Disclaimer: los personajes no son mío, les pertenecen a sus respectivos dueños.

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Capitulo 5: Luz del mañana

–Rachel ¿Qué fue eso? Hasta aquí se sintió ese temblor. Cambio.

–Encontramos una ciudad en ruinas y de la nada se derrumbó; Kim y Silver pueden estar ahí. El lugar se llenó de agua. Cambio.

–En los equipos tienen pequeñas máscaras de oxígeno, puede que Kim tenga uno para ambos. Cambio

–¿Cree que las cuevas que Drake y Kane encontraron se extiendan hasta nuestra posición? Cambio.

–Haré que Wade intercepte el Kimunicador, si responde ella, está bien. Enviaré a los chicos a las cuevas, si la encuentran Nos avisan. Diles al resto que Kane y Lynch la van a encontrar, que no se retrasen. Cambio y fuera.

Glenn Arias cortó la llamada, mientras veía al equipo de rescate caminando por la playa, hacía las cuevas.

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El agua subía poco a poco, teniéndola arriba del pecho. El oxígeno no duraría mucho. Kim intentó liberar a Silver que tenía su pie atorado entre los escombros. El erizo se sentía débil por la columna que lo golpeó anteriormente.

–En unos minutos dependeremos del oxígeno de la máscara – Kim se secó la cara – Gracias de todas formas.

–… de nada ¿Alguna idea? – Silver intentó calmarse.

–Espérame aquí…

La chica volvió a sumergirse nuevamente, dejando al erizo solo otra vez.

–Si ¿A dónde voy a ir? – dijo Silver.

La muchacha movió una roca que obstruía una abertura que daba a un túnel. Aún se sentía los escombros de la ciudad cayendo, antes de que las ruinas los aplastara o que el agua los ahogara, Kim Possible regresó con Silver junto a una idea.

–¿Y, encontraste como salir?

–Eh, masomenos…

Kim sacó de su cinturón una pequeña cápsula con una jeringa, dentro de ella había un líquido. Se acercó al brazo de Silver mientras éste se lo apartó.

–¡Ey! ¿Qué haces?

–Es adrenalina, te va ayudar a recuperar energía por un tiempo. No sé cuántos kilos habrá encima nuestro cuando muevas la piedra que atrapó tu pierna.

Ambos vieron que el agua la les llegaba al mentón, Kim miró a Silver tratando de calmarlo y que confíe. Después de pensarlo, el erizo asentó.

Sintió el pinchazo y el líquido comenzó a esparcirse por las venas. Silver se sentía extraño como si tuviera energía de sobra. Acumuló su poder telequinetico en sus manos y sacó la piedra. Ya libre y bajo las indicaciones de Kim, Silver comenzó a nadar.

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Las luces de las linternas alumbraban los oscuros rincones de la curva, con el sonido del agua corriendo y chillidos de los murciélagos que volaban lejos de aquellos que interrumpían su lugar.

–I'm a Barbie girl, in the Barbie wooorld.

–Life in plastic, it's fantastic.

Kane suspiró al escuchar a Lynch y Cherri Bomb cantando mientras caminaban. Brigitte no podía evitar reírse.

–Parece que ustedes se llevan bien. – Dijo la pelirroja.

–No todos los días se encuentran buenos idiotas – la cíclope la codeó.

–Tampoco abuses de la confianza ¿Eh? – Lynch la golpeó apenas con la culata de su escopeta.

–No me molesta que canten pero ¿Podrían hacer otra cosa? No sabemos que nos vamos a topar adelante. – dijo Kane sin detenerse.

–No creo que haya nada ¿Qué puede haber? ¿Arañas, murciélagos, bichos? – Cherri Bomb pateó una pequeña piedra.

–Bueno, un poco tiene razón – Dijo Bigitte deteniéndose – Vamos a detenernos allí, donde entra la luz por aquella grieta.

Kane colocó la mp5 en su espalda para dibujar un recorrido con el palo, mientras los demás lo miraban.

–Debimos recorrer unos cuatro o cinco kilómetros.

