Capitulo Doceavo
La chica permanecía a los pies de su nuevo señor, la mirada fija en el piso, aun así se podía distinguir en sus ojos un brillo diferente, estos, antes de un rubí intenso, ahora eran opacos, sin expresión, eran mas bien grises.
- Ponte de pie, mi querida Lina. - la pelirroja obedeció inmediatamente. - ven conmigo, me encargare de tu pequeña; mientras acabas con los que la acompañan. - Palicrovol levantó el rostro de Lina obligándole a mirarlo a los ojos, lentamente se acerco hasta rozar los labios de la chica, la pelirroja no se opuso, pero tampoco le correspondió.
Palicrovol intensificó el beso y atrajo a Lina hacia si, envolviéndola entre sus brazos, repentinamente se detuvo y liberó del abrazo a la pelirroja, que seguía tan inexpresiva como antes.
- Vamos. - el sujeto puso una mano sobre el hombro de Lina y ambos desaparecieron.
- ¿No crees que ya tardó demasiado? No sé tu, pero yo voy a buscarla.
- Esta bien, vamos por ella.
En el interior del bosque, en un claro cercano a una pequeña laguna estaba Asineth. Había buscado un lugar tranquilo y solitario para poder leer el libro y practicar tanto como le fuera posible. Después de un par de horas lo había terminado por fin, sin embargo no tenia ganas de volver a esa casa. En eso estaba cuando unas voces llamaron su atención.
- ¡¡Asineth!! ¿¡Dónde estas?! - la aludida se levantó con la intención de ir al lugar a donde se le llamaba, mas una bola de fuego le cortó el paso.
- ¿¿¡¡Oíste eso?!! Fue una explosión!
- Oh, por dios… Asineth!! - ambos, Selene y Zymas corrieron hacia donde se elevaba una delgada columna de humo. Cuando llegaron al claro, vieron dos figuras flotando sobre una asustada Asineth.
- ¿Quiénes son? - preguntó la rubia hechicera poniéndose de pie y asumiendo una posición de defensa.
- Ve, querida. - el hombre miró en dirección donde se encontraban Zymas y Selene. La mujer a su lado asintió y se dirigió hacia ellos. - Asineth Inverse, supongo.
- ¿Quién eres? ¿Qué quieres?
- Mmm… no quiero demasiado, acabar contigo será suficiente y mi nombre es Palicrovol. He venido porque me propuse sacar a todos los posibles estorbos de mi camino, antes de llevar a cabo mis planes.
Asineth estaba asustada, el sujeto se veía peligroso y ella nunca había tenido un combate real. La única experiencia que tenia eran los entrenamientos con su madre. Su madre, aquella que le había despreciado tantas veces… no, no tenia tiempo para eso, su deber ahora era enfrentarse al hombre frente a ella. Enfrentar y vencer, luego iría a Zefilia u le demostraría a la terca de su madre lo que era capaz de hacer.
- ¡¡Apártate!! - Zymas estaba inquieto, tenia un mal presentimiento y la mujer frente a ellos no les permitía el paso. Tenia que estar junto a Asineth, tenia que protegerla. El choque de dos espadas llamó su atención, Asineth y el sujeto estaban luchando. Sintió una mano posarse suavemente en su hombro.
- Ve con ella. - la mirada de Selene era decidida- yo me encargare de esta bruja. - dijo mirándole con desprecio.
- De acuerdo, cuento contigo. - Selene invocó una sucesión de bolas de fuego y las arrojó hacia la mujer frente a ella, el ataque no le causó daño alguno, pero consiguió que Zymas llegara hasta Asineth justo a tiempo para detener la embestida del extraño.
Mientras Selene seguía en guardia, la extraña mujer lo único que había hecho era extender un campo de energía para protegerse de las bolas de fuego, pero seguía sin inmutarse. A pesar de tener medio rostro cubierto a Selene le resultaba vagamente familiar, debía ser el color de cabello, ese tono solo lo había visto en una persona, pero no, era imposible, primero porque ella jamas les atacaría y segundo sus ojos, los ojos no eran los mismos que los de su maestra, se sintió mas tranquila, sin embargo reparó en un detalle, las marcas de la frente. Selene quedó paralizada ¿Acaso tendría que enfrentarse a su maestra?
- ¿Quién eres? - preguntó Selene, sabiendo la respuesta, sin embargo rezaba para que no fuera verdad. No hubo respuesta. La chica se limitaba a mirarla fríamente. - ¡¡he preguntado quien eres!!
- Eso… no te incumbe. - con esas palabras la pelirroja desenvainó su espada y se dispuso a atacar.
