sonrió, pensativo, el único capaz de derrotarlo era Batman. Pero dejó de hacerlo al instante, bajando los ojos y mirando a Jon, su nuca y parte de atrás de la cabeza para ser más exactos.

¿Eso significa que, cuando crecieran, iba a tener que hacer frente a Jon? Batman ha tenido que pelear con Superman, y en varias ocasiones...¿Iba a ser capaz él mismo de...pelear contra Jon? ¿Sería capaz de hacerle frente con tal de proteger su mundo y a la sociedad? Entornó los ojos, preocupado con la idea. No podía hacerle daño a Jon, era su amigo. Sabía que su padre tampoco quería hacerle daño a Clark pero a veces tenía, y tiene, que hacerlo. Él no sería capaz de hacer lo mismo...Ni aunque se lo propusiera. Sería imposible para él. ¿Lo sería para Jon? Suponía que sí, no estaba seguro, pero algo le decía que el sentimiento era recíproco.

-...Estás muy callado, Damian, ¿estás bien? ¿Quieres que paremos a descansar? -Le preguntó suavemente, ladeando la cabeza para mirarlo de reojo.

Robin salió de su trance, negando rápido con la cabeza y enderezándose levemente.

-¿Por qué? ¿Acaso estás cansado? -Preguntó con autosuficiencia.

-No… -Se rió divertido. -Como no decías nada, pensaba que te habías mareado. Papá me dijo que tuviera cuidado con los demás, porque no están acostumbrados a mi velocidad y fuerza...Me dijo que le costó un tiempo adaptarse a tu papá. -Asintió, reduciendo un poco el ritmo.

-...Estoy bien, deja de decir tonterías y céntrate, que no quiero que nos choquemos con nada. -Giró la cabeza molesto, haciendo un mohín.

-Pues deja de rodearme el cuello así, que me vas a ahogar… -Comentó entre dientes Jon, riéndose.

A Jon le encantaba ese acercamiento con Damian. En realidad no le molestaba lo del cuello, pero le parecía muy divertido que alguien como Damian; tan recto, independiente y orgulloso, estuviera ahora mismo en esa situación, agarrándose todo lo fuerte que podía a él. Era casi irónico.

Y como si ahora su tacto quemara, Damian dejó de rodearle el cuello, cruzándose de brazos y gruñendo. Con lo que ninguno contaba, aunque era casi obvio, era que Damian había dejado de tener ese nivel de sujeción a su medio de transporte. Y el medio de transporte perdió su carga.

Damian desorbitó los ojos cuando se vio solo en el aire, dejando de estar sentado en la espalda de Jon, totalmente en volandas. Emitió un chillido que le desgarró ligeramente la garganta y empezó a caerse boca abajo, moviendo los brazos deprisa para intentar frenar la caída. Todo ocurrió muy deprisa. Jon dio un brinco en el aire y se giró. Agachó la cabeza para ver a Damian caer y caer, cada vez más cerca del suelo. Abrió los ojos como platos y salió impulsado hacia su amigo, todo lo rápido que podía. Juraría que estaba atravesando la barrera del espacio tiempo, viajando más deprisa que la luz, como Flash. Si hubiera tenido más tiempo, se hubiera parado a elogiarse así mismo. Pero no lo tenía.

Damian empezaba a ver el suelo demasiado cerca, cerró los ojos, temblando y temiéndose lo peor. Su vida pasó por delante de sus ojos muy deprisa, tanto que se deprimió por la corta vida que había tenido. Y se deprimió más al saber cuál iba a ser su muerte, después de tantos momentos épicos en los que podía haber muerto. Iba a morir por haberse separado del hijo de Superman, por orgullo. Se replanteó muchas cosas; pero entre ellas, que tenía que dejar de ser tan altanero si no quería morir.

Su caída se frenó de pronto y Damian juró que la gravedad volvía a instaurarse para sí mismo. Se sintió en unos brazos fuertes, que lo rodeaban y lo sujetaban firmemente. Respiraba deprisa, muy deprisa, y el corazón se le iba a salir por la boca. Abrió los ojos despacio y miró al que lo sujetaba. Jon, con una sonrisa nerviosa y preocupada, lo miraba con sudor en su frente, suspiró con todas sus fuerzas y volvió a respirar, soltando el aliento que había contenido. Entonces, sintió como Damian temblaba en sus brazos, sin parar de mirarlo fijamente con ojos afilados y asesinos.

-...Lo siento… -Dijo entonces el hijo de Superman, con la voz más aguda de lo normal.

-...Yo te mato, Kent… -Contestó entre dientes, agachando la cabeza e intentando retomar la respiración normal.

-Lo siento, Damian, lo siento…No sabía que te ibas a soltar...Todo ha pasado tan deprisa. -Se intentó convencer, arrugando la cara.

