Disclaimer: Los personajes de Mentes Criminales no me pertenecen, la historia sí.
Capítulo 3
Prisión x
El goteo constante era el único sonido que se podía apreciar en esa mohosa celda. El manto de la noche la cubría por completo, solamente la vibrante luna, le daba un poco de esperanza en esa desoladora situación.
Amelia estaba acostada en su catre, viendo a la nada, como acostumbraba desde aquel día, pero desde la visita del agente del FBI, algo había cambiado.
Ella no recordaba en sí la visita, lo único que supo, es que a partir de un momento algo se accionó en su cerebro comenzando a trabajar a toda velocidad provocando un intenso dolor de cabeza. Podía escuchar las palabras tan claras, como si él estuviera ahí, escupiendole en la cara. Quería que pararan, pero por más que gritaba, las voces no se iban, al contrario, se hacían más fuertes. De repente, ya no importaba nada, sólo quería que se detuviera, no lo estaba consiguiendo, cuando de pronto, todo se volvió negro.
Todo quedó en calma.
Despertó en medio de la noche en ese solitario cuadro de concreto. Aunque su vista estaba un poco nublada, sus pensamientos corrían a mil por hora. De repente, todos sus recuerdos se volvieron vívidos. Cerró los ojos, no quería recordar. Pero en ese momento su imagen vino a su memoria, el agente del FBI volvía a su cabeza una y otra vez. ¿Por qué?¿Qué tenía de especial?
Aún más importante, recordaba perfectamente a cada uno de ellos, aquellos que la encerraron en ese lugar sin derecho a ninguna explicación.
Ellos, que hacían cumplir la justicia.
Oficina local de policía
Los agentes de todo el equipo del FBI entraron a la oficina con aspecto cansado, se retiraron muy de madrugada y estaban entrando muy de madrugada al trabajo.
- Bien - comenzó Hotch - Sé que no han descansado bien, pero tenemos hasta el mediodía para conseguir respuestas
- ¿Por qué? - preguntó Reid bostezando
La cara de Hotch no era buena. - Esto ya llegó a oídos de los directores, quieren saber si somos competentes con nuestros casos o cometimos los mismos errores que en este.
- ¡Eso es ridículo! - exclamó Morgan con irritación. Sea por el caso, por la desvelada o por él mismo, nadie lo sabía - Hemos hecho nuestro trabajo bien, siempre. No es posible que por un simple error no castiguen - declaró mirándolo
- Un error que tal vez le costó la vida a alguien - observó JJ con reproche
Morgan la observó, en silencio. Torció la boca, pero no fue capaz de responderle. Sabía que alguien había pagado por sus equivocaciones, pero eso no minimizaba la molestia que sentía dentro de él.
- Bien - intervino Hotch - No tenemos tiempo para discusiones, Strauss quiere una respuesta en la tarde y tengo que dársela - su tono no dejaba a discusiones - ¿Qué tenemos? - preguntó tomando asiento a la cabecera de la mesa
- La conexión entre los testigos y la última víctima - comentó JJ con tono cansino
La mirada de Reid estaba perdida entre los recuerdos.
Horas antes
- Estamos olvidando algo… - mencionó de repente Rossi. Todos lo observaron.
- ¿Quién nos drogó a nosotros? - dijo Hotch, la sala se sumió en un silencio
Hotch miró a Reid y viceversa. La investigación estaba a punto de iniciar.
- Más importante, ¿cómo es que lo consiguió sin que nos percataramos? - preguntó Rossi - Sí, lo sé, es una nueva droga indetectable, pero no sería sospechoso que alguien nos siguiera o se comportara extraño - dijo mientras se rascaba la barbilla
- Sí, pero dada la naturaleza del caso, alguien se pudo haber acercado tanto que incluso lo reconoceríamos, pero lo olvidamos. - comentó JJ
- Se aseguró de que fuera así - le siguió Prentiss. JJ asintió.
- Aunque carece de habilidad social, es muy osado - comentó Reid observando las fotografías de los asesinatos
- ¿Osado? ¿Dijiste que era un marginado? - le preguntó Morgan arrugando el ceño
Reid asintió. - Ve esto - le pasó la fotografía de la última escena del crimen - ¿Qué ves?
Morgan lanzó un suspiro. - Veo que le excita la adrenalina, los golpes destrozan todo lo que tocan. Entre mayor nivel de ira, más satisfacción siente - le dijo
- Exacto - confirmó Reid - A este ignoto le excita la ira, lo hace sentir fuerte en control, no importa si él no la ejerce, pero si mira mientras se desarrolla, es suficiente para activarlo al máximo.
- Al final vuelve para apreciar su obra concluida - dijo Prentiss con parsimonia
- Sí - afirmó Reid - Este nivel de detalles en la furia - comentó observando nuevamente las fotografías - nos dice que él lo planeó de ese modo. Tenía que quedar así o de otra forma, sería un desperdicio.
Nadie dijo nada.
- En todo caso, dado su comportamiento, no dudo que el ignoto es el que tenga el diagnóstico de TEI y no Amelia - pronunció mirando a Hotch - De esa forma, tal vez él se nos acercó en algún punto de la investigación y nos dio la droga sin que nos percatáramos. Si es inodora e incolora y está perfectamente modificada, no le veo el problema a drogarnos de forma rápida y fácil. Hasta yo lo hubiera logrado con éxito - terminó mirando a todos.
