CAPÍTULO 4: CADENAS DEL PASADO.
Un muchacho alto, de cabello negro cargaba una gran caja mientras luchaba con la puerta para poder entrar en el departamento.
"¡¡¡Heyyy!!! ¡Yuki! ¿Podrías darme una mano?"
"Te dije que no trajeras todo de una vez. Déjame te sostengo puerta."
"Gracias Yuki. Pero tengo que darme prisa, quiero tener todo en orden antes de la noche. Mañana empiezo el trabajo y luego no tendré tiempo para organizarlas."
"Pero deberías tomarlo con calma."
Eran las palabras del joven Yukito Stukishiro, quien estaba ayudando a su mejor amigo Touya Kinomoto a instalarse en un departamento en Tokyo. Ahora Touya, con 26 años era un ingeniero civil que trabajaba en una prestigiosa firma de construcción y que hacía poco había sido contratado, se había mudado de su anterior departamento en Kyoto donde estudió para ejercer en la capital del país. Físicamente Touya no había cambiado mucho, con su cabello negro y ojos cafés, además de su carácter poco delicado aún era el delirio de las mujeres que suspiraban ante su presencia. Por su lado el joven Yukito, también con 26 años, aún tenía su cabello corto de un color gris y esa amable sonrisa que rompía con cualquier tensión y tal popular con las chicas como su compañero.
"Me gustaría quedarme a ayudar. Pero tengo que preparar la clase de mañana y también tengo una cita con Umi esta noche."
"Definitivamente se debe tener tu paciencia para soportar a tanto mocoso. No entiendo por no enseñas en una secundaria, creo que sería más cómodo."
"Porque me gustan los niños." Exclamó Yukito con una sonrisa. "Además ellos me recuerdan a la pequeña Sakura."
A Touya no le gustó para nada al oír mencionar a su hermana, un frío recorrió su espalda y dejo caer unos libros que tenía en la mano.
"Lo siento Touya, no quería traerte algún mal recuerdo."
"Esta bien Yuki. Es solo que la extraño mucho y quisiera saber en donde está y si esta bien."
"Sakura es una chica fuerte, de seguro está bien."
"Tienes razón Yuki, después de todo es un monstruo. Pero cambiando de tema. . . ¿cómo andan las cosas con Umi?"
El aludido sonrío abiertamente, se le veía realmente contento. Metió una mano en los bolsillos de su pantalón como si buscase algo, luego sacó una pequeña caja que abrió y mostró a su amigo.
"Vaya Yuki, parece que la cosa va en serio."
"La verdad me hubiera gustado hacerlo hace tiempo pero aún no tenía el dinero necesario para comprarlo."
"Te deseo la mejor de las suertes."
"Gracias Touya. Pero dime, ¿cuando te piensas poner serio y asentar cabeza tu también?"
"No me preguntes eso Yuki. Más bien vete que se te hacer tarde." Dijo el hermano de Sakura con cierta molestia en su voz.
"Tienes razón. Adiós Touya espero verte este fin de semana."
Acto seguido el joven Tsukishiro abandonó el apartamento, mientras Touya seguía organizando sus objetos personales lo cual le tomó hasta bien entrada la noche. Una vez hubo terminado se sentó en una de las sillas de la sala, agotado por el trajín de la tarde. Su rostro reflejaba tristeza, el comentario de su amigo Yukito le había traído el recuerdo de su pequeña hermanita, hacía 5 años que literalmente había desaparecido, solo podía pensar que se había escapado pero a donde y con quien, ya que ninguna de sus pertenencias faltaba a excepción del felpudo ese del guardián, una muñeca y un oso de peluche, ni siquiera se había llevado algo de ropa o alguna otra cosa. Pero lo que más le inquietaba y le molestaba es que ni siquiera tuvo la cortesía de despedirse, dejar alguna carta o algo, simplemente se fue. La única pista que tenía era que tal vez se había fugado con el mocoso ese a China, puesto que se marchó de Japón el mismo día que su hermana desapareció, pero eso no era poco probable porque sabía que Sakura había terminado con Shaoran una semana antes y sería muy raro que se hubiera ido con él.
Aún con esos pensamientos en mente se levantó y se acercó a una de las ventanas de aquel departamento, una hermosa luna llena iluminaba la ciudad y mirándola hipnotizado susurró.
"Sakura."
A miles de kilómetros de allí en una ciudad cubierta por la niebla, en un salón de clases. La pequeña Sakura Kinomoto se encontraba estudiando, prestando mucha atención al docente que impartía la clase.
**************************
La habitación se encontraba tal y como la había dejado, solo que parecía más pequeña de lo que recordaba. Después de todo los años no pasan en vano y ahora que había crecido todo se veía diferente. Lentamente recorrió la extensión de su antigua habitación mientras su mente se llenaba de recuerdos, en las paredes colgaban en costosos marcos las fotos que se habían tomado juntas durante los años de su infancia, en un escritorio se encontraba una carpeta que lentamente ojeó para ver los dibujos de los diversos diseños de trajes de batalla que había confeccionado para su amiga cuando se había convertido en Card Captor. Tantos recuerdos. Luego se dirigió a su cama y se sentó pensando en lo que le había dicho su madre acerca de lo pasado en la ciudad durante su ausencia.
"No puedo creer lo que me dices mamá."
"Pero es cierto Tomoyo. Un día simplemente desapreció y nadie ha sabido de ella."
"Pero es que no puede ser. Sakura nunca haría algo así, debe haber alguna equivocación."
"Ojalá así fuera, pero no lo es. El mismo Fujitaka vino aquí preguntado por su hija y ahí fue cuando me enteré."
"Es muy extraño."
"Lo sé. Lo único que te puedo decir es que una semana antes ella vino aquí preguntándote. Se le veía triste y ojerosa como si no hubiera dormido, también se veía angustiada y cuando le dije que tu te habías ido hacía meses y que me habías dicho expresamente no decir a nadie sobre tu paradero rompió en llanto. Fue algo tan triste verla así y cuando le pregunté que le pasaba solo me dijo -"no la merezco"- y después de eso salió corriendo y no la volví a ver hasta el día antes de su desaparición. Realmente no se veía bien, mucho peor que cuando vino buscándote, parecía como si sufriera alguna enfermedad terminal."
Tomoyo se puso de pie y se dirigió al cuarto de video donde ella guardaba todas las películas que había grabado. Tomó una de las cintas de un estante y la puso en el reproductor. Se sentó en el sillón de aquel pequeño cinema y echó andar la película. En la pantalla se mostraba a una muchacha de unos 11 años de corto cabello castaño y ojos verdes en un traje azul, un gran sombrero y espada al cinto. Era la película que había grabado cuando Sakura había hecho de príncipe en la obra de "La Bella Durmiente Del Bosque". La pequeña Sakura se veía tal alegre y tal llena de energía, que Tomoyo aún no podía creer que su mejor amiga le hubiera pasado aquello que le contaba su madre. La película siguió hasta que llegó la escena donde Sakura debía despertar a la "princesa", que no era ni nada menos que Shaoran, con un beso. 'Shaoran' pensó la joven de ojos azules, él era novio de Sakura, tal vez él sabía donde estaba ella o tal vez sabía que había pasado. Por un momento pensó en llamar pero no lo creyó prudente, ya que si Sakura estaba con él no sería correcto aparecerse así no más. Ya casi al terminar la película donde Sakura abrazaba a un avergonzado Shaoran, apareció Meilyn en escena para separar a la pareja. ¡Eso es... Meilyn! Aún poseía su dirección de electrónica de la joven china y podía preguntar por su amiga en secreto.
