CAPÍTULO 6: PLANES FUTUROS.

Mi lord Durham: La presente es para hacedle una petición acerca del problema que envuelve a mi y mi hija. Os ruego que os impidáis que Lord Carrigan me arrebate a mi querida niña; solo tiene 12 años y aunque mi marido el Conde Hannover haya muerto, y la deuda y la desgracia haya caído sobre mi casa, Lady Kassandra no es pertenecía de nadie para que ni el mismo Carrigan os atreva a arrebatármela como si fuese mercancía. Pero mi preocupación reside en otro asunto. Creo que es de vuestro conocimiento la reputación que cae sobre la casa de Carrigan y no quiero que mi pequeña sufra los sadismos y locuras del lord. Usted conoce a mi querida Lady Kassandra, es inocente y pura, además de ser tan bella como las flores de la primavera no sería justo que su destino fuese en convertirse en la perdida corrupta de un ser tan obviamente pervertido. Mi hija lo es todo para mi y me sentiría muy desdichada si la perdiese, sobre todo con Lord Carrigan.. Os ruego que atienda mi suplica y salve a mi niña.

Condesa Hannover
5 de Octubre de 1833

**************************

La clase había terminado y los estudiantes salían de su aula. Algunos de ellos se les podía apreciar sus rostros de decepción, pero a la mayoría era de indiferencia y un tanto menos de felicidad. Sakura guardaba sus elementos de estudio preparándose para tomar su descanso de media tarde cuando se le acercó un chico rubio.

"¿Y bien mien fräulein?"

"Y bien que, Krestler." Dijo sin cambiar su dura expresión.

"¿Iras al baile conmigo?"

"No, ya tengo pareja."

"WAS?! No puede ser. Tu vas a ir conmigo."

"¿Acaso eres sordo? Ya tengo con quien ir y por tanto no estoy disponible, así que deja de molestarme." Repuso levantado la vista y tomado sus cosas.

"Y con quien vas a ir."

"Con Eriol."

"¿Herr Hiragizawa? Creí que no tenías nada con él."

"Uno nunca sabe cuando las cosas pueden llegar a cambiar, además no es de tu incumbencia."

"No es posible."

"Creo que acabas de perder una apuesta, ¿no es así? ¿de cuanto fue?" Dijo Sakura disfrutando el momento.

"De 500 libras esterlinas." Respondió Friedrich obviamente decepcionado.

"Te quedaste sin el pan y sin el queso. Eso te pasa por ser tan avaro, te lo tienes bien merecido."

"Que tiene herr Hiragizawa que no tenga yo."

"El es un caballero." Sakura sintió una falta de sinceridad en su respuesta.

Y sin dar más explicaciones, la oriental abandonó el salón de clases, pero en la puerta se detuvo y se dio vuelta.

"Gracias por los regalos, pero estorbaban mucho y tuve que deshacerme de ellos."

Dijo la Maestra de Cartas en un tono irónico y burlón mientras retomaba su camino. Krestler se quedó allí solo, en su rostro se denotaba amargura pero pronto cambió a la de furia.

"Fräulein Sakura. Serás mía, sin importar lo que tenga que hacer."

Sakura caminaba por los pasillos de la universidad y se dirigía hacia el jardín para tomar su almuerzo. En su camino oía los comentarios de los muchachos sobre su apariencia y las críticas de las chicas, anteriormente no le prestaba mucha atención pero sentía que algo había cambiado con ella. Eran muy hiriente aquellos comentarios, tanto de los chicos como de las chicas.

Al llegar al jardín se sentó en una banca al lado de una laguna artificial y comenzó a tomar su almuerzo. Veía pasar a la gente y nadie la saludaba, y se dio cuenta todo lo que había cambiado desde aquel día hace 5 años. No tenía amigos, ninguno, solo Eriol y no es que no apreciara a Eriol pero no era lo mismo, no era como cuando ella era niña y siempre podía contar con alguien, alguien que siempre estuvo allí para ella en cada momento. . . Tomoyo, su mejor amiga de siempre.

"Lady Kinomoto, ¿se encuentra usted bien?" preguntó una chica que se le acercaba.

"¿¿Hoe?? O si, lo siento. Que se le ofrece lady Stern."

"La entrenadora la quiere ver cuando terminen las clases. Creo que quiere saber algo sobre su participación en las nacionales y para que participe en las practicas de esta tarde."

"Muchas gracias lady Stern."

"Con su permiso."

"Espera. Quiero hacerle una pregunta."

"Como que sería."

"Honestamente. Que opina de mi."

"Bueno lady Kinomoto. Usted es una dama muy bella, estudiosa y con una gran habilidad atlética."

"Eso no es lo que quiero saber. Es sobre mi forma de ser, que opina de mi."

La joven dudo unos instantes antes de contestar.

"Disculpe por lo que le voy a decir. Lady Kinomoto usted parece ser muy odiosa, presuntuosa, creo que agrada a muy pocos y los chicos solo le atrae su apariencia. Las chicas siempre comentan que usted es una. . . creo que no puedo permitirme decir tamaña palabra. El caso es que como usted no trata con nadie además de ser muy fría y cerrada, la opinión general de su persona es de alguien no aceptable. Y el que viva sola con el joven Hiragizawa no ayuda a su reputación."