Nadie lo dijo, pero algo en las palabras de Reid alertó a más de uno en aquella sala.
- Aunque eso ya no importa - Morgan frunció el ceño - Ahora tenemos que enfocarnos en las víctimas y su relación con Amelia, debe de existir una conexión - dijo Reid tomando papel y pluma.
- Qué bueno que lo mencionas - comentó Rossi despabilándose - Morgan y yo tenemos algo cuando visitamos la casa del último secuestrado - Morgan asintió
- ¿García? - preguntó Rossi acercándose al teléfono
- Sí señor - dejó en claro que aún estaba dentro de la conversación
- Por favor, diles a los demás lo que encontraste de nuestros amigos - le dijo relajadamente
- Bien - comenzó ella - Hace una hora Morgan y Rossi me contactaron para investigar a la última víctima del ignoto - se dejaba escuchar las teclas presionando a toda velocidad - Y descubrí que nuestro querido amigo es abogado…
- Eso lo sabíamos… - dijo Prentiss
Si algo molestaba a García, era que la interrumpieran.
- Lo sé, pero déjame terminar - le dijo
- Lo siento - Prentiss hizo una mueca
- No te preocupes cariño. Bien, actualmente él trabaja en un despacho cerca del centro x, pero se especializa en crisis familiares, divorcios y esas cosas, pero hace cinco años, trabajaba en casos penales - todos miraban el teléfono como si fuera sagrado - Específicamente en casos asignados por el gobierno.
- Déjame adivinar, ¿le dieron el caso de Amelia? - preguntó JJ
- Qué comes que adivinas mi querida JJ. Así es, le otorgaron el caso, pero él lo rechazó alegando que no se dedicaba a defender a asesinos. Era el mejor en su campo, por lo que ese rechazo hizo ruido a la comunidad por algún tiempo - terminó y seguidamente reinó el silencio
- Morgan y yo nos percatamos que él tenía enmarcada una foto con el juez x del distrito x y ese juez sólo se deja fotografiar con los que valen la pena - mencionó Rossi
- Entonces lo secuestró porque rechazó defenderla… - comentó Prentiss - … pero en estos momentos, ella está en la cárcel, ¿quién mató a estas personas ahora? - tomó entre sus manos las fotografías de los recientes crímenes
- Primero resolveremos el caso de hace cinco años, teniendo a ese ignoto encontraremos…
- Al autor original - completó Reid. Hotch asintió.
- ¿Entendido? - preguntó mirando a nadie en particular.
Todos asintieron. JJ pensó, ¿y si volvemos a errar? pero prefirió guardar silencio.
- Ahora, ¿la conexión con las demás víctimas? - preguntó Hotch mirando a cada integrante del equipo.
- Yo encontré la conexión - se escuchó a través de aquel aparato
- Adelante García - dijo Hotch
- Bien, si miran sus tabletas - todos acataron - podrán ver que hace cinco años, las víctimas fueron testigos oculares de los primeros crímenes cometidos, todos señalaban a Amelia como la asesina…
- ¿Qué? - Rossi estaba extrañado, al igual que todos - ¿Cómo es que esta vital información no se consideró para el reporte oficial?
La información estaba un poco distorsionada, por lo que los policías de antaño no creyeron prudente meterlo en el informe oficial. Creían que entorpeceria la investigación.
- Sí, seguro - dijo Morgan sarcásticamente
- Si el ignoto encontró esta información, entonces quiere decir que está al tanto de asuntos policiales - comentó Prentiss
- Sin mencionar que esto se convirtió en una venganza - señaló Reid
- Y por supuesto, una oportunidad para decirle a ella que no la ha olvidado - comentó Hotch
- ¿Pero, por qué la quiere devuelta? Si lo atrapamos, igual acabarán los crímenes, no tiene sentido que la siga buscando - pronunció JJ - Exponerse de esta forma es…
- Porque ella es la protagonista de sus fantasías - dijo Rossi. Todos le miraron.
- Explícate - dijo Morgan
- Verán - se acomodó mejor en su silla - La ira que forma su sello - Rossi señaló diversos puntos por las fotografías - representa la frustración sexual o impotencia que posee, de ahí su nula habilidad social
- ¿Por qué estás tan seguro? - preguntó Morgan
- En personas con TEI, lo más común es que un rechazo por parte de una posible candidata provoque tal ira, que termine destrozando un muro, en otras palabras, una mujer lo rechazó y por todo esto - señaló todos los papeles involucrados en el caso - es Amelia de quien hablamos.
La explicación de Rossi tenía sentido.
- Entonces la única que puede decirnos el momento y de quien se trata es… - dijo Prentiss
- Es Amelia - contestó JJ
Reid miró a JJ fijamente. Esto no sería fácil.
De vuelta al presente
Reid seguía perdido en sus recuerdos, hasta que escuchó que le hablaban - ¡Reid! - saltó imperceptiblemente en su lugar y giró la cabeza hacia el origen del llamado. Era Hotch.