Damian tampoco lo podía culpar, sabía que él también había tenido algo de culpa. Así que lo dejó pasar.

-...Vamos a esa estúpida mina ya. ¡Y ahora no me sueltes! -Le recordó a gritos antes de seguir.

-No, no...No te volveré a soltar, descuida. -Medio sonrió y retomó el vuelo.

Damian se pegó a él, ya sin importarle lo que él dijera. Con no morir, le bastaba.


Una vez que tuvieron todos los materiales que necesitaban, los cuales Damian guardó en una de las pequeñas bat alas que hizo ir a donde se encontraban, la mandó de vuelta a la cueva.

-Con esto, debería bastar. -Asintió, mirando el lugar. -Es raro… -

-¿El qué? -Preguntó Jon, con los brazos en jarras y andando por el terreno.

-Esto...Todo esto. Esta mina a cielo abierto. Hay muchos materiales útiles y, en cierto modo, preciados. -Ladeó la cabeza. Algo le decía que esto no estaba bien, algo no iba bien.

-Bueno...yo no veo mucho de valor… -Jon arrugó la cara. Solo veía escombros, carbón, piedras enormes amontonadas, lo que creía que era mármol...No había diamantes ni oro.

-Piénsalo. ¿Por qué iba a estar esto abandonado? -Se preguntó en voz alta, alzando una ceja.

-No sé...¿qué más da? Tenemos lo que necesitábamos. Vámonos. Se acerca la hora de comer, y como no aparezca por casa, me regañarán. -Asintió Jon, mirando a su amigo.

-Ya...tal vez tienes razón. -Achicó los ojos, dando un último vistazo. Luego se encogió de hombros, acercándose a su amigo. -Vámonos sí, tengo hambre. -

Jon se tumbó boca abajo mientras levitaba y Damian volvió a subirse encima, luego se agarró. Nunca volvería a cometer el mismo error, ni loco.

-Creo que mamá iba a hacer burritos. -Le hizo saber sonriendo.

-Que bien… -Contestó el otro, mientras elevaban el vuelo y se iban del lugar.

Unos metros más atrás de donde habían recogido el material, alejado de ellos pero a la vista para posibles intrusos, un cartel medio tapado con una lona delimitaba el lugar. En él se podía leer claramente el logotipo de la empresa a la que pertenecía la mina, y por tanto, los minerales que allí se recogían y recolectaban; "Industrias LexCorp.".

Sin saberlo, acababan de robarle a Lex Luthor.


-Aterrizaremos en media hora, Señor. -Nos hace saber Alfred por megafonía.

-Sí que se me ha hecho largo el viaje… -Resopla Jack, estirándose en la cama, entre mis brazos.

-Qué morro tienes...Si te has pasado casi todo el rato durmiendo. -Entorno los ojos mirándolo.

-Estaba cansado… -Me mira de reojo frunciendo el ceño. -Y todavía lo estoy...creo que cuando lleguemos voy a ir directamente a echarme la siesta. -Asiente, sonriendo.

Suspiro mientras sonrío y sigo acariciándole el abdomen.

-Ya he estrenado la cámara. -Le digo, cogiéndola a mi lado.

-¿Ah sí? ¿Y qué tal? -Alza una ceja, mirando el aparato.

-Bien, hace buenas fotos… -Sonrío y le enseño la foto de él durmiendo. -La primera del viaje. -Asiento.

-...No irás a poner esto en el álbum ¿verdad? -Me mira de reojo, ligeramente sonrojado.

-Pues sí, ¿por qué no? Sales muy bien… -Miro la foto, sonriendo.

Jack me mira unos segundos, luego desvía la mirada. Paso a la siguiente, Alfred conduciendo mientras alza el pulgar y sonríe, se la enseño. Jack mira la foto y sonríe.

-Sí que hace buenas fotos...¿Cuándo las has hecho? -

-Mientras que estabas durmiendo...Como digo, te has tirado un buen rato. -Apago la cámara y la dejo a un lado. -Vamos a llegar para la hora de comer, por la tarde el guía vendrá al hotel para programar la… -Jack me corta, poniéndome el dedo índice en los labios.

-Ssh...Vamos a llegar para la hora de comer, comeremos y...ya veremos lo que hacemos. Son vacaciones, Bruce, no hace falta que las programes. Simplemente...déjate llevar. -Sonríe, asintiendo. -¿Que un día nos apetece no hacer nada? No hacemos nada. ¿Que otro día queremos irnos a la playa? Nos dejamos los bañadores en el hotel y nos vamos a la playa. -Asiente de nuevo, sonriendo divertido esta vez.

-...Vete olvidando de eso último… -Arrugo la cara, sonrojado.

-Bueno, ya veremos… -Se ríe entre dientes.

-Señor, vamos a empezar a aterrizar, por favor vengan a sentarse y abróchense los cinturones. -Nos avisa Alfred.

