NOTA PREVIA: antes que se me olvide lo dejo claro, los personajes de slayers no me pertenecen a mi, sino a sus respectivos autores. Pero los personajes nuevos, esos si me pertenecen. ^____^


Capitulo Cuarto: " EL PRINCIPIO DEL FIN"

En algún lugar del tiempo, en una dimensión perdida entre los muchos planos que existen, tan oscura como la tierra en pleno eclipse y tan antigua como la noche de los tiempos.

- Ya pronto podré salir de aquí y acabar con este mundo.
- ¿Que te hace pensar que esta vez podrás?
- ¿Y quien va a impedírmelo: un demonio que tiene esposa e hijo, una dragona que se casó con un mazoku? Vamos, los dos sabemos bien que ya no queda ningún ser superior que pueda vencerme. La única que pudo haber tenido oportunidad es esa mortal que acabó con Phibrizo y otros demonios, pero ya esta gastada, después de todo es una simple mortal, para ellos el tiempo si es importante.
- Tienes razón, ninguno de los que haz nombrado es capaz de lastimarte seriamente, mucho menos detenerte como lo hice yo hace algunos eones, pero también tienes razón en que el tiempo si es importante, ¿que te hace pensar que esa simple mortal, como tu la llamas, no se ha fortalecido?
- ¿qué quieres decir?
- Palicrovol, ¿me crees tan iluso como para decírtelo?
- No, no lo creo, de todas formas, ya me haz dicho suficiente.
- Te llevara tiempo descubrir quien es.
- Menos del que imaginas. Menos del que imaginas.

Palicrovol dijo estas ultimas palabras pensativamente, se dio media vuelta y se dispuso a marcharse, el sujeto con el cual había estado hablando también se dio la media vuelta y emprendió la marcha en sentido contrario al camino de Palicrovol.

- Me temo que ya he descubierto quien es.
- ¿a si? - el hombre se detuvo en seco, pero no se giró, se quedó dándole la espalda a Palicrovol.
- Si, así es. - Palicrovol también le daba la espalda.
- Entonces, ¿qué harás?
- Pues, esto...- Palicrovol desapareció de su puesto y reapareció detrás del hombre, desenvainó su espada y lo atravesó con el frío metal- como veras, ya no me sirves de nada, Ragnarok, ya se a quien debo eliminar.
- Si te refieres Lina Inverse estas equivocado, no es ella a quien debes confrontar.
- ¿¿¡¡Que!!?? ¡¡MIENTES!! -Ragnarok se limitó a dejar escapar una sonora carcajada.
- ¿Para que habría de mentir ahora que estoy muriendo? Además ya me encargue de advertirle a ella.- Ragnarok, estallo en risa, burlándose todo lo que le quedaba de vida de su adversario. Luego, murió.
- Ella, así que si es ella después de todo, este maldito quiso engañarme, pero no lo consiguió.


Muy lejos de esa dimensión, en un lugar totalmente diferente, Asineth y compañía preparaba todo para su viaje.

- ¿estas seguro que quieres renunciar? Si te arrepientes no te daré otra oportunidad y habrás perdido tu empleo.
- Si, estoy seguro, le agradezco por todo lo que me ha ayudado señora, pero tengo que partir, quizá nos veamos algún día, ¡¡adiós!! - diciendo esto Zymas cogió lo que la dueña de la posada en la cual trabajaba le había obsequiado para su viaje, el que consistía básicamente en alimentos, salió corriendo en dirección a la casa de Selene.

Selene había llevado a Asineth a una sastrería, "necesitas un vestuario mas apropiado", le había dicho a ella. Pasaron ahí al menos treinta minutos, Asineth no tenia mucho animo de estar comprando ropa y esas cosas, pero sabia que Selene lo hacia para tratar de subirle el animo.

Al fin salieron de la tienda, Asineth lucia un traje de dos piezas púrpura, muy ajustado al cuerpo, que resaltaba mas su figura esbelta y bien dotada (al contrario de su madre). Sobre sus hombros caía la misma capa que llevaba siempre, y de la cintura, sujeta a un cinturón negro, la espada de su padre; era bastante grande y pesada, pero su madre se la había entregado como recuerdo hacia mucho tiempo ya, y no pensaba dejarla, era lo único que tenia de su padre. Por su parte, Selene, solo había adquirido una capa nueva, llevaría el mismo atuendo que llevaba cuando era discípula de Lina.

Cuando llegaron a la casa de Selene, encontraron a Zymas con su ropa de hechicero "profesional", como decía el mismo, la cual consistía en unos pantalones negros sueltos y una camisa gris sin mangas y sobre sus hombros una capa azul grisáceo muy oscuro. Él también portaba un arma, mas bien una daga, oculta en la espalda, generalmente no la usaba, pero servia para guiar la energía de ciertos hechizos.

- bien, ¿estamos listos? - preguntó Zymas.
- ¡¡Si!! - contestaron ambas chicas al unísono.
- Entonces... ¡¡VAMOS!!!
- SIII.. eh... esperen un momento.
- ¿qué sucede Selene?
- Alguien sabe... alguien sabe a donde vamos.
- ¿Eh? Bueno, pues. Asineth, decide tu.
- ¿Yo? ¿por qué yo? ¿por qué no deciden ustedes?- al ver la mirada de sus amigos fija en ella, se encogió de hombros para luego adoptar una actitud pensativa.
- ¿y?
- Veamos, ¿les parece si vamos a... a... a la cuidad de Atlas?
- No veo porque no.
- ¡¡Entonces vamos!!!

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Nota de la Autora: holas!! Como esta esto? Espero les este gustando, gracias por seguir leyéndolo. Y... pues eso. Comentarios, sugerencias, dudas, criticas, reservas mentales a rinita_Inverse@yahoo.com