- ¿Qué? - preguntó Reid
Disimuladamente miró a los demás, también lo estaban mirando. No era común que se distrajera tanto.
- Dije que irás con JJ y Rossi a la prisión x, interrogarán de nuevo a Amelia, tenemos que saber quién es el ignoto - Hotch dio la orden.
Los involucrados asintieron.
- Morgan, Prentiss, necesito que averiguen absolutamente todo de la nueva víctima, no sólo lo eligió por el inconveniente de hace cinco años - ellos asintieron
- García…
- Sí señor
- Averigua todo lo que puedas de Amelia, una investigación más profunda, necesitamos acercarnos al origen de todo
- ¡A la orden! - García cortó la llamada
- Bien, a trabajar - dijo Hotch comenzando a caminar hacia la salida
- ¿Tú a dónde vas? - preguntó Morgan al verlo retirarse
- Con Strauss - fue todo lo que dijo al desaparecer por la puerta
Morgan no dijo nada más, pero tenía cara de confusión, al igual que algunos más, excepto Rossi.
.
- ¿Estás bien? - JJ llegó hasta Reid. Él se había retirado para comprar un café de la máquina, pero la verdad, es que quería ordenar sus pensamientos.
- Sí - contestó sin mirarla
- ¿Seguro? Estás… - en ese momento Reid se giró y la observó, lo que provocó que ella se callara.
Él frunció levemente el ceño. - Sólo es que… - pero calló
- ¿Qué pasa Spence? Puedes contarme - ella se acercó un poco más
- Es sólo que… no me siento bien - confesó
- ¿Qué tienes? ¿Son efectos de…?
- No - negó rápidamente - No es por la droga. Me siento mal conmigo mismo - él jugueteaba con su café evitando su mirada - ¿Cómo es posible que jugarán así con nosotros? - en ese momento Reid la miró a los ojos y JJ pudo percatarse de toda la impotencia que cruzaba por su cuerpo - ¿Cómo es posible que hayamos cometido un error? Un error que le costó la vida a alguien - JJ sabía a quién se refería. La frustración estaba latente en la voz de Reid - Y yo, con mi gran cerebro, sólo lo vi hasta ahora, ni siquiera lo pude averiguar antes…
- No es tu culpa Spence, nadie sabía. La manipulación fue… - trató de hacerlo razonar
- Lo sé - dijo y en sus ojos se reflejó la absoluta derrota - Pero se supone que nosotros somos los expertos, los que tenemos que escalar las grietas para ver el panorama completo y no lo hicimos y ahora yo tengo que volver ahí a pedirle a ella que reviva esos momentos para poder atraparlo…
- Spence - algo le decía a JJ que no sólo era por eso - ¿Hay algo más que te preocupa? - por un momento Reid no dijo nada, se limitó a bajar la mirada a su café, después de unos segundos la volvió a levantar mirando a JJ
- Yo le provoque eso - admitió al final
- ¿Tú provocaste qué?
- Ayer que la fui a visitar, provoqué su ataque, sabía lo que sucedía y no hice nada para impedirlo, pero ella tenía que despertar, sino, nunca se recuperaría.
- Spence, hiciste lo que tenías que hacer - JJ apretó un poco su brazo en signo de apoyo
- Si bueno, a veces esto apesta - dijo, rodeando a JJ se marchó de ahí
JJ observó cómo se alejaba Reid, después de unos segundos, ella frunció el ceño.
¿Tenía que despertar?
Prisión x
Tras pasar la inspección inicial, les dieron luz verde para pasar por aquel angosto corredor. Reid se sentía atrapado por los recuerdos de ayer, pero respiro hondo y se tranquilizó. Estaba haciendo su trabajo, sólo su trabajo.
El molesto timbré se escuchó y la puerta corrediza se abrió. El mismo guardia de ayer los recibió.
- Estamos aquí para ver a la presa xxxx - le dijo Rossi
- Sí, estoy enterado - luego miró a Reid - Espero que no se repita lo de ayer - le dijo serio
JJ se mantuvo al margen y Rossi los observaba confundido, pero no tuvo tiempo de preguntar qué estaba pasando porque el guardia ya les había dado acceso a la celda.
Cuando Reid pasó junto a él, dijo: - Sólo hago mi trabajo - en ningún momento miró al guardia, por lo que no se percató de la mirada que él le hacía.
Rossi abrió la puerta y fue el primero en entrar, después JJ y al último, Reid. Los dos primeros tomaron asiento en frente de ella, tomando asiento. Reid se mantuvo alejado, recargado en una esquina, mirando como Amelia se veía más demacrada que ayer. ¿Cómo se puede acabar una persona tan rápido?
Ahora ella se veía diferente. Su mirada ya tenía ese brillo, ese fuego que caracterizaba a las personas con enojo, sus ojos ya no estaban vacíos, mirando a la nada y definitivamente ella ya no estaba en un estado taciturno.
Por el movimiento de su pecho, Reid sabía que estaba respirando con normalidad y por sus ojeras, no estaba durmiendo bien. Al igual que no estaba alimentándose de forma adecuada, era muy delgada y su piel reflejaba una palidez poco saludable.
