Capítulo 6: Una felíz pero triste despedida.

¿Y que hacía ahora? ¡no era fácil llevar a cabo una venganza! se necesitaba astucia, tiempo y preparación y...¡no había tiempo! ¡le quedaba una semana para poder llevar a cabo su maravilloso plan!

Ron ya le había contado su inesperado viaje de dos días a París, para ser más exactos a la Academia de Aurores. También le comentó su prisa por encontrar durante toda esa semana piso en donde vivir, claro que el pelirrojo se había ahorrado el contarle su 'conflicto' con Hermione.

Se sentó en el sofá y suspiró acomodándose su rubio cabello en una coleta alta.

Tenía claro que no podía acusar a Hermione por haberla agredido o golpeado, pues Ron no era tonto y se daría cuenta de que era una mentirosa.

La venganza debía ser más profesional...¡Por Merlín, ella era super 'great' en esas cosas! ¿cómo no se le podía ocurrir nada?

'Espera'- pensó- ' Si Mahoma no va a la montaña...¡la montaña va a Mahoma!'

- ¡Eres una genia, Charlene!- se dijo mirando su perfecto rostro en un espejo- ¡una completa genia!- pegó un saltito.

¡BIP, BIP!

'El maldito móvil' – pensó acercándose a la mesita para cogerlo- 'espero que no sea del Ministerio, porque...'

¡BIP, BIP!

Miró la pantalla exterior de su móvil de última generación (n/a: capaz de transmitir datos a gran velocidad gracias a la tecnología...¡ejem! T.T). Era Ron. ¡Ron la llamaba! ¡El día empezaba de perlas...!

- ¿Sí?- preguntó sensualmente, aunque sabía quien era la persona que estaba al otro lado del teléfono- ¡Ronnie, cielo!... ¿qué? ¿qué no está Hermione en casa?...ah...no, no importa...vale, ahorita paso a recogerte allá...si, si...vale...¡besos!¡te quiero!

Ya lo tenía todo pensado. No había tiempo que perder. Ella creía que tardaría días, quizás semanas en planear aquella estratégia, pero sabía que era lista y, que a sabiendas de que el tiro le podía salir por la culata, pensó que no era un plan pésimo. Es más, con lo ignorante y tontito que era Ron seguro que en un plis plas se lo tragaba todo como un niñito pequeño.

- Pobre, Ronnie...- se dijo saliendo por la puerta principal del hotel en dirección a casa de Hermione- me da la sensación de que ese 'amor' que le tiene a Hermione se va a esfumar en unos segundos...- y rió tapándose con la mano derecha su perfecta dentadura.

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Durante aquellos días Ginny estaba bastante sola en casa. La señora Weasley había ido a visitar por un tiempo a su hermano mayor, Bill. La casa era un caos sin su 'querida mami', y encima tenía que preparar la cena para su padre (que venía de trabajar muy tarde) y los vagos de Fred y George, que así tenían escusa para no cocinar.

- Vamos, mocosa- le decían cariñosamente apretándole los mofletes como si aun tuviera cinco años- si no te cuesta nada...

¡Estaba harta!¡harta de todo!¡ Y encima hacía días que no veía a Harry ni en pintura. Pero espera, a ella Harry no le debía de importar...¿o si que le importaba?

- Claro que me importa- se dijo a si misma auto convencedora- es uno de mis mejores amigos...

'¿Seguro?' le picaba su mente 'Porque últimamente, con la escusa de tener que ayudar a Ron y Hermione estáis demasiado uniditos...'

- ¡Callate!- dijo enfadada pegándose en la cabeza con la palma de su mano- pareces Ron hablandole a Hermione sobre Krum...

- Nunca lo pensé de ti...- Ginny dio un bote al escuchar una voz, pero su estomago dio otro al escuchar 'su' voz. Esa voz baronil que la traía ultimamente de cabeza- hablando sola...

- ¡Eres un estúpido, Harry!- le dijo apartándose su largo cabello pelirrojo de la cara y apuntándolo con un cuchillo.

Harry rió.

- ¿Cortas patatas sin mágia?- se mofó el moreno con chulería- cada día estás más loca, Ginevra.

- ¡No lo hago por que quiero, ¿vale!- le gritó ya enfadada- Mi madre dice que así tienen mejor sabor...Ya sabes como es...

