15

EN TIEMPOS DE GUERRA

Kaos miraba con ojos de furia a un mapa que representaba cada uno de los campamentos de refugiados que había cerca de la frontera sur de tierra natal, no podía creer que después de tanto tiempo hubiese encontrado a su nemesis, el maestro Eon, se enorgullecía en el fondo, pero en su cabeza se mostraban iras por no haberse dado cuenta antes de se encontraba en el lugar mas facil para esconderse de un dictador.

-Lo matare, lo matare -se lo decía mil veces al darse cuenta de que se había pasado quince años buscandole y jamas pudo encontrarle en el lugar mas obvio que a uno se le podía ocurrir.

Tuvo tanta ira que empezo a golpear el mapa a base de puños, siguio así hasta que de pronto se le rajo una de las uñas de los dedos debido al estar golpeando severamente de esa forma. Se chupo el dedo para curarse la herida mientras seguía mirando perplejo el mapa, ahora tenía que actuar.

A su lado tenía a los tres senadores troll delante, había visto todo exactamente, como había hecho para afrontar el hecho de que encontro a su enemigo y como hizo para explotar al descubrir donde se escondía. El senador Reginal miraba con una sonrisa sarcastica a Kaos mientras se regozijaba de su humillacíon.

-¿Y bien? -pregunto Reginald para saber si iba a hacer algo al respecto.

Kaos miro furtivamente a Reginald, siempre mirandolo como si fuese un misero inutil que no sabía hacer nada, en cambio el si, porque era un troll adiestrado para tomar responsabilidades y tomar decisiones acertadas.

-Todo este tiempo he estado buscando su cadaver, y resulta que esta vivo, y ha estado escondiendose de mi, en un maldito y vulgar campamento de refugiados -admitio Kaos reaccionando ferozmente.

-Calmante Kaos -tranquilizo Reginald-, ¿no queras explotar antes de cogerle verdad? -pregunto burlonamente.

Kaos no sabía como calmarse, tenía a dos personas que las sacaban de quicio, Eon que se estaba mofando de el y quitandole su protagonismo, y a los senadores que se mostraban antipaticos con el creyendose que podían ser mejores en todo aquello en lo que hacía.

-Ahora que sabemos donde esta nuestro principal enemigo, tenemos que pensar en como hacer para capturarle y detener a sus alumnos -propuso Reginald.

Kaos alzo la vista mostrando una fria mirada, como hacía siempre cada vez que alguién decía algo que no era muy acertado con lo que pensaba.

-¿Que pasa ahora? -pregunto ironicamente, sabía que había dicho algo que no le gustaba.

-Yo no quiero capturar a Eon, quiero destruírle, hacerle picadillo, para castigarle por quitarme el puesto que me merecía como maestro del portal, y a sus alumnos los matare después de el para que vean que su ansiado maestro, ya no le sirve para nada, entonces se regocijaran y tendran que arrodillarse ante mi como su maestro -explíco Kaos lo que tenía planeado en mente.

-¿Y porque tendrían que arrodillarse ante ti? -pregunto el senador Hollvitz.

Kaos se mostro muy complacido por esa pregunta.

-Porque como ya no tienen maestro, tendran que buscarse al primero que vean, ya que no tienen en nadie en quien creer -comento Kaos dirigiendose a los senadores con escepticismo.

Los senadores se mostraron escepticos con aquella propuesta, no sabían si aquello era algo realista o no.

-¿Pero eso es algo que podría suceder, o es solo una propuesta para exagerar un poco mas la guerra? -pregunto Reginald para aclararse.

Kaos se mostro un poco mosqueado, estaba cansado de que no entendiesen sus propuestas e ideas, de pronto se le ocurrío algo que podría servir de ejemplo.

-Caballeros, voy a mostraros un ejemplo, de lo que pasaría si sucediese una cosa como esa -se dirigio al doctor Kullshak que estaba delante de la puerta de entrada de la sala observando la conversacíon.

-Doctor Kullshak -se presento.

-¿Si? -pregunto el.

-Podría contarles a nuestros queridos senadores algún ejemplo sobre rendicion -pidio amablemente pero con tono disimulado.

-Enseguida señor -accedio Kullshak.

Kaos se dirigio a los señores mostrando una sonrisa fanfarrona.

Refunfuñaron los senadores con ironia.