- Si quieres pelea, entonces tendrás lo que quieres. - Selene sacó su espada y detuvo no sin dificultad, el mandoble de la mujer. - ¿Quién eres? ¿Qué es lo que buscas? - la chica seguía sin dirigirle palabra alguna. - ¡¡Responde por amor de dios!!
- Ya conoces las respuestas. - fue lo único que dijo.
- No te entiendo. - mientras hablaban ambas ejercían presión sobre el arma de la otra. Selene utilizó toda su fuerza logrando separarse lo suficiente como para lanzar una flecha ardiente. La mujer no se movió, sorprendentemente, la flecha pasó rozando su rostro, mas no le lastimó, lo único que consiguió fue quitarle el pañuelo del rostro.
- ¡¡¿¿Cómo te atreves??!! - la pelirroja se abalanzó sobre Selene, mas esta pudo evitarla.
- Lina Inverse, maestra. - dijo apenas en un susurro confirmando lo que ya sabia. - realmente no entiendo que sucede aquí.
- Como mi aprendiz te di una misión, pero veo que no haz sabido cumplir.
- Nunca me dijiste que tendría que luchar en tu contra para cumplirla.
- No lo sabia. - dijo de forma siniestra. - fue un cambio de ultima hora.
- No puedo enfrentarte.
- ¿Tiene miedo?
- No. Pero… no puedo…
- Debes hacerlo, mátame, si no lo haces, te eliminare y también tendré que hacerlo con ella. - sus ojos se humedecieron mas ninguna lagrima cayó de ellos.
- Si no deseas hacerlo, entonces ¿por qué?
- Porque ya no esta en mi poder decidir eso, pequeña. - Selene no se había dado cuenta, pero cada vez que Lina hablaba se agotaba un poco mas, también se percató que por un momento, sus ojos volvieron a ser los de antes. - Ataca. - La pelirroja cayó sobre una de sus rodillas. - ¡¡HAZLO!!
- No… no quiero… no puedo… - la expresión de cansancio que inundaba el rostro de Lina desapareció al igual que el brillo en sus ojos.
- Lo siento, se acabó el tiempo. - la mujer se levantó, envainó su espada e invocó una flecha de hielo, cuya trayectoria estaba fijada directamente al corazón de Selene.
- ¡¡Flecha ardiente!! - el choque de ambos conjuros hizo que se anularan a mitad de camino. - cumpliré lo que me pediste. Aunque tenga que enfrentarte para ello. - Selene cerró sus ojos y comenzó a recitar un conjuro. - "El oscuro dragón que duerme en la llama escarlata quema a mi enemigo con tu aullido. GARV FLAME!!" - un potente rayo de energía salió disparado hacia el piso bajo los pies de Lina.
La pelirroja a penas tuvo tiempo de protegerse por lo que salió disparada por los aires, sin embargo antes de caer al piso logró invocar la levitación. El ataque de Selene había logrado rasguñar levemente a Lina, mas fue lo único que consiguió.
Mientras, Palicrovol se enfrentaba a Zymas y a Asineth alternadamente. Ambos chicos se veían agotados, Palicrovol, por su parte, estaba calmado, parecía disfrutar placenteramente la situación.
- ¡¡¡¿¿¿Y por esto debía preocuparme??!!! ¡¡JAJAJJAA!! No eres nada, al menos la otra me dio pelea, ¡¡pero tu!! TU, niña, lo único que me haz dado es lastima.
- Tu, maldito. - Zymas tenia el brazo izquierdo muy lastimado y le costaba mucho trabajo mantenerse en pie. Asineth se encontraba frente a él. Le cubría mientras el chico intentaba curar un poco sus heridas. - ¡¡No te atrevas a insultarla!!
- ¿Y me lo dice un joven que se esconde tras su chica? - se burló el sujeto. - ¿Crees que debería tomarte en serio?
- ¡¡Me… las pagaras!!
- ¡¡Zymas, espera!! - Asineth se irguió y cerró sus ojos. - Yo me haré cargo, es a mi a quien busca.
- Mmm, al menos tienes valor. Supongo que te lo heredó.
- ¿De que hablas?
- Ya pronto lo sabrás. Si vas a hacer algo, hazlo rápido, tengo algunas ciudades que quisiera destruir.
- Si es lo que quieres…
Akumu no ou no kakeyo
Sorano imashime toki hanatareshi
Kooreru kuroki utsuru no yaiba
Waga chikara, waga mitonari te
Tomoni horobi no michi o ayuman
Kamigami no tamashii suramo uchi kudaki
Ragna Blade!!!
