Capitulo Décimo: "REVELACIONES"

Cinco jóvenes se encontraban en la plaza de la cuidad de Atlas, entre ellos reinaba un profundo silencio, que fue interrumpido por una de las chicas ahí presentes.

- ¡¡ Dígannos de una ves por todas a que se refieren con nuestro destino!!
- ¡Orem!! Mama dijo que aun no debían saber.
- Lo siento, pero ya me canse. Además, tienen derecho a saber.
- Es cierto. - esta vez fue Selene la que habló. - todos tienen derecho a saber, sobretodo Asineth. - ante las palabras de su mejor amiga, la aludida solo atinó a mirarla fijamente dejando ver que no entendía nada de lo que pasaba. Selene se limitó a desviar la mirada. El silencio volvió a reinar. Asineth no lo soporto mas y gritó con todas sus fuerzas.
- ¡¡¿¿QUÉ NADIE ME VA A EXPLICAR LO QUE ESTA SUCEDIENDO??!! - preguntó angustiada. Valteira fue quien tomó la palabra.
- Bueno, la verdad es que no conozco toda la historia, solo me dijeron que debía ayudarte cuando lo necesitaras porque tendrías que llevar a cabo una difícil misión y no podrías sola.
- ¿Una difícil misión? ¿Y quien te lo dijo?.
- Fue mi madre, ella y la tuya, Lina Inverse, son viejas amigas.
- ¿Quién es tu madre? - esta vez fue Zymas quien preguntó, aunque por el tono de su voz daba la impresión que ya sabia la respuesta y que solo preguntaba para estar seguro.
- Philia Ul Copt.
- La mujer de mi sueño. - murmuró Asineth. Selene tenia la mirada fija en el piso. - Selene. - la chica no contestó. - ¡¡Selene!! ¡¡¿¿Tu sabias algo de esto??!! ¡¡Sabias y no me lo dijiste!! - Selene cerró sus ojos y sin levantar la vista murmuró un "sí". - ¡¡¿Y por que no me lo dijiste antes??!!
- Tu madre me lo pidió, me hizo jurarle que no te diría nada antes de tu cumpleaños.
- ¡¿Por qué?! ¿Qué sucederá mañana?
- Tampoco se muy bien las razones, ya que ni la misma Lina las tiene muy claras, lo único que puedo decirte con certeza es que si te quedabas en Zefilia no estarías a salvo.
- ¿Desde cuando lo sabes? - Selene no se atrevía a mirar a la cara a su amiga.
- Cuando… me separe de ustedes en Zefilia y fui a preparar el viaje… llegué a mi casa, la encontré en la puerta. Me pidió que cuidara que estuvieras lejos de la ciudad el mayor tiempo posible, ya que posiblemente…
- ¡¿QUÉ?!
- Posiblemente la ciudad seria destruida y ella debía quedarse e intentar impedirlo, y que si estabas ahí no se concentraría como era debido.
- Así que también soy un estorbo… - dijo Asineth casi en un susurro. - ¡¡Debió habérmelo dicho!!. La hubiera ayudado.
- Fue por eso que te expulsó de casa, ella no quería que tu…
- ¿¡Estorbara?!
- ¿De que hablas? Ella jamás… - Selene intentó justificar las acciones de su maestra, pero Asineth no prestaba atención.
- Me voy ahora mismo, le demostrare que puedo ser mejor que ella. No es necesario que vengan conmigo, pueden quedarse si quieren.
- Lo siento, pero tu no vas a ninguna parte. No lo permitiré, no aun.
- ¿Quién…? - Asineth no pudo seguir, un sujeto de cabello púrpura y vestido como sacerdote se encontraba justo atrás de ella, y antes que la chica se volteara le dejó inconsciente con un golpe en la nuca.
- ¡¡PAPA!!
- ¡¡MAESTRO!!
- ¿Que tal? - saludó con una sonrisa y los ojos cerrados el ex sacerdote demoniaco, al tiempo que sujetaba el cuerpo inerte de Asineth con un brazo.
- ¿Ese es tu maestro? - preguntó Selene algo incrédula, mientras seguían a Xellos y a Valteira hasta su casa.
- Así es- asintió orgulloso Zymas.
- No se ve tan fuerte como decías.
- Ja, ja, ja, ¿verdad que no?, pero su poder es realmente sorprendente.
- Eso es obvio. - dijo Orem integrándose a la conversación.
- ¿Por qué? - preguntó la pareja a coro.
- Él es un mazoku, ¿qué no sabían? - ambos palidecieron. ¿Cómo era posible que un mazoku los estuviera ayudando?. - el cambió mucho… - comenzó Orem. - …cuando conoció a Lina y a sus amigos, pero la que mas influyó en el fue Philia, el se enamoró perdidamente de la dragona.
- ¡Ahora si! ¿Un mazoku enamorado?
- ¿Y de una dragona? Esto es demasiado.
- ¡Hey! Ya llegamos, ¿se van a quedar en la puerta todo el día.?