- Tranquila, preciosa- añadió acercándose a ella, quien seguía pelando patatas con las mejillas levemente sonrojadas por el piropo.- He venido a acerte compañía, ni Ron ni Hermione están en casa...

- ¡Así que ahora me utilizas como último recuso!- bufó quitándose los guantes de fregar y virándose para encararlo.

- ¿Qué te pasa?- preguntó Harry volviéndo a poner su tono de voz normal- ¿he hecho algo que te haya molestado?

Ginny suspiró. Él no tenía la culpa de nada, la paranoica estaba siendo ella.

- Déjalo, Harry- suspiró cansada- si aquí la que tiene la culpa soy yo, últimamente estoy de muy mal humor...lo siento- añadió secándose la frente con el brazo.

- No tienes que disculparte por nada. Yo reconozco que también te he dejado de lado durante estos días.

Ginny sonrió sintiéndose bastante culpable y avanzó hasta llegar a la altura que su amigo.

- ¡Entiendo que el auror más profesional del Ministerio esté ocupado!- bromeó colocándole bien la corbata. Harry la miraba con una media sonrisita.

- Sí, ya sabes...-siguió él la corriente- el trabajo, las chicas...es lo que tiene ser sexualmente irresistible.

- ¡Ni en tus sueños, Potter!- saltó ella golpeándole flojito en el hombro.

- Quizás si en tus más deseados sueños, Weasley- se atrevió a alegar él sin poder reprimir un guiño.

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Rodó los ojos. ¡No podía ser que ya estuviera allí! ¡ había hablado con ella hacía cinco minutos!. 'Que rápido pasa el tiempo cuando uno no quiere...' pensó cabizbajo y, de mala gana, abrió la puerta.

- ¡Ronnie, bebé!- gritó lo que le pareció ver a Ron, una mata de rubio cabello, abalanzándose para darle un largo y apasionado beso a su chico.- Solo hace cinco minutos que hablamos y ya te echaba de menos, mi pequeñín...

- Sí- fingió el pelirrojo arrugando el ceño sin que ella se diera cuenta- yo también te extrañaba...

- ¡Ay, que dulce!- lo alagó ella melosamente.

- Ese soy yo...Esto...¿nos vamos ya?- preguntó intentando zafarse lo máximo posible de los larguiruchos brazos de su novia.

- Sí, si, solo espera unos minutos necesito ir al baño...

- ¡Pero si acabas de llegar! ¿No tienes baño en el hotel?- preguntó intentando que no sonara demasiado grosero.

- ¡Oh, por supuesto que sí tontito!- asintió riendo cantarinamente- el problema es que las mujeres debemos estar siempre perfectas...¿dónde está el baño, entonces?

- Recto a la derecha.- indicó rendido el joven, mientras se reprendía una y otra vez por su extraña afición de atraer como un imán a todas las chicas huecas del mundo.

'Bien, allá vamos...' pensaba radiante Charlene mientras caminaba por el largo pasillo. Se volteó para asegurarse de que Ron no la seguía. Todo marchaba bien por el momento. '¿dónde demonios está la habitación de Granger?' se preguntaba mirando a ambos lados y repasando puerta por puerta. Ya estaba. No era muy difícil encontrar la habitación de Hermione, más que nada porque en la misma puerta había un letrero con su nombre en letras grandes y claras. Hasta una hueca tan superficial como Charlene se daría cuenta.

Antes de entrar en la habitación volvió a asegurarse de que no había moros en la costa. Y entró decidida cerrando la puerta con sigilo. Todo estaba asquerosamente perfectamente colocado, cosa por cosa, y mniatura por miniatura, buscaba algo en concreto...'¿qué esa simple no tiene un diario donde contar su patética vida?' pensó abriendo el primer cajón de la mesita que estaba al lado de la cama. Nada. El segundo cajón, tampoco. Abrió el tercero, casi sin esperanzas de encontrar algo sucio de Hermione con lo cual porder ponerla en ridículo delante de Ron, o muchísimo mejor, enemistarlos para siempre.

Tercer cajón. Allí no había rastro alguno de diario. Empezó a rebuscar en el cajhón, deseperada, hasta que se topó con una carpeta azul oscuro en la que rezaba un título muy tentador: CONFIDENCIAL.

