15 de Junio de 2003
Como notarán hay un ligero cambio en el formato de este fic. Personalmente me cansa mucho escribir el nombre de los personajes al principio de cada diálogo así que lo he cambiado, para aquellos que no les guste lo siento de veras, pero me es muy incómodo de escribir, perdonen este repentino cambio. También cambiaré el formato de los episodios anteriores, no habrá un cambio muy importante, solo para que lo sepan ^^ (Y no, no se preocupen lo haré cuando termine el fic ^^UUU). (Alguien me preguntó porque utilizaba este formato y como sabrán este fue mi primer fic por lo que andaba por aquello de probar, no lo cambié más bien por estética, eso de tener mitad del fic de una manera y la otra manera de otra queda relativamente mal :P, pero ahora me he cansado y he decidido mandar al infierno todo XD)
AVISO. Bla, bla, bla, bla. Bla, bla, bla... Esto es un resumen, pero ya saben lo que quiero decir, q no lo saben, pos váyanse al primer capítulo que ahí viene :P
*pensamientos*
"Sueños"
- Conversaciones-
~~~~ Flashback ~~~~
-~-~-~*-~-~-~*-~-~-~ Cambio de escenario
Sakura volaba por los cielos intentando llegar a la casa de Tomoyo, allí el pequeño estaría bajo la seguridad de sus amigos. Volaba con todas sus fuerzas, sabía que todo había comenzado, sabía que la lucha sería dura, sabía que no ganarían todas las batallas, pero una cosa podía jurar.
- "Esta guerra no la ganarás tú Lucifer, esta guerra la ganaremos nosotras"- Pero lo que Sakura no sabía es que esta lucha sería la más difícil que enfrentaría. La más difícil de todas.
CAPÍTULO 13: PALOMAS vs ÁNGELES CAÍDOS 2
Primeras Lágrimas
¿Quién nos creo?
¿Por qué nos creó?
¿Para que nos creó?
¿Para sufrir?
¿Para ver como el mundo se derrumba?
¿Estamos aquí para perder todo lo que hemos conseguido?
Dime, contesta a mi plegaria...
¿Solo somos tus marionetas?
¿Era acaso este nuestro final?
¿Qué nos llevó hasta este lugar?
¿Tú o nosotros mismos?
Si este fue tu deseo, dime... ¿tenía que terminar de esta manera?
Gritos, dolor, gente huyendo, sufrimiento, una fría sombra sobre nuestras cabezas, tristeza, un alma en pena caminando entre la muerte, pena, cuerpos delante de ella, agonía, cuerpos a sus lados, desesperación, sangre... sangre... sangre....
¡¿Por qué?!
¡¡¿Por qué?!!
¡¡¡¿Por qué?!!!
¡¡¡¡¿Por qué?!!!!
¡¡¡¡¡¿POR QUÉ?!!!!!
La ciudad se encontraba enmarcada en un estrella de fuego, una estrella de perdición, una estrella que marcaba el fin de su existencia y el principio del infierno, una estrella que les transportaría a la eterna tortura en las salas del diablo. Todo lo que ahora veían no era más que una ilusión terrenal, una vana ilusión que se desvanecería, donde el principio de la agonía comenzaría, solo era cuestión de tiempo, solo debían esperar... esperar... esperar...
La habitación se encontraba en sumo silencio, nadie se atrevía a emitir ningún sonido. Shaoran se encontraba al lado de la ventana mirando el rojo cielo que invadía la ciudad, su mirada se encontraba perdida mientras que su corazón latía con normalidad, su espíritu se encontraba abatido y su pensamiento no podía evitar ver una vez más la imagen del pequeño cuerpo cayendo sobre el suelo. Giró la cabeza a un lado y delante de él aún se hallaba esa extraña esfera negra, la cual no había cambiado de estado ni posición, nada. Solo se encontraba allí, envolviendo los cuerpo de las chicas, sin poder saber si se encontraban bien o si por el contrario habían... no sabía ni siquiera lo que podría haberles pasado, no sabía si lo que la joven Kinomoto había realizado podría peligrar o no su vida junto con la de Katsumi, no sabían nada, vivía en una incertidumbre.
Touya permanecía sentado delante de la mesa donde antes se habían reunido todos, con su hijo a su lado y su amigo al frente, los tres se encontraban también en silencio. Touya tenía la mirada entrecerrada con su típica expresión huraña, sus pensamientos estaban con su esposa, no podía evitar sentirse inquieto, sentirse preocupado por su bienestar, acababa de ver como una vida frágil y delicada había sido arrebatada por un ser oscuro, una vida tan efímera, con tanto que le quedaba por ver, por escuchar, por sentir, por vivir... como médico no pudo evitar sentirse impotente al ver a la pequeña en los brazos de su padre, ver como su último suspiro se lo llevaba el viento, era duro ver una vida humana partir pero era peor ver como partía sin poder hacer nada por retenerla.
Yukito había dejado sus gafas sobre la mesa, su frente estaba apoyada sobre sus manos. Miraba la mesa como si fuera algo interesante, como si en ella pudiera encontrar la respuesta a sus preguntas, como si las marcas de la madera le pudieran guiar a escoger el mejor camino a seguir. Una vez había perdido la preciosa alma de su esposa y ahora se encontraba en la situación de que su hija podría desaparecer, como su esposa. Lo único que le quedaba en este mundo podía desaparecer delante de sus ojos sin que pudiera evitarlo. Todo esto era responsabilidad suya, él fue el causante de que el cuerpo de su hija se convirtiera en el recipiente que contuviera el alma del ángel guardián de las Sakura Cards, él fue quien le legó a su hija una tarea que debería hacer él hasta el fin de sus días, pero como humano que era él, algún día moriría y entonces quién protegería las Sakura Cards... sabía que aún a pesar de las consecuencias era el paso debido el dado, aunque las consecuencias fueran desastrosas. Sin embargo su corazón gritaba que debía haber evitado que llegaran a este punto, aunque supusiera su propia muerte, aunque después le hubiera causado una gran tristeza a su hija, cualquier cosa hubiera sido mejor que dejar a su propia hija en manos del destino, cualquier cosa hubiera sido mejor...
El joven Tatsuki aún no podía asimilar la perdida de la pequeña Lily, la mejor amiga de su prima, una niña siempre alegre y vivaracha, una niña con sus rarezas pero siempre amable y gentil, una niña... una pequeña a la que conocía desde que había nacido y a la que había visto crecer. Su corazón latía preocupado y sin poder remediarlo lanzó una mirada a esa esfera con la esperanza de volver a ver salir de ella a su amiga y su prima, pero nada había cambiado desde la última vez que había mirado, seguía allí, quieta, sin emitir reacción alguna que les hiciera saber lo que pudieran estar pasando su prima y su amiga. Su primita siempre tan molesta, un bichejo enano al que apreciaba por su alegría y su bondad, tan ingenua y tan pequeña, tan joven para estar viviendo esta experiencia. Su corazón no paraba de temer que su futuro acabase igual al de la pobre Lily, un futuro corto, no... no deseaba eso, pero no podía pensar en otra cosa.
Eriol había permanecido abrazado al cuerpo inerte de su hija durante segundos, luego minutos, hasta que pasaron horas, el hombre no se separó de su cuerpo, meciéndolo y acariciándolo como si estuviera durmiendo, como si durmiera tranquilamente en un lugar maravilloso. Al cabo de unas horas elevó el cuerpo en sus brazos y lo llevó arriba, el suelo estaba encharcado en sangre y la ropa del caballero inglés también, manchado de la sangre de un inocente, que no había tenido tiempo de ver lo que realmente era la maldad. Su rostro estaba pintado por lágrimas y manchado por pintura de la vida perdida esa noche o... mañana, ya no sabían si el tiempo había avanzado o simplemente se había detenido en una horrible pesadilla. Eriol se había dirigido al cuarto de su pequeña y había introducido el cuerpo en la cama delicadamente, había apartado el cabello de su hija para ver el rostro ya pálido y los labios morados, cogió la manta y las sábanas, la tapó para finalmente besarla la frente y dejarla reposar. Más tarde se levantaría y se encontraría mejor, le sonreiría y le daría los buenos días, como hacía cada día, esa risueña mirada y esa dulce sonrisa que la adornaban el rostro le saludarían y le alegrarían el día. El hombre se acercó a los ventanales del cuarto y puso la mano sobre las cortinas cuando vio que se estaban manchando de algo que tenía en las manos, las apartó y vio como sus manos estaban manchadas de un líquido rojo, miró su cuerpo y su vista recorrió un camino a lo largo de sus manos y brazos para parar en su pecho y ver su camisa. Se había teñido también de rojo, se dio la vuelta y miró a su niña dormir, se acercó a ella y la llamó con suavidad.
- "¿Lily?"- La niña seguía con los ojos cerrados- "¿Lily?"- No parecía despertar, quizá estaba muy cansada, demasiado cansada para abrir los ojos y responderle- "¿Lily?"- Se acercó a la pequeña y la destapó, viendo su pequeño cuerpo manchado de sangre, de repente su mente volvió a la realidad y las lágrimas empezaron a caer nuevamente, hasta que el hombre cayó sobre el cuerpo de su hija aferrándose a sus manos- "¡Lily!"- Los lamentos de su alma hacían eco por la casa.
¿De qué nos sirve vivir si desde un principio seremos castigados por una eterna tortura?
Una estrella de 5 puntas, 7 Palomas, 7 Ángeles Caídos, una batalla que acababa de iniciarse, solo Dios o el Diablo sabrían el final.
La flecha que había salido disparada al hombre iba certera y rápida, sin titubeos. Una flecha que tenía el color de la pureza, el color de las nubes del cielo azul, una flecha de pureza y de poder que se dirigía al pecho de un hombre de oscuras intenciones. El hombre que se hallaba quieto se mantuvo así hasta el último momento, en el que se apartó y saltó sobre uno de los pupitres, la joven levantó su mano derecha y con un movimiento rápido hacia su lado derecho dirigió la flecha tras el hombre, que volvió a evitar la flecha y ahora se encontraba sobre la mesa del profesor. La inminente llegada de la flecha fue detenida en el momento en que la espada del hombre fue desenvainada, la punta de la flecha se encontró con el filo de la espada y mientras la flecha no cejaba de su intento por llegar a su destino, el hombre no desistía. La fuerza de la flecha empezó a hacer efecto sobre el hombre pero este solo sonrió y con un fuerte impulso de sus brazos echó hacia atrás la flecha, que salió despedida hacia un lado, partida por la mitad, dejando la flecha separada por dos mitades iguales.
- "Esa clase de trucos no valen conmigo Niña, esta es noche de Luna de Muerte, no esperes detenerme con trucos baratos"- La Paloma hizo aparecer una pluma en sus manos y cogió otra palo de su bolsita, pasó la pluma por sus labios haciendo que su lengua la rozase. Sin más dilación introdujo la pluma en el palo, lo posó sobre su mano empezando a tensar el arco e incrementando su poder hasta alargar las cuerdas de su arma hasta adquirir el tamaño necesario y finalmente soltar y liberar la flecha. Esta flecha tenía la punta de oro e iba directa al pecho del hombre.