Xellos recostó a Asineth en una de las habitaciones y luego se reunió con los otros en la sala.

- Señor Xellos - comenzó Zymas. - ¿por qué lo hizo?
- Porque la chica no puede llegar a Zefilia sin protección. - todos le miraron con signos de interrogación rondando sus cabezas. - Lina le envió un regalo muy especial a su pequeña, la chica que lo trae llegara mañana. Justo a tiempo para su cumpleaños.
- Xellos sabes algo de Lina. - Philia se apareció bruscamente en la sala. Al darse cuenta que tenían visitas se disculpó y presentó educadamente.
- Fui a Zefilia, pero…
- ¿Qué sucede?
- Será mejor que vengas. - Xellos tomó la mano de su mujer y ambos desaparecieron.

En el cielo de Zefilia dos figuras aparecían de la nada.

- ¡Oh, por Dios!
- Por mas que busque no pude encontrar a Lina.
- Será que ella… no, no puede ser. No puede estar…
- No creo que este muerta, pero no se me ocurre que mas pensar, no puedo sentir su presencia, ni siquiera en el plano astral. Donde quiera que este, no esta en este mundo.
- Xellos, no le digas a los chicos de esto. Será mejor que no lo sepan.
- Si tu lo dices amor. - Xellos la abrazó y ambos desaparecieron de los oscuros cielos de aquella ciudad en ruinas.


- ¿Por qué no me matas de una vez? - la voz de Lina se escuchaba cansada, con un dejo de resignación.
- Vaya - Palicrovol le miró algo sorprendido. - parece que te golpee muy fuerte y no entendiste lo que te dije antes.
- Oye, no ofendas.
- Te dije que no pretendía matarte, me ayudaras a eliminar a todo hombre, dios o demonio que se cruce en mi camino.
- Prefiero morir.
- JA, JA, JA, JA, Ja!!! Parece que no comprendes, dije que me ayudarías, pero en ningún momento dije que te lo pediría por favor. - Lina le miraba confundida. Palicrovol se acercó y la tomó suavemente por el mentón obligándola a levantar la vista.
- ¿Que vas a hacer? - La chica intentó soltarse, pero considerando que estaba, atada de pies y manos, no era algo muy fácil de lograr.
- Mírame, mírame directo a los ojos y lo sabrás. - Lina hizo un ultimo esfuerzo por desviar la mirada, mas Palicrovol le sujetó el rostro con firmeza.
- No te dejare…
- ¿Y que piensas hacer? Mejor relájate y déjame entrar en tu mente, gobernar tu corazón y tu … voluntad. - la vista de la pelirroja se iba nublando lentamente. - Admítelo, tienes tantos deseos de venganza como yo. - por la mente de Lina pasaban cientos, miles de imágenes a una velocidad impresionante: batallas, entrenamientos, comidas, todo lo que hizo en algún momento de su vida, la ultima imagen que pudo ver antes de caer inconsciente fue la de Asineth. Palicrovol también pudo verla.
- ¿¡Quien era ella?! ¿Se referían a ella?, Ragnarok y tu, ¿se referían a ella? ¡Contesta! - por mas que movió el cuerpo de Lina esta no despertó. Un poco mas calmado, Palicrovol decidió dejarlo para después, en pocas horas tendría a su servicio a la hechicera mas poderosa de ese tiempo, y ya no tendría que preocuparse por nada ni nadie.

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Nota de la Autora: mmm, que bien se siente esto. Estas ultimas tres noches no me ha costado nada escribir, y lo mejor de todo, me gusta como va quedando, espero que a ustedes también.

Sugerencias, reclamos, amenazas, criticas constructivas, reservas mentales todo a donde ustedes saben: Rinita_Inverse@yahoo.com