–Caminamos casi una hora, chico rudo. – Le dijo Cherri Bomb.

–Kim debe estar unos 5 kilómetros más adelante.

–A menos que decida moverse por su cuenta, aunque si ella o Silver estén heridos no van a llegar muy lejos. – Le respondió Lynch.

–Kim se sabe cuidar sola. Brigitte ¿Silver tiene experiencia en supervivencia?

–No pero sabe defenderse, estarán bien, Kane. – La pelirroja le sonrió.

Kane sacó una barra de cereal, dejando que pase quince minutos para después seguir. Brigitte tomó agua de su cantimplora mientras con la otra mano sostenía un sándwich. El tipo se sentó a su lado con la última rebanada de la barra en su boca, golpeando sus manos para sacudir las migas.

–Pensaba estar en un hotel frente al mar, sosteniendo una botella de cerveza y comer mariscos mirando las estrellas en un restaurante. Ahora estoy rastreando a una chica y un erizo que puede hablar en una isla inexplorada.

–¿Si? También tenía otros planes, Kane. No sabía que pasaría esto. Aunque no me quejo, es bueno conocer gente nueva. – Brigitte corrió el mechón de pelo con su dedo.

Kane arqueó una de sus cejas. Sin hablar le pidió la cantimplora y bebió agua. Para ser sincero, de sentía oxidado con respecto a conocer a otras personas y más si se trataba de mujeres. Brigitte pasó la mayoría de su vida luchando en una guerra, y no tenía tiempo para ella.

–Kane… – la muchacha apenas lo miró – ¿Puedo hacerte una pregunta?

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Por otra parte, Lynch bajó la escopeta para prender un churro a comparación de Cherri Bomb que seguía alerta con el arma que le dieron.

–Baja eso, no hay nadie aquí bombón.

–¿Eso es..?

Después de aspirar, Lynch le entregó el cigarro a la chica que sin importarle le dio una larga pitada para después soltar el humo; él no pudo evitar reír.

–Me pregunto que dirán tus padres si te vieran fumar eso con un extraño.

–Hmmm… – Ella le entregó el churro con la vista baja – si supiera quienes son.

–Ah ¿Eres la niña huérfana que sobrevivió a la calle robando y golpeando idiotas?

Lynch notó la mirada penetrante de la chica, a lo que él respondió con media sonrisa.

–Si, conozco esa historia…

Cherri Bomb cambió de expresión cuando escuchó eso. Soltó un suspiro cuando bajó la vista.

–Creí que eras un adulto pretendiendo ser un adolescente eterno. Eso cambia las cosas. – Cherri Bomb le quitó el churro para darle otra pitada.

–¿Te estás compadeciendo de mí? Eso es tierno, viniendo de ti – Lynch tomó el cigarro. Aspiró tanto que lo dejó menos de la mitad.

Comenzó a caminar mientras escuchó la risa de la cíclope detrás suyo. Le dio una última pitada, apagó el churro y guardó lo que quedaba en su bolsillo.

–¿Tierna, yo? No hagas que vomite aquí por favor.

–Me cumplirás un deseo si viera a una cíclope vomitar frente a mi… ¡Aah!

De repente Lynch desapareció cayendo por un barranco que no vio por la falta de luz. El grito llegó hasta los oídos de Kane y Brigitte que los hizo ir al lugar lo más rápido posible.

Con la linterna pudieron verlo en el fondo y por unos objetos brillantes haciendo que la luz rebotara. Lynch se sacudía la ropa mientras se erguía. Tosió mientras con una mano dispersaba el polvo mientras con la otro sostenía la linterna.

Pensó que por los efectos de la marihuana le hacían ver eso, pero al tocarlo con la bota y después con la mano era real.

–¡Lynch! ¡¿Puedes oírme!? – Gritó la cíclope.

–¡No van a creer lo que encontré!

Con la mano alzó una moneda de oro.

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Silver se sentía agotado, los efectos de la adrenalina se habían ido hace rato. El pequeño fuego que encendió Kim con los papeles y madera que encontró por las cuevas secaban su pelo, aún le dolía la pierna. La pelirroja se sacó el chaleco antibalas para escurrir su musculosa, se acercó al fuego quedando frente a Silver.

