CAPÍTULO 8: MUY CERCA, MUY LEJOS.

"¿Qué haces querida?"

"Solo dibujo unos modelos."

"¿Puedo verlos?"

"Claro"

Los días en el hospital habían sido muy lentos y. . . aburridos y eso era algo que desanimaría a cualquiera, pero ese día Tomoyo parecía estar un poco más animada, tal vez porque ya tenía algo en que ocupar su mente y no solo mirar al techo.

"¡Vaya! Están geniales, como todo lo que diseñas, pero. . . ¿quién es la niña que los usa?" Exclamó Katrina, mientras admiraba el trabajo de Tomoyo.

"Ella es. . . era mi mejor amiga hace tiempo."

"¿Era?"

"Si, era. Hace como 6 años que no la veo, de seguro ya se olvidó de mi."

El semblante de Tomoyo cambió de su felicidad a tristeza.

"Lo siento. No quería traerte un mal recuerdo."

"No te preocupes." Agregó Tomoyo mientras ponía su sonrisa. "Estoy bien, solo recordaba viejos tiempos."

Katrina la miró con cierta incredulidad, había algo más en eso que entristecía a Tomoyo. La conocía muy bien como para no notarlo. Una idea le llegó a la joven rusa, y que de seguro animaría a su amada.

"Tomoyo, ¿no te gustaría salir un rato y dar una vuelta?"

"¿En serio crees que sea posible?" Preguntó con ilusión.

"No lo se, pero preguntaré. Haré lo posible para que me dejen sacarte aunque sea unas horas."

"Por favor, me haría bien salir de aquí."

"Ya vuelvo. Espérame."

La joven de ojos verdes salió de la habitación y se decidió a buscar un doctor que le diera permiso de sacar a Tomoyo a dar una vuelta. Por otro lado en su habitación, Tomoyo sentía cierta expectativa para salir de ese lugar, como odiaba los hospitales. Sus ojos se posaron en los dibujos en los que se encontraba trabajando, y recorrió con sus dedos la figura plasmada en le papel y recordó la charla que tuvo con el joven Yukito y Touya.

"¿Y como han estado?" Preguntó Tomoyo con una sonrisa.

"Nosotros hemos estado bien." Respondió Touya con calma y seriedad.

Yukito se acercó a la cama de Tomoyo y se sentó aun lado de ella, mientras le sonreía, por otro lado Touya se quedó de pie un poco más lejos.

"¿Hace cuanto llegaste?" Dijo el joven Tsukishiro.

"Hace más o menos una semana. Ya me encontré con unos de mis amigos de la infancia. ¿Qué han hecho ustedes todos estos años?"

"Yo soy profesor en una primaria aquí en Tokyo y Touya es un ingeniero civil y que hace poco se mudó de Kyoto para ejercer." Respondió gentilmente. "¿Y tu que has hecho desde que te marchaste?"

"Primero estudié en los Estados Unidos, luego estudié alta costura en Italia y luego comencé a trabajar en diseño de modas en Rusia. Katrina, la que estaba conmigo es mi amiga y mi asociada."

"Vaya. Parece que te ha ido muy bien, felicidades." Sonrió y luego continuó. "¿Sabes? Me voy a casar muy pronto."

"¿En serio? Felicidades Yukito, espero que seas feliz. Si me dejas podría diseñar el vestido de tu novia. ¿Quién es la afortunada?"

"Se llama Arashi Umi."

"Espero conocerla pronto."

"Ya estuvo bueno de tanta palabrería. Vayamos al grano." Interrumpió Touya la agradable charla con brusquedad.

Tomoyo le volvió a ver impresionada por la reacción del hermano de Sakura y Yukito le miró con reprobación.

"No seas grosero Touya." Le dijo con tono suave pero con cierta severidad.

Touya solo volvió la mirada hacia otro lugar y se cruzó de brazos, parecía estar preocupado y ansioso por algo.

"¿A que se refiere?" Preguntó Tomoyo a Yukito.

"Lo que pasa es que Touya está muy preocupado por Sakura y pensó que tal vez tu sabías algo de ella."

Tomoyo bajó la mirada. Hubo un silencio incomodo por unos instantes, luego la joven Daidouji volvió a alzar la mirada.

"Yo no se donde está Sakura. Solo sé lo poco que me han dicho mi mamá y mis amigos, yo pensé que tal vez ustedes me pudieran decir que fue lo que le pasó a mi amiga."

Yukito no respondió, solo se volvió y miró a Touya. Tomoyo le siguió con la mirada y esperaron expectantes la respuesta del hermano de Sakura.

"Todo empezó con una pesadilla, o al menos eso creo." Dijo Touya sin volver a mirarlos. "Sus gritos me despertaron y fui a ver que le pasaba al monstruo, y ella solo lloraba pero no me dijo nada. Luego me pidió que la dejara sola. Esa noche ella no durmió nada y en el día no fue al colegio ni tampoco quiso probar bocado. No salió de su habitación en todo el día y tampoco recibió vista de nadie. . . ni si quiera dejó pasar a papá."

"¿Eso fue la semana antes de que desapareciera?"

"Así es." Respondió Yukito con cierta melancolía. "No salió de su habitación hasta el día siguiente que sus amigas fueran a verla y también cuando vino Li a hablarle. Luego se la pasó en su habitación y si a penas comía, tampoco quiso hablar conmigo."

"¿Y Yue? El debe saber algo, es su guardián."

"Infortunadamente al parecer Sakura le ordenó callar. Además un año después, exactamente un día luego de morir Fijitaka Kinomoto dejé de sentir su presencia dentro de mi. Al parecer Sakura logró separarnos de alguna forma y desde donde quiera que estuviera." El joven Yukito dudó un poco antes de continuar. "Sé que el era el único que podría decirnos que le pasaba a Sakura y donde podría estar pero él ya no hace parte de mí."

"¿Y por qué pensaron que yo sabía algo sobre Sakura? Yo me fui de Tomoeda mucho tiempo antes de eso." Cuestionó Tomoyo.

"Bueno, pues porque de lo único que habló Sakura en ese entonces fue de ti. Pensamos que tal vez se había ido a buscarte o se había comunicado contigo."

"¡Querida Tomoyo! Logré que me dejaran sacarte unas horas pero debemos ir acompañadas por una enfermera."

La voz de Katrina la sacó de sus recuerdos al momento que ella ingresó a la habitación. Tomoyo reaccionó rápido y le contestó con una sonrisa.