"Gracias lady Stern, puede marcharse."

"Con su permiso."

'Entonces no estaba mal' pensó Sakura después de su conversación con la otra. Se había convertido en una persona diametralmente opuesta a quien solía ser y aquello no le produjo ninguna sorpresa pero si le entristeció, sabía que era el castigo que ella misma se había impuesto por su traición. Por un momento deseo volver a ser la niña animosa, feliz y simpática de antes, al lado de su padre y su hermano y por sobre todo tener a su amiga Tomoyo apoyándola.

**************************

Daban las tres de la tarde en el inmenso reloj de la sala cuando alguien llamó a la puerta. Lentamente fue abrir la puerta para recibir a su visitante.

"Amigo Eriol. Que gusto volver a verte."

"Alexander, ¿a qué debo el honor de tu presencia?"

"Solo pasaba de visita. Mira te traje un recuerdo de Ciudad del Cabo."

"Muchas gracias. Pasa y toma asiento."

"No gracias Eriol, solo voy de paso. Tengo que viajar pronto."

"¿A donde vas?"

Alexander Hayes, era una de los pocos amigos conocidos de Eriol. Era de piel canela, se notaba que pasaba mucho tiempo al sol, sus ojos cafés y cabellos rubios además de su acento particular lo identificaban como alguien de Inglaterra. Hayes vivía en Ciudad del Cabo. Su familia era anglosajona y sus ancestros han vivido en Sudáfrica cuando éste aún era colonia inglesa. Alexander trabajaba para el servicio secreto británico, el MI-6 y viajaba con regularidad a Inglaterra.

"Estoy buscando una chica."

"¿Usas los recursos del servicio secreto como central de citas?"

"Muy gracioso Eriol. Me gustaría contarte pero es información clasificada. Pero esta chica es una belleza además de ser alguien importante. Vive en Rusia."

"No se si ya te has enterado pero la Guerra Fría terminó en 1992."

"Otra vez con tus ironías. Bueno amigo me marcho, saluda a lady Sakura de mi parte."

"Lo haré y gracias por la visita."

"Hasta luego."

Una vez se marchó Hayes, Eriol procedió a abrir el obsequio que le acababan de entregar. Era un libro, de portada en cuero y se notaba que era antiguo. 'Más libros' dijo el hechicero sin mucho ánimo, se dirigió a la biblioteca y lo dejó sobre el escritorio junto con otros libros y se marchó. En su portada se podía leer Virtus et Peccatum.

**************************

Caía lentamente la tarde, había sido un día increíblemente difícil. No solo tenía que soportar a los snobs que la rodeaban, los difíciles exámenes finales, sino también pensar sobre la charla que iba a tomar lugar una vez llegara a casa y sus atormentados sentimientos. En la tarde había tenido entrenamiento de gimnasia en barras asimétricas, algo que consideraba muy fácil y que por supuesto era muy hábil. Como siempre que practicaba siempre había una gran audiencia masculina observándola y que anteriormente no habría prestado atención. Hizo su rutina como siempre pero ante la ovación, piropos y "propuestas indecentes" casi no pudo controlarse y sentiste avergonzada, pero lo peor es que se había ruborizado en frente de todos. Luego uno de los chicos se le acercó y le regaló un gran ramo de rosas rojas que ella aceptó. Camino a casa estuvo tentada a tirarlas a la basura, pero no pudo. Cuando llegó a la gran mansión se detuvo frente a la puerta y tomó aire.

"Es mejor salir de esto de una vez."

Se dijo a si misma mientras cruzaba el gran portón. Estaba muy nerviosa, sentía todo su cuerpo temblar pero se dirigió con avidez al jardín donde se encontraba Eriol. Realmente era extraño que el joven inglés no se encontrara en el salón de la biblioteca como siempre pero seguramente tenía muchas cosas en la cabeza después de lo ocurrido. Una vez llegó al jardín encontró a Eriol de pie junto a la fuente mirando como las estrellas comenzaban a aparecer en el firmamento.

"Te esperaba."

"Lo sé." Respondió Sakura tratando de esconder el temblor de su voz.

"Lo único que puedo decirte es que me comporté como un patán, lo siento mucho." Replicó el inglés sin volver a mirar a Sakura.

"Yo no."

"¿Cómo?" Repuso Eriol sin moverse.

"Yo no lo siento. La verdad hacía mucho que no me sentía tan bien, tan. . . viva. Tal vez debería pedirte disculpas por involucrarte en esto."

"No es así Sakura. Debí detenerme, era mi responsabilidad para contigo y me aproveche de ti."

"Tal vez los dos tengamos la culpa. No debes atormentarte con eso, pero te agradezco que hayas estado ahí cuando te necesité, siempre estuviste ahí, conmigo, aguantando todos mis caprichos. Lo de anoche fue el resultado de estos 5 años en el que estuve reprimiendo mis sentimientos. Anoche tuve un colapso, todo lo que guardaba en mi corazón simplemente explotó y te arrastró a ti en el proceso." En sus ojos comenzaban aparecer unas lágrimas.

