PALABRAS
Aunque no eran frecuentes ese tipo de palabras, y ni Riza estaba acostumbrada a escucharlas, ni Roy a pronunciarlas, siempre les resultaba grato a una el escucharlas y al otro pronunciarlas.
Y es que su relación, así tan fría y seria a los ojos de los demás; siempre de trabajo, siempre tan llena de formalismos y muestras de respeto era fácil de comprender. Nadie dudaba que entre superior y subordinada lo único que existiese fuera pura muestra de profesionalismo, entre ellos no cabía el pensar que detrás de esos dos muros de orgullo, ambiciones y que distaban abismalmente los gustos de ambos, pudiese nacer alguna vez, algún día ese sentimiento llamado "amor".
Absurdo era el solo pensarlo, el un mujeriego y reconocido por sus miles de conquistas, ella obsesionada con el perfeccionamiento de su puntería, era de tontos quien lo pensara. Y en realidad nadie lo creía, cuando escuchaban por los pasillos que alguna secretaria celosa de la Teniente mencionara algo de -"Seguro mantienen una relación amorosa" -. Algún militar se detenía y decía que eso era imposible, hasta la misma mujer terminaba por aceptarlo.
Nadie lo creía y nadie lo sabía.
Pero en ciertos momentos; él los sabía: cuando ella se sentía cansada, abrumada por el trabajo y pretendía caer en la cotidianidad. Roy Mustang conocía todos y cada uno de sus gestos; le permitía caminar a su lado mientras en voz tan baja que apenas era un susurro melodioso pronunciaba solo para ella.
-"Teniente la amo"
-"Lo se Coronel"
-"Riza te amo ... eres todo para mí"
-"Lo se Roy ... yo también te amo"
Una sonrisa que solo ellos podían comprender y una mirada reiteraban en ambos esas palabras, y todas las que los labios no pueden pronunciar pero que sin duda se conocen.
En esas ocasiones tan raras, los demás militares se preguntaban de que podrían hablar, seguro de algo importante para que él acceda a que su subordinada camine a la par del gran alquimista de la llama... pero seguro eran cuestiones laborales. Porque en ellos no podría nacer nunca otro sentimiento, de ningún tipo.
Lo que los demás no sabían era que entre Riza Hawkeye y Roy Mustang, siempre había habido amor, el mismo amor por el cual estaban en ese lugar, uno detrás del otro, el mismo amor que nadie sabía y nunca hubieran comprendido. Que alguien se amara tanto y no lo pudiera expresar... era algo que nadie que no fuese Roy y Riza lo comprendían y aceptaba.
Pues para ellos las palabras no existían, tan solo la seguridad de que su amor era correspondido.
--.Sherrice Adjani.--
