El Copyright y la Marca Registrada del nombre y del personaje Harry Potter, de todos los demás nombres propios y personajes, así como todos los símbolos y elementos relacionados, son propiedad de Warner Bros., 2000
Tu chica perfecta
2. Gimnasia
"¿Estás bromeando, verdad?" le preguntó Hermione, incrédula, a la radio.
"...vestirse elegante, o por lo menos saber combinar bien los colores, ser sociable, no hostigosa, graciosa, bella..."
Era como si el mundo se hubiese congelado por un momento. Para Ronald Weasley, la chica perfecta era la mujer más superficial del mundo, todo lo contrario a la que ella podía aspirar. Su mano se levantó sola, sin que ella le diera la instrucción, y su dedo índice presionó el botón rojo de 'encendido' del equipo de música. No podía seguir escuchando más.
"¿En serio?"
"Acabas de caer, Wanda"
Risas.
"Estoy bromeando. ¿Cómo se te ocurre que voy a hablar así, quién crees que soy, Draco Malfoy?"
Más risas.
"No, Wanda, auditores, no crean nada de lo que han oído. No tengo ningún estereotipo definido para una chica perfecta"
"¿Entonces? Porque no nos vas a dejar en ascuas después de ese discurso"
"La mujer que pueda conquistar mi corazón..." Suspiró. "Sólo tiene que ser ella misma. Y si me agrada así... bien. Si no, ya tendrá suerte con otro"
"Después de todo dicen que todos tenemos una media naranja en alguna parte del mundo, verdad?"
"Sí" Ron sonrió.
"Ya llegamos al final de esta entrevista. Muchas gracias por venir, Ronald Weasley. ¿Algo más que quisieras decir?"
"Sí, quiero mandar saludos"
"Claro, saluda!"
"Para mi familia: mamá, papá, hermanos, hermanita. Para todo el equipo, los Rangers¡que vamos al nacional! Y para mis amigos, por supuesto, en especial para la amiga que hizo posible que estuviera aquí esta tarde"
"¿Y ella es?"
"Hermione" sonrió para sí mismo. "Hermione Granger"
"Y con esto nos despedimos de Ronald para seguir con nuestro programa...!"
Ron se puso de pie, caminó fuera de la sala de locución y tomó las cosas que un asistente le entregó, diciéndole que lo había hecho muy bien. Salió del edificio y antes de esfumarse hacia La Madriguera tomó su móvil -allí tenía excelente señal- y marcó el número de su mejor amiga, pero ésta tenía el suyo apagado. No tenía anotado el número de la pensión tampoco, así que se regresó a su casa y pensó que intentaría llamarla después.
En tanto Hermione lloraba desconsolada en su cuarto compartido sentada sobre el colchón, mientras tres de sus compañeras intentaban animarla y saber qué le pasaba.
"¡Ay, niña, no hay motivos para llorar así!"
"Tú que eres siempre tan seria, Hermione. ¿Qué te pasó ahora?"
"Sería mucho más fácil si nos dijeses..."
Pero ella no estaba dispuesta a decir nada. Era su problema, y no quería arruinarle el día a las demás.
"Sólo déjenme sola, sí?" sollozó.
"¿No nos vas a decir?"
"No insistas, Anto, de verdad" Tomó un pañuelo que Rose le alcanzaba y se secó la cara. "Gracias chicas, pero creo que ustedes tienen una fiesta para la cual prepararse"
"¿Tú no vas a ir?"
"¿Crees que se encuentra en condiciones de ir?" dijo Reggie, desde la puerta, brazos cruzados. "Salgan de la habitación, bambinas"
"También es MI habitación, Reggie" recalcó Nikki.
"Pero tú te vas con ellas" apuntó en rededor "a arreglarte a la mía. ¡Per favore! En Italia dejamos tranquilas a las personas cuando dicen que quieren estar solas"
"Pues son bastante fríos allá en tú Italia, querida"
"Certamente no"
"¿No empiecen a pelear, sí?" rogó Rose. "¡Vamos!"
A regañadientes abandonaron la habitación. Hermione se recostó de lado sobre sus manos, mirando hacia un costado pero a la vez mirando hacia la nada. En la habitación de junto escuchaba los chillidos de sus compañeras, sin interés alguno de saber lo que decían. Le hubiera gustado ser un poco más alegre, un poco más espontánea, quizá. Pero ya no podía hacer nada. Sólo pensar, pensar y pensar en qué era lo que estaba fallando consigo misma. Y su mayor problema: por qué no le podía gustar a Ron.
