CAPÍTULO 10: REGRESO AL HOGAR.

Era un día realmente hermoso. El sol brillaba desde el oriente irradiando todo el lugar con su brillo dorado, una suave y agradable brisa refrescaba el ambiente a medida que la temperatura aumentaba y el embriagante aroma de las flores daban un toque de exquisita calma y serenidad. Sería un día perfecto, pero nada tiene de perfecto visitar la tumba de una amiga, y a pesar del los delicados detalles del ambiente un cementerio no posee el alma de la paz.

Las dos bellas jóvenes en trajes chinos bellamente elaborados guardaron un respetuoso silencio mientras la suave brisa jugaba con sus cabellos y esparcía el dulce aroma de las flores que ahora descansaban al pie de la lápida de piedra donde se podía leer: "Li Me Ling – Entrañable hija y amiga- ".

Pasaron unos minutos antes de que las jóvenes se marcharan del lugar abordando una gran y lujosa limosina. Hubo un velo de silencio entre las dos mientras el vehículo se dirigía a destino, hasta que la joven de cabellos negros y trenzado se dirigió a su acompañante.

"Entonces... ¿te marchas esta noche, Sakura?"

"Sí, Ma Yuan." – Replicó la otra sin molestarse a mirar a su interlocutora. – "Ya terminé con lo que debía hacer acá y estoy muy ansiosa de marcharme."

Una expresión de tristeza se dibujó en el rostro de la hermosa china.

"¿Acaso tu estadía acá ha sido tan desagradable?"

"No es eso." – Los hermosos ojos esmeraldas de Sakura se encontraron con los ojos de Ma Yuan que reflejaban cierta melancolía. – "Pero hace mucho que quería volver a Japón y pospuse mi viaje por venir acá."

"Ya veo." – Guardó silencio unos segundos antes de continuar. – "¿Hay algo que te preocupa, Sakura? Te he visto muy nerviosa la última semana a pesar de que siempre dices que todo está bien."

Una pequeña sonrisa se dibujó en los labios de la Maestra de Cartas pero rápidamente desapareció.

"¿Lo notaste? ¿acaso soy tan obvia?"

"Bueno Sakura, lo que pasa es que a veces pareces estar muy distraída y no notas nada a tu alrededor. Como ayer en la cena por ejemplo, Kerberos y Spinnel estaban peleando por el postre y tumbaron tu bebida y ni siquiera te inmutaste. Entonces supongo que hay algo que te tiene muy preocupada, no hay que tener ninguna magia para notarlo."

"Tienes razón Ma Yuan. Hay algo que me preocupa." – Respondió con una clama solo comparable con la de Yue. – "Pero ya debes saber de lo que se trata... estas presencias han estado muy inactivas últimamente."

"¿Pero eso no sería algo bueno?" Preguntó dubitativa.

"¿Tu que pensarías si tu enemigo no te ataca?"

"Bueno... ¿que tal vez está tramando algo?"

La joven de ojos verdes no respondió, solo sonrió y Ma Yuan interpretó esto como afirmación a su pregunta. Sakura guardó silencio y fijó su mirada hacia fuera del vehículo, con gesto pensativo dio por terminada la conversación. Ma Yuan no se sintió ofendida ante la actitud de la japonesa pues el mes que había pasado conviviendo con ella le había enseñado que detrás de su adusta actitud era alguien muy gentil y amable, pero pareciera que siempre ocultado algo sobre todo después de la llegada inesperada de los guardianes de Eriol: Nakuru y Spinnel; pero Ma Yuan ahora sabía una verdad, que Sakura es una buena persona... una buena amiga.

La prometida de Shaoran contemplaba en silencio el bello rostro de la japonesa recordando lo sucedido entre ellas la noche después de haberla conocido. La primera impresión que había tenido de Sakura había sido por demás impresionante, ya que la Maestra de Cartas irradiaba tal serenidad y majestuosidad que a su lado se sentía sumamente pequeña y temerosa. Era su andar, sus expresiones, su presencia, su poder mágico... lo era todo, pero no era lo que esperaba. Con lo que le había contado Wei acerca de Sakura esperaba que fuera una persona diferente, más alegre y vivaz. Era todo lo contrario pero algo de esa personalidad desconocida se había hecho presente en esa noche.

Después de que aquella reunión entre Shaoran, Eriol y ella había terminado, Ma Yuan se dirigió a su alcoba muy nerviosa; no por lo que se había dicho allí sino por Sakura. Sentía muy amenazado su compromiso con el Jefe del Clan Li con su presencia y en lo único que podía pensar era la razón por la que ella estaba allí: Estaba por Shaoran. No había podido conciliar el sueño en toda la noche por estar pensando en ella, así que abandonó la habitación y caminó por los interminables pasillos de la gran mansión hasta que se detuvo en unos hermosos jardines interiores de la mansión. Allí de pie, bañada por la pálida luz de la luna se encontraba la Maestra de Cartas contemplando en silencio el obscuro cielo acompañada solamente por el silencio de la noche. Se veía sumamente hermosa y delicada y al mismo tiempo majestuosa, como una reina... como una diosa. La contempló varios minutos en silencio tratando de descifrar a aquella muchacha que de la cual sentía tanta amenaza.

"No te quedes allí, acércate." – El silencio reinante hasta entonces fue roto por la serena voz de Sakura.

"¿... Hace cuanto sabes que estoy aquí?" – Cuestionó nerviosa Ma Yuan.

"Desde siempre... desde que dejaste tu habitación."

"Eres más hábil de lo que pudiera haberme imaginado." – Exclamó la joven china mientras se acercaba a Sakura con paso lento. – "¿Qué haces despierta a estas horas?"

"Yo casi no duermo, solo dos horas diarias me es suficientes."

"¿No es muy poco?" – Dijo la otra incrédula.

"Es mejor que tener pesadillas." – La mirada de Sakura, que hasta entonces había estado fija en la profundidad de la noche buscó los ojos de quien la acompañaba. – "No deberías preocuparte por mi y Shaoran. No estoy aquí por él."

"Pero es obvio que él aún te quiere... igual que tu, aún lo quieres."

"¿Y cómo sabes eso?"

"Puedo sentir tu aura y cuando nos conocimos pude sentir tus sentimientos por él."

"Tu también eres muy hábil, pero no debes preocuparte por eso. Yo no regresaré con él solo le ayudo en lo que puedo."

La joven y hermosa Ma Yuan dudó antes de continuar.

"¿Qué es lo que te pasa?" – Ma Yuan se acercó a Sakura y acercó su mano a su rostro pero sin tocarla y cerró sus ojos. – "Siento mucho sufrimiento, dolor, remordimiento. Una carga que destruye tu alma... acaso es... ¿amor?"

Sakura inquieta al notar que aquella joven estaba adentrándose a su mente y sus sentimientos trató de retirar con mano la de ella pero apenas la tocó algo invadió la mente de Ma Yuan. Rápido, como relámpagos de imágenes cambiantes pudo ver durante corto tiempo la torre de Tokio, siete sombras a su alrededor y a Sakura con alguien muerta entre sus brazos, una imagen alada de cabellos negros como las sombras que le rodeaban.

"¡¡¿Qué fue eso?!!" – Fue lo único que pudo atinar a decir la joven china respirando con dificultad y su corazón latiendo furiosamente por aquella corta pero aterradora experiencia, abrumada por el pánico. – "¿Acaso fue... el futuro?"

