25 Noviembre de 2003
Como notarán hay un ligero cambio en el formato de este fic. Personalmente me cansa mucho escribir el nombre de los personajes al principio de cada diálogo así que lo he cambiado, para aquellos que no les guste lo siento de veras, pero me es muy incómodo de escribir, perdonen este repentino cambio. También cambiaré el formato de los episodios anteriores, no habrá un cambio muy importante, solo para que lo sepan ^^ (Y no, no se preocupen lo haré cuando termine el fic ^^UUU). (Alguien me preguntó porque utilizaba este formato y como sabrán este fue mi primer fic por lo que andaba por aquello de probar, no lo cambié más bien por estética, eso de tener mitad del fic de una manera y la otra manera de otra queda relativamente mal :P, pero ahora me he cansado y he decidido mandar al infierno todo XD)
AVISO. Bla, bla, bla, bla. Bla, bla, bla... Esto es un resumen, pero ya saben lo que quiero decir, q no lo saben, pos váyanse al primer capítulo que ahí viene :P
"Sueños o pensamientos"
- Conversaciones-
-~-~-~*-~-~-~*-~-~-~ Cambio de escenario
- "Pues pregunta... pregunta al libro lo que quieres saber, después de todo eres... su dueña"- El hombre se separó de la pequeña y la dejó delante del libro, mientras sus ojos empezaban a cambiar de color, sin que ella lo supiera una sombra empezaba a asomarse en sus ojos.
- "Solo será una pregunta más... solo una pregunta más..."- La niña parecía hundida en su propio mundo, autoconvenciéndose de que lo que iba a hacer era lo correcto.
CAPÍTULO 14: PALOMAS vs ÁNGELES CAÍDOS 3
El Segundo Pilar
'Y el mundo despertó de la realidad para caer en un profundo sueño'
La batalla ya se había cobrado dos vidas inocentes, dos seres que apenas habían vivido esta vida en su completa plenitud, dos personas que solo eran meros niños que acababan de descubrir la crueldad de este mundo, que acababan de nacer para volver a ese profundo sueño que les daría paz. Todo o nada, a eso era a lo que se enfrentaban en este miserable mundo, donde el pecado era el que reinaba sobre la virtud, la virtud que un alma incorrompible describió y que en realidad no existía.
Un ángel había sido crucificado, solo quedaban 6 más. Ahora estaban en igualdad de condiciones, ahora es cuando el verdadero fin empieza y la destrucción se abalanzaba con espada y escudo, como guerrero de la perdición con cuchillo ensangrentado para asestar el golpe letal que los llevaría a la perdición.
Ajenos a todos estos detalles 6 Palomas luchaban ahora por lo que creían y donde cuatro hombres buscaban a una niña perdida en la devastada ciudad. Esta niña se encontraba en un mundo donde la realidad se basaba en lo que su corazón creía, pero ya era demasiado tarde pues su corazón no veía más que una distorsión de lo que verdaderamente ocurría. El destino ya había mostrado sus cartas y las repartidas no revelaban un buen augurio.
'Y el mundo despertó de la realidad para caer en un profundo sueño'
El rostro de la Paloma solo mostraba dolor, un dolor tan inmenso e intenso que no hacia más que acumularse. El dolor por la pérdida, el dolor por una pérdida tan grande como si la que hubiera sido perdida fuera su vida misma. Aún podía ver el delicado cuerpo de la pequeña criatura atravesada por esa traicionera espada, a la cual se estaba enfrentando ahora. La Paloma se preparó para recibir el ataque del asesino. El hombre no demoró y alzó su espada para dejar caer varios golpes los cuales evitó la Paloma con velocidad y vista de lince. Tomoyo estaba desarmada pues sus armas habían sido destruidas cuando esta intentó liberarse de ellas, pues se hallaban clavadas en sus hombros. La joven solo podía esperar al ataque de su oponente y esquivarlo con más rapidez que él atacaba. Los dos habían compartido toda una vida juntos y aún le conocía lo suficiente para poder percibir el ataque que él iría a realizar aún antes de que este lo realizara, tal había sido su compenetración en el pasado que habían sido casi un alma en dos cuerpos, como estaba predestinado, como había sido escrito desde que fueron creados. Dos cuerpos para un alma, dos vidas ligadas para morir juntas y luego renacer de nuevo, así hasta el fin de los días.
- "No podrás escapar siempre"- Dijo el hombre en tono helado.
- "Mientras sigas siento tú mi contrincante podré esquivar tus ataques"- Dijo muy segura de sí misma, pero con el mismo semblante que él, uno frío y helado, como buenos guerreros que eran.
- "¿Nunca te han dicho que no hay que ser tan confiado?"- El hombre dejó de sujetar la espada con solo una mano y ahora se dispuso a cogerla con la otra, Tomoyo sabía que esa clase de ataque significaba un golpe frontal, pero lo que la sorprendió fue que el hombre había cambiado de táctica en un solo segundo, haciendo que Tomoyo pisase sobre falso. El hombre con suma rapidez había hecho un arco en el aire que dirigía la espada hacia el lateral de la Paloma. Esta, que no vio venir el ataque, recibió el golpe que la lanzó contra una pared, estrellándose contra ella. El cuerpo formó un agujero en la pared al chocar y la Paloma cayó al suelo junto con rescoldos del impacto. Sintió un dolor que aumentaba en sus hombros, que volvían a sangrar de la herida anterior- "Deberías haber hecho caso de mi consejo y haber dejado esa confianza aparcada en tu interior. ¿No sabes que la soberbia es un pecado capital? Y los pecados se pagan, siempre se pagan"- El hombre se acercó a ella. Daidouji levantó el rostro con algunos mechones que tapaban la belleza de su faz. El hombre hizo un movimiento con la espada y la dejó a su lado, su mano alineado con su brazo, recta y fuerte, mostrando el filo brillante del metal a la mujer. Cuando estuvo lo suficientemente cerca de ella levantó su pierna y le dio una patada que la lanzó atrás, tirándola al suelo. La Paloma fue arrastrada por la fuerza del golpe varios metros por el suelo, rodando por él- "No soy la misma persona que conocías, no soy el mismo ser lamentable que era, ahora soy más fuerte y ahora tengo una sola ambición en mi mente, donde tus dulces palabras y tus ruegos no pueden hacer mella"- La mujer levantó la cabeza y se llevó la mano al rostro apartando sus cabellos, echando los mechones sueltos hacia atrás. De su frente empezó a caer un pequeño río rojo, una gota que se escabullía de una herida en la cabeza, que fue provocada por los golpes contra el suelo, de la patada que le había propinado.
- "Jamás fuiste un ser lamentable, eras y sigues siendo un ser de noble corazón, aunque te pese demostrarlo, aunque creas que eso es una debilidad. Reacciona y mira a tu alrededor. ¿Quieres esto? ¿Ambicionas caos y destrucción? ¿Quieres que todo quede en la nada? No, sé que no es eso lo que más anhelas"- La mujer le miró con desafío en sus ojos y algo que detectó y reconoció como lástima, una profunda lástima que lo único que consiguió fue encender más su ira.
- "¡Cállate! Tú ya no sabes como soy o quien soy. Tú no sabes nada de mi. Puedes ser la Visionaria, la Paloma que todo lo ve, pero no puedes ver como será tu final, como será tu lamentable final. Solo puedes ver cosas que tu señor te concede que veas. Dime... ¿También te ordenó tu señor casarte con un ser tan bajo como el humano? ¿Aceptó tu unión en santo matrimonio? ¡Lo dudo! Las Palomas solo les son devotas a su maldito señor. Renunciaste a tu misión por ese ser ¿verdad? Cuando, en cambio, conmigo fue totalmente distinto. ¡No te burles de mi con tus absurdas palabras!"- El hombre corrió hacia donde estaba Tomoyo, levantando la hoja de metal de sus manos y antes de asestar un golpe Tomoyo le propinó un golpe con las piernas y salió volando, pero lo cual no le permitió ir lejos dada su debilidad, solo pudo dar un gran salto gracias a las alas y alejarse del hombre antes de que la cortara. El Ángel Caído se recuperó enseguida del golpe.
- "¡Como puedes decirme eso! ¡Yo te fui devota! ¡Yo te fui fiel! ¡Te amé como a ningún otro ser! ¡Mi corazón era solo tuyo! ¡Mi alma no era mi alma sino nuestra, estábamos más unidos de lo que jamás nadie ha llegado a estar!"- El hombre la mirada con más odio a cada momento.
- "¡Todo viles mentiras!"- Declaró con furia.
- "¡No! ¡No huyas de la verdad! ¡No huyas de lo que fue tu equivocación! ¡Yo me casé con Eriol en nombre del amor que le prodigo, en este tiempo, en esta vida, en este cuerpo y con este alma que fue nuestra en lejanos tiempos. ¡Él supo apreciar en mi lo que tú no supiste comprender jamás!"- El hombre se acercó a ella con peligroso sigilo.
- "¡Dime! ¡Dime cual fue ese error que dices que yo cometí! ¡Dime que mentira más tienes en tus venenosos labios! ¡Yo te di todo mi ser y tú solo te entregaste a tu maldita misión como Paloma! ¡Dime donde quedaba yo en tu corazón cuando solo tenías ojos para esos malditos seres de la tierra! ¡Dime donde quedaba mi amor cuando el tuyo solo estaba en la protección de insípidos seres que solo son animales de sus instintos! ¡Nacen como animales y mueren como ellos! ¡Como bestias pecaminosas que son!"- El hombre desprendía tal fuerza que el suelo que pisaba se partía y se resquebrajaba ante sus pasos.
- "Te ha cegado la ira, te has dejado cejar por la envidia, por los celos, te has dejado llevar por los malos sentimientos que abrigan tu corazón. Pero en el fondo sabes que no es así, en el fondo sabes que mi amor por ti es y seguirá siendo eterno, como eternas son las almas"- La mujer dio varios pasos hacia atrás viendo su proximidad, su furia no se calmaba sino que aumentaba por minutos.
- "Pues reniega de tu amor humano y vuelve a aceptar lo que una vez te ofrecí"- Declaró el hombre con suma autoridad.
- "¡Jamás! No aceptaré tal trato, pues tus palabras no son más que recados que el diablo manda desde el infierno y los cuales no traen más que desgracia. No, no pienso dejar de amar a Eriol ya que mi amor por él es real y puro, incorrompible, a diferencia del tuyo, prefiero un amor tan efímero como es el de un humano, como es el que me ofrece Eriol, que el que tú me das, con trampas y sortilegios que me apartan de lo que verdaderamente creo y lo que protejo"- Dijo con firme vehemencia.
- "Otra vez tu maldita misión ante todo"- Dijo con desprecio.
- "Sí, mi misión en la tierra, proteger lo que amo, eso es el amor, dar y jamás pedir"
- "Eso no es amor sino absurda devoción"- Dijo como si ese sentimiento que describía Tomoyo fuera algo repugnante.
- "Sí, es devoción al ser amado, es lealtad a uno mismo y es adoración a todo lo que nos rodea en esta vida. Prefiero un amor humano, tan corto y tan sincero que el amor que tú me ofreces, donde jamás podría mirarme a los ojos y saber que hice bien al abandonar todo por ti, traicionando mi esencia por el camino. Si tu amor hubiese sido tan fuerte me hubieras aceptado tal y como soy"- Tomoyo recobró fuerzas de flaqueza y alzó su mano para formar una bola en su mano, una bola luminosa de luz tan clara que te hacía sentir impuro.
- "Nuestro amor pudo haber sido algo, mi amor por ti jamás murió, pero ahora mi objetivo es solo uno, tal vez ames a ese hombre como dices, pero él jamás logrará de ti lo que yo podré tener"- El hombre se acercó a Tomoyo y se dispuso a atacar de nuevo con su espada.
- "¿Y que es eso que tanto ambicionas?"- Dijo mientras seguía formando esa bola de energía, su última baza.