- "Puede que mis flechas aparenten no ser rival contra tu espada, pero no creas que es así"- La mujer soltó la flecha y fue con una velocidad increíble, obligando a Deiel contener con más fuerza que antes el ataque de la flecha y mientras él contenía su fuerza La Niña se dispuso a sacar dos flechas más que lanzó de una sola vez. El hombre apretaba sus dientes con fuerza mientras contenía la flecha, pero su aparente resistencia no era más que teatro, con una sonrisa sardónica en sus labios volvió a partir la flecha y con maestría se quitó la chaqueta al dar un giro y la lanzó sobre las otras dos flechas haciendo que cayeran al suelo con la chaqueta encima. El hombre vestía una camiseta sin mangas que le alcanzaba hasta la mitad del torso tapando su pecho, esta camiseta tenía varias prolongaciones que se unían a otras prolongaciones del pantalón y se unían mediante hebillas- "¿Cómo? ¿De qué estaba hecho esa chaqueta?"- Preguntó aún sin entender como una simple chaqueta pudo neutralizar sus flechas.
- "Esa chaqueta esta hecha con piel de mis torturados"- Dijo relamiéndose los labios- "Y tiene el poder de sus almas torturadas"- La Niña no podía evitar sentir tal repugnancia que le daban nauseas el solo mirar a ese hombre. El hombre se sentó sobre la mesa con una pierna apoyada sobre ella y la otra colgando, la espada a su lado con la punta clavada sobre la mesa y su mano sujetándola por el mango. Se estaba burlando de ella- "Me encantará añadir tu piel a mi chaqueta una vez que halla acabado contigo, o tal vez no sea necesario esperar a que te mate"- El hombre tenía un brillo en la mirada, un brillo decidido y a la vez sádico- "Pero algo que me apetece de verdad es corromper ese alma tuya, me encantaría torturarla para que sintiera el placer de la agonía"- El hombre sintió un escalofrío de placer ante ese pensamiento.
- "Antes el infierno a caer ante ti"- La mujer puso su arco horizontalmente e hizo desaparecer el hilo del arco. Con las dos manos en el centro del arco lo fue separando lentamente mientras a su vez en el centro aparecían dos alargados brillos muy luminosos. Cuando los separó completamente se podían apreciar dos filos cortos de unos 20 centímetros. Los filos eran afilados y brillaban como la luna cuando estaba llena. El hombre mostró otra vez una sonrisa y arrancó la espada de la mesa para ir corriendo hacia la mujer y saltar sobre ella llevando su espada desde atrás hacia delante y darle un golpe que caería pesado, tan pesado que cuando la mujer lo detuvo con las dos espadas cortas el suelo bajo sus pies se resquebrajó y los dos cayeron al piso inferior.
¿Si nuestra vida fue creada para este propósito para que nos diste la esperanza de un futuro brillante y esplendoroso?
- "Puro poder del cielo reclamo lo que es mío y reniego de este cuerpo. Yo soy Paloma de bien, Paloma que protege el pilar de la madurez y la experiencia, yo protejo a los seres humanos en su madurez, a la mujer y al hombre que pasan la barrera de la infancia, que protege el corazón de la sabiduría adquirida por la experiencia. Reniego de mi humanidad para volver a mi inmortalidad"- La mujer se transformó en un ángel de cabellos cortos pero con dos largos mechones a los lados de su rostro, cerró sus ojos arrancó el pendiente que le colgaba en la oreja y lo puso delante de ella formando una larga lanza, la cual enseguida guió, apuntado hacia delante el pico de su afilada cuchilla, hacia la mujer de provocativas curvas.
- "Me aburres Mujer, o me atacas o me voy a otro sitio a pasármelo mejor"- La Mujer no dudó ningún minuto más y atacó a Katane. La otra mujer por su parte se arrancó un pendiente que transformó también en una lanza, que a diferencia de la lanza de Sam tenía la forma del filo rectangular y largo. Las dos lanzas se cruzaron y las mujeres se miraron a los ojos.
- "Este es mi territorio y nadie jamás me ha vencido en él"- Advirtió al Ángel Caído.
- "Entonces siéntete contenta de que yo sea la primera"- Dijo con una sonrisa sádica y sedienta de sangre. Las dos mujeres quedaron quietas mirándose una a los ojos de la otra. Ninguna de las dos realizó movimiento alguno hasta que a su lado cayó lo que parecía ser una hoja ensangrentada. Al mínimo roce de la hoja sobre el suelo las dos mujeres se separaron de un salto dejando un espacio entre las dos para después volver al ataque. Una sobre la otra, sin piedad, sin miedo alguno, sin nada ya que perder más que sus propias vidas, las cuales no significaban nada si sus objetivos no se lograban. Katane estaba a la defensiva mientras que La Mujer atacaba con saña y furia, a cada golpe empleaba todo su fuerza y su desesperación, toda su ira y sus ganas de vencer esa batalla, quería terminar con esto, quería acabar con ella y quizá esos sentimientos tan desesperados la hicieron perder la concentración de lo que realmente hacia en ese lugar, el fin real de lo que las llevo a ellas, las Palomas, a volver a la tierra en esa forma tan primitiva, en esa forma humana. Esa era una batalla que no debían ganar con urgencia sino con serenidad y confianza, confianza en su misión y en su señor.
¿Por qué nos enseñaste un futuro inalcanzable que jamás veremos? ¿y qué desde un principio jamás íbamos a ver?
Las dos mujeres seguían enzarzadas en la pelea mientras que los golpes de una, iba siendo parada por la otra, ninguna de las dos era mejor que la otra sino de igual habilidad y destreza, lo que hacía casi imposible avanzar un paso sin ser interceptada. Era imposible avanzar si tu oponente era igual de hábil que tú o si tus pensamientos eran leídos como si de un libro abierto fuera. Todo parecía quedar en tablas cuando en un movimiento inesperado Katane se arrancó el otro pendiente y de él formó una daga la cual ensarto en un costado de la Paloma sin que esta lo viera venir.
- "Juegas... sucio"- Dijo La Mujer mientras sentía como el puñal iba siendo dirigido por el Ángel Caído hacia el interior de sus carnes, con saña y fuerza lo clavó hasta meter todo el filo en su costado.
- "¿Y qué pensabas? ¿Qué iba a quedarme aquí luchando hasta que encontraras una forma de derrotarme? Pero no pienses que las cosas son así, para darlas más emoción deberías de saber que este no es un puñal cualquiera, deberías de saber que las armas que nosotros utilizamos fueron bañadas con sangre de demonio y si no me equivoco, los ángeles como tú, se debilitan con esa sangre"- Rió Katane.
- "Si haces algo mal hazlo a lo grande ¿no es así?"- Dijo mientras sonreía.
- "Es como un veneno para vosotras al igual que para nosotros, después de todo también fuimos ángeles, pero al convertirnos el veneno se convirtió en mortal para nosotros, en cambio para vosotros... en una dosis adecuada os puede aniquilar"- Dijo la mujer ahora sacando el puñal de su costado. Con ello provocando la salida de una gran cantidad de sangre, una sangre muy clara y roja, no como las de los humanos, que era un tanto más oscura, sino de sangre pura, de pura sangre de un ángel sin pecado.
- "Sí, pero sabes bien que nosotras no estamos aquí para mataros, sabes que nosotras no utilizaremos jamás esas técnicas para conseguir nuestro objetivo"- Dijo agarrándose el costado intentando evitar que sangrara más de lo que ya sangraba.
- "Sí, sé todo eso e incluso mucho más. Hay cosas que vosotras no sabéis de este mundo, cosas que escapan a vuestro entendimiento e incluso al nuestro, pero en una cosa estamos empatadas"- Dijo pasando sus labios por la sangre que derramaba el puñal.
- "¿Y qué es eso en que somos iguales?"- Gritó mientras se ponía recta dispuesta a volver a la batalla.
- "Que al igual que tú, yo no te puedo matar, no tengo ese placer"- Y las dos se volvieron a abalanzar una sobre la otra dando de nuevo el comienzo de la lucha.
Te ruego que me digas cuáles son tus intenciones para con nosotros y estos seres que fueron creados por ti. Por favor responde a mis dudas y líbrame de esta incertidumbre que me separa de ti.
La mujer quedó delante de ese hombre que le había arrebatado su más dulce y preciado tesoro. Ahora sin los puñales sujetándola podía moverse, tal vez se encontrara herida, tal vez su fuerza no fuera comparable con la suya pero eso ya no importaba, ahora solo podía ver una cosa y era el cuerpo de su pequeña cayendo al suelo y finalmente dando su último suspiro de vida en los brazos de su esposo.
- "Maldito. Maldito. Maldito"- Repetía con lágrimas en sus ojos. El hombre solo la miraba con una sonrisa en sus labios.
- "Ver el dolor en tus ojos es la mayor recompensa que podía haber recibido. Sigue así, siéntelo... dolor, ira, furia, desesperación, sufrimiento, soledad y más que nada... sed de venganza... siéntelo... siente esas ganas de matarme"- Tomoyo se encontraba sentada en el suelo con sus piernas extendidas y sus manos apoyadas delante de ella. La mujer seguía derramando lágrimas por el pobre alma de su niña que había tenido que experimentar este sino tan desavenido.
- "Solo era una niña, solo era un ser inocente, alguien que no merecía perecer en tan horrible momento"- Dijo entre lágrimas.
- "Pues pídele explicaciones a vuestro señor... ¿no era él quién protegía a sus creaciones? Entonces... ¿por qué no la protegió a ella?"- La mujer seguía sin levantar la cabeza mientras el hombre sonreía conociendo la respuesta.
- "Sabes bien que nuestro señor ama a sus hijos, tanto... que sufre al verlos en esta situación, pero también sabes que es pecado intervenir en el sino de cualquier ser. Sabes bien que no podemos evitar algo que un ser tenía que vivir porque ese era su destino. Nuestro señor no puede intervenir para alargarle la vida a un ser que ya tenía su destino terminado, sabes que es pecado complacer a los vivos, no es de nuestro poder hacer fácil o difícil la vida de alguien, es esa persona quien se labra su destino, nuestro señor no es quien para intervenir en las decisiones de sus creaciones, ellas son quienes deciden tanto para su bien como para su mal"- La mujer levantó la vista y aunque las lágrimas persistían sus ojos se mostraban desafiantes.
- "¿Entonces dices que fue nuestro destino caer del cielo y que nos cortaran las alas?"- Dijo el hombre mientras se acercaba a la mujer con su espada rasgando el suelo. Levantó el brazo con fuerza y apuntó la punta de su arma en la cara de la mujer.
- "Tú fuiste quien decidió su destino cuando rechazaste la voluntad de nuestro señor"- Dijo con fuerza y sin temor.