Se quedó dormida, pero tres horas más tarde volvió a despertar. Ya no se oía ruido alguno en toda la pensión. Tomó su celular de la mesita para ver la hora, pero éste estaba apagado. Lo encendió y lo dejó otra vez en la mesita. Se levantó, abrió la puerta de la habitación y se encontró con el pasillo completamente a oscuras; había nada más que una luz encendida desde la sala de estar, la lámpara que siempre quedaba encendida. Seguramente sus compañeras ya se habían ido a la fiesta de la que tanto hablaban. Suspiró.
Y su celular comenzó a sonar y vibrar a la vez.
Caminó hasta la mesita lo tomó y miró la pantalla.
'Ron'
Lo lanzó sobre la cama antes de que le volvieran las ganas de llorar. Respiró profundo y se movió hasta quedar frente al espejo de cuerpo completo que colgaba en la pared. Se miró. Y la imagen que este le devolvía no le gustaba nada. De arriba abajo: bajita, cabello castaño, seco, rebelde, tez pálida después de tres años de evitarse la playa y la nieve, ojos inexpresivos, nariz pequeña, labios secos, perfil normal, cuello delgado, hombros normales, pechos demasiado pequeños, cintura cuadrada, caderas poco abultadas, piernas horriblemente delgadas y sin forma, tobillos frágiles y pies pequeños.
El teléfono seguía sonando.
'¡Qué insistente!'
Si comparaba su propia descripción con la que Ron había dicho por la radio no era nada, nada en lo que se parecía, pero muchísimo lo que podía cambiar, y no le tomaría demasiado. Para ello tenía que usar lo único bueno que, según ella, poseía: su inteligencia. Debía dividir la operación en algunos sencillos pasos. Y la primera parte consistía en los cambios a largo plazo. Sin dejar de mirarse, se dijo:
'Físico'
Eso sólo significaba dos cosas: gimnasio más dieta.
Y mañana empezaba.
Se dio media vuelta, tomó el celular y con un golpe en la batería éste dejó de sonar: había quedado desconectado. Se metió a la cama y se durmió.
Mientras Ron se preguntaba porqué no contestaba. Y después de llenarle la casilla de mensajes y la bandeja de SMS, se rindió y él mismo se fue a la cama.
A la mañana siguiente sonaba el timbre en la pensión universitaria.
"No es posible" se dijo Rebecca, una chica delgada y pelinegra (que no estudiaba nada pero por alguna extraña razón vivía allí) levantándose del sillón de la salita tras el quinto pitazo, presionándose la frente. Dando tumbos bajó la escalera y logró abrir la puerta. Allí estaba parado Ron, a las 8 y media de la mañana. "¿Qué estás haciendo aquí a esta hora?"
"Yo..."
"Espera... Primero que todo... ¿Quién eres?" le preguntó entrecerrando los ojos.
Ron se rió para adentro del aspecto de la chica. Levaba un vestido rojo, el maquillaje corrido y una camisa desabrochada sobre los hombros. Y tenía cara de haber bebido mucho. Seguramente había habido una fiesta y por eso Hermione no contestaba, seguro no escuchaba su móvil.
"Soy Ron Weasley. Ando buscando a Hermione. Pero creo que debe estar durmiendo, me equivoco?"
"Ah, Hermione... Sí... No..." negó Rebecca con la cabeza rascándose tras una oreja. "Salió hace un rato... Yo la vi... Sí, la vi, estoy segura. Iba con buzo"
"¿Con buzo?"
Anto se apareció tras de ella con su pijama de ositos puesto y con un vaso con algo verde en la mano, que le puso en la mano a Rebecca.
"Bébete eso y anda a acostarte" le dijo. Luego miró a Ron. "¿Disculpa, a quién buscas?"
"A Hermione. Pero ella" le indicó a Rebecca, quien sonrió y se bebió su poción. "dijo que salió"
"Sí, dejo un mensaje sobre la mesa. Fue a trotar al parque que está a dos cuadras de aquí. Si quieres búscala allá"
"Gracias"
Se dio media vuelta y cruzó la calle, bastante extrañado. ¿Hermione trotando a las 8 de la mañana un sábado? Caminó tranquilamente las dos cuadras que hacían distancia hasta el parque. Cuando llegó allí no supo por dónde empezar a buscarla. Si estaba trotando, estaba en movimiento. ¡Ese parque era gigante! Hasta que vio un letrero que indicaba: pista exclusiva de trote. Y suspiró.
