CAPÍTULO 2: LAS SOMBRAS.

Una noche calma y profunda caía sobre la ciudad de Hong Kong, una noche normal como otras. . . o al menos eso parecía ser cuando una explosión alteró la tranquilidad de la noche, en algún lugar de la ciudad una joven corría desesperada como si huyera de algo, una joven de cabellos negros. Una gran terror se veía en el rostro de la joven mientras se dirigía desde una de las calles hacia un solitario parque. Luego se detuvo apoyándose en el árbol recuperando el aliento cuando de pronto escuchó una voz decir detrás de ella.

"¿Qué?, ¿Ya no vas a huir? Que cacería tan aburrida. . . bueno, por lo menos acabaré contigo."

En ese instante, la chica se dio vuelta y vio a su perseguidor, un muchacho alto, muy guapo de corto cabello negro, y ojos malignos castaños oscuros; sus ropas eran oscuras como las profundidades del infierno. Le veía a la chica con deseo, con deseo de muerte, disfrutando el momento antes de matarla. Extendió su mano y una oscuridad se comenzó a formar en ella y pronto se pudo observar que tomaba la forma de una espada, el muchacho tomó la espada dispuesto a dar muerte a la joven cuando se escuchó:

"Dios de los rayos y los truenos, denme el poder para detener a mi enemigo."

Y un relámpago dio de lleno en el pecho del muchacho, que soltó la espada que se hizo humo al tocar suelo, el muchacho de cabello negro un poco aturdido por el relámpago se volvió contra aquel que le había atacado, una sonrisa dibujó su rostro.

"Meylin, ¿te encuentras bien?"

"Eso creo, Shaoran." Respondió la aludida.

El recién llegado, era un joven alto, muy guapo, de cabellos y ojos cafés, con ropas verdes chinas y una espada en la mano. Una vez recibido la respuesta de Meylin, Shaoran se volvió hacía el otro joven y le atacó con su espada. Pero por más increíble que fuera, y aunque Shaoran era un excelente espadachín y hechicero, su ataque no parecía ser efectivo contra su agresor, que esquivaba eficazmente todos sus ataques.

"Ja ja ja ja. . . ¿esto es todo lo que puede hacer el Jefe del Clan Li? Decepcionante."

Ante estas palabras Shaoran, tomó su espada con ambas manos y se abalanzó contra su oponente, pero lo que pasó lo sorprendió; el muchacho de cabello negro detuvo su ataque con solo una mano, detuvo el golpe entero de la espada de Shaoran con una mano a lo que dijo.

"Esto es aburrido, no tienes poder como para enfrentarte conmigo."

Y con estas palabras, apretó con fuerza la espada del Jefe del Clan Li y la destrozó sin mucho esfuerzo, haciéndola pedazos totalmente. Shaoran estaba estupefacto, el arma que acababan de destrozar no era de él simplemente, sino una de las armas mágicas más poderosas que han existido, que ha sido pasado por generaciones en su familia y este ser la había destruido sin más ni mas. Shaoran no había salido de su impresión cuando su oponente con un gesto rápido lo atacó con energía oscura que dio de lleno sobre él dejándolo mal herido. Prácticamente le destrozó el hombro del brazo izquierdo, y por poco pierde medio rostro pero aún con consecuencias, una terrible herida cruzaba por encima de su ojo izquierdo. En el suelo, mal herido, Shaoran trataba de recuperarse para solo darse cuenta que su enemigo se preparaba para acabar con él, cuando de repente Maylin saltó sobre el agresor tratando de distraerlo, Sahoran trató de reincorporarse pero el ataque había drenado su poder y se sentía más débil en cada momento. El ser maligno logró dominar fácilmente a la joven china tomándola por el cuello y sonriendo con maldad miró a Shaoran.

"Espero que disfrutes del espectáculo."