Eso se ponía bueno. Abrió la carpeta con descaro y lo que vió a simple vista la impactó tanto que se quedó en shock. Una foto suya (de Charlene) de cuando tenía quince años. Salía en su mansión de Francia, con su gato blanco llamado 'Chanel', un nombre poco apropiado para un gato a decir verdad. Su padre, un hombre que vestía con ropa italiana y con un puro caro en su boca, y su madre, igual como ella era ahora, rubia, ojos verdes y con grandes y prominentes pechos que miraba con asco al peludo gato. Enganchado a la foto había un folio con muchiísima información sobre ella misma, pero leyó solo un párrafo:

'Charlene Gautiere nació entorno a una de las más grandes grandes fortunas que se han conocido en la história de las familias magas francesas. Rodeada de lujos, caprichos y galeones, muchos galeones siempre lo tuvo todo: colegios caros, ropa única importada, los mejores estilistas y, como no decirlo, una cantidad bastante abundante de novios. Pierre Gautiere, el gran economista conocido internacionalmente, siempre quiso lo mejor para su pequeña. Charlene es hija única y su fortuna crece como las malas hiervas...¿Conseguirá esta niñita consentida tener todo lo que desea o alguien le parará los pies? Con el tiempo sabremos todo.

Su cara, fuera de estar furiosa estaba radiante. ¡Así que la muy remilgada la había estado investigando, sacando información sobre ella a escondidas de Ron...muy bien, su plan había funcionado a la perfección, mejor que eso, ¡nunca pensó que le iba a salir tan maravillosamente fantástico!. Sabía que a Ron no le iba a hacer nunguna gracia aquello, que su 'gran amiga' fuera investigando a sus noviecitas.

Complacida, salió de la habitación cogiendo la carpeta entre sus manos y escondiéndosela en la espalda.

- Pensé que se te había tragado el báter...- refunfuñó Ron, el cual la estaba esperando sentado en el sofá, hasta que decidiera aparecer.

- ¡Que bromista eres, mi amor!- rió Charlene cantarinamente.

- ¿Todo bien?- preguntó el pelirrojo viendo la radiante sonrisa de su novia.

- Demasiado bien- respondió ella plantándole un sonoro beso en los labios.

- Bueno, ¿nos vamos?

- Sí...- respondió Charlene- ves abriendo la puerta.

Y justo en el momento en que Ron abría la puerta de la calle Charlene aprovechó ese preciado momento para esconder rápidamente la carpeta debajo de un cojín del sillón. Con suerte, mucha suerte, quizás Ron no encontrara por casualidad y...¡sorpresa!.

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- ¡Yo no le dije que se fuera!- le gruñó Hermione a Ginny mientras mientras amabas subían en un ascensor del ministerio.- pero como comprenderás, aunque suene agoíosta y de mala amiga, prefiero que esas cosas con Charlene las haga en otro lugar que no sea MI casa, ¿entiendes?

- ¡Ay, pues claro que lo entiendo!- respondió la pelirroja- pero...¡es Ron, tu amigo de la infancia, se que habéis vivido demasiado tiempo celándoos el uno al otro...

- Yo no le celaba...

- ¿Lo de Lavender no cuenta, no?- preguntó Ginny sarcástica.

- ¡Se besaban en mi cara! ¡era insoportable para una vista humana!- explotó.

- ¡Lo sabía!- gritó la otra apuntándo a la castaña con un dedo acusador y sonriendo ampliamente- ¡sabía que te morías de celos!

- Tu hermano tiene el extraño poder de atraer a todas las vívoras del planeta tierra...¿A caso no viste el documento que saqué sobre esa Charlene Gautiere?

- No me parece bien que investigues sobre la novia de Ron- la reprendió la pelirroja- imaginate que Ron te piya...¡se pondrá furioso!

- Él nunca se enterará...esa es información confidencial.

- Por muy confidencial que sea...Ron es un metiche y sabes que si quiere registrarte lo hará aunque le pongas al dichoso documento conjuros de ocultamiento...estamos hablando de un auror, incompetente, pero al fin y al cabo un auror.

- Tú hermano es el mejor auror de toda inglaterra junto con Harry, no lo llames incompetente.- la regañó Hermione enfadada.

- Ui...mira como lo defiende...- bromeó Ginny sacándole la lengua a su mejor amiga. Hermione enrojeció al máximo.

- ¿A quien defiende?- preguntó una voz a sus espaldas que las hizo saltar a ambas del susto.

- ¡Harry!- reclamó Ginny frunciendo el ceño.

