CAMPO DE BATALLA


Es prácticamente la misma historia, pero como antes lo mencione, con una variación en el final.


El fragor de la batalla, comenzaba a disminuir. En parte debido a las bajas sufridas por el bando enemigo, en parte a las condiciones del clima.

A mitad del combate una intensa lluvia los había azotado; aun así Roy continuó por algún tiempo usando sus guantes y alquimia; cuando el uso de ésta se hizo imposible, recurrió a las armas de fuego, como la mayoría de sus soldados.

Faltó de practica de tales armas; habían hecho que tardara mas de lo debido en cargar la munición en pleno campo. Y la lentitud en una guerra era signo de derrota.

Una fuerte detonación se escuchó a su derecha; acompañado del único aroma que era capaz de reconocer a un kilómetro de distancia. Giró su cuerpo en dirección del ruido y del aroma; solo para toparse con unos cabellos dorados, que se habían desbordado como una presa.

Antes de que pudiera decirle algo; la acérrima mujer ya se alejaba algunos metros de él. Verla ahí de pie entre el terror de la guerra; el frío de la noche, la lluvia y el lodo que se habían aferrado a su frágil cuerpo, le recordaban porque debía pelear y salir con vida.

Inexplicablemente frente a sus ojos; su cuerpo se desvaneció lentamente. Abriendo de par en par sus ojos, ante tal escena, corrió hacia ella; sosteniéndola en sus brazos al tiempo que buscaba con la vista al culpable.

Lo encontró cerca de donde el estaba. El hombre que estuvo a punto de dispararle y al que Riza creyó muerto, había detonado su última munición, en ella.

Nunca creyó que fuera capaz de dispararle a un hombre con tanta convicción; pero el cuerpo que sostenía lo ameritaba.


Descargó toda su munición en el cuerpo del hombre que yacía herido, a unos metros de él.

Cuando el cuerpo dejó de convulsionarse y de la boca del arma solo expiraba una columna de humo. Roy se concentró en el cuerpo que sus brazos sostenían.

Se encontraba en la periferia del campo de batalla; ahí donde era un blanco fácil, pero no le importó. En el momento en que sus brazos recibieron a Riza, sus ojos se cruzaron por escasos segundos ella le dirigió una rápida sonrisa, y finalmente sus ojos se cerraron para siempre.

Roy giró el rostro de un lado a otro, mientras miles de lagrimas bañaban su rostro. Comenzó a llamarla, pronuncio su nombre tantas veces como su voz se lo permitió.

-"Riza, Riza, escúchame, háblame. Riza por favor no te vallas; no me dejes solo ahora que mas te necesito. Riza te amo, óyeme, te amo, que mas quieres que diga para que regreses"-

Permaneció sentado sobre sus piernas con el cuerpo sin vida de Riza en su regazo, aferrándose a él. Recobró la noción del tiempo, cuando escuchó a su espalda la voz exhausta de Havoc.

-"Coronel hemos ganado la contienda. Aunque esto no debería haber terminado de esa manera. Pero por favor, comprenda la teniente se ha ido " – puso una mano en su hombro y luego se alejo a reagrupar a las tropas.

Habían ganado. Esas fueron las palabras de Havoc, pero entonces por que no se sentía como tal. Porque, era fácil saberlo. La persona que mas quería por sobre todas las cosas y por la que hubiera dado todo, había muerto al protegerlo.

Y el había sido incapaz de cuidarla, ahora lo único que hacía era repetir su nombre una y otra vez. Y cuando las palabras no fueron suficientes; besó sus antes cálidos labios, ahora se sentían fríos, faltos de toda sensibilidad; como lo estaba ahora su corazón.

-"Riza te amo"

Pronunció por última vez dejando que ahora el viento dispersara sus palabras. Y tal vez de esa manera por primera vez, ella las llegara a escuchar. Pues nunca mas se las podría decir en vida.