El doctor Kullshak se dirigio a una estanteria de la biblioteca, agarro un libro de tapa azul con un dibujo en la portada de una linea dorada que represantaba la antigua silueta de la rendicion, arriba tenía un titulo que decía:

LAS MAYORES RENDICIONES DE LA HISTORIA TROLL

Kullshak paso las paginas buscando algúna fecha sobre una historía de algún personaje en especifico que se hubiese rendido, buscaba rapídamente debido a que el emperador Kaos no le gustaba que sus subditos tardasen demasíado.

-Aqui esta -hallo el personaje que quería.

Todos se acercaron para ver de quien se trataba.

Observaron una pagina donde había el dibujo de un troll armado con dos hachas y portando una armadura que le cubría todo desde los hombros a la cintura.

-¿Quien es? -pregunto el senador Greyfuss sin poder indentificar el personaje que había grabado en la hoja de papel de lienzo de color claro.

-Es el antiguo anarquista Kormink -indico el doctor Kullshak.

Todos se quedaron con ese nombre, les sonaba de algo.

-Hace mucho tiempo, desde la reconstruccíon de Trollia después de la guerra provocada por el Maestro Oscuro, la gente empezo a pensar que como toda la ciudad estaba media destruída, aprovecharon para decidir algún nuevo cambio como se estaba formando un nuevo mundo debido a tantos cambios -resumío el doctor Kullshak lo que había escrito en el libro.

Carraspearon para afirmar que estaban escuchando atentamente.

-Pero los nuevos jefes de Trollia, se negaron a aceptar sus peticiones, así que decidieron volver a reformarlo como antes, teniendo así la misma dictadura, algúnos se pusíeron porque pensaban que se estaban aprovechando de ellos, así que todos empezaron a rebelarse, después de varios dias de caos y destruccíon, consiguieron tranquilizar a la poblacíon después de que por accidente muriesen cinco personas durante las revueltas.

De pronto algo en la mente les invadío a los senadores y a Kaos, empezaron a tener pensamientos acerca de que aquello les sonaba de algo, de pronto se dieron cuenta, se quedaron con la boca abierta al darse cuenta.

-Ahora que lo pienso, ¿nos suena esa historía de un incidente que ocurrío hace mucho tiempo acerca de una revuelta que acabo con la vida de varias personas? -pregunto Reginal sugiriendo de que se trataba de eso.

Pensaron mas hondo.

El senador Hollvitz se le ocurrío otra cosa mas.

-Ahora que me acuerdo, también contaron que hubo un desastre hace un tiempo, en los momentos del renacimiento, un desastre que provoco varias muertes y un gran cambio en la politica de Trollia -opino.

-Debe de ser, como hemos hecho para olvidarnoslo -dijo el senador Greyfuss lamentandose por no haberse dado cuenta antes, se golpeo en la cabeza para castigarse por semejante olvido.

-El doctor Kullshak miro incredulamente a los demas.

-Señores por favor, ¿puedo seguir resumiendo? -pregunto incredulamente.

-Si si si, sigue, quiero que los senadores aprendan -pidio Kaos con prisas.

-Cuando todo el mundo se sentía aprisionado por las nuevas ordenes del nuevo gobierno troll, un joven herrero que había estado durante un tiempo siendo presionado por sus maestros, decidio rebelarse y empezar toda una serie de actos rebeldes, pinto las paredes poniendo: LIBERTAD, quemo las cabañas donde se guardaban las armas de la guardia, enveneno la comida de los soldados con especies que les produjeron ciertos efectos secundarios alergicos.

Kaos se quedo mosqueado con la capacidad de aquel rebelde para dejar en ridiculo al ejercito.

-Por dios ese no era un herrero, era un gamberro fuera de control -replico Kaos sobre la actitud del herrero rebelde.

Kullshak se volteo hacía Kaos mirandolo sarcasticamente.

Kaos se quedo con una sonrisa ironica en su cara, se sentía algo mosqueado por tener que interrumpir a su maestro de estrategia, y sobre todo delante de los hombres a los que tanta bronca tenía.

-Continua. Vamos -pidio con tono entusiasmo soberanamente.

Kullshak siguio contando pero antes se aseguro de que nadie le interrumpía esta vez.