- "¡Tu alma!"- El hombre se acercó a ella cual depredador cuando se dispone a atacar, con furia y un desgarrador aullido de ataque.
'Y el mundo despertó de la realidad para caer en un profundo sueño'
Sakura volaba por los cielos. El contraste de su vestimenta con sus alas hacían creer que el ángel de la muerte volaba para recoger las almas en pena que iban al muro de fuego, atraídas por su estremecedor poder. Las quemaduras que había recibido cuando estuvo delante del alma del hijo de Meiling no desaparecerían pues eran llamas procedentes del mismo infierno. Aún podía ver la tristeza y el dolor que soportaba el espíritu del niño cuando este desapareció. La mujer divisó varias zonas que antes conocía como unos lugares muy bellos, ahora arrasados por el desastre, no podía creer que ese lugar donde se había creado como un ser mortal estuviera desapareciendo delante de sus ojos.
En poco tiempo llegó al lugar del que había partido antes y se encontró con una casa desolada. Entró por las puertas principales y ante ella vio el destrozo que producía una batalla, una lucha entre los Ángeles Caídos y las Palomas. La conclusión era evidente. Habían sido atacados durante su ausencia. La mujer plegó sus alas y entró en el vestíbulo, donde a unos pasos de las escaleras vio una enorme mancha rojiza, ya seca por el tiempo pasado desde que se produjo.
- "¡¿Aika?! ¡Aika!"- Empezó a llamar a su hija desesperada- "¡Tomoyo! ¡Eriol! ¡¿Qué ha pasado aquí?! ¡Por favor que alguien me conteste!"- Su voz se desgarraba en la angustia y el temor de algo terrible. Y en oído a sus gritos dos muchachos salieron a ver a la persona que gritaba- "¡Syaolong! ¡Tatsuki!"- Dijo algo aliviada, pero aún con un nudo en el estómago de que algo terrible había ocurrido- "¿Dónde están vuestros padres? ¿Qué ha pasado?"- Los chicos se miraron con tristeza y el rostro de la mujer palideció, se giró y empezó a recorrer la casa desesperada, nadie acudió a su llamada en la parte baja de la casa.
- "Tía, no sigas, no hay nadie más"- Dijo el hijo de Touya con dolor y pena en su garganta.
- "¿Dónde están? ¿Qué ha pasado? ¿Y Aika? ¿Dónde está mi hija Tatsuki?"- El niño no supo que responder. La mujer se acercó a él y le agitó de los hombros. Syaolong fue quien habló.
- "Vinieron a por la señora Hiragizawa y a por mi tía Meiling, no sé que ocurrió pero desaparecieron. La hija de los señores Hiragizawa, Lily... Lily..."- El chico se quedó con las palabras en la garganta, sin poder sacarlas de ahí y decir tan terrible verdad.
- "¿Lily qué?"- La mujer le miró con apremió pero el chico solo supo bajar la mirada. Tatsuki continuó con las abominables noticias.
- "Lily ha muerto, tía"- La mujer les miró incrédula a sus oídos. ¿Había oído bien? ¿Lily? ¿Muerta?
- "No puede ser..."- Dijo sin casi aliento.
- "Y Katsumi..."- El chico quedó sin palabras ante tales devastadores acontecimientos- "Había sufrido un cambio, un dolor y entonces el señor Tsukishiro nos dijo que el alma de Yue estaba en el cuerpo de Umi. Y entonces... Aika fue a ayudarla"- La mujer abrió los ojos desmesuradamente.
- "¿Ayudarla? No, no puede haberlo hecho... es muy pequeña, acaba de recibir estos poderes, no sabe controlarlos, no tendría tanta fuerza para soportarlo. Tatsuki, dime que ha pasado después ¡Habla!"- El chico la miró con melancolía en el alma.
- "Ha desaparecido..."- La mujer intentó digerir las palabras- "Umi volvió, está algo débil y cansada, parece que está bien pero Aika... desapareció"- La mujer se separó de los dos niños y les dio la espalda.
- "¿Señorita Starlight?"- Preguntó el joven chino con preocupación.
- "No, no, no, no"- Se llevó las manos a la cabeza- "Esto no está sucediendo... Aika tiene que estar en alguna parte, no puede haber desaparecido así sin más"- Dijo desvariando.
- "Papá, el señor Hiragizawa, el señor Tsukishiro y el señor Li marcharon en su busca porque no pueden hacer nada más en estos momentos"- Sakura no dejaba de darle vueltas al asunto y entonces se volvió a dar la vuelta con una mirada de ira, no había preocupación en esos ojos verdes, tampoco pena, sino una inmensa ira.
- "Quedaos aquí, no os mováis de aquí, a vosotros no os pasará nada, cuidad de Katsumi y si pasa algo, ocultaos y protegeos, no salgáis, así cuando vuelva alguien no tendrá preocuparse de más desaparecidos"- Dijo la mujer con tono maternal, dejando a los niños solos- "Por favor, cuidaos"- Entonces fue cuando Syaolong avanzó unos pasos detrás de la Paloma y la detuvo con una pregunta.
- "¿Y Tiang?"- Preguntó sabiendo la respuesta con antelación. La mujer se dio la vuelta y le sonrió con tristeza.
- "Algún día... volverás a verle, pero ahora... espera a que todo esto termine para ir a un hermoso lugar"- El chico cerró su mano en un puño y bajó la mirada, dejando caer al suelo una gota de agua salada. La mujer salió apresurada del lugar, desplegó sus alas en toda su magnificencia y se dispuso a recorrer esos cielos de sangre. Ahora solo había una cosa que le importaba y eso era su hija. Ya nada más tenía relevancia para ella, pues su niña era su vida y sin ella, todo esto no tenía sentido para ella.
'Y el mundo despertó de la realidad para caer en un profundo sueño'
La lucha por lo que cada uno creía llegaba ya hasta los extremos de derramar la sangre de otro ser para la supervivencia de unos pocos. El mundo estaba en vilo de lo que en esa noche de negro futuro pasara. Lo primero que te enseñan cuando naces es que debes respetar la vida de los demás seres, jamás interponerte en su camino, tanto si es para bien como si es para mal. La misión de las Palomas ha sido y siempre será conservar la estabilidad humana. Sin embargo en una sola noche habían roto todas las reglas impuestas, todos los votos jurados habían sido empañados por la sangre, toda su fuerza de voluntad había sido enfocada hacia otro punto. Ya era imposible predecir el motivo de esas acciones.
La encarnizada lucha entre Katane y La Mujer estaba llegando a un punto donde solo cabía esperar cual de las dos caería de cansancio. Cada una había emprendido contra la otra una táctica de continuos ataques, empleando toda su fuerza y velocidad. Los incesantes ataques que se lanzaban una sobre la otra las estaba dejando exhaustas, aunque ninguna de las dos cejaría del intento de conseguir la victoria de esta lucha.
La locura de este mundo es incomprensible para nuestra inmadura existencia, las palabras no son bastante para poder entender el porqué de esta locura que arrastra a los corazones de ángeles y ángeles caídos a luchar entre sí. Si el dios que creo el mundo y a sus habitantes los había creado... ¿por qué, en primer lugar, los ha creado? Caos, solo y caos en estado puro, solo desgracia en este mundo, eso es lo que deseamos en el fondo de nuestro corazón, la destrucción de todo lo que nos rodea, destruirnos a nosotros mismos seres imperfectos e impuros.
- "Abandona esta lucha estúpida, no es necesario luchar cuando lo únicos que hacéis es evitar lo inevitable. Esta escrito en los anales de las páginas del Libro de los Secretos, en ellas se esconde la verdad, la que os guiará a la muerte pues el final de los mártires es la muerte"- Katane atacó con furia, alzó su lanza y emprendiendo un ataque de sucesivos golpes no la dejó más lugar que defenderse, dando pasos hacia atrás para que el Ángel Caído no la alcanzara.
- "No moriré, nuestra misión al renacer en esta época fue para cuidar de los pilares"- La mujer levantó una pierna y pisó fuerte contra el suelo justo en el momento en que Katane alzaba de nuevo su lanza para bajarla con una renovada rapidez, La Mujer puso su lanza en horizontal y bloqueó el golpe. El suelo bajo ella se resquebrajó y una gran nube de polvo se levantó.
- "¡Ja! Los pilares son una extensión de lo que vosotras sois. Eso solo significa que si vosotras sois débiles los pilares también. Será muy fácil, será tan fácil que no merece la pena que sigamos jugando"- La mujer dio un salto hacia atrás y con gran rapidez se puso en posición de combate. Con una pierna flexionada, con el peso del cuerpo sobre esta y otra estirada hacia delante. Un brazo estirado hacia delante con la punta de la lanza sobre su mano mientras que el otro brazo sostenía la lanza, sonrió y se dispuso inmediatamente al ataque, dándose impulso con el pie flexionado se abalanzó de nuevo sobre la Paloma. La Paloma no bajó la guardia en ningún momento y cuando esta estuvo encima suya ya estaba dispuesta para bloquear su golpe. Se enzarzaron en una danza mortal en la cual cada una ponía lo mejor de sí misma, en la cual cada una daba un paso perfecto y cuidadosamente medido, pues un mero fallo haría que su muerte fuera inminente.
- "Aunque las cosas vayan mal no somos estúpidas, siempre quedará algo al final, nunca seremos derrotadas"- Katane fue a dar una estocada pero la Paloma la paró y con un rápido movimiento que consistía en un giro, consiguió inmovilizar la lanza de su contraria en el suelo. Katane levantó la cabeza para mirarla a los ojos y sonrió con malicia.
- "No lo entiendes ¿verdad?"- Asiendo con más fuerza el palo de su lanza se liberó de la presión de La Mujer- "El objetivo no es como conseguir llegar hasta el final ni tampoco llegar a él, sino que vosotras lo contempléis"- Tal vez no hubiera entendido bien pero la verdad era que había captado la idea de a lo que se refería Katane- "A un enemigo no se le derrota por fuera, sino por dentro"- Hubo un momento de silencio, la calle quedó mortalmente callada, las nubes negras en ese rojizo cielo se movían con sumo sigilo. El cielo estaba adornado por un pilar de luz tan blanco y brillante que la palabra pureza se quedaba escasa para poder describirla. Después de lo que fue una eterna quietud se oyó un ruido, como el de un lamento de dolor, un leve quejido seguido de un grito ahogado.
'Y el mundo despertó de la realidad para caer en un profundo sueño'
La humareda fue disipándose lentamente, el suelo estaba cubierto de polvo y de lo que quedaba del suelo de las plantas superiores. El golpe había sido tan fuerte que habían aterrizado dos plantas más abajo, donde en suelo impedía que cayeran más bajo. Entre los rescoldos se movió una figura, estaba tumbada de costado, levantó la cabeza y el polvo resbaló hasta caer al suelo. La mujer se llevó la mano a la cabeza y se apartó el pelo de los ojos, miró hacia delante intentando acomodar su vista, no vio nada. Se fue levantando lentamente del suelo hasta quedar sentada, con la cabeza gacha y aún aturdida por la potencia del golpe. La Niña se sentó en el suelo y echó una mirada a su alrededor. No muy lejos de donde estaba habían caído sus espadas, así que sin perder mucho más tiempo se levantó de donde estaba y se dirigió hacia ese lugar, pero sin previo aviso sintió una mano aferrándose sobre su brazo, apretándolo con mucha fuerza. La joven giró la cabeza para mirar lo que ya sospechaba y vio al hombre polvoriento, como ella, mirándola con sonrisa entre excitada y sádica. Se intentó soltar pero no pudo, el hombre la empujó al suelo y esta quedó tendida de nuevo sobre los rescoldos.