Palicrovol sonrío.
- Parece que es el hechizo mas poderoso que conocen. Lo siento, pero no te servirá. - Asineth hizo caso omiso a sus palabras y se abalanzó sobre él. - Eres igual de terca. - el sujeto cerró sus ojos y levantó sus brazos en señal de resignación. - de acuerdo, no digas que no te lo advertí.
La rubia dio un gran salto y utilizó todas sus fuerzas en ese mandoble, sin embargo, Palicrovol se limitó a protegerse deteniendo el golpe con su brazo. Por un momento Asineth creyó que lo había conseguido, pero se dio cuenta que lo que estaba cediendo no era el brazo sino la misma espada de la oscuridad. Aun sabiendo lo que ocurría, no pretendía rendirse u por ello mantuvo la espada tanto como le fue posible. Finalmente Palicrovol, harto de la situación, expulsó un poco de su energía y arrojó a la chica por los aires. Para su fortuna o su desgracia la caída fue amortiguada por uno de los troncos de los arboles caídos durante el combate. Palicrovol levitó hasta ponerse frente a ella, a la muchacha apenas si le quedaban fuerzas para levantarse, el hombre alzó su mano invocando un rayo, luego se dispuso a dispararlo en contra Asineth, quien al ver la situación tan desfavorable para ella, decidió cerrar los ojos y esperar lo inevitable.
- Llegó tu fin. - Asineth pudo escuchar claramente las palabras de su adversario, mas nunca llegó a sentir la descarga. Un repentino gritó le hizo abrir los ojos.
- ¡¡Zymas!!
*****************
Notas de la Autora…
Aquí estoy con otra entrega, espero y les este gustando. Falta muy poco para llegar al desenlace de la historia. Lo mas seguro es que para esta misma semana lo termine, el próximo lunes empiezo mi vida de universitaria y no se si me alcance mucho el tiempo para escribir, así que al menos quiero terminar uno de mis fics. Esto no quiere decir que jamas terminare los otros, solo que quizás me lleve mucho mas tiempo del que esperaba.
Espero sus comentarios, criticas constructivas, reservas mentales, sugerencias y todas esas cosas a Rinita_Inverse@yahoo.com o simplemente pueden dejar su review!
Jaa ne!
La chica permanecía a los pies de su nuevo señor, la mirada fija en el piso, aun así se podía distinguir en sus ojos un brillo diferente, estos, antes de un rubí intenso, ahora eran opacos, sin expresión, eran mas bien grises.
- Ponte de pie, mi querida Lina. - la pelirroja obedeció inmediatamente. - ven conmigo, me encargare de tu pequeña; mientras acabas con los que la acompañan. - Palicrovol levantó el rostro de Lina obligándole a mirarlo a los ojos, lentamente se acerco hasta rozar los labios de la chica, la pelirroja no se opuso, pero tampoco le correspondió.
Palicrovol intensificó el beso y atrajo a Lina hacia si, envolviéndola entre sus brazos, repentinamente se detuvo y liberó del abrazo a la pelirroja, que seguía tan inexpresiva como antes.
- Vamos. - el sujeto puso una mano sobre el hombro de Lina y ambos desaparecieron.
- ¿No crees que ya tardó demasiado? No sé tu, pero yo voy a buscarla.
- Esta bien, vamos por ella.
En el interior del bosque, en un claro cercano a una pequeña laguna estaba Asineth. Había buscado un lugar tranquilo y solitario para poder leer el libro y practicar tanto como le fuera posible. Después de un par de horas lo había terminado por fin, sin embargo no tenia ganas de volver a esa casa. En eso estaba cuando unas voces llamaron su atención.
- ¡¡Asineth!! ¿¡Dónde estas?! - la aludida se levantó con la intención de ir al lugar a donde se le llamaba, mas una bola de fuego le cortó el paso.
- ¿¿¡¡Oíste eso?!! Fue una explosión!
- Oh, por dios… Asineth!! - ambos, Selene y Zymas corrieron hacia donde se elevaba una delgada columna de humo. Cuando llegaron al claro, vieron dos figuras flotando sobre una asustada Asineth.
- ¿Quiénes son? - preguntó la rubia hechicera poniéndose de pie y asumiendo una posición de defensa.
- Ve, querida. - el hombre miró en dirección donde se encontraban Zymas y Selene. La mujer a su lado asintió y se dirigió hacia ellos. - Asineth Inverse, supongo.
- ¿Quién eres? ¿Qué quieres?