"¡¡UN posible futuro!! ¡¡No permitiré que muera de ningún modo!!"

"Y esas sombras... acaso son... son aquellas..."

"¡Si, lo son!, pero te pido que por favor no le digas ni a Shaoran ni a Eriol. No deben enterarse."

"¡¿Cómo que no?! ¡Esto es muy importante!"

"Porque no quiero involúcralos. Esto es muy peligroso y no quiero poner en riesgo la vida de nadie más."

"¿De nadie más? Acaso esa chica muerta es..."

"¡Ella no morirá! ¡No lo permitiré!" – Los ojos de Sakura se habían llenado de lágrimas. – "Aunque tenga que cambiar mi vida por la de ella."

"Sakura, yo lo siento... no quería... lo lamento tanto."

"No importa ya." – Dijo la japonesa mientras se limpiaba las lágrimas de las mejillas. – "Solo te pido que no le digas a nadie. Si de verdad amas a Shaoran no le digas, ya que intentaría cobrar venganza por la muerte de MeiLin. Será muy poderoso pero no es rival para ellos, si los vuelve a enfrentar los más seguro es que muera."

"Si... si... tienes razón." – Respondió nerviosamente. – "Pero estoy en lo cierto, todavía lo quieres. Te preocupas mucho por él."

"Lo nuestro terminó, y eso que fue no lo será más. Solo te pido que le des la felicidad que no pude ni puedo ofrecerle."

Ma Yuan miró fijamente a los ojos verdes esmeraldas en frente suyo comprendiendo que se había equivocado completamente con ella. No era aquella joven con presencia imponente que tanto la atemorizó unas horas atrás, era majestuosa pero no por su porte o poder mágico... lo era por aquel corazón, ese hermoso corazón que la llevaba a poner a los demás antes que ella misma. Dispuesta a todo por ver la felicidad en aquellos que apreciaba y quería. Acercándose un poco más a Sakura, Ma Yuan posó una mano en su hombro.

"Eres alguien realmente especial Sakura siempre pensando en los demás antes que en ti pero llevas una carga muy pesada sobre tus hombros y que te está matando, literalmente. Una carga llena de dolor y sé que no puedo hacer nada para aligerar esa carga pero puedo ofrecerte mi amistad y no te sientas sola dentro de esa obscuridad."

Sin pensarlo, Sakura abrazó con fuerza a Ma Yuan dejando salir ese dolor que sentía en su corazón, las lágrimas abandonaron sus ojos como grandes torrentes y se abandonó a ese sufrimiento. Por su parte Ma Yuan respondió ese abrazo y junto con Sakura también lloró, ya que sentía empatía por aquella joven tan fuerte pero a la vez tan débil.

Pasó un largo tiempo antes de que rompieran aquel abrazo. Sakura retiró sus lágrimas de sus mejillas y una pequeña sonrisa apareció en sus labios.

"Muchas gracias por todo Ma Yuan." – Sakura hizo una reverencia y se dispuso a marcharse de allí para dirigirse a su habitación. – "Será mejor que vayas a descansar, mañana será un día muy agitado."

"¿Por qué? ¿Qué pasará mañana?"

"Ya veras."

¡MA YUAN! ¡¡Ya llegamos!! ¿qué te pasa?"

La voz de la japonesa la sacó de sus recuerdos bruscamente. Estaba tan concentrada que ni siquiera se había percatado que ya habían llegado a la mansión de los Li.

"Lo siento, Sakura. Es que solo estaba... recordando algo."

"Bien, yo me adelantaré y cerraré el conjuro. Aún tengo cosas que hacer antes de partir."

"¿Puedo ayudarte en algo?"

"No te preocupes, yo puedo ocuparme de todo."

Sin esperar más, la Maestra de Cartas se alejó del vehículo y se adentró en la mansión. Al parecer algo la apuraba y con pasó firme y ligero se dirigió a una puerta cerrada y bloqueada por un sello donde resplandecía y podía definirse el sol, la luna y una estrella. Era el sello de Sakura.

Pronunció unas palabras en voz baja, casi inaudible, y al instante un gran báculo con el símbolo de una estrella alada creció en su mano derecha. Acercó su báculo al sello y éste desapareció al instante y la puerta de la habitación se abrió de par en par. Era una gran habitación circular terminado en un domo, en sus paredes habían escritos muchos conjuros y sellos mágicos chinos y en la cima del domo estaba dibujada la constelación del dragón.

En el piso había dibujado una estrella de seis puntas y en el centro de la misma había lo que parecía ser pedestal de mármol de una altura de un metro veinte centímetros adornado con seis cabezas de dragones mirando a cada una de las puntas. Cada una las bocas de los dragones emitían una luz débil de diferente color: negro y blanco, verde y marrón, azul y rojo; y descansando encima de las cabezas había una espada que irradiaba una poderosa magia.

Sakura se acercó con decisión al pedestal y pudo escuchar y sentir un latido proveniente de la espada, su respiración e incluso un leve sonido como el que hace un dragón al cruzar por los cielos. En verdad se podía decir: - "Está viva... puedo sentirlo" -.

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"Es increíble que hayas podido preparar una habitación así en tan corto tiempo, Li" – Exclamó Eriol al echar el primer vistazo a tan extraña habitación. – "Aunque que digo, después de todo aquí tu palabra es la ley, ¿no es así?"

Shaoran miró con cierta molestia a su colega inglés pero no se molestó en contestar, tal solo continuó su camino dentro de la habitación seguido de cerca por Ma Yuan que cargaba un artefacto envuelto de seda.

Dentro de aquella habitación estaba la hermosa Sakura con unos pergaminos con conjuros escritos en ellos colocándolos en posiciones específicas. Una vez terminó se dirigió a los presentes.

"Ya estamos listos, ¿tienen la espada?"

"Aquí esta." – Respondió Shaoran señalando el objeto cargado por su prometida. – "No estoy seguro de esto Sakura. Es decir, la espada es tal cual como dijiste pero ese tipo de metales no es la más adecuada para la hoja de un arma."

"Estoy consiente de ello, pero te darás cuenta que después de que terminemos todo estará bien. Más bien coloca la espada encima del pedestal y tomen sus posiciones. Shaoran allí y Ma Yuan en frente, Eriol tu párate allí en frente de mi."

"Como ordenes." – Respondió Eriol con una sonrisa burlona.

"Tengo una duda Sakura." – Exclamó la prometida de Shaoran – "¿No es algo peligroso usar una estrella de seis puntas? Bueno, lo digo pues se supone..."

"En realidad hay siete puntas Ma Yuan." – Dijo Shaoran sin dejar que terminara de hablar la joven china – "El centro es la otra. Pero sin embargo hay dos puntas libres. ¿Quiénes van a tomar su lugar?"

Sakura, levantó su báculo y en su otra mano dos cartas tomaron vuelo y se colocaron encima de su ama.

"¡¡DARK!! ¡¡LIGHT!!"

A la orden, las dos cartas brillaron y se transformaron en su forma real tomando lugar en las dos puntas libres. Sakura lanzó una mirada a Shaoran y este respondió.

"Bien, creo que ya podemos empezar." – Shaoran que traía dos báculos se acercó y entregó uno a Ma Yuan, luego se acercó al pedestal, desenvolvió la espada y con su filo se hizo un corte en la mano dejando caer su sangre a lo largo de la espada. – "Ésta es la sangre a la cual servirás, la sangre de la Familia Li, el Clan mágico más poderoso de todo el mundo."