- "Dime ahora quien es el que irá al infierno antes"- El hombre portaba su espada en su mano derecha, la agarraba con fuerza pero con un movimiento de maestría hizo que la espada se clavara en el suelo. La Niña pudo ver un brillo extraño en la mirada de aquel monstruo. Pudo notar que las palabras que antes había dicho iban hacerse realidad, iba a corromper su alma. Avanzó hacia ella y sacó del cinto que colgaba de su cintura una daga, se puso de rodillas sobre ella, la cual intentó escapar. La cogió de un muslo y la detuvo. Con la otra mano la cogió del brazo y la empujó contra el suelo. Su rostro chocó contra el suelo. Le dio la vuelta, sujetó sus piernas con las suyas propias y sus brazos con su mano. La sonrió de nuevo.
- "Bastardo"- Murmuró la Paloma atrapada.
- "¡Oh! Una sierva de la pureza blasfemando"- Dijo con retorcida sonrisa. Con la daga en la mano fue pasándola por su rostro- "¿Qué es lo que debería hacer contigo?"- El hombre fue bajando por el cuello, resbalando el frío metal por su piel. Kyoju separó la daga de la Paloma y se lo llevó a la boca, donde lo sostuvo con sus dientes. Se llevó la mano a su espalda y en el cinto fue palpando hasta que dio con algo. Cogió uno de los brazos y lo llevó a un lado. Con la otra mano libre intentó alcanzar una de sus espadas que estaban no muy lejos, sin embargo antes de que pudiera hacer nada más sintió algo tan doloroso que hizo ensanchar sus ojos en la agonía. Giró la cabeza hacia un lateral para ver como una estaca había sido clavada sobre la palma de su mano. Un grito desgarrador inundó el cuarto. El hombre cerró los ojos con una expresión de gozo en su faz. Cogió el otro brazo y lo llevó al otro lado para hacer lo mismo que hizo antes, la mujer no derramó ni una sola lágrima hasta que sintió ese otro trozo en la otra mano. Su segundo grito fue más contenido, pues una vez sentida la sensación pudo dominar su propio dolor.
- "¡Maldito...!"- Intentó decir entre ahogadas lágrimas.
- "Gracias"- Dijo Kyoju una vez que se quitó la daga de su boca. El hombre se sentó sobre las piernas de ella y la contempló desde ese lugar- "Pura y virgen, desconocedora del placer y del pecado como de la excitación de la agonía"- El hombre se agachó hacia delante con la daga en mano. Puso la daga sobre sus ropas y empezó a romperlas- "Solo de pensarlo me inunda la emoción"- El hombre dejó en jirones la ropa de la Niña, su cuerpo estaba ya apenas tapado. El dolor de sus heridas como de la humillación hicieron que sus rostro se pusiera rojo de ira e impotencia. Kyoju acercó su rostro sobre el cuerpo de la chica y empezó a lamerlo, sus ojos miraban la expresión de la Paloma- "El dulce sabor de la pureza"- Pasó su daga por su vientre e hizo un pequeño corte. La sorpresa hizo que la Paloma le mirara a la cara, él simplemente sonrió mientras volvió a sumergir su cara sobre ella, esta vez para lamer la herida que le hizo, para saborear la sangre que emanaba de ella. La joven solo supo cerrar los ojos, quizá por el dolor quizá por la repugnancia del contacto de su lengua sobre su piel. Diestramente fue pasando su daga desde el punto donde la había cortado hasta abajo, allí se paró y levantó su cabeza, un brillo negro se encendió en su mirada, un brillo que indicaba maldad en todo el sentido de la palabra- "Gozarás de la agonía, te convertiré en una sierva del pecado, jamás volverás a sonreír"
'Y el mundo despertó de la realidad para caer en un profundo sueño'
La batalla se predecía muy difícil, desde un principio sabía que esta guerra, comenzada tiempo atrás, volvería para perseguirlas y que algún día tendría que dejarlo todo para cumplir con el propósito que le había llevado hacia esa vida. El encapuchado era ágil incluso con esos ropajes puestos, cualquiera hubiera pensado que esas ropas no le dificultaban la movilidad sino que incluso le ayudaban.
Meiling jadeaba con fuerza, su frente perlada de sudor demostraba el cansancio que soportaban sus músculos. El encapuchado delante de ella quedó quieto. Meiling, que había sido despojada de una de sus armas estaba intentando por todos los medios poder recuperarla, pero en un momento dado de la lucha, su enemigo se había cernido sobre ella y la había despedazado en astillas, tan simple fue destruir ese arma para su misterioso adversario que Meiling quedó atónita.
- "¿Te rindes ya?"- Había preguntado con sonrisa socarrona. La Luchadora le miró con ojos amenazadores pero las palabras no salían de sus labios. Lo que había presenciado era imposible. Las armas de las Palomas son esencia de ellas, son parte de su ser y por ello, a menos que sean ellas mismas, no se pueden destruir o eso era lo que pensaba hasta ahora. La destrucción de su arma hizo que Meiling notara como un vacío se empezaba a formar en su interior, uno pequeño que la había dejado ligeramente debilitada y por concluyente, algo vulnerable y en ligera desventaja a su vez.
- "No rías antes de tiempo, mientras me quede un solo soplo de vida seguiré luchando"- No supo como, no supo porqué pero sabía que su adversario se reía por su desgracia. En realidad el vacío que se había formado dentro de Meiling no fue por el hecho de la pérdida de su arma si no por algo indescifrable para ella, como si hubiera perdido algo realmente importante. Desde un tiempo a esta parte notaba como su alma se desgarraba en sollozos. Pero no cejaría en esta lucha, no se rendiría por nada, lo haría por el mundo, lo haría por su señor, lo haría por ella misma y por el futuro de su hijo.
- "¿Y por qué luchas Luchadora? ¿O debería llamarte Meiling en este mundo?"- Dijo mientras se movía hacia un lado, Meiling caminó hacia el mismo sentido, los dos daban vueltas mirándose con fijeza.
- "Lucho por mi misión, por el bien de la humanidad"- Dijo con confianza.
- "No escapes a la verdad, ya tenemos un pilar"- Dijo levantando un brazo y señalándole el lugar donde se alzaba la columna de luz- "Es solo cuestión de poco tiempo el que caigan los otros seis"- Meiling apretó los dientes con fuerza, a la vez que sus dedos se cerraban en un puño.
- "Solo es un contratiempo, al final venceremos porque..."
- "¿Por qué lo que hacéis es lo correcto? ¿Por qué vosotras traeréis la paz? Deja que me ría, esto ha sucedido simple y llanamente por vuestra culpa, todo hubiera transcurrido con normalidad sino os hubierais interpuesto en nuestro camino. Dime Meiling... ¿Por qué luchas en realidad? ¿A caso es por tu hijo?"- Por una extraña razón el pecho de la prima de Li se encogió, un sentimiento de ahogo la empezaba a invadir, un sentimiento que había reconocido como un gran dolor por la pérdida de algo querido y amado- "Lo has sentido ¿verdad? El llanto de un alma inocente en pena, los gritos de dolor de las almas atrapadas en la pared de fuego que forma la estrella. La voz desgarradora de tu hijo pidiendo ayuda"- El encapuchado empezó a reírse en sonoras carcajadas. El corazón de Meiling empezó a latir con fuerza y lentamente se hizo añicos. Su vida había desaparecido de repente y sus ojos se inundaron de lágrimas.
- "No puede ser..."- Dijo en un suspiro escapado.
- "Dime Meiling... ahora que te queda... ¿Tu marido? ¿Crees que después de todo esto sigue vivo? No lo puedes saber pues no está aquí y mientras esa barrera siga en pie no podrás sentir nada que provenga del exterior. Sin tu hijo, sin tu señor, sola y sin ya esperanza... dime Meiling ¿por qué luchas ya?"- La joven no podía escuchar lo que ese encapuchado le decía, su esperanza era su hijo, su tesoro, su aliento de vida, pero sin él... ¿qué le quedaba?.
- "No puede ser..."- El encapuchado caminó entorno a ella como un buitre por carroña. Meiling dejó escapar de entre sus dedos el arma y el encapuchado lo destruyó una vez que se hizo con él. Desarmada, sin esperanza, sin apoyo, desolada y sola, ya no era rival para ella.
- "Este es el destino que te habían deparado, ahora ya lo sabes"- La Luchadora seguía sin poder reaccionar- "Eres fuerte, eres valiente, eres la mejor guerrera, pero... los guerreros luchan por un motivo y cuando carecen de él su vida ya no tiene el más mínimo sentido"- El encapuchado se paró delante de ella y la cogió el rostro, miró en la profundidad de sus ojos rubí y en ella pudo ver un mar de soledad. Meiling miró a los ojos del desconocido y antes de que pudiera hacer nada notó como acercaba su rostro al suyo. Por un momento la Luchadora había vuelto de su letargo al descubrir algo en los ojos de su enemigo, pero ya fue demasiado tarde pues la oscuridad la invadió.
'Y el mundo despertó de la realidad para caer en un profundo sueño'
El ser humano siempre ha sido un ser que evoluciona de sus errores, de sus fallos y de su propia naturaleza, huye de lo que realmente es y jamás acepta los designios del destino. El ser humano se equivoca, rectifica, pero jamás llega a aceptar totalmente todos sus errores. El mayor error que cometió Shaoran Li fue dejar escapar una vida, dejar escapar una vida que le hubiera hecho realmente feliz.
Caminando sin saber por donde o hacia donde, Shaoran buscaba a la pequeña de rasgos tan similares a los de Sakura, de mirada inteligente, muy despierta y sonrisa encantadora, una niña que era la viva imagen de su madre, pero con un cierto aire de madurez y un deje de oscura tristeza.
Su mente cavilaba, no sabía porque una y otra vez se sentía tan frustrado, no debería importarle el hecho de que Sakura hubiera tenido una hija, una niña que no era suya, no podía ser suya, era imposible. Sentía cierto sentimiento de celos y también de rabia porque ella hubiera rehecho su vida. Era absurdo lo que su corazón le decía pero no podía evitarlo. La ira y los celos le embargaban como nada lo había hecho en esta vida. No podía evitar sentirse traicionado y era algo totalmente absurdo. Ella, más que nadie, tenía derecho a rehacer su vida, ella más que nadie tenía que ser feliz. Había sido un cobarde y no había dicho a Sakura la verdad, que el día que había vuelto a Tokyo había sido para prepararlo todo y dejarlo ordenado antes de su boda, debía haberle contado que él estaba comprometido, que su encuentro con Sakura no había sido planeado, que el amor que sentía por ella era solo las cenizas de un amor infantil, aún así el amor que sentía por ella era real. Le era imposible explicarlo, amaba a su esposa, amaba a Sakura pero eran sentimientos distintos, muy distintos.
El chino llegó a un calle desértica, con el suelo cubierto de escombros de las casas que antes se erguían a sus lados. Caminó entre ellos sin rumbo alguno, buscando por todos lados el paradero de la chica, no la sentía y eso era preocupante. No la sentía a ella pero si sintió otra presencia.
- "Xiaolong deberías estar en casa de Tomoyo"- Shaoran se dio la vuelta para encontrar a su sobrino delante de él, con las cejas unidas en lo que quería parecerse a un ceño de irritación y furia y conteniendo una respiración agitada debido a la carrera que tuvo que haber dado para llegar hasta él.
- "Soy lo suficientemente mayor como para cuidarme tío"- El joven se acercó a él.
- "¿Cuándo decidiste salir de la casa? Porque no te he sentido hasta hace poco"- Dijo cruzándose de brazos.
- "Después de que la señorita Starlight volviera"- Shaoran descruzó los brazos y le miró con algo que podía ser sorpresa e intriga.
- "¿Volvió?"- Preguntó esperanzado al saber que aún vivía pero enseguida apartó ese sentimiento y se arrodilló delante de él, notó algo raro en su sobrino- "¿Y Tiang?"- El hombre le cogió de los hombros a su sobrino- "Contesta Xiaolong, ¿y Tiang?"- El niño negó con la cabeza fuertemente mientras de la nada surgieron unas lágrimas, muy pocas, pero era visiblemente unas lágrimas.