- Somos agentes del FBI…- comenzó Rossi
- Sé quiénes son agente Rossi - Amelia lo interrumpió, sorprendiendo a JJ y a Reid, pues ellos habían estado durante la primera visita - agente JJ - Amelia miró a la otra mujer en aquella sala - Y agente Reid - Amelia le sostuvo la mirada, Reid hizo lo mismo.
- Bien, si ya sabes quienes somos, entonces…
- No me interesa - lo cortó tajantemente - Pueden irse por donde vinieron - Amelia los miraba con rencor.
Sus manos se mantenían apretadas en la mesa, no podía moverlas por las esposas que la sujetaban.
- Amelia, creo que no nos estás entendiendo - le comentó JJ
- Están aquí para hablar sobre ese bastardo, ¿cierto? - el silencio de los agentes lo confirmó - Bien. Pues ya no tengo nada más que decir. Se acabó. ¡Guardia! - comenzó a gritar
- Sólo escucha - dijo JJ apresuradamente - Sólo nos falta una pieza para encontrar a quien te hizo esto Amelia, pero necesitamos tu ayuda, si nos dices… - trató de hacerla entrar en razón
- Si les digo ¿qué? - Amelia mostró molestia - ¿Todo lo que les dije hace cinco años? ¿Qué no había matado a nadie? ¿Eso es lo que quieren volver a preguntar? - Amelia se inclinó un poco hacia adelante - No me interesa hacerles su trabajo - expresó odio en esas palabras - Ya no me interesa. Ahora larguense. ¡Guardias!
- Amelia creo que no estás entendiendo - dijo Rossi
- No, claro que los entiendo agente Rossi - Amelia lo miró fijamente - Quieren que les ayude a encontrar a ese bastardo, porque sin mí no pueden, ¿es eso? - nuevamente Rossi se quedó callado - ¡Ja! - Amelia se recargó en la silla - Ni eso pueden hacer bien. Mejor vayan a rescatar a otro que le interese
- Amelia, no tienes por qué tener miedo - mencionó JJ
- ¿Miedo yo? - Amelia soltó una risa sarcástica - Yo no tengo miedo agente - frunció el ceño - Lo que le pase a ese bastardo no me importa, lo que les pase a ustedes no me importa… - en ese momento el celular de Rossi comenzó a sonar, así que se disculpó y salió de la celda para contestar - … lo que me pase a mí, no me importa - le dijo al final mirandola retadoramente
JJ guardó silencio. Se quedó quieta, mirando fijamente a Amelia, en definitiva, ella los odiaba y no era para menos, la habían encerrado injustamente en ese agujero.
- Sé que fallamos - se escuchó en la sala, tanto JJ como Amelia lo miraron. Reid sólo la miraba a ella - Cometimos un error y tú estás pagando el precio. Pero tienes el poder de cambiar tu destino Amelia - con cada palabra, Reid se acercaba a la mesa, hasta tomar el lugar de Rossi - Si cooperas podrás salir de aquí y empezar nuevamente, te lo prometo.
- No haga promesas que no puede cumplir agente - dijo Amelia al cabo de unos instantes de silencio - Yo no quiero salir de aquí - dijo firmemente - Así que no estoy interesada en que lo atrapen…
- Amelia, aun tienes una vida que… - dijo JJ, pero esas palabras hicieron explotar a la chica
- ¿Vida? - su voz cargada de amargura - ¿La que ustedes me arrebataron? ¡Ja, por favor! Vida, ¡yo no tengo ninguna vida! ¡Yo lo perdí todo hace cinco años! ¡No me queda nada! ¡Nada! - Amelia respiró profundo de forma tranquilizadora - No me queda nada - dijo con un hilo de voz - Así que no me interesa nada - de un momento a otro, el fuego volvió a sus ojos - Ahora larguense, resuelvan el caso solos, si es que lo resuelven, por mi parte es todo agentes - Amelia los miró y al instante, ellos supieron que no iban a conseguir nada. - ¡Guardias! - gritó y enseguida la puerta se abrió.
- Tenemos que irnos - dijo Rossi mostrando su celular en la mano, él es el que había abierto la puerta.
Reid quería decir algo más, pero se lo tragó. La miró por un instante más, se levantó y salió de la celda. Amelia no lo siguió con la mirada. Después de unos segundos JJ lo imitó, pero antes de irse, se volvió hacia ella.
- Sabes… - dijo. Amelia la miró - … sé que cometimos un grave error - Amelia hizo una mueca, ya estaba cansada de esas palabras - pero tienes una oportunidad que muchos no tienen, deberías de aprovecharla y…
- No necesito nada de unos agentes baratos
- Ese agente barato te devolvió a la realidad - dijo JJ haciendo un gesto con la cabeza por donde se había ido Reid.
Amelia no lo demostró, pero le sorprendieron sus palabras, sólo un poco.
- Así que… deberías de aprovecharlo. No será fácil, pero tienes la oportunidad… - fue lo último que dijo antes de volverse y marcharse definitivamente.
- Yo no lo elegí - dijo Amelia, pero ya nadie estaba para escucharla
Se quedó ahí, en esa deprimente celda, con los sentimientos a flor de piel y los pensamientos más vívidos que nunca.