Una vez realizado este acto, Shaoran todo su posición en la estrella.

"Vientos eternos de oriente, atiende mi llamado. Soy Sakura Kinomoto la Maestra de Cartas invocando tu poder en nombre de la familia del dragón. El Clan Li." – Un brillo verdusco se iluminó en la punta de su báculo.

"Madre de todo lo que vivió, vive y vivirá. Eriol Hiragizawa, encarnación de Lead Clow pide humildemente a la Madre Tierra ofrecernos tu poder en nombre del Clan Li." – Al igual que con Sakura, el báculo de Eriol fue coronado con una luz marrón.

"Inmensas profundidades de las océanos y de los hielos eternos. Dador de vida y sustento del mundo, Ma Yuan Shang princesa del Clan Shang pide tu presencia y tu poder en nombre del Clan Li." – En el báculo de Ma Yuan apareció una luz azul.

"Fuego que moldeas todo lo que tocas, gran transmutador e inspirador. Yo, Xiao Lang Li. Jefe y única cabeza del Clan Li exijo que me ofrezcas el poder de las llamas eternas y etéreas."

Una vez hubo terminado la invocación una luz roja se hizo presente en el báculo que sostenía Shaoran. Al mismo tiempo, las cartas Dark y Light alzaron sus manos iluminándose con un destello negro y blanco respectivamente. Con las seis luces rodeando el recinto desaparecieron de sus lugares y reaparecieron en las bocas de los dragones del pedestal donde descansaba la espada, unas auras de color correspondiente al las que habían invocado rodearon a los presentes del cuarto.

"Gran Dragón del Yang Tse que has dormido durante milenios bajo la tenue luz de las estrellas, atiende al llamado que hago."

Dentro de las profundidades del territorio de China, el río del Yang Tse comenzaba a agitarse furiosamente. Desde sus profundidades un brillo cegador irrumpió en la superficie y emergiendo majestosamente un gran dragón se alzó por los aires.

"¿Quién ha sido aquel que me ha despertado de mi sueño eterno?"

"Sakura Kinomoto, Maestra de Cartas es quien ha solicitado tu presencia Xian Long."

"Joven hechicera, eres muy valiente para despertarme de mi sueño... o muy tonta."

"Apelo a tu sabiduría para que ofrezcas tu poder, alma y vida."

"¿Por qué haría algo así por ti, pequeña?"

"En nombre del Clan Li y su líder, Shaoran Li necesitamos de tu esencia."

"El Clan Li... una noble y antigua familia. Siempre justa... siempre sabia... siempre leal. Muy bien pequeña obtendrás lo que quieres. Solo tienes que contestar algo para mi. Has arriesgado mucho al despertarme ¿por qué lo has hecho?"

"Xian Long, debe ser consiente la necesidad de una gran arma para el líder de un clan y más para un Clan como el de los Li, y honrado con la esencia del Gran Dragón del Yang Tse."

"Tienes un noble corazón pequeña, aunque posees una razón más intensa que la que mencionas... Te daré lo que buscas para que pueda volver a mi sueño."

Todos dentro del recinto estaban confundidos, excepto por Eriol que a medias comprendía lo que Sakura estaba haciendo y se encontraba preocupado pues conocía el riesgo de realizar pactos con antiguas y poderosas criaturas y aunque los dragones chinos son sabios y pacíficos pueden llegar a ser muy peligrosos si se les llega a ofender de alguna manera.

Mientras en el gran río del Yang Tse, el dragón Xian Long atendía a la petición de Sakura y nn brillo salió de su pecho que se elevó en dirección de la constelación del dragón la cual comenzó a brillar más intensamente. Xian Long se sumergió dentro del río nuevamente para volver a su sueño eterno.

De regreso a Hong Kong, Sakura volvía en si lo que fue un alivio para Eriol ya que al parecer su pacto había salido bien. Mientras los dos jóvenes chinos seguían confundidos pues no sabía lo que estaba pasando ya que Sakura no les había contado todos los detalles del ritual. La japonesa miró hacia arriba en la parte más alta del domo, donde estaba pintada la constelación del dragón, la cual comenzó a brillar y un gran dragón verde emergió de él. Al mismo tiempo todos los sellos comenzaron a brillar y todo el salón a temblar a medida que el dragón surcaba sus cabezas. El ambiente comenzaba a hacerse pesado cargándose de magia a medida que las luces en las bocas del pedestal brillaban con mayor intensidad y el dragón que siseaba rugía con mayor fuerza amenazando con destruir el lugar. Con una mirada, Sakura indicó a Shaoran que ahora todo dependía de él.

"Yo Xiao Lang Li, Jefe del Clan Li, te pido así como la tierra pide al sol que la ilumine, así te lo pido yo que ilumines mi destino, Gran Dragón Xian Long. Ofrece tu poder y sabiduría al servicio de mi familia por medio de esta espada bañada con mi sangre hasta que esta deje de fluir por la tierra. Por la luz de Eltanín* te lo ordeno."

EL dragón que había estado volando por sus cabezas se detuvo exactamente encima de la espada y toda la magia que se había concentrado en la habitación fue absorbida por el dragón quien después de hacer eso cayó como un rayo sobre ella provocando un gran estruendo. Una vez se hubo calmado todo el caos producido por el dragón los presentes se percataron de la silueta del dragón descansando sobre la espada, las luces en las bocas del pedestal brillaban intensamente al mismo tiempo se sentía una presencia mágica ancestral y poderosa.

"Esto es todo... por ahora." – Exclamó Sakura con un tono de cansancio en su voz.

"Ahora me tienes que explicar algo Sakura porque estoy seguro de que te arriesgaste tu vida acá."

"Luego hablamos de eso, ahora tenemos que salir de aquí y sellar la habitación... también necesito un poco de ayuda."

En ese instante la Maestra de Cartas casi se desploma ya que apenas si se pudo sostener de su báculo. Eriol fue el primero que ayudó a Sakura a ponerse de pie.

"Eres una tonta Sakura."

"Gracias Eriol eso es justo lo que necesito ahora." – Exclamó Sakura molesta mientras que dolorosamente retiraba sus manos del báculo.

Sus manos parecían haberse quemado... ¿la razón? No solo había ofrecido su magia convocando a los vientos, sino que además ofreció el equilibrio de la luz y la obscuridad, despertó a un dragón con el que hizo un pacto y finalmente canalizó toda esa energía desde el Yang Tse hasta Hong Kong. Por eso no había querido dar detalles sobre el ritual pues de haberlo sabido no le hubieran dejado proseguir.

Después del regaño respectivo de Eriol y Shaoran, salieron todos de la habitación sellando el lugar con el símbolo de el sol, la luna y la estrella... no es necesario decir quien puso el sello a pesar de la oposición de los dos hechiceros. La habitación debía permanecer sellada hasta que toda la magia fuera absorbida por la espada, lo cual duraría alrededor de un mes.

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"¡¡Arriba!! ¡¡Estocada!! Bien Li, eres muy hábil para estas cosas."

"Gracias Hiragizawa, nunca esta de más aprender algún estilo de lucha con espada, o en este caso con el sable."