Tras dos minutos de caminar junto a la pista se la encontró apoyada en un árbol tomando agua mineral de una botella.
"¡Hermione, al fin! Ya me estaba preocupando..." sonrió.
Pero Hermione bajó la botella y no le devolvió la sonrisa. Su expresión fue más bien adusta.
"¿Viniste aquí a burlarte de mí o qué?"
"¿Cómo?"
Y Hermione recordó que Ron quería una chica graciosa. No una amargada.
"Oh, disculpa, de verdad" Tomó más agua y ahora sí sonrió. "La deshidratación hace cosas extrañas con mi ánimo"
Ron alzó una ceja, sonriendo de lado. Hermione, por supuesto, se derritió.
"A todo esto... ¿Por qué estás trotando?"
Ella se encogió de hombros.
"Dime si es malo hacer ejercicio. ¿Me acompañas?"
Ron asintió. Hermione retomó el trote, con Ron al lado.
"¿De qué querías hablar?" le preguntó ella.
"¿Escuchaste el programa ayer?"
La sonrisa de Hermione vaciló por un momento.
"Sí, sí lo escuché. ¿Cómo iba a perdérmelo?"
"Te llamé después de salir de la radio, pero tu celular estaba apagado. Y trate de llamarte después, pero no contestabas"
"Ah... Se me acabó la batería. Lo dejé cargando toda la noche" mintió. "Por eso no sonó, seguramente"
"¿Te gustó que te mandara saludos por la radio?"
Hermione bajó la velocidad de la carrera. Tuvo que pronunciar su cínica sonrisa. ¿Por qué no podía ser sincera?
"No me lo había esperado para nada, pero gracias!"
"Gracias a ti terminé en ese estudio"
'Y gracias a ti me estoy torturando ahora. Me duelen las piernas, los pies, y adivina qué... ¡tengo sueño!' pensó. Pero dijo: "No fue gracias a mí, Ron. Fue Ginny"
"¿Ginny?" Ron se rió. "¿En serio?"
"Te lo juro. Me amenazó diciendo que si no te convencía iba a quemar mi auto"
"Hermione... ¡No tienes auto!" Volvió a reírse.
"Lo sé, pero igual lo hice. Creí que era una oportunidad única para ti"
"Así lo espero"
Siguieron trotando por unos minutos más.
"Hay algo que se me hace sumamente curioso" dijo Hermione.
"¿Qué es?"
"¿No deberías estar en entrenamiento de Quidditch ahora mismo?"
Ron se detuvo en seco mirando hacia delante y Hermione hizo lo mismo pero un par de metros adelante y regresó a la vez que él miraba su reloj. Luego subió la vista, asintiendo.
"Pensé que me iba a demorar menos contigo. No tenía contemplada una sesión de trote"
"¿Por qué viniste tan temprano? Quiero decir... no tengo clases hoy en todo el día. Es sábado"
"¿Me estás insinuando que deseas que te invite a pasear en la tarde?" Hermione se rió. "Sólo quería saber si estabas bien, como no me contestaste... Estaba preocupado" Y un leve rubor cubrió sus mejillas. "Pero si quieres te paso a buscar para almorzar... Ya, me voy"
"¡Espera! No te puedes desaparecer aquí. Hay muggles por todos lados"
Justo otro trotador pasó a su lado.
"No me voy a desaparecer aquí" Le indicó la copa del árbol más próximo. Caminó hasta el tronco bajo la mirada sorprendida de Hermione, se subió por el tronco y después de unos segundos no oyó más el crujir de las ramas.
'¡Maldita, maldita sea! No debería existir la amistad entre hombres y mujeres' pensó. Pero luego recordó a Harry. Se reprimió mentalmente y siguió trotando.
Hasta 10 minutos después. Estaba agotada.
Se terminó su botella de agua y regresó caminando pausadamente hasta la pensión. Una vez allí tocó el timbre y le abrió Rebecca, ya repuesta de su resaca.
"¡Becky, hace tres días que no te veía!" exclamó Hermione, sorprendida.
"Ay, Hermione, supieras tú..."