Jack se sienta y se levanta. Lo imito y vamos a la parte delantera. Nos sentamos cada uno en nuestro sillón y nos ponemos el cinturón. Al mirar por la ventana, veo el mar inmenso y azul. Ya casi vemos la pista de aterrizaje de la isla. Tiene una vista aérea espectacular, qué duda cabe.

Al aterrizar, un comité nos espera afuera. Bajamos las escaleras y uno de los hombres se nos acerca sonriente. Es muy moreno y de ojos marrones claros, con el pelo muy corto, casi calvo, de unos treinta años y fornido. Nos recibe con un pantalón corto y chanclas, dejando al descubierto su pecho bien formado y musculoso. Achico los ojos cuando se nos acerca y nos saluda en inglés.

-Buenos días, caballeros, mi nombre es Balu, voy a ser vuestro guía, asistente y traductor aquí en la isla de Kuro. -Asiente, sonriendo. Me estrecha la mano primero a mí y luego a Jack.

Hace una señal a dos chicos para que entren en el avión a por las maletas.

-Buenos días, soy Bruce Wayne. -Me presento, sonriendo levemente.

-Yo Jack, hola. -Le sonríe contento, mirando la isla.

-Encantado, será un placer acompañarles en esta semana. -Nos dice.

Los chicos bajan con las maletas y detrás de ellos, baja Alfred. Viene hasta nosotros y nos sonríe.

-Bueno, Señor...Pues ya hemos llegado. Es un sitio bonito. -Sonríe Alfred, mirando alrededor.

-Quédate a comer y después te vas, si quieres. -Le digo, señalando el hotel.

-Oh, me quedaré a comer, pero luego el Señor Kent me ha prometido venir para acompañarme a casa. Ya debería de haber salido del trabajo, tardaré mucho menos si él me lleva junto al jet. -Asiente.

-Ya veo… -

-Por aquí, caballeros. -Nos sonríe Balu, andando hacia el hotel junto al resto del personal y los chicos con las maletas. -Han tenido suerte, esta semana nos espera un clima muy bueno y fresco por la noche, estarán como en el paraíso. -

-Y tanto… -Se estira Jack mientras anda. -Estoy deseando ponerme algo más cómodo. -

-Mientras terminan de preparar la comida pueden ir a su habitación e instalarse. -Le sugiere Balu, sonriéndole.

-Eso haremos...Menudo viaje más largo, no sabía que estaba tan lejos de Gotham esto. -Entorna los ojos Jack.

Balu se ríe escuchándolo.

-Tranquilo, podrá descansar aquí todo lo que quiera, verá como ha merecido la pena. ¿Trabajan mucho durante el año? -Nos pregunta. No sabe a qué nos dedicamos...Mejor. Así no correrán rumores innecesarios.

-Bueno, él más que yo...Yo soy un poco como...una primera dama. -Se ríe entre dientes. -Pero cuando volvamos a casa también llevaré mi dinero a casa. -Sonríe orgulloso.

-Oh, entonces tienen que ser gente muy importante. -Asiente despacio mirándonos. -Usted parece importante...¿Es algún presidente? O tal vez trabaje en la tele… -

Ando delante de ellos con Alfred a mi lado, escuchando la conversación con el ceño levemente fruncido.

-¿Yo? Qué va… -Se ríe Jack. -¿Por qué lo dices? -

-No sé, parece muy carismático y tiene un rostro bonito para la tele…Yo lo vería. -Dice animado.

-Ay, Balu, qué cosas tienes… -Se vuele a reír Jack. -No soy nada de eso, un simple hombre de negocios. -

-Ya veo, ya veo… -Asiente Balu.

Cuando llegamos al hotel, nos llevan a la habitación para dejar el equipaje y asentarnos. Casi todo está hecho de madera o bambú, le da un toque tiki especial. Nada más entrar por una puerta doble, está un dormitorio espacioso. Una gran cama cuadrada de matrimonio con patas y cabecero de bambú, con dos mesitas a los lados del mismo material. Frente a esta, hay una tele plana grande. Bajo esta, una cómoda, y al lado, una mesa cuadrada con cuatro sillas; en la esquina de la habitación. Al lado de la mesa, hay un gran ventanal, que da a terraza que da a un pequeño jardín de arena, bajando dos escalones pequeños. En este jardín hay una mesa de picnic y una hamaca. Al lado, un pequeño jacuzzi redondo para no más de cuatro personas. Si sales por la puertecilla del jardín, puedes ir por un paseo de madera directamente a la playa.

Al entrar a la habitación, a la izquierda, podemos ver una barra de cocina adosada a la pared que separa el dormitorio de una pequeña cocina con lo mínimo, una mesa redonda y un pequeño salón al lado de la mesa. Frente al salón, hay una puerta que da a un baño presidencial, con todo lujo de muebles, ducha que hace las veces de sauna y bañera amplia.