"Debí manejar las cosas de otra forma. Pero cuando te vi a los ojos no pude evitarlo, tus ojos brillaban con esa ternura que tenías cuando niña y que habías perdido." Eriol se tomó un segundo. "Creo que me perdí en tu mirada y en tu vulnerabilidad. Pero eso no me disculpa."

"Sé que después de esto las cosas cambiarán entre nosotros, porque lo de anoche no es algo que se pueda olvidar o simplemente ignorar." La antigua Card Captor dudó antes de continuar. "Eriol, ¿qué sientes por mi?"

"¿por qué me preguntas eso?"

"Necesito saber, no quiero hacerte más daño. Por eso necesito saber."

"Cuando desperté esta mañana no estaba seguro pues lo de anoche me había dejado confundido. Toda la tarde estuve analizando lo que sentía por ti y lo que ha pasado en estos cuatro años. Te quiero mucho, no lo puedo negar, pero no te amo."

"Yo también te quiero mucho y te respeto, pero no te amo. Creo que anoche lo notaste, ¿verdad?"

"Así es. Estas enamorada."

Sakura que hasta entonces estuvo de pie detrás de Eriol se acercó y se puso enfrente de él. Estaba ruborizada, se le notaba nerviosa y tenía la mirada al piso.

"No te arrepientas de lo de anoche, me harías sentir mal. Fue algo muy especial lo que pasó entre nosotros y tal vez en otras circunstancias hubiéramos podido ser algo más."

Sakura levantó la mirada para encontrarse con los ojos de Eriol, los ojos de la Maestra de Cartas tenían otra vez ese brillo especial y con ese leve rubor que cubría sus mejillas la hacía ver más hermosa de lo que ya era. Lentamente acercó su mano a Eriol y acarició con cariño su rostro y agregó.

"Muchas gracias Eriol. No veas esto como algo que nos pueda separar, velo como algo que nos ha unido. Tu mismo lo decías, las cosas ocurren por una razón. Las coincidencias no existen, solo lo inevitable."

Una vez hubo terminado se alejó de Eriol y caminó hacia la casa, pero antes de que se hubiera ido el hechicero preguntó.

"¿A dónde vas?"

"Necesito hablar con Kerberos y Yue. Les debo una explicación."

"¿Por qué no me dices lo que te pasa?"

Sakura dudó unos instantes.

"Tal vez no debas esperar mucho para saberlo, pero esto es algo que debo hacer sola debo enfrentarlo sola. Por eso pienso viajar a Japón cuando termine semestre." Dio unos pasos y se detuvo de nuevo. "Si quieres puedes acompañarme."

Eriol no respondió, solo sonrió y la oriental tomó esto como un sí. Sakura dejó el jardín y se dirigió a su alcoba en busca de Yue y Kerberos.

En la mente de la reencarnación de Clow había un ligero alivio, realmente Sakura había tomado el asunto con mucha madurez, pero lo que más le reconfortaba es que no había perdido la amistad de la Maestra de Cartas, sin embargo, la sensación de haber hecho algo incorrecto era insistente, respetaba mucho a Sakura y sentía que le había arrebatado algo que debió ser para la persona que amaba, porque después de todo era de eso lo que se trataba, de amor, la mayor expresión del amor. Pero el daño ya estaba hecho y no podía hacer nada. También estaba la insistente idea del por que había cedido tan fácil a su súplica. Tal vez el hecho de haber estado tan preocupado por ella por sus repentinos cambios de humor de los últimos días lo habían preparado psicológica y emocionalmente para recibir esas caricias y no poder poner resistencia.

Por su parte Sakura también pensaba al respecto. Sentía que había utilizado a su amigo como medio para poder desahogar su frustración, miedo, tristeza y angustia. De haber tomado el consejo de Yue desde antes seguramente nada de esto hubiera pasado. Pero no valía la pena llorar por la leche derramada. Lo que pasó paso y sin poder hacer nada más al respecto era una pérdida del tiempo atormentarse por eso, después de todo ya había aclarado las cosas con él. Pero la traición de sus sentimientos por la persona que amaba era insistente y evitaba que se sintiera del todo aliviada, porque para ella la traición era algo que no tiene perdón.

**************************

Lentamente comenzaba abrir los ojos. Aún se sentía mal, le costaba mucho respirar y su boca le sabía a sangre. Se puso de pie como pudo y salió de la habitación con cuidado, ya era de día y la luz del sol se colaba por las ventanas del pequeño departamento. Escuchaba un murmullo a lo lejos, parecía una charla, tenía la visión un poco nublada pero reconocía las voces. Cuando su vista se hubo aclarado pudo ver perfectamente a las personas presentes.

"Buenos días." Dijo la elegante Tomoyo.

"¡Tomoyo! ¿Qué haces? Debes volver a la cama." Se expresó una preocupada Rika.