- "Tú fuiste quien rechazó su destino junto al mío. Tú fuiste quien me negaste tu amor"- Dijo agachándose apoyando una rodilla en el suelo.
- "Yo jamás te rechacé, fuiste tú quien rechazó su misión, yo te amaba, pero no supiste aceptar ese amor"- El hombre tocó con sus dedos la barbilla de la mujer mientras seguía apuntando con su arma el rostro de la Paloma.
- "Tú amor... ¡Ja! no me hagas reír. Siempre preferiste ser esclava de tu misión como ángel que ser mi compañera"- La mujer levantó la mano y el tocó la suya.
- "No te sigas mintiendo, sabes bien que siempre te he amado, siempre fuiste el ser al que más he adorado, pero tus propios temores te cegaron, yo jamás te rechacé, jamás antepuse mi misión como ángel ante tu amor. Mi misión siempre ha sido importante, pero no hasta el punto de anteponer tu sonrisa por ella"- El hombre movió su mano hasta detrás de la cabeza de la mujer y le agarró de los pelos tirando su cabeza hacia atrás.
- "¿Acaso te crees que soy tan estúpido para dejarme convencer por meras palabras?"- Dijo ahora con un semblante triste en su faz. El hombre miró a la Paloma a los ojos y no pudo ver rastro de odio, no pudo ver la agonía de haber perdido a un ser amado, ¿por qué no le odiaba como él la odiaba a ella?
- "Puedes infringirme todo el dolor que quieras pues sé que tu dolor fue más grande que el mío. Renunciaste al amor y también a tu misión como Paloma, renunciaste a lo que más amabas y entiendo ese dolor. Podré llorar la perdida de mi hija, podré culparte de lo que has hecho, pero eso no aliviará mi alma, eso no me la devolverá, eso... no se podía evita pues así estaba marcado. Quizá por ello, maldigo al destino que designó este desenlace para mi hija"- El hombre apretó su puño y ahora acercó el filo a su garganta.
- "No puedes entender mi dolor, como lo puedes entender si en esta vida, en este cuerpo, has amado a otro, a un hombre, ahora ya le perteneces, eres su mujer ¿cómo puedes comprender mi dolor?"- La rabia que denotaban sus palabras no podían compararse con el dolor que sentía su corazón ante ese hecho.
- "El amor que siento por mi esposo es diferente al que sentía por ti. Sí, le amo y daría mi vida por la suya, pero mi amor a él es distinto al que sentía por ti, te amaba por quien eras al igual que amo a mi marido por quien es. Ningún amor es único en este mundo, cada uno ama a las personas de diferente manera. Aunque ame a mi marido también te amo a ti, aún a pesar de todo este tiempo, aún a pesar de tu traición a nuestro señor, porque yo amo al ser que tú eres, pese a tus acciones"- El hombre se separó de ella y la dejó tirada en el suelo.
- "No podía esperar otra cosa de una Paloma. Compasión, amor al prójimo y aunque tus palabras fueran reales, las cosas ya no pueden cambiarse, las cosas son como tenían que ser, tú debías sufrir por tu destino y yo debía de ser el que te provocara ese dolor, aunque tus palabras fueran verdaderas las cosas no pueden deshacerse y por ello antes de arrepentirme prefiero acabar con esto"- El hombre se dio la vuelta y vio a Tomoyo de pie preparada para luchar, como debía ser... como estaba predestinado...
Dime señor... ¿por qué no me respondes? ¿tan poco valoras nuestro dolor para no responder a nuestras plegarias? Tú eres quien nos creó y nos dio esta vida... ¿no puedes darnos las respuestas para este trágico final?
Todo estaba oscuro... ¿era de noche? no lo sabía. De repente algo ante ella se iluminó y pudo ver la imagen de una casa. ¿Dónde estaba? No sabía que había pasado después de haberse precipitado en ayuda de su amiga y ahora guardiana. ¿A qué lugar había llegado?
- "Al comienzo"- Dijo una voz masculina cómo si hubiera escuchado su pregunta, esa misma voz que siempre hablaba con ella en sus sueños.
- "¿Qué comienzo?"- Preguntó aturdida.
- "Ahora lo sabrás"- Aika vio ante ella a una niña de pelo corto y castaño y ojos verdes que se parecía a ella, pero su pelo era más claro... ¿podría ser su madre?. La niña corrió detrás de la versión infantil de su madre cuando esta pasó la valla de su casa. Sakura entró en su casa como siempre después de las prácticas de animadora en el colegio. Ese día había sido un tanto raro, con esos extraños sueños y la visión de ese bastón... Aika no podía ser percibida por su madre ya que estaba en un sueño y todo lo que hiciera no era real, solo un simple recuerdo del pasado que se representaba ante sus ojos, como las otras veces o al menos eso pensaba. Siguió a su madre dentro de la casa y allí vio como la pequeña Sakura iba a la cocina para abrir la nevera y coger un flan. En ese momento escuchó un ruido, un ruido procedente del sótano. Aika se dio la vuelta y miró a la puerta, el ruido provenía de abajo. Sakura cogió su bastón de animadora y se dirigió con sigilo a la entrada que llevaba al sótano. Aika la seguía de cerca, ¿sería un ladrón? No sería lógico, ¿un ladrón en el sótano? No, pero entonces... ¿qué sería? Las dos niñas bajaron por las escaleras que dirigían al sótano y allí Aika se encontró con una gran biblioteca.
- "¡Una biblioteca! ¿La biblioteca del abuelo?"- La niña empezó a recordar la gran cantidad de libros que había en la casa, la verdad es que hasta ahora no se había parado a pensar en la gran cantidad de estanterías con libros que había disperso por toda la casa y en el despacho, incluso en el cuarto de su abuelo, también había varios estantes en el desván, en el sótano no había mirado, pero ahora que reflexionaba, seguramente habría más libros, la pequeña suspiró con una gota en la cabeza. La pequeña Sakura Kinomoto entró en la biblioteca y allí recorrió los estantes de libros buscando de donde procedía el sonido que había escuchado, pero no vio nada, se acercó a una de las estanterías y no vio nada, por lo que se dio la vuelta y quedó ahí parada sujetando el bastón con fuerza, por su parte Aika miró también en las estanterías cuando vio el libro de Clow en una de ellas- "¿El Libro de las Clow Card?"- Aika había oído hablar de la cacería de su madre por su descuido al abrir el libro de las Cards. Aika lo fue a tocar cuando el libro brilló, su madre que estaba de espaldas se dio la vuelta y se acercó con lentitud al estante. Aika retrocedió unos pasos y dejó paso a Sakura, pero en aquel momento sus ojos captaron algo, la pequeña vio un libro muy extraño, sin nombre. Sakura volvió a pasar esta vez con el libro en las manos y vio como lo abría y sacaba una card de dentro de él, miró la card y leyó las palabras en inglés, Aika vio como un círculo de viento se formaba a sus pies y a la mención del nombre completo de la card su poder se hizo activo y las cards del libro salieron despedidas por el aire- "Con que así liberó mi madre las cards"- Pensó al ver como la pequeña Sakura se tapaba del fuerte viento, pero en seguida Aika se distrajo, ese hombre de nuevo.
- "Aika... el libro..."- La pequeña movió la cabeza para ver el libro, se quedó quieta mirándolo, por su apariencia era algo viejo. Dudaba si tocarlo o no, después de todo... ¿cómo podría tocar algo en un sueño? La joven se acercó unos pasos y levantó la mano hacia el libro pasó sus dedos por el libro sin tocarlo, solo sintiéndolo... sintió algo muy extraño. De repente oyó un sonido y giró su cabeza para ver a una Sakura meneando a un peluche amarillento... Kero. Suspiró con alivio pero en seguida se percató de que había apoyado su mano en el estante... ¡lo podía palpar! Retrocedió unos pasos... ¿qué significaba todo aquello?- "Tócalo..."- La voz la incitaba a que lo tocara y su propia curiosidad fue ahora la que la guiaba. La pequeña posó sus dedos sobre el libro y lo empezó a sacar del estante hasta tenerlo en sus manos, fue entonces cuando vio que no tenía portada y su color era marrón envejecido, un libro muy viejo sin duda. Abrió las tapas del libro y miró a ver si podía encontrar alguna palabra que le dijera cual era el título del libro, pero no halló nada, solo páginas y páginas amarillentas del tiempo sin palabras escritas, ni frases ni letras... nada.
- "¿Qué clase de libro no tiene letras ni palabras?"- Se preguntó en voz alta hasta que la voz que siempre la seguía en sueños se oyó cercana y fuerte, respondiéndola.
- "La clase de libro que esconde muchos secretos"- La pequeña levantó la cabeza del libro cerrándolo a su vez y vio ante ella un hombre alto, un hombre sin rostro.
- "Entonces este es..."- El hombre afirmó y la pequeña miró el libro de nuevo, con detenimiento- "Pero... ¿Cómo...? ¿Así? ¿Tan fácil?"- Dijo la pequeña aún anonadada.
- "Sí, así, tan fácil"- Dijo el hombre con serenidad. La pequeña quería descubrir ese rostro pero no lo pudo ver.
- "Entonces... sólo tengo que volver y dárselo a mi madre ¿verdad?"- Preguntó al desconocido. el hombre volvió a asentir- "¿Pero cómo puede ser que...?"- Dijo la pequeña aún sin saber el porque de este extraño encuentro don el libro.
- "Porque tú eres su dueña... ¿no te has preguntado por qué hasta ahora no has cambiado las Sakura Cards en tuyas? ¿cómo has podido utilizarlas? Porque no es tú libro, es el libro de tu madre y por ello, por la sangre que corre por tus venas puedes utilizarlas, porque parte de su poder está en ti, pero un día llegará en el que tendrías que descubrir que esas cards no son tuyas, que ese poder es solo un préstamo, que tu verdadero poder reside en otro lugar"- La pequeña le miró sorprendida.
- "Pero..."- Las dudas de la pequeña aumentaban a cada palabra del hombre.
- "Este libro ha estado esperando dentro de ti, aguardando tu llegada, este libro es un libro donde esconden los más innombrables secretos de este universo, este libro cierra en sí todos los secretos que se guardan en este mundo, incluso los secretos que huyen de ti"- El hombre se acercó a ella y se arrodilló, el rostro escondido en una sombra- "Con este libro puedes conocer todos los secretos que te rodean, incluso el que tu madre te ha escondido por tanto tiempo... Aika..."- La pequeña agarró el libro y lo estrechó contra su pecho.
- "Pero... este libro es para ayudar a mi madre... yo... no quiero saber nada..."- Dijo desviando la cabeza hacia un lado.