–No te preocupes, es un corpiño deportivo. – Tranquilizó al erizo.

–Okey…

–¿Aún te duele? No nos movemos hasta que puedas caminar.

–Dame unos minutos, Kim. Gracias. ¿Estarán intentando rescatarnos? – Silver miró hacia arriba.

–Lo más probable es que algunos encuentren una forma de buscarnos o que manden otro equipo de rescate, y otros se sigan moviendo… Eres fuerte muchachito. – Kim lo calmó sonriéndole.

Silver se levantó apoyado en su pierna buena; apenas tocó el piso con la otra y soltó un doloroso quejido. Se sentó otra vez. La pelirroja revisó su inventario, lo que se salvó. Su Kimunicador y su radio mojados, un medikit, una linterna, un encendedor que para su sorpresa encendía y un aerosol. Abrió la pequeña mochila y sacó una lata con pomada verde. Se sacó los guantes e inundó su mano con esa cosa espesa. Silver sentía las manos de Kim pasando el lugar donde las piedras aplastaron su pierna.

–Esto te desinflamará un poco, podrás caminar en unas horas hasta que lleguemos arriba.

–Creí que cuando nos vimos por primera vez, nos iban a hacer algo. Batman nos asustó bastante ¿Quién es él? ¿Es una persona con poderes? – Silver habló, queriendo romper el silencio – ¿O es igual que tú?

–No puedo revelarte la identidad secreta de un vigilante, pero si, es una persona normal con mucha voluntad… – Kim suspiró.

Silver sintió nostalgia al escucharla.

–Aun recuerdo mi otro mundo. Nací en plena guerra, ni siquiera sé quién es mi papá. El Tails de ese lugar me cuidó hasta que las tropas invadieron nuestra base.

–¿Ese es el que Sonic mencionó?

–Si, era más ciborg que zorro. Prefirió que me marchara y evite que la desgracia vuelva a ocurrir Mobius.

–¿Crees que está vivo?

–El Tails del presente lo está, así que si Kim. Solamente quería, desahogarme. Tengo mucha presión en la cabeza. – Silver sonrió

Kim bajó la vista. Continúo masajeando la pierna del erizo. Sabía muy bien lo que es tener presión.

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Latveria. 15:26 Hrs

Víctor Doom quedó asombrado a pesar de que esa máscara de metal ocultara su rostro. Ver a un demonio hablar era una de las tantas maravillas del multiverso; tenía en frente a un chacal caminando como un humano, hablando como un humano y sintiendo como un humano. Lo que más le llamó la atención, es aquella piedra rojiza incrustada en la armadura.

–¿Te vio alguien? – Dijo Batman.

–No te preocupes. – Zero le respondió.

El hombre murciélago frunció el ceño.

–¿Y esa cosa que es? – El chacal preguntó al ver la armadura negra.

–Con la ayuda del Doctor Doom, construimos esto para poder manipular ese rubí y las demás piedras que…

–¿Qué..? ¿Cómo saben de las demás piedras? – Zero se sorprendió.

Doom se acercó con el libro que Batman tomó de la AIDP mostrándole las hojas dónde el nombrado "hombre eterno" decapitó a un monstruo conquistador de mundos, peleando por esas piedras mágicas que se mencionan en varias partes.

–Chakan… – Murmuró Sombra, a lo que Batman no dejó pasar.

–¿Quién es ese tal "Chakan"?

Zero se colocó delante de Olivia, protegiéndola.

–Es mi maestro. Lo conocí cuando ella y yo escapamos de Mobius. Me recibió con dudas pero cuando vio el rubí en mi pecho y que no me estaba dominando, cambió de opinión.

–el apodo "hombre eterno" no se lo ganó ¿En verdad es..? – Preguntó Doom.

–Da miedo decirlo, pero si, es inmortal. También está buscando esas cosas que muestra el libro de Alastor.

–¿Alastor? – Batman seguía preguntando.