"Ya me siento mejor." Trató de acercarse pero sus fuerzas la abandonaron y por poco cae.

"Daidouji, aún esta débil no debería esforzarse tanto."

"Takashi tiene razón. Debes volver a la cama." Exclamó Chiharu.

"No quiero dormir más, necesito hablar con ustedes. Necesito que me cuenten que pasó con Sakura después de que me marché."

Rika y Chiharu se miraron mutuamente.

"Bien, pero toma asiento mientras Chiharu te hace un poco de té."

"Gracias amiga."

"Por donde empiezo. . . cuando te fuiste Sakura estaba lo más de bien. Se le veía muy alegre con Shaoran. Andaban por todos lados juntos, se les notaba muy enamorados. Pero un día, más o menos 6 meses después, todo cambió. Fue un día en la que Sakura no asistió a clases y creímos que estaba enferma. Al día siguiente tampoco asistió y Shaoran tampoco, así que decidimos ir a visitarla. Cuando llegamos a su casa, su hermano nos atendió y luego Sakura bajó de su cuarto. Se le veía muy mal, terriblemente triste como si algo muy horrible le hubiera pasado, le preguntamos que le pasaba. No nos lo dijo, en cambio nos preguntó si sabíamos cuando te habías ido y cuando le dijimos que había sido hace seis meses comenzó a llorar. Nos dijo que se sentía muy mal porque no había notado cuando te que habías ido, que era una mala persona, una mala amiga y que no merecía a alguien como tu. Después de eso salió corriendo a su habitación."

'¿Acaso estaba triste por mi?' pensaba Tomoyo después de escuchar a Rika, pero ¿por qué? Por qué se habría de poner triste si tenía a su lado la persona que amaba, a menos que. . . no, no podía ser.

"Cuando me encontré con Li." Continuó Yamasaki. "También lo note muy triste y cuando le pregunté que le pasaba me dijo que Kinomoto había terminado con él. También me dijo que no sabía el motivo, que simplemente ella había decidido no continuar su relación. Una semana después tanto Kinomoto como Li se habían ido."

"¿¿No saben nada más??" preguntó una angustiada Tomoyo.

"Es que todo ocurrió muy de repente y muy rápido." Respondió Chiharu que regresaba con el té. "Nadie ha sabido de ella. Ni siquiera vino cuando su padre murió."

"¿Fujitaka murió?"

"Así es. Murió un año después de que Sakura se fuera, para mi que se murió de tristeza."

Eso si era inesperado. Al parecer Sakura había abandonado toda su vida así como así sin importar las consecuencias.

"¿No tiene idea a donde pudo haberse ido?"

"No, no tengo idea." Respondió Chiharu.

"Yo creo tener una pista." Exclamó Yamasaki.

"¿En serio? Dime por favor."

"A mi parecer creo que Kinomoto se fue con Li. Él me había dicho cuando se iría de regreso a Hong Kong y decidí irlo a despedir. Me sorprendí mucho cuando vi a Kinomoto en el aeropuerto con él. No les pregunté nada pero abordaron el mismo avión, aunque tanto Li como Kinomoto no parecían estar muy bien."

"Gracias Yamasaki."

Así que sus sospechas eran ciertas. Al parecer Sakura se había marchado con Shaoran para Hong Kong, pero eso le dejaba más dudas. ¿Por qué huir y no decir nada? ¿Por qué se fueron juntos si habían terminado? Y ¿qué era lo que tenía tan mal a Sakura? ¿Acaso fue culpa de ella? Porque si era así no podría perdonárselo nunca. Solo podía esperar la respuesta de Meylin.

"Sin embargo me parece muy extraño la situación." Concluyó la diseñadora.

Hubo un minuto de silencio, al parecer nadie quería decir nada. Tomoyo se encontraba pensando mucho en la situación, nada tenía sentido para ella. Todo indicaba que su amiga había cambiado su actitud de un día para otro sin ninguna explicación aparente.

"Oigan. Sabían que anteriormente cuando la gente desaparecía hacían un baile parados en una mano. En Europa especialmente bailaban encima de un gran pastel hecho para la ocasión. Una vez . . ."

Las chicas se miraron a los rostros con una gran gota en la cabeza. Una pequeña sonrisa apareció en el rostro de la joven Tomoyo al ver que su amigo no había cambiado mucho en el aspecto de las mentiras.

"¡Ya basta Takashi! No es el momento para tus mentiras."

En ese instante Chiharu tomó del cuello a Yamasaki y comenzó a sacudirlo mientras lo ahorcaba sin mucha convicción. Todas las chicas rieron, era como en la niñez. Habían entendido el plan del muchacho, levantar los ánimos.

"Muchas gracias a todos. Me dio gusto volver a verlos y saber que están bien. Es mejor que me vaya a casa, mi mamá debe estar preocupada."

"Tomoyo aún estas débil. Será mejor que te acompañe." Dijo Rika.

"Eres muy amable. Chiharu préstame el teléfono para llamar a casa para que me recojan."