Estaba sola.
Oficina local de policía
- ¿Qué pasó? - preguntó Reid al llegar a la sala, seguido de JJ y Rossi
Los habían llamado con urgencia.
- García - dijo Hotch y al instante su voz sonó en el lugar
- Sí. Me pidieron buscar más detalladamente la vida de la última víctima y de Amelia, así que lo hice - Reid asintió, aunque no lo estaba observando - Según mi informe, Miguel Díaz, es abogado en un despacho al sur de la ciudad x, no tiene esposa, ni hijos, sus padres murieron cuando él tenía 20, está solo, pero sus padres se encargaron de dejarlo bien acomodado. Posee varias propiedades al noreste y sur de la ciudad, una de ellas se encuentra abandonada, se usó como bóveda en caso de los nazis atacaran durante la guerra - dijo con algo de sorpresa.
- Si ese lugar es una bóveda, puede que esté aislado, el lugar perfecto para crear droga - comentó Reid mirando a Hotch
- García, ¿En dónde se encuentra ubicado? ¿Hay alguna construcción cerca? - preguntó mirando al teléfono
El sonido de las teclas se pudo apreciar en el aire, Penélope tardó unos segundos hasta que exclamó: - ¡Lo tengo! Se encuentra ubicado en X a unos kilómetros de Z, no hay construcciones cerca, más que cientos de hectáreas de pastizal. El lugar es un desierto.
- Ese es - señaló Morgan
- Dijiste que también tenías información de ella, ¿qué es? - preguntó Rossi acercándose a la bocina
- ¡Oh, sí! - exclamó - Al llegar a este país, Amelia tuvo muchas dificultades, su primer empleo fue de mesera en un bar en el estado de Texas y por dificultades, quiero decir todas las dificultades que puede ocurrirle a una chica.
- ¿Se aprovecharon de ella? - preguntó Morgan. Reid se estremeció levemente
- Casi - dijo García - Una noche atendía el bar y un cliente trató de sacarla a bailar, pero ella se negó rotundamente - sus ojos se movían al compás del informe frente a ella - Después intentó con tragos, incluso se ofreció a llevarla a su casa…
- Bastardo - susurró JJ
- … cabe mencionar que el sujeto ya estaba pasado de copas. El sujeto terminó tomándola a la fuerza, pero Amelia se defendió, se armó un escándalo. El dueño llegó, el sujeto dijo que ella lo había provocado…
- Típico - dijo Prentiss
- … El dueño le creyó al cliente y a ella la despidieron. Jamás volvió a ese lugar…
- ¿Y? - preguntó Rossi intuyendo que eso no era lo único
- Y - contestó ella - Este sujeto es todo un caso, tiene varias denuncias por acoso sexual. En abril del año siguiente fue despedido a causa de eso, no pagó la renta y nadie lo volvió a ver en el lugar, pero… - hizo una pequeña pausa - … Su conducta me resultaba sospechosa, así que gracias a las cámaras de vigilancia de algunos lugares y como podrán ver en sus pantallas - rápidamente cada uno tomó una de la mesa - podrán ver que Amelia iba de lugar en lugar tratando de conseguir trabajo o simplemente distraerse, ¿adivinen quién estaba con ella? - preguntó
- Él - contestó Prentiss mientras hacía un zoom a la imagen
- ¡Bingo! El sujeto la siguió por semanas
- Quería tenerla - comentó Hotch
- Sí - dijo Reid - Y unos meses después comenzaron las muertes
- La siguió, vio su necesidad, la capturó y el resto… - dijo Rossi con un ademán de manos
- Quería controlarla completamente - pronunció Hotch viendo las imágenes de la tablet - Y cuando fue suficiente, dejó que la capturaran
- Sí… - comenzó a decir Prentiss - … pero ¿por qué parar? ¿por qué ahora? Si ella representaba el rechazo, ¿por qué la dejó ir y por qué la quiere devuelta ahora? - preguntó a nadie en particular
- Tal vez pensó que cinco años eran suficientes…
- Para darle una lección - terminó JJ por él. Morgan asintió.
Se escuchó un clic, seguido de un gritillo de García. - ¿Qué ocurre García? - preguntó Hotch
- Como no lo vi - susurró
- ¿Qué García? - esta vez fue Morgan quien preguntó
- Hace un mes reportaron que el abogado no se había presentado a trabajar…
- Cuando empezaron las muertes - dijo JJ
- Sí. Ahora miren sus tablets - siguió un momento de silencio - ¿Lo ven?
La cara de algunos era una total sorpresa.
- Lo siguió… - dijo Prentiss
En aquella tablet se podía apreciar las imágenes de las víctimas haciendo cosas cotidianas en su vida, pero con tan sólo un zoom, podías ver que no estaban solos. Mark los había estado siguiendo. Todo el tiempo.
- Para ese punto ya habría aplicado la droga - comentó Morgan alzando la vista
- Lo eligió por su conexión con Amelia - dijo Rossi - Dos pájaros de un tiro - su cara reflejaba un disgusto bastante controlado
- Así es - Hotch tomó la palabra - Se negó a defenderla, ahora pagarás, él lo ve de esa forma - todos le miraban - Ahora lo está usando para cumplir sus propósitos.