-Al hacerse tan famoso en el pueblo, por sus actos rebeldes, un grupo de gente se unío a el y decidieron montar un grupo anarquista, un grupo donde todos librarian la guerra contra los jefes troll hacíendo toda una serie de actos rebeldes.

Se despego del libro y observo la cara de los lectores para ver si lo habían entendido para así no poder seguir hacíendo reproches.

-¿Esta claro señores? -pregunto reprimiendose de sus broncas.

-Si -afirmaron ambos.

Parecía que funciono, continuo contando.

-Después de varios dias de ataques anarquistas al parlamento troll, el joven herrero decidio acabar de una vez con sus amos, llevo a todo su grupo de anarquistas al parlamento y decidio ahí terminar el reinado que mantenía aprisionado a varios trolls. Una vez, el jefe opnipotente de los trolls en aquella epoca, se presento, con aspecto serio y abrumado por los actos que provoco el rebelde troll. El joven troll decidio luchar con el, pero antes de eso, ocurrío una desgracia -paso la pagina y dio lugar a la siguiente, había otro dibujo arriba en la primera pagina.

Ambos se quedaron mirando aquel dibujo grabado en el papel.

-Cuando se presento la oportunidad de acabar con el jefe, se presento una terrible sorpresa, uno de sus generales, trajo al hombre que le adiestro para ser el rebelde que era ahora, el herrero quedo desvalido al ver que tenían apresado a su maestro, el jefe le dijo que si acaba con su reinado anarquista, le dejaría con vida, pero el her-reo se nego y decidio seguir combatiendo, entonces ocurría algo que el herrero no vio venir, el general que sostenía agarrado por el cuello al maestro, le clavo una daga por la espalda clavandosela por detras de su abdomen, el maestro murio, y el herrero ca-yo desvalido al ver que mataron a su maestro, ahora que el hombre que le había adi-estrado para ser fuerte había perecido, ya no tenía razon para seguir luchando.

Kaos se entusiasmo al oír eso, era la parte que mejor quería oír.

-Una de sus oficiales del grupo le dijo al herrero que tenía que seguir luchando para acabar con los amos, pero el herrero estaba tan atonito y tan desfavorecido, que ya no sintio ganas de seguir con luchando junto con su grupo anarquista, así que decidio perecer y rendirse, ya que todo ya no tenía sentido sin su maestro. El jefe decidio que se rindiese delante de el arrodillandose y mostrando declemencia, así lo hizo, como el rebelde cobarde que era.

Finalizo Kullshak de contar, esa era la parte que todos querían oír.

-¿Que os ha parecido señores? -pregunto en nombre de Kaos.

Los senadores se quedaron pensando, opinando acerca de lo que leyeron, cosa estaba clara, aquel herrero rebelde obsesionado con el anarquismo acabo mal, y hasta lo mostraba el siguiente dibujo, el de que se arrodillaba ante el jefe troll al lado del cadaver de su maestro desangrandose poco a poco, puede que la historía fuese algo que sirviese de ejemplo para aquellos que se pensaban que el mismiso gobieron estaba mal, pero servía de ejemplo también para saber lo que eran las rendiciones, Kaos había acertado esta vez en una cosa.

-Bueno, ha tenido sus momentos de enorgullecimiento, pero no esta mal claro que nos haya hecho aprender lo que significa tener que rebelarse sobre tu propio gobierno -opino moderadamente Reginald.

Kaos se sintio orgulloso de que por fin sus senadores hubiesen entendido por fín una de sus ideas con base a la historia, pero se sintio algo mosqueado porque no estaban comentando acerca de la idea de la rendicion.

-¿Y que pasa con la rendicion? -pregunto Kaos preocupado.

-¿Como? -pregunto Reginald sin entender lo que dijo.

-¿La rendicion? -volvío a preguntar.

Reginald se quedo pensando, miro a sus compañeros senadores para saber cual era sus opiniones, parecía que solamente les había importado la historia de como un rebelde acabo mal por sus ideas de rebelarse, decidio dar una opinion clara para quedar bien delante de Kaos.

-Si, no ha estado nada mal, me parece un buen ejemplo -opino Reginald.

-Ufff -suspiro Kaos, parecía que no iba a conseguir que le aprobaran.

De pronto el senador Hollvitz se percato de una cosa que olvidaron mencionar:

-Esperen un momento -interrumpío-, ¿que paso con el herrero anarquista y su grupo de rebeldes? -pregunto interesandose por el final de aquella historia.

