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DE COMPRAS POR EL REINO
El presentador Ravenook estaba recogiendo desesperadamente sus cosas, iba poniendo cada uno de sus trofeos como presentador, la ropa elegante que había ido acumulando según las ganacías que había obtenido con las apuestas.
-Tengo que darme prisa, tengo que darme prisa -se decía a si mismo con tono nervioso debido a la prisa que tenía por huir de ahí.
Desarmo su baston en dos partes y se lo puso encima de las demas cosas, luego cerro la maleta de cuero y piel y entonces la coloco en el suelo al ver que ya estaba todo.
-¿Que mas me falta? ¿Que mas me falta? -se quedo pensando en si necesitaba algúna cosa mas que llevarse, sabía bien que no tenía tiempo pero necesitaba aprovechar para llevarse al menos algo importante.
Se puso el dedo en la boca y entonces se le ocurrío una idea.
-El diploma, claro -dijo y entonces salío corriendo hacía la sala de estar.
La sala de estar era un lugar pequeño pero a la vez acogedor rodeado de varios objetos de coleccíon, había una chimenea al frente y en el centro se encontraba una mesa de madera con una plataforma de cristal con bordes rectangulares, se dirigio hacía el sofa que había mas al fondo, se coloco de rodillas encima y entonces agarro un cuadro de madera y cobre donde se encontraba metido una hoja de papel de color panama, aquello era el diploma que había conseguido cuando fue admitido como presentador del campeonato anual. Agarro el marco y lo rompío por los costados, saco por detras el diploma y lo enrollo pero sin arrugarlo demasíado.
-Que haría yo sin ti -exclamo y entonces lo beso.
Volvío de vuelta al dormitorio y ahí entonces coloco el diploma dentro de un pequeño bolsillo secreto que había en la punta de la maleta, lo metío y entonces al ver que tenía todo listo se puso su chaqueta negra que tenía colgando de un perchero de madera muy marronesco. Agarro la maleta con pedales y entonces se dio la vuelta asustandose al ver a quien tenía delante.
-Hola Ravenook, ¿que hacías? -era Armandius.
-Armandius, ¿que haces aqui en mi casa? -pregunto con tono despavorido.
-¿Para que esta esa maleta? -indico.
Ahí entonces Ravenook tenía que inventarse una excusa rapída o tendría problemas.
-Bueno, resulta que un viejo amigo del otro lado de Skylands, me ha llamado y me ha pedido que le sustituya, así que ahora como ya nadie me necesita aqui, significa que no tengo nada importante que hacer. Así que si me disculpas.
-Tu no te vas a ningúna parte -le bloqueo el paso.
-¿Porque? -replico.
-Me prometiste que si ganaba el campeonato tendría algo mas que un acceso a ser general, que tendría una gran y brillante recompensa, ¿donde esta mi oro? -aclaro recriminandole por no haber recibido lo que se merecía.
Ahí supo que ya no podía inventarse ningúna excusa, lo sabía.
-Bueno, resulta que esto no estaba planeado, así que tengo antes que decirle algo a mis inversores para que me den el oro, no sera algo rapído, pero no te preocupes, seguro que al cabo del rato te lo acaban dando -explíco intentando de volver a pasar.
-¿Quien? ¿Ellos tal vez? -se aparto mostrando a un grupo de mabus vestidos con unas tunicas de color canela y que tenían un aspecto bastante varonil y severo, el primero que iba delante, era el prestamista con el que había hecho trato antes.
-¿Que haces tu aqui? -cuestiono sorprendido.
-Resulta que tu amigo Armandius me ha avisado de lo que has hecho, y a nosotros tampoco nos gusta, así que hemos decidido hacerte una visita para saber si estabas dispuesto o no a venir con nosotros -explíco con tono malicioso e inquisitivo.
-¿Ir? ¿Adonde? -cuestiono no queriendo hacerse malas ideas.
Ambos se dieron una mirada de resignacíon y entonces cogíeron a Ravenook por los hombros y se lo llevaron arrastrando sin poder defenderse.
-Esperad, ¿adonde me llevaís? -pregunto a gritos al ver que se lo llevaban por la fuerza, era claro que estaba condenado.