- "La señorita... dijo... que al... algún día lo... lo volveríamos a ver"- Shaoran apretó sus dedos sobre los hombros del chico y cerró sus ojos con fuerza cuando dejó caer el peso de su cabeza sobre sus hombros- "¿Por qué tuvo que ocurrir esto?"- Preguntó con el llanto pegado a su garganta, no podía llorar libremente, le costaba demasiado, pero lo sentía ahí en su garganta, ahogándolo desde lo más hondo de su corazón.
- "No lo sé Xiaolong... no lo sé"- Shaoran no podía creérselo aún. ¿Su sobrino muerto? Había visto crecer a Tiang, era muy pequeño para haber muerto, le parecía demasiado irreal como para que fuera cierto, debía ser mentira, esto no era verdad, estaba viviendo algo que no era real. Eso era lo que quería pensar, pero la realidad era diferente y las cosas eran como las veía y oía.
- "La señorita Starlight se marchó inmediatamente cuando descubrió que Aika había desaparecido"- Dijo el chico apartando esa expresión triste y de profundo pesar. Shaoran iba a preguntarle algo pero su sobrino le interrumpió. Los ojos de chico se ensancharon al ver a algo o alguien detrás de él- "¿Tía Meiling?"- Shaoran se dio la vuelta y vio ante él un ángel, un ángel que tenía el rostro de su prima. La joven estaba malherida, su cuerpo estaba repleto de magulladuras de golpes y diversos cortes, pero lo que le llamó la atención fue el cuerpo que portaba en sus brazos. Era alguien encapuchado, su capa y capucha oscuras cubrían su cuerpo y su rostro. El rostro de Meiling era inexpresivo, sus ojos parecían nublados por una cortina que impedía ver sus emociones, algo muy raro pues su prima no era buena ocultando sus sentimientos. Meiling avanzó lentamente hasta llegar a cierta distancia de ellos y dejó el cuerpo en el suelo, a un lado.
- "Meiling..."- La joven avanzó hacia ellos y cuando se acercó a Li le miró a los ojos y le rodeó el cuello con sus brazos, hundiendo su cabeza en la curvatura que unía el cuello y el hombro.
- "Xiaolang..."- Al joven le extrañó el gesto de Meiling, pero pensaba que su prima estaba llorando, seguramente ya lo sabría. El hombre la abrazó y le acarició el pelo en gesto de consuelo.
- "Siento mucho lo de Tiang"- Dijo con un hilo de voz, apenas le salían las palabras, debía ser muy difícil. Meiling no dijo nada, solo se quedó quieta. Syaolong se quedó mirando, no sabía porque pero había algo que no encajaba en esa escena.
- "Tía Meiling..."- La Luchadora levantó la cabeza y fue entonces cuando Syaolong lo vio. Meiling giró su rostro hacia el de su primo y le sujetó la cara. Shaoran quedó sorprendido pero cuando vio esa mirada en su prima no supo como pero no podía moverse. Syaolong corrió hacia ellos y empujó a su tía, rompiendo el extraño embeleso al cual había sometido a Li- "Tú no eres la tía Meiling"- Dijo el chico con las ojos entrecerrados.
- "¿Meiling?"- Preguntó el hombre aún intentando descubrir lo que estaba pasando.
- "Xiaolang"- La mirada de la mujer que tenía ante sí no pertenecía a la de su prima. La mujer se irguió y mostró una amplia sonrisa malévola.
- "¿Quién eres tú? ¿Qué has hecho con Meiling?"- La mujer se cruzó de brazos y le siguió sonriendo.
- "Me tienes delante Xiaolang, soy tú prima Meiling"- Era imposible si no fuera porque no encontraba otra explicación.
- "No puede ser"- Dijo sin encontrar palabras a tal locura.
- "Soy Meiling, o al menos en parte"- Dijo descruzando los brazos- "Este es su cuerpo, de eso no hay duda, y su alma sigue dentro de él, claro que... la que ahora controla sus movimientos y pensamientos soy yo"- La mujer le siguió sonriendo- "Aunque ya nos conocemos"- Shaoran no entendía que quiso decir con esto último.
- "Entonces mi tía sigue viva"- Intervino Syaolong con ira- "Sois... sois..."- La rabia consumía al chico, sin saber que palabras emplear.
- "¿Somos despreciables? ¿Quizá inhumanos?"- Dijo con una sonrisa sardónica- "Pequeño, no te equivoques, esta situación es sola y meramente una transición a algo mejor, a un mundo ideal que todos podrán disfrutar, un mundo donde ya no habrá penas, donde el dolor dejará de existir, la creación de un mundo perfecto"- Dijo con todo el convencimiento del mundo en sus palabras.
- "¿Y vais a conseguir ese tan 'magnifico mundo' sembrando la muerte halla donde vayáis? Destruir para luego crear? ¿Es esa la forma que tenéis de crear ese mundo que tanto idealizas?"- Exigió saber Shaoran indignado por la falta de consideración por las vidas humanas perdidas en esta batalla.
- "No lo comprendéis, al igual que ellas"- Dijo alzando los brazos y señalando esa columna luminosa que atravesaba el cielo- "No comprendéis la creación del universo, no entendéis que para llegar a la perfección antes hay que pasar por el caos y la destrucción, no se puede crear algo sin antes destruirlo, no podemos cimentar nuestro nuevo mundo sin antes borrar el anterior"- Dijo con los brazos alzados en forma de uve.
- "Eso es absurdo"- Dijo Syaolong.
- "¿Cómo crees que se formó la tierra, la galaxia, el universo? Se creo a partir de un caos, un caos primordial y esencial que desató el poder necesario para crear este mundo en el que vivís, así es como el gran señor creó la tierra, a partir de la destrucción. Le alabáis como si de un gran ser se tratara, pero no es más que un cobarde, alguien que no supo comprender que este mundo ha llegado a su fin para dar paso a uno mejor"- Meiling les dio la espalda y contempló con sus ojos la gran columna del cielo.
- "Lo que dices no tiene sentido, ¿destruirlo todo para crear un mundo mejor? ¿Es eso lo que buscáis? ¿Es eso lo que queréis hacer?"- Preguntó dando un paso adelante.
- "Caímos del cielo tras una dura lucha, nosotros queríamos la renovación, ellas la esperanza, la fe. Al no poder crear nuestro mundo caímos del cielo al infierno, juzgados por nuestros pensamientos impuros y por la traición para con nuestro deber de protectores de los pilares. En cambio, nuestro señor Lucifer supo como adquirir la fuerza necesaria del inframundo y nos convertimos en Ángeles Caídos, ahora tenemos poder, tenemos fuerza y por fin alcanzaremos nuestra meta"- Se dio la vuelta mirándoles- "Pero... vosotros y ellas... no lo comprendéis... no podéis entender que la vida está marcada por el caos y después el renacer, una persona no llega a ser fuerte hasta que no sufre. Nosotros crearemos un mundo mejor, con nuevas vidas, con unos seres que la vivan en armonía y perfección. Solo necesitamos los pilares y sus guardianas"
- "Todo eso es solamente una locura, no podéis matar a todo ser viviente por esa razón, ¿matar todas esas personas para crear otras? ¿Acaso no tenéis conciencia?"- Dijo a la persona que poseía el cuerpo de su prima.
- "Todo lo que hacemos es por el bien de la vida, todo lo que hacemos y todo lo que hemos hecho"- La mujer quedó con la mirada fija en los ojos de Li, los invadió y sin que él supiera por qué, sintió que en sus palabras había un mensaje, no sabía cual era, pero estaba seguro que había algo en su tono de voz, en su mirada, algo que le incitaba a sentirse interesado por algo que ocultaban esas palabras.
'Y el mundo despertó de la realidad para caer en un profundo sueño'
Sentía su cuerpo pesado, como si fuera de plomo, no podía mover ni una sola parte de su cuerpo. La cabeza le pesaba endemoniadamente y no podía abrir los ojos porque los sentía muy pesados, era como si sus párpados se hubieran convertido de un duro metal que no podía mover, aunque sin saber como, finalmente, pudo abrir los ojos para contemplar un cielo rojo de nubes negras como el carbón, giró la cabeza hacia un lado pero no pudo ver nada excepto escombros. ¿Dónde estaba? ¿y cómo había llegado a ese lugar? Esas eran las preguntas que se hacia, pero todo eso se desvaneció cuando repentinamente recordó algo, se sentó con rapidez y un súbito mareo la invadió, se cogió la cabeza con fuerza y apretó los ojos para poder concentrarse y que el dolor se mitigara. Al cabo de un par de minutos todo dejó de dar vueltas a su alrededor y pudo abrir los ojos para fijarse en el lugar donde se hallaba. No sabía que hacer, no sabía si debía quedarse allí o caminar hacia algún lugar. Su mirada recorrió todos los rincones y algo llamó la atención de la pequeña. Su mirada se posó en una placa delante de ella. La joven se levantó del suelo, a duras penas consiguió ponerse de pie, pero cuando pudo se dirigió a la placa y cuando estuvo de frente a ella se agachó y se arrodilló para darla la vuelta. Allí, en esa placa pudo leer el nombre de una calle y entonces su corazón dio un vuelco, miró a todos sus lados frenéticamente, la placa se cayó al suelo y empezó a correr a su alrededor. Corría como si buscara algo, corría como si su vida dependiera de ello, corría mientras la angustia la ahogaba. De repente reconoció algo y se dirigió hacia ese objeto cuando lo alcanzó, lo cogió con delicadeza y finalmente supo que sus temores no eran infundados, levantó lentamente la mirada y ante ella pudo ver una casa derruida, se acercó a ella con paso pesado y descuidado, se tropezó un par de veces. Caminó hasta que sus ojos captaron algo, algo que hizo que sus piernas temblaran, lo que llevaba en la mano cayó al suelo y cuando por fin pudo discernir lo que era dio un par de pasos atrás, se tropezó con algo y cayó al suelo, miró a su lado y sus ojos se ensancharon, como si el suelo quemara se apartó y de un salto se dirigió a otro lado.
Desesperada, aterrada, horrorizada salió de ese lugar corriendo. Sus piernas corrían lo más deprisa que podían hasta que llegado a un punto ya no pudo más, apenas se había alejado unas cuantas calles cuando entró en otra que también conocía, se llevó las manos a la boca y las lágrimas cayeron de sus ojos, negaba con la cabeza, como si con ello pudiera negar la realidad que le mostraban sus ojos. Dio media vuelta pero ante ella apareció algo que volvió el color de su rostro lívido. Dio un paso tembloroso hacia atrás y sintió algo a su espalda, con un temor que invadía su cuerpo giró su cabeza con lentitud y allí halló lo que sospechaba. Se alejó a un lado y vio como inevitablemente se acercaban a ella.
- "¡Alejaos de mí!"- Dijo con las lágrimas en sus ojos- "Esto no es real, vosotros no sois reales, debe ser una de vuestras bromas ¿verdad?"- Dijo con la voz quebrada.
- "¿Qué te pasa Aika?"- Preguntó una de las personas que se acercaban a Aika, pero que en realidad no eran personas sino imágenes de personas, ya que sus cuerpos eran semitransparentes, como los de un...
- "Fantasma"- Dijo alejándose todavía más de ellos- "So...soc... socorro"- Dijo en un hilo de voz- "Por favor... ¡Qué alguien me ayude!"- Gritaba ahora desesperada- "¡Mamá!"- Chillaba aterrorizada- "¡Mamá!"- Repitió de nuevo.
- "No vendrá Aika"- Dijo uno de esos fantasmas que eran imágenes de sus compañeros de clase.
- "Ya no te quiere, Aika"- Dijo Hana Yamazaki, la niña a la que llaman Yan, la gemela de Sana, la que se parecía tanto a Chiharu intentando evitar que su hermana contara mentiras.
- "Te ha abandona Aika"- Dijo ahora Sasa Terada, ese niño tan apacible y con quien tan bien se llevaba.
- "No"- Dijo con miedo en su voz- "Me estáis mintiendo"- Dijo ahora tapándose las orejas para no oírles.
