Aelita's Nature
Capítulo 13
El Sábado por la mañana, ya todos juntos, se acercaron a la fábrica a encender el súper ordenador de nuevo, Aelita les miró con una amplia sonrisa cuando les volvió a ver, para ella sólo fue un parpadeó, pero para los demás fueron meses, le gustaría saber qué era lo que se sentía. Según lo pusieron en marcha, Jeremy pasó las líneas de programación que había hecho durante el verano para comprobar que eran correctas, todo mientras charlaban con la joven IA, que les escuchaba atentamente, imaginando cómo sería el ardiente Sol, el viento recorriendo su pelo, el sudor correr por su piel, el sabor del helado, el frescor del agua del mar besar su espalda…
Y mientras ellos estaban con aquello, Xana había despertado junto con el mundo virtual. Se sentía anquilosada, cansada e incluso intimidada por aquello. Una vez más, la habían atado y devuelto a la oscuridad de la prisión virtual en la que ya vivía, pero aún peor, pues no se podía defender ni atacar, ni siquiera podía pensar. No debía volver a pasar nunca, pero tenía claro cómo lograr no volver a darles esa oportunidad a aquellos jóvenes. No había caído en la opción de cuándo o cómo podían hacerlo, pero ahora bastaba con evitar que lo pudieran hacer. Y para ello, necesitaba unos datos concretos. Y sabía cómo obtenerlos, pero tenía que actuar con rapidez, y sobre todo, con inteligencia.
Aquel era el segundo acto de aquel combate, ambos lados lo sabían, al menos Jeremy lo hacía. Los demás, aunque en buena medida eran conscientes de aquello, preferían no pensar en ello. El rubio, por otro lado, tenía claro que, aún logrando sacar a Aelita de Lyoko, era posible que aquello no acabara. ¿Cómo dejar a Xana aún con vida, aunque el súper ordenador estuviera apagado? Otra opción era destruirlo, pero eso era algo impensable, aquella era una joya, no se podía permitir aquello. Por eso, tendría que encontrar el medio de lograr aquello, de conservar el súper ordenador pero con Xana bien atacada y controlada, o destruida si lo podía lograr. Tenía intención de hacer un programa para acabar con ella, pero ahora tenía un objetivo más prioritario, que era sacar a Aelita del mundo virtual.
Mientras ellos estaban a ello, los nuevos alumnos de Kadic llegaban a la Academia, impresionados por ver aquel edificio, ese ambiente que se parecía más a un colegio mágico que uno real. Entre los nuevos, estaban Milly Solovieff y Tamiya Diop, dos jovencitas que rápidamente encontraron una cosa que ambas les gusta: el periodismo.
-No me puedo creer que aquí no haya ningún periódico, con lo grande que es… -comentaba Milly, recorriendo los pasillos-, deberíamos hacer uno, ¿no crees?
-Pues sí, tengo una cámara de grabación, podríamos hacer cosas chulas -Tamiya sonrió algo-, ¡y tú podrías escribir los reportajes!
-Habrá que hablar con el señor Delmás, se llama así el director, ¿verdad?
-Sí, diría que sí -los padres de ambas llevaban las maletas por detrás de las dos-, ¡papi, vamos a hacer un periódico allí!
El adulto sonrió, mientras los padres de Milly suspiraban algo, era algo esperable a decir verdad.
-Nuestra hija es algo… bueno, vehemente -el hombre suspiró-. Me llamo Alexei Solovieff, creo que nuestras hijas se han hecho amigas ya.
-Thibaut Diop, encantado -ambos se estrecharon las manos-, y sí, diría lo mismo, la verdad.
Los tres adultos se pusieron a charlar mientras las dos niñas entraron al cuarto que compartirían, desde luego parecían llevarse bien, esa era una buena señal. Si iban a convivir durante los siguientes meses eso era importante, su camino en la academia había empezado con buen pie.
En cuanto se instalaron, un par de horas después, y con la ayuda de sus padres, ambas jóvenes se dedicaron a pasear por la Academia, aunque tuvieron que terminar antes de tiempo por Jim, que siempre hacía un paseo con todos los internos nuevos para hacer un recorrido completo a las instalaciones, para que así las conocieran y no se perdieran. Sissi contemplaba la escena, aburrida, sentada en uno de los bancos del patio. A su lado, Naomi bebía de una lata de refresco, mientras la miraba de reojo, algo sonrojada.
-¿En qué piensas, Sissi?
Esta suspiró algo.
-Nada en concreto -respondió, suspirando algo-, sólo… bueno, ya sabes, lo de siempre.
-Tu amor platónico no se te va a acercar por arte de magia -le recordó la otra-, menos si… bueno, ya sabes, está ella.
Sissi puso mala cara entonces, y Naomi suspiró pesadamente.
-No me recuerdes a esa… estirada -gruñó-, si no tiene ni…
-Curvas, ya -completó la otra-, igual las prefiere delgadas, ¿lo has pensado?
Sissi se miró la tripa entonces, y la acarició.
-Tengo el vientre plano, o bueno, casi plano -comentó-, igual lo que no le gusta es lo otro…
-Si te sirve de consuelo… -Naomi se sonrojó- A mi me gustas tal cual eres.
La otra sonrió un poco, y se echó atrás, mirando pasar a los demás.
-Me gustaría que Ulrich se fijara en mí, no… -chasqueó la lengua- Quiero decir, gracias, Naomi, yo…
-No me las des -la aludida puso cara de cierta melancolía-. Al menos nos lo pasamos bien juntas, ¿no?
-¿Quieres… de nuevo?
La vez que mantuvieron relaciones no fue la última. Habían repetido varias veces, de hecho, y cada vez mejor y más rato. Simplemente se compenetraban bien juntas, y Sissi había acabado teniendo una idea al respecto. Quería comenzar a darle uso al regalo del año pasado de su amiga Brynja, y puede que ella fuera la indicada, y con ella se refería a Naomi. Además, ese día tenía especiales ganas, y pasar un buen rato nunca venía de más.