"¡Eso es genial! ¿a dónde me llevarás?"

"Es una sorpresa."

**************************

"Si no te quedas quieto, no podré quitarte los vendajes."

"Lo siento, pero aún duelen mucho. Si no lo has notado casi me arranca el brazo."

Habían llegado hace un día. Sakura ayudaba a Shaoran a recuperarse y le cambiaba los vendajes de su herida en el hombro. Sahoran había estado casi una semana en coma después de aquel incidente y apenas se había despertado lo primero que hizo fue llamar a Eriol y Sakura, pues creía que algo grave pasaba e iba a necesitar de toda la ayuda posible.

"Pero si parecen marido y mujer por la forma en que pelean."

Exclamó Eriol divertido ante la escena al entrar en la habitación donde estaba siendo atendido el Jefe del Clan Li, los dos voltearon ver al escuchar su voz y solo atinaron a ponerse rojos, ambos.

"Eriol, por favor. Solo ayudo a Shaoran." Dijo Sakura con voz nerviosa.

Shaoran no dijo nada, solo desvió la vista hacia el otro lado y se hizo el desentendido. Mientras Sakura terminaba de quitar los últimos vendajes y veía por primera vez lo amplio de la herida de su antiguo novio.

"Esto parece ser más grave de lo que creí." Dijo la Maestra de Cartas algo impresionada. "Tal vez pueda hacer algo al respecto."

"¿A que te refieres?" Cuestionó Shaoran.

Sakura no respondió, solo cerró los ojos y acercó las manos a la herida de Shaoran.

"Vientos eternos de oriente y luz de las estrellas. Denme poder de sanar las heridas de la obscuridad."

Una vez dicha estas palabras por la joven de ojos verdes, una suave brisa comenzó a envolverla y sus manos comenzaban a irradiar una cálida aura azul. La herida del hombro de Shaoran comenzó a cerrarse y curarse casi inmediatamente. El joven Jefe del Clan Li estaba sorprendido.

"¡¡Vaya!!, tu nivel de magia ha aumentado bastante. Nadie en el clan pudo curar mis heridas."

"Solo un gran hechicero puede curar a otro." Interrumpió Eriol. "No sabía que podías hacer eso, Sakura."

"¿No lo sabías? ¿Acaso no vives con ella? ¿Cómo no pudiste darte cuenta de su nivel y habilidad?" Preguntó impresionado Shaoran, pues sabía lo hábil y observador que era Eriol con respecto a la magia.

"Eso es fácil. Sakura también se volvió muy hábil en ocultarme las cosas." Dijo sonriente mientras volteaba a mirar a la antigua Card Captor.

Sakura se ruborizó ante el "cumplido" de su amigo. Tenía mucha razón, había desarrollado su magia y varias habilidades a espaldas de Eriol. El inglés obviamente había notado el incremento de nivel de Sakura pero nunca supo con certeza de que era capaz. Pero eso no era lo que ruborizaba a Sakura, pues entendió el doble sentido de ese comentario, a lo que realmente se refería era lo concerniente a sus sentimientos.

"Bueno. Es mejor que mire y cure tu otra herida." Dijo tratando de cambiar de tema.

Con cuidado retiró con delicadeza los vendajes del rostro de Shaoran, y con el mismo conjuro le curó la herida. Sin embargo, una cicatriz había quedado adornado su rostro atravesando por encima de su ojo izquierdo. La verdad para Sakura es que esa herida solo le daba más carácter y presencia a Shaoran. Con sus dedos, Sakura recorrió la cicatriz con cuidado, acariciándolo con cariño, una pequeña sonrisa se dibujo en los labios de Sakura mientras admiraba a Shaoran. 'Ahora es muy apuesto' pensaba la japonesa absorta en su admiración por el Jefe del Clan Li. Por su parte Shaoran al sentir la caricia de Sakura se estremeció y volvió mirarla a sus ojos, 'Su hermosos ojos verdes'. El Jefe del Clan Li tomo la mano de Sakura entre las suyas y no la dejaba de mirar, ella había cambiado mucho en esos años y ahora era muy bella como para poder quitarle la vista de encima. Los dos se miraban con intensidad y en silencio, como si el tiempo se hubiera detenido para los dos.

"Donde hubo fuego... cenizas quedan." Interrumpió Eriol con tono burlón.

Por segunda vez en menos de 10 minutos Shaoran y Sakura se ruborizaban de nuevo, pero esta vez más profusamente. Sakura se soltó de las manos de Shaoran con nerviosismo y le dio la espalda dando unos pasos al frente y Shaoran, pues no teniendo a donde más ir solo desvió la mirada y se cruzó de brazos. Eriol solo reía calladamente, definitivamente estos dos no cambian.

"Este. . . bueno. . ." comenzó a hablar Sakura aún inquieta. "Con esta curación recuperarás pronto tu salud y nivel de magia, pero no pude extraer el veneno negro."

"¿Veneno negro?" Cuestionó el joven Li.

"Así es. Este veneno no te permitirá sanar del todo. Es posible de vez en cuando te duela o que se te abra la herida, luego miraré si puedo extraerlo. Ahora tenemos cosas más urgentes que atender."

"Así es. Mejor descansa y por la noche nos reuniremos a discutir lo sucedido."

Sakura se dirigió a la salida de la habitación y antes de salir, sin volver a mirar dijo.

"Siento mucho lo de Meylin."

Y sin decir más abandonó la habitación seguido de Eriol. Shaoran se quedó solo con sus pensamientos, pero no en Meylin sino en Sakura. Su presciencia había sido más intensa de lo que hubiera pensado y su corazón latía desbocado. La Sakura que había visto ahora no se parecía a la que había vivido con él hace unos años, al parecer había recuperado su vitalidad y alegría y una idea golpeó su mente. Una buena idea debió aceptar pero habían unos problemas que solucionar antes de echarlo a andar.

Por su parte Sakura y Eriol caminaban por los extensos pasillos de la residencia del Clan Li. Sakura parecía pensativa.

"¿Te sucede algo malo Sakura?"

"¡¿Hoe?! Lo siento Eriol, solo pensaba en la situación y sobre quien pudo hacerle algo así a Shaoran y matar a Meylin."

Eriol solo la miró más intensamente con una sonrisa.

"A veces puedes ser una molestia ¿Sabías?" Dijo al deducir que Eriol no le había creído. "Esta bien. Estaba pensado en Shaoran, pero no es lo que crees, no pienso volver con él. Solo pensaba lo que pudo ser si las cosas hubieran sido diferentes."