- "Ahora está con la persona que verdaderamente ama. Tú solo eres un recuerdo hasta que pudiera volver con él. Tú solo eras una mera sustituta, alguien a la que pudiera abandonar después"- Dijo Isawa Teramatsu, el chico de gafas que siempre estaba leyendo historias de dragones y mundos de fantasía.
- "No, no, no..."- Decía negando con la cabeza.
- "Pero no debes culpar a tu madre Aika"- La niña levantó la cabeza y vio ante ella a su mejor amiga, a Lily, parecía como los demás, pero tenía esa sonrisa tan cálida y era su mejor amiga.
- "Lily"- La niña se quiso acercar a ella pero su mano traspasó la de su amiga- "¿Lily?"
- "Aika, hay algo siempre me dijiste, un deseo que siempre habías querido formular, algo muy dentro de ti que temía decir ese deseo en alto. Ahora puedes hacerlo realidad, puedes recuperar a tu madre, puedes romper ese hechizo que sume a tu madre bajo el control de ese hombre, tienes ese poder, puedes hacer que tu madre vuelva a quererte a ti y solamente a ti"- La niña cayó de bruces al suelo, con cada pierna a un lado y la mirada perdida en los ojos de su amiga- "No temas Aika... cumple tu deseo... ahora tienes el poder... el poder de cumplir todos tus deseos... tienes el poder de descubrir como se cumplen los deseos, en tus manos tienes el poder de conocer todos los secretos, úsalo y no temas... Sabes que hacer, sabes como hacerlo y sabes cual será el propósito de todo. Así que... no temas"- Su amiga estiró su mano hacia ella y esta la cogió, una luz cegadora invadió esa zona y la niña desapareció, una vez más. En una esquina de esa calle se movió una sombra. Alguien apoyado en una pared, milagrosamente de pie, se apartó de ella y echó una mirada al lugar donde estaban esos fantasmas. Todos lo miraron y este con solo un chasquido de sus dedos los hizo desaparecer, quedaba un fantasma, el de Lily, la miró detenidamente y a la vez que sus labios se movían, los labios de la niña lo hacían también.
- "Ahora ya eres mías"- Y tras dibujar una sonrisa maliciosa en sus labios hizo desaparecer a esa última sombra, creada con su poder.
'Y el mundo despertó de la realidad para caer en un profundo sueño'
Las dos estaban una muy cerca de la otra, sus caras a meros centímetros y sus respiraciones eran rápidas y veloces. Las dos se miraron a los ojos y solo una de ellas sonrió, alejó su cuerpo del de ella y cogió su lanza desde el borde, con un fuerte impulso movió la lanza hacia el frente y la hoja afilada de esta la atravesó por completo, hiriéndola de forma mortal. La Paloma miró a su verdugo y solo supo responder su sonrisa con otra.
- "Aquí es donde acaba todo para ti, Mujer"- Con otro diestro movimiento, veloz y sigiloso sacó el filo de las entrañas de la Paloma y esta cayó de rodillas, mientras que a su vez, emanaba un río de sangre de la herida. Se tocó la herida y palpó la sangre que salía de ella. Con los dedos ensangrentados volvió a sonreír y levantó la cabeza.
- "Jamás pensé que terminaría así"- Dijo mientras una suave risa decoraba sus labios.
- "En cambio yo no veía el momento de cumplir este sueño"- La Paloma empezó a sentirse débil hasta que finalmente su cuerpo se desplomó sobre el suelo. Katane se acercó a ella y se acercó al cuerpo, acercó su mano a su cuello y buscó el lugar donde pudiera sentir los latidos de su corazón.
- "¿Sigue viva?"- Alguien detrás de Katane se acercó a ella y esta se levantó y se giró ante la intrusión del recién llegado.
- "¡Ah! Eres tú, ahora mismo os iba a avisar que tenemos otra Paloma"- Dijo como una gatita melosa a su amo. Se acercó a él y le puso ojos tiernos- "Es toda vuestra"- Dijo con una reverencia.
- "Me complace tu victoria Katane"- La mujer se sintió muy contenta y no le importó mostrar la sonrisa en sus labios. El ángel de negras alas le indicó que se acercara a él y esta lo hizo sumisamente. El Ángel Caído, líder de todos ellos, Lucifer, se acercó a ella y puso su mano sobre la barbilla de esta- "¿Me amas Katane?"- La susurró.
- "Claro que os amo"- Dijo con una enorme sonrisa, más bien de lobo que de dulce enamorada.
- "¿Harías lo que fuera por mí?"- Preguntó con un tono suave e hipnotizador.
- "Cualquier cosa que me pidáis"- Reafirmó con seguridad.
- "Eso está bien... muy bien"- El ángel negro bajó su rostro hasta tocar con sus labios los de ella. La joven lo recibió con toda la disposición del mundo. Cuando los dos separaron sus labios el hombre sonrió con suma satisfacción. Lo que no percató Katane era que la sonrisa de un hijo de la oscuridad no es buena señal. En el momento que ella le dio la espalda para acercarse a la Paloma fue traicionada. Sus ojos se ensancharon y su mirada voló hasta su pecho, donde vio como una espada lo atravesaba a él y a su corazón, si es que acaso tenía. Notó como el cuerpo de él se pegaba al suyo desde su espalda y como este bajaba su cabeza sobre su cuello, notó como su piel se quemaba al contacto de su lengua cuando esta recorrió su cuello hasta su oreja- "Siempre supiste como complacerme"- Se separó de ella y arrancó la espada, lo que hizo brotar la sangre de la herida. Katane cayó al suelo y allí se formó un charco de sangre. El asesino sacó una especie de pluma y tras unas palabras, una fuerza envolvió el cuerpo de Katane, que la convirtió en polvo, un polvo brillante que se introdujo en el colgante. Ahora que ya se había ocupado de ella se dirigió a la Paloma que yacía sobre el suelo, con respiración débil pero aún viva- "Para tu desgracia..."- El hombre levantó su mano y con ello hizo que el cuerpo se elevase hasta quedar de forma vertical ante él- "... Aún no es la hora de tu muerte"- El ángel negro, con tan solo una mirada obtuvo el arma que ahora estaba abandonada en el suelo, la atrajo hacia sí y con su poder la volvió a convertir en lo que antes era, un simple pendiente. El objeto flotó hacia su palma abierta y flotando sobre esta, sin ni siquiera rozar la piel del ángel negro empezó a recitar unas palabras- "Aparece ante mí"- De repente una luz salida del suelo salió disparada hacia el cielo, atravesando las nubes negras y el cielo rojo. Lentamente la luz blanca empezó a ensancharse hasta formar una columna de gran base redonda. La luz engulló el cuerpo del Ángel Caído y la Paloma. Antes de que la luz les envolviera la sonrisa del ángel fue oscura y satisfactoria.
'Y el mundo despertó de la realidad para caer en un profundo sueño'
Sakura que estaba volando sin dirección ni rumbo se detuvo en pleno aire cuando notó algo, inmediatamente buscó con la mirada a su alrededor y lo que vio ante ella fue una segunda columna de luz en el cielo. Su rostro no podía mostrar más desconcierto, sorpresa y dolor. Se llevó la mano al pecho, donde su corazón latía y notó como un gran vacío empezaba a formarse dentro de ella, un sentimiento de pérdida y como algo que no supo descifrar empezaba a invadirla. Bajó la cabeza y cerró los ojos, para despedirse.
- "Samantha..."- Un gemido ahogado se escapó de sus labios y una gota resbaló por su rostro. Ya eran dos, solo quedaban cinco y el tiempo apremiaba. Ahora solo quedaba una esperanza, una esperanza pérdida, literalmente. La joven volvió a levantar la cabeza, pero algo hizo que su atención se desviara, miró abajo, donde las derruidas calles adornaban el paisaje de la ciudad. Giró de un lado a otro pero no pudo localizar de donde procedía esa sensación que la había invadido. Fue una sensación conocida, que no había olvidado, después de siglos no podía olvidarlo. Se entretuvo un minuto más buscando ese algo que la había desconcentrado de su objetivo, cuando en una calle, que apenas se mantenía en pie, vio una sombra moverse y correr. Sin dudarlo bajó volando hacia el lugar y persiguió esa sombra.
'Y el mundo despertó de la realidad para caer en un profundo sueño'
Syaolong y Shaoran permanecieron quietos intentando saber que haría su oponente cuando una luz atravesó el cielo, los tres fijaron sus miradas en el cielo cuando vieron que era otra columna de luz blanca, como la anterior y que como antes, algo subía por ella hasta llegar a la mitad de esta.
- "Las presas van cayendo una por una"- Dijo la que era ahora Meiling, los dos volvieron sus miradas hacia la mujer y esta sonrió con malicia.
- "Todas estas batallas, estas luchas, estas muertes, ¿todo para qué?"- Gritó el niño sin encontrar aún el maldito sentido a todos esos sacrificios.
- "Me he cansado de tanta tontería"- Meiling alzó los brazos y cuando los bajó de golpe aparecieron dos abanicos. Los sujetó con fuerza mientras sonreía de nuevo y con la rapidez de un rayo se dirigió al ataque. Tío y sobrino no dudaron en lo que debían hacer e inmediatamente invocaron sus espadas. Shaoran paró el golpe de uno de los abanicos y empujó con su espada hasta que hizo retroceder a la mujer, esta no dudaba, no se detenía a pensar, simplemente volvía a atacar cuando él repelía sus ataques. Syaolong aprovechaba cada momento que veía oportuno para introducirse en la batalla y atacar a la mujer. Tras unos minutos de lucha los tres se enzarzaron en una batalla en la que solo se sabría el final cuando uno de los tres parara y el otro le atacara sin piedad. En cambio Meiling era muy rápida y aparentemente no parecía cansarse nunca- "Rendíos, conozco demasiado bien vuestros movimientos como para que me podáis vencer"- Y estaba en lo cierto, Meiling, que había entrenado desde niña junto a Shaoran, conocía cada uno de sus movimientos, en el caso de Syaolong, la mujer había visto como entrenaba con su hijo, Tiang, incluso algunos de esos movimientos se los había enseñado ella misma.
- "El que no se esfuerza nada consigue"- Dijo el niño en el momento que decidió actuar con más decisión, saltó sobre su tía con las dos manos sobre la empuñadura de la espada, toda su fuerza y con un gran impulso hizo este ataque, algo demasiado arriesgado e inútil.
- "¡Espera Xiaolong! ¡Detente!"- La mujer pudo zafarse de Shaoran un momento, justo el indicado para introducir el abanico en el cinto y dejar una mano libre, mientras que con la otra contuvo el ataque del chico. La mano libre la mantuvo rígida, con la palma abierta, tomó impulso y lanzó su mano hacia el cuerpo del niño. Syaolong recibió el golpe sin previo aviso y aunque no podía creerlo, el golpe le envió un par de metros a su espalda cayendo al suelo y rodando aún por él, por la tamaña fuerza del golpe- "¡Xiaolong!"- Shaoran quiso ir hacia su sobrino pero l mujer recuperó enseguida su otro abanico y se dispuso a atacarle de nuevo.
- "Cuida de ti o perderás la vida antes que el niño"- Le dijo mientras volvía a asestarle una ronda de golpes. Shaoran interceptó cada golpe cada vez con más dificultad pues el cansancio empezaba a introducirse en los músculos de su cuerpo. Paraba cada golpe y en cada oportunidad intentaba mirar el cuerpo quieto del suelo, vio que el pecho aún se alzaba y descendía, síntoma de que aún respiraba. El niño, debido a la caída y el golpe contra el suelo tenía múltiples hematomas y rasguños, cortes y tal vez alguna parte de su cuerpo estuviera rota. Shaoran no tuvo otra opción que utilizar uno de sus ofudas y sacó uno de los papeles amarillos con letras chinas escritas en él e invocó uno de los elementos de la naturaleza.
- "¡Lei Di Zhao Lai! [1]"- Unos rayos cayeron sobre el cuerpo de Meiling y esta cayó al suelo apoyando una rodilla.