-Esta vez con una mejora…
Y sin más, se levantaron y fueron hacia la zona de cuartos, charlando como si nada, no queriendo levantar sospechas. De ello se dieron cuenta las dos jóvenes, que iban con los demás, interesadas en lo que decía el profesor pero atentas a los chismes que pudieran escuchar.
-… y por allí está el gimnasio, donde os enseñaré educación física -decía el profesor-, la verdad, me gusta mucho el nuevo plan de estudios, os podré incluso enseñar a sobrevivir en la selva, como en mis tiempos jóvenes…
-¿De verdad estuviste en la selva?
Los ojos de Tamiya soltaban chiribitas.
-¡Así es, Diop! -sorprendente que ya se supiera los apellidos de todos- Pero prefiero no hablar del tema… Por allí está la enfermería, si os caéis o algo, id con Yolanda.
Esa era otra de sus frases favoritas, la decía mucho, por lo poco que llevaban con él. Parecía alguien bastante majo, desde luego, fue entonces que por los pasillos vieron aparecer a Jean Pierre Delmas. Llevaba entre sus manos un maletín con bastantes papeles, con su traje de siempre impoluto como era costumbre. Sonrió a los menores, venía de hablar con los padres de ellos en ese rato, y ahora tocaba con los muchachos.
-Bienvenidos a Kadic, chicos -saludó, sonriendo algo-, mañana haremos una fiesta para celebrar el inicio del curso, por supuesto será sin bebidas espirituosas, y…
Suspiró cuando un niño alzó una mano.
-¿Qué es una bebida espirituosa?
Antes de que el director pudiera hablar, Jim intervino.
-¡Significa que nada de alcohol, muchacho! -exclamó- ¡Os tendré vigiladitos para que nadie traiga nada de contrabando, si lo hacéis se os caerá el pelo!
Delmas suspiró un poco ante las caras de miedo de los alumnos, que se miraron algo nerviosos.
-Muchas gracias Jim -carraspeó un poco-, el caso, los que quieran ayudar podrán inscribirse en el edificio de Administración, en compensación tendrán una comida especial al día siguiente, ¿vale?
Eso sí convenció más a los demás, que se miraron con cierto interés. De todas formas, a las otras dos les interesaba más hablar de otra cuestión con el mayor.
-¿Podemos hablar de una cosa con usted?
Mientras los demás seguían a Jim, el director se acercó a ambas y las invitó a hablar para poder charlar mejor, siempre siguiendo al profesor de deportes.
-Nos gustaría montar un periódico o revista del colegio -le explicó Tamiya-, creo que sería divertido, ofrecer información del cole y demás, ¿sabe?
El otro sonrió suavemente.
-Creo que es una idea interesante -comentó-, pero tendréis que respetar unas normas, ¿de acuerdo? Nada de desnudos ni soltar rumores infundados, nada de noticias falsas, y por supuesto todo desde el respeto.
Las dos menores asintieron con vehemencia.
-¡No seríamos buenas reporteras de ser así! -comentó, sonriendo- Había pensado primero en un blog de noticias, y si funciona, pasar a la revista física.
-Me parece bien, pero ya sabéis las reglas, chicas.
-¡Tenemos clara la responsabilidad de un buen reportero, señor! -exclamó Tamiya- Ya verá como es un éxito.
-Y nuestro primer reportaje será de la fiesta de Kadic.
Las dos se miraron con una sonrisa, queriendo ponerse a trabajar desde ya. Volvieron corriendo con el resto del grupo, mientras Delmas se preguntaba cómo les iría. No eran las primeras que querían hacer un proyecto así, pero hasta ahora nadie lo había llevado más allá de un año, puede que ellas fueran las primeras en conservarlo más a largo plazo… Miró la hora, tenía que reunirse en la salida en unos minutos con los proveedores precisamente, lo meterían todo dentro entre varios profesores y alumnos mayores, así que a eso iría.
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Mientras, en la fábrica, sólo quedaba Jeremy. Los demás habían vuelto con la idea de dar una vuelta por la Academia y charlar, pero él quería estar ahí cuando el súper ordenador terminara de hacer las revisiones de sus líneas nuevas de códigos… y de paso podría charlar más con Aelita. Esa era la razón principal de quedarse más, la había echado de menos en ese tiempo, aunque no fuera a reconocerlo abiertamente, no deseaba ser el centro de bromas.
-¿E irás a esa fiesta, entonces?
-Sí, todos van, y de paso nos podremos divertir algo -comentó Jeremy-, tomaremos algo y podré escribir más líneas de tu materialización, aprovechando que se trasnochará.
-Pásatelo bien y no pienses tanto en eso -pidió ella-, estuviste todas tus vacaciones con eso, ¿no?
-Sí, puede… -Jeremy suspiró- No soy mucho de salir de fiesta, pero igual me viene bien ir, y hablar con mis amigos… También les eché de menos.
Aelita sonrió algo.
-Lo imaginaba -comentó ella, mientras se recostaba en su torre-, ve con ellos, yo estaré bien, tranquilo -revisó de reojo los datos que él envió minutos antes-. Diría que tus cálculos son correctos, ¡lo has hecho genial!
El chico se sonrojó algo por ese halago, contento. Se levantó entonces y se estiró, había avanzado bastante durante las vacaciones, puede que se mereciera unas, aunque sea de unos días. Tampoco es que hubiera estado los días enteros trabajando en el programa, pero le había echado sus horas, más de las que estaba dispuesto a admitir. Se había asegurado de que estuvieran perfectos los cálculos, pero se quería asegurar de que no hubiera ningún error… al ver el símbolo verde en la pantalla sonrió con bastante intensidad, incluso dio un salto y soltó un chillido, contento del logro.