- ¿A quien defiendes, Hermione?- insistía el moreno.

- Seguro que a su novio Ben- respondió la voz de Ron, el cual también había aparecido de la nada como Harry.

- ¡Pues no, listo!- gruñó Ginny. Hermione hacía fuertes aspavientos para que su amiga se callara.- te defencía a ti, so memo.

Hermione desistió en seco negando con la cabeza sin remedio. Harry rió por lo bajo, Ron en cambio tenía una mueca difícil de describir, entre incredulidad, orgullo y obviedad. Ginny, la cual al darse cuenta que su hermano no entendía ni papa decidió expresarse mejor.

- Decía que eras un incompetente, y ella te defendió.

- Eso...eso es...¿verdad?- le preguntó el pelirrojo a Hermione, pero antes de que ella respondiera, la llegada de alguien la hizo callarse.

- ¡Iuju!- gritó Charlene aproximándose al grupo de jovenes- ¡Ronnie, amor, te busqué por toda la tercera planta!- y le plantó un beso en los labios, un beso lento, disfrutando de la cara que ponía Hermione.

- No hacía falta que me buscaras, Charlie, se me cuidar solito, ¿sabes?- gruñó Ron intentando soltarse de ella. Lo estaba avergonzando.

- Oi, mi amor...no te pongas así- respondió ella acariciándole tiernamente el pelo y manteniendo su sonrisa- ¡oh! tenemos mucho trabajo, será mejor que nos vayamos ya a yorkshire, tenemos una misión...- añadió dándose importancia.

- Los inefables también tenemos mucho trabajo, Chalie...- soltó con rintintín Ginny mirandola con el ceño fruncido.- no creas que nos pasamos el día pensando en las nubes.

- ¡No lo niego, cuñaditis! Pero...nadie sabe lo que los inefables hacen así que no tiene mucho mérito vuestro trabajo, ¿no?- Ginny y Hermione abrieron la boca furiosas, pero antes de que pudieran responder la rubia añadió.- ¡vamos, chicos!- apuró a Harry y Ron- tenemos asuntos pendientes a los que atender...- y se alejó, arrastrando a Ron, a través del pasillo.

- Y se supone que el jefe de departamento de aurores soy yo...- murmuró Harry encolerizado arrastrando los pies detrás de sus compañeros.

Hermione y Ginny se miraron sin dar crédito. Harry era un santo.

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Un día. Faltaba un día para que Ron se fuera y él y Hermione seguían sin dirigirse a penas la palabra, solo se saludaban demasiado cordiales cuando se veían por algún pasillo del ministerio o cuando uno llegaba a casa y el otro salía por la puerta. Se daban las buenas noches sin entusiasmo y se piyaban mutuamente murmurando en contra del otro.

¿Eso era vida? ¿eso era felicidad?. No. Ron se iba a ir de su casa para siempre, seguramente se iría vivir con su preciosa novia en cuanto volviera de Francia. Ese siemple hecho hacía que su día a día se desmoronara por completo. Estaba más sola que nunca, aunque saliera con Ben. Sí, salía con su compañero de trabajo. Le había pedido si quería ser su novia pocas horas despues de aquella discusión con Ron y, dado que estaba confundida, dolida y arta aceptó sin pensar. Ahora ya no había vuelta a atrás...¿o sí?.

Aquella última noche Ron volvió a cenar muy tarde, por allá a las diez. Hermione pensó que hacía todo lo posible para no estar cerca de ella. Seguramente se habría pegado un buen revolcón con su novia antes de llegar a casa. Que equivocada estaba, Ron venía, no sudado, sino mojado por la intensa lluvia que provenía de la calle, había estado dando vueltas y vueltas por la misma manzana...pensando.

Hermione creyó que lo más educado era esperarlo, así que lo hizo. La cena era sencilla, pero aunque ella no lo aceptara la había preparado con mucho amor, demasiado.

- ¿Dónde estuviste?- preguntó ella al verlo entrar por la puerta en tal estado.

- Por ahí...- respondió secamente el pelirrojo alborotándose su pelo cual perro.

Ella prefirió no preguntar más, pues temía que surgiera otra pelea.

- Te preparé la cena...si quieres cenamos juntos.

- Bien.

- Vale.

Él se sentó en la silla más apartada de la chica y cuando ella puso el plato delante suyo comenzó a devorarlo cual animal hambriento. Ella se sentó y lo imitó, aunque, eso sí, comiendo más moderadamente.