Sakura cayó unos momentos antes de decir algo más mientras sus pensamientos se remontaban a Tomoyo.

"Te pido encarecidamente que no le menciones a nadie y mucho menos a Shaoran sobre mis sentimientos, por favor."

"Claro que sí. Siento mucho que tu viaje a Japón se tenga que posponer por este inesperado acontecimiento."

"Si, bueno. Es algo que no se puede ignorar. No vemos en la noche, creo que mejor voy a tomar una sienta pues aún estoy cansada por el viaje."

"Que descanses."

"Lo mismo."

Sakura se dirigió rápidamente a la habitación que ocuparía mientras durara su estancia en casa de Li. Una vez entró a la habitación, el pequeño Kerberos se le abalanzó encima protestando.

"¡¡Sakura. ¡¿Qué estamos haciendo acá?! Creí que iríamos a Japón a visitar a Tomoyo, no a Hong Kong a visitar al mocoso!"

"Es mejor que te calmes Kerberos, estamos acá porque hay energías que amenazan al mundo y es nuestro deber investigar y si es posible detenerlas." Exclamó Yue antes de que su ama respondiera.

"Lo siento Kero. No era mi plan venir acá, pero como bien dijo Yue debemos averiguar que sucede sobre todo después del ataque de la otra noche." Caminó hacia la cama y se sentó en ella. "Tu sabes muy bien que desearía estar en Japón ahora mismo." Dijo con tristeza.

"Lo siento Sakurita, no quería ponerte triste." Se disculpó la Bestia del Sello.

"No te preocupes, estoy bien. Espero que nuestra estancia en este lugar no se extienda demasiado."

"¿Y no piensas desempacar, Sakurita?"

"¿Acaso bromeas?" Sakura se puso de pie y se dirigió al armario. "Por lo visto Shaoran esperaba que volviera algún día." Al abrir el armario estaba lleno de vestidos, todos tradicionales de china, finamente elaborados y obviamente costosos. "Además, si haces memoria esta era mi habitación cuando estuvimos aquí y no ha cambiado en nada."

Kerberos echó una mirada a su alrededor observando cuidadosamente la habitación. Sakura tenía toda la razón, al parecer Shaoran esperaba el regreso de la Maestra de Cartas y siempre tuvo un lugar para ella en la casa para cuando decidiera volver. Eso quería decir que Shaoran aún estaba. . .

"¡¡NOOOOOOOOO!!"

"Kero ¿por qué gritas así?" Exclamó Sakura mientras se cubría los oídos.

"¡¡NO ME GUSTA!! De seguro el mocoso aún piensa que puedas ser su esposa."

"Pero que cosas dices Kero." Al mismo momento que se ruborizaba. "Eso no va a pasar. No insistas con eso, ya es difícil soportarte celándome con Eriol y ahora vas a empezar con Shaoran. ¡Deja eso de una vez por todas!"

"¡Hasta que no estemos en Japón!"

Sakura suspiró. A veces el Guardián del Sello podría ser una verdadera pesadilla, y eso que sabía todo con respecto a su dueña porque de no ser así seguramente ya habría hecho alguna tontería.

"Bueno, pero ahora quisiera dormir. Me gustaría que me dejaran sola, pueden dar una vuelta en la mansión pero no vayan a salir de ella."

**************************

"¿Te gusta el lugar?"

"¡¡Me encanta!! Es un lugar muy hermoso."

Katrina había logrado convencer a los médicos responsables por la condición de Tomoyo para dejarla salir al parque en frente del hospital pero solo bajo supervisión médica, así que eran seguidos por una enfermera y por su puesto del inglés sudafricano Alexander Hayes. La joven Daidouji aún no podía caminar muy bien, así que caminaba apoyada en su amiga pero aún así se le dificultaba mucho. Caminaron hasta un sakura del parque. No estaba en flor pues estaba empezando el verano pero aún así era hermoso, y Tomoyo decidió sentarse bajo la sombra del árbol.

"Te agradezco mucho, Katrina. Ha sido muy lindo de tu parte. Es un día muy lindo para haberlo pasado adentro en el hospital."

"Ni lo menciones. Podremos estar aquí un par de horas antes de volver."

La tarde era agradable, y Tomoyo estaba muy sonriente disfrutando el pequeño momento de alivio. Katrina solo la miraba felizmente, admirándola y más cuando las fantasmales alas blancas emergieron mostrándola más bella.

"Eres un ángel mi querida Tomoyo."

"Gracias." Respondió con una sonrisa.

"Tomoyo, ¿recuerdas cuándo te pregunté si eras uno?"

"Si, aún lo recuerdo. ¿por qué?"

"Te lo pregunto de nuevo ¿eres un ángel?"

"La verdad no entiendo que quieres decirme." Exclamó la diseñadora interrogativa "Solo soy una chica común y corriente."

"Bueno. . . es que. . ." Katrina se comenzaba a sentir nerviosa. "tu tienes. . . tienes. . ."

"Tengo. . ."

Katrina desvió la mirada a un lado, sentía su cara arder, de seguro estaba totalmente roja pero esta vez estaba dispuesta a preguntarle por sus alas. La rusa alzó un poco la mirada y vio que el inglés Hayes también miraba hacia donde ellas estaban pero lo que más le llamó la atención era el rostro de sorpresa en él. Katrina estaba confundida, miró una y otra vez entre Tomoyo y Hayes. No había duda, miraba a Tomoyo. ¿será posible que Alexander pudiera ver las alas de Tomoyo? Porque si era así sería la primera vez que sabe de alguien más que puede. Katrina volvió a mirar al inglés y su rostro de sorpresa cambió a una de felicidad, de complacencia como la de alguien que ha encontrado algo que perdió, esto la dejó más pensativa, acaso. . .

"¡¡Katrina!!"

"¿Qué?" Dijo la rusa al volver a la realidad. "Ohh, lo siento querida, es que me pareció notar algo. . . interesante."

"Que es lo que me tratas de decir."

"Bueno lo que yo te quería preguntar es ¿por qué tienes. . ."

"¡¡Hola Tomoyo!!"

Una voz lejana interrumpió su pregunta justo en el momento que se sentía con el valor para preguntar, que mala suerte.

A lo lejos se acercaban tres personas, eran Chiharu, Rika y Yamasaki. Habían tomado el día para irla a visitar.

"Amigos, ¿qué hacen aquí?"