-¡Genial, es genial! -gritó-, pronto podrás venir a la Tierra, Aelita, pronto… serás libre y podremos estar juntos…
Se sonrojó con fuerza con eso último, aunque ella le sonrió dulcemente. No lo dijo, pero también quería ir al mundo real y estar con ellos, cada vez que le hablaban de sus vidas ella notaba un fuerte interés en ello… o lo que pensaba que era interés, al menos. Tenía genuinas ganas y curiosidad, e incluso algo en ella notaba algo que los humanos llamaban añoranza. En esos momentos era cuando dudaba de su verdadera naturaleza, pues una IA no podía sentir nada, no realmente desde luego. Puede que por eso Xana era como era, sus procesos lógicos ardieron en el momento en que se hizo demasiado inteligente y empezó a sentir, contraviniendo esa lógica aplastante que sólo los seres vivos pueden sentir. Por otro lado, eso no es más que una combinación – complejísima, pero conjunto al menos – de enlaces químicos, neuronales y hormonales en las mentes humanas. Puede que lo mismo pase en ellos.
Puede que lo que le pasó a Xana le esté pasando a ella, pero dudaba profundamente convertirse en un ser como lo es la otra IA. Jamás atacaría a los seres humanos, no era algo que fuera en su forma de ser. Pero igualmente esa idea estaba ahí, y se la quería quitar de la cabeza. Cuando quiso hablar con Jeremy este ya había recogido sus cosas y, de hecho, estaba hablando hacia ella.
-… así que me voy -estaba sonriendo bastante-. ¡Adiós, Lita!
Ella le sonrió suavemente y le despidió con un suave gesto, contenta por él, y viéndole salir por el ascensor. Suspiró algo, sabiéndose sola, ahora le quedaba la tarea de unir esas nuevas líneas de programa al ya hecho, al menos cerciorarse de que el proceso se llevaba a cabo adecuadamente, pues Jeremy lo había puesto en marcha ya.
Se recostó en la torre de paso en la que vivía, preguntándose cómo sería la fiesta. Sabía que la gente se vestía de gala para ello: las mujeres se maquillaban, arreglaban el pelo y ponían lindos vestidos, mientras los chicos se arreglaban el vello facial y también vestían mejor de lo que normalmente hacían. Eso le contó Jeremy, al menos, cuando le contó sobre la graduación de los mayores del año previo. La idea de impresionar así al rubio motivaba a la otra, parecerle atractiva le era una idea interesante y hacía que ella quisiera con más ahínco ir a la Tierra… pero a la vez no quería ser una carga, o algo que le obligara a esforzarse demasiado. La idea la horripilaba, de hecho.
-Debería hablar con Yumi sobre esto…
Sonrió, se acercó al centro, y abrió una interfaz de mensajería. Tener un canal directo con Yumi siempre le había venido bien, y en momentos así lo agradecía profundamente. Comenzó a escribir, pidiendo consejo, mientras una suave sonrisa de diversión aparecía en el rostro de ella.
En Kadic, como había dicho el muchacho, estaba el resto del grupo. Yumi y Aria se habían dedicado a colocar las cosas de ella, mientras charlaban animadas, siendo Ulrich y Odd los encargados de recoger los bártulos de la fiesta según les vieron llegar por allí, dándoles ese encargo los alumnos mayores a cambio de una pequeña pero generosa cuantía para ellos. Lo bueno de los colegios de pago, que había gente con posibles. Sin embargo ninguno de los dos grupos tardó demasiado en terminar todo, ellas porque buena parte ya se hizo ayer y lo que más hicieron fue hablar; y ellos porque había muchos voluntarios que querían comer la carne especial de Flora, la cocinera de la academia.
-He visto bastante animado a Jeremy con todo este asunto -comentaba Yumi-, creo que tenía más ganas de las indicadas de volver a las andadas.
La otra sonrió algo.
-Bueno, la chica que le gusta estaba a la espera -le respondió-, diría… que puedes entender eso, ¿verdad?
La otra suspiró algo. Revisó los alrededores, estaban en las cercanías de la zona de árboles, y como los demás estaban bastante entretenidos con el tema fiesta… sacó la cajetilla de tabaco y sacó un cigarrillo, le tendió otro a Aria, que declinó con un suave gesto.
-Pues sí, para qué engañarte -comentó, mientras daba la primera calada-, todas mis amigas dicen que me lo tire, pero…
-No quieres que piense que eres una facilona, ¿verdad?
-Exacto -se rascó la ceja con un dedo, pensativa-, además, no sé si él es el indicado, para mi primera vez, ya sabes.
Aria la miró con cierta sorpresa.
-Con lo guapa que eres, ¿aún no lo has hecho?
La otra se sonrojó algo.
-No te creas, no me han faltado pretendientes -reconoció-, de hecho me lo he planteado varias veces, pero al momento de ir a hacerlo… -dio una nueva calada algo más profunda- No sé, en mi cabeza saltan las alarmas, por algún motivo.
La otra asintió despacio.
-Yo nunca he estado en esa situación -reconoció-, hasta ahora ningún chico me había llamado en especial la atención, hasta Einstein.
Yumi sonrió de medio lado.
-Podrías salir y bailar con él en esta fiesta -le recomendó la mayor-, con lo guapa que eres le encantará.
La aludida se sonrojó algo, pero asintió.
-Tenía esa intención, pero no sé si vendrá.
-Si se lo pides, seguro que así será -Yumi era buena animando, de eso no había duda-, no seas como yo y actúa, anda, que no te lo robe una tía con más culo y tetas…
Aria la miró con cierta sorpresa.
-¿Estás… celosa de alguien? -se sorprendió al comprender- ¡Eres insegura!
La otra bajó el rostro, y volvió a mirar a los lados. Una vez comprobó que no había nadie, siguió fumando un par de veces más, y comenzó a hablar.