- Mmm… no quiero demasiado, acabar contigo será suficiente y mi nombre es Palicrovol. He venido porque me propuse sacar a todos los posibles estorbos de mi camino, antes de llevar a cabo mis planes.
Asineth estaba asustada, el sujeto se veía peligroso y ella nunca había tenido un combate real. La única experiencia que tenia eran los entrenamientos con su madre. Su madre, aquella que le había despreciado tantas veces… no, no tenia tiempo para eso, su deber ahora era enfrentarse al hombre frente a ella. Enfrentar y vencer, luego iría a Zefilia u le demostraría a la terca de su madre lo que era capaz de hacer.
- ¡¡Apártate!! - Zymas estaba inquieto, tenia un mal presentimiento y la mujer frente a ellos no les permitía el paso. Tenia que estar junto a Asineth, tenia que protegerla. El choque de dos espadas llamó su atención, Asineth y el sujeto estaban luchando. Sintió una mano posarse suavemente en su hombro.
- Ve con ella. - la mirada de Selene era decidida- yo me encargare de esta bruja. - dijo mirándole con desprecio.
- De acuerdo, cuento contigo. - Selene invocó una sucesión de bolas de fuego y las arrojó hacia la mujer frente a ella, el ataque no le causó daño alguno, pero consiguió que Zymas llegara hasta Asineth justo a tiempo para detener la embestida del extraño.
Mientras Selene seguía en guardia, la extraña mujer lo único que había hecho era extender un campo de energía para protegerse de las bolas de fuego, pero seguía sin inmutarse. A pesar de tener medio rostro cubierto a Selene le resultaba vagamente familiar, debía ser el color de cabello, ese tono solo lo había visto en una persona, pero no, era imposible, primero porque ella jamas les atacaría y segundo sus ojos, los ojos no eran los mismos que los de su maestra, se sintió mas tranquila, sin embargo reparó en un detalle, las marcas de la frente. Selene quedó paralizada ¿Acaso tendría que enfrentarse a su maestra?
- ¿Quién eres? - preguntó Selene, sabiendo la respuesta, sin embargo rezaba para que no fuera verdad. No hubo respuesta. La chica se limitaba a mirarla fríamente. - ¡¡he preguntado quien eres!!
- Eso… no te incumbe. - con esas palabras la pelirroja desenvainó su espada y se dispuso a atacar.
- Si quieres pelea, entonces tendrás lo que quieres. - Selene sacó su espada y detuvo no sin dificultad, el mandoble de la mujer. - ¿Quién eres? ¿Qué es lo que buscas? - la chica seguía sin dirigirle palabra alguna. - ¡¡Responde por amor de dios!!
- Ya conoces las respuestas. - fue lo único que dijo.
- No te entiendo. - mientras hablaban ambas ejercían presión sobre el arma de la otra. Selene utilizó toda su fuerza logrando separarse lo suficiente como para lanzar una flecha ardiente. La mujer no se movió, sorprendentemente, la flecha pasó rozando su rostro, mas no le lastimó, lo único que consiguió fue quitarle el pañuelo del rostro.
- ¡¡¿¿Cómo te atreves??!! - la pelirroja se abalanzó sobre Selene, mas esta pudo evitarla.
- Lina Inverse, maestra. - dijo apenas en un susurro confirmando lo que ya sabia. - realmente no entiendo que sucede aquí.
- Como mi aprendiz te di una misión, pero veo que no haz sabido cumplir.
- Nunca me dijiste que tendría que luchar en tu contra para cumplirla.
- No lo sabia. - dijo de forma siniestra. - fue un cambio de ultima hora.
- No puedo enfrentarte.
- ¿Tiene miedo?
- No. Pero… no puedo…
- Debes hacerlo, mátame, si no lo haces, te eliminare y también tendré que hacerlo con ella. - sus ojos se humedecieron mas ninguna lagrima cayó de ellos.
- Si no deseas hacerlo, entonces ¿por qué?
- Porque ya no esta en mi poder decidir eso, pequeña. - Selene no se había dado cuenta, pero cada vez que Lina hablaba se agotaba un poco mas, también se percató que por un momento, sus ojos volvieron a ser los de antes. - Ataca. - La pelirroja cayó sobre una de sus rodillas. - ¡¡HAZLO!!
- No… no quiero… no puedo… - la expresión de cansancio que inundaba el rostro de Lina desapareció al igual que el brillo en sus ojos.
- Lo siento, se acabó el tiempo. - la mujer se levantó, envainó su espada e invocó una flecha de hielo, cuya trayectoria estaba fijada directamente al corazón de Selene.