Salió del cuarto de video y se dirigió a su portátil que descansaba en el escritorio. Una vez estuvo conectada procedió a escribir el correo:
Mi querida amiga Meilyn:
Hace mucho que no te escribo amiga. Se que he sido una desconsiderada y tal vez ni si quiera te acuerdes de mi. Si, soy yo. . . Tomoyo Daidouji, hay muchas cosas que debo contarte y que he estado haciendo todo este tiempo pero en este momento hay algo más urgente que atender. Quisiera saber si Sakura se encuentra allá con Shaoran. Si es así por favor no vayas a decir que les estoy preguntando, creo que sería vergonzoso. Pero si no se encuentra me ayudaría saber cualquier cosa que sepas sobre el paradero de Sakura. Estoy muy preocupada por ella. Espero tu pronta respuesta, y una vez más disculpa por haberme perdido todo estos años.
Con Cariño, Tomoyo Daidouji.
Una vez terminado de enviar el correo, apagó el portátil y se dirigió a su cama. Estaba muy cansada por el viaje y deseaba dormir. Así que se cambió a su ropa de dormir, apagó la luz y se acostó en la cama cubriéndose con las frazadas. Su último pensamiento antes de quedarse dormida se lo dedicó a Sakura.
**************************
Un timbre se hizo sonar en la enorme residencia. La ocupante de la casa rápidamente se dirigió a abrir la puerta a atender el invitado.
"Muy buenas tardes, amiga." Dijo la recién llegada.
"Que agradable sorpresa. Pero por favor pasa Christina."
La joven de cabello castaño rojizo y ojos azules entró tras la invitación de su amiga.
"Hubiera querido venir antes, pero me han tenido acosada desde que llegué."
"No hace falta que te disculpes. Se lo agotador que puede llegar a ser este trabajo."
"¿Y la señorita Daidouji?"
"Ella no se encuentra, salió de viaje." Exclamó la hermosa rubia.
"¿En serio? Que pena, quería venir a darle las gracias en persona. ¿y adonde fue?"
"Regresó a Japón."
Christina Stoker era una joven alta y delgada, con un cuerpo muy hermoso y con finas curvas, después de todo era modelo. Su cabello era de un tono castaño rojizo que unido a sus ojos azules y tez blanca era realmente una belleza.
"¿Y cuando regresa?"
"No lo se. Estoy esperando una llamada de ella para poder ir a visitarla."
"¿La extrañas?"
"Como no tienes idea. Se fue solo ayer y siento un gran vacío dentro de mi."
"¿Así que la amas?"
"Creí que eso ya lo sabías. . . Con toda el alma."
Christina sonrió al ver ese brillo en los ojos de la hermosa Katrina. Desde que la rubia conoció a Tomoyo hace 2 años ya no era la misma. No podía hacer nada sin que Tomoyo estuviera cerca, y se deprimía mucho cuando ella salía de viaje. Christina había conocido a Katrina en un programa de intercambio hacía 4 años en una escuela en Moscú y realmente ver a su amiga junto con la bella Tomoyo era algo especial. Puede que fueran mujeres pero eso no era algo que la molestara. Christina conocía los pormenores de aquella relación, oficialmente solo eran amigas y socias, extraoficialmente eran un poco más que amigas pero sin llegar a ser novias. ¿La razón? Pues los sentimientos de Tomoyo por alguien más. Eso era algo que había quedado muy claro para Katrina cuando le confesó sus sentimientos a la oriental. Pero Tomoyo sabía lo doloroso que era querer y no ser correspondido, así que se fue a vivir con la rusa a San Peterburgo. Después de todo no era que le desagradaba del todo la idea de vivir con ella, al menos se sentía amada y a su manera trataba de corresponderle pero sin llegar nunca a algo serio.
"¿Te molestaría si te acompaño hasta que Daidouji te llamé?"
"Claro que no. Será bueno tener compañía. Muchas gracias."
"Para eso están las amigas."
**************************
Lentamente caía la noche en la ciudad, las luces comenzaban a encenderse y la gran torre parecía cubrirse de oro. Era una torre en forma de pirámide cuadrangular de caras cóncavas, hecha totalmente de hierro ubicada a un lado del Sena, en el centro de la ciudad luz, París. En la cima de la torre habían dos sombras que miraban desde su particular posición la ciudad bajo sus pies.
"Hermosa, ¿No te parece?" Dijo una de las sombras, que tenía voz de hombre.
"Si que lo que es mi señor." Respondió una voz de mujer.
"Que noticias me traes."
"Encontré a dos de las virtudes."
"¿La que buscamos?"
"No mi señor."
"Deberías destruirlos antes de que nos causen problemas. Pero sabes cual es prioridad."
"Será difícil, son dos y tienen un gran poder."
"¿Acaso necesitas ayuda?"
La mujer sonrío siniestramente antes de contestar.
"También me encontré con uno de los siente."
"Vaya sorpresa. Es perfecto."
"Su poder aún no despierta. Pero ya tengo un plan para que emerja y deshacerme de las virtudes de paso."
"Confío en que lo harás, Kassandra."
La sombra masculina se quedó de pie un momento en silencio mientras observaba la ciudad. El hombre de apariencia joven, cabello negro y ojos marrones, vistiendo una gran gabardina negra sonreía burlona y siniestramente cuando exclamó.
"No saben lo que les espera."
"¿Y donde será la lucha?"
"En la tierra del sol naciente. Me parece un lugar perfecto para el nuevo día lleno de maldad y obscuridad que ha de cubrir al mundo."
La sombra de la mujer que hasta entonces había estado de rodillas detrás de aquel hombre se puso de pie y colocándose a un lado preguntó.
"¿Y tu que harás Ricardo?"
"Encontré a uno de los 7 en Barcelona, España."
La mujer sonrió maliciosamente, dando un paso más cerca de su acompañante. Se puso al frente de él y rodeó su cuello con sus brazos.
"Ya que sales de viaje deberíamos aprovechar que estamos en la ciudad del amor." Dijo la mujer con voz llena de deseo.
Y sin dejar responder a su acompañante sus labios se encontraron fundiéndose en un apasionado beso mientras él rodeaba la cintura de Kassandra con sus brazos. Pero no era un beso de amor era un beso de lujuria desenfrenada. En ese instante una sombra formada por murciélagos rodeó a la pareja, cuando se hubo disipado habían desaparecido.
**************************
"Vamos Kerberos. Dilo."
"¿Decir qué?"
Respondió la Bestia Del Sello mientras se llenaba la boca de galletas.
"Pues que será. Lo de Sakura." Pidió amablemente Spinnel a su colega.
"Si, no seas malito. Dilo, dilo." Suplicó a su vez Nakuru.
"¿Y que les hace pensar que yo se algo?" respondió Kerberos mientras seguía comiendo dulces con toda tranquilidad.
"No te hagas tonto. Nosotros somos guardianes también." Exclamó Spinnel.
"Así es. Los guardianes conocen todos los secretos de su amo."
"Bueno, también deben saber que esos secretos no se pueden contar como si fuera chisme de peluquería." Dijo el Guardián de Las Cartas, antes de volver a llenarse la boca de galletas.
"Él tiene razón. Será mejor que lo dejen en paz."