**************************

Había durado horas. El viaje desde Londres hacía sido muy largo, estaba cansado y necesitaba dormir un rato, pero su misión era muy importante como para detenerse. Mucho dependía de ello.

"Aquí debe ser el lugar."

Llamó a la puerta de la enorme casa, esperaba que la encontrase. Cuando la puerta se abrió una joven de cabello castaño rojizo y ojos azules le atendió con una sonrisa.

"Muy buenos días. ¿Qué se le ofrece?"

"Buenas días. Me llamo Alexander Hayes. ¿Con quien tengo el gusto?" se presentó el inglés con gran elegancia.

"Mi nombre Christina Stoker."

"Señorita Stoker, soy del servicio secreto británico, MI-6. Podría decirme si se encuentra la señorita Daidouji Tomoyo."

"Lo siento pero la señorita Daidouji salió de viaje."

"Me podría decir a donde fue."

"No creo prudente darle esa información. Lo siento."

"Por favor. Es imperativo que encuentre a la señorita Daidouji."

Christina estaba confundida, no sabía que hacer. El agente Hayes parecía tener mucha prisa por encontrar a Daidouji pero al mismo tiempo no podía andar diciéndole a cualquiera todo aún si era quien decía ser.

"Discúlpeme un minuto. Tal vez haya alguien con quien pueda hablar."

La joven modelo regresó dentro de la casa y buscó a Katrina que se encontraba en su habitación.

"Disculpa Katrina, pero en la puerta hay un señor buscando a la señorita Daidouji. Dice ser del servicio secreto británico."

"Y que es lo que quiere." Preguntó la rubia sin mucha emoción en su voz.

"Dice que necesita hablar con ella, le dije que se encontraba de viaje pero quiere que le diga a donde fue."

Katrina Romanov dejó su habitación y se dirigió a la puerta.

"Buenos días."

"Buenos días, soy Alexander Hayes."

"Katrina Romanov."

"Lo se. Es la asociada de Daidouji. Por favor señorita Romanov necesito encontrarla con urgencia y me ayudaría mucho informándome en donde se encuentra."

"¿Para que la necesita?"

"Lo siento, pero es información clasificada."

"Lo siento pero si no me dice para que la necesita no le daré esa información." Respondió obviamente molesta por la evasiva del visitante.

"Por favor. La señorita Daidouji puede estar corriendo peligro y necesito encontrarla."

A la diseñadora se le abrieron los ojos como platos ante esas palabras. No puede ser posible que su amada se encontrara en peligro.

"¿Peligro? ¿a que se refiere? ¿a que peligro?" Preguntó ella histérica.

"Lo siento pero es clasificado."

"¡¡¿¿CÓMO QUE CLASIFICADO??!! ESTÁ HABLANDO DE LA VIDA DE LA PERSONA A LA QUE AMO, ¡¡IMBÉCIL!!"

"Por favor cálmese, si grita no podemos resolver nada."

La sola idea de que le pasara algo a su querida Tomoyo, a su ángel provocaba un gran miedo en Katrina, había comenzado a llorar tratando de hacer que el inglés le dijese que era lo que pasaba.

"Por favor dígame."

"A ella no le ha pasado nada, aún. Pero le podría pasar si no la encontramos."

"Ella. . . ella esta. . . en Japón."

"¿Japón? ¿Acaso fue a casa de la señora Daidouji Sonomi, su madre?"

"Así es, fue a visitarla."

"Muchas gracias. Me marcho."

"Espere. Yo voy con usted." Dijo recobrándose y con voz autoritaria.

"¿Cómo?"

"No me voy a quedar aquí con los brazos cruzados mientras Tomoyo corre peligro."

"Esta bien, pero dese prisa. Debemos salir lo más pronto posible."

"Bien."

Katrina entró de nuevo a su casa y se fue a su habitación, rápidamente sacó una valija y puso algo de ropa.

"Oigan y yo que. . . Esperen yo también voy." Dijo Christina al ver que se quedaba sola.

**************************

"¿Y esas flores Sakurita?, no me digas que te las regalo. . ."

"Claro que no. Me las regaló un muchacho de la universidad."

"¡¿QUÉEEEEEE?! ESO ES MÁS IMPERDONABLE QUE SI TE LAS HUBIERA REGALADO ERIOL."

Sakura acababa de explicar a sus guardianes lo que había sucedido entre ella y Eriol. Había sido realmente difícil hacer entender a Kerberos como eran las cosas porque resultó que el pequeño peluche amarillo era muy celoso para con su dueña. Igual nunca se había preocupado por eso antes, Sakura era tan prepotente y cerrada que siempre tenía alejada a los chicos. Inclusive cuando formalmente fue novia del joven inglés tampoco se había preocupado porque se notaba a la distancia que nada pasaría entre ellos además de saber de quien estaba enamorada Sakura.

"Kerberos, estas haciendo mucho escándalo por nada. Ya te explique como están las cosas con él."

"Pero entonces por que te las quedas. Cuando el muchacho ese alemán te regalo todas esas flores y muñecos los desapareciste todos."

"Me gustan estas. . . por favor Yue, me puedes conseguir un jarrón con agua para las flores."

