Capitulo Onceavo: " SE ACERCA LA BATALLA "

Kyora estaba realmente exhausta, el tiempo que le había tomado llegar hasta Zoana, y luego a la ciudad de Atlas había sido demasiado, ahora corría contra el tiempo. No había parado en toda la noche, afortunadamente el animal había resistido semejante ritmo, de lo contrario no habría conseguido llegar a las puertas de la ciudad donde se encontraba La Sociedad de Hechiceros mas importante de esos lares. Cuando por fin logro traspasar las puertas de dicha ciudad ya era medio día, el sol brillaba mas que nunca y el calor era casi insoportable. Lo primero que hizo al llegar a la ciudad fue llevar al caballo a los corrales, el pobre ya había hecho suficiente. La chica estaba hambrienta, pero antes de poder descansar quería acabar de una vez por todas con su misión. Ahora venia la labor mas difícil, encontrar a Asineth en esa inmensa ciudad. Afortunadamente Lina le había dado una dirección, no era 100% seguro encontrarla ahí, pero debía empezar por algún lado, así que se encaminó hacia el lugar indicado. Golpeó la puerta impaciente. A recibirla salió un joven con melena color aguamarina, este le miró algo extrañado hasta que Kyora reaccionó finalmente.

- Disculpe, estoy buscando a Philia Ul Copt. ¿Vive aquí? - el chico asintió y le invitó a pasar.
- Puede esperarla adentro si gusta.
- Gracias.
- ¡¡MAMA!! ¡¡ALGUIEN TE BUSCA!!
- ¡Ya voy!! - en la sala se presentó una hermosa mujer de ojos azules cálidos y penetrantes y una larga y dorada cabellera. - ¿En que puedo ayudarla?.
- Estoy buscando a una chica, su nombre es Asineth Inverse, me dijeron que tal vez podría encontrarla aquí.
- ¿Viene de parte de Lina?
- Así es.
- La joven se encuentra arriba descansando, iré por ella, espere un momento.
- No se moleste, si me muestra el camino iré yo misma.
- Bien.

Mientras, en el jardín, Zymas y Selene descansaban bajo la sombra de un árbol. Ninguno se hablaba, Zymas parecía estar un poco molesto por la situación; la historia ahora era muy diferente de cómo se la habían contado en un principio, pero prefería esperar y ver que pasaba.

- Hace mucho que no nos veíamos, Zymas.
- Así es maestro. - respondió el chico saliendo de su ensimismamiento.
- Vamos a dar un paseo, tengo que hablar contigo. - Zymas asintió y ambos se perdieron entre las casas.
- ¿Recuerdas que dude mucho en tomarte como mi discípulo cuando me lo pediste?
- Claro, como olvidarlo, te perseguí casi por una semana.
- Bien, como ya sabes soy un mazoku, y nosotros nunca tomamos aprendices. Veras, hice una excepción contigo porque me entere que una "amiga" necesitaría ayuda y que posiblemente no podría dársela. Fue por eso que finalmente accedí a entrenarte.
- Esa amiga es Lina, ¿verdad?
- Tu lo haz dicho. Nunca pedí nada a cambio de enseñarte, sin embargo ahora necesito que me hagas un favor.
- Eres un manipulador. - Zymas le miraba con ganas de asesinarlo, pero repentinamente su semblante cambió y con algo de resignación le contestó. - ¿que quieres que haga? - Xellos sonrío complacido mientras disfrutaba su cono de helado.
- Necesito que cuides de Asineth.
- Eso no tienes que pedírmelo. - Zymas se sonrojó. - eso lo decidí hace mucho tiempo.
- Lo se, pero quería que tuvieras otra razón para hacerlo. Si no cumples entonces me veré obligado a castigarte severamente. - Xellos le mostró sus siniestros ojos violeta. Zymas tragó con dificultad.
- No tiene que ser tan macabro.
- Pero si no lo soy. - sonrío inocentemente al tiempo que volvía a cerrar sus ojos. - vamos, regresemos a casa.
- De acuerdo. - dijo al tiempo que se ponía de pie, daba un suspiro y pagaba por el helado que le había hecho comprar su maestro.

La rubia estaba pegada en la ventana, la vista perdida, sentimientos encontrados… el leve sonido de unos golpes en la puerta, la trajeron de vuelta a la habitación.