- ¿Preparaste las maletas ya?

- Sí.

- ¿El pasaporte?

- Ujum...

- ¿A que hora sale tu vuelo?

- A las doce.

- Bien.- suspiró ella- voy por los postres...

Se encaminó hacia la cocina, pero en lugar de coger el pastel delicioso que había preparado apoyó sus manos en la superficia de mármol del extenso banco. Todo era tan irreal...Ahora él se iría y solo Merlín sabía si se volvería a hablar o ver. Una lágrima resbaló por su mejilla...dolía tanto...Explotó en un llanto bastante silencioso, pero no lo suficiente para la persona que la observaba apoyado en el marco de la puerta. Ella no era consciente de ello.

- ¿Hermione...?- murmuró él llamándola.

Hermione pegó un bote y, en un segundo se secó con el dorso de sus manos las lágrimas que resbalaban rápidamente, intentando que él no la viera hacerlo.

- Los postres ya están listos...- dijo cogiendo la bandeja y haciéndose paso por el lado del joven. Pero él no se apartó. Ella seguía con la cabeza gacha.- ¿Me dejas pasar?- preguntó entonces con un hilo de voz. Pero él no debía dejarla ir hoy, hoy ni nunca.

- Mírame.- pidió. Era más una orden que una petición.

Ella levantó la mirada, cansada y muy vagamente y encontró aquellos ojos azules que la miraban con ese destello único que, a pesar de los años que habían pasado, no había desaparecido ni un poco.

Él la cogió de la barbilla, teniendo así un contacto más directo. Ella sientió un escalofrío interior, más fuerte que nunca.

- Llorabas.- no era una pregunta.

Hermione no respondió, siguió mirándolo.

- Llorabas.- repitió él- ¿Por qué?

'¿Cómo que por qué?' pensó la castaña, '¿no es obvio?' No quiero que te vayas...

- No quiero hablar, Ron.

- Hablarás.- ordenó él con dulzura.

- ¿O si no qué harás, eh?- con esa pregunta se estaba metiendo en la boca del lobo. Ella, la más inteligente, no sabía el efecto que causarían segundos después esas palabras en el chico.

- Haré que me dejes amarte aunque solo sea una noche...- respondió. Aquello dejó desbocada a la joven, pero no tuvo mucho tiempo de pensar nada solo de sentir los lábios de Ron sobre los suyos, iniciando un roce, suavidad, ternura y calor, mucho calor. La bandeja que cargaba en sus brazos cayó provocando un fuerte 'Plong!'. la tarta se partió en trozos, derrirtíendose más facilmente.

El beso ya se había profundizado lo suficiente para que ambos conocieran aquella suavidad y confort del otro. La textura era exquisita, sublime, y el aroma inexplicable. Ron puso sus manos en la nuca de la joven y, ejerciendo un poco de fuerza, la aprisionó en un beso voráz, cargado de emociones y sentimientos, sentimientos guardados durante nueve años. Ella no quería quedarse atrás, así que puso sus diminutos bracitos en el cuello del pelirrojo. Sus lábios chocaban frenéticamente, sus lenguas se entrelazaban con vigor. Calor, calor asfixiante recorría sus cuerpos de arriba abajo. Los gruesos suéteres molestaban tanto...Ron bajó sus manos hasta la cintura de Hermione y metió sus manos debajo de sus ropas, acariciando lentamente su piel caliente, muriéndose de deseo.

Hermione lo imitó, pues ella sentía el mismo calor que la ahogaba por dentro. Cogió con sus manos los bordes del suéter de Ron y lo levantó haciendo que ambos se separaran para poder respirar, agitados. Ron sonrió pícaramente y ella se mordió el labio invitándolo a seguir. El pelirrojo intentó ayudarla en su labor, así que fue él el que se quitó al fin la camiseta, dejando al descubirto ese maravilloso torso desnudo. Hermione miraba desorbitadamente ese cuerpo tan sexy. '¡Merlín, ya puedes llevarme contigo'! pensó. Ron, adivinando los pensamientos de ella, la acercó jalándola por la cintura. Ella apoyó sus palmas de el pecho de él, acariciando, explorando y recorriendo...Se volvieron a besar, pero ese beso solo significaba un solo final, un final que ambos tenían en mente.