Zero suspiró.

–Es el dueño del libro y es un amigo de Chakan – El chacal notaba que ambos no estaban conformes – Oigan, si Chakan sería realmente el villano, vendría aquí mismo a este planeta a buscar las piedras. Pasé un tiempo con él, y créanme. No es malvado, es alguien que quiere evitar lo peor. Se parece un poco a ti.

Batman asentó.

Viendo las intensiones, Doom se alejó de Zero y Sombra para tener una conversación íntima din curiosos.

–Si realmente ese Chakan o Alastor, quienes quieran que sea, ya tendrían que haber venido aquí por las demás piedras. – Dijo Víctor.

–Y ninguno de los dos estaría aquí para detenerlo… temo decirlo, pero le creo – Bruce ni se molestó en ver al chacal – Eres experto en magia ¿Alguna idea si las cosas juegan en contra?

–Si Zero dice que es inmortal, no puedo crear algo que lo mate, pero si que lo detenga. Pero primero, concentrémonos en la armadura que fabricamos.

–Hmm… – Batman pensó unos momentos – Bien, Zero. Te creemos.

–Se que tienen sus dudas, pero hacen bien en creerme ¿Qué hay que hacer? – El chacal se cruzó de brazos ya calmado.

Nadie podía ver la sonrisa del Doctor Doom.

–¿Puedes prestarme unos minutos la Phantom Ruby?

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Mu. 19:30 Hrs.

Sin alguna noticia de Kim Possible ni de Silver, el grupo continúo la expedición. El equipo de rescate solamente reportó que encontraron un tesoro en las cuevas; Nack se lamentó en no ir. Aún había esperanza de que estén bien. Entre la jungla se divisó un destruido templo con la entrada sellada por una puerta hecha de piedra.

–¿Dinamitamos?

–¿Es una broma, Drake? – Le respondió Shego empujándolo.

–Si estuviera Silver sería más fácil – Dijo Eggman – ¿Empujan?

–Empujamos, mejor dicho – Fisher sacó de su mochila una soga – Necesito estacas.

Hellboy intentó correr la puerta junto con Drake, Eggman y Shego, sin poder moverla ni unos metros. Sam quiso hacer palanca los las estacas clavadas en los bordes tirando con la soga junto a Jacob y Reyes, tampoco pudieron moverla.

–Podemos hacer menos ruido si Sonic atraviesa esto ¿Qué dices erizo, lo intentas? – Nack le preguntó.

Sonic terminó su salchicha y con su pulgar se limpió la boca. Se chupó el dedo e hizo un gesto positivo con la mano. Fue unos metros atrás mientras los demás se corrieron. Tomó un respiro y con mirada decisiva, comenzó a correr. Al saltar se formó una estela azul, impactando en la piedra haciendo una rajadura. Volvió a intentarlo y al tercer golpe, Sonic logró pasar al otro lado. De la oscuridad salieron murciélagos que salían por la entrada que creó el erizo. Amelie fue la primera en entrar con la linterna encendida.

–Sonic ¿Estás bien?

–Relax, dolió apenas – Sonic se levantó con la ayuda de la francesa.

–No me quiero imaginar ese golpe en alguien – Shego pensó en voz alta, a lo que Eggman soltó una carcajada.

–Bien hecho Sonic – Hellboy lo alentó con unas pequeñas palmadas en la cabeza.

–Por allí hay escaleras ¿La seguimos? – Gabriel apuntó con la luz de su linterna.

–La seguimos, claro. – Dijo Shego.

Siendo ella la primera, siguió bajando seguido del resto. El último en ir era Hellboy por si algo se atrevía a atacar por detrás.

–Oigan – Habló Sonic – Ustedes son como cazadores de fantasmas ¿No? – el demonio y su compañero de trabajo dijeron si sin dejar de bajar – ¿Nunca sintieron que los vigilaban?

–Sonic, ya estamos grandes para que nos asustes – Le respondió Shego.

–Yo no. – Dijo Rojo.

–Na na, duermo tranquilo por las noches. – Dijo Drake – ¿Porqué lo dices?