- Adelante. - dijo sin sacar apartar la vista de la ventana. Una joven ingresó en la habitación cerrando la puerta tras de si.
- ¿Cómo estas, Asineth?
- ¿Kyora? ¿Qué haces aquí?
- Vine a decirte feliz cumpleaños, y a entregarte esto. - diciendo eso levantó un bolso que llevaba a su costado, lo abrió y de él sacó un libro y una pequeña caja. - Son un regalo, de tu madre.
- De… de mi madre.
- Te dejare sola para que puedas verlos tranquila. - la chica asintió y Kyora bajó hasta la sala.
- Muchas gracias señora. - se disponía a salir de la casa cuando Philia la detuvo.
- Debes estar cansada, ¿Quieres quedarte y comer algo?
- Preferiría regresar cuanto antes a mi casa, ha estado muchos días sin atención.
- Los chicos partirán mañana a Zefilia. Por que no te quedas y partes con ellos, así no harás el camino sola.
- Gracias, bien, entonces me quedare.

Asineth no sabia bien que hacer, aun tenia ambos objetos en sus manos, pero no atinaba a revisar ninguno de los dos. Finalmente decidió tomar el libro, sin embargo al abrirlo, un sobre cayó de su interior. Sacó la carta y se preparó mentalmente para leerla.

¡¡Feliz cumpleaños!!!
Se que no debes estar con mucho animo para celebrarlo, pero aquí esta mi obsequio; no sabes cuanto lamento no poder estar a tu lado en este momento… ¡Hey! ¿Qué sucede? No vas a abrir la caja… tienes que hacerlo antes de continuar leyendo. - la chica hizo lo que se le pedía y en la caja encontró cuatro joyas de igual apariencia. Los miró sin comprender mucho y siguió su lectura. - Bueno, esas no son joyas normales, son talismanes, muy poderosos por cierto; aunque hace mucho tenían aun mas poder.
Eso, junto al libro son mi regalo de cumpleaños para ti. El libro es una parte de los conocimientos de la Biblia de Claire, es una versión mía, claro esta, pero al caso es lo mismo.
Ah, casi se me olvida, la espada que traes es muy especial, no solo porque era de tu padre, hay otra razón, que a su debido tiempo lo sabrás.
Posiblemente no nos volvamos a ver, para ser sincera, no lo se. Y aunque debes estar algo mas que molesta conmigo por como he sido todos estos años, te pido que me escuches una ultima vez: de ahora en adelante no confíes en nadie, solo en los que ahora están a tu lado, ¿me entiendes? Ya ni siquiera debes confiar en mi. Que eso te quede claro, porque la próxima vez que nos veamos, si es que eso sucede, no te aseguro que sea la misma.
Te quiere,
Tu madre.
Lina Inverse.

Las lagrimas luchaban por salir de sus ojos color rubí, pero las contuvo, no quería llorar mas, ya había sido suficiente. Salió de la casa corriendo, quería estar sola. Al salir chocó con Orem que intentó detenerla, pero como no logró hacerlo fue a buscar a Zymas y a Selene. Seguramente se dirigía a Zefilia y no podía permitir que fuera sola.

Zymas venia llegando junto a Xellos, cuando vio que Selene corría a toda prisa en su dirección le obligó a detenerse.

- ¿Qué ocurre?
- Asineth salió de casa, y Orem cree que pudo haber partido a Zefilia.
- Pero si ya habíamos decidido partir mañana al amanecer, es una atarantada. ¿Por donde se fue? - Selene le mostró la dirección en la que se había marchado. - ¿eh? Ese camino lleva a un pequeño bosque que no tiene salida a Zefilia.
- Eso no me importa, voy a seguirla. - con esas palabras Selene siguió con corriendo.
- Mujeres, nunca entienden. - y partió corriendo tras ella.

La dimensión en la cual se encontraba Palicrovol era totalmente inaccesible, solo había una manera de entrar, y esa era por medio del poder de la diosa dorada. Claro, no cualquiera podía ir y venir del centro de los cuatro mundos. Era una dimensión enorme, con nada en su interior. Justamente en ella había pasado encerrado unos cuantos eones antes que Ragnarok se debilitara lo suficiente para poder destruirlo y obtener un pase libre por ella. De toda esa oscuridad sobresalía un sector el cual estaba alumbrado por una que otra antorcha. En él se encontraba Palicrovol, sentado en su trono. A sus pies una figura totalmente vestida de negro; un pañuelo le cubría nariz y boca, de modo que apenas si se alcanzaba a ver sus ojos. El rojo cabello iba atado en una cola alta. Daba la apariencia de ser un ninja.

- Ya veo, conque es tu hija. - Lina asintió. - mmmm, ahora entiendo como pudiste seguir adelante, a pesar de haber perdido todo lo demás, la tenias a ella. Lamentablemente tendré que destruirla, y tu me ayudaras, querida Lina.


-----------------

Notas de la Autora: lo mismo que el capitulo anterior.
Muy pronto estarán los siguientes capítulos. Como dije antes, solo falta traspasarlo y hacer algunos ajustes.

Notas, sugerencias, reservas mentales, criticas constructivas, de todo (menos virus) a Rinita_Inverse@yahoo.com