¡Holaaa!
Qué alegría, después de tanto tiempo noo? xDD Sheee ya sé que quien esté interesado en este fic estará por tirarme los trastos a la cabeza por haber tardado tanto... pero ya sabéis... las vacaciones... las paso fuera de casa y no tengo internet... y aparte de eso los exámenes de antes...
¡Por eso he decidido mandar dos capítulos de golpe! Para resarcir a todo aquél que se haya podido sentir disgustado por mi retraso... y también porque el capítulo quinto es el más corto que he escrito hasta ahora y me parecía una desfachatez inmensa volver después de tanto tiempo con tan poca cosa...
¿Y cómo es que he escrito dos capítulos de golpe? Os estaréis preguntando... buenooo ¡eso es secreto! xDD
Lo sabréis al final de este capítulo, en las notas finales haré mi confesión... espero que nadie me mate (nadesiko-san tú ya lo sabes...)
De nuevo perdón por todas las faltas de puntuación y cosas raras, no son mi culpa xD (bueno alguna puede que sí!)
Y muchíiiisimas gracias a todos los que me leen y me mandan reviews, Neleb, Alma, Yume, Melo (xDD), Alexiel, Shadir, Mi & Io (sí, sé que me habéis escrito por separado, aunque a veces es difícil de distinguir, xDD), y por supuestísimo a mi beta reader y hermanita trans-atlántica Nadesiko-san.


Capítulo Quinto:
Rindiendo cuentas

Si existe algún lugar difícil de imaginar en el mundo, ése es la guarida de la mujer demonio encargada de reinar sobre el Mar del Caos. Una reina mazoku con el mismo poder, o incluso más, que el Ama de las Bestias.
Dolphin del Mar Profundo se recostaba en sus aposentos esperando impacientemente la llegada de su más leal servidora. Todo a su alrededor, desde las paredes, el techo y el suelo hasta el diván donde descansaba, parecían estar moviéndose con las ondas del agua; si bien eran de un color negro como el azabache, y a pesar de su aparente inestabilidad, mantenían perfectamente su estructura. Un hogar de lo más apropiado para la Guardiana del infinito Mar del Caos.

Finalmente, una figura irrumpió en la sala apareciendo desde las sombras. Advirtiendo tan sólo su silueta, pudiera haberse dicho que era una mujer normal y corriente. Pero a la luz se distinguía su verdadera naturaleza. Sus cabellos largos y ondulados eran completamente blancos, su piel de un color violeta oscuro; sus ojos de un amarillo penetrante y con una pupila rasgada parecían los de un gato. Vestía un atuendo muy simple de colores pardos. Parecía quitarle importancia con eso a la ropa que llevaba, como si considerase que su propio cuerpo ya era lo suficientemente vistoso de por sí. No estaba muy equivocada. Bajó la mirada y se inclinó ante la presencia de la reina demonio. Ésta la observó severamente sin dignarse a cambiar siquiera su relajada postura. Con voz tranquila y lenta le recriminó:
- Es increíble que sabiendo lo mucho que me aburro aquí, completamente sola, oses llegar tarde. Y más después de tu último fracaso. Se supone que deberías intentar agradarme¿no crees?
La extraña mujer exageró su postura de respeto. Con la mirada baja y visiblemente nerviosa intentó excusarse.
- Te ruego que me disculpes por esta vez, Dolph ...
- ¡SILENCIO!- la interrumpió su ama. De repente, toda su tranquilidad y relajación habían desaparecido. Se levantó de golpe, tensando cada músculo y apretando los puños. Su azules ojos estaban fijos en su subordinada, a la que miraba con una mezcla aterradora de ira, odio y repulsión. Las paredes, la bóveda que formaba el techo, y todo lo demás, comenzó a agitarse con un oleaje violento. Pudiera haberse dicho que Dolphin y su hogar formaban un todo que estaba apunto de abalanzarse sobre la figura arrodillada en el suelo, que seguía allí, intentando disimular sus temblores.
- ¡Tenías que lucirte¿verdad¡Tenías que hacerlo a tu manera!- la dueña de aquella guarida llenaba de gritos la estancia, mientras daba vueltas airada de un lado para otro- Tu don es el secretismo¡tu poder es la discreción¡PERO NO! No puedes aceptarlo¿eh? Felmiria tiene que dejar su huella¡cómo no¡Tiene que llamar la atención!- se volvió hacia ella fulminándola con la mirada; estaba en el punto álgido de su ataque de histeria- ¡YA VES CUÁL ES EL RESULTADO!
La recién llegada soportaba estoicamente el aluvión de recriminaciones, y no sólo eso, sino que además se atrevió a devolverle la mirada desafiantemente.
- No quería volver aquí sólo con un fracaso.- respondió completamente seria y sin dudar- Por eso me he retrasado. Ya he llevado a cabo con éxito el segundo punto del plan.
Al sonido de estas palabras la estancia pareció volver casi a la normalidad. La expresión de demencia de Dolphin se suavizó en parte. Ladeó la cabeza y se quedó mirando a su subordinada Felmiria sin decir nada durante unos instantes, como si nunca en toda su existencia hubiese visto a otro ser viviente.
- ¿Cómo dices?- le preguntó finalmente con voz débil.
- Quiero decir que la segunda persona de tu lista ya está descansando en paz. Dentro de poco se correrá la voz y comenzarán las revueltas. Y nadie me ha visto.- se irguió desde el suelo orgullosa. Parecía que la ira de su ama había desaparecido ya por completo. Justo a tiempo.
Dolphin le dedicó una sonrisa infantil y tonta.
- Bien, estupendo.- y volvió a recostarse en su diván.- ¿Veneno?
- Sí.
- ¡Ja, ja, ja, ja! Sí, sí, sí, sí... lo sabía, el veneno es la mejor forma. Jua, jua, jua...- de repente dejó de regocijarse y miró de nuevo con dureza a su extraña servidora.- Espero que hayas aprendido ya cuál debe ser tu manera de actuar.
- Por supuesto, Señora.- le respondió Felmiria inclinando la cabeza.
- Y no creas que con esto voy a olvidar que aún tienes que cumplir tu misión en Sylon... ahora seguramente estarán en guardia. Pero dentro de unos días, volverás a atacar.
- Como ordenes.