Y antes de que el Jefe del Can Li pudiera si quiera pensar que era lo que trataba de decir, el muchacho de cabello negro atravesó el pecho de Meylin sin mucho esfuerzo arrancándole el corazón en él proceso para luego tirar su cuerpo sin vida a los pies de Shaoran. Se encontraba totalmente paralizado, aún no había podido asimilar aquello que acababa de pasar, Meylin, su prima, su familia; la acababan de matar en frente de él. Pronto sintió algo que oprimía su mente, que llenaba su corazón... una furia incontenible se reflejó en sus ojos, mirando con odio aquel que acababa de quitarle la vida a joven china.

"Eso es joven hechicero. Muéstralo, muestra toda esa furia, ódiame. . . muéstrame tu ira."

"MALDITO, TE MATARÉ!!! TE ENVIARÉ AL INFIERNO!!!"

"Eso quisieras, pero no tienes el poder para hacerlo. Eres un débil patético, estás más muerto que vivo." Hizo una pequeña pausa y luego dijo "Creo que me lo quedaré de recuerdo."

Y le mostró el sangrante corazón de su prima, para luego darse vuelta y desaparecer entre las sombras de la noche. Shaoran estaba desconsolado, se acerco como pudo al lado de la ahora inerte Meylin. No sabía que hacer, la miró largamente y las lágrimas comenzaron caer, se acerco y le besó en su frente, le abrazó como pudo un su brazo derecho y antes de perder la conciencia dijo.

"Perdóname Meylin... te fallé."

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"¿Estas segura de esto?"

"Claro que lo estoy, te confieso que estoy nerviosa pero también estoy ansiosa."

"¿Estas completamente segura que no quieres que te acompañe?"

Tomoyo sonrío gentilmente y asintió levemente, todo era una mezcla de miedo y felicidad, pronto volvería a casa después de 5 años y medio de haber dejado todo atrás y quería volver a ver a su querida madre, pero tenía miedo porque tal vez se volvería a encontrar con esa persona, esa persona que amaba pero que al mismo tiempo le había hecho tanto daño, tanto dolor, tanto sufrimiento... tanto miedo y tanta soledad. Había dejado Tomoeda precisamente para romper el vínculo que tenía con esa persona, pero el paso del tiempo solo le había traído experiencias amargas, había fallado pues no había logrado romper ese vínculo y ahora debía enfrentar su pasado.

"Los pasajeros del vuelo 455 sin escalas con destino a Tokyo, Japón. Por favor abordar por la rampa 3."

"Creo que esa es mi señal. Ya debo irme, te llamaré pronto, podrás venir y conocer a mi mamá."

"Estaré esperando con ansiedad." Dijo sonriendo mientras acariciaba la mejilla de Tomoyo.

Tomoyo se empinó y le dio un rápido beso sobre los labios de su amiga.

"Sayônara."

"Da svidaniya."

Lentamente Tomoyo se dirigió a la rampa 3 para abordar su vuelo que lo llevaría a su hogar. Katrina la observaba melancólica y por unos instantes pudo ver las angelicales alas de Tomoyo desplegarse, pero así con habían aparecido así pues desaparecieron. Ya había visto estas alas en Tomoyo pero lo que nunca entendió era el por qué. ¿Por qué Tomoyo tenía estas alas? Y lo que era más raro ¿Por qué solo ella era capaz de verlas? Porque muchas veces esas alas habían aparecido no solo en la intimidad de su casa, sino también durante las presentaciones de moda que hacían. Y no solo era eso, al parecer ni siquiera la misma Tomoyo se había percatado de aquella inusual característica. Muchas veces había querido hablar con ella al respecto pero la única vez que lo intentó no pareció funcionar muy bien.

"Tomoyo, yo quería hacerte una pregunta."

"¿Si? ¿Y de que se trata?"

"Tomoyo tu eres. . . eres. . . " mientras intentaba ordenar sus ideas se ruborizó bastante, algo que Tomoyo no pasó desapercibido.