- "Pequeña... ¿no deseas saber el secreto de tu madre? ¿Qué mal puede causar que descubras un secreto, si es por tu bien? Si no... ¿no estaría mal que quisierais descubrir ese otro secreto que tanto anheláis saber y que decís que es por el bien de la humanidad? Un secreto son solo palabras que no han sido dichas, relatos no contados... ¿qué mal pueden hacer unas palabras?"- La niña abrió el libro y lo miró con detenimiento- "Solo... pregunta... una pregunta para saber algo que deberías saber..."- La pequeña movió sus labios para formular una pregunta... una pregunta... que no causaría ningún daño... ¿verdad?
Si este es nuestro destino ¿por qué seguimos luchando? ¿a caso lo podremos cambiar? ¿a caso podremos cambiar algo predestinado a suceder?
Meiling se encontraba en un lugar cubierto de césped y delante vio la figura de ese encapuchado, el viento hacia agitar los ropajes de las dos personas que se miraban en medio de un campo, al parecer un campo de fútbol.
- "¿Tan horrible es la forma de la que te has apoderado que no puedes mostrármela?"- Meiling sonrió mientras que su contrincante solo extendía sus brazos en cruz para sacar dos abanicos, uno de cada brazo.
- "Que importa mi apariencia... ¡Lucha!"- Meiling sacó sus armas y en encapuchado se abalanzó sobre ella abriendo sus abanicos e intentado cortarla mientras sus manos volaban de un lado al otro, sus golpes comenzaban desde el centro resbalando hacia los lados, para cortar a la Luchadora, la poseedora de una gran fuerza de lucha y voluntad, como la de un guerrero.
- "El tiempo te hace ganar lentitud"- Se mofó de su contrincante. El encapuchado paró y dio un paso retrocediendo, cerró sus abanicos y ahora daba golpes. Meiling los paraba ya que su arma, al ser redondos y asemejarse a unos escudos, bloqueaban los golpes y los desviaban hacia los lados. Llegados a un punto se pararon y el encapuchado cogió los abanicos por los cordones que le colgaban. A gran velocidad movió los abanicos haciendo ochos y se abalanzó sobre Meiling. Cuando cayó al suelo del salto, dio dos golpes efectivos sobre uno de esos escudos y al mero toque de sus pies en el suelo se giró hacia la izquierda para darle otros dos golpes en la espalda pero fue evitado por el otro escudo. El encapuchado que quedó de espalda a Meiling alzó la mano derecha, giró el abanico en el cielo sujeto de su cordón y lo cogió al vuelo abriéndolo bajándolo con rapidez dando un golpe vertical que cortó el muslo derecho de la Luchadora. Flexionó la pierna herida y la mujer dio otro giro quedando delante de la joven sujetando los abanicos por su parte inferior y volvió a embestirla con varios golpes. Con otro golpe certero despojó a Meiling de una de sus armas. El arma voló por el cielo y cayó a un lado, verticalmente, clavándose en el suelo.
- "Con esas armas no podrás ganarme. ¿No es irónico? Vuestro señor te proporcionó armas defensivas por tus dotes luchadoras, un arma defensiva para alguien peligroso, alguien que con los conocimientos de lucha que tú posees podría matar con armas más... peligrosas"- Dijo con burla en su tono.
- "Matar no está en nuestro código, no como vosotros que matáis por mero gusto"- Dijo Meiling con desprecio en sus palabras.
- "Creo que confundes las cosas Luchadora, matamos, sí, pero solo por culpa vuestra... si os hubierais entregado desde un principio... nada de esto hubiera pasado, ahora tendréis que afrontar la cólera de Lucifer, que con buen saber supo esperar, sabía que sería complicado atacaros, pero en noche de Luna de Muerte no tenéis más poder que el de vuestro territorio, el territorio donde se halla el pilar de vuestro poder..."- Meiling miró al cielo para ver como seguía siendo rojo... como el de la sangre...
Hemos protegido este mundo con fe ciega, pero ahora... nos hallamos en esta sublime negrura, en este inmenso dilema que nos deja en la duda... ¿tenemos que seguir luchando... por una causa ya perdida?
Jun podía ver a ese ángel traidor... a ese ángel que provocó la rebelión en el Paraíso y el cual pudo llevarse a otros 6 ángeles consigo, fieles devotos a su señor, se rebelaron contra él. Lucifer, señor de los Ángeles Caídos, que ahora buscaban la perdición humana, la perdición de unos seres que una vez tuvo que proteger. Las razones de su rebelión eran desconocidas, nadie descubrió el porqué de todo ese odio a su señor. Aún así, pudo sembrar unas semillas de odio y sed de oscuridad en sus compañeros que les llevó a la pérdida de sus alas y a su caída en el abismo del infierno, donde se convirtieron en siervos del mal.
- "La Paloma que protege el saber humano ante mi... es un placer volver a verte"- Dijo aún sentado en la mesa esperando el ataque de la mujer. La mujer se asestó un golpe que el hombre esquivó sin dificultad. Con el poder de las gemas que estaban a cada punta de la vara podía atacarle con su poder mágico, pero era escaso ya que la Luna de Muerte le impedía mostrar con plenitud su poder. Lucifer se acercó a las estanterías de libros y desapareció entre ellas mezclándose entre las sombras. Jun le siguió introduciéndose también- "¿Por qué seguís luchando en nombre de vuestro señor? ¿Por qué proteger a esos humanos? Son solo seres inferiores, indignos de pisar esta tierra que tanto les ha ofrecido y que tanto han dañado"- La voz parecía venir de sus espaldas, se giró y vio como un estante caía sobre ella, por suerte pudo esquivarlo a tiempo.
- "Porque son seres creados por nuestro señor para que vivieran sus vidas libremente, sin ataduras ni cadenas. Son seres libres que han crecido y que por el camino se han equivocado, pero que saben rectificar y que por ello les hace ser seres inteligentes que aprenden ganando saber. Por eso seguimos luchando por ellos, porque un día rectificaran y con ello alcanzarán un estado perfecto de armonía"- Dijo al aire.
- "¿Libres? ¿Seres inteligentes? Eso son solo patrañas, esos seres que protegéis destruyen todo lo que tocan y después lo intentan salvar, siendo ya inútil, porque de la destrucción no hay nada que se pueda salvar. Seres libres... si son tan libres... ¿por qué vuestro señor tiene que cuidar de sus pasos para después guiarlos por el buen camino? Eso no es libertad, pues vuestro señor les guía después por un camino que él considera bueno y que el humano tiene que tomar pues es la voluntad de vuestro señor, pues él creí que lo que hacía era un acto malévolo... ¿a eso lo llamas libertad de elección? ¿Libertad de elección cuando se ven coaccionados por los pensamientos del bien y el mal predicados por el pensamiento de vuestro señor?"- Dijo con un tono irónico.
- "Eso no es verdad, no nos inmiscuimos en la vida de los humanos"- Dijo la mujer mientras seguía buscando.
- "Sí, es verdad. ¡Los caminos de vuestro señor son inescrutables! ¿Por eso estáis protegiendo a estos humanos? Pero... ¿cómo sabéis que hacéis el bien y no el mal? ¿Solo por qué vuestro señor lo dice así? ¿Acaso nuestro camino no es mejor que el vuestro? ¿Cómo puedes afirmar que no es así?"- Dijo tirando otra estantería de libros.
- "Porque vuestro camino guía al dolor y al sufrimiento"- Dijo caminando con precaución.
- "¿Cómo puedes afirmar con tanta vehemencia esas palabras? ¿Acaso sabéis lo que pasará después de esta batalla? ¿Sabéis lo que pasará en el futuro?"- La mujer salió de los estantes pero uno de ellos cayó encima de ella al pasar por delante de él. La mujer quedó atrapada entre el suelo y el estante.
- "No sé el final... de esta batalla... pero sé... no... siento que lo que hacéis es algo que perjudicará a los humanos. Tal vez hallamos aprendido a ser guiados por un bien basado en la guía de nuestro señor, pero... también nos ha enseñado a sentir con el corazón, a sentir la maldad y la bondad, así como el camino que elegimos para nuestra existencia, uno hacia nuestra propia felicidad. El ser humano es débil, es fácil de tentar, pero... ¿a caso no son débiles porque buscan su propia felicidad? ¿a caso no son fuertes para mantenerla? ¿A caso no luchan por conseguirla? ¿A caso no pierden por dársela a otros a los que aman? ¿A caso no lloran cuando la pierden?"- La mujer alzó la cabeza y con toda su fuerza levantó el estante para ponerse de pie y enfrentarse a Lucifer... una vez más.
- "¿Sabes lo que te deparará el futuro y aún así persistes?"- Dijo con una sonrisa lasciva.
- "Sé lo que me deparará el futuro, pero... aún no puedo saber lo que futuro le deparará a este mundo y... a tu alma"- La mujer cogió la vara nuevamente y se alzó a la batalla. El hombre con sus simples manos paró cada golpe, aún siendo un golpe de gran fuerza mágica.
- "No eres rival para mi"- Dijo cogiendo la vara con una mano y destrozándola con un simple apretón de su puño.
- "Quizá sea así, pero... que yo no lo sea no quiere decir que no exista"- La mujer sonrió por última vez.
- "Lástima que no puedas verlo"- Cogió a la mujer del cuello y la ahogó hasta dejarla de rodillas, la respiración empezaba a cortarse en su garganta, poco a poco el aire que respiraba empezaba a faltarle...
¿Lágrimas? ¿Lloro de pena? o... ¿lloro de alegría? ¿Alegría de que el final llegue? ¿Alegría de que por fin esta batalla me traiga la paz?
El poder de las cards desapareció de repente y las 3 cards que rodeaban a las chicas cayeron al suelo inertes. Todos se levantaron de sus sitios o se giraron en su posición para ver como solo una sola persona volvía ellos. La joven Katsumi cayó al suelo exhausta. el primero en acercarse a la joven fue su padre.
- "¡Katsumi!"- La joven estaba tendida en el suelo junto a las dos cards a su lado. Yukito se tiró al suelo de rodillas y abrazó el cuerpo de su hija- "Katsumi... respóndeme"- La joven adolescente abrió los ojos lentamente para ver a su padre.
- "Papá"- El hombre no pudo evitar estrechar con más fuerza a su hija entre sus brazos y llorar. La pequeña pestañeó un par de veces para ajustar su visión y delante de ella pudo ver un grupo de gente rodeándoles- "Tatsuki.."- Dijo mirando a su amigo con una sonrisa, el joven sonrió aliviado, pero Shaoran miraba a su alrededor y fue el primero en realizar la gran pregunta.
- "¿Y Aika?"- Todos levantaron sus cabezas mirando a su alrededor y nadie vio rastro alguna de la pequeña.
- "¿No está aquí? ¿qué le ha pasado?"- Preguntó Touya al ver que sobrina no había aparecido junto con Katsumi. En ese instante alguien apareció en la sala y recogió las cards del suelo. Todos miraron apenados a ese hombre de mirada azul y expresión triste y desolada.
- "Hiragizawa..."- Murmuró Shaoran al ver al inglés. Podía ver en él aun hombre sin esperanza ni alegría. Su semblante era pálido pero su rostro era sereno, la sonrisa que siempre le acompañaba había desaparecido por completo para mostrar una expresión fantasmal y austera.