Sus cabezas no pensaban, no habían pensamientos, solo sensaciones, solo locura, solo placer, por supuesto mucho amor, demasiado.

La ropa de ella era tan molesta como antes era molesta la de él. Así que no perdió tiempo y se la quitó también, sientiendo ya su sujetador pegado a él, eso lo aceleró completamente. Respiraban agitadamente, pero no estaban dispuestos a respirar, así murieran por falta de aire. Hermione, con un bote, subió a la banca de la cocina, abriendo sus piernas, haciendole sitio a Ron para que se acercara a ella más y más. le revolvía el espeso y abundante pelo, metiendo sus dedos a través de él, deleitándose con el impactante tono rojizo. Sentía el roce del miembro del chico pegado al suyo...Merlín, eso era demasiado bueno. Ron también pareció notarlo pues, despegó su boca de la de la chica y pasó su lengua por todo el hombro de Hermione, haciéndola estremecer completamente, le comenzó a desabrochar el grueso botón del pantalón, apretando con sus manos las nalgas de la joven, provocando que ella gimiera, eso todavía lo excitaba más y Hermione lo notada cada vez más abultadamente, parecía como si los pantalones de Ron fueran a estallar de un momento a otro. La cargó sobre sus caderas con el broche ya desabotonado y, corriendo, la depositó en el respaldo del sofá que había en la sala de estar. Allí se volvieron a besar más frenéticamente. El pantalón de ella ya estaba en el suelo.

Se subió otra vez a las caderas del chico, mordiéndole el lóbulo de la oreja, haciendo que él dejara escapar furiosos gruñidos al no poder expresarse con naturalidad. Eso lo llevaba a la locura. Rió cantarinamente volviéndolo a besar con frenesí. Era un no parar, lenguas chocando, perdiendo el control.

'Estoy saliendo con Matt' pensó aminorando el beso.

'Estoy con Charlene...' se reprendió él con culpa.

'Pero la amas' le respondió su mente sabia 'amas cada parte de ella... No estás haciendo nada malo, ya era hora que, despues de tanto tiempo, hubiera un vosotros al fin'

' Tienes razón' al parecer la mente de Hermione le daba la misma charla 'ahora no quiero pensar en las consequencias, por primera vez quiero dejarme llevar...'

Ron se despegó de ella y ambos se miraron medio sonriendo. Tal vez con un poco de miedo por las reacciones del otro. Estaban 'casi' desnudos, solo con las prendas mínimas y con un deseo jamás conocido por ninguno de los dos.

- Ron...

- Te deseo.- le murmuró él en el oído con voz ronca a causa de la excitación. Ella suspiró y acercándo su boca a la de él, le besó como nunca.

El ambiente era máximo, tanto que él la tomó de las nalgas y ya montó en sus brazos, sin terminar el beso. la conducía a su habitación (la de Hermione) ya que era la más limpia, aunque ahora eso no importaba demasiado.

Y una vez allí, Hermione temblaba. Nunca lo había hecho con un chico. Pero él no era 'ningún chico', él era Ron, el Ron de siempre y al único que amaría por toda su vida. Pensó en como se sentiría él, ahí, viendolo en bóxers, tan hombre y tan tierno a la vez. Se sintieron como unos niños de pronto. La lujuria se transformó en ternura, comprendieron que tenían que ir lentos, ser delicados...

- Ron, ¿estás seguro de ésto?- preguntó ella en medio de la penumbra de la habitación. Él la abrazaba por la cintura y le daba cortos besos.

- Sí- Hermione miró sus ojos azules como el cielo, ahora oscuros a causa de la oscuridad de la noche. Llenos de brillo, de amor...Entonces vió lo que no había conseguido ver en los nueve años que se conocían, vió locura, amor, deseo y ternura. Siempre pensó que él había sido el ciego, el que en Hogwarts nunca se daba cuenta de las indirectas, de las miradas. Ahora comprendió que la ciega también había sido ella y, como una película, comenzaron a pasar imágenes y escenas de esos años rebeldes de su vida, de esas peleas, y contempló los ojos de aquel entonces y vió el mismo brillo con que la miraba ahora. Se sintió completa, segura, ahora sí.

Hermione le besó mientras él ascendía sus manos lentamente en dirección al broche del sujetador...

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Se tapó inconscientemente los ojos con la mano izquierda, protegiéndose así de los rayos solares que entraban por la ventana, la cual no tenía la cortina hechada. Debía ser pronto. Hoy se iría a Francia y aun seguía enfadado con Hermione.