Shaoran y Eriol pasaban su tiempo en el salón de entrenamiento. El Jefe del Clan Li le había pedido al inglés que le enseñara esgrima, solo para matar el tiempo.

"Y bien Hiragizawa ¿Cuándo piensa marcharse?"

"¿Me estas echando? ¡¡Que descortés!!" – Dijo el inglés con una sonrisa.

"No lo digo por eso. Lo digo porque me habían dicho cuando llegaron que tenían planes para viajar a Japón."

"Eso son los planes de Sakura. Yo no tengo ningún afán de ir a ningún lado, además las cosas están muy tensas por aquí." – Exclamó Eriol con seriedad pero luego su semblante cambió y con gesto divertido continuó. – "Por ahí escuché que estás postulado a ser el próximo jefe del Concilio, felicidades."

"Con que ya te enteraste." – la expresión de molestia era evidente – "Igual no importa, no lo voy a aceptar ya que en estos momentos estoy más interesado en encontrar al desgraciado que mató a Mei Ling."

"Pero que irresponsable. Ser el jefe del Concilio de Hechiceros de Oriente es todo un honor, creo que deberías aceptarlo."

"¿Y lo dice la persona que fue nombrada cuatro veces y las cuatro veces negó tomar posición de aquel puesto para estar disfrutando de la vida irresponsable en su mansión en Japón?"

"¡¡Tuché!!" – Exclamó irónico la encarnación de Clow – "Creo que soy el menos indicado de reclamarte algo así."

"Es cierto, además Mao Han también busca estar en aquella posición y creo que él sería mejor que yo."

"No subestimes tu importancia amigo Li, Mao Han puede que sea el más sabio pero también es un anciano y no creo que pueda llevar el ritmo de estos días y el que exige ser Jefe del Concilio. Por ahí también escuche otro nombre para jefe... Wang Shang. Presumo que es de la familia de tu prometida."

"Así es. Wang Shang es el hermano mayor de Ma Yuan y mi mejor amigo pero también era el prometido Mei Ling y después de su muerte ha estado muy deprimido y lo han declarado no apto para aspirante a jefe del Concilio."

"No remates tan profundo... bueno, pero eso te deja prácticamente el camino libre para ti Li."

"Por lo visto no te has enterado de todo el cuento." – dijo Li con humor – "En realidad el consejo de Clanes ha propuesto otros dos candidatos." – Dijo Shaoran mirando a su colega fijamente.

"¿Te refieres a mi y a Sakura? ¡¡Que tontería!! Ni siquiera pertenecemos a algún clan de China o Corea."

"Pero siendo tu "la encarnación de Lead Clow, el hechicero más poderoso de todos los tiempos"" – Exclamó burlonamente –"Tienes tu lugar asegurado en el concilio y todos los jefes de clan están de acuerdo con eso sin importar que no pertenezca a ningún clan. Mientras en el caso de Sakura la situación es bastante complicada ya que no tiene una muy buena reputación entre los jefes, pero algunos la han propuesto pero dudo mucho que los demás acepten."

"¿Reputación? ¿Y que reputación tiene Sakura entre los jefes?... no descuides tu defensa"

"Es obvio que posee grandes poderes por ser ella la Maestra de Cartas, pero muchos aseguran que Sakura usa su magia de forma irresponsable y caprichosa. Incluso he comenzado a pensar que es así y más con esas horribles cartas que creo."

"Lo sé, a estas alturas no entiendo el por qué las creó. Solo espero que no se conviertan en un problema a futuro y les ponga nombre de una vez por todas."

El Jefe al escuchar esto se descuidó en su estocada y terminó por dejar caer el sable de su mano.

"¡¡¿¿No les ha puesto nombre??!!"

"Y vaya que si le he insistido pero nunca lo ha hecho. Al menos esas cartas están bajo la protección de Yue."

"Esas cartas son propensas a saliese de control... espero que no sea el caso."

"Más bien recoge tu sable y continuemos. Por otro lado ¿por qué aún no has hecho tu propio juego de cartas, Li?"

"Si he pensado en hacerlo. Siendo un descendiente de Clow todos parecen esperar que las haga pero se requiere de un nivel mágico considerable."

"Nivel que posees amigo mío. Estoy seguro que si las haces de una te proclaman Jefe del Concilio."

"Esa es una de las razones por la cual no las he hecho aún." – Una sonrisa se escapó de nuevo de sus labios, realmente estaba disfrutando de la charla con Eriol – "Esperaré a que pase la reunión del consejo de Clanes donde elegirán al próximo Jefe que es la otra semana y me pondré en la tarea de hacerlas. Aunque con todo lo que pasa hoy por hoy no creo poder tener tiempo." – Li se tomo un segundo antes de continuar – "Hay una cosa que he querido preguntarte desde que llegaron Hiragizawa ¿qué ha sido de la vida de Sakura todos estos años?"

"Me extraña que no hayas preguntado eso antes Li." – Respondió el inglés – "¿Por qué te tomó tanto tiempo hacerlo?"

"Me imagino que, a diferencia de otros, es porque sabe que es mala educación hablar de terceros sin su presencia."

Los dos se detuvieron en seco al escuchar una voz femenina, a lo que ello solo se volvieron al lugar de donde provenía aquella voz.

"Sakura" – dijeron los dos al unísono.

"Te tengo un regalo Shaoran." – En eso la japonesa extendió sus brazos y en sus manos había una espada hermosamente elaborado con empuñadura de oro, con un dragón exquisitamente labrado con ojos verdes y la hoja tenía tallado un dragón que ascendía de la base de la misma hasta la punta.

"Increíble." – Fue lo único que pudo musitar Li al sentir el aura de la espada, pero más increíble fue cuando la empuñó y pudo sentir en carne propia el poder que poseía. – "Xian Long."

"Bien, me retiro quedé de tomar el té con tu madre y Ma Yuan." – Por un momento Sakura no pudo dejar mirar a Shaoran y ruborizarse un poco. – "En caso de que más tarde me necesiten estaré en mi habitación."

"Esta bien." – Respondió Eriol.

Por su parte Shaoran había dejado a un lado la admiración por la espada y sus ojos se habían fijado en la japonesa que al igual como había llegado se había ido.

"¡¡Hey Li!! La tierra a Li... ¡¡LI!! Podrías dejar de pensar en Sakura y prestarme atención."

"Lo... Lo siento." – Tartamudeó nervioso el joven Shaoran y sonrojado hasta las orejas – "Perdón, ¿que me decía?"

"Te interesa o no." "Por su puesto."
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En otro lugar de la mansión, más exactamente en la cocina dos personajes furtivos invadían aquel recinto aunque ¿qué tan furtivos puede ser un gran león alado y un pequeño peluche negro volando a su alrededor?

"Aún no entiendo como me hago involucrar en tus cosas Kerberos."

"No te quejes tanto y más bien ayúdame a encontrar los dulces. En esta casa hay muchísimos."

"Tu sabes que yo no como dulces... sabes lo que me provocan."

Estuvieron buscando un rato en la enorme cocina hasta que Kero encontró lo andaba buscando y sin más ceremonia comenzó a devorarlos rápidamente, y estando en su forma original podía devorarlos con gran rapidez.

"Eres un glotón Kerberos, me avergüenzo de ti."

"Di lo que quieras, aquí disfruto de lo rico. En vez de criticarme tanto porque no te sirves."

"¿Y rebajare a tu nivel? ¡¡Nunca!! Primero muerto!"