En ese momento, todos se levantaron. No había tiempo que perder.
- García, mandanos la ubicación exacta y pide refuerzos - cada uno tomaba lo necesario y salía de aquella sala
- Hecho. Cuidense mucho - dijo y cortó la comunicación.
A unos kilómetros de Z, sur de la ciudad X
Los agentes llegaron en aquellas camioneras negras al lugar. A cada punto que mirabas, podías comprobar que efectivamente no había nada alrededor, más que cientos de pastizales en mal estado. Cada uno de ellos achinaba los ojos tratando de enfocar la vista, pues el sol dificultaba esa tarea.
- ¡Por allá! - gritó moduladamente Morgan señalando algo a unos metros de ellos.
Era un montículo que sobresalía, pero gracias a la hierba seca que lo cubría se camuflajeaba completamente. Los agentes comenzaron a caminar despacio en la dirección señalada.
- ¿No esperaremos refuerzos? - preguntó JJ
- No hay tiempo - contestó Hotch adelantándose a Rossi
Más rápido de lo esperado llegaron a la pequeña puerta de metal. Hotch hizo una señal a Morgan, éste asintió y de un golpe abrió la puerta, provocando un fuerte estruendo, el cual retumbó en aquel desierto valle. Él fue el primero en entrar, seguido de Hotch, Reid, Rossi, Prentiss y, por último, pero no menos importante, JJ.
El lugar estaba oscuro, por lo que enseguida encendieron las linternas.
- ¿Y ahora qué? - susurró Prentiss
El camino que habían seguido ahora se partía en varios más, provocando la indecisión del equipo.
- Morgan y Reid, por allá - señaló uno - Prentiss y Rossi, el otro. JJ y yo tomaremos este. Quien lo encuentre avisa de inmediato - dicho ésto, todos asintieron y prosiguieron a tomar el camino señalado.
Morgan y Reid habían caminado varios metros, desviándose por otros tantos más y no encontraban nada, más que los fríos túneles.
- Esto no me está gustando - comentó Morgan. Él iba adelante del dúo. - Desde esta posición somos vulnerables, nos podría atacar fácilmente - seguía diciendo
- Olvidas que necesita tener el control - comentó Reid detrás de él
- ¿Y no lo tiene? - dijo Morgan en tono obvio
- No - negó Reid - Lo tenemos nosotros - Morgan escuchó la determinación en su voz. Frunció el ceño extrañado, pero no dijo más.
Morgan iba a comentar otra cosa, cuando Reid, con una señal, le ordenó que se callase, señalando más adelante. Morgan dirigió la vista hacia el lugar y pudo observar que una luz traspasaba tenuemente por debajo de una puerta. Seguramente ese era el lugar.
- En el norte del lugar, bajó la tercera escalera - dijo Reid por el intercomunicador a los demás
Los dos avanzaron lentamente, cuando llegaron a la puerta, se detuvieron por unos segundos. Morgan tomó el mango de la puerta y simultáneamente observó a Reid, él asintió y Morgan de la misma forma. De un momento a otro se abrió la puerta de par en par. Otro fuerte estruendo se escuchó por el lugar, alertando a los demás.
- ¡FBI, las manos donde pueda verlas! - gritó Morgan colocándose en su posición. El arma siempre apuntando enfrente. A un lado estaba Reid en la misma posición que él.
No lo demostraban, pero grande fue su sorpresa al ver que el sujeto los estaba mirando con una sonrisa poca cuerda. El abogado, Mark Penkis, estaba atado a una silla, con una mordaza, la cual, opacaba sus quejidos. Sus ojos dejaban ver la más pura desesperación. Luchaba contra las correas, pero era inútil. El ignoto tenía un cuchillo en su garganta y con la otra mano sujetaba la cabeza del sujeto.
Reid observó sigilosamente que arriba de ellos se encontraba una especie de máquina, una máscara, para ser más exactos. A la derecha, había tanques de oxígeno y a la izquierda había una infinidad de mezclas. Atrás de él se encontraba una silla más grande de donde estaba Mark ahora, a su lado, había una camilla, seguramente para hacer más que sólo drogarlos.
- Déjalo ir, se acabó - habló firmemente Morgan
El ignoto no dejaba de sonreír y de la nada, comenzó a reír locamente.
- ¿Creen que ustedes me detendrán? ¡No saben de lo que soy capaz! - comenzó a gritar - ¡No me conocen! - gritó más fuerte
- Oh, claro que sí - contestó Reid decidido, lo que cortó la risa del ignoto - Te llamas Andrews Colbac, estudiaste en la secundaria Y… - Reid recordaba todo lo que le había dicho García camino a ese lugar - …nivel 10 en química - con cada cosa que decía, la sonrisa de Andrews se transformaba en una de orgullo - El primero en tu clase - Reid aparentaba tranquilidad, pero por dentro, quería acabar con esa sonrisa
- Eras bueno en tu trabajo, pero sólo un pervertido como tú lo echaría a perder - dijo seriamente. La sonrisa de Andrews se borró. Bingo. - Un perdedor como tú lo echó a perder desde la secundaria, ¿o me equivoco? - Morgan miró a Reid de reojo brevemente, estaba demasiado serio
Andrews arrugó el ceño y gritó: - ¡No sabes nada! ¡Esas zorras se lo buscaron! - apretó el cuchillo aún más en el cuello de Miguel, un hilo de sangre apareció.