- "Maldito"- Murmuró con los ojos entrecerrados. Shaoran vi que tenía una oportunidad si volvía a invocar a su elemento pero esta vez no acertó y la mujer esquivó el ataque, pero se veía que estaba cansada, quizá si la debilitara podría tener un momento para atacarle y después... y después... ¿qué haría? ¿Matar a su prima? Sin saber porqué un repentino nerviosismo empezó a invadirle, aunque la venciera ¿qué haría después? ¿Matarla? no sabía como sacar ese ser dentro del cuerpo de su prima, tampoco sabía si aún su prima seguí viviendo dentro del cuerpo, pero... siempre cabía la posibilidad. La mujer vio la mirada dubitativa de Shaoran y supo enseguida que el hombre había descubierto la traba que desde un principio había estado allí y con la que contaba como un as bien guardado- "Veo que tienes dudas..."- La mujer caminó a un lado y Shaoran la siguió con la mirada.
- "No tengo ninguna duda"- Dijo más intentando convencerse a sí mismo que a la mujer que tenía delante.
- "¿De veras?"- Preguntó con una sonrisa irónica dibujada en sus labios- "¿Acaso no acabas de percatarte de que eres incapaz de matar a tu prima?"- La mujer le miró a los ojos y este por instinto dio un paso atrás, tragó saliva y la miró con decisión.
- "No seas cobarde y sal de ese cuerpo, enfréntate a mí, cara a cara"- Dijo al ser que invadía el cuerpo de su prima.
- "Te contaré un historia muy bonita"- Dijo parándose en seco- "Había una vez un ángel tan bello y hermoso que ni la belleza de las plantas, de los animales, del alba o las estrellas podía eclipsarla. Un día nació un ser más bello que ese ángel, más perfecto tanto en apariencia como en alma, un alma pura y casta que en comparación a la suya no era nada. Ese ser, recién llegado al mundo no nació solo, nació con un compañero, un ser igual de hermoso que el de su compañera, pero todo cambió para el recién llegado en el instante en que se dio cuenta de que el poder que poseía podía dar más de lo que ya tenía. El ángel que fue eclipsado por estos dos nuevos seres se sintió profundamente atraído por él y cuando este se reveló ante el señor que lo creó no dudó en seguirle, en arrastrarse para estar junto a él. Un ser hermoso y ambicioso, fuerte e inteligente, alguien poderoso como ningún otro"- El rostro de Meiling empezó a oscurecerse- "Pero... durante la batalla el ángel resultó herido y su cuerpo débil, desapareció. El ser que la guió a esta batalla, con su gran poder pudo retener su alma y meterla en otro cuerpo, pudiendo así tener un vida eterna junto a él"- Dijo mientras apretaba los dientes- "Cuerpo tras cuerpo, vida tras vida fue cambiando y creciendo hasta hacerse más fuerte, todo por el ser que tan benévolo fue con ella. Ese ser magnífico que tanto adoraba"- Shaoran sintió una profunda pena por ese alma que invadía el cuerpo de Meiling- "Como puedes imaginar... sin cuerpo no podría enfrentarme contra ti, así que o me matas o mueres"- Dijo volviendo al ataque sin dar aviso de sus intenciones. Shaoran sacó otro ofuda y esta vez invocó al viento. No tenía opción, era matar o morir como bien había dicho ella.
Muy a pesar de Shaoran, tenía que actuar, no podía mostrarse pasivo ante los ataques de la mujer, por mucho que estuviera poseyendo el cuerpo de Meiling. Él era de las personas que tenían por ley no sacrificar a nadie, aunque con ello salvara la vida de otras muchas personas, o eso es lo que él pensaba hasta ahora. Una vez llegada la realidad uno no puede escapar a sus tentáculos, uno no puede jugarse el todo solo por una persona, por mucho que la quisiera o la apreciara, por muy familiar suyo que fuera, la situación no podía tomarse a la ligera y las cosas no saldrían bien, fuera cual fuese su opinión y cual fuere la actuación en base a esa opinión siempre habría una repercusión, de la magnitud que fuese, grande o pequeña, siempre habría algo que podía salir mal y que seguramente saldría mal pues no se puede alcanzar los objetivos propuestos sin que algo se tuerza por el camino.
La elección a tomar no era sencilla, un dilema que siempre aparece, que siempre está ahí, ¿sacrificarías a alguien cercano a ti por el bien de los demás? Un dilema que aunque muchos piensen que no es frecuente es sin duda uno de las cruzadas más difíciles y antiguas a las que se enfrenta el ser humano.
Shaoran estaba decidido, había sido criado y educado por el bien de los demás, por el bien de su familia, por el bien de las personas que dependían de él. A lo largo de su vida había sacrificado grandes cosas, como su propia felicidad, su propia dicha. Y lo que una vez aprendes, más tarde lo realizas. Con la invocación del viento consiguió que la mujer quedara encerrada en un torbellino de aire, tan poderoso que le era difícil moverse. Shaoran aprovechó para correr hacia su sobrino y asegurarse de su estado. El niño aparentaba un estado muy grave, pero cuando Shaoran le movió para ponerlo en una posición más cómoda el chico abrió los ojos.
- "Tío Li..."- Pudo pronunciar el pequeño a duras penas.
- "No hables Syaolong"- El hombre cogió el cuerpo del niño y fue a un lugar apartado y aparentemente más seguro. Durante todo momento estuvo mirando a la mujer dentro del remolino de aire y en apariencia parecía bastante ocupada, lo cual no hacía más que aumentar las dudas de Shaoran. Cuando dejó el cuerpo y se dio la vuelta vio que la mujer se había liberado de su ataque y que ahora se dirigía hacia él. El hombre corrió a toda velocidad hacia un lado y metió la mano para sacar otro ofuda- "¡Shui Long Zhao Lai!"- Un gran dragón de agua se formó a partir del ofuda y se dirigió poderoso hacia su contrincante, la mujer fue esquivando cada lanza de agua que el dragón lanzaba y pronto llegó hasta donde se encontraba Shaoran.
- "Con esos patéticos ataques no podrás derrotarme"- La mujer, con los dos abanicos, uno en cada mano, los desplegó y empezó a moverlos con una velocidad asombrosa, asestando golpes de un lado a otro. Shaoran llamó al dragón de vuelta y con su espada fue repeliendo los ataques de la mujer que tenia ante sí y a la cual no reconocía como su prima- "Renuncia a toda esta locura, ya no os queda nada, ya no tenéis nada que hacer contra nosotros"- Dijo una risa en sus labios.
- "¿Quién eres tú para dictaminar como acabará esto? Mientras halla solo uno de nosotros convida nada ha acabado"- Dijo Shaoran cuando percibió un ataque lateral antes de que ella lo efectuara. no le era fácil adivinar sus movimientos, pero más difícil era atacarla pues conocía su técnica de lucha.
- "Sois todos muy ingenuos, dime... ¿crees que todo ha sido pura casualidad?"- Shaoran se quedó con los ojos fijos en los de ella, había algo que no lograba entender desde hacia rato, algo que ella quería decirle pero que el no lograba entender por completo- "El ataque fue planeado con cuidado. Esperamos el día de la Luna de Muerte, creamos la estrella como un jaula para que no pudierais escapar y esperamos a que os separarais. La pequeña niña que murió en la casa, el niño de esta mujer que ahora poseo. Todo minuciosamente planeado"- Dijo sin el más mínimo arrepentimiento en su voz. Shaoran dio un salto hacia un lado y esquivó otro ataque. En un momento que vio oportuno la atacó con otra ofuda, ahora invocando el fuego. Ella dio un gran salto hacia detrás e inmediatamente Shaoran corrió a embestirla con la espada. Plegó de nuevo los abanicos y amortiguó el ataque. Sin que se dieran cuenta lentamente estaban llegando hacia algo abandonado en el suelo. Era lo que portaba Meiling en brazos cuando llegó. Shaoran vio que su prima empezaba a agotarse y que respiraba cada vez a mayor velocidad.
- "Aunque todo haya sido planeado, nada en esta vida sale de manera perfecta"- Shaoran asestó múltiples golpes sin que llegaran a tocarla pero el esfuerzo de defenderse la empieza a agotar. Finalmente vio que empezaba a cometer fallos y que su agilidad inicial iba disminuyendo. En un momento oportuno vio que había un flanco mal protegido y siguiendo con sus ataques pudo distraerla de ese flanco débil y sin que ella lo viera venir este consiguió herirla en un brazo. Dio un traspies y volvió a recomponerse en seguida sin darle importancia el rasguño recién causado.
- "Pura suerte"- La mujer tomó la iniciativa esta vez y empezó a atacarle, con más furia si puede ser. La lucha era dura, era determinante para el futuro y también era dolorosa, por sabor amargo que ya saboreaba Shaoran, porque fuera cual fuera el final, sería desastroso. Los ataques de uno y otro fueron incesantes, ninguno se dio un respiro, cuando uno dejaba de atacar el otro aprovechaba y comenzaba su ofensiva. Siguió así la lucha durante largo tiempo, pero las luchas no son eternas y todo llega a un final. Sin que ninguno de los dos lo predijera, la lucha tocaba a su fin.
- "¡Shui Long Zhao Lai![2]"- Se oyó decir lejos de allí.
El ángel se dio media vuelta para ver que un dragón de agua se acercaba y la envolvía. Shaoran miró hacia un lado y vio como su sobrino, tumbado en el suelo sujetaba una ofuda en la mano y se concentraba con los ojos cerrados. Li vio la oportunidad dada y se dirigió hacia ella para asestarle el golpe de gracia, apretó con fuerza su espada y sin pensarlo más veces la clavó en el cuerpo de la mujer, que se encontraba lidiando con los tentáculos de agua. Cuando pudo ver a Shaoran Li ya era demasiado tarde para parar el golpe. La espada la traspasó y solo entonces el agua desapareció.
La mujer levantó la cabeza para mirar a los ojos de Shaoran Li. Miró hacia abajo y vio como la espada la atravesaba, no dijo nada, no exclamó nada, volvió a levantar la vista y lentamente se separó de la espada, cuando salió la punta del arma de su cuerpo, la sangre brotó sin compasión alguna. Se llevó la mano a la herida y dio varios pasos hacia atrás.
- "Entonces este es el final"- Dijo riéndose con una estruendosa carcajada. Shaoran le miró con extrañeza, no aparentaba estar preocupada ni lamentaba el final que la esperaba.
- "Así es... esto ya ha acabado para ti"- La mujer dio un par de pasos más antes de derrumbarse sobre sus rodillas. Seguía riendo como una desquiciada.
- "Sí, ha acabado"- Y el cuerpo cayó sobre el otro que estaba en el suelo, envuelto en ropajes oscuros.
Shaoran quedó paralizado, quedó quieto ante la perplejidad de lo que acababa de acontecer. La mano le temblaba de manera inesperada y su rostro no mostraba emoción, sus ojos mostraban un extraño asombro y una lágrima, esquiva y escurridiza, caía, reflejando el intenso dolor que sentía por haber quitado la vida de una de las personas a las que más quería y apreciaba. Habían pasado toda una vida juntos, una inolvidable infancia y una madurez de compañerismo y gran amistad que de un solo golpe había terminado. Y no de un solo golpe cualquiera, sino de un golpe propiciado por sus propias manos. Su mano se cerró en un puño para intentar recuperar el temple y la fuerza que aún necesitaba, no podía desmoronarse ahora, lo hecho, hecho estaba, no podía sentir arrepentimiento, debía ser fuerte, por él y por todos los demás. Shaoran permaneció quieto durante un momento mirando el cuerpo inmóvil delante de él hasta que recuperó consciencia de que aún había otra persona que le necesitaba.
Se llevó los dedos a los ojos y la lágrima desapareció, como si no hubiera existido nunca. Se dio la vuelta y vio el cuerpo del chico en el suelo. Estaba tumbado y evidentemente agotado, pues era solo un niño y esta batalla le venía demasiado grande. Aún era muy joven para enfrentar esta clase de batalla y aún era demasiado joven para morir. Se acercó a su sobrino y vio que a duras penas permanecía consciente.