-Veo a las otras chicas, y veo curvas, incipientes, pero curvas -se miró al cuerpo-, las tías de mi edad se ponen escotes, leggins apretados, vaqueros ceñidos… yo, aunque lo haga, no tengo nada de eso, no como ellas de hecho… hasta tú tienes más que yo… sin ofender, digo.
Aria se sonrojó.
-Eso no es importante, Yumes, yo…
-¡Claro que lo es! -exclamó- Mira a Sissi, cómo es, es… joder, yo soy una tabla de planchar a su lado…
Se apoyó sobre sus piernas, molesta, y siguió fumando sin más, notando que la presión en el pecho por esos pensamientos iba saliendo poco a poco. Aria, a modo de consuelo, acarició los hombros de la otra, y suspiró algo cuando notó que la otra soltaba un gruñido lastimero, no pudiendo decir o hacer nada mejor para consolarla.
Por otro lado, los chicos andaban en una situación similar. Habiendo terminado tan temprano, Odd y Ulrich se dirigieron a charlar de sus cosas, o mejor dicho, el primero hablaría y el segundo escucharía atento, dado que no era tan propicio a contar sus intimidades, siendo el otro bastante más de esa forma.
-La verdad, Karla Polwiz es bastante guapa, tiene un buen culo y linda cara -comentaba Odd, sonriendo-, creo que le pediré ir conmigo al baile de mañana.
-Pues buena suerte, creo que tiene novio -comentó divertido Ulrich-, tendrás que buscar a otra.
-No me importa compartir, ya sabes -respondió Odd, sonriendo-, además, me parece a mi que tendría más suerte conmigo que con él, ya sabes…
Ulrich rodó los ojos, ligeramente incómodo, pero debía reconocer que el otro llevaba razón. Las veces que había coincidido con el otro en la ducha no… pudo dejar de fijarse en el buen empaque del otro, que tampoco se esforzaba demasiado en disimularlo.
-Sí, Odd, todos sabemos que pareces un actor porno… -murmuró, con sorna, el otro- Oye, no es sólo el tamaño todo lo que importa, lo sabes, ¿verdad?
-Esa parida de que hay que saber usarla es para los que la tienen pequeña -le sonrió, con diversión-. Además, tu tampoco vas mal servido, me he fijado, ¿sabes?
Ahí sí que se sonrojó el otro.
-Sólo me gustan las tías, Odd…
-Ya, lo sé, pero también te he visto mirarle el culo a más de una y luego machacártela como un mono -le picó el otro, aguantando la risa como pudo por la mala cara del otro-, sé… que necesitas que te hagan algo, no seas mentiroso, tienes ganas también…
-Reconozco que…. Bueno, siento curiosidad por cómo se hace -comentó-, pero preferiría que fuera Yumi, ya sabes.
El otro asintió, despacio, mientras se acariciaba el mentón.
-Comprendo… bueno, ya sabes dónde estoy en ese caso… -murmuró, divertido- Además, tengo ganas también de saber cómo se siente que se te corran en la boca…
El otro le miró, con sorpresa, sabía que era abierto de miras, pero, ¿tanto? Le costaba procesarlo en cierto grado. Y lo peor es que notaba un cierto calor en la entrepierna, señal de excitación… Gruñendo, tomó al otro del brazo, impidiendo que se moviera.
-Que sea breve…
Sus mejillas estaban teñidas de rojo, pensó un divertido Odd. Le llevó hasta un tronco, donde le tumbó suavemente y metió la mano bajo los pantalones del otro, que cerró los ojos, algo molesto con el otro… pero sin negar lo agradable que era, si se imaginaba a una chica. Se estremeció cuando notó la calidez de la lengua del otro enroscarse en torno a su miembro, pero duró poco, pues rápidamente comenzó a masturbarle con las manos, a toda velocidad, logrando darle a Ulrich una erección algo más prominente, momento en que de nuevo la introdujo en su boca. Se estremeció con mucha fuerza cuando sintió la lengua del chico pasar en torno a su glande, lo hacía con bastante ahínco, sacándole un par de gemidos a Ulrich, que por inercia llevó una mano a la cabeza de Odd, que sonrió, introduciendo el miembro del chico hasta el fondo. Se sorprendió de verle tan afín, pero para facilitar las cosas, se había bajado el pelo, para asimilarse al de una chica, supuso que eso era lo que ayudaba… y también que se debía estar imaginando a Yumi.
Siguió con la felación, notando que el pene del otro aumentaba de tamaño hasta estar totalmente duro, disfrutando de su sabor, acariciándola con la mano para descansar la boca unos segundos, y volviéndola a meter. Supo que el otro se correría de un momento a otro cuando sintió que sus muslos se tensaban, así que la metió hasta el fondo, tragando el semen que Ulrich soltó en su boca, sintiendo este un fuerte orgasmo, totalmente perdido en esos momentos, su respiración estaba acelerada e incluso sudaba un poco, con la mirada al horizonte y apoyándose en el punto más cercano que pudo, totalmente derrotado tras semejante orgasmo, abriendo los ojos y viendo a su amigo, sonriendo y colocándole los pantalones como tocaba.
-No me… gustan los tíos… -murmuró Ulrich- Esto no implica nada…
-Sí, claro, sin problemas -respondió, mientras veía que el otro se alejaba-. Pues a mi sí me gustan, la verdad… ahora me quedé con ganas.
Se mordió el labio, la erección bajo su pantalón no se bajaba ni aún tatareando alguna canción, necesitaba bajarla de alguna manera, así que empezó a correr hacia donde estaba el otro, al final tenían cosas que hacer.