"¿Por qué Eriol? ¿Es que acaso no te preocupa Sakura?" exclamó Nakuru.
"Claro que me preocupa. Pero si ella considera que no es correcto informarnos será mejor dejarlo así."
La reencarnación de Clow aún no descubría nada sobre lo que atormentaba a la Maestra de Cartas. Los cambios de humor de su amiga habían desaparecido tan rápido como se habían presentado, estaba de nuevo "normal".
"Bueno. ¿Y que esta haciendo ella sola en el jardín?" Preguntó Spinnel.
"Dibuja." Exclamó el inglés.
Eriol, Spinnel, Kerberos y Nakuru se encontraban en la terraza que daba hacia el jardín. Desde allí podían ver a Sakura sentada aun lado de la fuente, con papel en mano, iluminada con la suave luz proveniente de la mansión y la luna. La hechicera se encontraba concentrada en su actividad cuando una sombra la cubrió.
"Hola Yue. ¿Averiguaste algo?" mientras continuaba sin perturbarse ante aquella presencia.
"¿Cómo sabes que estaba averiguando algo?" Preguntó el antiguo Juez de las Cartas Clow, impasible como siempre.
"Soy la Maestra de las Cartas Sakura, ¿Recuerdas? No puedes esconderme nada." Respondió Sakura con la misma fría actitud. "Entonces que fue, ¿es acaso sobre las energías obscuras?"
"¿También las has sentido, mi señora?"
"Así es. Pero no creí que fuera para preocuparse, pero si a ti te preocupa debe ser algo serio."
"Estas energías obscuras parecen estarse reuniendo y provienen de todos los puntos del globo. Creo que algo serio esta apunto de pasar. Desafortunadamente no pude averiguar mucho sobre que es o quienes son."
"Debemos estar preparados. Es posible que tengamos que luchar."
"¿Crees que Clow lo sabe?"
"No tengo dudas sobre eso. Pero tu sabes como es él. Demasiado despreocupado. Casi podía jurar que sabe algo que nosotros no."
Ambos miraron en la dirección donde se encontraba Eriol. Éste al notar que lo miraban solo sonrió.
"¿Ves? Te lo dije."
"¿Y por qué no le pregunta mi señora?"
"Porque se aprovechará de eso para hacerme hablar. No tenemos que impacientarnos, tarde o temprano tendremos que afrontar esos eventos y él tendrá que informarnos."
Hubo un minuto de silencio mientras Sakura continuaba con su dibujo. Una vez hubo terminado se volvió hacia el Juez y preguntó.
"¿Qué tal? ¿Te gusta?"
"Es muy hermoso." Yue dudó un poco antes de continuar. "¿qué piensas hacer al respecto?"
"Nada. No merezco nada que esta persona me pueda ofrecer."
"Tal vez deberías dejar que esa persona decidiera."
Una única lágrima se dejó caer de los ojos verdes de la oriental y que cayó sobre los brillantes ojos azules plasmados en aquel dibujo.
"¿Han notado lo mucho que se parecen esos dos?" Dijo la identidad falsa de RubyMoon.
"Lo sé. Pero uno puede saber lo que Yue piensa con mirarlo a los ojos. Sin embargo Sakura. . ."
Eriol no terminó la frase. Pero era más que obvio lo que intentaba decir, los ojos de Sakura ya no eran tan expresivos como antes, es más, no parecían tener ninguna chispa de vida. Tal vez el día de la fiesta podría averiguar algo, era una buena oportunidad.
**************************
Todo era exactamente igual, pero al mismo tiempo era diferente. Todos aquellos lugares a donde solían ir estaban allí, como si estuvieran congelados en el tiempo, esperándolas. Caminó lentamente mirando cada uno de los lugares y sin darse cuenta se adentró en un parque y se encontró de frente con un gran pingüino. 'El Rey Pingüino' pensó la joven, mientras se sentaba en uno de los columpios cercanos. Se mecía levemente mientras su mente divagaba al pasado sobre todo lo que significó ese lugar y todo lo que habían vivido cuando su inseparable amiga se convirtió en una Card Captor y posteriormente en la Maestra de las Cartas.
Se sentía terriblemente mal y muy culpable. Había dejado el país pensando que había dejado a su amiga en las mejores manos y ahora se venía a enterar que cuando más le había necesitado no había estado allí, que le había fallado.
"Creí que habías encontrado la felicidad."
Se dijo Tomoyo a si misma, mientras trataba de contener sus lágrimas que comenzaron a llenar sus ojos. Nadie sabía nada sobre lo que había pasado con Sakura. Había regresado al Japón pensando en sentirse mejor y menguar su dolor, pero la realidad había sido mucho peor.
"¿Tomoyo?"
Una voz la sacó de sus pensamientos, era una voz de mujer pero extrañamente familiar. Alzó la mirada para ver de quien se trataba, su visión estaba nublada y no puedo ver a la persona que la llamaba.
"¡¡Tomoyo, eres tú!!"
Por un momento pareció reconocer aquella voz, y solo atinó a decir.
"¿Rika?"
"Sí amiga, soy yo. Que gusto verte, hace tanto tiempo."
Rika Sasaki, una de las mejores amigas de Tomoyo y Sakura en su infancia, había dejado de ser una pequeña para convertirse en todo una dama. Su cabellos rojizos caían levemente hasta sus hombros, un poco más largos que cuando era niña y sus ojos aún expresaban esa madurez de siempre. Tenía un vestido sastre muy elegante de chaqueta y falda corta de color rojo hacían ver a Rika como una gran empresaria. Ella junto a Tomoyo eran las más elegantes del grupo y con toda razón.
Tomoyo al verla sintió una gran emoción y una luz de esperanza comenzó a crecer en su corazón, tal vez su amiga podía darle más información sobre lo que había pasado con Sakura.
¿Cuándo llegaste?"
"Ayer."
Ambas amigas conversaban mientras se tomaban un café en una de las tantas tiendas en el centro comercial de Tomoeda.
"Te ha ido muy bien. He leído mucho de ti en las revistas de moda."
"Afortunadamente amiga. Aunque al principio no fue fácil, lo más difícil es el choque de culturas."
"¿En que lugares has estado?"
"Estuve en New Tork, Liverpol, Milán, Roma, París, Barcelona, Berlín, Buenos Aires, Medellín, Moscú. En estos momentos vivo en San Peterburgo."
"Vaya que si has viajado. A mi me gustaría conocer a todos eso lugares."
"A mi también. He estado en todos esos lugares pero no los conozco ya que solo estoy los dos o tres días que duran los desfiles de moda. No he tenido tiempo de hacer turismo." Le respondió Tomoyo con su sonrisa.
"¿Y que te trae a Tomoeda?"
"El pasado."
"Es curioso. A mi también."
"¿Que quieres decir?"
"Es que me dio nostalgia al recordar mi niñez, que me tome un día para visitar los lugares donde crecí." Decía Rika con mucha felicidad.
"¿No vives acá?"
"No, vivo en Tokyo."
Rika le mostró la mano derecha a Tomoyo, quien puso apreciar un anillo de diamantes que adornaba su mano.
"¿Te casaste?"
"Así es." Respondió la pelirroja con una gran sonrisa. "Ahora soy Rika Terada."
"¿Te casaste con Terada-sensei?"
"Si. Nos casamos hace 1 año."
"Felicidades Rika. Me alegro por ti."