- "Ha desaparecido... no solo ella... sino su poder"- Dijo mientras se dirigía a la ventana, miró al exterior y cerró los ojos, para volverlos a abrir con calma- "Y no es solo ella, las presencias de todos se notan cada vez más débiles"- Dijo mirando a los demás caballeros en la sala. Shaoran se concentró y percibió lo mismo, pero no podía saberlo con claridad ya que esa extraña barrera en forma de estrella confundía todas las auras y sensaciones que los rodeaban.
- "Pero puede que estén alejadas"- Replicó Shaoran con algo de esperanza.
- "Tal vez... pero puedo reconocer el aura de mi esposa entre cualquier persona, aunque ahora sea diferente hay una esencia en ella que sigue siendo la misma y puedo percibir como se debilita"- Dejó caer las cards en el suelo, que se deslizaron- "Ni las cards pueden ayudarnos ahora..."- Dijo cerrando su mano en la ventana y estrechando su puño contra el cristal- "Ni mi poder sirve en su contra"- Dijo bajando la mirada.
- "No podemos desistir, debemos confiar en ellas, aunque no puedas hacer nada, aún queda la esperanza de que puedan derrotarles, hasta que no caiga la última de ellas no puedes rendirte"- Dijo Yukito al hombre- "Katsumi... ¿te encuentras bien?"- Le preguntó a su hija.
- "Sí, fue muy extraño lo que sentía en el interior de esa burbuja, era como si mi cuerpo se quisiera dividir en dos pero sentí el poder de otra persona, que me ayudaba, que me envolvía, pero después..."- La pequeña quedó sentada en el suelo con la mirada tornada hacia un lado.
- "¿Qué pasó después?"- Le preguntó Touya.
- "Sentí como ese poder se desvanecía, se marchaba, fue muy extraño porque parecía estar tan bien y el cambio fue tan repentino, al final esa fuerza desapareció, pero yo ya estaba recuperada y volví aquí"- Los hombres se miraron sin entender lo que significaba la desaparición de Aika.
- "Tatsuki, llévate a Katsumi arriba y cuídala"- Dijo Touya a su hijo. Los dos chicos se marcharon del cuarto, la hija de Yukito apoyada sobre el hombro del hijo de Touya.
- "Tenemos que buscar a Aika"- Dijo Touya determinante.
- "Sí, ella es la que tiene la clave para encontrar ese libro... es lo único que podemos hacer ahora"- El doctor y el profesor miraron a Li que afirmó con la mirada, este se giró donde Eriol y puso su mano sobre su hombro. El hombre levantó su mirada y le sonrió con tristeza.
- "Busquémosla"- Los cuatro hombres salieron de la sala y se dirigieron al exterior. Tatsuki había bajado y vio a su padre marcharse.
- "¡Papá!"- El hombre se giró y vio a su hijo de pie en las escaleras.
- "Sí vuelve Sakura dile que no se preocupe, que traeremos a Aika de vuelta. Protege a Katsumi"- Y cerró las puertas detrás de sí. Los tres hombres salieron de la propiedad de los Hiragizawa y antes de separarse para buscar a la pequeña una visión en el cielo les detuvo.
- "¿Qué es eso?"- Dijo Yukito al ver una especie de columna de luz formándose, lanzaba pequeños destellos del suelo hasta que finalmente se convirtió en una columna que llegaba al cielo. La columna no estaba dentro de la estrella sino fuera, entre dos columnas de fuego.
- "¿Una columna de luz?"- Dijo Eriol al ver también la columna, pero en ella había algo que les inquietaba, en su interior parecía haber una columna más pequeña, una columna negra.
¿No lloras tú por nuestras almas? ¿no puedes llorar por la eterna condenación que nos has impuesto al enviarnos en esta misión suicida? ¿No te avergüenza haber enviado a tus ángeles al infierno?
Kaho miraba al hombre delante de ella con cuidado, vigilando cualquier movimiento que pudiera realizar, cualquier pensamiento que se le pudiera ocurrir. El hombre se mostraba sereno y tranquilo, delante de ella quieto y silencioso. El hombre sujetó los palillos en su mano y al apretarlos con su puño se alzó al combate, lanzando a diestro y siniestro golpes.
- "Lo haces muy bien para ser solo una artista"- Dijo el hombre cuando la mujer esquivaba todos sus golpes. Cuando se movía el sonido melodioso y sereno de los cascabelas repicaba en el auditorio. La mujer arrancó uno de los cascabeles de su pie en un movimiento rápido y audaz y lo lanzó al cielo, el cascabel sonó y brilló con fuerza lo cual cegó y ensordeció al hombre. Cuando volvió a abrir sus ojos no vio a nadie ante él- "El arte del cobarde es esconderse"- Dijo el hombre mirando a su alrededor.
- "Y el arte de los hipócritas la mentira"- Dijo una voz en el auditorio. El hombre se dio la vuelta y se encontró delante de ella a la mujer con un cascabel en su mano. Kaho hizo flotar esa pieza instrumental y la convirtió en una espada, pero la empuñadura que la protegía tenía forma de campanilla, como la campanilla que una vez utilizó para ayudar a Sakura para transformar su vara en la vara de la estrella.
- "¿Un arma? Creía que los artistas no creían en la guerra"- El hombre se acercó a ella y atacó con sus palillos, los cuales eran metálicos, a la mujer pero cada vez que atacaba con los palillos también tenía que evitar el ataque de lis picos que colgaba de los palillos que se movían y giraban con rapidez.
- "Solo es simple protección"- Dijo evitando los ataques del hombre cuando de un golpe el hombre tocó la campana lo que provocó un ruido estridente y ensordecedor que a su vez le empujó hacia la pared por la fuerza de la onda- "Cada vez que le des a la campana esta emitirá un sonido con unas ondas de vibración que te ensordecerán y a su vez te lanzarán al aire"- Dijo con una sonrisa.
- "¿Y tú?"- El hombre salió de la pared contra la que se había chocado y estiró sus brazos y su cuello. El hombre cogió los palillos de nuevo y empezó a girar los picos de metal que colgaban como péndulos hasta que por arte de magia se alargaron, el hombre los lanzó sobre Kaho e inmovilizó sus brazos. Y con sus palillos en mano se abalanzó sobre ella. La mujer se intentó defender pero el hombre sujetó su brazo con los hilos y la mujer paró el avance del arma hacia el cuerpo con su mano, atravesando el arma la mano- "¿Duele?"
- "No"- Dijo empujándole hacia atrás consiguiendo que se desprendiera el arma de su mano. El golpe resultó más fuerte de lo que aparentaba- "Sangre de demonio..."- Dijo sonriéndole.
- "Un regalo"- Y sabiendo este nuevo dato la mujer se preparó para no volver a ser alcanzada, sino esa batalla podría resultar más corta de lo esperado. Se miraron y en un solo segundo los dos se volvieron a enzarzar en la pelea. Ella evitando el filo del arma y él evitando golpear la campanilla de ella, ese sonido no solo servía para perturbar sus oídos, sino que desprendía una poderosa fuerza. Sus movimientos eran rápidos y sus ataques eran sabios y precisos. Kaho dio un salto que le separó del suelo aun distancia considerable y desplegó sus alas flotando en el aire. El hombre la miró e hizo lo mismo, ahora los dos continuaron su lucha en el aire, volando el uno hacia el otro, con un solo propósito... vencer.
Un infierno en vida, un infierno abrasador que quemará no solo nuestras almas sino también nuestras esperanzas... nuestra fe... el brillo de nuestras alegrías...
Sakura había volado lo más rápido que sus alas le permitían. Había llegado a la casa de Meiling y allí no encontró más que escombros de lo que quedaba. Delante de ella se encontraba una de las barreras levantadas por esas columnas de fuego, una barrera de fuego que había arrasado todo lo que había en su camino y que por desgracia en ese camino se halló con la casa de su amiga. Lo que vio ante ella era ese fuego que se levantaba hacia el cielo, fiero y hambriento con ansias de más. Sakura se acercó y tendió su mano para sentir el fuego abrasador que había destrozado la casa de Meiling. Podía apreciar ante ella como los escombros que quedaban en el suelo se iban consumiendo lentamente, estaba tan absorta viendo ese destrozo que no notó el momento en que su mano se estaba quemando por el calor del fuego, que aunque no lo hubiera tocado, podía abrasarla con su llama imperiosa. Apartó la mano lentamente sin percibir que estaba se había quemado y que ahora sangraba... ya no sentía dolor, ya no podía sentir dolor... Sakura siguió con la mirada fija en las llamas y pronto una lágrima escapó de sus ojos, una lágrima piadosa que lloraba por el alma del hijo de Meiling. Pero no fue su muerte lo que hería su corazón, sino la presencia de su alma delante de ella.
Allí, delante de ella, encerrado en ese muro de fuego vio como el alma del pobre niño gritaba y gemía de dolor mientras golpeaba ese muro, ese muro que encadenaba su libertad y que le provocaba la eterna tortura. El pequeño lloraba desconsolado mientras que otras almas gritaban en agonía. Sakura se acercó más al pequeño y se agachó a su altura, viendo como Tiang caían de rodillas mientras seguía gritando de puro dolor.
- "¡Mamá! ¡Mamá! ¡Duele! ¡Tía Sakura! ¡Ayúdame!"- Sakura bajó la cabeza mientras las lágrimas ya caían con soltura, como si fueran ríos de dolor. Levantó la cabeza e intentó acercar su mano de nuevo, pero una caldeante llama salió agarrando no solo su mano sino todo su brazo. La mujer aguantó el dolor mientras las llamas de fuego la empezaban a envolver succionándola hacia el interior. La mujer lloraba viendo como el niño seguía reclamando por su madre, como seguía pidiendo ayuda desesperado, como pedía que ese dolor que sentía terminara ya.
- "Tiang..."- Sakura se acercó más queriendo abrazar al niño y acunarlo para que dejara de llorar. Le había conocido cuando era un niño, había visto como se convertía en uno de los mejores amigos de su hija, había visto como crecía hasta parecerse a su madre y ahora había visto como desesperaba por ayuda.
- "¡Por favor! ¡Por favor! ¡Mamá! ¡Ayúdame! ¡¡¡¡Mamá!!!!"- El fuego había rodeado a Sakura y esta no notaba como la iba quemando a ella también, no notaba como el dolor estaba abrasando su alma.
- "Por favor... Tiang, no llores... todo acabará pronto... todo terminará pronto y entonces descansarás en paz, pero... por favor... deja de sufrir... por favor... deja descansar tu alma en paz, deja que tu alma deje de llorar... esto solo te causa más dolor..."- El pequeño miró a la mujer con lágrimas en los ojos, parando de llorar por un momento.
- "Duele... duele mucho..."- Dijo entre gemidos.