- "Xiaolong, ¿estás bien?"- Le preguntó a su lado. No se arriesgó a tocarle por si había alguna fractura en su cuerpo y con el movimiento pudiera causarle más dolor del que ya sufría.
- "Estoy vivo"- Esas palabras le dolieron a Shaoran, un niño de su edad no debería de hablar de esa forma, como si fuera una persona que hubiera esperado morir, como un adulto, lo cual evidentemente no era.
- "Eso ya lo veo. ¿Alguna fractura grave?"- El chico intentó incorporarse pero los músculos de su cuerpo le dolían tanto que le fue imposible, solo pudo tumbarse boca arriba. El golpe que se había dado había sido demasiado dura para un cuerpo tan pequeño.
- "Creo que un hombro dislocado por culpa de la caída, fracturas leves y no creo que tenga nada más grave"- Una de las cosas que se enseñaba a un luchador no eran solo las técnicas de lucha, sino también la gravedad de las heridas y la forma de evitarlas o curarlas.
- "Es algo bastante sorprendente para la caída que has tenido. Será mejor que te lleve de vuelta a la mansión de Hiragizawa"- Dijo acercándose al chico y haciendo ademán de levantarle. El chico puso una mueca en su rostro, la clase de mueca que pone un niño cuando tiene una rabieta. Shaoran le alzó una ceja en modo de reprimenda. Su pequeño sobrino era muy orgulloso y odiaba que le trataran como a un niño pequeño. El chico murmuró algo y soltó un bufido dejándose cargar por su tío. Cuando Shaoran se dio la vuelta se encontró con un par de personas que no había notado llegar. A una de ellas le mostró una mirada seria.
- "Veo que has tenido problemas"- Dijo acercándose a los dos chinos.
- "¿Qué ha pasado?"- Preguntó la otra persona con un semblante que no era habitual en él. La pérdida de su hija había hecho que Eriol hubiera adquirido de golpe 10 años más, mostrándole mayor de lo que realmente era.
- "Algo se había apoderado del cuerpo de Meiling, no tuve otra alternativa"- Dijo apartando la mirada de esos dos pares de ojos.
- "Lo siento"- Dijo Touya. Shaoran levantó la cabeza con atónita sorpresa y vio en el hermano mayor de los Kinomoto la misma mirada que Eriol, una mirada de profunda tristeza, la mirada que adquieres cuando pierdes algo de gran valor, algo de mucha importancia.
- "Será mejor que llevemos a tu sobrino a la casa, aquí y en ese estado corre mucho peligro"- Dijo Eriol haciendo un gesto con la cabeza.
- "Es más... ¿qué hace el mocoso aquí?"- Dijo Touya, lo que provocó que una vena se le hinchara a Syaolong.
- "Estaba preocupado por Kinomoto así que salí a buscarla también, además la señorita Starlight volvió y..."- La cara del pequeño se oscureció y entristeció.
- "Tiang ha..."- Pero no hicieron más palabras para que los otros dos hombres comprendieran lo que Shaoran intentaba decirles. Eriol apretó la mandíbula con fuerza y Touya solo frunció más el entrecejo. Los cuatro partieron para la casa.
- "¿Y Aika?"- Preguntó Shaoran quebrantando el silencio. Eriol negó con la cabeza, Touya solo siguió callado. Los tres solo pudieron dar unos pasos antes de que todo volviera a comenzar. Algo delante de ellos se estrelló contra el suelo y les tiró al suelo por la fuerza del impacto. Una gran nube de polvo se levantó delante de ellos y hasta que no se dispersó totalmente no supieron que era lo que había aterrizado delante de ellos. Cuando el polvo estaba ya disperso ante ellos apareció un objeto. Un abanico. Shaoran giró rápidamente su cabeza y delante de sus ojos vio la figura de oscuros ropajes que antes estaba reposaba en el suelo.
- "Creo que esto aún no ha acabado"- Dijo la figura levantando la mano y llamando a su abanico. El cual voló a su palma, como un perro obediente.
- "¿Qué significa esto?"- Preguntó indignado Touya.
- "Creo que aún no me he presentado. Yo soy Sariel, la ladrona de cuerpos"- La persona delante de ellos les hizo una reverencia.
- "¿Sariel?"- Dijo Eriol.
- "¿La ladrona de cuerpos?"- Continuó Touya. Shaoran frunció el entrecejo.
- "Exacto, como antes le expliqué a Xiaolang Li, vivo o más bien sobrevivo tomando prestadas las vidas de las demás personas. No tengo cuerpo físico y por ello me traslado de cuerpo en cuerpo, tomando vida tras vida"- Dijo con un tono que evidenciaba cierto tono de diversión.
- "¿Todo este tiempo has estado manipulando a Meiling?"- Dijo Shaoran con toda la rabia que podía haber contenido hasta ahora.
- "En realidad si. Fue muy fácil invadir el cuerpo de tu prima. Solo tuve que decirle que su niño había muerto y su alma se derrumbó inmediatamente, sin tomar la más mínima resistencia. En realidad me decepcionó bastante la facilidad con que la he derrotado, así que decidí un plan mejor, un plan más divertido, un plan en el cual podría ver como un ser querido y cercano suyo la mataba, ver su indecisión, su frustración y su dolor. La verdad es que me decepcionó el saber que matarías a tu prima solo para salvar el resto del mundo, aunque no tuviste en cuenta algunos detalles"- Se guardó los abanicos en el cinto y se agachó delante del cuerpo de su prima.
- "¿Cómo dices?"- Dijo indignado Syaolong.
- "Al intentar matar a tu prima lo único que hiciste fue facilitarnos la tarea, después de todo un ángel no puede morir con solo esto ¿o acaso pensabas que con tu espadita insignificante podrías matar a tu prima?"- Cogió el cuerpo de Meiling, le dio la vuelta al cuerpo y paso su mano detrás de su espalda para levantarla- "Mira... aún respira"- El pecho descendía y ascendía con lentitud- "Un ángel no puede morir con armas humanas, aunque sean tan antiguas y aunque contengan tantos poderes como la tuya, fuiste un ingenuo si pensaste que con eso podías derrotar este cuerpo"- Pasó otra mano debajo de las piernas y levantó el cuerpo con facilidad- "En realidad si no se pone cierto veneno en las armas las heridas de los ángeles se curan solas"
- "¿Entonces todo lo que ha hecho Li es para poder derrotar a su propia prima?"- Dijo Touya con ira y desprecio.
- "Sí. Quería que tú fueras el que me facilitara el trabajo. Os contaré un pequeño secreto. Nuestro objetivo no es matar a las Palomas, sino mantenerlas vivas"- Dijo con una voz de deleite- "La cosa es que para nuestro objetivo necesitamos a las Palomas vivas, así pues no podría decir que las que están ahora en los pilares estén muy vivas"- El encapuchado se giró y miró al cielo, a esas dos columnas de luz mientras su carcajada se oía- "La verdad es que sería preferible que murieran antes de seguir sufriendo esta tortura. Notar como la vida se escapa de tus manos y se va deshaciendo para el propósito de acabar con el mundo que tanto has protegido, debe ser un sentimiento desesperante"- Los cuatro miraron hacia la persona que se escondía tras las sombras.
- "¿Para que querrían mantener vivas a las Palomas?"- Murmuró el sobrino de Shaoran. El encapuchado escuchó la pregunta aunque fue pronunciada en casi un susurro.
- "Eso es algo que deberéis averiguar vosotros mismos"- El cuerpo de Meiling se elevó sobre el cielo sobre la cabeza del encapuchado.
El encapuchado alzó las manos y las puso rectas en posición horizontal, de allí aparecieron sus abanicos, los cuales ates estaban en el cinto, y los abrió con un movimiento seco de sus muñecas. Movió ligeramente la cabeza y sin retrasarse ni un minuto más lanzó los abanicos que volaron rotando sobre sí mismos, dibujando una circunferencia. La trayectoria que dibujaban en su camino hacia los hombres era curva. Los cuatro vieron llegar los abanicos, no esperaron a que llegara hacia ellos y se separaron. Como si ese movimiento hubiera sido predicho con anterioridad, los abanicos se apartaron de su recorrido para seguir a dos de los hombres. Touya vio como uno de los abanicos se le acercaba desde detrás y cuando el arma iba a embestirle Touya la esquivó, pero no con la suficiente antelación para evitar el corte que ahora apareció en su brazo.
El otro abanico fue directamente hacia Eriol. Shaoran vio como los estaban siendo atacados y miró al encapuchado que inesperadamente estaba fijando su atención solo en Shaoran. El sobrino, el cual seguía en brazos de Li también se había percatado de que el misterioso enemigo estaba fijando su atención en Li, solo en él, mientras que sus ataques iban hacia los otros dos hombres.
Eriol invocó a su poder y pudo parar el ataque antes de que pudiera causarle algún daño. Los abanicos retrocedieron y volvieron a las manos de su propietario. Eriol se dirigió a Touya y se agachó a su lado para comprobar su estado.
- "No es nada"- Dijo apretando los dientes de dolor. A pesar de que el corte era superficial, era extraño, sentía que su brazo ardía de manera sumamente anormal. Era tan abrasante el calor que era más que doloroso.
- "Me sorprende que puedas soportar el dolor. No debes ser un ser humano normal, tampoco eres hechicero al parecer, sino habrías invocado tus poderes como ha hecho la reencarnación del mago Clow"- Aún no podían entender como ese malditos Ángeles Caídos sabían tanto de ellos, si no se habían conocido hasta ahora- "Pero era normal que tuvieras algún que otro poder sobrenatural, sino la Paloma de la sabiduría no te habría escogido como compañero. De todas maneras el veneno que ahora recorre tu cuerpo hará efecto sobre ti en poco tiempo, solo las Palomas pueden sobrevivir a este potente y efectivo veneno"- Shaoran, Syaolong, Eriol y Touya se quedaron sorprendidos. ¿Había dicho veneno?- "Nuestras armas están bañadas con sangre de demonio, es un veneno natural para cualquier ser vivo que no sea un demonio. Este veneno es letal para las Palomas pero hemos puesto una pequeña cantidad, no queremos que nuestros planes se estropeen matando a esas Palomas, aunque para mí sería un auténtico placer, no lo niego"- El misterioso encapuchado se dio media vuelta y miró al cielo. Los otros cuatro hombres también lo hicieron y observaron la aparición de los pilares- "Ya solo quedan cuatro, solo cuatro"- Se volvió hacia ellos y una vez más lanzó sus abanicos, esta vez dirigidos hacia Eriol y Touya. Shaoran no entendía el motivo, pero a él no le atacaba. Eriol creó un escudo a su alrededor pero no podría resistir mucho tiempo más. Sin saber que otra cosa hacer, Li dejó a su sobrino en el suelo y fue a socorrer a los otros dos hombres. Sacó la piedra en la cual contenía su espada pero antes de poder invocarla se detuvo y quedó quieto en la posición que estaba.
- "Pero que..."- Shaoran no podía mover ni un músculo, no podía correr ni tampoco hablar. Quedó quieto viendo como finalmente el poder de los abanicos vencía sobre el de Eriol y rompía el escudo que los rodeaba. Uno de los abanicos se acercó a Eriol y este lo bloqueó con su báculo, pero con ese gesto solo obtuvo un final desastroso, su báculo se rompió, un corte pulido y fino que lo partió por la parte de arriba. Los ojos de Eriol no pudieron salir de su asombro y tal fue su sorpresa que no se percató del momento en que un abanico se cernió sobre él y le hizo un corte. Las dos armas volvieron a las manos de Sariel. Shaoran vio como Eriol se llevaba la mano al costado y la sangre brotaba de él.