"¿Estabas en casa de tu novio?"
"Sí. Pasa..."
Hermione entró, y antes de subir las escaleras, las miró con odio. 'Escaleras...' Rebecca se rió.
"¿Desde cuándo sales a trotar los sábados por la mañana?"
"Desde hoy, pero nunca más..."
"Si querías hacer gimnasia de una forma más, err... decente... Tú sabes que mi novio es personal trainer y su gimnasio no está lejos de aquí"
"¿En serio? Oh, lo había olvidado... Tienes razón, quizás vaya más tarde"
"Alcanzas a ir ahora, cierran en 3 horas"
"Primero tengo que ducharme" le respondió, entrando en el baño.
"Te espero. Yo voy en una hora más"
Hermione estuvo lista en 20 minutos. Ya no estaba de buzo, ahora se había puesto zapatos de taco, una falda verde suelta hasta los pies que la hacía ver más alta y delgada (de todas maneras tendría que ir a comprarse ropa) y una blusa blanca sin mangas. Así salió junto a Rebecca, con quien fue caminando hasta el gimnasio del novio de esta última, que quedaba a cuatro cuadras de la pensión.
"¡Hola, Becky!" saludó la recepcionista. Luego miró a Hermione. "¿Y ella quién es?"
"Viene a inscribirse" dijo Rebecca, sonriente. "Voy a ver a Alex" agregó, guiñándole un ojo a la recepcionista y dejando a Hermione sola.
"¿Cuál es tu nombre?" preguntó entonces la mujer. Hermione la miró fijamente. Llevaba las uñas rosa chillón y los labios tan brillantes que no parecían reales. Su cabello era rubio y liso. Tan rubio y tan liso. Y brillante... "¡Niña, cómo te llamas?"
"Ah, disculpa. Hermione Granger"
"Hermione Granger..." anotó en una hoja que ella no alcanzaba a ver. "Ya, toma esto. ¿Ves esa mesa de allí?" le apuntó el otro lado de la recepción. "Llena este formulario. Aquí tienes un lápiz" Se los pasó. "y aquí está el folleto con todos nuestros planes. Te espero"
Hermione fue hacia la mesa y completó la ficha. Eligió un plan de tres veces a la semana: Martes, Jueves y Sábado, los dos primeros de 6 a 8 de la tarde y el segundo por la mañana. En su vida había hecho alguna actividad física y tampoco debía sobre explotarse. Además debía dejar tiempo para el Instituto. Lo entregó, pagó y se sentó a esperar a Rebecca. El paso uno estaba dado.
Continuará...
Hola! Primero que todo hay un tema que me gustaría tratar abiertamente con ustedes. En mi R-Hr anterior, "Tus días están contados", recibí un review de una niña donde explicaba que había comenzado a leerlo en un fotolog. Y yo nunca lo publiqué en un fotolog ni tampoco autoricé a nadie para hacerlo. Tengo sentimientos encontrados con esto, puesto que por un lado me hace feliz que hayan elegido mi fic para publicarlo por ahí, pero al mismo tiempo me da rabia que no me hayan siquiera preguntado. Eso me hizo pensar por un momento en la principal desventaja de Internet, porque que yo sepa no por publicarlos pasan a pertenecer al dominio público, los fics siguen siendo míos. Así que si esa persona dueña del fotolog (ya lo identifiqué pero no he podido postear) está leyendo esto por favor, date la molestia de avisarme y la próxima vez preguntar si quiero que se publique ya? Yo no tengo problemas mientras se me haga saber... Porque si las cosas siguen así quizás llegue a pensar en retirarme del medio indefinidamente hasta que haya más protección al autor en este site...
Ya, después de media lata, pero lata importante, aquí estoy con este segundo capítulo, demasiado agradecida por todos los reviews que llegaron por el primer capítulo. ¡Nunca pensé que fueran a ser tantos! Estoy sorprendida en todo sentido. Me alega que les haya gustado el fic, pues tiene demasiadas pocas pretensiones, la trama es simple, corto, no me toma demasiado para escribir, en fin... un fic perfecto para una estudiante estresada de cuarto medio xD. Espero que les haya gustado este capítulo, en lo personal me gustó más que el anterior y espero que vaya siendo así siempre. Ojalá que la recepción de reviews no baje... y bueno. Ya saben, a comentar xD. Bye!