- Deja de hacerte la víctima Andrews - dijo fuertemente Morgan. Andrews lo miró sin soltar el cuchillo - Todos sabemos aquí que eres un fracaso. No eres nadie, más que un maldito pervertido que terminará pudriéndose en la carcel - con cada palabra que salía de la boca de Morgan provocaba estragos en la actitud de Andrews.
- No eres nadie - dijo Reid - Ni siquiera para ella - Andrews lo miró colérico - Se acabó Andrews - decretó Reid avanzó hacia él. Morgan lo siguió - Ella no te recuerda, jamás lo hizo. Para Amelia sólo eres una mancha borrosa entre la obscuridad
- ¡No! ¡No! ¡Callate! - gritaba Andrews - ¡¿Crees que evitarás su designio?! - señaló hacia el cielo, levantando el cuchillo con su mano - ¡Él me eligió! ¡Yo debo terminar ésto! - gritaba
Él no se había percatado de que se encontraba temblando. Se había separado de Miguel levemente y no dejaba de gritar que se callara.
- ¿Quieres el control? - preguntó Reid con desdén - Te diré algo, tú no lo tienes, ella será libre
- ¡Agh! ¡No! ¡No! - se sujetó la cabeza locamente
- ¿Te duele su rechazó? Bueno, es normal que lo hiciera, un perdedor como tú no levanta ni una roca - expresó Reid
- ¡Agh! ¡Maldito, los mataré a todos! - gritó fuera de sí y comenzó a correr hacia ellos, con cuchillo en mano, pero la mirada totalmente pérdida por la rabia. El color de su rostro era rojo vivo y más de una vena se le podía apreciar en el cuello.
- ¡Detente! - gritaba Morgan, pero el ignoto no se detenía.
No tuvo más opción que disparar.
Los disparos alertaron más al resto del equipo, avanzaron más rápido, encontrándose en una bifurcación. Los cuatro caminaban con paso apresurado, pero certero, cuando llegaron con el dúo faltante, observaron la escena un poco perplejos.
Morgan ayudaba a Miguel a desatar las correas que le habían colocado, mientras que Reid y el resto del equipo, observaba cómo Andrews yacía en el piso, muerto, por impacto de bala.
La gran mancha de sangre se expandía conforme pasaban los segundos. Sus ojos estaban sin vida.
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El equipo se encontraba afuera. Una ambulancia había llegado para llevarse a Miguel a un hospital, los demás policías acordonaban la zona y otros tomaban notas. Otro más, fotografías y cualquier evidencia que ayudará en el caso.
Morgan, desde una distancia prudente, observaba a Reid, quien sólo veía aquella puerta oxidada. Después de lo que pasó ahí adentro, no volvió a hablar y fue el primero en salir del bunker. Le preocupaba, pero no quería abrumarlo con preguntas, en eso, observó que JJ se acercaba a él. Tal vez ellos deberían hablar.
JJ se acercó con lentitud a Reid, él en cuanto se dio cuenta de su presencia la miró, en silencio.
- ¿Todo en orden? - preguntó observandolo
- Sí - contestó - ¿Por qué lo preguntas? - algo en el tono que usó alertó a JJ, ella sabía que Reid sabía que no sólo era para ver cómo estaba
- Quería saber - se encogió de hombros, restándole importancia - Todo fue tan rápido que… - no pudo seguir con palabras
- Lo sé - dijo Reid volviendo su mirada al frente
- Spence - le llamó JJ - ¿Hay algo que te moleste? ¿Algo te preocupa? Has estado actuando extraño - se acercó un poco más a él
Reid no la miró por unos segundos, pero después la observó. JJ se dio cuenta que un torbellino de emociones atacaba a Reid aunque quería ocultarlo.
- Se acabó - JJ asintió - ¿Qué pasará con ella? - le preguntó. JJ lo miró extrañada
- Me extraña que no lo sepas Spence - dijo refiriéndose a su gran cerebro
- Lo sé - volvió a contestar bajando la mirada - Es sólo que no puedo evitar pensar lo que es que te roben cinco años de tu vida - mencionó mirando a JJ
JJ ya no supo qué decir, pues él tenía razón. Amelia no se merecía.
- Sé que nos equivocamos y no sabes cuánto lamento - comenzó a decir, su mirada perdida en aquellas montañas del valle - pero - miró a Reid - puede comenzar de nuevo - dijo con un ligero tono de voz - no será fácil, pero es lo único que puede hacer ahora… - JJ calló porque le estaba comenzando a fallar la voz
Reid asintió.
- Sabes - le dijo - eso mismo pensé, suena más patético cuando yo lo digo
- Spence…
- Él quería que la descubrieran - dijo de repente
- ¿Sí? - contestó JJ con cautela
- Él simplemente quería que la descubrieran, no fue un error, él planeó todo ésto, sólo quería que sufriera por un simple rechazo - la voz de Reid ahora estaba cargada de odio - Cinco años de su vida por un simple error - JJ sabía que se refería a ellos, pero algo vio en los ojos de Reid, no hablaba del equipo, hablaba de él.