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Mientras sucedía aquello, Jeremy había llegado hasta la sala donde se haría la fiesta, que era en el salón de actos, al menos el primer evento. La celebración como tal sería en el pabellón de deportes, donde ya comenzaban a poner en orden unas mesas y sillas, dejando las cosas en las salitas que servían como vestuarios, y por tanto, limitándose a dejarlas guardadas. Se encontró allí a sus amistades, charlando en una esquina, sonrieron al verle tan contento.
-¡Hola! -saludó- ¿Qué tal, chicos?
-Te noto animado -comentó Aria, sonriendo- Bien, ¿y tú?
-Pues… bueno, bien, la verdad -estaba algo sonrojado- ¿Puedo hablar contigo, Aria?
Ella se sonrojó algo, pero asintió, y Odd les miró con diversión. Notó que había un pequeño silencio incómodo entre los otros dos, así que se alejó, mientras se reía a carcajadas por dentro, recordando lo que acababa de pasar, seguro que al pobre Ulrich le estaban comiendo los demonios en esos momentos.
-Bueno, ¿qué… necesitas?
Aria se había sentado en un banco cercano, en el exterior, con Jeremy a su lado.
-Bueno, pues… -este carraspeó algo- Quiero agradecerte por… ayudarnos con la lucha contra Xana, y…
Ella asentía a sus palabras, sonriendo suavemente.
-Es un placer, la verdad -comentó ella, sonriendo-, luchar con vosotros por el mundo es… bueno, eso -se rio algo-, pero no querías decirme sólo es, ¿no?
Jeremy asintió, despacio. Se rascó algo la nuca, preguntándose cómo decir y expresarse, quería hacer caso a lo que decía Yumi, pero no sabía el cómo.
-Bueno, yo, eh… -miró a los lados, nervioso- En-en el baile, yo, pues…
-¿Sí?
Ella no lo diría, pero se lo estaba pasando bien viendo aquello.
-Me gustaría… pues… ir con-con…
-¿Con?
Jeremy la señaló, mientras giraba el rostro. Aria asintió, despacio, y tomó su mano. Giró el rostro del chico suavemente, y le tendió un cálido beso en los labios. Este no lo llegó a responder, pero se sonrojó bastante, no se llegó a separar tampoco, pero se le notaba que en cierta medida le gustaba aquello.
-Sé que te gusta Aelita… -murmuró ella, mientras sonreía un poco- Pero mientras llega… bueno, aquí estoy, ¿sabes?
-Gracias… -murmuró el otro- Nunca he tenido amigos, menos novia, ¿sabes?
-Yo tampoco -carraspeó algo Aria entonces-, quiero decir, novio, amigos sí he tenido, pero…
-Pero tienes razón -murmuró él-. Me gusta Aelita. Sé que es humana, y quiero salvarla… Lo siento, supongo, yo…
Ella negó suavemente, tomando su mano.
-Te esperaré -reconoció la chica-, no tengo problemas con eso, la verdad -le sonrió-. El primer paso será bailar contigo mañana, me pondré guapa.
Le besó de nuevo, esa vez en la mejilla, y se levantó, sonriendo. Jeremy la siguió, y comenzaron a andar tranquilamente por Kadic, mientras, al otro lado del edificio residencial, Yumi y Ulrich estaban, no charlando, pero sí al menos algo más cerca.
-¿Te apuntarás también a Pencak – Silat?
-Sí, supongo que sí -respondió ella-, me gusta, me estaba preparando para el campeonato juvenil regional, ¿sabes?
Eso sorprendió al otro.
-Guau… -murmuró, con sorpresa, el otro- La verdad, no me extraña nada, siempre me ganaste fácilmente.
Ella le sonrió un poco.
-Tendrás que entrenar más, entonces -comentó-, te puedo enseñar.
Ulrich se sonrojó algo.
-No estaría mal…
Contemplando la escena, estaban Milly y Tamiya. La primera, algo sonrojada, contemplaba al chico con la cara embobada. Eso hizo que la otra le diera un suave golpe con el codo, haciendo que la otra despertara de la ensoñación.
-Es mono, la verdad -comentó Tamiya, sonriendo- ¿te gusta?
-Pues… un poco, la verdad -Milly soltó una risa algo tonta-, ¿a ti no?
La otra suspiró algo, no sabía ni qué le gustaba, como para saber quién. Pero aquella conversación era demasiado profunda para esos instantes.
-Pero me da que él ya tiene novia…
Milly suspiró, y se limitó a volver hacia su dormitorio, al final tenían cosas que hacer y no querían perder el tiempo. Y así pasó el día, con los jóvenes cenando un par de horas después en la cafetería de la academia, disfrutando de la cena prometida por Rosa, que también les aseguró que la siguiente comida sería especial. Desde luego disfrutaron de la misma, entre risas y bastante contentos todos ellos, con ganas de disfrutar de aquel nuevo curso… sin saber que se iba a desatar una guerra entre dos bandos, cuyo campo de batalla sería dual: en Lyoko, y a la vez en el campus de Kadic.
Xana, por ello, ya tenía claro que sería su siguiente ataque en ese momento, aprovechando que estarían bastante entretenidos con aquel evento multitudinario. Esperaría, pues, al momento oportuno para ello, lanzando su golpe entonces, y en especial, buscándoles dejar con cuantos menos pudieran luchar, mejor. El objetivo era claro: matar a los guerreros Lyoko. Si en el mundo virtual no podía ganarles, tal parecía el caso, lo haría en el mundo real, donde no podían reaparecer. Eso lo había aprendido gracias a su primera sangre, y también había aprendido que era particularmente sencillo hacerlo.
Una lástima que contra ellos no pudiera usar sus malas artes, tendría que buscar el medio para hacerlo, y por eso, esa vez serviría como experimento para un método que sabía, sería útil a futuro. Sabía que el electromagnetismo que usaba era bastante potente, pero tenía que aprender a usarlo, y puede que ese día fuera el momento adecuado, había visto una serie de objetos que podría usar al respecto.