"En seguida mi señora."

"Además creo que a esta habitación le falta el dulce aroma de unas flores frescas." Dirigiéndose de nuevo a Kerberos.

"No te entiendo Sakurita. Últimamente te estás comportando muy extraña."

"Lo se, pero es que han pasado muchas cosas empezando por el sueño. Tengo un mal presentimiento Kero, y no puedo evitar pensar que algo está terriblemente mal, así que pienso volver a Japón, voy a ir a buscarla. No puedo seguir huyendo y dándole más largas a este asunto."

"Pero Sakura, Tomoyo ya no vive en Tomoeda. ¿Por qué no la buscas con tu magia?"

Sakura se ruborizó un poco al escuchar el nombre de su amiga, la extrañaba mucho. Extrañaba su sonrisa, su melodiosa voz, sus lindos ojos azules y su largo cabello negro azabache. Pero extrañaba más su calidez, su dulzura y su eterna amabilidad desinteresada.

"Ella está allá, lo soñé en la mañana antes de despertar. . . también pude sentirla."

"¿En serio? ¡Que bien! Yo también he extrañado a Tomoyo." El guardián guardó silencio un segundo "¿Estás lista para esto?"

"No lo se. La única forma es enfrentándola. Solo espero que pueda perdonarme." Se notaba cierta preocupación en su voz.

"Tomoyo es una chica muy dulce y gentil, estoy seguro de que le dará mucho gusto."

"¿Tu crees?" Dijo esperanzada.

"Claro que sí mi señora, estoy seguro que Tomoyo está tan ansiosa de verte como tu lo estas por ella." Eran las palabras de Yue que regresaba con el jarrón.

"Gracias. Eres muy amable Yue, debí escuchar tu consejo antes."

"¿Y cuando nos vamos?"

"Cuando termine semestre. Solo faltan un par de días, saldremos inmediatamente después de la fiesta."

"¡¡Que bien!! Yo también quería regresar a Japón, la comida allá es muy rica, sobre todo los pasteles de Tomoyo. Ohh!! Por cierto, ¿me trajiste mi dulce?" se acercó Kero y la miró con expectativa.

"Claro que sí Kero. Mira aquí tienes."

"¡¡¡Yupiii!!!"

"Pero primero quiero que te disculpes con Eriol por como lo trataste en la mañana."

"¡¡Ayyy!! Esta bien, como tu quieras. Pero dame mi postre."

**************************

"Entonces en eso quedaron."

"Así es Spinnel."

En su habitación Eriol hacía lo mismo con sus guardianes. Explicarles la situación en casa para que no hubiera más "malos entendidos".

"Pero es una lástima. Hacían tan linda pareja." Dijo Nakuru.

"Pero eso no puede ser porque ella está enamorada."

"¿En serio? ¿De quien? ¿De Shaoran?"

"Estoy seguro que aún ama a Sahoran, pero no es la persona que más quiere. No puedo decirte quien es porque ni yo mismo lo se."

"¿Y la vas acompañar al viaje que va a hacer a Japón?"

"Así es. Pero voy a ir por otras razones. Acompañaré a Sakura hasta Japón pero luego iré a Hong Kong."

"¿A Hong Kong?"

"Necesito hablar con Li acerca de estas energías obscuras, de seguro debe saber algo o tener algún tipo de información que carezco. Si estoy en lo correcto estos eventos están ligados al equilibrio de fuerzas y que podrían decidir el futuro de la humanidad."

"¿Acaso estas energías pueden destruir al mundo?"

"Me temo que es peor."

"¿Peor? ¿cómo?"

"Aún no estoy muy seguro."

"¿Sakura sabe esto?" preguntó el gato negro.

"Ella también las ha sentido y también estoy seguro de que le preocupan al igual que a Yue. Es por eso que de un tiempo para acá insiste tanto en los entrenamientos, creo que presiente que algo malo va a pasar y quiere estar preparada."

"¿Y por qué no le pide que le acompañe a Hong Kong?"

"Porque tiene cosas en que pensar y es mejor que arregle eso primero antes de que se involucre más."

"Espera un segundo. Porque cuando hablas del viaje, hablas en primera persona ¿acaso no piensas llevarnos?" Exclamaba una molesta Nakuru.

"Perdóname Nakuru, pero es mejor que permanezcan aquí. Si los llevo seguramente Sakura sospechará algo malo y no hará lo que se supone que debe hacer."

"Eres muy malo Eriol."

**************************

Kassandra vigilaba la casa atentamente, no le había quitado la vista a ninguno de sus habitantes y disfrutaba en silencio mientras revisaba mentalmente su plan. De pronto sintió unos brazos rodeando su cintura.

"No te demoraste cariño."

"Fue algo muy fácil. Aunque algo curioso me pasó."

"¿En serio? ¿Qué fue?"

"Tuve un recuerdo de mi vida mortal. El día en que me reuní de nuevo con Carolina."

"No me digas que te arrepientes de haberla matado."