Cuando la dueña de aquel lugar se disponía a hablar otra vez, un nuevo ser hizo su aparición. Era totalmente deforme y se movía torpemente a través de la estancia. Parecía una especie de troll parcialmente humano. Sus ropajes, hechos a base de gruesas pieles de animales, le cubrían casi todo el cuerpo. Por su apariencia se veía claramente que no era más que un mensajero; prácticamente una basura, lo más bajo de la escoria demoníaca. Sin embargo, tenía una importante misión.
Se detuvo y se inclinó ante Dolphin, como antes había hecho Felmiria.
- Señora del Profundo Mar del Caos, vengo a comunicaros un mensaje de parte de mi Señor.- le dijo con voz ronca.
- Escúpelo ya, bestia inmunda.- le cortó ella.
El mensajero, seguramente ya acostumbrado a las humillaciones, prosiguió.
- Mi Señor me ordena informaros de que la maquinaria del catalizador está ya completa, tan sólo falta uno de los cuatro tesoros para conseguir que funcione.
- ¿Y? Eso es un problema suyo.
- Quiere que os reunáis con él en cuanto podáis.
- ¡Será posible! Con lo a gusto que estoy yo aquí... muy bien¡lárgate!- dijo dirigiéndose al mensajero, que cumplió la orden sin chistar. Luego, mirando a la mujer, que había permanecido todo ese tiempo en silencio, dijo:- Tú vas a tomarte un descansito y me vas a acompañar. Así no me aburro...


Bueeenooo... ya veis, en este corto aunque intenso capítulo no aparece ninguno de los personajes principales, pero aún así se revela parte del misterio... pero se plantean otros. ¿Qué pensáis que está pasando aquí¡Quiero reviews con teorías!
Conciencia de Ame F.: Te recuerdo que aún no eres JK Rowling. La gente no tiene porqué perder su tiempo haciendo complicadas teorías sobre tus fics chorras.
Ejem ¿Quién ha dicho eso? ¬¬ En fin... supongo que ha llegado el momento de la confesión... uy! se me olvidó que había quedado con... Nonsa! (el hombre pez) xDDD
Lo siento chicos, la confesión está en el próximo capítulo, y no solo eso, sino muchas cosas más que averiguaréis (no sobre mí, que ya sé que no os importo xDD, sino sobre la historia), el capítulo sexto, llamado..."Juntos en Esto" hala, os lo leéis ya que para eso lo he subido.
Besos mis frikis!