"Vinimos a visitarte, en el hospital nos dijeron que te encontrabas aquí." Respondió Rika una vez se hubo acercado, seguido de Chiharu y Yamasaki. "¿cómo has estado?"

"Mucho mejor. Sobre todo porque me han dejado salir en tan hermoso día." Respondió con una sonrisa. "Me alegra mucho que hayan decidido acompañarme."

"¿Y quien es tu linda amiga?" Preguntó Yamasaki mirando a la rubia, inmediatamente Chiharu lo tomó por el cuello ahorcándolo.

"¡¡Como te atreves Takashi!! Deberías respetarme."

"Chiharu suéltame, no me dejas respirar. Tu sabes que eres la única para mi." Dijo mientras se ponía azul por la falta de aire.

Una gran gota apareció sobre la cabeza de todos los presentes ante la escena.

"Ella es Katrina Romanov." Dijo Tomoyo presentándola. "Es mi amiga y asociada." Y luego se volvió hacia la rusa. "Katrina, ellos son unos amigos. Ella es Terada Rika. . . Ella Chiharu y el pobre que están ahorcando es Yamasaki Takashi." Dijo con humor.

"¡¡¿¿Katrina Rokanov??!! ¿La famosa diseñadora rusa? ¡¡Es un honor conocerla!!" Exclamó Chiharu dejando Yamasaki tirado en el suelo casi sin aliento.

"Si. . . bueno, también es un gusto conocerles." Respondió Katrina con nerviosismo ante la reacción de la otra.

"Sabían que Rusia es un país muy interesante. En invierno suelen hacer competencias de natación para ver quien. . ."

"¡¡TAKASHI!! No es hora de que digas tus mentiras." Le reprobó Chiharu mientras volvía tomar del cuello al joven que a pesar de eso tenía una sonrisa.

Una gran gota aparecía sobre la rusa mientras Rika y Tomoyo reían divertidas. Esa pareja si que era muy interesante de observar.

Katrina dejó un momento de mirar a los recién llegados para volver a mirar a Tomoyo, sus alas habían desaparecido una vez más. Volvió a mirar al inglés pero este ya estaba con la misma actitud de siempre y mirando a los alrededores.

Hablaron de muchas cosas, de sus vidas, sus planes, su pasado y siempre adornado por alguna mentira de Yamasaki. Todos parecían estar muy animados e excepción de Katrina que aunque seguía la conversación muy atenta y participaba activamente su mente estaba en otro lado y con otra cuestión. Nunca le había preocupado mucho la existencia de las alas de Tomoyo, siempre pensó que eso era su mejor cualidad, pero ahora comenzaba a sacar conclusiones a pesar de la poca información que tenía. ¿Acaso la razón de la presencia del inglés tenía algo que ver con sus alas? Porque estaba más que segura que él las había visto y por su expresión eso era lo que estaba buscando, y si es así ¿el peligro que corre Tomoyo está ligado a eso? ¿quiénes son los que quieren lastimar a Tomoyo? Pero aún tenía más preguntas que respuestas.

Por su lado Tomoyo, aunque parecía interesada por la conversación y las visitas, solo podía pensar en su condición y en Sakura. Nunca había estado enferma, solo aquel desafortunado incidente hace un año y que de no ser por Katrina ya estaría muerta. No estaba segura de que la afligía, pero por alguna razón intuía que no era ninguna enfermedad pues no se sintió mal físicamente cuando tuvo su primer ataque solo una profunda y gran tristeza. Había sentido como si la hoz de la muerte le hubiera atravesado su alma y se la hubiera intentado quitar, sintiendo una punzada en el corazón. En ese instante solo pudo pensar en Sakura, no sabía por qué pero así había sido, pero ese pensamiento solo le hacía más daño.

**************************

Corría apresurada por los pasillos de la mansión ¿cómo pudo quedarse dormida? Era imperdonable, por sobre todo porque esa reunión era muy importante. Se detuvo un momento tomó la llave e invocó el poder de las estrellas. Ahora se sentía más cómoda con su traje de batalla, porque eso de correr con un traje sastre y con tacones era realmente incómodo y difícil. Inmediatamente se dirigió al salón donde se llevaría la reunión y abrió las puertas intempestivamente.

"Lo siento." Dijo Sakura mientras recuperaba el aliento. "lo que. . . lo que pasó. . . es que me quedé dormida."

"Al parecer en eso no cambias. La falta de puntualidad." Exclamó el joven Li al mirar el agite de la muchacha.

"¡¡KERO!! ¿por qué no me despertaste?"

"¿Yo? Pero Sakura, hace mucho que no hago eso. Tu siempre te habías levantado sola y mucho antes que yo. No pensé que tuviera que hacerlo." Respondió desconcertado la Bestia del Sello en su forma original.

"Ufff.. . . no importa, creo que ya podemos empezar. Tal vez sea solo por el cambio horario."

El rostro de Shaoran se notaba cierta sorpresa ante las palabras de Kerberos. Siempre recordó a Sakura como una chiquilla que casi nunca podía llegar temprano a algún evento y mucho menos levantarse temprano. Pero sus pensamientos se disiparon cuando notó con más detalle la vestimenta de la Maestra de Cartas.

Una vez hubo recuperado su aliento, Sakura miró a los presentes. Estaban Kerberos y Yue a un lado, y más allá Eriol con su traje de hechicero y su báculo, y por otro lado Shaoran con un traje verde como el que tenía de niño, pero más elaborado y hermosamente decorado con los símbolos del clan y del ying yang. Sakura se ruborizó levemente al verlos, a ambos. Ya había visto a Eriol muchas veces con su traje pero en ese momento solo podía notar lo guapo que estaba con su porte de caballero inglés, con su largo cabello negro y su enigmática sonrisa. Lo mismo le pasó al ver al Jefe del Clan Li, su traje lo hacía ver sumamente imponente y más con esa cicatriz en su rostro que lo hacía ver más guapo, definitivamente ya no era un niño. Su rostro reflejaba el carácter de alguien que debió madurar muy rápido pero detrás de su dura expresión ella sabía la verdad. Sakura sacudió la cabeza tratando de retirar esos pensamientos de su mente.