Es una habitación a modo de pequeño apartamento, está muy bien amueblado y dispuesto, qué duda cabe.

-Si lo desean, pueden pedir el desayuno o cualquier otra comida y el chef vendrá a preparárselo. -Nos dice Balu, señalando uno de los teléfonos por cable que hay en las mesitas.

-Has hecho una buena elección, Jack. -Le dice Alfred, sonriendo.

-Gracias. -Dice este sonriendo orgulloso. -¿Te gusta, Bruce? -

-Sí, está muy bien… -Le sonrío y me abraza feliz. Le acaricio la cabeza y restriega la mejilla contra la mía.

-Voy a ver cómo está la comida, Señores, por favor, instálense en lo que se termina. -Nos dice Balu, saliendo de la habitación.

-Yo voy a cambiarme. -Asiente Jack, yendo hasta la maleta y cogiendo ropa.

-Está bien… -Miro a Alfred, quien mira por el ventanal hacia la playa. -No sabía que Clark iba a llevarte de vuelta a Gotham. -Digo sin ningún tono en especial.

-Oh. -Me mira impresionado por mis palabras. -Sí, me lo dijo esta mañana. Los habría traído él, pero tenía que trabajar y no podía...Aunque claro, para llevarme de vuelta ya estaba libre. Ha insistido, dice que no quiere que la casa se quede tanto tiempo sola. Según sé, el Amo Damian está comiendo con ellos hoy. -

-Mh, Damian...Luego después de comer lo llamaré. -Asiento, desviando la mirada. -Por ahora parece que la cueva no ha salido ardiendo, así que supongo que todo irá bien… -Digo irónicamente, aguantando una sonrisa.

Alfred se ríe suavemente, asintiendo.

-Claro, Señor, ya son chicos adultos y responsables, todo irá bien. -Me asegura, sonriendo.


-¿Te gusta, Damian? -Preguntó Lois amablemente.

Este chico siempre la ponía nerviosa. Era como un Bruce pequeño pero mucho más borde y recto. Como un emperador chino milenario del siglo diez encerrado en un cuerpo de un adolescente de catorce años del siglo veintiuno. Algo muy extraño.

-Está muy bueno, Señora Kent, muchas gracias por invitarme a comer. -Le contestó él, comiendo refinadamente.

Por el contrario, su hijo masticaba animado la comida mientras movía las piernas en la silla. Eran como el agua y el aceite en ese aspecto.

-...Jon, tu padre me ha dicho que ha pasado algo en la casa de Bruce… -Dijo entonces ella.

Jon dejó de moverse, pálido de repente. Miró a su padre, que desvió la mirada y siguió comiendo en silencio, sin querer inmiscuirse en esto.

-...Eh...sí. ¡Pero vamos a arreglarlo! Ya tenemos los materiales listos. -Asintió deprisa, sonriendo.

-No se preocupe, Señora Kent, estará solucionado en pocos días. Mi padre ni se enterará. -Contestó Damian sin darle importancia.

-Llámame Lois, por favor… -Suspiró ella, tapándose la cara. No era tan vieja como para empezar a llamarse así. -Mi suegra es la Señora Kent, yo soy Lois. -

-De acuerdo, Lois. -Le concedió, cogiendo otro burrito vegano y comiéndoselo.

Lois parpadeó mirándolo y luego miró a Jon.

-No quiero que se vuelva a repetir, Jon, eso no ha estado bien. Imagínate lo que podría haber pasado. ¿Y si le das a Damian o te pasa algo a ti? -Preguntó su madre.

-Pero yo no le haría nada a Damian, mamá...Ha sido un descuido, no volverá a pasar. En realidad solo quería conducir el bat móvil. -Soltó entonces, con una sonrisa inocente en la boca.

Clark y Lois lo miraron impactados, con los ojos muy abiertos. Damian lo miró de reojo.

-Que te crees tú que te voy a dejar conducirlo...Para que lo estrelles con la primera farola que te encuentres por el camino. -Dijo Damian, poniendo los ojos en blanco.

-¡Tú conduces desde hace mucho, Damian! -Le recriminó, frunciendo el ceño.

-Yo fui entrenado para conducir a los cinco años, Jon, tú no. Como mucho has conducido un coche en la consola, y el coche siempre acaba soltando humo. -Alzó una ceja, mirándolo.

-Porque los demás coches se me cruzan siempre… -Contestó el más pequeño, arrugando la cara.

Clark y Lois se miraron, con medio sonrisas en la boca.

-Ya conducirás cuando seas mayor de edad, hijo...Ya te queda menos. Y mientras siempre tienes la bici...y volar. -Le recordó Clark, sonriendo y apoyando una mano en su hombro.

-Sí, papá, es verdad… -Jon sonrió y siguió comiendo.