"Soy. . . , ¿que?" dijo Tomoyo con una gran sonrisa al ver a su amiga algo confusa.

"¿Eres un ángel?" dijo al fin Katrina.

"¿Un ángel? Y a que se debe la pregunta." dijo Tomoyo algo confundida.

"Bue. . . bueno. . . es que tu. . . tu tienes. . . bueno, ¿eres o no?" dijo Katrina roja hasta la orejas.

"Yo no soy ningún ángel, solo soy una chica común y corriente." Dijo Tomoyo con una sonrisa algo divertida por la situación.

"Pues para mi lo eres." Dijo susurrando

Después de aquella desastrosa charla, Katrina había olvidado el asunto de averiguar por qué las alas de su amada además se sentía hornada por ser la única de ser capaz de ver a Tomoyo como realmente era: Un hermoso ángel del cielo. Pero por alguna razón en ese instante en el aeropuerto de San Petersburgo le volvió aquella preocupación sobre la joven nipona, y su preocupación se volvió miedo al recordar lo que había pasado anoche. 'La elegida por el destino'. Volvieron esa palabras a su mente y por alguna razón le provocaban terror, volvió la mirada de nuevo hacia Tomoyo que ya se encontraba bastante lejos y su miedo se hizo más insistente, 'no quiero hacerte daño, mi ángel'. En ese instante también le vino a la mente la razón de la tristeza de Tomoyo, el amor que tenía por una persona que había dejado atrás al irse de Japón, un amor no correspondido, aunque Katrina lo había tratado de averiguar nunca supo de quien se trataba, quien era aquella persona que ocupaba la mente y el corazón de su querido ángel, sabía que Tomoyo siempre cargaba una foto de esa persona pero nunca la había visto, y por su amor hacia Tomoyo nunca se había permitido transgredir su intimidad. Vio despegar el avión en donde su querido ángel iba y un último pensamiento apareció en al mente de Katrina 'Ojalá fuera yo, el objeto de tu adoración' y llenándose de odio, golpeó con fuerza la ventana mientras veía el avión perderse en el horizonte '¡¡cuanto envidio a esa persona, deberías olvidarla!!'.

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Era un silencio sepulcral, solo se escuchaba unos ligeros chasquidos de vez en cuando. La luz del alba se colaba por las ventanas e iluminaba aquel enorme recinto, era muy temprano y en ese solitario y silencioso lugar solo se encontraba una silueta sentada en una de las mesas, al parecer ojeando un libro, se notaba que llevaba tiempo allí ya que habían varios libros abiertos y apilados. La silueta seguía leyendo aquellos libros, los chasquidos que se oían eran la que hacían las hojas cuando cambiaban de página. Debieron pasar un par de horas en la soledad de la biblioteca hasta que otra persona hizo presencia en aquel enorme lugar que al parecer sabía exactamente lo que buscaba pues sin titubear se dirigió ante la otra presencia.

"Ahora no Krestler, no tengo tiempo." Dijo la persona que se encontraba sentaba con una voz autoritaria pero a la vez melodiosa y sin quitar la mirada del libro que tenía en las manos.

"Pero fräulein, ¿qué tengo que hacer para que vayas conmigo al baile de la otra semana?"

"Otra vez con lo mismo, eres insoportable. Además ¿por qué quieres salir conmigo, si todas las mujeres de la facultad se botan a tus pies?"

"Porque fräulein, eres la más bella de todas, ninguna es como tu. . . tu eres como la más hermosa de las flores primaverales, tan exótica, tan hermosa que la misma Afrodita se moriría de envidia."

"Eres muy avaro Krestler, deberías saber cuando no tienes oportunidad. Ahora déjame tranquila que no me dejas estudiar."

"Estudiar, estudiar. Es lo único que haces fräulein, y ¿para que? Eres la mejor y tienes una beca por la excelencia de tus registros académicos de secundaria, no veo por qué la necesidad de estudiar tanto."