Se intentó sentar pero algo se lo impedía, algo colocado alrededor de su cuello. Miró hacia abajo con miedo '¿ y si era Charlene?'. Pero nunca llegó a ver el pelo rubio característico de la francesa, vió uno castaño ondulado, con destellos dorados. Vió una piel blanca con alguna que otra peca en la espalda. Imágenes se agolparon en su mente, imágenes de la noche anterior.

Sonrió el mismo tiempo que ella se movía, frotando inconsciéntemente sus delicados pechos sobre el torso de Ron. La abrazó fuertemente deseando que, si aquello era producto de un sueño, no despertar jamás.

- R-on...- susurró una voz femenina en su oído. Era ella, ¡por fin despertaba!. Se apresuró en responder:

- Estoy aquí, Herm...

- Ron...- volvió a repetir aquella voz. Los ojitos de la chica se abrieron de par en par, pero eso él no lo notó.

- ¿Qué?

- No te vayas...

Ron suspiró sonriendo de lado y se apartó su largo flequillo de los ojos. Ella se incorporó un poco sobre sus codos, haciéndo que los ojos de ambos conectaran de nuevo. No pudo resistirse y la besó otra de las muchas veces que la había besado aquella noche.

- Me encanta besarte...- le susurró él comenzando a besar el cuello de la joven.

- Mmm...- gimió ella- Ronnie, no te vayas...

- ¿Ronnie?- preguntó el frunciendo el ceño.

- ¡Oh! olvidé que odias que te digan así, lo siento...- se disculpó ella sonrojándose. Ronnie era un apodo tan adorable que había sido inevitable decirlo.

- Te equivocas...odio si me lo dice otra persona que no seas tú.

Hermione rió acariciándole la punta de la nariz a él.

- No te vayas...- repitió ella por tercera vez. A Ron no le gustaba que le dijera aquello, ya era bastante duro para él separarse de ella como para que a ella también le doliera.

- Sabes que tengo que irme. Pero Herm, volveré en dos días y...

- No puedo aguantar tanto tiempo sin ti.

- Lo aguantaste un año...- sonrió tristemente. Durante ese tiempo la había echado tando de menos...- puedes hacerlo durante dos días.

- ¡No sabes lo que era el día a día sin ti, Ronnie!- lo abrazó con fuerza oliendo su esencia masculina.

- Volveré en dos días ca...Hermione.- no sabía que hacer, si llamarla ya 'cariño' o simplemente darle dios palmaditas en las espalda. Ellos no era nada 'aun', y hablando fríamente solo habían tenido una noche de pasión, nada más. Pero tampoco quería pedirle que fuera su novia tan pronto, debido a que estaba con Charlene todavía, auque fuera duro decirlo y, no le gustaba la idea de pedírle a la castaña que fuera su novia y ausentarse dos días después.

- Mmmm...- rezongó ella acaricíandole el pecho desnudo. Luego levantó la cabeza y sonrió pícaramente- ¿te he dicho que eres el hombre más guapo y sexy del mundo?

- No- dijo Ron sin poder reprimir una sonrisa- pero dadas las cosas que me decías anoche...me hago una idea.

Ella se sonrojó violentamente, pero él, lejos de ponerse rojo levantó su barbilla y la besó lenta y profundamente. Hermione tembló de placer.

- Voy a cambiarme, son las diez y media y el vuelo sale a las doce, tengo que cambiarme y estar a tiempo allí para facturar maletas...

- Nooo...- reguiñaba Hermione infantilmente- no te vayas aun...

- Vamos, levántate tu también, dúchate y acompañame al aeropuerto, ¿sí?.

- ¡Vale!- gritó ella plantándole un beso- pero...¡oye! ¿por qué quieres que me duche?- reclamó enfadada.

- Hueles delicioso, mi vi...Herm.- casi se le vuelve a escapar alguna palabra dulce o cariñosa.- pero, ¿no querrás ir sudada, no?

Despúes de la noche tan movidita, ambos habían sudado como cerdos. Y es que no se pierde en ningún lugar más calorías que haciendo el amor. (n/a: ¡No me miréis así! yo aun soy pura y casta...xD!)