-...Bueno...y, ¿has hablado con tu padre? -Preguntó Lois, cambiando de tema.

-No, todavía no. -Damian negó con la cabeza.

-Tengo que ir a por Alfred cuando terminen de comer...Hace un rato me ha enviado un mensaje de que habían aterrizado. -Le dijo Clark.

-¿Y qué vas a hacer mientras no esté tu padre en casa? No montes fiestas, ¿eh? -Se rió Lois, en tono jocoso. -Aunque si montas alguna, puedes invitarme… -Sugirió, sonriendo.

-Aprovecharé para descansar. -Dijo asintiendo.

-¿Descansar?… -Preguntó Lois, un poco confusa por la respuesta.

-Bueno, a ver si te crees que solo mi padre está cansado. Aprovecharé este tiempo de soledad para descansar de mi padre, su ahora novio, mis pesados hermanos y los amigos de mi padre… -Digo esto último mirando a Clark.

Este arrugó la cara, desviando la mirada incómodo.

-Tendré la casa para mí solo, y siento decirte que no, no pienso montar ninguna fiesta. En su lugar pienso meditar, entrenar un poco y, como he dicho, descansar de todo el ajetreo que trae padre consigo. -Explicó articulando con las manos.

Jon se le quedó mirando unos segundos, luego puso los ojos en blanco mientras siguió comiendo.

-Aburriiido… -Canturreó.

Lois ahogó un suspiro. Tal y como pensaba, este niño había nacido ya adulto. Sabía que su hijo tampoco montaría fiestas si se quedara solo; como ella hacía cuando era más joven en la casa de sus padres, pero haría travesuras, se lo pasaría bien y saldría a buscar aventuras. Como cualquier niño, vaya.

-¿Y qué esperas? Soy el hijo de Batman, Jon. Como mucho, saldré cada noche a vigilar la ciudad. Espero que ya te hayas estudiado las estrategias… -Indagó Damian, mirando a su amigo.

-...Estoy en ello. -Contestó este, torciendo la boca.

-Pues eso no me vale, te las tienes que aprender. -Frunció el ceño.

-Bueno, bueno...¿Qué tal si recogemos la mesa y os subís al cuarto de Jon a jugar? Alfred no debe tardar mucho en pedirme que vaya a por él. -Sonrió Clark.

-Sí, buena idea Clark. -Asintió Lois, levantándose de la mesa.

Damian se levantó, recogió su plato, sus cubiertos y su vaso y lo llevó al lavavajillas, colocándolo todo. Esperó a que Jon recogiera sus cosas al final de la escalera, observando cómo los Kent jugaban mientras recogían la mesa. Puso los ojos en blanco y desvió la mirada, mirando por la puerta del jardín que estaba abierta, dejando entrar una pequeña brisa.


-Por fin solos… -Canturrea en voz baja Jack, acariciándome las mejillas en la habitación.

Hemos acabado de comer y Clark, o mejor dicho, Superman, ha ayudado a Alfred a volver con el jet. Deberían tardar poco más de media hora en llegar a la mansión, mucho menos que lo que hemos tardado en venir aquí. Oficialmente, estamos solos.

-Por fin solos… -Repito yo, sonriendo. Escabullo mis manos debajo de su camisa, abierta, acariciándole los costados. -¿Te ha gustado la comida? -

-Estaba muy buena...Y el chef es muy majo. -Me sonríe, asintiendo. -Es como una versión hindi de Alfred. -Se ríe.

-Algo así, sí… -Sonrío mirándolo.

-Ven, vamos a estrenar la cama. -Me dice, dándome la mano y tirando de mi hacia la cama. Nos descalzamos y nos tumbamos en la cama. Jack suspira, estirándose todo lo que puede. -Sí que es grande… -Sonríe, luego me mira. -Gracias por hacer esto, Bruce. Sé que no ha sido fácil para ti dejarlo todo, tan rápido y eso… -

-Gracias a ti por organizarlo. Sino fuera porque has hecho esto, seguiría en casa hasta arriba de estrés. -Asiento, rodeándolo con un brazo y pegándolo a mí. -...Has tardado en ponerte el bañador. -Le digo mirando sus bermudas blancas.

-Quería estar cómodo, hacía mucho calor con los vaqueros que tenía… -Se encoge de hombros. -Además, pienso estar en bañador toda la semana… -

-¿Eso también me incluye a mí? -Pregunto alzando una ceja.

-No, no, claro que no… -Frunce el ceño como si lo hubiera ofendido. Sonríe. -Tú estarás desnudo claro. -Se ríe entre dientes, besándome.

-Y dale...que no. Hay gente y no quiero que… -Me corta, besándome.

-No saben ni quiénes somos, Bruce...Y si quieren ver, que miren, porque total, se mira pero no se toca. -Recuerda, bajando su mano por mi abdomen.