"Precisamente, debo mantener mi nivel para conservar la beca y además no tengo tiempo porque encima debo prestar atención al equipo de gimnasia."

"Cuando uno quiere las cosas siempre encuentra el tiempo para ello, además es solo una noche ¿qué podría pasar en una noche?"

"No sabes lo que dices Krestler." Dijo la muchacha mientras se ponía de pie. "En una noche puedes perderlo todo. . . como yo."

Dijo la muchacha cambiando su actitud arrogante por la de una chiquilla asustada, a Krestler se impresionó mucho ese cambio de actitud, el poco tiempo que la había tratado nunca le había visto triste, es más, nunca le había visto expresar emoción alguna. Ella siempre eran tan propia de si que pareciera que nada le afectara. Pero aquel cambio no duró mucho y la muchacha recuperó la compostura rápidamente.

"Bueno, mejor me voy. Tengo clases a primera hora y no quiero llegar tarde." Luego tomó uno de los libros que leía y se dirigió a la salida de la biblioteca. "Y otra cosa Krestler, deja ya de invitarme o sí me voy a molestar contigo."

"Nein fräulen, no descansaré hasta que me digas que sí."

"Como quieras, pero pierdes tu tiempo."

Mientras se marchaba Krestler se quedó admirándola, era realmente bella aquella muchacha. Debía de tener unos 19 años, su rostro era angelical aunque seguramente se debería ver mucho más hermosa si su rostro lo adornara una sonrisa. Su largo cabello castaño caía levemente sobre su espalda, su cuerpo era realmente hermoso y su andar era totalmente hipnotizante, sobre todo ver aquella falda de su uniforme zarandearse de un lado a otro al vaivén de sus caderas, todos lo chicos de la universidad suspiraban por aquella belleza y nadie perdía la oportunidad de verla con su traje de gimnasia, todos asistían a sus entrenamientos y sus presentaciones. Era perfecta, la envidia de todas las chicas, pero lo más hermoso de ella eran sus ojos, ojos realmente hermosos y que complementaban a la ya preciosa joven, eran como la más perfectas de las joyas, dos esmeraldas, dos perfectas esmeraldas adornado su lindo rostro. Krestler sacudió su cabeza para poder ordenar sus ideas y comenzó a seguir a la muchacha, una vez fuera de la biblioteca le dijo con tono alto.

"Meine Schönheit Sakura, es posible que pueda tener a cualquier chica, pero yo solo te deseo a ti."

Ella si apenas se giró para verlo y continuó su camino, la verdad no era presunción de el joven Friedrich Krestler que pudiera tener a cualquier chica pues el era alto, rubio y de ojos azules, además de un exceso de confianza en si mismo le permitía hacer cualquier cosa, y su mirada enloquecía a las chicas, realmente era un "espécimen perfecto" como solían chismear las chicas a sus espaldas, pues por algo era alemán, un digno representante de la raza aria, todo un teutón. Pero a él solo le importaba aquella joven de ojos verdes, era todo lo que quería y deseaba, no porque la amara o la quisiera, simplemente para tenerla, poseer a aquella mujer inexpresiva, poseer a Sakura Kinomoto.

El día pasó como todos los días para Sakura, clase tras clase, uno que otro piropo de alguno de sus compañeros de clases o algún comentario mal intencionado de las chicas. Pero ella no prestaba mucha atención a eso, lo único que quería era terminar sus estudios, no hacer vida social. Una vez caída la tarde Sakura se dirigió a casa, no era su casa pero vivía allí al menos hace 4 años. Caminando por las calles de Londres pronto llegó a una lujosa mansión. Se dirigió hacia la puerta principal y entró, rápidamente y sin hacer pausa se dirigió a un salón lleno de libros y donde también se encontraba un gran sillón rojo y que al parecer había alguien sentado allí leyendo.

"Muy buenas tardes Eriol." Saludó alegremente la joven Sakura, dándole un beso en la mejilla.