Las grandes zarpas del Gran Guardián del Sello tomaron al pequeño Spinnel que infructuosamente trataba de zafarse mientras la mirada llena de malicia se posaba sobre él.

"¿Qué piensas hacer?" – Preguntó Spinnel con nerviosismo.

Mientras Kerberos sostenía al otro guardián con una pata, en la otra habían una gran cantidad de caramelos. Los ojos del pequeño Spinnel se abrían desmesuradamente al comprender las intensiones de su homólogo.

"Oh no, no, no... tu no te atreverás ¿o si?"

Kerberos solo asintió con malicia y apretando al guardián como si de un peluche se tratase sin poder hacer nada el pequeño "Spi", como le gustaba llamarlo Nakuru, abrió la boca de par en par lo cual aprovechó la bestia dorada para rellenarlo de dulces como si fuera una piñata.

El efecto fue inmediato, el siempre serio Spinnel cambió su actitud a una alegre máquinita devoradora de dulces cuyo rostro era adornado por un ligero rubor y sus ojos brillantes de la emoción volaba dando vueltas por todo el lugar.

"¡¡Dulces!! ¡¡Que rico!!"

"Sírvete colega."

Sin pensarlo mucho, los dos guardianes se abalanzaron sobre los dulces que en pocos minutos habían acabado todo aquello que contuviese algo de dulce, incluso habían devorado el azúcar. Los guardianes se relamieron los dedos gozando del festín que se habían dado.

"La vida es buena... si que lo es." – Exclamó el pequeño Spinnel.

En ese instante el semblante de Kerberos que era toda dicha, se opacó ante las palabras de su compañero – "No para todos." – Pensó, al momento que sus pensamientos estaban con su querida ama pues ella para la vida no era nada buena, pero lo que realmente lo entristecía no era que ella no pudiera ser feliz sino que ella misma no se lo permitía.

"... Sakura..."

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"Gracias Wei, puedes retirarte."

"Con su permiso amo Xiao Lang."

Shaoran y Eriol habían dejado su practica de esgrima hacia un par de horas, ahora, reunidos en su oficina los dos hechicero trataban de armar el intrincado rompecabezas que habían creado durante un mes con la información proveniente de sus contactos en todas la puntas del globo. El jefe del Clan Li estaba sentado en su sillón detrás de su escritorio mientras que el inglés caminaba de un lado a otro leyendo algunas notas.

"Esto es imposible Hiragizawa. Todo esto no es más que basura, puros apuntes al pie de página." – La voz de Shaoran era de total inconformismo y molestia. – "Solo tenemos un montón trozos sin sentido."

"Quien quiera que fuera se tomó muchas molestias en desaparecer todos los rastros de lo que está sucediendo. Sin embargo algo está muy claro..."

"... No es la primera vez que sucede..." – el aire de desgano era evidente – "¿Y que pasó con tus contactos con... ¿cómo fue que dijiste? La Sociedad de G'nath ¿no es así? Que pasó con ellos."

"No me he podido comunicar con Kaho."

"¿Kaho? ¿La Kaho que conozco? ¿La señorita Mizuki?"

"La misma, pero lo extraño es que no la he podido localizar por ningún método. La Sociedad de G'nath es muy cerrada y solo se puede conseguir información de ella si conoces a alguno de sus integrantes, como lo era Kaho, sin ella no tendremos nada de ellos, además siendo ella capaz de ver el futuro podría darnos una manito."

"Eso es mala suerte. ¿Y no conoces a alguien más?"

"Siempre un paso adelante tuyo amigo. Sí, me comuniqué con los Videntes de York y les pedí el favor que nos ayudaran con esto."

"¿Y?"

"Y... Nakuru me trajo algo pero la verdad no fue la gran cosa, al parecer algo bloquea que los videntes puedan interferir con lo que ocurre."

"Los mismo pasó con los videntes de los clanes chinos. Así como lo dijiste alguien se tomó muchos problemas par aislar estos eventos... no solo la evidencia física sino también mágica. ¿y solo para eso vinieron tus guardianes?"

"No, de hecho le pedí que me enviara lo que consiguiera por fax pero ya conoces a Nakuru. Cuando supo que venía se suplicó que la llevara pero no se lo permití. De seguro aprovechó mi encargo para venir, sin embargo me dijo que también había traído algo para Sakura."

"De seguro algo que se le olvidó en tu casa." – Dedujo el joven Shaoran al mismo tiempo comenzaba a frotar su antebrazo derecho.

"Lo consideras un regalo de ella ¿no es así?"

"¿De qué rayos hablas Hiragizawa?"

"De Xian Long. No haces otra cosa que tocar el brazalete y cuando lo haces tu mirada se pierde en lo profundo imaginando los verdes ojos esmeraldas de Sakura, su sedoso cabello castaño y su grácil figura al andar ¿cierto?"

Shaoran iba a decir algo pero cuando abrió la boca ni una palabra salió y Eriol sonrió triunfante al mismo tiempo que el color subía por el rostro del Jefe del Clan Li.

El brazalete que traía Shaoran era de oro, con un dragón que rodeaba la mayor parte de su antebrazo y en donde la boca del dragón contenía con sus dientes el símbolo del Ying y del Yang. Si hay alguna duda de donde salió el dichoso brazalete es simplemente la forma pasiva de Xian Long, la espada creada por Shaoran, Eriol, Sakura y Ma Yuan.

Una vez más el joven Li repasaba con sus dedos aquel brazalete cuando una idea surgió en su cabeza.

"Hiragizawa, ¿por qué no le preguntamos a Sakura? Puede que sepa algo que nosotros no."

"Algo que incluya a Sakura es una pésima idea, además ya te he dicho un millón de veces que..."

"... Es más fácil hacer hablar a un mudo..." – Exclamó imitando en forma de burla la voz de su colega. – "Creo que es más fácil coger un documento al azar." – Shaoran revolvió todos los papeles de su escritorio y tomó un pedazo de papel – "Y esperar que de algo nos pueda servir... mmmm.... interesante."

"No me digas que encontraste algo."

"Eso parece... según esto hay un libro llamado "Virtud y Pecado: El diario de Forsyth" que habla de un batalla hace como diez mil años donde un sujeto llamado Alkaid "el primer hechicero" se involucró en una campaña muy a "la Iliada"..." – Shaoran se detuvo un momento para leer. - "Parece que el sujeto estaba enamorado de una princesa llamada Spigna* que era la prometida de quien escribió el libro, Forsyth quien era un escudero y magnífico espadachín, además de amante de Spigna... que más..."

"Déjame adivinar... los sujetos se pelearon por la chica y terminaron matándose unos a otros en una batalla final sangrienta y horrible donde la pobre chica al intentar salvar a su amor muere también."

"Que deductivo. A lo último Alkaid con su último aliento maldijo el alma de todos los que habían participado en la batalla jurando vengarse."

"¿Y eso que tiene que ver con lo que sucede?"

""La eternidad es tiempo suficiente. Una y otra vez volveré... te buscaré... te cazaré... y aprenderás que mi camino solo andarás, Forsyth... ni en el otro mundo podrás estar con tu amada porque ella es solo para mí. El cambio llegará, y con él mi triunfo final." ¿y a que no adivinas cuantos estuvieron en dicha batalla?"