Kullshak abrío rapidamente el libro por la hoja donde estaba, llego a la siguiente pagina desde donde la dejaron antes y empezo a leer lo que había escrito.

-Al parecer como iba castigo por traicionar a su patria, le condenaron a trabajar en varias tareas forzosas, tan forzosas que acabo desollando y acabando con su vida hasta el dia en que ya no pudo mas, y a sus compañeros fueron colgados después de ver como murío su querido heroe -explíco lo que estaba escrito.

-¿Eso quiere decir que se habían pasado todo el tiempo observando como el herrero sufrío de tanto trabajar como un esclavo? -pregunto Greyfuss verificando.

-Así es -afirmo cerrando el libro de un golpe-, al parecer el jefe de los trolls de aquella epoca penso que no habría mejor castigo para unos traidores era ver como el hombre que les metío en la tarea de rebelarse se estaba muríendo de tanto trabajar forzosamente, después de cuando el herrero exhalo su ultimo aliento, se dieron cuenta de que habían estado siguiendo a un hombre vulgar del que se desplomaba facilmente, y cuando llego la hora de colgarles a la horca, se arrepintieron de su decision y decidieron dejar atras toda idea del anarquismo, pero como eran traidores, les colgaron, pero, muríendo con honor, por afrontado la realidad del asunto.

Carraspearon interesandose por esa manera tan extraña de castigar a alguién.

-Es increible la forma en la que nuestros antepasados castigaban a los traidores -opino Reginald, mientras que ahora, todo el mundo pasa a la decision de la horca o la guillotina, pero estos, hicieron algo mas que dejarlo tan facil, lo idearon de manera que los ejecutados aprendiesen la leccíon de una manera tan excepcional, como nos encantaría que esos tiempos volviesen aqui -dijo Reginald reconfortandose.

-Si aquellos tiempos -opino lo mismo Greyfuss.

Kaos observo como sus senadores se estaban dejandose influir por actos del pasado, tenían que pensar ahora en el presente, lo mas importante del momento.

-Bueno caballeros, olvidemos las lecciones de historía y pensemos en como dirigir el ataque al campamento donde se esconde Eon -replico Kaos dirigiendose de vuelta al mapa.

-¿Pero acaso sabemos en cual se esconde? -intervino Reginald.

Kaos se sentia inepto por no poder acordarse de cual era el escondite de su enemigo, se sentía en parte humillado y avergonzado de su posicion de nuevo.

-Creo que había un troll que nos dijo donde encontro esa supuesta pista -penso Kaos intentando recordar como consiguieron la informacíon.

-¿Y donde esta? -pregunto Reginald replanteandoselo.

Kaos se percato de eso inmediatamente.

Se dirigio a la puerta con mucha prisa, abrío la puerta con brusquedad dando lugar al exterior de la sala, detras estaba su mayordomo Glumshanks esperando.

-Señor Kaos -dijo Glumshanks al ver a su amo.

-Traeme al troll que nos trajo la informacíon acerca del paradeo de Eon -le ordeno Kaos con hacías de verle.

-De acuerdo señor -obedecío Glumshanks.

El mayordomo troll se dirigio a buscar al troll espia.

Pasaron unos minutos y Kaos estaba empezando a suspirar de cansancio, veía las caras amargadas de sus senadores, siempre creyendose que podían ser mejor, como si su puesto les hiciese mas superiores a la hora de dirigir.

Se oyeron un grupo de pasos que venían de afuera.

Aparecío Glumshanks junto con Gurcy trayendose al troll espia, llevaba consigo un abrigo de piel de cerdo, un casco con forma de taza invertida y tenía unos tatuajes que envolvían sus amarillentos ojos.

-¿Eres Eathol el espía? -pregunto Kaos para verificar.

-Si -contesto el troll.

Los senadores fijaron sus ojos en el troll.

-Dime, ¿en donde conseguiste la informacíon acerca de la pista sobre el paradeo de Eon? -pregunto Kaos en forma de interrogacíon.

-En el campamento de refugiados que hay en el sur, lo mas extremo al limite de la frontera de tierra natal -admitio Eathol.

-¡Aja! Ya sabemos donde esta -blasfemo Kaos de entusiasmo.