"Gracias. Y tu que me dices, de seguro de que al menos estás comprometida."
"No. Ni si quiera tengo novio."
"No te creo. Debes tener a alguien."
"Bueno, pues vivo con una chica en San Peterburgo."
Rika dudó un momento, no estaba segura de que era lo que acababa de escuchar. Acaso Tomoyo dijo 'una chica'"
"Tomoyo, no sabia que tenías esos. . . 'gustos'"
Tomoyo no pudo contener su risa ante la expresión de su amiga.
"Solo vivo con ella. Pero no somos pareja. Aunque no te voy a negar que eso es lo que quiere ella."
"¿Y a ti no te molesta?"
"Para nada. Es agradable, y es bueno tener compañía y a alguien que te quiera. Además es mi asociada."
"¿Asociada? ¿Te refieres a Katrina Romanov?" exclamó con sorpresa.
"Así es. Que bien enterada estas." Dijo Tomoyo con una gran sonrisa.
"Pero si esas no son tus inclinaciones. Me parece increíble que alguien tan hermosa y exitosa como tu aún no tenga a nadie."
"En el mundo de la fama hay que tener cuidado con quien te relacionas. No se sabe cuando aparece uno de esos que solo están detrás de tu dinero." Calló un momento antes de continuar. "Además ya estoy enamorada."
"¿En serio?" Pensó un momento antes de continuar. "¿Es de quien yo creo?"
Tomoyo parecía sorprendida. ¿acaso su amiga de la infancia sabía algo?. No puede ser, nunca le había dicho a nadie. La única que sabía era su madre, como podía ser.
"¿A. . . A quien. . . te refieres?" Dijo Tomoyo con voz nerviosa.
Rika sonrió. Al parecer sus sospechas eran las correctas.
**************************
Estaba sentada al borde de su cama, observando aquel libro sin nombre. Tenía una pluma en mano, una pluma de cisne blanca y que irradiaba una luz azul.
"No se me ocurre nada." Exclamó la joven de ojos verdes.
"Pero que tan difícil puede ser. Por qué no le pones tu nombre."
"Por que no me aparece apropiado. Además ya existe uno con mi nombre y quiero que este libro tenga más que un nombre. . . un sentimiento."
"Es mejor que te des prisa. Ese libro me pone los nervios de punta."
Era la Bestia de Ojos Dorados que exclamaba aquella inquietud. Sakura miraba el libro con detenimiento pensando cual podría ser el nombre más apropiado que debía tener. Llevaba más de un año que aquel juego de cartas y sus guardianes habían sido creados, pero aún no tenían un nombre y por tanto no tenían dueño.
"Es mejor no apresurarlo. Estas cartas no son como las otras y podrían salirse de control si el nombre que les pones no esta en armonía con su creadora."
"Tienes razón, es mejor no apresurarlo. Pero entiendo la preocupación de Eriol acerca de esto." Pensó un momento antes de continuar "Yue, tu te encargarás de cuidar el libro mientras."
"Heyy!! ¿por qué no yo?" dijo molesto el pequeño muñeco amarillo.
"Porque Yue es más serio que tu Kerberos. Además tu trabajo es protegerme a mi."
Yue asintió no muy convencido, ya que su trabajo era cuidar de su ama. Pero si el libro caía en manos equivocadas la vida de Sakura podría correr un gran peligro, así que indirectamente la estaba protegiendo a ella.
"Bueno, esta noche ya no podré hacer esto. Será mejor que duerma, mañana empiezan los exámenes finales y es mejor que esté descansada."
La pluma se desvaneció de sus manos y luego se acostó en la cama y se cubrió con las frazadas.
"Buenas noches Kerberos. Buenas Noches Yue."
"Buenas noches Sakurita."
"Buenas noches mi ama."
Antes de cerrar los ojos, la Maestra de Cartas fijó su mirada a la muñeca de ángel y susurró.
"Espero que estés bien."
**************************
"Calma, Tomoyo. No llores más."
Rika trataba de consolar a su amiga. Definitivamente el confrontar a Tomoyo con sus sentimientos le había caído como un baldado de agua fría.
"¿Hace cuanto lo sabes?"
"Lo sospechaba desde que éramos niñas, pero no estaba muy segura." Se tomó un segundo antes de continuar. "Pero cuando nos encontramos en el parque, te veías triste, igual que hace 6 años y junto con lo que me dijiste hace un momento, la sospecha se hizo certeza."
"¿No me odias?"
"Claro que no. Eres mi amiga. Además uno no decide de quien enamorarse simplemente sucede."
"¿Lo sabe alguien más?"
"Todos. Naoko, Chiharu e inclusive Yamasaki teníamos nuestras sospechas. Siempre nos preguntábamos cuando te le ibas a declarar."
Rika miraba a su amiga con pena. La amable Tomoyo Daidouji no merecía sufrir de esa manera y verla así le rompía el corazón.
"Por eso fue que te fuiste, ¿verdad?" Preguntó la Rika.
"Así es. Lo único que quería es que fuera feliz pero sabía que no sería conmigo, así que me fui porque ya no me necesitaba, tenía a alguien más que la protegería y la ayudaría mejor de lo que yo lo había hecho. Me fui porque quería empezar de nuevo, buscar una nueva vida lejos, muy lejos pero su recuerdo siempre estaba ahí y no puede, no puede. . ."
Otra vez Tomoyo rompió en llanto, el solo recuerdo de su amor la hacía sufrir terriblemente. Y Rika en un intento de calmar a su amiga le propuso un plan.
"Tomoyo, ¿no te gustaría ver a los demás?"
"¿A los demás?" respondió aún con lágrimas cayendo de sus ojos azules.
"Si. A Chiharu y Yamasaki."
"¿Sabes en donde están?"
"Claro!!. . . Perdón es que no te había dicho, mi marido es el Director Principal de la Universidad de Tokyo, Chiharu y Yamasaki estudian allá. De seguro que les dará gusto verte."
Esta noticia pareció reconfortar a la joven diseñadora y limpiándose las lágrimas recobró su linda sonrisa y a Rika le dio gusto ver que su amiga se sentía mejor.
Notas de la autora: Como lo prometí, cada vez salen más y más largos. Ahí me disculparán, por que la parecer provoco más dudas que respuestas ¿quiénes son los siete? ¿y las virtudes? ^^. ¿ya tienen idea de lo que le pasa a Sakura? Si es así, felicitaciones. Si no, pues tendrán que esperar bastante. Supongo que muchos también se preguntan ¿y que pasó con Shaoran? Calma, calma esperen que esto se compone. Jijijiji... no tenía pensado meter en este fic ni a Rika, Naoko, Chiharu o Yamasaki pero esto me da pie para entretener a Tomoyo en Japón antes que. . . Se que les gustaría ver más escenas de humor, pero con la condición de nuestros personajes no hay mucho espacio para ello, tal vez cuando se reúnan. . . También me querrán matar por la aparición tan breve de Touya y Yukito, pero al menos ya saben en donde están. No se puede tener todo en la vida... o si?
Me encantaría que me escribieran dando su opinión al respecto o críticas pero que sean constructivas a johanna_kat@yahoo.com o a jkattyj@hotmail.com
Copyright!!! Los personajes que conozcan son por supuesto de Card Captor Sakura y son creación de CLAMP, Kodansha, etc. Lo demás son de mi propia creación al igual que la historia es original mía, cualquier parecido con cualquier otro fic es pura coincidencia o simplemente que me influencie por ello.