"Alkaid con seis de sus hombres y del otro lado Forsyth, Spigna y cinco más... siete contra siete. Como decía la profecía que consiguió Ma Yuan. Imagino que ese era el libro que obtuvieron los Shang ¿no es así?"

"Eso es lo que parece, ahora solo tenemos que encontrar el libro que ha estado perdido quien sabe cuanto. Parece que no salimos de una cuando entramos en otra ¿no es así?"

"Al menos ya sabemos que buscar." – Eriol llevó su mano a su barbilla pensativamente – "Es curioso que hayas sacado ese documento de esa pila de papeles. ¿Crees que yo tenga la misma suerte?"

Shaoran solo confirió un gesto invitando al inglés a que hiciera lo que tenía planeado. Eriol se acercó y como si se tratase de una rifa o juego de azar similar rebuscó entre los papeles y escogió una.

"A ver que me depara el destino." – Comentó alegre mientras leía y Shaoran tomaba un sorbo de té.

"Entonces, ¿Te ganaste la lotería?"

"Tal vez... tal vez."

"¿Y bien?"

"¿Bien que?"

"Que dice, o me vas a dejar con la duda."

"Por su puesto que no amigo." – Exclamó Eriol con un tono de voz nada sincero. – "Es de un sabio Shaman Siux y una visión: "El tiempo ha cumplido y ha llegado la hora de la venganza, cuando los elegidos del destino se reúnan en la tierra donde el mundo saluda un nuevo día se elegirá vivir o morir"." – La encarnación sonrió triunfante y miró a su acompañante. – "Sabes que significa, ¿verdad?"

"... Donde el mundo saluda un nuevo día..." – Shaoran también sonrió comprendiendo aquella frase – "La tierra del Sol Naciente... Japón... de donde sentimos esa energía sutil pero poderosa hace casi un mes."

"Exactamente."

"Casi parece coincidencia."

"Ya sabes que pienso de las coincidencias."

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La joven de cabellos castaños y brillantes ojos verdes entraba en la habitación con un desaire y cansancio como nunca. No era que hubiera tenido mucha actividad física ese día pero la conversación que había tenido con la madre de Shaoran y Ma Yuan había sido por demás pesada e incómoda.

La señora Li se había tomado todo el esfuerzo de ver cada uno de sus defectos y a pesar de la intervención de Ma Yuan a su favor muy pronto se vio envuelta en una batalla verbal con la madre de Shaoran que de no ser por la oportuna y acertada intervención de la joven de cabellos negros aquella discusión hubiera terminado de forma desagradable.

Pero lo que más perturbaba a Sakura es que todo lo que se había dicho era cierto, aunque con sus razones Sakura sabía que era algo que debía hacer. Lastimosamente no pudo decírselo porque entonces debería explicar cosas que no quería y porque quería proteger a Shaoran de sufrir.

Otro profundo suspiro se escapó de los labios de la hechicera. Acababa de informar a Shaoran y a Eriol que esa misma tarde tomaría un avión hacia Japón y aunque trataron de persuadirla alegando que debían investigar un poco más Sakura sabía todo lo que debía saber además de tener preocupaciones más urgentes que atender.

Con la luz del sol aún iluminando la habitación, la Maestra de Cartas caminó hasta la ventana admirando el hermoso jardín salpicado de color por las flores y el dulce canto de las aves que revoloteaban por el lugar.

"Es un bonito día verdad. ¿Por qué no salimos a jugar? Sería divertido."

Una voz infantil llamó la atención de Sakura, una voz sumamente familiar pero que no escuchaba desde hace como 4 años. La japonesa solo movió levemente la cabeza en dirección a aquella voz. Era una niña de unos 10 años de edad, con el cabello castaño y ojos verdes como las de ella, sus labios estaban curvados en una sonrisa y con un lindo vestido rosado era una visión adorable de una Sakura de hace mucho tiempo.

"¿Vamos? Yo quiero salir."

La Maestra de Cartas trató de ignorar a la pequeña pero entonces otra voz mucho más adulta pero inconfundiblemente de mujer irrumpió en el cuarto.

"¿En que piensas? No deberías matarte la cabeza con tu conflicto moral. Deberías disfrutar la vida, tal vez deberías revolcarte con alguien en esta cama... así como lo hiciste con..."

"¡¡Cállate!!" – Exclamó con molestia la nipona.

"¡¡Estoy Feliz!!" – dijo la pequeña mientras de a pequeños brincos se acercaba Sakura. –"Volver a Japón, hace mucho que quería ir."

"A terminar de matar a los que no están muertos." – La otra figura femenina que hasta ahora estaba sentada en la cama caminó a un lado de Sakura. – "No es una mentira, todos aquellos que han estado relacionados contigo han pagado las consecuencias."

"Mentira, mentira. Sakurita es muy amable y linda." – Exclamó con un mohín apesadumbrado la pequeña.

"Eres como la peste. Envenenas lo que tocas y lastimas a los que te rodean."

"Tomoyo te quiere, al igual que Shaoran y Eriol. Te aprecian mucho y yo también los apreció, son muy divertidos y agradables." – La niña sonreía a medida que hablaba – "Recuerdas cuando niña lo divertido que fue... ir con Tomoyo al parque, la compañía y humor del pequeño Kero, Yukito siempre alegre y amable... incluso el fastidioso de tu hermano."

"Y lo echaste a perder... pobre ilusa si piensas poder reparar el caos que has creado. En vez de perder el tiempo con cosas inútiles deberías disfrutar de la vida y tirar la casa por la ventana."

"Con empeño, dedicación y esperanza, todo es posible. ¿crees que cuando lleguemos a Japón podamos ir al Parque Ueno? Dicen que tiene los sakuras más lindos, aunque tal vez no estén en flor podría ser divertido."

Sakura no decía nada, solo escuchaba el incesante parloteo de esas dos personas.

"Deberías matarlos a todos, solo así podrás ser libre de seguir viviendo." – La mujer detuvo su charla para prestar atención detrás de ella. Una sonrisa maliciosa se formó en su boca. – "Creo que tienes visita... volveré... luego."

"¡¡Están a aquí!! ¡¡Están aquí!!" – La pequeña saltaba alegre.

Sakura se dio la vuelta para recibir a los recién llegados y al momento que lo hizo tanto la niña como la otra mujer se desvanecieron en el aire.

"Así que... por fin decidieron acercarse a mi."

"¿Siempre supiste que estabamos cerca?"

"Siempre, desde que abandoné Japón has estado ahí. No podré verte pero me da mucho gusto escucharte de nuevo mamá... y a ti papá."

"Hola hija."

Dos imágenes aladas habían entrado en la habitación. Dos presencias familiares, eran los fantasmas de Nadeshiko y Fujitaka Kinomoto.

"Es hora de la inevitable charla padres e hija ¿no?"

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Sakura se encontraba ahora en el baño, quería tomar una ducha antes ir al aeropuerto.

La hermosa japonesa se desvistió con cuidado y se miró al espejo. En condiciones normales la hermosa figura de Sakura sería lo que llamaría la atención en este cuadro pero en este momento lo que llamaba la atención eran los cortes que cubrían su cuerpo... la mayoría se encontraban sobre su espalda y hombros, pero también en su piernas y vientre. Las heridas estaban enrojecidas como si no hubiera pasado mucho tiempo de ser hechas.