"Buenas tardes linda Sakura, ¿acaso pasó algo?"

"No, ¿por qué la pregunta?"

"Porque no sueles actuar así, entones supongo que pasó algo."

"Pues si tanto te molesta mis muestras de afecto entonces no lo volveré hacer. ¿Quien te entiende Eriol? Te quejas porque soy muy seca y te quejas porque soy cariñosa." Dijo Sakura, recobrando su actitud arrogante.

"No quise decir eso, y lo sabes. Pero no me vas a decir que esta forma de actuar fue normal. Ni siquiera actuabas así cuando salíamos."

"Solo fue un comentario desafortunado. Nada más." Dijo mientras se sentaba en un sillón aledaño al de Eriol.

"¿Quieres hablar de eso?" esperanzado de poder sacar algo de información a la joven Sakura.

"¿Tu que crees?"

"Supongo que eso es un no. Pero me gustaría saber la razón de todo esto Sakura."

"No es algo que te incumba. Además me siento complacida saber algo que tu no y que a pesar del tiempo no has logrado descifrar." Dijo con una sonrisa burlona.

"Realmente lo disfrutas, ¿no?"

"Enormemente." Dijo la joven de ojos verdes. Hubo un rato de silencio entre los dos para luego agregar "Dime Eriol, ¿piensas dejarte el cabello así?"

"¿Qué tiene de malo mi cabello?"

"Nada, solo que cada vez te pareces más a Clow. Y como tu siempre dices que una reencarnación no es la misma persona que fue antes, pues por eso lo digo. Además se te veías mejor corto como cuando éramos niños."

"Tomaré en cuenta tu recomendación Sakura."

"Y, ¿donde se encuentra Kerberos y Spinnel? Porque no están en la casa, ¿verdad?"

"Salieron con Nakuru de compras."

"¿De compras?, dirás que a comer dulces, cuando salen de "compras", lo único que traen son dulces."

"Por eso Spinnel está con ellos, para que compren lo deben comprar."

"Pero Spinnel no podrá controlar a Kerberos y a Akizuki y menos si Kerberos le obliga a comer algún dulce, parece que no los conocieras. . . *suspiro* creo que voy que tener que salir de compras mañana."

El joven Eriol sonrió al ver el rostro de molestia de Sakura.

"¿Acaso esto te causa gracia?"

Cuestionó Sakura al ver la alegría de Eriol. Pero este simplemente sonrió más, ahora podía desquitarse con Sakura por el secreto que ella guardaba. En todo el tiempo que vivían juntos nunca había sabido nada del por qué de la forma de actuar de Sakura, pues ya no era ni la sombra de la alegre y siempre animosa chiquilla que conoció cuando fue a Tomoeda para obligarla a cambiar los poderes de las Cartas Clow a Cartas Sakura. Lo único que sabía era lo que Shaoran le había contado cuando recién Sakura llegó a Inglaterra. Que habían sido novios 1 y medio, y que un día sin explicaciones ella terminó con él. Pero eso no había sido lo más raro, lo más raro había sido que Sakura se había ido a vivir con Shaoran a Hong Kong casi inmediatamente después de terminar con él. Se había quedado con Shaoran 1 año y lo único a lo que se había dedicado era a estudiar su secundaria y aprender magia, inclusive pasaba días enteros leyendo los místicos libros que poseía la familia Li y casi ni cruzaba palabra alguna con su anfitrión, y cuando Shaoran le preguntó a Sakura el por qué de su estancia allí solo respondió:

"En Japón ya no me queda nada."

Luego de un año, así como llegó, así se fue de Hong Kong. Directamente hacia Inglaterra y desde entonces vivía allí con Eriol. Lo único que se le ocurría al joven inglés de ojos azules era que a Sakura le había pasado algo grave, pero ¿qué puede ser tan grave como para cambiar a alguien de la noche a la mañana y que aún no haya podido enterarse? ¿Un mal de amor? Imposible, pero eso explicaría por qué terminó con Shaoran, pero ¿cómo? ¿cuándo? ¿y de quien?.