Eriol sonreía, pero no por la reacción de Sakura sino por la de Shaoran que tenía la boca abierta y totalmente absorto recorriendo la figura de la japonesa. No era la primera vez que veía a Sakura en ese tipo de trajes, cuando niño Tomoyo se ocupaba de se surtir de los más exóticos vestidos a su amiga y él había estado ahí. Pero en ese entonces eran niños, ahora Sakura hecha toda una mujer en ese tipo de vestidos la hacían ver sinceramente espectacular. Kerberos solo hizo un gesto huraño ante la reacciones de Sakura y Shaoran.

"Bien. Es hora de empezar, no nos podemos quedar toda la noche mirándonos los unos a los otros." Exclamó el inglés sacando de sus cavilaciones al Jefe del Clan que solo pudo ruborizarse. . . de nuevo.

"¿Pero por donde debemos empezar?" Preguntó Sakura.

"Creo que primero Li debería contarnos lo que pasó la noche que mataron a MeyLin."

"Tienes razón." Exclamó el joven Li con voz autoritaria y recobrando la compostura. "El sujeto que mató a Meylin tenía una fuerza sin comparación, no se exactamente por que la perseguía pero creo que lo hizo por placer." Sahoran cerró los ojos con fuerza casi la punto de lastimarse y con un gesto de furia mal contenida. "Traté de detenerlo, pero ese sujeto me evadía muy fácilmente. Es más, quebró mi espada con el menor de los esfuerzos y no me mató porque no se le dio la gana y eso. . . me enfurece, aparte del hecho que se divertía al verme tan furioso cuando le arrancó el corazón de Meylin."

"¿Quebró tu espada?" Preguntó Sakura con un gesto de incomprensión.

"Mi espada. . . era un arma mágica muy poderosa que había pasado por generaciones en mi familia, era prácticamente indestructible. El que la haya podido destruir solo demuestra su inmenso poder."

"Ya veo." Dijo la Maestra de Cartas pensativa. "Pero lo que dices, eso de que no te mató porque no quiso. En nuestro encuentro con esas fuerzas fue lo mismo, no nos mataron porque no quisieron."

"¿También los atacaron?" Exclamó Shaoran con sorpresa.

"Así es." Continuó Eriol. "No se si lo habrás notado pero no estamos en las mejores condiciones, a mi casi me drenan toda la sangre y Sakura recibió un golpe que le causó mucho daño. Fue una mujer muy extraña pero muy atractiva y un joven alemán, nos atacaron el mismo día que recibimos tu llamada. Sin embargo hubo algo extraño allí."

"¿A que se refiere?"

"Pues que nunca percibí nada en Krestler, el alemán. Él estudiaba junto con Sakura en la universidad y jamás sentí en él algún poder, aparte de que nunca hizo nada extraño. . . aparte de perseguir a Sakura."

Shaoran hizo un gesto de molestia ante esas palabras, pero Sakura se apresuró a contestar junto con una risita nerviosa.

"Pero no tuvimos nada, más bien era una molestia que no lograba quitarme de encima."

"Con eso tenemos tres." Continuó el hechicero inglés. "El que atacó a Li y los dos que nos atacaron a nosotros, pero es posible que sean más. No es así Yue."

"Así es mago Clow. He sentido esas energías por algún tiempo y unos días antes percibí una fluctuación muy extraña parecida a la que sentí en la noche que los atacaron, creo que era el nacimiento de otro." Contestó con serenidad el antiguo Juez.

"Entonces digamos que son cuatro. . . hasta ahora. Pero ¿Qué serán lo que buscan o lo que quieren?"

"Bueno Sakura." Dijo Eriol. "Me da la impresión de que son fuerzas de equilibrio en conflicto, pero no estoy seguro de cómo se lleva a acabo ni sus consecuencias."

"¿Será que nosotros tenemos parte en este conflicto?" Preguntó el Jefe del Clan Li.

"¿¿¡¡Acaso estas loco!!?? Estas personas casi nos matan. Si esas energías son fuerzas de equilibrio en conflicto como dice Eriol, eso quiere decir que quienes los enfrenten deben tener el mismo potencial y aunque seamos poderosos no podemos compararnos con ellos. A duras penas los tres podríamos con uno solo." Repuso Sakura algo alterada.

"Tienes razón, pero no podemos dejar que actúen libremente y nos quedemos de brazos cruzados mientras ellos hacen lo que se les den la gana. Además tengo que hacer justicia por Meylin."

"Se que te molesta lo de Meylin, pero no puedes actuar a lo tonto. Solo lograrás que te maten y no quiero que eso suceda. En mi opinión será mejor alejarnos y evitar encontrarnos con ellos."

La molestia se veía en el rostro de Sahoran. Se sentía frustrado pues Sakura tenía toda la razón. No eran rivales para aquellos seres, en su cuerpo tenía marcas de esa verdad. Pero no podía sentirse bien con solo ignorar. Se sentía muy impotente y su deber es hacer justicia, no solo como Jefe del Clan sino también porque era su prima y alguien quien apreciaba y no podía dejar las cosas así. Pero en esos momentos no tenía los medios para hacerlo y mucho menos sin su espada.

"Hiragizawa, hace un momento mencionaste algo sobre ese sujeto alemán. Que antes de su enfrentamiento no tenía ningún poder, ¿cómo fue que cambió de repente?"

"No tengo la respuesta a eso. Al principio él me atacó pero lo hizo como un humano común y corriente, y cuando ya lo tenía dominado una gran energía obscura comenzó a emerger de él como si lo hubieran invocado y luego de eso, me superó totalmente con su poder y resistencia."

"Eso parece muy extraño, tu que opinas Sakura. . . ¿Sakura?. . . ¡Sakura!"

"¿Hoe?, lo siento estaba distraída. Solo pensaba en. . . este. . . tu espada. ¡Si!. . . eso, como le vas hacer para realizar tus conjuros."

"Puedo hacer ciertos conjuros sin necesidad de algún elemento mágico, pero mi espada es una baja sensible. Sin un buen canalizador mis más poderosos conjuros podrían matarme e infortunadamente no poseo nada tan bueno como mi espada en este instante."

"Tal vez deberíamos hacer una nosotros mismos. ¿qué opinas Eriol?"

"Sería una ejercicio interesante." Respondió Eriol algo divertido.

"¿Acaso sabes hacer armas mágicas Sakura?"

"Bueno, no lo he hecho nunca pero no perdemos nada con intentarlo. Y si reunimos la magia de nosotros tres en el arma de seguro que será mucho mejor que tu anterior espada."

"Esta bien." Exclamo el joven Li no muy convencido. "Pero ¿qué vas a utilizar?, no puedes hacer de cualquier arma una mágica."