Sakura pasó su dedo por una de las heridas y estas al instante se abrió dejando salir una gota de sangre que de inmediato comenzó a recorrer su piel. Otro gesto de Sakura y el resto de las heridas se abrieron al unísono provocando un terrible dolor que el bello rostro de Sakura no pudo ocultar. Una gran cantidad de sangre ahora viajaba de sus heridas al suelo que rápidamente comenzó a forman un charco de sangre.

Sakura entró en la tina y abrió el agua de la ducha. La hechicera se sentó y abrazó sus piernas hundiendo su rostro entre sus rodillas a medida que el agua limpiaba las heridas.

"Pobresita. No deberías sufrir tanto... eres muy linda para que estés llorando." – Una vez más la voz infantil de hace un momento se escuchaba.

"No entiendo cual es la necesidad de castigarte de esta forma. Eres muy tonta." – La dureza de aquel comentario venía de la mujer.

"Deberías ver un médico, de seguro que eso debe doler mucho y no quiero que sufras."

"¿Para quién cargas toda esa culpa? ¡¡Dime, a ver!! ¿para quién?" – Su voz sonaba irritada – "Eres muy masoquista."

Una vez más en ese día los incesantes comentarios de la niña y de la mujer no la dejaban en paz. Había sido suficiente escuchar a sus padres estar preocupados por ella, de cómo había estado viviendo y de lo que tendría que vivir.

"... Todo estará bien, te prometo que todo estará bien..." – La voz de aliento de la pequeña hizo que Sakura alzara la mirada.

"Gracias Hikari."

La pequeña niña se ruborizó y luego le regaló una sonrisa a Sakura.

"Me pregunto si Shaoran aún las tiene." – Exclamó con sonrisa maliciosa la otra. – "Supongo que sí... esa noche fuiste muy... violenta."

"... callate..." – Un pequeño susurro salió de los labios de Sakura.

"Estoy segura que te mueres de ganas por repetir." – su mirada penetrante decían más que sus palabras – "Tal vez si le dices a Eriol..." – con cada palabra se relamía los labios – "Porque de verdad es todo un hombre."

"... cállate por favor."

"O quieres esperar hasta que te encuentres con Tomoyo. Pero con lo delicada que es de seguro la matas... aunque dudo mucho que se niegue a ti, ¿verdad?"

"... que te calles."

"Acéptalo Sakura... no te niegues a ti misma."

"Sakura es la persona más linda que haya conocido. Ella no haría una cosa así." – Interrumpía la pequeña niña.

"No importa cuanta de tu sangre derrames, no limpiaras lo que has hecho."

"No la escuches Sakurita. Todo tiene solución."

"Quieres tapar el sol con una mano... ¡ILUSA!"

"Mentira."

"¡¡CÁLLENSE... LAS DOS... DÉJENME EN PAZ!!"

Después de ese grito de desesperación, solo el sonido del agua caer era lo que se podía escuchar. La presencia de la niña y de la otra mujer habían desaparecido dejando a Sakura sola. Cerró la llave del agua y salió de la tina, una vez más Sakura miró sus heridas en el espejo que aún abiertas ya no sangraban y murmuró.

"... tal vez tenga razón... y con llorar no saco nada."

**************************

El Jefe del Clan Li terminaba de organizar los documentos que había estado revisando con Eriol Hiragizawa durante la mayor parte de la tarde. La noche empezaba a caer y el ambiente comenzaba a tornarse solitario y obscuro.

Sentado en su silla Shaoran toqueteaba el brazalete de Xian Long mientras pensaba el paso a seguir. Había quedado con el inglés que debían ir a Japón pero desafortunadamente no podría hacerlo probablemente hasta dentro de una semana hasta que pasara el Consejo de Clanes con la elección del siguiente Jefe del Concilio de Hechiceros de Oriente y la llegada de Wang Shang y que en este momento su mejor amigo lo necesitaba.

Los ojos castaños del joven chino se posaron en una foto que tenía sobre el escritorio. Era una foto de él junto a su prometida y la de su amigo Wang con su prima Mei Ling, la melancolía reflejada en su rostro era la prueba de cuando extrañaba esos tiempos no muy lejanos donde todo parecía tan claro como el agua... pero ahora, había pensado seriamente romper el compromiso que tenía con Ma Yuan pues ya no se sentía tan seguro de su relación con ella pero, ¿cómo hacerlo? Después de todo ya había dado su palabra y con la muerte de su prima, su amigo Wang de seguro se iría en contra él en el caso de que lo hiciera.

"Esto es muy cansado." – dijo en voz baja para si mismo.

"Al parecer el Jefe del Clan Li ha estado ocupado últimamente."

Una voz masculina se hizo escuchar e inmediatamente Shaoran se levantó de su silla en posición de defensa y Xian Long apareció en su mano con gran rugido.

"Es sorprendente tu habilidad y la de la escudera. Sobrevivir a mi ataque realmente habla muy bien de usted."

"...Tu..." – El rostro de Shaoran no escondía su furia y desagrado por le recién llegado. – "PAGARÁS POR LA MUERTE DE MEI LING AHORA."

Empuñando su nueva espada, Shaoran realizo un ataque rápido con la firme intención de quitarle la cabeza al asesino de su prima. Pero como ocurrió la primera vez, con una sola mano el intruso de cabello negro detuvo su ataque.

"Mientras me ataques con ira, nunca jamás podrás si quiera tocarme." – Recriminó el sujeto, pero a diferencia de la primera vez, pudo sentir la energía de la espada quemándole la mano lo que le obligó a responder lanzando a Shaoran al otro extremo de la sala.

Rápidamente el chino se puso de pie y se dispuso a atacar de nuevo... pero.

"Basta."

El joven de cabello negro hizo un gesto con la mano y Shaoran cayó de rodillas presa de un dolor agudo proveniente de su hombro y de la herida de su ojo.

"Pronto tendrás la oportunidad de pelear conmigo, no sea impaciente."

"¿Qué rayos quieres?"

"Un poco de información, pero no te levantes yo me las arreglo solo." – Otro gesto más y el dolor en las heridas de Shaoran se hizo tan agudo que casi pierde el conocimiento.

"¿Por... por qué... mataste a Mei Ling?"

"Necesitaba obtener tu completa atención joven amigo."

"Yo no soy tu amigo."

El intruso sin apuros revisó todo la documentación en el escritorio mientras el Jefe del Clan Li trataba de encontrar fuerzas para levantarse.

"Vaya, vaya... yo que venía a extenderte una invitación, pero al parecer lo has deducido solo. Muy bien hecho joven Li."

"No se de que demonios me estas hablando."

El sujeto vestido de negro caminó hacia el lugar de donde había llegado.

"Estaré esperándote en Tokio y en su momento nos enfrentaremos, de seguro querrás ir por mi cabeza... y por esto." – De entre su capa negra el intruso sacó lo que parecía ser un corazón humano atravesado por una daga y que a pesar de todo estaba latiendo. – "Es increíble, ¿no es así? Aún esta tibio ¿no lo quieres tocar?"

"¡¡ERES UN MALDITO ENFERMO!! ¡¡JURO QUE TE MATARÉ!!" – En otras condiciones Shaoran hubiera podido realizar un conjuro pero su cabeza estaba tan llena de ira que no podía pensar claramente.

"Estaré esperando." – Y con esas últimas palabras desapareció entre las sombras llevándose unas hojas de su escritorio.

