Capitulo Octavo

En las afueras de Zefilia, un hombre que no aparentaba tener mas de 27 o 28 se disponía a enfrentar a la hechicera negra mas famosa y temida de todos los tiempos.

- Bien, ya estamos lejos del pueblo, ahora muéstrame de lo que eres capaz.
- "¡¡Rayos!! No puedo invocar el giga Slave, no otra vez. A decir verdad ya no puedo invocar la magia del caos, ni siquiera el hechizo que creé. Ya no me preocupa el si podré controlar su poder o no. Se perfectamente que puedo hacerlo, el problema es que ya no tengo nada que ofrecerle a la diosa, tengo solo una cosa y no la entregare por nada en el mundo. No, si uso el poder de la diosa condenare también la existencia de mi pequeña hija y eso si que nunca me lo perdonaría." Como ya te dije, no soy oponente para ti, así que espero que al menos no te decepciones. - Lina sonrió resignadamente.
- Eso lo veremos. "si eres tan fuerte como dicen, entonces no me importara gastar un poco de mi tiempo contigo." Derrotare a L-sama y luego gobernare este y todos los mundos y ya no habrá nada ni nadie que me detenga. ¡¡El horror y la muerte reinaran en las cuatro dimensiones!!
- Si, lo que tu digas. - dijo sarcásticamente. - Ahora, lucha, ¿no tenias tantas ganas de hacerlo?
- Pero no eras tu la que no quería... - Palicrovol se vio interrumpido por una gran bola de fuego- veo que cambiaste de opinión. Me agrada.
- "Mi ultimo recurso es el Ragna Blade, ese hechizo depende mas de mi que de L-sama, así que no habrá problema si lo utilizo. Pero aun es muy pronto para usarlo."
- No te distraigas. - en un segundo, Palicrovol estaba detrás de Lina, la volteó a la fuerza y le dio un golpe en el estomago que la dejó sin aire por un momento. Palicrovol no esperó a que se recuperara y la agarró del cuello.- ¿Acaso no sabes que perderse en los pensamientos durante una batalla es un grave error?
- Gra..cias por ense...ñarme..lo - Lina sonreía sarcásticamente a pesar que respiraba con mucha dificultad.
- Jajajaja, ¿y esto es todo lo que puedes hacer?
- Dame un segun...do y ve...ras - con estas palabras Lina cerró sus ojos y suavemente posó sus manos sobre los brazos de Palicrovol.
- ¿Qué haces? - Lina no contestó. En su lugar comenzó a murmurar algo que para Palicrovol era ininteligible.
Tosagari yori mo kuraki mono
Chi no nagare yori akaki mono
Toki no nagare ni izumore shi
Idai na nanji no na ni oite
Ware koko ni yami ni chikawan
Warera ga mae ni tachi fusagari shi
Subete no oroka naru mono ni
Ware to nanji ga chikara mote
Hitoshiku horobi aten koto!
Drag Slave!!!
- Maldita!!!
- Ja, eso no fue nada, hace mucho descubrí que si bien este hechizo no funciona con todos es mucho mas efectivo si lo lanzo dentro de tu cuerpo.
- Entonces estabas esperando que te atacara en esa forma, ¿verdad?
- De hecho, si."todos son iguales, en cuanto te ven desprevenida te atacan, siempre es así" - Lina que ya había logrado zafarse del las manos de Palicrovol, se elevó en el aire y comenzó con la invocación del Ragna Blade.
- Y ahora que pretendes bruja. - el daño causado a Palicrovol era mínimo, con suerte un par de rasguños. - ya me mostraste que eres una buena estratega, pero ¿que mas sabes hacer?.
- "Se que es pronto, pero ya casi no me queda energía, aun no recupero la que use en los sellos de la ciudad. Si no lo uso ahora, después será muy tarde." ¡¡¡Prueba esto, Ragna Blade!!!!

En cuanto Kyora escuchó la primera explosión salió corriendo de su casa en dirección a la de Lina. Cuando llegó a la puerta se percató que había una joven que tenia la vista perdida en el horizonte, Kyora le siguió la mirada y pudo ver como la figura de Lina se alejaba hacia una columna de humo proveniente de una de las puntas de la ciudad.

- Ya se ha ido.
- Si. - se limitó a decir la chica desde la puerta.
- Tengo que irme. - con estas palabras Kyora se fue tan rápido como llegó.

En cuanto la joven llegó al establo de la ciudad cogió uno de los caballos mas rápidos y partió con dirección a su casa. Cuando llegó a ella, tomó un sobre que estaba sellado, una pequeña caja y un libro; los puso en un bolso y volvió a subir al caballo, esta vez con rumbo a la ciudad de Zoana.

Kyora cabalgaba a toda prisa mientras las palabras de Lina volvían a su mente.

