SORPRESAS

Para Roy Mustang no existía lo sorpresivo.

En todos sus años como miembro de la milicia, y alquimista estatal, nunca nada lo había tomado por sorpresa. Pues siempre se mantenía dos pasos delante de sus objetivos, a dos pasos de su presa; útil para vencer a sus enemigos u obtener algo. Así que lo sorpresivo para él, simplemente era algo sobrehumano.

-"Coronel, espero no se le haya olvidado nuestra cita, esta noche"

-"Eehh!" –la voz de Hawkeye lo había sacado bruscamente de sus reflexiones

-"Recuerda que dijo que tenia algo importante que decirme. Y por eso era necesario la cita. Tal vez si no fuera tan distraído mi voz no lo tomaría por sorpresa"

Esta bien, tal vez ese momento se podría traducir; como un momento sorpresivo. Pero eso no se repetiría; y en la cena, la sorprendida ahora sería Hawkeye, con la petición que le tenia preparada.

Puesto que Roy Mustang nunca era sorprendido; o se podría repetir dos veces en el mismo día.

-" Riza, te gustaría ser mi esposa"

-"Desde luego Roy" –respondió feliz; mas tarde en el restauran. Al ver frente a ella el anillo y al hombre de su vida.

Tal vez para Roy Mustang, como para cualquier otro mortal, las sorpresas si existían.