- Claro...- susurró ruborizándosele las mejillas.- salgo en cinco minutos...- añadió levantándose de un bote y entrando al baño, no sin antes dirigirle una mirada juguetona a Ron desde la puerta.

Ron sonrió y él también se levantó poco después para vestirse en su habitación.

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La noche había sido maravillosa, la más preciosa de su vida. Le había entregado su cuerpo y alma al chico de su vida, ¿se podía ser más feliz? un escalofrío recorrió su espina dorsal mojada por el agua de la ducha... ¿y si algo salía mal ahora? ¿y si algo lo estropeaba todo?. Se frotó la cara intentando ahuyentar esos malos pensamientos.

Salió de la ducha envuelta en una toalla, felíz, radiante como nunca y se didirió hasta el comedor. Las maletas de Ron ya estaban allí y el pelirrojo se encontraba de espaldas a ella leyendo unos papeles metidos en una carpeta azul oscuro.

- Ronnie...

Él se viró lentamente, con el rostro desencajado y rojo de la ira. Hermione pudo comprovar las letras que rezaban en la carpeta: CONFIDENCIAL.

Hermione sintió morir en ese mismo instante.

- Explícame que es esto.- susurró Ron cargado de enfado en la voz. Hermione tembló de miedo, nunca lo había visto así de furioso.

- Ron...

- ¡EXPLÍCAMELO!- gritó descontrolado. No había nada que explicar, eso era lo malo. La había piyado metiéndose en su vida.

- Ron...

Pero el muchacho corrió hacia sus maletas, las cogió de el asa y tiró la carpeta azul al suelo con furia.

- Eres lo peor.- dijo decepcionado- pensé que...déjalo. Eres lo peor que existe.

- Pero Ronald...

- ¡Pero la única tonta has sido tú! ¿pensabas que lo de anoche significó algo para mí?- rió al más puro estilo Malfoy.- Estabamos solos, una cosa llevó a la otra y...ha sido un polvillo. Un poco pobre si me permites decirlo.

Los ojos de Hermione se empeñaron.

- No me esperes a la vuelta, preciosa.

Ese, definitivamente no era Ron, ¡no podían ser verdad sus palabras!.

- Ron- suplicó llorando en el suelo.- yo te quier...

Él rió socaronamente mirándola con asco y un poco de pena.

- pues que pena. Yo por ti no siento nada de nada. Pobre ilusa...

Abrió la puerta de un tirón y salió de ella como una flecha.

Hermione lloró desolada. Su mayor temor se había hecho realidad. había caído de la burbuja tan de repente que todo se había echo demasiado doloroso. No la amaba, ni la quería y mucho menos la respetaba. la había tratado solo como un Malfoy trataría a un sangre sucia. La había tratado aun peor.

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'¡Se dignó!' '¡Oh, sí volvió!' '¿no estaba muerta?'

La respuesta es: No, xD! y: sí!. Me digné por fin a seguir con la historia. Dios, cuanto llevo, ¿un mes y medio sin actualizar?¿pero de que voy?

Como véis hasta yo misma me hecho la bronca. Esta vez mis escusas creo que son comprensibles: Primero me castigaron por la notas, segundo la inspiración me había abandonado para siempre:(, sí, la inspiración me odia y no se desde cuando lo hace.

Espero que este capítulo os haya quitado las ganas de acuchillarme (espero que sí, xD!) y si alguien se a quedado con las ganas dejo aquí mi dirección por si os apetece coger un vuelito y venir en persona a despellejarme:S!

Se os he hecho esperar demasiado y aun me quedo corta. Pero espero que sepáis comprender que hacen los padres cuando sus hijos repiten curso. Los mios prohibirme el ordenador hasta nuevo aviso:S.

JK se retrasa dos años en escribir un libro y nadie le hecha en cara nada (yo si..¬¬), pero claro, yo no soy ni famosa ni una escritora conocida internacionalmente, así que no tengo escusa contra los tomatazos, xD!

Habréis notado que he introducido mi primer medio-lemon en esta historia. No era lemon completo ya que el ranking es 'T' y por lo tanto no se puede poner sexo explícito. Espero que os haya encantado esa parte. La verdad es que me costó más escribir otras partes de la historia que es en concreto.

No me enrollo más y subo por fin el chapter!

¡¡Muchos besos a todas y gracias por la larga espera!

Os prometo que otra vez no pasará, al menos lo intentaré:D!

Cuidaos mucho, muchísimo!

Cris..