–Porque siento que nos vigilan.

–No es malo tener miedo, Sonic – Le dijo Sam Fisher.

–Diría lo mismo si tuviera un arma en la mano – Nack le contestó, mientras giraba su revólver.

–No quiero alarmarlos pero, siento lo mismo que Sonic. – Se sumó Eggman.

–Bueno, si vamos por ese camino… son los fantasmas de las personas que vivían aquí en el templo, y que van a perturbarnos por toda la eternidaaaad – Drake movió sus dedos de forma anormal, haciendo reír a Hellboy.

–No soy una persona supersticiosa pero me intriga la pregunta ¿Hay más allá, Drake? – Dijo Amelie.

–Debo decir que me atrapaste, francesita. Tal vez si, tal vez no. Lo sabré cuando muera.

–Pero no vas a poder respondernos, genio. – Le dijo Gabriel Reyes.

–Tal vez ese sea el "chiste" que dice Drake – Dijo Jacob – debemos creer que hay salvación en el "cielo" o pecado en el "infierno" para cambiar el rumbo de nuestra vida, aunque sea una mentira.

–¿Viniendo eso de ti? – Reyes arqueó intrigado su ceja.

–Yo se lo que hice, lo que hago y lo que haré. – Jacob no se molestó en verlo.

–Tranquilas chicas, las dos se ven lindas… – Hellboy estaba listo para separar riñas.

El grupo se apoyó contra la pared cuando de forma inesperada, el lugar tembló por unos momentos. Luego de eso, intercambiaron miradas, se veían asustados. Rachel Foley fue la que dijo algo sobre lo que sucedió.

–Bueno, por lo menos los fantasmas no fueron lo que nos hizo asustar…

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Kim Possible junto a Silver se quedaron quietos al sentir el temblor. ¿Otra vez tenían que nadar? Esperaron a que el agua apareciese, aunque no lo hizo. Ya calmados continuaron el paso. Temían que la tierra los aplastara si volvería a ocurrir un derrumbe, querían salir lo antes posible.

–¿Puedes volar?

–Prefiero guardar energía por si llega a pasar algo peor, Kim.

–No pensé en eso… – La pelirroja esperó a que Silver esté a la par.

–Oye, no quiero que me trates como un inválido. – Dijo el erizo.

–Quiero que estés de diez cuando logremos llegar al campamento… detente… ¿Qué son esos agujeros?

La luz de la linterna iluminó aquellos orificios en la tierra, como si se tratara de una excavación hecha por humanos. Había varios agujeros. Ésta isla sorprendía aún más.

–Kim…

Silver trató de calmar su respiración cuando él y ella sintieron otra vez el temblor.

–Ponte detrás…

La pelirroja sostenía la linterna con una mano mientras la otra tomaba a Silver que éste estaba listo para pelear aunque esté débil.

Aquella cosa se apareció desde el agujero de arriba. Era como volver a la prehistoria, en donde los insectos eran más grandes como los conocemos ahora. El gusano abrió su boca mostrando sus afilados dientes, chillando y babeando líquido verde.

Kim empujó a Silver, separándose y esquivando la embestida del insecto gigante. Las anormales protuberancias cerca de su cabeza se les hizo muy familiares, haciéndola quedar perpleja.

–Cordycep…

–¿Qué? – Silver la pudo oír a pesar de murmurar aquella palabra.

–¡Por lo que más quieras Silver, que no te muerda! – La pelirroja gritó con el alma.

Recordando los sucesos de New York hace años, aquellos chasqueadores con los que enfrentó, el primero que se le vino a la cabeza fue Albert Wesker, pero está muerto ¿Quién puede seguir su trabajo? ¿Ésta isla tendrá el mortal hongo? El gusano volvía a atacar. Silver logró romperle un pedazo de piedra en la cabeza, haciéndolo enfurecer aún más. Kim no pensó, solo actuó.