- "Lo sé, sé que duele, sé cuanto duele esta tortura, siento tú dolor como si fuera mío"- Dijo llevándose las manos al corazón- "Pero llorar solo te hará sentir más pena, más agonía a tu alma, sé fuerte y espera, ten fe en mi, en tu madre y espéranos... espéranos..."- Las lágrimas caían de sus ojos con menos fluidez, el niño no sonrió, pero su alma se tranquilizó.
- "Tía Sakura..."- La joven levantó la vista hasta encontrarse con sus ojos- "Quiero mucho a mis papás, los quiero mucho"- Sakura le sonrió con melancolía y abrió sus alas deshaciendo la envoltura de fuego que la estaba consumiendo.
- "Ellos también te quieren y siempre te querrán, aunque no puedan volver a verte jamás"- El niño quedó quieto viendo como la mujer se alzaba al vuelo y desaparecía entre la roja noche. Sakura era la Paloma que se conectaba con los corazones de los humanos, era la Paloma que protegía el amor que residía en ellos y ver al pequeño llorar de tal manera, le causó un inmenso dolor, sintió la pena y la soledad y también el dolor que las llamas le torturaban. Esa barrera no servía solo para proteger de que ningún vivo saliera ni entrara, sino que ningún muerto entrara ni saliera tampoco, ejerciendo en ellos una cárcel y una tortura. Las heridas de Sakura eran leves, unas quemaduras del fuego del infierno, eran peligrosas para una Paloma, pero ese dolor físico no le causaba ningún dolor, no como el que sentía en el corazón, como el que sentía Tiang en su corazón, un dolor que ella también sentía. Voló aceleradamente hacia la dirección de la casa de Tomoyo hasta que se detuvo. En el cielo, ante ella, vio aparecer una larga columna de luz. Se paró en el aire quedando absorta ante esa imagen y vio como la columna, débil al principio, se formaba firme hasta el cielo. Cerró los ojos y con su mente buscó ese poder, en poco tiempo lo sintió, abrió los ojos y quedó estática, observando como una columna más delgada se formaba en el centro, una columna negra y vio como dos seres se alzaban en ella hasta parar a una altura- "Lucifer..."- El Ángel Caído líder de la rebelión en el cielo fue la única palabra que pudo murmurar.
Hoy lloramos por nuestra pérdida, una pérdida tan dolorosa que nos causa un daño mayor que el que nos produce un cuchillo en nuestro corazón. Hoy te encomendamos nuestra alma para que nos guíes y protejas... hasta el fin de nuestra existencia.
La lucha entre Lucifer y Jun fue rápida y sencilla, pues ella no era rival para él, los dos lo sabían, los dos siguieron hasta las últimas consecuencias. Y en el momento en que ella ya se encontraba demasiado debilitada cayó de rodillas delante de él. La sangre le brotaba de las diversas heridas infringidas en su cuerpo y una de sus alas estaba rota, lo cual le impedía volar. El hombre se acercó a ella y le arrebató el palo que agarraba con tanta fuerza.
- "Ahora... contempla"- Le dijo al oído antes de separarse de ella y romper su arma, devolviéndolo a su estado de pluma, pronto esa pluma verde fue invadida por una sombre negra y Lucifer pronunció unas palabras- "Aparece ante mi"- Mientras sonreía una gran columna de luz blanca se formaba en la base dl suelo hasta llegar al cielo. La columna los succionó a los dos y bajó los pies del Ángel Caído formó otra columna, pero esta en cambio era negra. La columna llegaba también al cielo. Eran tan largas que parecían infinitas. El hombre cogió al ángel abatido y lo levantó consigo, hacia el cielo. La mujer miraba el paisaje delante de sus ojos, todo era desolación y destrucción, ya no había ni una sola alma en las calles. La Paloma levantó la cabeza para mirar hacia el cielo y vio lo negro y rojo que se hallaba, solo pudo sonreír. El hombre llegó a una altura en el cielo y salió de la columna negra. con su poder mantuvo a la Paloma suspendida en el aire hasta acercarla a la columna negra donde levantó sus manos en cruz y esperó.
- "¡AHHHHHH!"- Se oyó el grito de la mujer cuando una estaca de esa columna salió para clavarse en su muñeca izquierda. La sangre empezó a brotar de su muñeca.
- "Has luchado con fuerza y vigor, pero aquí termina todo"- La mujer lanzó otro grito.
- "¡AHHHHHH!"- Otra estaca salió para atravesar su otra muñeca.
- "El dolor será momentáneo, pronto no sentirás nada y tu vida se apagará"- Dijo mientras que desde sus tobillos salían otras dos estacas clavándolas en su piel.
- "AHHHHHHHHHHHHH!"- La mujer no lloró en ningún momento. Su cabeza se encontraba levantada pero pronto cayó por su peso, levantó la mirada hacia el hombre mientras sentía como el dolor la consumía, no el dolor de las heridas sino otra cosa diferente, algo que la columna oscura estaba realizando.
- "Esta columna absorberá toda tu sangre y al final absorberá tu alma, con lo que este pilar será finalmente nuestro. La agonía de tu muerte será lenta, pero no temas, pasadas unas horas ya no sentirás ese dolor, porque tus músculos ya no sentirán nada. Pronto las 7 columnas caerán y con ello el mundo de los humanos"- Lucifer miró a la mujer la cual lo miraba con detenimiento- "¿Qué miras?"- Ella apartó la mirada y cerró los ojos.
- "Sí, pronto terminará todo"- Susurró con una leve sonrisa, a pesar de que moriría aún tenía fe, fe en que algo sucedería- "Perdonadme... Touya... Tatsuki"- La puntas de esas estacas se abrieron de repente, como los capullos de una flor y con ello sujetaron a su víctima, dejándola totalmente enganchada en esa columna. El hombre salió de la columna de luz sin apartar la mirada del cuerpo de la mujer y tras un minuto de reflexión marchó hacia otro lugar, hacia otra Paloma a la que matar.
Una luz he visto en el cielo y solo una sonrisa puedo hallar en mis labios. Solo puedo desearle... un buen viaje hacia su destino. Mi alma llora desconsolada pero nada más puedo hacer. Solo esperar y desear que por una vez en los designios de nuestros caminos te hallas equivocado. Solo puedo esperar que esto no sea el final.
Todo pareció detenerse por un momento, todos pararon en sus lugares y contemplaron esa columna de luz. Una luz de esperanza que solo significaba el principio del fin. Las Palomas vieron como esa luz tan hermosa significaba el fin de una de sus aliadas, una de sus compañeras, una de sus amigas. Solo fue un minuto de silencio, un minuto de paz que después desapareció para volver a los gritos de batalla. Touya quedó quieto, su corazón se detuvo por un instante ante una extraña sensación de pérdida. Sintió como su corazón caía por la pérdida de algo importante y volvió a alzar la cabeza hacia esa columna de luz. Pudo ver en ella algo subir y después de quedarse parados por un largo tiempo se separó de la columna dejando algo en ella, era una persona crucificada.
- "Jun..."- Los otros tres hombres que le acompañaban se giraron y vieron como Touya tenía una expresión extraña en su faz.
- "Es..."- Yukito miró de nuevo a esa columna. Desde esa distancia no podían discernir quien era, pero no hacia falta hacerlo. Una persona puede sentir la pérdida de algo en su corazón y el corazón de Touya clamaba a gritos que esa persona crucificada era su esposa- "Touya..."- Iba a darle su apoyo cuando Touya se movió y marchó a un lado de la calle.
- "Será mejor que empecemos a buscar a Aika"- Los tres hombres lo miraron sin comentar nada más y cada uno marchó por un lugar.
- "Dentro de 3 horas reuniros aquí de nuevo, tanto si encontráis a Aika como si no"- Dijo Eriol. Nadie respondió pero todos habían escuchado. Cada uno anduvo por un lado, recorriendo casas, tiendas, parques, todo estaba desolado, no había ni un alma viva. ¿Dónde se podía encontrar Aika Kinomoto?
¿Por qué no respondes a mis preguntas? ¿Por qué nos ocultas la verdad? ¿Por qué nos has guiado hasta aquí? ¿Por qué hay tantas preguntas sin responder?
Una sola pregunta, solo una pregunta, unas palabras no pueden causar ningún daño... unas palabras no cambiarán nada, son solo palabras.
- "¿Dónde estoy ahora?"- Dijo la pequeña viendo que estaba en un lugar desconocido. El desconocido había desaparecido de nuevo y ahora se hallaba sola delante de un apartamento. Alguien entró en la habitación, su rostro estaba oculto en la sombra, después se oyó el sonido de una puerta cerrarse y otra persona entró tras la primera.
- "¿Quieres tomar algo?"- Preguntó a la primera persona, la cual negó con la cabeza- "Sé que no estás aquí porque quieras pero no hagas que las cosas sean más difíciles"- Le pidió a la primera persona.
- "Yo no hago las cosas difíciles"- Era una voz de mujer, una mujer irritada según pudo notar en su tono.
- "Por favor... sé que yo he sido el responsable de que me odies ahora, pero... no he podido comunicarme contigo por asuntos de familia, ya sabes que..."- La mujer se sentó en un sofá y tornó la mirada a otro lado.
- "Ya no me importa nada, solo quiero terminar con todo esto. Sé que estoy obligada a acompañarte por Tokyo, pero lo que me has hecho es increíble"- Dijo aún humeante de ira.
- "¿Pero qué he hecho?"- Dijo con tono inocente.
- "Decirle al señor Fukiwara que te sentías muy solo en la ciudad fue una táctica muy sucia de tu parte"- Dijo mirándole con un ceño en el rostro.
- "¿Sabes que los ceños no te favorecen?"- Dijo burlón, con una sonrisa satisfactoria en su rostro.
- "Igual que a ti el sentido del humor"- Dijo con el mismo tono pero con algo de enfado.
- "La gente cambia"- Dijo sentándose en una silla, algo alejado de la mujer.
- "Por lo menos te has dado cuenta de eso"- La mujer se cruzó de brazos enfurruñada.
- "Pero no cambia tanto..."- El hombre se quedó mirando a la mujer delante de él, la había visto ya un par de veces desde que llegó a la ciudad y más cuando se encontró con Eriol y Tomoyo, aquel día en la calle. Después del pequeño comentario de Shaoran que ocasionó un problema no tan pequeño, se reunieron varias veces y en algunas de las ocasiones Sakura se unía a ellos, pero siempre con un semblante que mostraba su irascibilidad, sus comentarios eran mordaces y en algunas ocasiones ofensivos, no tenía reparos en ofender al joven chino y al final de cada velada acababa más irritada de lo que al principio estaba. Pero todo cambio cuando después de unas semanas de trabajo no pudo tener tiempo libre y en el momento que tuvo un momento de descanso, le insinuó al señor Fukiwara que aún no conocía demasiado la ciudad y que siempre comía y cenaba solo, por lo que el hombre se ofreció a ayudarle a que se sintiera cómodo en su estancia, con la idea de que la nieta de su amigo le acompañara, 'Nadeshiko', que en realidad era Sakura, pero el hombre nunca las distinguía y ya era demasiado tarde para corregir viejos hábitos.