- ¿En que puedo ayudarte, Lina-sama?
- Primero, no me llames así, Lina esta bien.
- De acuerdo, Lina.
- Necesito pedirte un favor, solo puedo confiar en ti, ¿crees que puedas?
- ¿De que se trata?
- Debes ir a la ciudad de Atlas y entregarle esto a Asineth, mi hija. - Lina le tiende un libro forrado en cuero y una pequeña caja.
- ¿Solo eso?
- No, también debes entregar este sobre a la reina de Zoana.
- No parece muy difícil, claro que lo haré.
- No creas que será muy fácil, si el te descubre, tu vida puede estar en peligro, ¿Aun así quieres ayudarme?
- ¿Él? ¿a quien te refieres?
- Hablo de Palicrovol, si él sabe lo que planeo hacer y que tu me estas ayudando de seguro te matara. El resto no importa, mientras menos sepas de esto, mejor.
- Si lo dices tu, es por que así debe ser. Bien, te ayudare.
- Gracias, de veras. Lo más importante es que tanto el libro como lo que hay dentro de la caja lleguen a manos de Asineth
- Partiré ahora mismo
- No, debes esperar a que Palicrovol aparezca. En cuanto comience el ataque a Zefilia debes irte, no antes

- ¿¿¡¡Hasta cuando piensan seguirnos!!??
- ¡¡Hasta que se nos de la gana!!
- Val, cálmate. Quizás deberíamos decirles...
- Orem!!!
- ¿Decirnos qué? - preguntaron los tres jóvenes a coro.
- Decirles acerca de su destino. Para lo que fueron reunidos en este mundo. - el rostro de Selene reflejo una expresión de temor, como si un tema indebido estuviera por salir en esa conversación.

Kyora cabalgaba a toda prisa, llevaba unas cuantas horas en el camino que la llevaría al reino de Zoana, donde debía pedir una audiencia con la reina Martina y entregarle el sobre de Lina. Por fin pudo ver las puertas del reino. Cuando entró, lo hizo sin aminorar su velocidad, arrasando con cuanta cosa o persona se cruzaba en su camino, un par de guardias se pusieron en el camino para cortarle el paso, pues estaba a punto de entrar en el palacio, mas a Kyora no le importó y siguió adelante.

- Háganse a un lado!!!
- Deténganla, va al salón del trono!!! - el grito de uno de los guardias llegó demasiado tarde, Kyora entró en el palacio, sin siquiera bajarse del caballo, cuando llegó frente a la puerta que daba a paso al salón real, se detuvo, bajó del animal y se encaminó hasta la puerta, pero antes que pudiese abrirla un par de guardias le cerraron el paso, la chica se detuvo en seco, sin saber que hacer, decidió retroceder y salir antes que la arrestaran, pero al hacerlo se percató de que estaba completamente rodeada.
- Tengo que ver a la reina Martina!!!
- Estas loca si piensas que te dejaremos entrar, ni siquiera sabemos quien eres!!!
- Es Urgente que vea a la reina, por favor!!
- Sal de aquí y pide una audiencia, como todos!!!
- Si no te vas ahora te arrestaremos! - al parecer ningún guardia tenia intenciones de ayudarla. Kyora miraba a todos lados sin saber que hacer, claro, podía salir y pedir audiencia, pero siempre tardaban al menos una semana en atender a quienes las pedían, y no tenia tiempo.
- Si no te vas por las buenas...
- ¡¡ESPEREN!!! - el grito vino desde el otro lado de la puerta, esta se abrió de inmediato. - retírense, déjenme sola con la joven. - una mujer bastante anciana, cabello canoso aunque de vez en cuando aparecían algunos mechones color aguamarina.
- Pero majestad.
- ¿Cuestionas mis ordenes?
- No.
- Bien. Ven conmigo jovencita. - la reina condujo a Kyora al salón del trono, luego la puerta se cerró dejando a unos cuantos guardias mas que confundidos.
- Ahora dime, a que haz venido.
- Lina Inverse…
- ¡¿Lina Inverse?!
- Así es, ella me pidió que le entregara esto. - la chica sacó la carta sellada y avanzó hasta el trono de la reina.
- Déjame ver. - la reina lo abrió y leyó detenidamente.- Bien. Dime, ¿veras pronto a Lina?.
- No lo se. Aun tengo que ir a la cuidad de Atlas. Además…
- ¿Que sucede?
- Cuando salí de Zefilia, la señorita Lina estaba luchando con un sujeto. No se si todavía estará luchando, mucho menos cual es el resultado de la batalla.
- Ya veo, así que es por eso que me lo pidió.
- Disculpe.
- No, no es nada. Si no tienes mas que decirme, puedes retirarte. Si gustas puedes quedarte en el palacio esta noche.
- Se lo agradezco, pero prefiero partir ya. Atlas no esta muy lejos, pero mi caballo esta cansado y su paso no será muy rápido.
- En ese caso puedes tomar el que más te agrade. ¡¡Eriol!!
- ¿Si, majestad?.
- Llévala a las caballerizas y entrégale el caballo más rápido que tengamos.
- Si su majestad. Por favor, venga conmigo.

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NOTAS DE LA AUTORA: hola!! K tal. Pues pido disculpas por tardar tanto con este capitulo. También les doy las gracias a todos los que lo están leyendo y mas a aquellos que no se aburrieron después del primer capitulo. ^_^

Sugerencias, reclamos, reservas mentales, criticas constructivas, etc. a rinita_Inverse@yahoo.com