Sacó el encendedor y el aerosol interponiéndose entre Silver y el gusano, haciéndolo retroceder con la llama. El insecto no paraba de chillar al recibir una buena dosis de alcohol prendido fuego, quería atacar pero Kim seguía ahuyentándole. Silver aprovechó la idea y con su telequinesis, atrapó la lata y el encendedor haciéndola estallar dentro de la boca del gusano. Eso hizo que finalmente retrocediera. Sin dejar de chillar, la abominación se fue haciendo temblar la tierra.

–¡¿Qué fue lo que acaba de pasar?! – Silver aún no lo creía.

–Espero que Glenn tenga vacunas en su yate… – Kim se quedó quieta, asegurándose de que la amenaza no regresara – Silver, hay que salir de aquí cuanto antes.

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Cherri Bomb lo llamó "Jubilación a largo plazo". Habían guardado el oro en bolsos y los enterraron con el propósito de ir tras él después. Continuaron adentrándose en la interminable cueva. Brigitte jugaba con una moneda de oro, lanzándola y atrapándola.

–¿Qué será lo que dice la moneda?

–Parece vikingo, pero no sé leer eso – Lynch le respondió a la grandota sin dejar de caminar – Hay que preguntarle a Drake o a Rojo.

–¿Qué van a hacer con el oro? Planeaba comprarme algo lindo… – Dijo la cíclope.

–¿Maquillaje? – Lynch recibió un codazo de Cherri Bomb y unas risas de Brigitte.

Mientras ellos seguían hablando, Kane recibió un radio de Jacob, alertando lo que sucedió dentro del templo. El tipo cortó la comunicación y detuvo la marcha.

–Sintieron otro temblor.

El resto se sorprendió.

–¿Qué? ¿La isla de va a inundar? Ya suficiente con que el agua se llevó una ciudad – Dijo Lynch.

Kane suspiró.

–No sé que puede ser, o esos tipos con los que lucharon están perforando la tierra, o hay algo más…

–¿Cómo, un gusano gigante? – Brigitte contuvo la risa.

–Donde vivo hay de esos – Dijo Cherri Bomb.

–Si, pero no estamos en el infierno – Le respondió Lynch.

–Hmm tenemos que prepararnos para combate directo – Kane recargó su mp5. – Cherri ¿Sabes disparar?

–Tengo bombas de sobra – Ella sonrió mientras se cruzó de brazos.

–Ey – Lynch le habló mientras preparaba su escopeta – No quiero morir enterrado en una isla que nadie conoce.

–Toma…

Kane le dio su pistola a la cíclope que ésta la tomó como si fuera un juguete. Lynch notó que no le gustó para nada a su amigo.

–Es una G17, se te va a ser fácil disparar… aquí tienes los dos cargadores.

–Okey, vaquero. Gracias por el regalo.

–Cuando terminemos, me la devuelves… y por favor linda, baja el cañón… no queremos accidentes.

Kane comenzó a caminar con el dedo apoyado en el gatillo de su arma mientras iluminaba el camino con la linterna. Brigitte siguió el paso y Lynch se rio. La cíclope tenía pegada el arma en la mano.

Como era de esperarse, al pasar un rato caminando, se toparon con el enemigo. Se asentaron en una muy elaborada base con una perforadora enorme con los reflectores siendo encendidos con generadores ruidosos. Lograron ver varios túneles custodiado por tipos armados; lo más llamativo del lugar fue aquella carpa con una celda de cristal llena de humo.

Refugiándose entre las rocas, el grupo compartía opiniones.

–¿Qué es eso? – Brigitte veía con los binoculares unos hongos siendo analizados por varios tipos con trajes protectores.

–¿Qué ves grandota? – Preguntó Lynch.

–Creo que… están investigando una planta… o algo…

Kane sospechó algo.

–¿Es una planta, o es un hongo? – Preguntó dudoso.

–¿Hongo? – Cherri Bomb no entendía nada.

–Creo que… espera… si, si es un hongo – Confirmó Brigitte.

Kane y Lynch intercambiaron miradas. Inmediatamente el primero llamó con la mano a las chicas.

–Tienen que irse de aquí, nosotros nos encargamos.