- "Lástima, pensé que al menos tú durarías un poco más"- Touya estaba en el suelo agonizando por el corte que tenía, Shaoran alcanzó a ver que en la zona del corte se empezaba a teñir de un color rojo oscuro. Sariel le respondió como si le hubiera leído la mente- "Es a causa del veneno, no durarán mucho me temo. En cambio tú Xiaolang Li, para ti tengo algo mucho mejor"- El encapuchado empezó a andar hacia delante y marchó hasta donde el sobrino yacía- "Desde un principio deseaba que estuvieras vivo, deseaba que escucharas algo muy interesante y tú también pequeño mocoso. Siempre has sido un maldito estorbo, pero finalmente pude conseguir todo lo que habíamos planeado"- El encapuchado cogió al chico del cuello y Shaoran sintió como la presión que le mantenía inmóvil se suavizaba. Cuando estuvo libre vio como el encapuchado tiraba el cuerpo del chico hacia él, los dos cayeron al suelo.
- "¿Qué quieres de mí?"- Le preguntó Shaoran incorporándose del suelo.
- "Lo queríamos de ti ya ha sido obtenido. Fue muy fácil engañarte ¿no es así?"- El encapuchado se llevó las manos hacia la capucha y tiró de ella hacia atrás. Por fin su rostro era revelado y Shaoran no pudo más que abrir los ojos de estupefacción, su sobrino no fue menos. Eriol y Touya tampoco habían sido menos.
- "Esto... no puede ser..."- Se quedó sin palabras.
- "La verdad es que si puede ser"- Cogió las cuerdas que ataban su capa y las deshizo. Cogió la capa y la lanzó a un lado.
- "Pero... si tú eres un Ángel Caído... todo este tiempo..."- Shaoran dejó su asombro para pasar a un rostro lleno de furia, frunció el ceño con más fuerza que nunca- "¡Me has engañado todo este tiempo, Pei!"- Dijo con sumo disgusto y furia.
- "Creo que ya te lo he explicado antes, yo no soy Pei Li, tú esposa, soy Sariel, un Ángel Caído, es más, jamás he sido Pei Li, Pei murió hace ya mucho tiempo. Desde el día en que nos conocimos, desde el día en que nos comprometimos, jamás he sido Pei"- Todos quedaron sin habla- "Desde hace mucho tiempo que planeábamos esta lucha y desde hace tiempo que nos pusimos en marcha. Tú fuiste una de las principales claves de todo"- Dijo con una enrome sonrisa en sus labios.
- "¡¿Por qué yo?!"- Gritó con furia.
- "Muy simple. Por tu relación con Sakura Kinomoto"- Touya, sino fuera por la herida se hubiera lanzado sobre esa arpía.
- "¿Mi relación con Sakura?"- Se quedó anonadado.
- "Sabíamos que la reencarnación de una de las Palomas era Sakura Kinomoto, no fue difícil, el poder que desprendía de pequeña nos llevó a la deducción que ella debía ser la escogida por nuestro ex Señor, la reencarnación de su ángel predilecto, teniendo a una solo teníamos que buscar seis más, en todo caso, al sentir el poder en esa niña tuvimos que pensar con rapidez para comenzar nuestra guerra"- La mujer paró para disfrutar de los rostros de los hombres- "Y no fue difícil descubrir un punto el cual aprovechar, conociendo la naturaleza del poder de Sakura solo tuvimos que jugar con esa ventaja. Tú"
- "¿Entonces lleváis planeando todo esto hace más de 18 años?"- Dijo Eriol.
- "Aprovechamos la vuelta de Li a su país natal y supimos de la tradición de los Li de coger a una prometida de buena cuna. Supimos de Pei que era cercana a la familia Li, ideal para ser la esposa del futuro líder del clan Li. Y fue entonces cuando invadí su cuerpo y durante ocho años estuve cerca de Xiaolang Li, haciendo que se olvidara de la joven que conoció en Japón y que creyera que se había enamorado de mi"- Dijo con una sonrisa burlona. Shaoran apretó los puños y los dientes con fuerza. Sus ojos se clavaron en esa mujer a la que una ve creyó conocer, pero que ahora resultaba ser una farsante- "Debo decir que fue difícil hacer que la olvidaras, aún en las noches tenías sueños sobre ella, te aferrabas a su fantasma con insistencia y eso que la droga que te di era muy potente"- Shaoran no podía soportar sus palabras, todas esas noches que se despertaba con extraños sueños, cuando iba a la sala a entrenar en pelan madrugada para poder descubrir que fantasma le acosaba durante las noches, todo era parte de su ser que se negaba a olvidar a ese ángel de ojos verdes- "Y el día que la volviste a ver en Japón, cuando descubrí que me mentiste sobre el viaje, fui inmediatamente junto a ti, para asegurarme que no te habías encontrado con ella, pero ya era demasiado tarde. No solo te encontraste con ella sino que la tomaste como tuya y la dejaste embarazada"- Shaoran alzó la cabeza de asombro- "Sí, es verdad, la niña de Sakura Kinomoto, quien te afirmó que esa criatura era tu hija es realmente hija tuya, sangre de tu sangre, Aika Kinomoto o debería llamarla Aika Li"- La sonrisa de la mujer aumentó cuando le dio esa noticia.
- "Pero yo no puedo tener..."
- "¿Hijos? Te sorprendería saber lo fácil que es hoy en día falsificar unas pruebas médicas sin incluso utilizar magia"- Shaoran cerró los ojos ante lo que estaba oyendo. Aún no podía asimilarlo. Aika... su hija... suya... no podía creer que durante todo este tiempo hubiera estado viviendo una mentira- "Además, jamás me has hecho tu esposa, no sé porque motivo, pero jamás me has tocado como mujer"- Shaoran quedó sorprendido, pero si él recordaba que...
- "¿Nunca?"- Dijo Eriol también evidentemente sorprendido. No era momento para bromas pero que un hombre hubiera estado unos diez años viviendo en castidad era sorprendente, teniendo en cuenta que Shaoran no era un monje.
- "Fue extraño, yo también me sorprendo pero después de haber estado con su amada su cuerpo y su alma se revelaron ante un contacto conmigo, me rechazaban de forma natural. A veces me pregunto como pudo ser posible, aún así decidí que mi querido esposo no necesitaba saber de todo esto y seguí tratándote con las drogas y nos derivados de estas. Cree para ti un mundo perfecto. Cuando descubrí que Sakura había concebido una niña decidí matarla, podía ser un problema, sin embargo Lucifer me lo prohibió"- La mujer dejó de mostrar su sonrisa para dejar ver frustración en sus palabras- "Finalmente llegó la hora y planeamos unos ataques en Hong Kong gracias a los muñequitos de Tanaeko, te guiamos hasta Japón y aquí nos tienes, luchando"- Nadie pudo pronunciar palabra, ¿era esto verdad o solo un pesadilla? La mujer que había creído amar era una farsante, la mujer a la que había hehco suya en una noche de pasión, a la que creía que era solo una atracción era la persona que su cuerpo y su alma realmente amaban. Todo esto debía ser una pesadilla. Ahora tenía una hija, a la cual había repudiado, había tachado a su madre de mentirosa, la había acusado de mentirosa con palabras duras cuando el que estaba equivocado era él.
- "Maldita sea"- Dijo totalmente desesperado, sentía ganas de hacer algo horrible, sentía las inmensas ganas de saciar su odio y furia matando, deseaba matar, necesitaba deshacerse de esa furia, pero se sentía tan impotente.
- "¡¿Entonces todo lo que ha sufrido mi hermana es por culpa tuya?!"- Gritó Touya. Shaoran levantó la cabeza para mirar al hermano mayor de Sakura.
- "Ese era el propósito, hacerla sufrir, hacerla vivir en un mundo de desolación, tristeza y agonía. Vivió amando a un hombre que no la amaba. Vivió desvelándose por la hija del hombre que la abandonó, que jugó con ella. Vivió sufriendo por el amor que sentía por él sin poder olvidarlo, tuvo que seguir viviendo con ese sufrimiento porque no podía dejar sola a su hija, vivió por ella, o mejor dicho, se desvivió por ella mientras seguía recordando todo el dolor que Xiaolang Li le había causado"- Touya hizo ademán de levantarse pero no pudo pues el intenso dolor se lo impedía- "Ahora la guerra es ya nuestra"- Una carcajada escapó de sus labios- "Y tras verte sufrir, seré yo la que disfrute de darte paz y descanso eterno, Xiaolang Li"- La mujer se preparó para atacar a Shaoran con sus abanicos pero en cuestión de un segundo todo se detuvo tal cual estaba. Una fuerza proveniente de la espalda de Sariel la atravesó el pecho y tal grande fue el poder que en el centro de su pecho se pudo discernir un agujero. La mujer se miró el pecho con los ojos ensanchados de la sorpresa, un hilo de sangre empezó a escurrirse de sus labios y a caer de ellos. Se dio media vuelta pero su cuerpo cayó antes de hacer nada- "No... puede ser..."- Sus ojos perdieron vida y de su boca salió un extraño humo. Los cuatro hombres vieron a la persona que estaba detrás de ella.
- "Ya es hora de que vuelvas Sariel"- Desde un lado de la persona que había matado a Sariel apareció un ser oscuro de alas negras- "Has sido de gran ayuda"- El humo oscuro que había salido de los labios del cuerpo de Pei volaron hacia un cristal en forma de pluma que sostenía en la palma de la mano ese sujeto con alas negras. El cuerpo de Meiling siguió flotando en el aire y se dirigió a los brazos del oscuro ser alado. Este miró a los allí presentes y sonrió, mas no hizo nada más, simplemente cogió a Meiling y desapareció de nuevo. Los cuatro hombres quedaron en silencio. El susurro del viento que traía las noticias de un cambio, de un presagió poco esperanzador sopló dentro de sus orejas, llevando un mensaje maldito.
- "Sakura"- Fue la palabra que el viento arrastraba por los aires.
'Y el mundo despertó de la realidad para caer en una profunda pesadilla'
N. de la A.: SORRY, SORRY, SORRY, I'M REALLY VERY SORRY. No tengo palabras para expresar lo mal q me siento, pero juro q este ha sido uno de mis peores momentos, desde q comencé agosto he estado con los estudios y ahora estoy concentrándome en hacer lo mejor q puedo. Bueno, aún así esto no explica mi demora. En realidad este cap lo terminé hace ya una semana o dos, la verdad es q no he podido subirlo. Si han leído mi BIO, sabrán q tengo el ordenador estropeado, ahora mismo estoy en casa de mi vecina terminando de pasar el fic (cuando dije q lo tenía terminado es q lo tenía terminado a mano) al ordenador, también una amiga me ayudó dejándome su PC, pero ahora solo puedo decir q tengo mucho retraso en los fics xq no tengo ordenador con el q escribir y a internet, desde hace ya más de dos semanas, solo me he conectado 2 veces. Espero q acepten mis disculpas, he recibido e-mails preguntándome si no terminaría este fic y NO, mi respuesta es simple ¿verdad? No se preocupen q el fic terminará, yo creo q ya le queda más bien poco pero de verdad.
Mañana se llevan mi ordenador y me lo van a formatear, toda la info q tengo de algunos fics puede haberse perdido T_T. Las traducciones han quedado paradas porque no puedo meterme a internet y tener los textos a mano para traducirlos. Con Competición estoy escribiendo a mano, junto con la de UFELO, espero q me perdonen, el ordenador es ya una chatarra.
SORRY, SORRY, SORRY, SORRY, SORRY.
VOCABULARIO:
[1] ¡Lei Di Zhao Lai!: ¡Oh, señor de los relámpagos, yo te invoco!
[2] ¡Shui Long Zhao Lai!:¡Oh, dragón de agua, yo te invoco!
Cualquier cosa a mi e-mail eternal_phoenix_light@yahoo.es (no les aseguro contestación pues como ya he dicho no me funciona el ordenador y todavía no he podido llamar al técnico. Si quieren saber q tal van mis fics visiten mi BIO. Gracias por toda su paciencia (Kassy se despide con una profusa reverencia)
Zai Jian.