-No te preocupes amigo Ravenook, te vamos a llevar a un lugar donde aprenderas que las promesas son algo mas que pactos -comento el prestamista.
-No no no -dijo despavorido al saber que le iba a ocurrir algo malo.
..
Los Skylanders salíeron del reino y de ahí empezaron a recorrer toda la manzana que habían observado antes al principio, Rougustus les hacía de guia otra vez aunque eso no importaba ya que para ellos ya se habían hecho suficiente memoria como para saber lo que tenían que encontrar por ahí.
-Decidme, ¿creeís que el rey Locke nos dara el ejercito? -pregunto Sparx queriendo saber la opinion de cada uno.
-Bueno, eso si es que acaso Cali sobrevive al campeonato que haran mañana -indico Flynn lamentandose todavía por esa idea.
Ahí entonces todos se quedaron con el presentimiento de que esto podría acabar mal o no, en ese momento se oyeron los gritos de una mujer que estaba vendiendo remolachas de colores vivos en un puesto que había al lado, la mujer era la tipica vieja que se había pasado toda su vida recolectando fruta.
-¿Os apetece unas remolachas? -pregunto sugiriendo Gill.
-Si -aceptaron ambos.
-De acuerdo, pues vayamos entonces -replico Rougustus guiandoles hacía el puesto de fruta aunque nadie se lo había pedido.
Todos se le quedaron mirando con indignacíon al ver como se comportaba.
-No entiendo que le pasa a este tio -opino Eruptor.
-A lo mejor lo que le pasa es que nos guarda rencor por haberle mentido -opino Warnado al respecto.
Ambos se fueron separando yendo por todo tipo de lugares para saber bien que era lo que había que podían llevarse, sabían que necesitaban recursos como mas comida y algúnas herramientas por si necesitaban reparar la nave, cosa que tenía sus desperfectos después de lo sucedido con lo de las avispas de anoche.
-¿Va a comprar algo usted también maestro Eon? -pregunto Gill.
-No, por ahora nada, es mejor que sea todo para vosotros, yo por ahora estoy bien que estemos juntos en esto -comento.
-De acuerdo -se conformo y entonces se marcho.
Fue recorriendo las tiendas hasta juntarse con Spyro y Sparx que ambos estaban echando el vistazo a un anticuario donde tenían todo tipo de adornos como imanes o estampas de cobre y ceramica.
-Disculpad chicos, pero, puedo hablar con vosotros un momento -pidio Gill.
-De acuerdo -aceptaron y entonces se hicieron a un lado entre las estanterias de la tienda como para que nadie los oyera por algúna razón.
-Gill, ¿sucede algo? -pregunto Spyro con tono preocupante.
-Veras, no se porque, pero, parecíera que el maestro Eon esta ocultando algo -admitio con tono murmurante.
-¿Ocultando algo como que? -pregunto Sparx.
-No lo se, pero creo que le perturba -opino.
Ambos se miraron carraspeando seriamente, algo empezaba a ir mal.
-¿Tu piensas que puede estar ocultando algo raro que tenga ver con la mision? -cuestiono Spyro asumiendo las razones que podían haber.
-No lo se, quizas no y a lo mejor me lo estoy inventando, pero creeme, la ultima vez que se comporto así fue cuando volvi de haberme infiltrado en el castillo de Kaos y de decirle lo que había visto -divago nerviosamente Gill poniendose frustrado.
-Tranquilo Gill, que igualmente seguro que Eon tendra sus razones -animo Spyro.
-Lo se, pero tampoco quiero que Eon se vaya de las ramas y nos acabe ocultando algo de lo cual acabemos lamentando -indico Gill con tono perspicaz.
-¿Porque tendría que irse de las ramas? -cuestiono Sparx al oír eso ultimo.
Gill asintio moviendo los ojos de un lado para otro y entonces dijo:
-¿Porque crees que me encapriche contigo cuando descubri que Eon me retiraba el cargo de jefe de los Skylanders? -indico hacíendole recordar ese asunto.
-Porque te pusiste celoso de él y no lo soportabas -mencíono Sparx con recelo.
-Lo se, pero igualmente, Eon ni siquiera me aviso de que iba a poner otro como li-der de los Skylanders -admitio.
Ahí entonces ambos se quedaron un poco extrañados al escuchar eso.