"Eso lo sé. Así que va tocar hacer una nueva, pero debe hacerse con elementos muy especiales. Primero que nada el material de la hoja de la espada debe ser del mejor metal disponible, alguna aleación con platino y plata de ser posible, forjada con el fuego de la lava de un volcán y enfriada con agua del Pacífico y bajo las manos del mejor artesano. La empuñadura del mismo debe ser en oro sólido con los símbolos de tu familia y previamente purificado. Cuando ya esté lista los tres haremos el ritual donde le imprimiremos magia en algún altar o círculo mágico. . . ya verás que quedará muy bien ¿cuánto tardarías en tener todo listo?"

"Bajo esas especificaciones la espada completa podría demorarse al menos una semana si lo apresuro, y para el ritual podríamos hacerla en el Gran Salón del Dragón."

"¡¡¿¿No es emocionante??!!" Dijo Sakura con alegría. "Verás lo bien que va a quedar. Un arma mágica inteligente, será un gran logro de los tres hechiceros más poderosos del mundo."

"¿No creen que deberíamos prestar atención a otras cosas?" Interrumpió Eriol a la emocionada Sakura.

"Lo siento." Dijo una apenada Maestra de Cartas. "Pero a todas estas, ¿qué es lo que sabemos?"

"En conclusión, nada. Solo sabemos que están ahí y que asumimos que son el bando malo de fuerzas de equilibrio. Esperaba que Li pudiera ayudarme con los recursos a su disposición."

"De eso ya no hay de que preocuparse. Como nadie sabía que fue lo que me atacó, nadie se tomó la molestia de investigar." Exclamó con cierta decepción y molestia. "Cuando desperté a parte de llamarlos, también ordené que buscaran información al respecto. Al igual que Hiragizawa también supuse que eran de ese tipo de conflictos, algunos miembros de mi clan han ido con otros clanes de China para investigar pero mi mejor información la traerá Ma Yuan Chang."

"¿Ma Yuan?" Interrogó Sakura.

"Ma Yuan es. . . es mi prometida." Respondió Shaoran con cierto recelo.

"Ya veo."

"Amigo, tu si que no pierdes el tiempo." Intervino Eriol con una sonrisa.

Shaoran solo lo miró como si quisiera matarlo con la mirada, como podía ser de imprudente y mal intencionado el inglés. No quería darle una mala impresión a Sakura, eso era lo último que quería ahora que ella se encontraba ahí. Debería hablar con ella a solas luego.

Por otro lado Sakura sintió un poco de tristeza saber del compromiso de Li, a pesar de que tenía claro sus sentimientos no lo pudo evitar porque después de todo aún le amaba y sus sentimientos por él se habían hecho más fuertes desde que lo volvió a ver. Se sentía confundida y atrapada entre dos mundos muy diferentes, pero ya estaba resuelta con lo que tenía que hacer.

"Creo que deberíamos dejar esta reunión hasta acá." Pronunció el Jefe del Clan Li. "Esperemos que tengamos esa información a la mano para luego analizara y sacar conclusiones."

"Me parece bien."

"A mi también."

Luego de eso los tres hechiceros abandonaron el recinto. Sakura era seguida de cerca por Yue y Kerberos. El semblante de la japonesa era el reflejo de la preocupación, su cabeza era un huracán de ideas muy diversas. Afortunadamente había logrado evitar demostrarlos en frente de Shaoran y sobre todo de Eriol, quien como sabía muy bien su suspicacia podría hacerla hablar.

"Sakurita, no entiendo. ¿por qué tuviste que ofrecerte para hacer la espada del mocoso? Ahora tendremos que quedarnos más tiempo."

"Lo sé Kero." Exclamó con preocupación. "Pero hasta cierto punto fue necesario, tenía que desviar la atención de Shaoran y Eriol. Además, la información que pueda reunir su prometida." Sintió un nudo en la garganta al mencionarlo. "Me puede ser de utilidad."

"¿En qué piensas Sakurita?"

"Kero, Yue. Necesito hablar con ustedes. Mejor busquemos un lugar tranquilo donde no nos puedan interrumpir."

Sin hacer preguntas los guardianes siguieron a su dueña quien los guió a un lugar apartado en el gran y hermoso jardín de la casa de Li. En otro lado de la casa, más exactamente en la habitación que ocupaba Sakura una brisa obscura se desplazaba sin ser notado por nadie.

"Bien Sakura, de que quieres hablarnos." Interrogó el Guardián del Sello.

"Creo que esta lucha. . . bueno, me involucra de alguna manera."

"¿Qué dices? ¿cómo puedes estar tan segura?"

"Por algunas cosas que se mencionó en la reunión y por lo que dijo la mujer esa que nos atacó."

"Aún no entiendo."

"Cuando luchaba, ella me llamó "escudera". En ese instante no le presté mucha atención pero creo que tiene algún significado, creo que debo proteger a alguien o algo que ellos necesitan."

"Pero si es así, ¿no hubiera sido mejor matarte en ese instante?"

"Se que parece extraño, pero no sabemos bajo que reglas se basa esta lucha. Tal vez me necesitan viva aún para algo. Además creo que la razón de la lucha en Londres no fue para matarme a mi o a Eriol, creo que venían por Krestler."

"Pero Sakurita, tu misma dijiste que no era posible que ustedes fueran parte de esa lucha porque deberían estar al mismo nivel que ellos."

"A eso iba. Krestler era un sujeto común y corriente hasta esa noche. A esa mujer le escuche mencionar unas palabras en latín y después de eso fue cuando él obtuvo su poder." Miró fijamente a sus guardianes antes de continuar. "Era una invocación a los poderes obscuros, de un tipo muy especial, del origen del mal, muy antiguo debido al idioma por lo que pude notar. Pero no se a ciencia cierta que tipo pues no le entendí muy bien."

"Aún no me respondes Sakura, aún no tienes su poder."

"Porque al igual que con el alemán, esa clase de poder solo pueden surgir de una invocación. Es decir, que si nuestra ama Sakura pertenece a la lucha primero debe hacer el conjuro pera despertar su poder." Concluyo Yue.

"Así es Yue, pero sin conocer contra quien luchamos, y como están conformados los bandos no tengo un punto de inicio para empezar. Por eso debemos esperar que tipo de información puede reunir Shaoran, pero tengo mis sospechas."

"¿Por qué no lo mencionaste en la reunión?"