Revisó al completo la red eléctrica de Kadic, colocándose en sus lugares predilectos, y como siempre hacía, la estudio a fondo, buscando nuevos medios y formas de atacar, por si le venían ideas, aunque ya supiera qué hacer en esa ocasión, le gustaba innovar. Para que sus enemigos no supieran cómo iba a actuar en la siguiente ocasión, para que no pudieran predecir su siguiente movimiento. Tenía claro que aquella sería la clave de su victoria.
Y mientras la IA actuaba, los adolescentes hacían su vida normal, ajenos a sus intenciones, al menos en cuanto a la cercanía del siguiente movimiento. Se dedicaron esa noche a descansar, y la mañana siguiente fue bastante ociosa para todos salvo para, como era habitual, Jeremy. Los demás se dedicaron a pasar el día bajo el Sol, aprovechando esas últimas jornadas de calor, con una lata de refresco en las manos.
-Debería bajar más a menudo, se va a quedar ahí mustio, él sólo -comentaba Odd-, aunque creo que antes las ranas crían pelo…
-Crees bien, siempre ha sido… bueno -Ulrich suspiró-. Iré a por él, a ver si se anima.
-Buena suerte, creo que eso, de lograrlo alguien, sería cierta pelirosa -comentó Odd, divertido-, ¡podríamos ponerte una peluca!
Los demás se rieron un poco, mientras el otro miraba al chico con cierta molestia. Mientras se encaminaba hacia el edificio de habitaciones se encontró con Sissi, que le sonrió. El otro imitó el gesto, y la miró.
-Hola Ulrich, querido -saludó ella, sonriendo-, ¿qué tal?
Este suspiró algo.
-Bueno, bien, la verdad…
-¿Tienes chica con la que ir al baile?
El chico se quedó algo blanco. En realidad no se lo había dicho a nadie, pero le gustaba la idea de ir acompañado por alguna chica, en concreto… se sonrojó un poco, y ella le sonrió suavemente.
-Bueno, yo…
-Puedes venir conmigo, si quieres -le dijo ella, pero frunció el ceño al ver a Yumi llegar-, esta es una conversación privada, Ishiyama.
Esta alzó una ceja, divertida.
-Él ya tiene su pareja para el baile, guapita.
-¿A sí? ¿Y quién es?
Yumi frunció algo el ceño, seria, mientras se cruzaba de brazos, algo molesta. Sin embargo, se recompuso y procedió a hablar.
-Pues conmigo, claro.
Los otros dos se sorprendieron por escuchar aquello. Sissi se sintió bastante frustrada en esos momentos, celosa e irritada… mientras Ulrich se preguntaba si eso era un sueño o no. Pero el caso es que estaba despierto y había sucedido, de eso no cabía la menor duda. La mayor le tomó del brazo y subieron por las escaleras, mientras Sissi bajaba algo molesta el rostro, momento en que aparecieron Herb y Nicolas, que la miraron con cierta preocupación. En cuanto pudieron, tras seguirla unos metros, la encararon.
-¿Te… pasa algo?
A esa pregunta de Herb, ella negó un poco, mientras temblaba algo.
-Dejadme… sola…
-Si necesitas…
Antes de que Nico pudiera terminar, ella chilló.
-¡QUE ME DEJÉIS!
Y salió corriendo, echa un basilisco. Pero más que enfadada, estaba dolida y sentía unos celos como nunca. Se había sentido humillada, esa maldita flacucha se iba a enterar de lo que ella era capaz de hacer. No sabía cómo, pero lo iba a lograr, su Ulrich se quedaría con ella y abandonaría a esa mujerzuela que ni vestir sabía. Lo tenía realmente claro, pero desconocía el cómo, y mientras andaba sin rumbo, llegó casi que por inercia a donde estaban ya montando las cosas para la fiesta de esa noche, de hecho, ya varios alumnos andaban ayudando con aquello. Suspirando, salió hacia una de las puertas, donde ya la esperaban los dos muchachos, que la arroparon cuando ella se sentó entre ambos, con cara mustia y los ojos algo rojos.
A la vez, llegaron los demás al edificio, donde se encontraban ya las dos jovencitas nuevas, Milly y Tamiya, preparando las cosas para la grabación del primer reportaje de Kadic, sonreían ilusionadas mientras buscaban el lugar más indicado, todo mientras preparaban el equipo técnico. A la vez, los mayores se dedicaban a preparar las cosas de la fiesta, o por lo menos a ultimar los detalles finales, cuando comenzaron con la grabación. En ese momento llegó Sissi.
-… desde aquí no se puede ver demasiado, pero sin duda, será una gran fiesta, y…
-A la que no podrás asistir, me temo -Milly puso mala cara entonces, por el comentario de Sissi-, no se admiten bebés…
-¡No soy un bebé!
Milly se sentía atacada sin motivo alguno, no lo entendía. Sin embargo, Sissi no se detuvo ahí, si no se podía meter con Yumi… lo haría con ella.
-Además, necesitas ir con alguien a la fiesta, no pretenderás ir sola, ¿verdad?
La aludida, desencajada, miró con los mismos ojos que pondría un cachorro mirando a Ulrich, que comenzó a sudar en frío, mientras Yumi ponía mala cara. No se lo podía creer, pero, sin duda, estaba sucediendo.
-U-Urich, yo… te… ¿te gustaría… venir al baile… conmigo?
Este suspiró. Estaban trabajando en el escenario, pasando cables y poniéndolo todo a punto, de hecho Jeremy se encargaría de dejar listo la mesa de sonidos y los volúmenes, Odd ya tenía en sus manos el micrófono, Aria ayudaba a Yumi en desenredar los diferentes conectores. Sin embargo, estaban más al pendiente de lo que estaba sucediendo que de su labor, a decir verdad.