Los senadores no se mostraron muy implacientes sobre ello, parecía que ni le importasen que supiese donde estaba, querían algo mas.

Kaos no tuvo mas opcíon que seguir preguntandole cosas al espia.

-Dime Eathol, ¿que hacías ahí en ese campamento?

-Estaba buscando informacíon acerca de cualquier persona que intentase cre-ar un ejercito para combatir a los trolls, en un momento estaba tan cansado que decidi refrescarme con una cerveza, de pronto hubo una turda de borrachos que me llamo la atencíon, pero no fue por eso que me interese en ver eso, fue porque entonces vi que uno de los luchadores, un gillmen que gano a un inutil tiburon, estaba hablando con una especie de lagarto purpura, aquel lagarto iba acompañado de una libélula y con dos tipos de mabus, de pronto algo ocurrío y el gillmen decidio llevar a los cuatro a la capital del campamento, en un momento que casi pasan cerca de mi, oí que dijeron algo acerca de un maestro no se que del portal y que se llamaba Eon, el gillmen le interrumpío para que dejase de hablar, pero por lo que escuche fue suficiente para saber que debería contarselo ante usted -explío Eathol todo lo que le había pasado hasta llegar ahí.

Kaos sonrío placidamente, escucho todo lo que quería oir con eso tenía suficiente para saber que todo los asuntos que habían pasado hasta ahora tenían una rela-cion con Eon, ahora por fin sabía como buscarle y atraparle.

Se dirigio a los senadores para saber su opinion al respecto.

Los senadores se mostraron indecisos y complacidos con lo que oyeron, no pensaron que con todas las cosas extrañas que habían pasado hasta ahora fuesen de verdad, ahora todo tenía una conexion.

Volvío a dirigirse a Eathol para hacerle una ultima pregunta.

-¿Y porque no los seguiste después de que se marchasen directos a la capital?

-Intento hacerlo, pero entonces me percate de que si me acercaba demasíado sopecharían de mi, ademas, no es muy habitual que haya un troll en esos campamentos -contesto Eathol.

Kaos asintio, esperaba algo mas de aquel espia, pero por lo que tenía ahora era suficiente.

-Puedes retirarte Eathol -le ordeno ahora que ya no se necesitaban mas de sus recursos.

-Con permiso Lord Kaos -se despidio Eathol de manera tradicional, luego se marcho siendo acompañado por los dos trolls que tenía delante.

Kaos se giro y miro incredualemente a los senadores, ahora quería saber su opinion acerca de lo bien que hizo aquel espia en conseguir suficiente informacíon para cavar fondo en el escondite de Eon, se paseo de lado a lado riendose sin abrir la boca y poníendo un tono descacharrante.

Los senadores se mostraron escepticos al ver como se reía.

-¿De que se rie Emperador Kaos? -pregunto extrañado Hollvitz.

-¿De que me rio? ¿Porque me comporto así? ¿Paseandome delante de ustedes? -divagaba hacíendo preguntas retoricas-. Porque... acabo de encontrar el escondite de Eon con la ayuda de una sola persona.

-Vale lo hemos pillado, ha logrado encontrarlo, ¿y ahora que quiere que hagamos? -pregunto refunfuñando Reginald.

-Quiero que manden una enorme flota de trolls para atacar todo el campamento, y así Eon podra salir de su escondite y enfrentarse a mi ira -exigio Kaos.

-¿Y como lo vamos a hacer si Eon tiene esos supuestos guerreros defensores? -pregunto ironicamente Reginald acercandose a Kaos.

-Bueno en realidad, no tenía pensado atacar de manera evasiva -comento.

-A no. ¿Y entonces como?

-Lo que tenemos que hacer es mandar a un pequeño grupo de trolls para que arrasen todo el campamento lo suficiente para que Eon empieze a pensar que no puede pasarse todo el tiempo escondido en la capital, una vez que se de cuenta de lo mortifera que es mi armada, tendra que dirigirse por todo Skylands destruyendo a cada uno de los ejercitos que tenemos alojados por todo el frente, y cuando llegue el momento definitivo, caeran en una trampa, y entonces los capturare con las manos en la masa -hizo el gesto de apretarlos con sus manos.

-Así que la estrategia es hacer que movamos todas nuestras tropas por todo Skylands, solo para que se dejen vencer aproposito -concluyo firmemente Reginald.