- ¡¡Flecha ardiente!! - el choque de ambos conjuros hizo que se anularan a mitad de camino. - cumpliré lo que me pediste. Aunque tenga que enfrentarte para ello. - Selene cerró sus ojos y comenzó a recitar un conjuro. - "El oscuro dragón que duerme en la llama escarlata quema a mi enemigo con tu aullido. GARV FLAME!!" - un potente rayo de energía salió disparado hacia el piso bajo los pies de Lina.
La pelirroja a penas tuvo tiempo de protegerse por lo que salió disparada por los aires, sin embargo antes de caer al piso logró invocar la levitación. El ataque de Selene había logrado rasguñar levemente a Lina, mas fue lo único que consiguió.
Mientras, Palicrovol se enfrentaba a Zymas y a Asineth alternadamente. Ambos chicos se veían agotados, Palicrovol, por su parte, estaba calmado, parecía disfrutar placenteramente la situación.
- ¡¡¡¿¿¿Y por esto debía preocuparme??!!! ¡¡JAJAJJAA!! No eres nada, al menos la otra me dio pelea, ¡¡pero tu!! TU, niña, lo único que me haz dado es lastima.
- Tu, maldito. - Zymas tenia el brazo izquierdo muy lastimado y le costaba mucho trabajo mantenerse en pie. Asineth se encontraba frente a él. Le cubría mientras el chico intentaba curar un poco sus heridas. - ¡¡No te atrevas a insultarla!!
- ¿Y me lo dice un joven que se esconde tras su chica? - se burló el sujeto. - ¿Crees que debería tomarte en serio?
- ¡¡Me… las pagaras!!
- ¡¡Zymas, espera!! - Asineth se irguió y cerró sus ojos. - Yo me haré cargo, es a mi a quien busca.
- Mmm, al menos tienes valor. Supongo que te lo heredó.
- ¿De que hablas?
- Ya pronto lo sabrás. Si vas a hacer algo, hazlo rápido, tengo algunas ciudades que quisiera destruir.
- Si es lo que quieres…
Akumu no ou no kakeyo
Sorano imashime toki hanatareshi
Kooreru kuroki utsuru no yaiba
Waga chikara, waga mitonari te
Tomoni horobi no michi o ayuman
Kamigami no tamashii suramo uchi kudaki
Ragna Blade!!!
Palicrovol sonrío.
- Parece que es el hechizo mas poderoso que conocen. Lo siento, pero no te servirá. - Asineth hizo caso omiso a sus palabras y se abalanzó sobre él. - Eres igual de terca. - el sujeto cerró sus ojos y levantó sus brazos en señal de resignación. - de acuerdo, no digas que no te lo advertí.
La rubia dio un gran salto y utilizó todas sus fuerzas en ese mandoble, sin embargo, Palicrovol se limitó a protegerse deteniendo el golpe con su brazo. Por un momento Asineth creyó que lo había conseguido, pero se dio cuenta que lo que estaba cediendo no era el brazo sino la misma espada de la oscuridad. Aun sabiendo lo que ocurría, no pretendía rendirse u por ello mantuvo la espada tanto como le fue posible. Finalmente Palicrovol, harto de la situación, expulsó un poco de su energía y arrojó a la chica por los aires. Para su fortuna o su desgracia la caída fue amortiguada por uno de los troncos de los arboles caídos durante el combate. Palicrovol levitó hasta ponerse frente a ella, a la muchacha apenas si le quedaban fuerzas para levantarse, el hombre alzó su mano invocando un rayo, luego se dispuso a dispararlo en contra Asineth, quien al ver la situación tan desfavorable para ella, decidió cerrar los ojos y esperar lo inevitable.
- Llegó tu fin. - Asineth pudo escuchar claramente las palabras de su adversario, mas nunca llegó a sentir la descarga. Un repentino gritó le hizo abrir los ojos.
- ¡¡Zymas!!
*****************
Notas de la Autora…
Aquí estoy con otra entrega, espero y les este gustando. Falta muy poco para llegar al desenlace de la historia. Lo mas seguro es que para esta misma semana lo termine, el próximo lunes empiezo mi vida de universitaria y no se si me alcance mucho el tiempo para escribir, así que al menos quiero terminar uno de mis fics. Esto no quiere decir que jamas terminare los otros, solo que quizás me lleve mucho mas tiempo del que esperaba.
Espero sus comentarios, criticas constructivas, reservas mentales, sugerencias y todas esas cosas a Rinita_Inverse@yahoo.com o simplemente pueden dejar su review!
Jaa ne!