Me sonrojo y continúo con su beso. Me giro, poniéndome a cuatro patas sobre él, bajando mi boca hasta su cuello, mordiéndole levemente. Él suelta un jadeo, abrazándome del cuello y subiendo las caderas.

-No vas a perder tiempo, ¿eh? -Me dice, mirándome de reojo.

-Solo tenemos una semana...Y será mejor que la aprovechemos todo lo que podamos, ¿no? -Alzo una ceja, dejando un reguero de besos por su pecho y abdomen.

-Sí, totalmente de acuerdo… -Suspira, sonriendo y enreda sus dedos en mi pelo.


Damian esperaba de brazos cruzados frente a su móvil, apoyado en el escritorio de Jon. Este, detrás de Damian, tumbado en la cama boca abajo, movía las piernas alzadas, sonriendo.

-¿No te lo coge? -Preguntó Jon, ladeando la cabeza para asomarse.

-Está en ello...Me ha dicho que tenía un rato libre. -Contestó Damian, frunciendo el ceño y cruzado de brazos.

De pronto, una llamada entrante saltó en el móvil. Damian se inclinó hacia delante ligeramente para pulsar el botón verde redondo y aceptar la llamada. Instantáneamente después, la imagen de un Bruce sentado en una silla y sin camisa se vio en el móvil. Estaba despeinado y con leves ojeras por el madrugón de hoy y no haber dormido todavía. Al contrario que Jack, que se veía en un segundo plano, durmiendo, tumbado en la cama. Esta estaba desecha, con las sábanas revueltas alrededor de él. Damian sospechaba lo que acababa de pasar.

Bruce sonrió al ver a su hijo. Damian frunció el ceño más aún si cabía, Jon, detrás de él, asomó la cabeza y saludó sonriendo.

-Hola, chicos...¿qué tal estáis? -Preguntó el padre.

-Hola padre. Bien. -Contestó seco.

-Hola papá de Damian. -Saludó efusivo Jon.

-¿Qué tal habéis llegado? ¿Se está bien allí? -Preguntó Damian, mientras ignoraba a su padre y analizaba lo poco de la habitación que veía. Sus ojos no paraban de desviarse al hombre que dormía plácidamente en la gran cama de atrás.

-Bien, casi no hace calor, lo justo como para estar bien...Estamos un poco cansados pero bien. -Asintió Bruce. -¿Y vosotros? ¿Has molestado a Lois? -Alzó una ceja.

-No, no lo he hecho. Nosotros bien. Sin ninguna novedad. -Contestó plano, sin mostrar ningún ápice de emoción en su voz.

Por el contrario, Jon arrugó la cara, desviando la mirada. Bruce miró al amigo de su hijo y achicó los ojos, extrañado por su expresión. Damian, a su vez, notó la expresión de su padre y giró la cabeza para ver a un muy sospechoso Jon, que bajaba la cabeza, arrepentido. Miró de nuevo a su padre y fue rápido.

-Hoy me quedaré todo el día en casa de los Kent. Luego llamaré a Alfred para decírselo. Jon y yo vamos a ver una película que llevábamos tiempo queriendo ver. -Soltó de repente, hablando deprisa y casi sin pensar.

Bruce miró a su hijo, alzando las cejas impresionado. Damian nunca quería ir a casa de nadie. Sí, puede que Jon fuera su amigo del alma pero...nunca lo anunciaría como lo acababa de hacer. Jon miró a Damian igual de asombrado, pero luego sonrió, complacido con la idea.

-¿Ah sí? Que guay… -Le dijo Jon, acercándose al final de la cama para mirar a Damian a la cara.

Este se giró reprimiendo un gruñido. Era uno de los mejores mintiendo, pero Jon no estaba colaborando en su ardua tarea. Además, estaba intentando echarle un embuste a Batman, el rey de lo escéptico.

-Sí, tonto, te lo he dicho en la mesa mientras comíamos...¿Qué pasa? ¿Ya no te acuerdas? -Gruñó frustrado, mirando de reojo a su padre y empezando a ponerse nervioso. Estaba rezando internamente porque su padre le creyera, porque como no lo hiciera estarían perdidos.

-...Ah...Ya, es verdad. -Se rió deprisa, nervioso por el tono de voz de Damian.

Bruce los contempló, entre confuso y contrariado. ¿Estaba pasando algo entre esos dos? Su cabeza le decía que sí, que claramente pasaba algo. Pero su corazón le recordó las palabras de Alfred "Confíe más en su hijo, Señor". Torció la boca y se decidió a hacer eso mismo, confiar en su hijo. Tal vez era eso...que el hijo de Clark era igual de despistado que él. Era...posible. Sí, podía ser eso.