-Exactamente, no quiere decir que se tengan que hacer los muertos para dejarse ganar, podemos mover otro grupo de tropas a otra parte mientras Eon mueve a sus Skylanders por el sitio que no nosotros queremos -ingenuo Kaos.

Los otros dos senadores quedaron impresionados con esa astuta estrategia, era de lo mas simple y original que se había hecho hasta ahora, Hollvitz y Greyfuss quedaron tan maravillados que decidieron aplaudirle para agradecerle.

Kaos miro entusiasmado al ver que alguién le apoyaba en parte, en cambio Reginal se mostro un poco incredulo al ver que sus compañeros senadores le estaban aplaudiendo sin motivo aparente.

-Bueno senador Reginald, ¿que opina usted? -pregunto Kaos disimuladamente, ahora quería saber su opinion ya que sus amigos estaban de acuerdo con el plan.

Reginald no tuvo mas opcíon que opinar al respecto.

-Bueno, es ingenioso el plan, pero hay un inconveniente -intervino.

-¿Cual?

-¿Que pasa con ese dragon del que todos hablan? -se acordo de que había un dragon en medio de la confrontacíon.

La expresíon de los otros senadores cambío al oír eso.

Kaos se quedo confundido, estaban todos pensando en como hacer para atacar el campamento, y de pronto sueltan el rumor del dragon.

-¿Cuantas veces voy a decir eso? -protesto Kaos-. Eso de que hay un dragon vivo es solo rumor hecho para que nosotros los trolls nos asustemos facilmente y pensemos que alguíen puede destruír nuestros planes.

Se sento en una silla de madera pintada de gris, se quedo apoyado en el asiento mostrandose esceptico e incredulo para discrimar acerca del rumor.

Reginald ya se estaba cansando de que Kaos estuviese reteniendo ese agobío en su cabeza, sabía en el fondo que se había percatado de la presencia de un dragon por Skylands, pero por algúna razon estaba negando esa existencia.

-¿Que es lo que quiere que hagamos? -pregunto obviamente Reginald.

-¿Que quiero que hagan?, que dejen de decir sandeces, eso es lo que quiero que hagan -protesto indagando Kaos con enfado.

-Pero señor Kaos, ¿porque quiero negar la existencía de que hay un dragon vivo? -pregunto intentando aclarar el asunto.

Kaos se dirigio a una bodega que había en una estanteria protegida por una puerta con el medio de cristal y con bordes en forma de diamante que se achicaban a cada diamante, dentro agarro una botella negra con forma de castaña y con una estatuilla de una calavera incrustada encima de la tapa, la abrío de un tiron, aspiro el olor del liquido que contenía la botella, luego agarro una copa de cristal que había al lado de donde estaban las demas botellas, coloco el liquido negro y rojo que contenía la botella, era un vino especial fabricado a partir de materiales del mundo de los muertos, se tomo un sorbo y se dirigio expresamente a Reginald.

-Porque el mundo dejo de hablar de dragones hace mucho tiempo, por eso quiero negar esa existencia -admitio el motivo.

-¿Así que lo quiere negar porque cree que el mundo va a seguir siendo lo que es? -pregunto aclarando a que se refería obviamente.

-Así es, no podemos dejarnos creer, que todavía haya criaturas extintas merodeando por ahí como si fuese algo normal de esta epoca -se sento de vuelta en la silla mientras degustaba el vino-, hace ya mucho tiempo que ningúna persona ha visto a un dragon en mil años, y ademas, mira lo que nos hizo el Maestro Oscuro, nos transformo a todos en unos seres salvajes y codiciosos.

-Creia que ya eramos salvajes y codiciosos -refuto Hollvitz confundido.

-Y lo somos, pero al menos no nos vamos por ahí matando gente sin sentido, somos hombres de honor, y de responsablidades -exclamo volvíendo a degustar su vino, se termino lo que había en la copa, luego volvío a ponerse mas.

Reginald se quedo inexpresivo, entendía con lo que estaba tratando Kaos, pero aún así no podía ir ignorando hechos a la ligera.

-Esta bien eso de que pensemos de que los dragones estan extintos, no podemos ir mirando al pasado. Pero aun así, han habido hechos que afirman que hay un dragon vivo y se esta desplazando por Skylands -ingenuo claramente.