"Conocen muy bien a Eriol y Shaoran, si de alguna forma estoy involucrada ellos trataran de ayudarme y defenderme. Podrían salir lastimados o muertos por ello, y no quiero que eso pase. Así que les pido que no lo mencionen a ninguno de los dos."

"Eso lo sabemos Sakura. No debes preocuparte por eso."

"Sakura, ¿puedo hablar contigo un momento?"

Los tres volvieron a mirar hacia donde habían escuchado la voz. Era el joven Li que se acercaba donde ellos se encontraban. Kerberos solo lo miró como si lanzase rayos por los ojos a los cual Shaoran respondió de la misma forma, a pesar del tiempo ellos se seguían tratando como enemigos.

"¿Qué haces aquí mocoso?" Replicó desafiante.

"No estoy hablando contigo muñeco."

"¡¡Yo no soy muñeco!! ¡¡Soy la gran Bestia del Sello!!" Exclamó con orgullo.

"¡¡Ya basta ustedes dos!!" Interrumpió Sakura. "Kero, Yue. Por favor, déjennos solos."

"Pero Sakurita, yo no confío en este sujeto."

"Kero, no me hagas repetírtelo." Exclamó molesta.

"Esta bien, pero llámame si necesitas algo."

Y antes de marcharse le lanzó otra mirada de desconfianza al Jefe del Clan Li.

Una vez estuvieron solos el joven Shaoran se acercó a Sakura. Por un momento hubo un silencio entre los dos, Shaoran miraba insistente a la hermosa figura de Sakura que estaba iluminada levemente por la luna pero no se atrevía a iniciar la conversación, su corazón latía con fuerza inusitada a cada segundo que pasaba. Sakura solo esperaba que él empezara a hablar. Se sentía un poco nerviosa, y que al igual que él, el latido con fuerza de su corazón no le permitía pronunciar palabra alguna. Tomando una gran bocanada de aire Sakura tomó la iniciativa con tal de romper el incomodo silencio.

"Así que, te vas a casar." Dijo al fin mirando al cielo.

"Es cierto. La responsabilidad con mi clan me obliga a contraer matrimonio a la brevedad posible." Respondió Shaoran tratando de esconder su nerviosismo con su seriedad.

"¿Te casas por obligación? ¿Acaso no la quieres?"

"No me mal interpretes. Claro que la quiero, es una chica muy bella y amable; no lo hago por obligación."

"¿Así que la amas?"

Shaoran no respondió, solo guardó silencio pues no sabía como contestar aquello sin decir algo que pudiera ser totalmente definitivo.

"Te he extrañado mucho Sakura. He esperado tu regreso, siempre. Tu. . . tu. . ." Por un momento le faltaron las palabras al joven Li.

"Yo también. . . te he extrañado Shaoran." Su voz era dulce y melodiosa.

"Entonces cásate conmigo, Sakura. Quiero que seas mi esposa."

"¡¡¿Qué?!!" exclamó sorprendida. "Y que pasa con. . . ¿cómo se llama?. . . con Ma Yuan."

"Si tengo que elegir entre ella y tu, siempre serás tu, Sakura Kinomoto. Eres la única persona que he amado y siempre lo haré."

"¡¡Oh Shaoran!!" En ese instante se volvió a mirarlo con sus hermosos ojos verdes, se podía ver una gran ternura e inocencia. Lentamente se acercó al Jefe del Clan Li y con dulzura puso su mano sobre su mejilla. "Yo también te amo, siempre lo he hecho y siempre lo haré."

Shaoran sintió el rubor subir por su rostro, pero esta vez no le importó. Lentamente cerró sus ojos para sentir con más intensidad la suave y cálida piel rozar su rostro. Con delicadeza tomó las manos de la japonesa entre las suyas y las apretó con suavidad.

"Por que siento que hay un pero."

"Pero lo nuestro ya no puede ser." Replicó con tristeza. "Una vez que una flor se ha marchitado esta no puede volver a florecer y su belleza nunca volverá a ver la luz del sol."

Sakura dejó las manos de Shaoran y lentamente se dispuso a retirarse sin volver a mirarlo.

Allí quedo solo el joven Li, con la tristeza llenado su alma y admirando el suave caminar de la joven que le había robado el corazón. No podía dejarla ir así, no de nuevo porque esta vez haría hasta lo imposible por retenerla a su lado sin importar nada. Pero ahora en soledad su mente le trajo los recuerdos de la otra mujer en su vida, Ma Yuan. Adoraba a la chica, la amaba también pero su vínculo con ella no podía compararse con lo que sentía por Sakura, pero tampoco quería hacerle daño porque no podía ignorar lo que esa joven china había hecho por él. Pero el primer amor es el primer amor y no iba a renunciar sin dar la pelea aún sabiendo que se arriesgaba a perderlo todo, no sería Shaoran Li el Jefe del Clan Li si no lo intentaba.

Dirigiéndose a su habitación Sakura pensaba en lo mismo. Amaba a Shaoran, el sentimiento por él no había disminuido en nada a pesar de los años y lo sentía a flor de piel ahora que se encontraban tan cerca. Pero sus sentimientos por Tomoyo eran aún más fuertes porque a pesar de todo lo que le pudiera pasar, siempre era en ella lo primero en su mente y corazón.

Lentamente entró a su habitación, al parecer Kero y Yue no se habían dirigido allí después de separarse cuando llegó Shaoran, echó una mirada rápida a su alrededor y vio al lado de la puerta una mesita donde había una bandeja que contenían dos copas de muy fino cristal y que al parecer contenían vino.

"De seguro fue idea de Shaoran." pensó. "Primero tomaré un baño."

Se dirigió al armario y tomó de allí uno de los tantos trajes que habían, luego se dirigió al baño anexo que tenía la habitación. Con cuidado se deshizo de sus vestimentas occidentales y se dispuso a tomar un calmado y relajante baño. Con cuidado entró en la tina y se recostó allí mientras su mente aún divagaba con lo sucedido al mismo tiempo que sus manos recorrían cada centímetro de su piel.

Aún para la misma Sakura no entendía muy bien como podía pasar; amar a un chico como Shaoran y a la vez amar una chica como Tomoyo porque no solo era el género lo que los hacía diferentes, sino también su carácter. Shaoran era un joven muy apuesto siempre serio y muy responsable, pero como ella sabía muy bien era encantadamente cariñoso y romántico. Tomoyo por otro lado, y a pesar de que no haberla visto en al menos 5 años aún recordaba su fina figura y alegre actitud, el suave y melodioso tono de voz y esa encantadora sonrisa. Su sonrisa, era lo que más le gustaba, nunca pudo resistirse a esa hermosa sonrisa y el solo recordarlo le hacía sonrojar.