-Como quieras hijo… -Ladeó la cabeza, todavía pensativo. -Si queréis pasar esta semana juntos, podéis ir a casa, así no molestáis a Clark y Lois. Además tendréis un montón de libertad más. Una mansión entera para vosotros solos. -Sonrió Bruce, que dijo esto con su mejor intención.

Damian no lo entendió así. Se sonrojó como un tomate y dio un puñetazo en la mesa, que hizo dar un respingo a Jon, quien también se sonrojó levemente por la insinuación que Bruce ni siquiera estaba haciendo. Jack frunció levemente el rostro desde el otro lado de la llamada por el golpe, revolviéndose en la cama todavía dormido.

-¿Qué insinúas, padre? -Le dijo exaltado, levantando el tono de voz por el nerviosismo, implícito en sus palabras.

-...Insinúo que si queréis ver películas y jugar, tenéis la sala de cine. Y sé que tú tienes más videojuegos en casa con los que podéis jugar...Y ahora que allí solo está Alfred, estaréis más tranquilos, y lo mismo con Clark y Lois. -Alzó una ceja, confuso con la reacción de su hijo. -¿Qué insinuabas tú? -Cuestionó Bruce, achicando los ojos.

-Eh. -Damian dio un respingo, arrugando la cara. Sentía la mirada fija de Jon sobre él y las mejillas arder. -Hasta luego padre, seguiremos tu consejo y nos iremos a casa. Luego hablamos, ten cuidado. -Habló rápidamente, pulsando el botón rojo de la pantalla y colgando.

La habitación se quedó en silencio, un silencio espeso e incómodo que ninguno sabía cómo traspasar, demasiado tensos y con sus mentes yendo a mil por hora, intentando decir algo para olvidarse de lo que acababa de pasar.

Como llamado por campanillas, Clark abrió la puerta de la habitación con una sonrisa en la boca. Esta se le borró de golpe cuando vio el percal. Jon, mirando fijamente a Damian, arrugando la cara y sonrojado. El hijo de su mejor amigo, sentado en la silla del escritorio y mirando su móvil sobre la mesa, con la pantalla en negro. Su cara estaba igual de roja que el traje de Robin que llevaba y por su frente caía una gota de sudor. ¿Qué acababa de pasar aquí?...¿Y por qué estaban tan callados y sentía esa tensión en el ambiente?

-...Damian. Acabo de dejar a Alfred en tu casa. -Asintió, pasando despacio a la habitación.

Damian clavó sus ojos en él, intimidante. Bajó de la silla y cogió su móvil, metiéndoselo en el bolsillo del pantalón.

-Bien, gracias, Clark. Me voy a ir a mi casa. -Andó hacia la salida mirando al suelo.

Jon bajó de la cama y lo siguió, como si nada hubiera pasado. Damian se giró bruscamente, mirándolo como si fuera a ser atacado por el híbrido.

-¿Qué haces? -Preguntó, mirándolo a los ojos, con la nariz arrugada.

-...Acompañándote. Le has dicho a tu padre que iríamos a tu casa… -Alzó una ceja, volviéndose a sonrojar por la cara de él.

Damian fue a rechistar, pero igual que su boca se abrió, se cerró, emitiendo un gruñido que parecía un berreo confuso. Negó rápido con la cabeza y rodeó a Superman, saliendo por la puerta a paso ligero. Jon miró a su padre de reojo, siguiéndolo.

-Adiós, papá… -Le dijo antes de irse.

-...Adiós, hijo… -Se despidió, parpadeando varias veces, sin entender lo que había pasado. Arrugó la cara, ladeando la cabeza. ¿Damian tenía...vergüenza? ¿Era eso lo que se reflejaba en su cara?


Pasadas unas horas, estamos en el área de la piscina, Balu nos enseña el recinto. Hay una piscina rectangular grande con vistas a la playa. Una mesa redonda en una esquina, con taburetes y una zona con tumbonas y hamacas. Pongo los brazos en jarras y miro a Jack, que sonríe.

-Me voy a dar un baño...he tenido una conversación extraña con Damian, ¿sabes? -

-...Algo he oído entre sueño y sueño… -Dice vagamente. -¿Está bien? -

-...No lo sé. Luego le preguntaré a Alfred. -Suspiro y me quito la camiseta, dejándola en una tumbona, voy hasta la piscina y entro por las escaleras. Me alegra notar que está a la temperatura perfecta, y eso que el lugar tiene una especie de techumbre con ramas que da sombra y hace que haya menos calor.

Jack se sienta en otra tumbona mientras me mira sonriendo. Lo miro y alzo una ceja.

-¿No te metes? -

-No, he pedido una copa. Luego me meteré...por ahora...disfrutaré de las vistas. -Se tumba y me sonríe más.

Me sonrojo levemente y pongo los ojos en blanco. Meto la cabeza para mojarme el pelo y la saco, pasándome una mano por el pelo para peinármelo hacia atrás. Luego empiezo a nadar para descargar los músculos.