Un muchacho alto, de cabello negro cargaba una gran caja mientras luchaba con la puerta para poder entrar en el departamento.
"¡¡¡Heyyy!!! ¡Yuki! ¿Podrías darme una mano?"
"Te dije que no trajeras todo de una vez. Déjame te sostengo puerta."
"Gracias Yuki. Pero tengo que darme prisa, quiero tener todo en orden antes de la noche. Mañana empiezo el trabajo y luego no tendré tiempo para organizarlas."
"Pero deberías tomarlo con calma."
Eran las palabras del joven Yukito Stukishiro, quien estaba ayudando a su mejor amigo Touya Kinomoto a instalarse en un departamento en Tokyo. Ahora Touya, con 26 años era un ingeniero civil que trabajaba en una prestigiosa firma de construcción y que hacía poco había sido contratado, se había mudado de su anterior departamento en Kyoto donde estudió para ejercer en la capital del país. Físicamente Touya no había cambiado mucho, con su cabello negro y ojos cafés, además de su carácter poco delicado aún era el delirio de las mujeres que suspiraban ante su presencia. Por su lado el joven Yukito, también con 26 años, aún tenía su cabello corto de un color gris y esa amable sonrisa que rompía con cualquier tensión y tal popular con las chicas como su compañero.
"Me gustaría quedarme a ayudar. Pero tengo que preparar la clase de mañana y también tengo una cita con Umi esta noche."
"Definitivamente se debe tener tu paciencia para soportar a tanto mocoso. No entiendo por no enseñas en una secundaria, creo que sería más cómodo."
"Porque me gustan los niños." Exclamó Yukito con una sonrisa. "Además ellos me recuerdan a la pequeña Sakura."
A Touya no le gustó para nada al oír mencionar a su hermana, un frío recorrió su espalda y dejo caer unos libros que tenía en la mano.
"Lo siento Touya, no quería traerte algún mal recuerdo."
"Esta bien Yuki. Es solo que la extraño mucho y quisiera saber en donde está y si esta bien."
"Sakura es una chica fuerte, de seguro está bien."
"Tienes razón Yuki, después de todo es un monstruo. Pero cambiando de tema. . . ¿cómo andan las cosas con Umi?"
El aludido sonrío abiertamente, se le veía realmente contento. Metió una mano en los bolsillos de su pantalón como si buscase algo, luego sacó una pequeña caja que abrió y mostró a su amigo.
"Vaya Yuki, parece que la cosa va en serio."
"La verdad me hubiera gustado hacerlo hace tiempo pero aún no tenía el dinero necesario para comprarlo."
"Te deseo la mejor de las suertes."
"Gracias Touya. Pero dime, ¿cuando te piensas poner serio y asentar cabeza tu también?"
"No me preguntes eso Yuki. Más bien vete que se te hacer tarde." Dijo el hermano de Sakura con cierta molestia en su voz.
"Tienes razón. Adiós Touya espero verte este fin de semana."
Acto seguido el joven Tsukishiro abandonó el apartamento, mientras Touya seguía organizando sus objetos personales lo cual le tomó hasta bien entrada la noche. Una vez hubo terminado se sentó en una de las sillas de la sala, agotado por el trajín de la tarde. Su rostro reflejaba tristeza, el comentario de su amigo Yukito le había traído el recuerdo de su pequeña hermanita, hacía 5 años que literalmente había desaparecido, solo podía pensar que se había escapado pero a donde y con quien, ya que ninguna de sus pertenencias faltaba a excepción del felpudo ese del guardián, una muñeca y un oso de peluche, ni siquiera se había llevado algo de ropa o alguna otra cosa. Pero lo que más le inquietaba y le molestaba es que ni siquiera tuvo la cortesía de despedirse, dejar alguna carta o algo, simplemente se fue. La única pista que tenía era que tal vez se había fugado con el mocoso ese a China, puesto que se marchó de Japón el mismo día que su hermana desapareció, pero eso no era poco probable porque sabía que Sakura había terminado con Shaoran una semana antes y sería muy raro que se hubiera ido con él.
Aún con esos pensamientos en mente se levantó y se acercó a una de las ventanas de aquel departamento, una hermosa luna llena iluminaba la ciudad y mirándola hipnotizado susurró.
"Sakura."
A miles de kilómetros de allí en una ciudad cubierta por la niebla, en un salón de clases. La pequeña Sakura Kinomoto se encontraba estudiando, prestando mucha atención al docente que impartía la clase.
**************************
La habitación se encontraba tal y como la había dejado, solo que parecía más pequeña de lo que recordaba. Después de todo los años no pasan en vano y ahora que había crecido todo se veía diferente. Lentamente recorrió la extensión de su antigua habitación mientras su mente se llenaba de recuerdos, en las paredes colgaban en costosos marcos las fotos que se habían tomado juntas durante los años de su infancia, en un escritorio se encontraba una carpeta que lentamente ojeó para ver los dibujos de los diversos diseños de trajes de batalla que había confeccionado para su amiga cuando se había convertido en Card Captor. Tantos recuerdos. Luego se dirigió a su cama y se sentó pensando en lo que le había dicho su madre acerca de lo pasado en la ciudad durante su ausencia.
"No puedo creer lo que me dices mamá."
"Pero es cierto Tomoyo. Un día simplemente desapreció y nadie ha sabido de ella."
"Pero es que no puede ser. Sakura nunca haría algo así, debe haber alguna equivocación."
"Ojalá así fuera, pero no lo es. El mismo Fujitaka vino aquí preguntado por su hija y ahí fue cuando me enteré."
"Es muy extraño."
"Lo sé. Lo único que te puedo decir es que una semana antes ella vino aquí preguntándote. Se le veía triste y ojerosa como si no hubiera dormido, también se veía angustiada y cuando le dije que tu te habías ido hacía meses y que me habías dicho expresamente no decir a nadie sobre tu paradero rompió en llanto. Fue algo tan triste verla así y cuando le pregunté que le pasaba solo me dijo -"no la merezco"- y después de eso salió corriendo y no la volví a ver hasta el día antes de su desaparición. Realmente no se veía bien, mucho peor que cuando vino buscándote, parecía como si sufriera alguna enfermedad terminal."
Tomoyo se puso de pie y se dirigió al cuarto de video donde ella guardaba todas las películas que había grabado. Tomó una de las cintas de un estante y la puso en el reproductor. Se sentó en el sillón de aquel pequeño cinema y echó andar la película. En la pantalla se mostraba a una muchacha de unos 11 años de corto cabello castaño y ojos verdes en un traje azul, un gran sombrero y espada al cinto. Era la película que había grabado cuando Sakura había hecho de príncipe en la obra de "La Bella Durmiente Del Bosque". La pequeña Sakura se veía tal alegre y tal llena de energía, que Tomoyo aún no podía creer que su mejor amiga le hubiera pasado aquello que le contaba su madre. La película siguió hasta que llegó la escena donde Sakura debía despertar a la "princesa", que no era ni nada menos que Shaoran, con un beso. 'Shaoran' pensó la joven de ojos azules, él era novio de Sakura, tal vez él sabía donde estaba ella o tal vez sabía que había pasado. Por un momento pensó en llamar pero no lo creyó prudente, ya que si Sakura estaba con él no sería correcto aparecerse así no más. Ya casi al terminar la película donde Sakura abrazaba a un avergonzado Shaoran, apareció Meilyn en escena para separar a la pareja. ¡Eso es... Meilyn! Aún poseía su dirección de electrónica de la joven china y podía preguntar por su amiga en secreto.