–¿Qué? Para nada ¿Por qué nos tenemos que ir? – Le respondió la pelirroja a Kane.

–No entienden – Lynch trató de no levantar la voz – Ustedes no están vacunadas contra el cordycep.

–¿Y que mierda es eso? – Cherri Bomb quedó aislada, no le respondieron la pregunta.

Tanto Lynch como Kane recordaron aquella horrible experiencia en New York, cuando defendieron la Torre Arias de esas espantosas cosas.

El de anteojos comenzó a hablar.

–Es un hongo que controla tu cuerpo, la primera base afectaba a insectos y Albert Wesker lo mutó para que afecte a humanos.

–¿Y quién rayos es Albert Wesker? – La cíclope preguntó enojada.

–Un idiota que merecía lo suyo… – Dijo Kane – Escuchen: vuelvan a la base, vayan al helicóptero y busquen una caja con vacunas, si no llega a haber, quédense en el campamento.

–No vamos a regresar… – Dijo Brigitte seriamente.

–Lo les estamos pidiendo, les estamos ordenando. Vuelvan chicas, y busquen vacunas. Avisen al resto del grupo de que hay cordycep en la isla. Vayan, ahora…

Kane después de hablarles sintió las penetrantes miradas de las chicas. Era por su bien que se alejaran de ahí. Miró a Lynch mientras éste preparaba una granada cegadora, dejando la escopeta y los cartuchos a mano. Cuando su amigo estaba listo, también preparó su MP5.

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Drake sacó su radio y recibió el comunicado de Cherri Bomb. Tratándola de calmarla, pidió que repita lo que dijo al otro lado.

–Espera espera espera… cariño, repite lo que… ¡¿Qué?! ¿Cordycep?

¿Qué? ¿Cómo rayos? ¿Escuché eso? Esas preguntas de produjeron en la boca de Shego, Rachel, Fisher y Leiter al escuchar el nombre del hongo; mientras los de Mobius no entendían lo que sucedía.

–Mierda… – Dijo Hellboy – Okey, ustedes tres estén en el medio.

–¿Por qué tanto alboroto por ese gordicep?

–Esto no es una broma, Sonic. – Le dijo de mala gana Shego.

Entre los demás miembros del grupo exceptuando a los de Mobius, pensaron en cómo avanzar ahora que nuevamente aquella arma biología volvía.

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La granada rebotó en el suelo y de un estallido cegó por momentos a los tipos que estaban cerca. Kane y Lynch abrieron fuego.

El objetivo era destruir el laboratorio con el hongo y evitar la propagación en la isla. Intentaron flanquearlos aún así se las arreglaron para evitar ser vencidos. Lynch último de un escopetazo en la cabeza al ninja que quería matar a Kane por la espalda y éste le dio al que saltó con la espada apuntando a su amigo. Los científicos sin experiencia en armas se defendieron cómo pudieron y uno de ellos abrió la caja de cristal, aún sabiendo lo que había adentro.

El ruido chillante salió de ahí.

Kane y Lynch de dieron cuenta tarde cuando los ninjas tenían armas cortantes y de cuerpo a cuerpo. Tres chasqueadores salieron corriendo agitando los brazos como locos, produciendo ese aterrador ruido con la boca. Los tenían tan cerca que tuvieron que empujarlos con las armas. Fue el mangual de Brigitte y su escudo de energía junto a los disparos de Cherri Bomb los que mantenían a raya.

–¡LES DIJIMOS QUE VOLVIERAN AL CAMPAMENTO! – Kane no contuvo su enojo aunque sean mujeres.

–¡De nada! – Le respondió la pelirroja golpeando a los chasqueadores – ¡SON HORRIBLES!

–¡¿Cómo se matan estas cosas?! – la cíclope seguía disparando a la cabeza sin resultado.

–¡Estos son más fuertes a los que matamos antes! – Dijo Lynch mientras colocaba los cartuchos dentro de la escopeta.