-Es que yo… ya se lo prometí a Yumi, y…
Sissi puso una sonrisa victoriosa al ver cómo Milly se rompía, humillada, saliendo corriendo de allí. Tamiya fue tras ella, nerviosa y gritando su nombre, los demás se limitaron a suspirar por la actitud de la otra.
-Te has pasado un huevo, Sissi.
A ese comentario de Yumi, la otra le restó importancia con un gesto. En el fondo, y aunque no lo dijera, se sentía mal, pero… no iba a aceptar esa culpa que sentía. Y por supuesto no lo iba a exteriorizar… por ahora y delante de los demás. Pero el daño ya estaba hecho, y por eso, la menor fue directa hacia su cuarto, donde se abrazó a un oso de peluche que tenía en su cama. Tamiya llegó hasta allí minutos después, la vio ahí sentada, llorando un poco, apenada y humillada.
-¿E-stas bien? -preguntó ella- No llores, Milly, esa bruja…
-¡Dice la verdad! -saltó la otra- ¡¿Cómo se me ocurre decirle eso a Ulrich, que es tan guapo, listo, fuerte…?!
La otra se sintió algo incomodada por la afirmación, pero negó.
-No es por eso… -reconoció- Es más porque…
Antes de que Tamiya pudiera terminar, Milly siguió.
-Fui una estúpida, ahora nadie me querrá y me quedaré sola rodeada de gatos… -gruñó, nerviosa- ¡Déjame en paz, Tami!
Y, osito en mano, salió de nuevo de allí, pero esa vez, la aludida la tomó en brazos, dejó al peluche en la cama, y la acompañó hacia el exterior.
-Comer te vendrá bien, Milly…
Cálidamente, tomó la mano de la otra, que miró a su amiga con una suave sonrisa, agradecida por el gesto. Pasearon tomados así, rozando con los dedos la mano de su compañera, sintiendo el suave calor corporal de la otra en sus palmas. De esta forma, bajaron hasta el comedor, al que entraron tranquilamente, juntas, dispuestas a comer juntas por primera vez… en el fondo les hacía ilusión, no se iban a engañar en esos momentos.
Y mientras todo eso sucedía, en Lyoko, Aelita seguía trabajando con su programa. Ya lo tenía todo casi preparado, de hecho había tardado algo más por entretenerse con las maravillas de internet, revisando conceptos como la playa, el mar o las zonas de vacaciones, perdiéndose en filosofar sobre aquellas cuestiones en lugar de seguir trabajando… en ese sentido, era muy procrastinadora, a decir verdad. Pero le agradaba hacerlo, y estaba en ello, cuando sintió el escalofriante pulsar de una torre activada. Suspiró y se levantó, Xana había tardado bastante en atacar, pero… ahora que caía en ello, la última vez, cuando ella conoció a Jeremy, fue algo más inmediato. Puede que ese fuera un dato importante, se lo recordaría.
Se levantó, y, siguiendo las pulsaciones, comenzó a correr por el mundo digital, otra cosa que les iba a venir bastante bien era tener algún tipo de vehículo… El ataque de Xana comenzó en ese momento, esperaba que sus amigos pudieran llegar cuanto antes, para evitar los malos efectos del ataque. En cualquier caso ella se daría prisa en localizarla, para que, en cuanto llegaran ellos, poder desactivarla. Por su parte, la IA había usado un espectro para tomar el osito de Milly, pero… de una forma especial. Usando dicha energía, recreó un peluche gigante, haciendo parecer que lo había vuelto gigante, pero en realidad no era más que electromagnetismo. Sabía que podría hacer ataques increíbles, como lanzar rayos, pero se quería reservas esas cartas. Por ahora, se limitaría a meter miedo, y a confundir al enemigo. De paso, entrenaría su uso para, más adelante, hacer cosas más interesante, y forzaría una vuelta al pasado.
A la vez buscaría información para siguientes ataques, como siempre hacía, con un par de horas entre esa acción y dejarse ver, aprovechando el retraso entre que se activa la torre y es pillada. Aprovecharía esa situación todo lo posible, no se mostraría hasta llegada la noche, en plena fiesta, cuando nadie se lo esperara o diera la voz de alarma, y entre tanto, se pondría a entrenar también con aquel espectro. Según sus cálculos, todo saldría bien, acorde con lo determinado, conociendo a esos humanos como lo hacía. Aeita ya se debía estar dirigiendo hacia la torre e intentando avisar a los demás, pero estos estaban en esos momentos o comiendo o revisando lo de la fiesta, y sin estar atentos a Lyoko… como siempre pasaba.
Efectivamente, no fue hasta un buen rato después que Milly, al volver a su cuarto y echar de menos su osito de peluche, empezó a preguntar por el mismo a los alumnos que veía. Sissi, que en ese momento pasaba por el pasillo, se preguntó si era el momento adecuado de ayudar o no, aunque cuando se acercó la otra le dedicó una mirada de odio que la echó para atrás, aunque no llegó a decir nada.
-Habrá que buscar por el osito en los diferentes cuartos -decía Jim, serio-, no creo que haya ido muy lejos, ¿seguras que ninguna se dejó la puerta abierta en ese rato?
La pregunta, dirigida a Tamiya y Milly, negaron con fuerza, cosa que hacía más raro aún el suceso. En plena investigación estaban, con Sissi abriendo su puerta para demostrar que no fue ella, cuando escucharon gritos en el exterior. Jim, las dos menores y la propia Sissi se acercaron a la ventana más cercana, precisamente la del cuarto de la otra, y vieron a un osito de peluche… extraordinariamente grande, moviéndose por el patio.
-Creo… que ahí esta tu pe-peluche, Milly…
El Sol había empezado a bajar para ese momento, empezando el anochecer, pero la luz seguía siendo lo bastante para ver aquello con total claridad. Y los guerreros Lyoko se comenzaron a mover ante aquella situación, al estar todos en el gimnasio pudieron ver al oso de peluche en primer plano, precedido de los gritos de los demás alumnos, así que rápidamente se dividieron.