Salió del cuarto de video y se dirigió a su portátil que descansaba en el escritorio. Una vez estuvo conectada procedió a escribir el correo:
Mi querida amiga Meilyn:
Hace mucho que no te escribo amiga. Se que he sido una desconsiderada y tal vez ni si quiera te acuerdes de mi. Si, soy yo. . . Tomoyo Daidouji, hay muchas cosas que debo contarte y que he estado haciendo todo este tiempo pero en este momento hay algo más urgente que atender. Quisiera saber si Sakura se encuentra allá con Shaoran. Si es así por favor no vayas a decir que les estoy preguntando, creo que sería vergonzoso. Pero si no se encuentra me ayudaría saber cualquier cosa que sepas sobre el paradero de Sakura. Estoy muy preocupada por ella. Espero tu pronta respuesta, y una vez más disculpa por haberme perdido todo estos años.
Con Cariño, Tomoyo Daidouji.
Una vez terminado de enviar el correo, apagó el portátil y se dirigió a su cama. Estaba muy cansada por el viaje y deseaba dormir. Así que se cambió a su ropa de dormir, apagó la luz y se acostó en la cama cubriéndose con las frazadas. Su último pensamiento antes de quedarse dormida se lo dedicó a Sakura.
**************************
Un timbre se hizo sonar en la enorme residencia. La ocupante de la casa rápidamente se dirigió a abrir la puerta a atender el invitado.
"Muy buenas tardes, amiga." Dijo la recién llegada.
"Que agradable sorpresa. Pero por favor pasa Christina."
La joven de cabello castaño rojizo y ojos azules entró tras la invitación de su amiga.
"Hubiera querido venir antes, pero me han tenido acosada desde que llegué."
"No hace falta que te disculpes. Se lo agotador que puede llegar a ser este trabajo."
"¿Y la señorita Daidouji?"
"Ella no se encuentra, salió de viaje." Exclamó la hermosa rubia.
"¿En serio? Que pena, quería venir a darle las gracias en persona. ¿y adonde fue?"
"Regresó a Japón."
Christina Stoker era una joven alta y delgada, con un cuerpo muy hermoso y con finas curvas, después de todo era modelo. Su cabello era de un tono castaño rojizo que unido a sus ojos azules y tez blanca era realmente una belleza.
"¿Y cuando regresa?"
"No lo se. Estoy esperando una llamada de ella para poder ir a visitarla."
"¿La extrañas?"
"Como no tienes idea. Se fue solo ayer y siento un gran vacío dentro de mi."
"¿Así que la amas?"
"Creí que eso ya lo sabías. . . Con toda el alma."
Christina sonrió al ver ese brillo en los ojos de la hermosa Katrina. Desde que la rubia conoció a Tomoyo hace 2 años ya no era la misma. No podía hacer nada sin que Tomoyo estuviera cerca, y se deprimía mucho cuando ella salía de viaje. Christina había conocido a Katrina en un programa de intercambio hacía 4 años en una escuela en Moscú y realmente ver a su amiga junto con la bella Tomoyo era algo especial. Puede que fueran mujeres pero eso no era algo que la molestara. Christina conocía los pormenores de aquella relación, oficialmente solo eran amigas y socias, extraoficialmente eran un poco más que amigas pero sin llegar a ser novias. ¿La razón? Pues los sentimientos de Tomoyo por alguien más. Eso era algo que había quedado muy claro para Katrina cuando le confesó sus sentimientos a la oriental. Pero Tomoyo sabía lo doloroso que era querer y no ser correspondido, así que se fue a vivir con la rusa a San Peterburgo. Después de todo no era que le desagradaba del todo la idea de vivir con ella, al menos se sentía amada y a su manera trataba de corresponderle pero sin llegar nunca a algo serio.
"¿Te molestaría si te acompaño hasta que Daidouji te llamé?"
"Claro que no. Será bueno tener compañía. Muchas gracias."
"Para eso están las amigas."
**************************
Lentamente caía la noche en la ciudad, las luces comenzaban a encenderse y la gran torre parecía cubrirse de oro. Era una torre en forma de pirámide cuadrangular de caras cóncavas, hecha totalmente de hierro ubicada a un lado del Sena, en el centro de la ciudad luz, París. En la cima de la torre habían dos sombras que miraban desde su particular posición la ciudad bajo sus pies.
"Hermosa, ¿No te parece?" Dijo una de las sombras, que tenía voz de hombre.
"Si que lo que es mi señor." Respondió una voz de mujer.
"Que noticias me traes."
"Encontré a dos de las virtudes."
"¿La que buscamos?"
"No mi señor."
"Deberías destruirlos antes de que nos causen problemas. Pero sabes cual es prioridad."
"Será difícil, son dos y tienen un gran poder."
"¿Acaso necesitas ayuda?"
La mujer sonrío siniestramente antes de contestar.
"También me encontré con uno de los siente."
"Vaya sorpresa. Es perfecto."
"Su poder aún no despierta. Pero ya tengo un plan para que emerja y deshacerme de las virtudes de paso."
"Confío en que lo harás, Kassandra."
La sombra masculina se quedó de pie un momento en silencio mientras observaba la ciudad. El hombre de apariencia joven, cabello negro y ojos marrones, vistiendo una gran gabardina negra sonreía burlona y siniestramente cuando exclamó.
"No saben lo que les espera."
"¿Y donde será la lucha?"
"En la tierra del sol naciente. Me parece un lugar perfecto para el nuevo día lleno de maldad y obscuridad que ha de cubrir al mundo."
La sombra de la mujer que hasta entonces había estado de rodillas detrás de aquel hombre se puso de pie y colocándose a un lado preguntó.
"¿Y tu que harás Ricardo?"
"Encontré a uno de los 7 en Barcelona, España."
La mujer sonrió maliciosamente, dando un paso más cerca de su acompañante. Se puso al frente de él y rodeó su cuello con sus brazos.
"Ya que sales de viaje deberíamos aprovechar que estamos en la ciudad del amor." Dijo la mujer con voz llena de deseo.
Y sin dejar responder a su acompañante sus labios se encontraron fundiéndose en un apasionado beso mientras él rodeaba la cintura de Kassandra con sus brazos. Pero no era un beso de amor era un beso de lujuria desenfrenada. En ese instante una sombra formada por murciélagos rodeó a la pareja, cuando se hubo disipado habían desaparecido.
**************************
"Vamos Kerberos. Dilo."
"¿Decir qué?"
Respondió la Bestia Del Sello mientras se llenaba la boca de galletas.
"Pues que será. Lo de Sakura." Pidió amablemente Spinnel a su colega.
"Si, no seas malito. Dilo, dilo." Suplicó a su vez Nakuru.
"¿Y que les hace pensar que yo se algo?" respondió Kerberos mientras seguía comiendo dulces con toda tranquilidad.
"No te hagas tonto. Nosotros somos guardianes también." Exclamó Spinnel.
"Así es. Los guardianes conocen todos los secretos de su amo."
"Bueno, también deben saber que esos secretos no se pueden contar como si fuera chisme de peluquería." Dijo el Guardián de Las Cartas, antes de volver a llenarse la boca de galletas.
"Él tiene razón. Será mejor que lo dejen en paz."