Kaos estaba tan furioso al notar que aún no querían entender que los dragones todavía seguían extintos, se levanto ferozmente de su asiento y se dirigio a Reginald con toda su impunidad.

-¿Que hechos dictan que haya un dragon vivo? -pregunto clavando su mirada en los ojos de Reginald.

Reginald asintio, no sabía como hablarle a Kaos si se iba a poner así de violento, miro a sus amigos senadores, se estaban preocupando de pensar que podría hacer algo que le saldría perjudicado, tomo saliva y decidio hablar moderamente con el.

-Pues que me dice de ese troll goliath que afirma que fue atacado por un dragon purpura -comento afirmando con exactitud.

Kaos fanfarroneo, otra vez estaba oyendo la misma historía de siempre.

-Ese troll afirmaba que fue atacado por un dragon porque intentaba secuestrar a su hermano libélula, y ademas dice que tenía una altura mediana, ¿como es posible que un bicho así puediese haber detenido a una bestia como esa? -refuto gimiendo.

-Ademas, antes había Eathol que vio a un lagarto purpura, confraternisando con el gillmen, ¿y si ese lagarto es también el supuesto dragon que se enfrento al goliath? -pregunto opinando para aclarar la cierta verdad.

Kaos se dirigio a el con furia.

-Eathol dijo que vio a un lagarto purpura, un lagarto purpura, nada de un dragon entendido -acordo ferozmente, volvío a agarrar su botella de vino y puso todo el vino que hubiese en su copa.

-Bueno si, dijo eso, pero no solo comento sobre el lagarto, también añadio que había una libélula que le acompañaba, y el goliath afirmo que era su hermano, ambas criaturas no podrían concidir por casualidad en dos lugares diferentes a la vez, ambos se han desplazado, y ahora han confroternizado con Eon, para derrotarnos, para destruir nuestra plan de conquista -admitio seriamente Reginald con toda afirmacíon, todos los hechos estaban conectados, un dragon purpura vivo que tiene a una libélula como hermano, ambos trolls diferentes le vieron en dos respectivos lugares, y con toda decision, afirmaron que era el mismo que vieron, no podía estar mas claro.

Kaos dejo de escuchar las suplicas de Reginald y decidio seguir bebiendo su vino poniendo una mirada firme e inexpresiva. Ambos senadores asintieron, nunca antes había visto a aquellos dos tan enfrentados de esa manera, las cosas estaban mejorando por momentos y lo uníco que hacían era enfrentarse por negar hechos obvios, no podían ir yendoles peor las cosas para ambos.

Reginald miro firmemente a Kaos, continuaba poniendo aquella inexpresiva con los ojos duros y reprimidos, no iba a aceptar un no por respuesta, estaba decidido a negar todos los hechos que se había presentado ahora debido a su testarudez, durante mucho tiempo se le habían presentado muchos casos raros, y había buscado la respuesta para enfrentarse a ellos, pero en cambio esta vez, estaba decidido a no aceptar ese hecho por culpa de sus manias y por ser tan cabezota en su interior.

-Maldita sea -gimio Reginald hartandose de tener que estar tratando con un hombre que se niega a aceptar un hecho muy simple, ando en el otro extremo y se quedo pegado a la pared mientras se sentía frustado y agobiado por tanta histería.

Sus compañeros senadores le miraban perplejos, no sabían como ayudarle, aquella disputa era suya y nada mas, no podían permitirse intervenir sin el consentimiento de el senadore mayor, y ese era Reginald, solo quedaba que algúno de los dos buscase una solucíon que los ayudase a ambos.

Reginald se saco su sombrero de copa y empezo a frotarse la cabeza entre los unícos pelos que le quedaba, estaba tan agobiado que empezaba a sudar de cansancio, jamas antes había tratado con alguién tan protestante como Kaos.

Kaos notaba como Reginal perdía la agonía, se caía en su propia histeria, estaba tan cansado de estar enfrentadose a el, que perdío por completo los nervios.

Volvío a ponerse el sombrero, luego se dirigio de vuelta a Kaos muy serio.

-Escucheme Emperador Kaos, si por algúna razon ese dragon viene hacía aqui, y nos destruye, espero no estar ahí para verlo, porque sería demasíado gracioso como estupido a la vez -le dijo amenazantemente.