En ese momento, Balu sale del hotel con una bandeja de metal y una copa estilizada con un líquido azul brillante dentro. Jack le sonríe, sentándose en la tumbona. Balu se agacha para que Jack coja la copa, y eso hace. Se mete la pajita en la boca y bebe un poco.

-Mh…Justo lo que quería. -Dice complacido, sonriéndole a Balu.

-Un placer, Señor...¿Quiere que le eche crema o le dé un masaje? De vez en cuando hago de masajista cuando el cliente así me lo pide. -Asiente.

-...Un masaje está bien. -Sonríe.

-Bien, iré a por las cremas y los aceites. -Balu vuelve a entrar al hotel.

Frunzo el ceño, mirando como se va. Miro a Jack, que vuelve a beber sonriente. Esta idea no me está gustando…

Balu sale con un pequeño recipiente redondo de madera, con botes y cremas dentro, además de una toalla. Jack deja la copa en una mesa auxiliar baja cerca. Balu, ahora el supuesto masajista, baja la parte de atrás de la tumbona, poniéndola completamente recta.

-Por favor, túmbese boca abajo y relájese. -Sonríe.

Jack así lo hace, con la cabeza hacia mí, me sonríe, apoyando la barbilla en sus manos, y estas en la tumbona, tumbado del todo. Balu se echa unas gotas de algo en las manos y empieza repartirlo por sus dedos, para luego colocar sus manos sobre la espalda de Jack. Lo empieza a masajear.

-Uh...Está caliente… -Dice Jack, sonriendo más.

-Sí, para activar los músculos y que así se relajen más. Es un tipo de aceite que hacemos aquí, es muy codiciado en el exterior. -Asiente.

Sigo las manos de Balu mientras se mueven por la espalda de Jack, frunciendo el ceño cuando se acercan a la espalda baja. Jack me mira divertido, riéndose levemente.

-¿Quieres uno también? -Pregunta Jack, ladeando la cabeza.

Quiero matar a este hombre.

-Estoy bien… -Apoyo los codos en el borde de la piscina, observándolos.

Arrugo la cara cuando me doy cuenta de que estoy actuando igual que lo hizo mi hijo de catorce años. Me regaño a mí mismo internamente por ello. Se supone que es solo un masaje...tengo que dejar de comportarme así. Solo eso...un masaje. Cierro los ojos, intentando mentalizarme. Soy mejor que esto...lo soy. Me muerdo el labio y vuelvo a abrirlos, mirándolos de nuevo. Oh, genial...Ahora Balu ha pasado a masajearle los gemelos, subiendo sus manos por encima de la parte de atrás de sus rodillas, rozándole los muslos. ¡Pero es un masaje! Para ya de pensar en eso. Estás de vacaciones, estás aquí para pasarlo bien...para relajarte. Así que relájate…

¿A quién quiero engañar? Yo no me sé relajar. Por esto mismo no me voy de vacaciones, yo no sé "estar de vacaciones". Es imposible...y menos con un sujeto como este frente a mí, toqueteando a Jack en mi cara...Como se pase voy a sacar a Batman...voy a sacarlo y le va a hacer una visita. Sí, mientras duerma y luego…

Alguien me toca el hombro, sacándome de mi; cada vez más real, escena del crimen que me estaba montando en la cabeza. Miro hacia mi derecha para ver unas piernas morenas a mi lado. Alzo los ojos hasta el rostro de la chica que me mira sonriendo. Alzo una ceja. Es una chica con curvas, morena y con el pelo ondulado y recogido con una flor en la cabeza.

-¿Masaje? Su compañero a solicitado que le dé un masaje. -Me dice, señalando a Jack frente a mí.

-No necesito un masaje, Señorita, gracias… -Arrugo la cara, mirando a Jack de reojo.

-Yo creo que está muy tenso, Señor...No me importa darle un masaje. -Me sonríe y se arrodilla detrás de mí, apoyando sus manos en mis hombros, empezando a trabajar esa zona. -Uy...está muy tenso. -Dice sorprendida. -¿Mucha tensión últimamente? -

-...Sí, una poca. -Suspiro y dejo a la chica hacer, a ver si así me relajo un poco.

-No se preocupe, aquí descansarán. Espero que mi hermano les esté cuidando bien. -Deja de tocarme para echarse una loción en las manos y luego vuelve a su labor.

-¿Tu hermano?...Sí, está siendo muy servicial. -Comento, torciendo la boca.

-Me alegro. -Dice sin pillar mi doble sentido. -...Pf...está muy muy cargado, Señor. Estos son semanas y semanas de estrés acumulado. Debe de tener una vida ajetreada. -Se ríe alegre.

-Ni se lo imagina, Señorita, no se hace una idea. -Ladeo la cabeza y cierro los ojos, empezando a disfrutar del masaje.