"¿Por qué Eriol? ¿Es que acaso no te preocupa Sakura?" exclamó Nakuru.
"Claro que me preocupa. Pero si ella considera que no es correcto informarnos será mejor dejarlo así."
La reencarnación de Clow aún no descubría nada sobre lo que atormentaba a la Maestra de Cartas. Los cambios de humor de su amiga habían desaparecido tan rápido como se habían presentado, estaba de nuevo "normal".
"Bueno. ¿Y que esta haciendo ella sola en el jardín?" Preguntó Spinnel.
"Dibuja." Exclamó el inglés.
Eriol, Spinnel, Kerberos y Nakuru se encontraban en la terraza que daba hacia el jardín. Desde allí podían ver a Sakura sentada aun lado de la fuente, con papel en mano, iluminada con la suave luz proveniente de la mansión y la luna. La hechicera se encontraba concentrada en su actividad cuando una sombra la cubrió.
"Hola Yue. ¿Averiguaste algo?" mientras continuaba sin perturbarse ante aquella presencia.
"¿Cómo sabes que estaba averiguando algo?" Preguntó el antiguo Juez de las Cartas Clow, impasible como siempre.
"Soy la Maestra de las Cartas Sakura, ¿Recuerdas? No puedes esconderme nada." Respondió Sakura con la misma fría actitud. "Entonces que fue, ¿es acaso sobre las energías obscuras?"
"¿También las has sentido, mi señora?"
"Así es. Pero no creí que fuera para preocuparse, pero si a ti te preocupa debe ser algo serio."
"Estas energías obscuras parecen estarse reuniendo y provienen de todos los puntos del globo. Creo que algo serio esta apunto de pasar. Desafortunadamente no pude averiguar mucho sobre que es o quienes son."
"Debemos estar preparados. Es posible que tengamos que luchar."
"¿Crees que Clow lo sabe?"
"No tengo dudas sobre eso. Pero tu sabes como es él. Demasiado despreocupado. Casi podía jurar que sabe algo que nosotros no."
Ambos miraron en la dirección donde se encontraba Eriol. Éste al notar que lo miraban solo sonrió.
"¿Ves? Te lo dije."
"¿Y por qué no le pregunta mi señora?"
"Porque se aprovechará de eso para hacerme hablar. No tenemos que impacientarnos, tarde o temprano tendremos que afrontar esos eventos y él tendrá que informarnos."
Hubo un minuto de silencio mientras Sakura continuaba con su dibujo. Una vez hubo terminado se volvió hacia el Juez y preguntó.
"¿Qué tal? ¿Te gusta?"
"Es muy hermoso." Yue dudó un poco antes de continuar. "¿qué piensas hacer al respecto?"
"Nada. No merezco nada que esta persona me pueda ofrecer."
"Tal vez deberías dejar que esa persona decidiera."
Una única lágrima se dejó caer de los ojos verdes de la oriental y que cayó sobre los brillantes ojos azules plasmados en aquel dibujo.
"¿Han notado lo mucho que se parecen esos dos?" Dijo la identidad falsa de RubyMoon.
"Lo sé. Pero uno puede saber lo que Yue piensa con mirarlo a los ojos. Sin embargo Sakura. . ."
Eriol no terminó la frase. Pero era más que obvio lo que intentaba decir, los ojos de Sakura ya no eran tan expresivos como antes, es más, no parecían tener ninguna chispa de vida. Tal vez el día de la fiesta podría averiguar algo, era una buena oportunidad.
**************************
Todo era exactamente igual, pero al mismo tiempo era diferente. Todos aquellos lugares a donde solían ir estaban allí, como si estuvieran congelados en el tiempo, esperándolas. Caminó lentamente mirando cada uno de los lugares y sin darse cuenta se adentró en un parque y se encontró de frente con un gran pingüino. 'El Rey Pingüino' pensó la joven, mientras se sentaba en uno de los columpios cercanos. Se mecía levemente mientras su mente divagaba al pasado sobre todo lo que significó ese lugar y todo lo que habían vivido cuando su inseparable amiga se convirtió en una Card Captor y posteriormente en la Maestra de las Cartas.
Se sentía terriblemente mal y muy culpable. Había dejado el país pensando que había dejado a su amiga en las mejores manos y ahora se venía a enterar que cuando más le había necesitado no había estado allí, que le había fallado.
"Creí que habías encontrado la felicidad."
Se dijo Tomoyo a si misma, mientras trataba de contener sus lágrimas que comenzaron a llenar sus ojos. Nadie sabía nada sobre lo que había pasado con Sakura. Había regresado al Japón pensando en sentirse mejor y menguar su dolor, pero la realidad había sido mucho peor.
"¿Tomoyo?"
Una voz la sacó de sus pensamientos, era una voz de mujer pero extrañamente familiar. Alzó la mirada para ver de quien se trataba, su visión estaba nublada y no puedo ver a la persona que la llamaba.
"¡¡Tomoyo, eres tú!!"
Por un momento pareció reconocer aquella voz, y solo atinó a decir.
"¿Rika?"
"Sí amiga, soy yo. Que gusto verte, hace tanto tiempo."
Rika Sasaki, una de las mejores amigas de Tomoyo y Sakura en su infancia, había dejado de ser una pequeña para convertirse en todo una dama. Su cabellos rojizos caían levemente hasta sus hombros, un poco más largos que cuando era niña y sus ojos aún expresaban esa madurez de siempre. Tenía un vestido sastre muy elegante de chaqueta y falda corta de color rojo hacían ver a Rika como una gran empresaria. Ella junto a Tomoyo eran las más elegantes del grupo y con toda razón.
Tomoyo al verla sintió una gran emoción y una luz de esperanza comenzó a crecer en su corazón, tal vez su amiga podía darle más información sobre lo que había pasado con Sakura.
¿Cuándo llegaste?"
"Ayer."
Ambas amigas conversaban mientras se tomaban un café en una de las tantas tiendas en el centro comercial de Tomoeda.
"Te ha ido muy bien. He leído mucho de ti en las revistas de moda."
"Afortunadamente amiga. Aunque al principio no fue fácil, lo más difícil es el choque de culturas."
"¿En que lugares has estado?"
"Estuve en New Tork, Liverpol, Milán, Roma, París, Barcelona, Berlín, Buenos Aires, Medellín, Moscú. En estos momentos vivo en San Peterburgo."
"Vaya que si has viajado. A mi me gustaría conocer a todos eso lugares."
"A mi también. He estado en todos esos lugares pero no los conozco ya que solo estoy los dos o tres días que duran los desfiles de moda. No he tenido tiempo de hacer turismo." Le respondió Tomoyo con su sonrisa.
"¿Y que te trae a Tomoeda?"
"El pasado."
"Es curioso. A mi también."
"¿Que quieres decir?"
"Es que me dio nostalgia al recordar mi niñez, que me tome un día para visitar los lugares donde crecí." Decía Rika con mucha felicidad.
"¿No vives acá?"
"No, vivo en Tokyo."
Rika le mostró la mano derecha a Tomoyo, quien puso apreciar un anillo de diamantes que adornaba su mano.
"¿Te casaste?"
"Así es." Respondió la pelirroja con una gran sonrisa. "Ahora soy Rika Terada."
"¿Te casaste con Terada-sensei?"
"Si. Nos casamos hace 1 año."
"Felicidades Rika. Me alegro por ti."
"Gracias. Y tu que me dices, de seguro de que al menos estás comprometida."