Uno de los chasqueadores saltó pasando por encima del escudo de Brigitte, estirando sus brazos putrefactos y preparando sus dientes para destriparlos. Una roca lo alejó hasta ser estampado en la pared. Silver lanzó la perforadora encima de los otros monstruos mientras tanto Kim Possible peleaba contra los ninjas restantes, siendo superada por ocho.

–¡Kim! – Kane se alivió al verla bien.

–¡Cherri, ve a ayudarla! – Dijo Lynch.

Ésta saltó de caja en caja hasta llegar al lado de la pelirroja.

El chasqueador salió debajo de la piedra y aún herido quería seguir de pie. Brigitte lo embistió con el escudo y contraatacó pegándole directo a la cabeza. Usó toda su fuerza para arrancársela. El cuerpo producía espasmos musculares en el suelo. Silver continúo aplastando a los otros dos con la perforadora y para finalizar, Kane y Lynch lo hicieron explotar a balazos, asegurándose de que los chasqueadores no se levanten otra vez.

Con movimientos combinados, Kim Possible y Cherri Bomb acabaron con los ocho ninjas. Entre las sombras una flecha atravesó toda la zona con dirección a la pelirroja. Fue Silver que detuvo el proyectil a metro de ella, mientras con la otra mano atrajo al tirador sin la posibilidad de escapar.

Kane y Lynch bajaron a la mujer con brusquedad, atándole los brazos y las muñecas. Sosteniéndola de la cabeza y de la ropa, la levantaron hasta que Kim y las otras chicas se acercaran.

–Talia Al Ghul…

–No esperaba acabar así, Possible… – La mujer le respondió – Pensé que el gusano acabaría con tus amigos y contigo…

–¿Gusano? – Dijo Brigitte confusa por lo bajo.

–Si, un gusano gigante quiso matarnos hace unas horas. Menos mal que lo espantamos. Entonces esa cosa fue la que derribó la ciudad… – Le dijo Silver.

Talia afirmó, sonriendo levemente al ver a ese animal hablar.

Brigitte y Cherri Bomb al estar adelante, no podían verle la cara a Kim Possible excepto Kane y Lynch. Los muchachos hicieron arrodillar a Talia pisándole las piernas. La pelirroja se acercó.

–Hace años, la botánica Pamela Isley escapó de Ciudad Gótica desapareciendo de la ley. La última vez según los registros, Trabajó con Wesker…

Las otras chicas menos Silver sabían apenas de quién se trataba. Kim Possible siguió hablando.

–La última vez que vi a los chasqueadores y al cordycep fue en New York. Ahora aparecieron aquí en una isla que ni siquiera sale en los mapas. ¿Acaso hiciste contacto con Wesker?

Talia no se molestó en responder.

Kim supo por Batman que Albert Wesker fue asesinado por Glenn Arias en pleno Pacifico. Su cuerpo fue arrojado al mar sin la posibilidad de que nadie lo encuentre. Lo que deja la interrogante de su trabajo fue vendido o robado por la competencia. Esas y otras preguntas serán respondidas en el campamento. Kim Possible se marchó y con la culata de la escopeta, Lynch desmayó a Talia Al Ghul. Junto a Kane la llevaban arrastrándola.

Brigitte detuvo a Kim.

–Me alegra que estés bien, y que hayas salvado a Silver.

–El me salvó primero. – Ella sonrió – ¿Están bien?

–No sabes lo que encontramos ¡Oro! – Dijo la cíclope.

–¿Si? – Kim arqueó sus cejas intrigada – De seguro se guardaron algo ¿No?

–es eh ¿Cómo dije? Jubilación a largo plazo – Cherri Bomb esbozó una sonrisa.

Kim golpeó amigablemente el hombro de la muchacha. Quería esconder la rabia que sentía al saber que el cordycep volvió, y eso notó Silver. No dijo nada con respecto a eso, ahora tenían que llevar a Talia Al Ghul al campamento y reportar al resto del grupo de que él y Possible están sanos.

Antes de irse y siguiendo el pedido de Kane y Lynch, Cherri Bomb prendió fuego el laboratorio. Quemando las máquinas, los estudios y el hongo en el proceso.

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Continuará…