En ese preciso instante Shaoran pudo ponerse de pie, el dolor había desaparecido y sin perder un segundo salió de su oficina realmente alterado.

Porque esa noche en especial al parecer nadie iba a estar tranquilo.

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La habitación estaba en penumbras, solo la débil iluminación de los focos a media luz armonizaba el lugar con un velo misterioso.

Un gran sillón rojo en medio de la sala estaba ocupado con una persona de cabellos negros y unos enigmáticos ojos azules detrás de unos lentes leían lentamente un libro bajo la luz de un lámpara y en su mano derecha una copa de whisky que bebía lentamente.

"No te sentí entrar. Eres muy buena escondiéndote entre las sombras." – Exclamó Eriol sin levantar la mirada y hablándole a la nada.

"Si sabes que estoy aquí por qué no te preocupas por tu vida." – La voz de una mujer respondía de entre las sombras.

"No viniste a matarme, estoy seguro." – Dejaba el libro sobre una mesa cercana mientras tomaba otro trago de su copa. – "De querer hacerlo ya estaría muerto."

"Tientas a tu suerte Clow o debo decir Eriol Hiragizawa, ¿cuál te gusta más?" – La mujer salió de entre las sombras siendo iluminada por la leve luz de la habitación.

"Eriol está bien."

"Muy bien "Eriol", ¿sabes quien soy yo?"

"Como olvidarlo, me dejaste un bello recuerdo para no olvidar jamás." – Respondió el inglés llevándose su mano al cuello tocándose dos pequeñas cicatrices. – "A que debo el honor de tu visita."

"Siempre tan galante... siempre tan... inglés. Mírate no más, sentado allí, tomándote un whisky, creyéndote el rey del mundo sin preocuparte mucho de quienes sufren. Tu aristocrática postura me da asco."

"Parece que tienes algo en contra mía."

"¿Solo parece? Creí que era obvia... Sir Hiragizawa." – La hermosa mujer se acercaba un poco más dejando visible la hermosa figura solo vestida con lo mínimo que cubriera sus intimidades. – "Todos ustedes son iguales, creen ser lo mejor del mundo pero la verdad detrás de su basura victoriana es muy... obscuro."

"¿Quién eres?"

"Solo soy un habitante de la noche. Pero si quieres un nombre puedes llamarme Kassandra."

"¿Qué es lo que quieres de mi, Kassandra?"

La mujer de cabellos negros rió por lo bajo mientras se dejaba ver enfrente del inglés mirándolo con sus profundos ojos violetas a los enigmáticos ojos azules del otro.

"¿Sabes? Una vez fui como tu. Era la hija de un conde... en Inglaterra y disfrutaba de los mismos privilegios que tú... lo tenía todo y vivía cómodamente, bueno, tan cómodamente como se pudiera vivir en el siglo XIX." – La sonrisa de su interlocutora de desvanecía a medida que hablaba. – "Hasta que un día mi padre lo perdió todo y yo fui vendida como servidumbre a un Lord que le confiscó todo a mi familia... esto, así como me vez es solo una ilusión." – La figura de la esbelta mujer comenzó a cambiar dejando a un lado aquel símbolo de la lujuria al de una niña, no más de 15 años desnuda. Su cuerpo estaba mutilado en varios lugares, con heridas imposibles de describir por lo grotesco de las mismas... tanto que Eriol no pudo disimular su asombro y repugnancia por lo que veía. – "Creo que no me hubiera molestado ser servidumbre, pero ni siquiera eso fui. Solo el juguete de un depravado que no conocía límites... el "Marqués de Sade*" era un niño explorador comparado con lo que me hicieron a mi. Morí desangrada... sola en un calabozo... con mi alma hecha pedazos después de tres años de vejaciones y torturas."

"¿Qué tiene que ver eso conmigo?" – Habló al fin la encarnación de Clow visiblemente incómodo.

"Sir Hiragizawa, te he estado observando por mucho tiempo y no eres muy diferente de quien me hizo esto." – La mujer de cabellos negros volvía a su figura anterior con un gesto indudablemente molesto. – "Solo vives para ti y utilizas a los demás para tu propia diversión. No posees ningún respeto por nadie y aún así te crees el mejor... Te quiero muerto."

"Aquí estoy soy todo tuyo."

"Hacerte el mártir no te salva Sir Hiragizawa. Te mataré pero a su tiempo, yo escogeré el momento y el lugar... mientras... creo que alguien te necesita con urgencia... esperaré por ti."

Sin decir más palabras tras una cortina de obscuridad, la tortuosa mujer de ojos violetas desapareció sin dejar rastro. Al mismo tiempo las puertas de la habitación se abría y un alterado Shaoran se dirigió hacia Eriol.

"Algo ha sucedido. Necesitamos hablar."

"Ya lo creo que si." – Susurró el inglés más para si mismo que para su colega mientras bebía de nuevo de su copa.

**************************

Mucha gente de la que iba y venía sin importar lo apurado u ocupados que estuvieran no podían evitar dar una mirada a quienes acababan de abandonar el avión proveniente de Hong Kong.

Una bella muchacha con trajes chinos, seguido de un hombre alto, de semblante serio y sereno, con un largo y plateado cabello que alcanzaba a tocar el suelo y vestido de una forma muy particular eran el centro de atención en el aeropuerto.

Rápidamente los recién llegados salieron de la estación donde una lujosa limosina aguardaba por ellos.

"Por fin estoy aquí."

"¿te ocurre algo ama Sakura?"

"Nada. No podría estar mejor Yue... no podría estar mejor."

Notas de la autora: Y aquí estoy, después de muchas lunas sin mostrar rastros de vida por fin actualizo este fic. ¿Y que tal? Espero que les guste leerlo al igual que a mi escribirlo. Se que tal vez parezca un poco pesado ciertas situaciones pero no soy muy buena para los eventos color de rosa... más bien esto parece un triller.

Un par de aclaraciones.

Eltanín: Es la estrella más brillante de la constelación del dragón.

El Marqués de Sade: Es la novela más representativa de Justine. No es literatura apta para todo el mundo y quien sabe de que hablo tal vez entienda mejor lo que ocurrió entre Eriol y Kassandra.

Spigna: Bueno, este no tiene tanto misterio pero les contaré de donde salió. Spigna es mi versión alterada de la palabra Espiga el cual es el nombre de la estrella representativa de la constelación de Virgo. ¿y que con eso? Seguro preguntaran... es un lazo que quiero hacer pero les contaré después.

Con Sakura ya en Japón vienen muchos reencuentros que es lo que me han estado pidiendo... también me piden un poco más de humor y menos tragedia y horror... veré que puedo hacer por darles gusto.

También me han escrito mucho sobre las parejas... ummm... me gustaría contarles pero dañaría todo, solo le digo que cada quien tendrá lo que quiere.

Espero REVIEWS... o si me quieren escribir a johanna_kat@yahoo.com o a jkattyj@hotmail.com

Copyrights!! Bueno, ustedes ya saben... todo gracias a Clamp.!

Antes de irme, para quienes estén interesados y no sepan... las chicas de Clamp sacaron un nuevo manga quien lo protagoniza el carismático Xiao Lang Li o conocido comúnmente como Shaoran... me refiero a "Tsubasa Reservoir Chronicles"... quien quiera saber más al respecto o leer el manga entren a este lugar... ... Hey!!! No estoy haciendo propaganda... la página no es mía pero quiero compartirlos con ustedes.