"Para nada. Ella se atrevió a traicionarme. . . de nuevo. La muerte era su castigo sin importar que la amara. Lo único que lamento es no haberlo hecho antes."

"A sí y ¿por qué?"

"Te hubiera conocido antes y mi maldito corazón hubiera muerto para darme este poder inmortal."

"También recuerdo el día que desperté tu poder."

**************************

"No puede ser que me digas esto. . . ¡¡¿¿Acaso te estas burlando de mi??!!

"Perdona Ricky, pero no quise hacerte daño. Créeme que te amé, pero lo nuestro acabó y ahora amo a alguien más."

"Así que por esto viniste, a hacerme daño. No puedo creer que te entregara mi corazón y todo de mi. Eres una maldita. Te hubieras quedado lejos de mi."

"Mátala" Una voz de mujer sonaba en la cabeza de Ricardo.

"¿Qué dices?" se dijo a si mismo.

"Por favor Ricky. No quise herirte, no fue mi intención."

"Miente, tu sabes que miente. Mátala."

"No puedo. La amo sin importar nada."

"Te traicionó. Siempre fue su intensión, recuerda que ella no correspondió a tus sentimientos años atrás, ¿por qué lo haría ahora? Todo ha sido una mentira."

"¡¡CÁLLATE!!"

"Ricky, ¿te encuentras bien?"

"Hazlo, mírala. No tiene nada para ti. Solo dolor y sufrimiento. Merece ser castigada por lo que hizo. La traición solo merece la muerte. Solo jugó contigo, solo se burló de ti. . . lo sabes, no lo niegues. Hazlo. ¡MÁTALA!"

"No, no. No es cierto, mientes."

"Déjala salir. La sientes llenando tu mente, acaparando tu corazón."

"Si. . . lo siento. . . un fuego que me quema. Me quema por dentro. "

"Richard, por favor ¿qué es lo que te pasa?"

En ese instante los ojos del joven que habían permanecido cerrados desde que comenzó a escuchar la voz los abrió para mirar a la joven de cabello negro en frente de él. Carolina que hasta entonces sentía preocupación, al notar la mirada se llenó de miedo.

"Richard ¿qué tienes?" dijo la joven asustada.

"Siento. . . siento. . . siento ira."

"Facere invocare ad obscurus poteres de peccatum. Emergere ira." Dijo la voz en su mente.

En ese instante Ricardo comenzó a cambiar. Se hizo más alto, más fuerte y en sus ojos se podían apreciar un fuego de pura ira. En su mano izquierda un aura de energía negra se comenzó a reunir formando una espada. Era una espada ancha, negra como el alma de quien la portaba y lentamente comenzó a acercarse a la joven.

"¿Qué haces Ricardo?"

Estaba totalmente aterrada, solo podía retroceder mientras el otro avanzaba. Sentía que su alma se destrozaba ante la presencia de quien hasta hace unos instantes pareció perder la razón. Siguió retrocediendo hasta que se topó con una pared. Cerró los ojos y esperó lo que parecía ser su final.

Pero el ataque nunca llegó. Lentamente volvió a abrir los ojos y Ricardo estaba en frente de ella. Lo miró a los ojos y notó que esa ira había desaparecido y su rostro se dibujaba una sonrisa. Sintió alivio.

"Ya te sientes tranquila."

"Si. Por un momento pensé que me matarías."

"Pues no estas mal."

La mirada de los dos se encontraron y Ricardo de un rápido movimiento levantó la espada y la blandió. Fue rápido, sin dudar. . . ahora la cabeza de quien había sido su novia yacía a sus pies. Pasaron unos instantes mientras Ricardo miraba curioso el cuerpo inerte a sus pies.

"Lo hiciste bien." Dijo la misma voz de mujer pero esta vez fue en sus oídos.

"Gracias. Nunca había matado a alguien."

"¿Te sientes mal de haberla matado?"

"No. De hecho no siento nada."

La mujer que le había estado hablando se hizo presente y se paró a un lado del joven. Era una chica realmente hermosa, muy hermosa.

"¿Quién eres?"

"Me llamo Kassandra Hannover. Para servirte en todo lo que desees mi amo."

"¿Amo?"

"Así es. Estoy aquí para servirte y hacer todo lo que desees. Creo que ya conoces la misión."

"Si. Lo se. No se como pero lo sé."

"Ese es nuestro destino."

"Entonces marchemos. Hay mucho por hacer."

"Como lo ordenes amo."

Dio unos pasos y luego se detuvo, se acercó de nuevo al cuerpo de la joven que acababa de matar y susurró.

"Me lo llevaré de recuerdo."

Y de un golpe seco en el pecho le arrancó el corazón, se alejó y en un instante ambos desaparecieron entre las sombras de la noche que cubrían la ciudad.

**************************

"Parece que fue ayer."

"Tienes razón. Fue lo mejor que pudo pasarme en la vida." Estuvieron en silencio un rato. "¿Por qué no los has matado?"

"Creo que la joven es la escudera. Aquella que debe protegerla y con la que tiene un lazo especial."

"¿Y que me dices del otro?"

"Él es una virtud y tiene un gran poder. Pero no es problema."