"¿Y donde se encuentra Yue?" dijo Sakura trayendo a la realidad a Eriol.

"No lo se, salió a media tarde y no ha vuelto."

La conversación siguió su curso hasta que la noche cayó, sin notar que una sombra vigilaba la casa. Mirando atentamente desde la cornisa del edificio al otro lado de la calle. La sombra parecía ser de una mujer, y que sonreía malévolamente. Parecía estar espiando a los habitantes de la aquella enorme mansión. Aquella mujer solo se limitaba a observar como si esperase algo, pero después de un momento una nube negra se comenzó a levantar alrededor de ella, una nube formada por murciélagos en la cual aquella misteriosa figura desapareció.

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"¿Cómo está su condición?" preguntó la voz de una mujer.

"Aún es pronto para dar un diagnóstico definitivo, pero hacemos todo lo posible por salvar su vida. Aunque lo más probable es que tengamos que amputar el brazo."

Una elegante y hermosa dama observaba con preocupación la condición del joven Shaoran Li, las heridas recibidas la noche anterior había sido mucho más graves de lo pareciera en un primer instante. El Jefe del Clan Li se debatía entre la vida y la muerte mientras los doctores del Clan hacían todo lo posible por salvarlo, y no es que fuera para menos ya que era el único heredero de la familia y aún no había dejado una descendencia; si el joven Li moría, con el moría también su clan.

"Nada de amputaciones. Ni si quiera lo sugiera doctor." Dijo la mujer con voz autoritaria.

"Pero señora Li, es probable que muera si no hacemos eso y. . . "

"A callar. No quiero escucharlo. Él estará bien, es más fuerte de lo que piensa."

Interrumpió la Señora Li al doctor. Luego se observar al muchacho por unos instantes, la Madre de Shaoran Li dejó el recinto con una mirada llena de tristeza, dolor y preocupación. Ya que no era para menos pues no solo su hijo se encontraba al borde de la muerte, sino que su sobrina, la siempre alegre Meylin Li había muerto y lo que era peor: aquel que les había hecho eso aún seguía libre, y no sabían nada sobre su enemigo.

Notas de la autora: Este capítulo si que me quedo largo!! Pero serán mejor que se acostumbren porque se irán haciendo cada vez más largos.... ^^. Espero que les haya gustado este capítulo y espero también que están algo confundidos, por que sino me pondré a llorar... buuuuaaa!. Me imagino que al menos tendrán preguntas, aunque tal vez haya revelado muchas cosas que debía haber dejado para más adelante pero no importa, después de todo hay más cosas que comentar y más personajes por aparecer. De paso pido disculpas a quienes admiren a Shaoran por lo que le hice, pero es vital para la historia y también disculpas por matar a Meylin, ohhh! Pobre Meylin ¿por qué la maté si era tan buena muchacha? ^^;; si quieren saber las respuestas a todas las interrogantes que tengan no se pierdan los próximos episodios. También espero que las descripciones me hayan quedado bien y entendibles, y si no pues perdónenme la vida porque es la primera vez que lo hago.

Ahora el significado de algunas cosas:

Fräulein: como se habrán dado cuenta esto es alemán, y significa señorita.

Nein: no.

Meine Schönheit Sakura: Mi bella Sakura, también es alemán.

En el capítulo anterior como en este hubo unas palabras del japonés que use, pero supongo que saben que significan.

Me encantaría que me escribieran dando su opinión al respecto o críticas pero que sean constructivas a johanna_kat@yahoo.com o a jkattyj@hotmail.com

Copyright!!! Los personajes que conozcan son por supuesto de Card Captor Sakura y son creación de CLAMP, Kodansha, etc. Lo demás son de mi propia creación al igual que la historia es original mía, cualquier parecido con cualquier otro fic es pura coincidencia o simplemente que me influencie por ello.