- Spence escucha… - JJ lo tomó por las manos y lo obligó a que la mirara - Todo esto no fue tu culpa - dijo firmemente - Eres humano y cometemos errores, nadie se salva de eso. Lo que pasó con Amelia no fue tu culpa, no podíamos haberlo previsto, puesto que también a nosotros nos utilizaron. Se acabó Spence - terminó de decir JJ
Reid la observaba en silencio, procesando sus palabras. - Gracias JJ - se separó de ella, dio media vuelta y comenzó a caminar. Extrañada, JJ le preguntó que a donde iba.
- Tengo que hacer algo, volveré más tarde - solamente dijo eso y siguió su camino.
JJ no lo entendía, pero lo dejó ser. Ella entendía que en este momento Reid necesitaba aclarar sus ideas.
Más tarde, en el jet privado del FBI
Hotch se encontraba leyendo algunos archivos en un rincón. A unos dos asientos delante de él, estaba Prentiss, relajada en su asiento, con los audífonos puestos. En frente de ella estaba Rossi, entre sus manos se encontraba un libro, su libro, quería algo en que entretenerse al final de un largo día de trabajo.
En la otra punta del jet se encontraba JJ observaba su celular fijamente, en ese momento Morgan interrumpió con una taza de café caliente.
- Gracias - dijo JJ sonriendo y tomando entre sus manos aquel objeto
Morgan sólo asintió. - ¿Y Reid? - le preguntó serio
- Dijo que tenía que hacer algo, tomará el siguiente vuelo - contestó JJ soplando el sorbo que iba a dar
Morgan hizo una mueca. - ¿Algo que hacer? ¿Qué podría estar haciendo? - preguntó extrañado. JJ levantó sus hombros. - Ni idea - dijo mirando divertidamente a Morgan.
Pero dentro de ella sabía que eso tampoco era normal en Reid. Por favor, ten cuidado, pensó.
Prisión X
El sonido de acceso resonó por el desértico lugar. La reja se abrió y Reid entró con parsimonia, caminó unos cuantos pasos y el guardia abrió la puerta delante de él.
- Listo agente - dijo retirándose en el acto
Reid entró. Amelia no se molestó en girarse para enfrentarlo, pues ya sabía que era él. Reid llegó hasta el lugar designado y tomó asiento frente a ella y sólo entonces, unos ojos cafés le dieron la bienvenida. Su aspecto no había mejorado desde la última visita. Ella no dijo nada.
- Eres libre - dijo Reid sin rodeos
Esta vez, Amelia no controló su expresión, la consternación la llenó, abriendo demasiado sus ojos. - ¿Qué? - preguntó en un susurro
- Lo atrapamos… Amelia - Reid veía como los globos oculares de ella se cristalizaban - Eres libre - Amelia comenzó a temblar levemente
- No - dijo susurrando
- Se acabó, todo esto se acabó - Reid se inclinó levemente hacia adelante
- No, no, no - seguía negando
- Tu abogado vendrá mañana y te dirá que…
- ¡No! - gritó levantándose de su asiento - extrañamente no tenía puestas las esposas - ¡Yo no quiero esto! ¡No quiero ser libre! ¡Yo debo permanecer aquí! - gritó señalando a Reid
Él no se perturbó ante su reacción. - No hay necesidad ya de eso - dijo tranquilamente
- No, no, no - Amelia volvió a negar sujetándose la cabeza
- El estado te proporcionará techo y comida y ayuda si la necesitas - dijo Reid comenzando a levantarse de su lugar
Ella soltó una risa seca. - ¿Crees que me importa lo que el estado pueda darme? ¡Yo no quiero nada de ellos! ¡Ni de ti! - exclamó, eso último detuvo a Reid - No necesito nada… - dijo Amelia, las lágrimas ya corrían por sus mejillas - Nunca lo necesité… - dijo apretando sus puños, mordiéndose el labio para no llorar
Reid la miraba en total silencio. Agachó la mirada por unos segundos más y después la alzó, mirándola. - Lo siento - dijo finalmente
Amelia parpadeó un par de veces. - ¿Qué? - preguntó sorprendida
- Por todo - continuó Reid - De verdad lo siento - Amelia observó que en verdad era difícil para él - Tienes una segunda oportunidad, deberías aprovecharla - y ante la mirada atónita de ella, se retiró de la celda.
Amelia duró unos segundos de pie y después se desplomó en el suelo. Las lágrimas estaban tomando fuerza, una tras otra, caían sin ningún impedimento, se llevó la mano a la boca, callando sus hipidos provocados por el llanto.
Era libre.
Reid se estremeció por el grito desgarrador que llenó el lugar, pero no se giró. Amelia estaba llorando. Cerró los ojos, haciendo una mueca, apretó su puño y se quedó ahí, escuchando el dolor de ella.
Unos minutos después, los guardias entraron rápidamente, lo ignoraron completamente a pesar que se encontraba a medio pasillo. Reid abrió los ojos y comenzó a caminar, cruzó el umbral de la prisión sin mirar atrás.
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