"¿Qué piensas hacer con la escudera?"

"Jugar con ella. Sería muy aburrido si los matara, no sería divertido ¿qué opinas?."

"Me parece bien. Igual si los matamos alguien más tomará su lugar y sin ellos la batalla final sería algo aburrida." Respondió el otro con una sonrisa. "Tal vez así ella hará el trabajo por nosotros."

"Gracias amo. Se que disfrutaras lo que tengo planeado."

"Tienes mi confianza. Yo debo partir de nuevo y buscar a los otros."

En eso el muchacho de cabello negro soltó a la otra y se fue.

"Prepárate muchachita, desearas no haber nacido."

**************************

"¿Cómo sigue doctor?"

"No sabría decirle señora Daidouji, ha perdido mucha sangre además de la que llena sus pulmones. Pero no hay razón aparente para su mal."

Sonomi estaba muy preocupada por su hija. Hacía un par de horas que había llegado a casa con su amiga Rika Terada. Cuando vio a Tomoyo supo inmediatamente que algo estaba mal pues estaba más pálida de lo normal y caminaba con dificultad apoyada en su amiga. Inmediatamente hizo que la llevaran a su hija al Hospital Central de Tokyo.

"¿No hay nada que pueda hacer?"

"Lo siento pero sin identificar que le está causando este mal no podemos comenzar con ningún tratamiento. Parece ser un edema pulmonar. La mantendremos en observación y estudiaremos su condición. Ya mandamos hacerle exámenes y solo quedaría esperar."

"¿Puedo verla?"

"Por su puesto señora. Pase."

Tanto Sonomi como Rika, que se encontraba acompañándola y que también estaba preocupada por Tomoyo, se dirigieron a la habitación donde se encontraba la joven diseñadora.

"Hola hija. ¿cómo te sientes?"

"Bien mamá. Ya me siento mejor, ¿cuándo podré salir?" Respondió como siempre con una gran sonrisa en su rostro y como si nada estuviera pasando.

"El doctor recomendó que te quedaras unos días mientras se aseguran que estas bien."

"No mamá. Yo me siento bien, quiero irme a casa."

"Nada de eso Tomoyo. Tienes que quedarte, al menos unos días mientras los doctores saben que tienes y que te recuperes."

"Tu amiga tiene razón hija. Quédate, prometo venir todos los días a visitarte y así no te sentirás sola."

"Igual yo. Pediré un permiso en la universidad y te acompañaré. De seguro que Chiharu y Yamasaki también vendrán a visitarte."

"Esta bien. Me quedaré. Pero que no sean muchos días, este lugar no me gusta mamá."

En ese instante un muchacho alto de cabellos negros que caminaba por los pasillos del hospital se detuvo al escuchar esa voz familiar y miró a ver de quien se trataba. Tomoyo se dio cuenta de la persona en la puerta, y tanto el muchacho como la joven diseñadora se sorprendieron.

"¡¡Tomoyo!!"

"¡¡Touya!!"

**************************

Mi señora Condesa Hannover: Lamento mucho no poder atender vuestra suplica. No es que no quiera ayudarla pero debe entender mi posición. No puedo ordenar nada en contra de Lord Carrigan pues su casa es de las más poderosas de la región además de poseer demasiados aliados, oponerme al lord sería incitar a tomar las armas y comenzar una guerra civil. Conozco bien a Lady Kassandra e igual que usted no es mi deseo que quede en sus manos pues como usted bien lo dice conozco la reputación detrás de su casa, pero si el Lord ya puso sus ojos sobre su hija no descansará hasta poseerla. Le recomiendo que no se oponga y deje que se lleve a la joven Lady Kassandra o usted también podría sufrir su mismo destino. Lamento no poder ayudarla ni a usted ni a su hija.

Lord Durham
19 de octubre de 1833

Notas de la autora: Bueno ahora si que es imposible que no sepan, sería el colmo.!! Bien y como les ha parecido hasta ahora. ¿No entienden nada? No importa, es normal. ¿Y Shaoran? Pues tendrán que tenerme paciencia, pronto hará reaparición. ¿quiénes son Ricardo y Kassandra? Pues obvio que son los malos ¿pero que es lo que traman? ^^; Ya que estamos en este punto quiero hacerles una encuesta ¿final feliz o final triste? De ustedes dependen la felicidad o desdicha de nuestros protagonistas.

Aclaración: Alexander pertenece a MI-6 servicio secreto del Reino Unido pero de lo que no estoy segura es si todavía existe, así como la KGB de la ex - Unión Soviética que ya desapareció cuando colapsó el Comunismo.

Me encantaría que me escribieran dando su opinión al respecto o críticas pero que sean constructivas a johanna_kat@yahoo.com o a jkattyj@hotmail.com

Copyright!!! Los personajes que conozcan son por supuesto de Card Captor Sakura y son creación de CLAMP, Kodansha, etc. Lo demás son de mi propia creación al igual que la historia es original mía, cualquier parecido con cualquier otro fic es pura coincidencia o simplemente que me influencie por ello.