-Yo ayudaré a la gente a evacuar, los demás, a la fábrica -Yumi lo tenía muy claro-, ¡venga, vamos!
Los demás asintieron, sin dudar acerca de ello. Fueron corriendo dirección al edificio mientras la otra se dedicaba a abrir las puertas del pabellón para que la gente pudiera escapar, poniéndose de inmediato en la mira de Xana, que se lanzó a por ella.
-¡Hay que darse prisa, para que Yumi no tenga que hacerse cargo ella sola! -decía Jeremy, corriendo por el bosque-, ¡rápido, rápido!
Según bajaron por las escaleras de mano, se dirigieron hacia los monopatines y el patinete, que usaron para desplazarse más rápido por el alcantarillado, llegar a la fábrica, e ir directos al mundo digital. Mientras, Yumi hacía frente a un enemigo mucho más grande y fuerte que ella, huyendo del mismo como podía sin llegar a caerse o rodar por el suelo, cosa complicada por los poderosos golpes del otro.
Si bien estaba demasiado centrada en protegerse, sí que notó que a veces el osito vibraba un poco, incluso se volvía borroso a veces, pero lo achacó al nerviosismo y al estar bajo presión y estrés. Al menos se centraba sólo en ella, no en más humanos. Sin embargo era raro, razonó, que sólo se fijara en ella, igual el ataque no era sólo ese… Fue corriendo a la fábrica al mismo tiempo que, en la misma, los demás entraban al mundo virtual a través de los escáneres, en concreto, al sector del desierto.
-La torre está por allí -señaló Aelita, dirección a una zona por debajo del nivel general del sector-, se puede acceder desde un desfiladero, pero hay un megatanque, y es imposible entrar…
-Bien, os bajaré a ti y a Ulrich -Aria sonrió-, Odd, ¿podrás bajar por tu cuenta?
-¡Por supuesto, guapa, será sencillo para Odd el Magnifico!
Y este se dejó caer por la pared, sólo deteniéndose cuando clavó sus garras en la pared, alertando así al monstruo de Xana, mientras la otra extendía sus alas, tomaba a los otros dos de los hombros, y a su vez recorría la pared, hasta que se separó y recorrió las corrientes de aire del sector, procurando dejar a ambos lo bastante cerca de la torre, escuchando en todo momento cómo el monstruo cargaba su potente disparo.
-¡Vas a tener que dejarlos caer antes de que dispare, o no podrás esquivarle!
Ella tenía claro que esas palabras de Jeremy eran una verdad absoluta, pues aquel ataque los desvirtualizaría a los tres de alcanzarles… por eso les dejó caer en cuanto pudo, aleteando todo lo rápido que pudo cuando el megatanque liberó su ataque. El láser recorrió la explanada, ellos pudieron evadirla con cierta soltura, hasta que vieron llegar un par de cubos, que comenzaron a disparar según se colocaron en una posición segura tras el monstruo mayor, y que se dedicó a rodar por la zona, evitando en todo momento la torre.
Los guerreros se pusieron en acción entonces. Aelita comenzó a correr, seguida de Odd, que la protegía con su escudo, mientras Ulrich usaba su espada para detener los disparos de los cubos. Aria, por su parte, tomó su palo, que pasó a ser una gladius de plata, y corrió hacia el megatanque a toda velocidad, y cuando estuvo a la distancia indicada, dio un gran salto, y mientras caía sobre el monstruo, enarboló su arma y la lanzó contra la hendidura que servía de separación de los dos lados, que empujó más aún cuando aterrizó sobre esta, logrando detener a aquella criatura… que se abrió, dispuesta a lanzar su ataque.
Ulrich, viendo aquello, esprintó para salvarla, cortando a los cubos en el proceso, pero para cuando llegó, Aria ya había recuperado su arma en ese intervalo y la había clavado en el ojo de Xana, haciendo estallar al monstruo. Aelita ya corría hacia la torre en esos momentos, se dieron cuenta que Odd había sido desvirtualizado ya que no estaba por allí, así que se limitaron a chocar las manos.
-Buen trabajo, Aria -felicitó Ulrich-, cada vez lo haces mejor.
Esta asintió, suavemente.
-Gracias, tu tampoco lo haces mal -se rio un poco-. Habrá que dar una vuelta al pasado, ¿no?
En la fábrica, Jeremy había recibido la llamada de advertencia de Yumi, sobre la posibilidad de un segundo ataque, pero no había visto nada fuera de lo común en cámaras… En todo caso, había que dar una vuelta al pasado, y mientras Jeremy tecleaba en el súper ordenador, una idea llegaba a la mente de Odd, que salía del escáner con una sonrisa divertida en el rostro. Un parpadeo más tarde estaban de vuelta a cuando Ulrich se dirigía hacia el cuarto de Jeremy, horas antes, a sacar al muchacho a airearse.
Antes de que Yumi se adelantara, fue él el que se acercó a Sissi, la tomó del brazo ante la atónita mirada de Ulrich, y se la llevó a un lateral. Ella al principio estaba ceñuda, pero algo le debió decir Odd que hizo que su rostro se sonrojara suavemente, así que se limitó a marcharse por donde había venido.
-¿Qué le dijiste?
A esa pregunta de Ulrich, el otro se limitó a sonreír.
-Le he comentado que tengo un regalo para ella…
El otro le miró, alzando una ceja.
-¿No serás tú?
-¡Exacto! Así nos evitamos jaleos -sonrió con diversión-, nos vemos, ¡voy a divertirme!
Y subió por las escaleras a toda prisa.
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Espero que os haya gustado leerlo tanto como a mi escribirlo. Este fanfic está conectado con Nueva Generación: Proyecto Cartago, y que se encuentra más adelante en la línea temporal de este. Habrá referencias en ambos de eventos del otro.