Aún en el jardín, Shaoran admiraba el cielo como si allí pudiera encontrar la respuesta a su disyuntiva entre Sakura y Ma Yuan. Lentamente comenzó a caminar hacia la casa, era difícil tener que decidir entre dos personas, sobre todo si son personas que amas y que no deseas causarle ningún dolor o sufrimiento. Pero como ya lo había dicho antes, si tenía que escoger sería Sakura. Primero intentaría reconquistarla y luego hablaría con Ma Yuan sobre su decisión. Con una idea ya clara con gran avidez se dirigió a la habitación de Sakura y llamó a la puerta.

"¡¡Sakura!! ¿estas ahí?"

Nada. Solo silencio.

"¡Sakura!"

Espero un momento y no hubo respuesta. Así que decidió entrar con cuidado en la habitación.

"Sakura ¿estas ahí?" volvió a preguntar.

"¿Shaoran? ¿Eres tu?" Una voz lejana se escuchó.

"Si Sakura. Soy yo."

"Espera un momento que ya salgo."

Así lo hizo, se dispuso a esperar aunque sentía cierta ansiedad. Miró nerviosamente alrededor de la habitación y su mirada se posó en la bandeja con las copas de cristal que estaban al pie de la puerta. Le parecía extraño, ¿qué hacían esas copas ahí? Se dirigió a ellas y las tomó cuando escuchó una voz detrás de él.

"Shaoran ¿hay algo más que quieras decirme?"

Shaoran se dio la vuelta. Sakura vestía un traje chino negro, perfectamente elaborado, con bordes dorados. Su estilo era muy parecido al que le había regalado hace unos años. Enterizo de cuello alto y cerrado, con una gran falda que llegaba hasta sus tobillos y que tenía una abertura a ambos lados de sus piernas y que llegaban casi hasta la cintura, además de un gran y hermoso dragón dorado que nacía en lo más bajo de la falda y que serpenteaba hacia arriba, rodeando su cintura y que terminaba sobre su pecho y si a eso le sumamos que acababa de salir de su baño y su húmedo cabello castaño caía de una manera muy sexy sobre su rostro y hombros, además del hermoso brillo de sus ojos verdes esmeraldas. . . acaso debo decir más. . . el pobre Shaoran cambiaba en todos los tonos del rojo y sus ojos estaban totalmente abiertos.

"¿Shaoran te encuentras bien? Estas todo rojo."

"Bueno. . . es que yo. . ."

"Muchas gracias Shaoran." Exclamó Sakura interrumpiendo lo que le decía el joven Li tomando una de las copas que tenía en sus manos y restando importancia a su rubor. "Que gentil. . . como siempre. Entonces que era lo que me ibas a decir." Mientras tomaba un trago de su copa.

"Lo que te quería decir era. . ." Se detuvo un momento y tomó de su copa también. "Era que quiero que me des otra oportunidad. No puedo ni quiero dejar ir y ver morir lo que siento por ti y que obviamente tu también sientes por mí."

"Por favor Shaoran. No hagas esto más difícil, lo nuestro ya no puede ser. ¿No lo entiendes? No quiero hacerte daño, no insistas. Además no quiero interferir con tu compromiso con Ma Yuan."

Los dos se miraron largo rato en silencio a medida que tomaban su bebida. Luego Shaoran rompió el silencio.

"No me pidas eso. Déjame mostrarte que aún podemos estar juntos, y que si ponemos lo mejor de nosotros podemos salir adelante. Te amo y no quiero perderte de nuevo."

"Dudo que puedas hacerme cambiar de parecer." Exclamó con obvia tristeza en su voz.

Sakura terminó su bebida al igual que Shaoran. El ambiente de verdad que era tenso. La insistencia del joven Li solo le causaba a Sakura profunda tristeza.

Para Shaoran no era tan fácil tampoco pues la negativa de la antigua Card Captor lo frustraba y le dolía, pero no tenía pensado ceder.

En un momento, Sakura empezó a sentir un palpitar en su cabeza y que le mareaba, luego un zumbido ensordecedor se hizo presente en sus oídos y para rematar su visión le comenzaba a parecer tan impersonal, como si mirara por los ojos de alguien más. Sentía que se iba a desmayar en cualquier momento. Con esfuerzo trató de buscar con la mirada a Shaoran pero solo pudo notar que él parecía estar también afectado por lo mismo. Estaba de rodillas con sus manos sobre sus oídos y que la igual que ella le causaba un gran dolor.

"Sha... Shaoran. . . ¿qué es lo que pasa?"

Fue lo último que pudo pronunciar antes de que sintiera como su mente, su razón y cordura se desconectaban de su cuerpo. Se sentía flotar dentro de si, pero totalmente incapaz de moverse o decir algo.

Notas de la autora: Hola a todos de nuevo. Deben agradecerme por el regreso de Shaoran, me imagino que todos sus miedos de que pudiera morir o perder el brazo se habrán disipado. Pobre Shaoran, teniendo al amor de su vida al frente pero sin poderla tocar. Algo que debo aclarar es que lo del veneno negro lo saqué de algo sobre "El señor de los anillos" pero en mi propia versión, necesitaba que quedara algo de su lucha con Ricardo y no saliera brincando en un pie después de que Sakura le curase. Otro asunto era lo del arma mágica que piensan hacer, mucho de las cosas que necesitaban para hacerla y el ritual lo saqué del juego de rol "Advanced Dungeons & Dragons", me pareció interesante ya que como Sakura sabe más magia occidental que oriental por haber vivido tanto tiempo en Inglaterra pues era lógico que lo necesario fuera de una forma occidental. Me imagino que ahora tendrán más preguntas a pesar de que esclarecí muchas cosas. Ya metí en problemas a la pobre Sakura y Shaoran de nuevo, pero como dicen por ahí "Al caído caerle".

Me encantaría que me escribieran dando su opinión al respecto o críticas pero que sean constructivas a johanna_kat@yahoo.com o a jkattyj@hotmail.com

Copyright!!! Los personajes que conozcan son por supuesto de Card Captor Sakura y son creación de CLAMP, Kodansha, etc. Lo demás son de mi propia creación al igual que la historia es original mía, cualquier parecido con cualquier otro fic es pura coincidencia o simplemente que me influencie por ello.