- "Siempre hay sorpresas"- Dijo aún enfurruñaba mirando hacia otro lado, había soportado a ese hombre durante dos noches seguidas, cuando había creído haberse deshecho de él. La mujer se dio cuenta de que el hombre se movía hacia el sofá sentándose a su lado con una copa y un buen vino.
- "Tómate una copa así se te bajará el enfado de la cabeza"- La mujer levantó una ceja y vio como él vertía el líquido en un vaso.
- "¿Intentas emborracharme?"- Insinuó la mujer.
- "Es una tentación, no puedo negarlo..."- La mujer vio la sonrisa de sus labios, si que había cambiado su amigo de la infancia, ahora era más... encantador... encantadoramente provocativo- "... pero no soy hombre que se vale de tales artimañas"- Dijo pasándole la copa de vino. La mujer lo cogió con reserva, pero lo bebió sin temor al acercarlo a los labios- "¿Bueno?"- Preguntó con una sonrisa.
- "Sí, ¿no lo has probado aún?"- Preguntó sin creérselo, después de todo... él era quien poseía el vino.
- "No, aún no lo he catado"- Dijo apoyando su brazo sobre el respaldo del sofá y la cabeza en la mano, con sus piernas cruzadas y mirando a la mujer.
- "Pues deberías catarlo, tiene un gusto suave al paladar. Muy bueno"- No entendía de vinos, pero sabía que ese era un buen vino, su sabor era suave y sin darse cuenta se encontró acorralada entre los brazos de ese hombre, levantó la cabeza y al siguiente segundo sus labios apretaron contra los suyos, impidiéndola decir una sola palabra. La mujer se dejó llevar por su beso, que pasó de ser uno suave a uno más fiero y profundo. Sakura le rodeó el cuello y el acabó sobre ella mientras la sostenía la cabeza con una mano y la otra apartaba la camisa, subiéndola. cuando su mano rozó su piel la mujer se separó y le empujó. Sakura se tapó la boca con la mano mientras su sonrojo iba aumentando por momentos.
- "Sí... realmente es un buen vino"- La mujer le miró enfadada y sonrojada pero no pudo evitar sentirse pequeña ante ese hombre que hacia que su corazón palpitara con tanta rapidez. La mujer no se amedrentó y le miró con desafío.
- "Eso ha sido... ha sido un descaro de tu parte, ¿no decías que no te valías de tales artimañas? Deberías disculparte"- ¿Pero qué clase de tonterías estaba diciendo? Ni ella misma lo sabía ya.
- "No, no me valgo de esa clase de artimañas sino de otras"- Dijo con una sonrisa- " Y uno se disculpa cuando ha hecho algo malo y yo no he hecho nada para ofenderte"- Alegó sin inmutarse, tan sereno y pacífico.
- "Me voy... no puedo tolerar más burlas, todo esto... de que te acompañe ha sido una tontería, debería haberme negado"- La mujer se había levantado y se había quedado de pie mirándolo con furia.
- "Pues... ¿por qué no lo hiciste?"- Dijo el hombre levantándose también- "Pudiste haberle dicho al señor Fukiwara que no querías venir"- Ella dio un par de pasos atrás.
- "No podía decirle que no"- Dijo mirando a un lado.
- "Haberle dicho que no tenías tiempo... que estás estudiando"- Avanzó un par de pasos.
- "No podía mentirle"- Alegó de nuevo dando otro par de pasos hasta tocar la mesa detrás de ella.
- "Si tan poco deseabas verme, mentir era un problema menor"- Dijo acercándose con más peligrosidad.
- "Es que..."- La mujer se encontraba acorralada, intentó deslizarse por un lado pero el brazo de él la detuvo.
- "¿Si?"- Sakura levantó la cabeza para mirarle.
- "Es que soy muy mala mentirosa"- Dijo casi sin poder contener el rojo de sus mejillas. Intentó escaparse por el otro lado pero el otro brazo del hombre cortó todas sus salidas.
- "Debo darte la razón en eso"- Dijo acercando su cabeza a la de ella- "Eres muy mala mentirosa"- Y por segunda vez en la noche la besó, pero este beso fue un beso interminable que la llevó a tocar el cielo. Ese beso la llevó a un lecho cálido y a unos brazos tiernos y protectores que la abrazaron y acariciaron durante toda una noche. Su cuerpo se sintió por primera vez mujer. Después de ese tiempo juntos la relación se hizo estable, los dos pasaron momentos agradables y felices, momentos inolvidables que quedarían grabados en sus corazones. Una noche de dulce pasión su amor se unió para crear a un nuevo ser, pero también fue la última noche que él la tocaría de nuevo, pues... la verdad se descubriría unos meses después.
- "¿Y dices que Shaoran se comporta de forma extraña?"- Le preguntó Tomoyo a su amiga mientras tomaban un café en la casa de la recién casada.
- "Sí, desde hace un mes que está muy frío, apenas nos vemos y siento... me siento muy insegura"- Dijo casi temblorosa con la taza en sus manos para calentar sus frías manos.
- "Insegura... ¿de qué?"- Preguntó extrañada.
- "Nuestra relación no comenzó de forma normal, por eso siempre he creído que un día llegaría en que se cansaría de mi"- Tomoyo la miró con tristeza pero la apoyó en todo momento
- "Sakura... no temas... seguro que no es nada"- Las dos unieron sus manos y su amiga la sonrió, Sakura la miró algo apenada, no quería molestar a su recién casada amiga con vanos problemas, no sabía que equivocada estaba al pensar que solo eran vanos, los problemas que tenía.
Hace tiempo que ocultas la verdad
Te traiciona tu tenue ingenuidad al hablar
A quien tratas de engañar... ah...
Medio mes después decidió visitar a su doctor, por algunos mareos y nauseas, para descubrir que estaba embarazada de no más de dos meses. La joven estuvo dubitando en como contarle a su novio todo ese asunto hasta que un día llegó a su apartamento para encontrar a otra mujer en él, otra mujer que le contó que era su prometida. En ese momento su corazón se detuvo y el mundo pareció derruirse bajo sus pies. Salió de allí con la entereza que le quedó y volvió a su casa, encerrándose en su habitación. Estuvo varios días encerrada en su cuarto, sin salir de él, hasta que un día decidió reunir todo su valor y enfrentarse a él. Sakura salió ese día de su casa despidiéndose de un preocupado Touya que la miró casi sabiendo lo que estaba ocurriendo, después de todo, a la noticia de que su hermana estaba saliendo con ese gaki de primaria se le erizó el pelo, si no fuera por su mujer Jun, podría haber salido de la casa pidiendo explicaciones de la depresión de su hermana, pero por suerte ahora parecía estar mejor, por lo menos hasta entonces.
Sakura llegó al portal del apartamento del hombre al que amaba para hallarle ahí, con esa mujer, la que estaba en el apartamento.
Vi dos sombras saliendo de un portal
seguí los pasos
cómplice de la oscuridad
nula realidad
Sakura quedó quieta mirando lo que hacían los dos.
sentí morir, al verla abrazándote... eh...
Sakura dio varios pasos hacia atrás y corrió hacia otro lado, corrió tan lejos que no se percató de que alguien la seguía, hasta que la detuvo sujetándola del brazo.
- "Sakura..."- Jadeó el hombre. La mujer le dio un bofetón y le empezó a gritar al conocer esa voz.
- "¡Eres despreciable! ¡Cómo has podido hacerme esto! ¡Cómo has podido!"- La gente alrededor de ellos empezó a mirarles con interés.
- "Te lo puedo explicar, pero por favor vayamos a otra parte para hablar"- Le dijo tomándola de nuevo del brazo.
No, no quiero escuchar
tu voz susurrar
que me has querido
sé cual es la verdad
quise confiar
y me has mentido... oh...
- "No me toques, eres un miserable, por eso no me has llamado estos dos meses, ni siquiera te has molestado en saber de mi, estabas con otra, revolcándote con ella, es más... ¿no es tu prometida? Me has mentido, me has engañado con viles palabras, siempre diciéndome que era la única, a la que más querías. Y resulta que coqueteas con todas, que..."- Shaoran la cogió de los brazos con rostro serio.
- "Deja ya tus celos en otro momento... por favor solo estás delirando"- Dijo con frialdad.
Ahora dices que fue una confusión
solo celos fruto de mi imaginación
partiste mi vida en dos
- "¿Celos? ¿Y qué fue entonces lo que vi antes? ¿Imaginaciones mías?"- Le dijo tirando de él para darse la vuelta y marcharse, Shaoran detrás de ella.
- "Por favor Sakura deja de comportarte como una niña y escúchame"- La mujer seguía andando.
- "Ahora soy una niña... pues no te quejabas cuando estábamos en tu cama"- El hombre veía las miradas de los transeúntes entre curiosos y escandalizados.
- "No es eso a lo que me refería"- La mujer siguió caminando hasta llegar a su casa.
- "Sakura, esto no tiene sentido, si me escucharas..."- Pero no pudo hacer anda pues el hermano de Sakura salió para evitarle el paso- "Por favor... necesito hablar con ella"- Le dijo ya desesperado.
- "No creo que ella quiera"- Dijo enfadado.
- "Por favor Kinomoto"- El hombre se dio media vuelta para cerrarle la puerta en las narices. El hombre salió del porche y miró hacia la ventana del cuarto, la vio de pie delante de la ventana, pero enseguida corrió la cortina.
sentí morir al verla abrazándote... eh...
Una y otra vez evocaba la imagen de esa mujer junto a Shaoran y recordaba el motivo de que aquel día fuera a visitarle. Se miró el vientre y se lo tocó con tristeza. Aún por su traición debía contárselo ¿verdad? La mujer sonrió con tristeza y pronto sus lágrimas brotaron con tanta facilidad que era como si ya no sintiera la calidez de esas gotas saladas. No durmió en toda la noche... A la mañana siguiente el joven chino volvió a llamar a la puerta de su casa y esta se negó a hablar con él, es más, Touya no se lo permitiría aunque ella quisiera. Pasaron así cuatro días hasta que una tarde cansada de soportar su acoso salió a la calle y le esperó fuera para que no tuviera que enfrentarse con su hermano. El hombre la vio de pie apoyada en una pared con las manos delante y la mirada baja. La mujer sintió su llegada y le recibió con una débil sonrisa.
- "Te estaba esperando"- Dijo ella acercándose a él- "Vamos al parque"- El joven no dijo nada, ahora que estaba ante ella se había quedado sin palabras y se sentía horriblemente culpable, pudo ver sus ojos y su cara pálida, sabía que todo lo que ella estaba sufriendo era debido a él y por ello, no podía encontrar palabras que salieran de su garganta que expresaran lo que ahora sentía... remordimientos. Los dos llegaron al parque, era el mismo parque de esa vez en la que él la consoló cuando Yukito la rechazó. en donde la había cuidado y apoyado.