"No. Ni si quiera tengo novio."
"No te creo. Debes tener a alguien."
"Bueno, pues vivo con una chica en San Peterburgo."
Rika dudó un momento, no estaba segura de que era lo que acababa de escuchar. Acaso Tomoyo dijo 'una chica'"
"Tomoyo, no sabia que tenías esos. . . 'gustos'"
Tomoyo no pudo contener su risa ante la expresión de su amiga.
"Solo vivo con ella. Pero no somos pareja. Aunque no te voy a negar que eso es lo que quiere ella."
"¿Y a ti no te molesta?"
"Para nada. Es agradable, y es bueno tener compañía y a alguien que te quiera. Además es mi asociada."
"¿Asociada? ¿Te refieres a Katrina Romanov?" exclamó con sorpresa.
"Así es. Que bien enterada estas." Dijo Tomoyo con una gran sonrisa.
"Pero si esas no son tus inclinaciones. Me parece increíble que alguien tan hermosa y exitosa como tu aún no tenga a nadie."
"En el mundo de la fama hay que tener cuidado con quien te relacionas. No se sabe cuando aparece uno de esos que solo están detrás de tu dinero." Calló un momento antes de continuar. "Además ya estoy enamorada."
"¿En serio?" Pensó un momento antes de continuar. "¿Es de quien yo creo?"
Tomoyo parecía sorprendida. ¿acaso su amiga de la infancia sabía algo?. No puede ser, nunca le había dicho a nadie. La única que sabía era su madre, como podía ser.
"¿A. . . A quien. . . te refieres?" Dijo Tomoyo con voz nerviosa.
Rika sonrió. Al parecer sus sospechas eran las correctas.
**************************
Estaba sentada al borde de su cama, observando aquel libro sin nombre. Tenía una pluma en mano, una pluma de cisne blanca y que irradiaba una luz azul.
"No se me ocurre nada." Exclamó la joven de ojos verdes.
"Pero que tan difícil puede ser. Por qué no le pones tu nombre."
"Por que no me aparece apropiado. Además ya existe uno con mi nombre y quiero que este libro tenga más que un nombre. . . un sentimiento."
"Es mejor que te des prisa. Ese libro me pone los nervios de punta."
Era la Bestia de Ojos Dorados que exclamaba aquella inquietud. Sakura miraba el libro con detenimiento pensando cual podría ser el nombre más apropiado que debía tener. Llevaba más de un año que aquel juego de cartas y sus guardianes habían sido creados, pero aún no tenían un nombre y por tanto no tenían dueño.
"Es mejor no apresurarlo. Estas cartas no son como las otras y podrían salirse de control si el nombre que les pones no esta en armonía con su creadora."
"Tienes razón, es mejor no apresurarlo. Pero entiendo la preocupación de Eriol acerca de esto." Pensó un momento antes de continuar "Yue, tu te encargarás de cuidar el libro mientras."
"Heyy!! ¿por qué no yo?" dijo molesto el pequeño muñeco amarillo.
"Porque Yue es más serio que tu Kerberos. Además tu trabajo es protegerme a mi."
Yue asintió no muy convencido, ya que su trabajo era cuidar de su ama. Pero si el libro caía en manos equivocadas la vida de Sakura podría correr un gran peligro, así que indirectamente la estaba protegiendo a ella.
"Bueno, esta noche ya no podré hacer esto. Será mejor que duerma, mañana empiezan los exámenes finales y es mejor que esté descansada."
La pluma se desvaneció de sus manos y luego se acostó en la cama y se cubrió con las frazadas.
"Buenas noches Kerberos. Buenas Noches Yue."
"Buenas noches Sakurita."
"Buenas noches mi ama."
Antes de cerrar los ojos, la Maestra de Cartas fijó su mirada a la muñeca de ángel y susurró.
"Espero que estés bien."
**************************
"Calma, Tomoyo. No llores más."
Rika trataba de consolar a su amiga. Definitivamente el confrontar a Tomoyo con sus sentimientos le había caído como un baldado de agua fría.
"¿Hace cuanto lo sabes?"
"Lo sospechaba desde que éramos niñas, pero no estaba muy segura." Se tomó un segundo antes de continuar. "Pero cuando nos encontramos en el parque, te veías triste, igual que hace 6 años y junto con lo que me dijiste hace un momento, la sospecha se hizo certeza."
"¿No me odias?"
"Claro que no. Eres mi amiga. Además uno no decide de quien enamorarse simplemente sucede."
"¿Lo sabe alguien más?"
"Todos. Naoko, Chiharu e inclusive Yamasaki teníamos nuestras sospechas. Siempre nos preguntábamos cuando te le ibas a declarar."
Rika miraba a su amiga con pena. La amable Tomoyo Daidouji no merecía sufrir de esa manera y verla así le rompía el corazón.
"Por eso fue que te fuiste, ¿verdad?" Preguntó la Rika.
"Así es. Lo único que quería es que fuera feliz pero sabía que no sería conmigo, así que me fui porque ya no me necesitaba, tenía a alguien más que la protegería y la ayudaría mejor de lo que yo lo había hecho. Me fui porque quería empezar de nuevo, buscar una nueva vida lejos, muy lejos pero su recuerdo siempre estaba ahí y no puede, no puede. . ."
Otra vez Tomoyo rompió en llanto, el solo recuerdo de su amor la hacía sufrir terriblemente. Y Rika en un intento de calmar a su amiga le propuso un plan.
"Tomoyo, ¿no te gustaría ver a los demás?"
"¿A los demás?" respondió aún con lágrimas cayendo de sus ojos azules.
"Si. A Chiharu y Yamasaki."
"¿Sabes en donde están?"
"Claro!!. . . Perdón es que no te había dicho, mi marido es el Director Principal de la Universidad de Tokyo, Chiharu y Yamasaki estudian allá. De seguro que les dará gusto verte."
Esta noticia pareció reconfortar a la joven diseñadora y limpiándose las lágrimas recobró su linda sonrisa y a Rika le dio gusto ver que su amiga se sentía mejor.
Notas de la autora: Como lo prometí, cada vez salen más y más largos. Ahí me disculparán, por que la parecer provoco más dudas que respuestas ¿quiénes son los siete? ¿y las virtudes? ^^. ¿ya tienen idea de lo que le pasa a Sakura? Si es así, felicitaciones. Si no, pues tendrán que esperar bastante. Supongo que muchos también se preguntan ¿y que pasó con Shaoran? Calma, calma esperen que esto se compone. Jijijiji... no tenía pensado meter en este fic ni a Rika, Naoko, Chiharu o Yamasaki pero esto me da pie para entretener a Tomoyo en Japón antes que. . . Se que les gustaría ver más escenas de humor, pero con la condición de nuestros personajes no hay mucho espacio para ello, tal vez cuando se reúnan. . . También me querrán matar por la aparición tan breve de Touya y Yukito, pero al menos ya saben en donde están. No se puede tener todo en la vida... o si?
Me encantaría que me escribieran dando su opinión al respecto o críticas pero que sean constructivas a johanna_kat@yahoo.com o a jkattyj@hotmail.com
Copyright!!! Los personajes que conozcan son por supuesto de Card Captor Sakura y son creación de CLAMP, Kodansha, etc. Lo demás son de mi propia creación al igual que la historia es original mía, cualquier parecido con cualquier otro fic es pura coincidencia o simplemente que me influencie por ello.