Los otros senadores quedaron impresionados al ver como reaccíono Reginald, no se podían creer que llegase a tal manera como esa.

Reginald asintio, estaba tan harto de estar observando sus negaciones, que decidio marcharse en vez de seguir ahí conversando para nada, se dirigio a la puerta para salir pero entonces se acordo de sus compañeros senadores.

-Venid aqui, chicos, volvamos a casa, ya hemos terminado por hoy -les ordeno Reginald sin ganas de rechistar.

Hollvitz y Greyfuss aceptaron, pero tenía dudas acerca de si esto iba a tener un gran problema social entre los dos, querían decirle a Kaos acerca de lo mal que estaba hacíendo en negar los hechos que explicaba Reginald, pero míraron de reojo la mirada inconsciente de su jefe, no estaba para seguir escuchando, apropositamente decidieron marcharse por las buenas antes de aceptar una sugerencia.

Reginald abrío la puerta con brusquedad con ambas manos, ambos senadores pasaron a traves y se fueron, se quedo todo en silencio.

Miro de reojo hacía la derecha, se había olvidado por completo de la presencia de Kullshak, había visto todo y no había dicho nada al respecto, resultaba sospechoso, pero, estaba mejor en que no dijese nada.

Se sintio seco de tanta histería, decidio beberse toda de una el vino, agarro la botella y se la empezo a tomar desmesuradamente, daba grandes sorbos que provocaban unas enormes palpitaciones en su garganta cada vez que bajaba el vino. Se termíno la botella, suspiro enorgullecido por haber tomado eso, ahora se sentía cansado, volvío a sentarse en su silla, se quedo perplejo mirando el enorme mapa que tenía delante, fijandose como su enemigo se había estado escondiendo entre el público, burlandose de el, a sus espaldas.

Noto que estaba todo tan tranquilo que ya no pudo aguantarlo, necesitaba desahogarse hablando con alguién. Volvío a fijarse en Kullshak, seguiá inmovil donde estaba, petrificado y mirando como un ave que miraba el entorno examinandolo, no soportaba tener que estar mirandole así de esa forma.

-Vamos Kullshak, hablame, solamente no aguanto a esos tres -le ordeno.

Kullshak dudo, no sabía que decirle.

-Bueno vera, señor Kaos, se que esta intentando negar ese hecho de que hay un dragon vivo por ahí, pero tiene que entender que hay cosas que no perduran para siempre -aconsejo Kullshak.

-En realidad no estoy negandolo -admitio Kaos.

-¿Como? -pregunto Kullshak porque no pudo comprender como era posible que estuviese admitiendo que entendía claramente lo del dragon, si se había pasado todo el rato peleandose por negarlo.

-Solamente lo estoy negando para que así se lo crea Reginald -añadio.

-¿Porque? -pregunto intrigado.

-No puedo dejar que esos hombres se crean que no puedo hacer nada por mi mano, tuve que enfrentarme a muchos retos como ese, y ahora que he llegado hasta aqui, no pienso dejar que eso vuelva a pasar -comento levantandose de la silla.

-¿Y que es lo que pretende?

Kaos puso expresiva y arrogante en su mirada.

-Pienso capturar y matar a ese dragon, para que comprueben que puedo destruir a mis enemigos sin necesitar la ayuda de sus opiniones y conclusiones sobre mi, me he pasado demasíado tiempo escuchandoles, es hora de afrontar el hecho de que puedo ser mas supremo que ellos -exclamo con expresion interrogante.

-¿Y que conclusion llegamos con esto? -pregunto queriendo saber exacta-mente cuales eran los motivos del plan.

Kaos se dirigio al hueco al exterior que tenía delante, asomo su cabeza y un enorme brillo de sol le retumbo en su cara.

-Que por fin mis trolls me veran como una mas, que me veran como otro troll igual que ellos, deje de ser un humano hace mucho tiempo, no estaba muy conectado a ser esa especie, pero ahora que me converti en esto, decidi esforzarme al maximo para sacar ventaja, pero nunca llegue tan lejos, pero ahora, con esta guerra, puedo lograrla de una vez por todas -explíco abreviadamente Kaos mientras se fijaba en el enorme pueblo de Trollia, cientos de trolls moviendose sin parar buscando lo ultimo que les quedaba de su hogar antes de partir hacía tierra natal, hacía la guerra.