- "Sakura yo..."- La mujer se sentó en los columpios y levantó la cabeza mirándole a los ojos- "No tengo palabras que recompensen todo el dolor que te haya podido causar"- Dijo muy enfadado consigo mismo- "Lo siento, perdóname"- Le dijo a la mujer realmente arrepentido.
- "¿Me querías?"- Le preguntó suavemente, el hombre la miró sorprendido.
No, no quiero escuchar
tu voz susurrar
que me has querido
sé cual es la verdad
quise confiar
y me has mentido
- "Sí"- Contestó sinceramente.
- "¿Y a ella? ¿La quieres?"- Le preguntó sin borrar la sonrisa de su rostro. El hombre dudó por un momento pero contestó con la verdad por delante, por lo menos debía ser sincero esta última vez.
-"Sí"- La mujer miró al suelo mientras se mecía con suavidad en el columpio.
- "Eso no es posible Shaoran, no puedes querer a dos mujeres a la vez, es absurdo"- Dijo casi riendo de la situación en la que estaba metida. El hombre iba a contestarla cuando ella volvió a hablar- "Entonces... ¿por qué me hiciste tu novia teniendo una prometida?"
- "Sakura, yo siempre te he querido, desde que éramos niños"- Dijo recordando el pasado con añoranza.- "Me caso dentro de un par de meses y antes de casarme tenía que solventar unos temas en Japón. La verdad es que desde que se arregló la fecha de la boda me vinieron recuerdos del pasado y un día me acordé de Tomoeda, de lo que pasé en este lugar y... en ti, estuve un tiempo pensando en ti, después de tanto tiempo empecé a recordar el pasado y a ti... sentí una gran nostalgia"- La chica le miró con interés mientras todo su ser temblaba- "Y entonces cuando te vi ese día en la oficina, cuando supe quien eras, fue como si me volviera a enamorar de ti, como cuando éramos niños"- Sakura vio la sinceridad de sus ojos y sonrió con ternura mientras contenía las lágrimas.
- "Pero..."- El hombre se dio la vuelta y puso sus manos en los bolsillos, sin mirarla a la cara, no se sentía con valor de mirarla a la cara.
- "Fue como un sueño... volver a sentir ese amor, un amor que ya no recordaba y que me hacia sentir bien, que me volvía a recordar que era sentirse libre y despreocupado"- La mujer seguía observándole- "Pero... de tanta despreocupación me olvidé de algo que había dejado en Hong Kong"- La mujer emitió un sonido débil y murmuró algo.
- "Tú propio matrimonio"- Dijo con ironía.
- "Tal vez puede sonar absurdo y no me creas... pero es la verdad... Sakura... jamás quise hacerte daño. Te quiero"- La mujer se levantó del columpio de un impulso y se acercó al hombre, el cual se dio la vuelta a mirarla cuando oyó acercarse sus pasos.
- "No me digas que me quieres cuando te vas a casar con otra mujer, a la que también dices querer"- Dijo con amargura- "No puedes amar a dos mujeres a la vez, es imposible. Por favor... deja de decir todas estas mentiras, que lo único que me causan es dolor"
- "Sé que no puedes creerme Sakura, pero yo te quiero, te he querido y te sigo queriendo, pero mi amor por ti, no es igual al que siento por ella"- Dijo acercando su mano a su cara pero ella giró el rostro evitando que la tocase.
- "¿Entonces tengo que olvidar lo que ha pasado entre nosotros durante estos meses?"- Dijo con lágrimas en los ojos.
- "No, recuérdalo como... un bonito sueño, conserva el recuerdo, sigue adelante y busca a un hombre que te quiera más que nada en este mundo"- La mujer le apartó de él y salió corriendo de allí, pero se detuvo dándose la vuelta dejando ya que las lágrimas cayeran sin remedio.
- "¡UN SUEÑOE DICES! ¡ESTO NO ES MÁS QUE UNA PESADILLA! ¡UNA PESADILLA DE LA QUE JAMÁS PODRÉ ESCAPAR YA! ¡NO SABES LO QUE ME HAS HECHO! ¡NO SABES LO QUE TUS MENTIRAS HAN CREADO! ¡TE ODIO LI! ¡ERES UN MENTIROSO!"- La mujer corrió hasta agotarse y perderse en las calles de Tokyo. Caminó bajó la lluvia que se había formado y que ahora caía sobre su frágil cuerpo- "¿Por qué no se lo dije? Si se lo hubiera dicho... la hubiera dejado y seguro que hubiera vuelto conmigo..."- La mujer se llevó las manos a la cara intentando apartar las lágrimas una y otra vez. Estuvo vagando sin rumbo y destino hasta que se chocó con alguien. Esa persona la detuvo y vio el estado en que se encontraba, en ese momento se desmayó, exhausta. Ese alguien la ayudó, no solo esa noche sino que se convirtió en alguien que la ayudó a sobrevivir y a vivir por su hija, por Aika, quien se había convertido en su razón de ser.
(no) no (quiero escuchar) no quiero escuchar
(tu voz susurrar) susurrar...
(que me has querido)
sé cual es la verdad
quise confiar
y me has mentido... oh...
no quiero escuchar
La pequeña quedó quieta viendo como esto pasaba ante sus ojos, como ese hombre se había aprovechado de su madre. Lo vio todo, lo sintió todo y todo se desvaneció como llegó. La pequeña quedó de rodillas y llorando. El libro estaba sobre su regazo.
- "¿Por qué lloras?"- Le preguntó el hombre acercándose por su espalda.
- "¿No lo ha visto? ¿No ha visto como ha jugado con los sentimientos de mi madre?"- Preguntó entre sollozos.
- "Ese es el secreto que escogiste descubrir"- La pequeña paró de llorar y miró al hombre a su lado- "¿Por qué ese secreto y no otro?"- Le preguntó con un tono silencioso.
- "Porque quería saber por lo que había pasado mi madre, cual fue el dolor que tuvo que enfrentar, cual fue el dolor que la destrozó el corazón"- Dijo la pequeña muy apenada.
- "¿Y no te gustaría saber nada más? ¿no te gustaría conocer el rostro de ese hombre? ¿De saber su nombre? ¿y después pagarle a esa persona con su misma moneda?"- Le dijo apoyando sus manos sobre sus hombros y acercando su cabeza a su oído- "¿No te gustaría que supiera cómo se sintió tu madre cuando la abandonó?"- Le preguntó a la pequeña.
- "Sí, me gustaría"- Dijo con ira mientras seguía herida por todo lo que había visto.
- "¿Y qué te lo impide? Tu eres la dueña de este libro, tú puedes descubrir los secretos más recónditos, tienes un poder más grande que la magia"- La niña le miró, pero seguía sin poderle poner rostro a ese hombre.
- "No puedo... le prometí a mi madre que jamás guardaría odio ni rencor ni le desearía ningún mal a nadie, aunque esa persona fuera mi padre"- Dijo agarrando el libro de su regazo con fuerza.
- "No le harás un mal que no mereciera, no harás algo que no es más que justicia, la justicia de enseñarle lo que el ha provocado, sufrimiento... Cuando haces un mal no puedes esperar a quedar impune de un castigo justo ¿y qué mejor castigo que enseñarle a sentir lo que el hizo sentir a tu madre?"- La niña le miró dubitativa pero después miraba al libro y se sentía perdida. ¿Qué era lo que debía hacer?- "No le harás ningún mal que no merezca, nadie te culpara por hacer justicia"- La niña lo pensaba con calma pero no hallaba respuestas que no dieran la razón a ese hombre. Tenía razón, no pasaría nada, todo sería un castigo a una mala persona.
- "L... lo... ha.. haré"- Dijo aún con sus dudas.
- "Pues pregunta... pregunta al libro lo que quieres saber, después de todo eres... su dueña"- El hombre se separó de la pequeña y la dejó delante del libro, mientras sus ojos empezaban a cambiar de color, sin que ella lo supiera una sombra empezaba a asomarse en sus ojos.
- "Solo será una pregunta más... solo una pregunta más..."- La niña parecía hundida en su propio mundo, autoconvenciéndose de que lo que iba a hacer era lo correcto.
N. de A: Jejejejeje.... he vuelto y fijaos en un par de mesecitos, creo que voy mejorando, por lo menos no sé pero glogalmente entre todos mis fics, he subido fic por semana (excepto una semana, pero en esta semana subo dos, por el retraso) Para aquellos que no lo sepan, una se esfuerza para que en estas vacaciones halla fic por semana y créanme es agotador U_U. Espero sus e-mails y sus reviews porque ahora escribo según si estoy animada o no. Estoy de vacaciones y ya saben tengo muchooooooooooo más tiempo que antes XD. Este fic llega a su final, más o menos me queda unos 5 caps, no estoy muy segura, pero a partir de aquí habrá una masacre enorme, fijaos que en el cap anterior me cargué a Lily y en este ya he sentenciado a una Paloma y he matado al hijo de Meiling T-T. Creo que ya lo dije, estoy en una fase un tanto sangrienta :P.
NOTA1: En nigún momento he tratado este fic como un fic religioso, si se alguien cree que hago alusión a dios en este fic, se equivoca pues digo que es 'su señor'. Las Palomas, sí, son ángeles pero no bajo la orden de Dios, sino de alguien que las manda, que creó la humanidad pero que tampoco es el ser superior del mundo, jajaja, puede ser confuso lo sé, pero quiero dejar claro que no me estoy adentrando y no me quiero adentrar en conflictos religiosos, esos temas me producen jaquecas T_T, en serio, cuando entras en un tema en que hay tantas diferencias de opinión puede llegar a ser mortal y no estoy como para debatir los puntos de vista de todos U_U. Solo disfruten de la lectura, sé que no es una de las maravillas del mundo, solo disfruten y descansen ;).
NOTA2: La canción empleada en este cap es de Lydia - 'No quiero escuchar'. Debo decir que esta escena lleva planeada desde el principio del fic ya que esta canción fue la inspiradora del lío S+S en este fic. Nada más XD.
Todo tipo de preguntas, acosadme a mi e-mail: eternal_phoenix_light@yahoo.es
NOTA3: Actualizaciones en mi BIO. Si no hay más de 5 reviews no seguiré con el fic, bueno... me lo pensaría...
CURIOSIDADES:
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Esto sería la mitad del arma de Meiling visto de lado (es que las cosas no me salen centradas así que he tenido que ponerlo así, para que la gente se haga una idea) donde están los circulitos es donde pondría la mano para agarrarlo. Y visto desde arriba tendría que ser redondo, como los platillos que se tocan en una banda de música. No sé si la gente se hará a la idea O.o. Si queréis q 'dibuje' un arma más me lo decís e intentaré ponerlo (no tengo escáner así que no puedo dibujar a papel y para dibujarlo en el paint... mejor 'dibujarlo' así)
Zai Jian