-Pero espera un momento, Eon lo cambío cuando descubrío que Spyro continuaba vivo, él siempre había estado esperando que volviera -indico Sparx teniendo una coartada que hacía que ese hecho tuviera un error.
-Si, pero ademas, él siempre tenía la sensacíon de que algún dia aquel pequeño huevo de dragon que consiguio, volvería con él, lo mio nunca fue una eleccíon, la tuya si -añadio con tono inquisitivo, ahora aquello fue algo mucho mas extraño.
-¿Como? -pregunto Spyro sorprendido al oír esa verdad.
Mientras tanto los demas se encargaban de recoger cada cosa interesante que veían, entre ellos Jewis había entrado en una cervecería que contenía una coleccíon de botellas de whisky, voda y cualquier otra bebida alcoholica, estaban todas almacenadas en una repisa cuadriculada con unos soportes que las tenían agarradas de las puntas.
-Vaya, si es toda la coleccíon de vinos y whiskys de Chatter Lel Durabo -dijo sorprendido Jewis al ver que se trataba de una marca de cervezas que venía buscando desde hace mucho tiempo, era una clase que pertenecía a la alta sociedad de los gremlins y que con ello todo una regíon se había hecho famosa por la gran sutileza y satisfaccíon con la que se elaboraba, la había estado buscando durante tanto tiempo que nunca tenía la idea de ver como eran exactamente
En ese momento aparecío el dueño, era un viejo gremlin de color canela arenoso con una marca blanca en la cabeza que simbolizaba que era un anciano desmesurado, tenía puestas unas gafas que le hacían los ojos de enormes como los de un topo.
-Disculpe -le llamo en cuanto aparecío-. ¿Es usted el dueño?
-Así es señor, yo soy el dependiente, ¿desea algo de aqui?
-Bueno, estaba pensando en llevarme una de estas, ¿cuanto cuestan?
-Son dos mil doblones de plata -declaro.
-¿Dos mil doblones de plata? -se quedo cuestionando Jewis al ver que mucho dine-ro y él no tenía tanto como para poder llevarse todo eso, necesitaba ayuda.
Se giro buscando a algún amigo y entonces se percato en su maestro.
-¡Terrafin! ¡Finn! -le llamo a los cuatro vientos para avisarle.
-¿Que sucede Jewis? ¿Algún problema? -pregunto él.
-Bueno, resulta que necesito algo mas de dinero -anuncío.
-¿Para que? ¿No tienes suficiente con lo que te he dado? -cuestiono el escualido.
-No para esto -aclaro.
Terrafin refunfuño al ver que siempre había un problema cuando se trataba de él, no quería ni hacerse a la idea de cuanto tenía que soportar siempre su amigo en el refugio cuando este se iba de marcha por ahí como de costumbre.
-¿Que sucede? ¿Que quieres comprarte ahora? -recrimino.
-¿Importa algo que me lleve esto? -pregunto señalando las botellas.
Terrafin se dio cuenta de lo que pretendía, se le saltaron los ojos de las orbitas.
-¿En serio me preguntas esto? ¿Es que no te he avisado de que no puedes beber mas alcohol porque necesitas desintoxicarte? -reprocho hacíendole acordar los problemas que tenía con eso desde que se había montado en la nave.
-Lo se, pero en serio Terrafin, por favor, necesito, sabes la de ganas que he estado por intentar de buscar esto -exigio pasivamente Jewis queriendo que comprarselo.
Tenía sus dudas al respecto sobre si era buena o no.
-Si te bebes eso, ¿que haras luego? -cuestiono poniendole a prueba.
-Pues... seguramente tenerlo de coleccíon -sugirio.
Terrafin se quedo poniendo una mueca de disgusto e irritacíon.
-Vamos Finn, no sabes lo que es estar buscando algo que has esperado durante tanto -exigio Jewis suplicandole como si tuviera encima lo mas valioso del mundo.
-Lo siento pero no Jewis, dices que llevas esperando esto durante tanto tiempo, pu-es no te haces a la idea de cuanto lleva Eon agrupando a cada uno de nosotros, lo perdío todo cuando Kaos ataco el palacio de los maestros del portal, y después de estos quince años lo uníco que le importa es terminar con lo que él no pudo hacer, así que hazte a la idea de que en esta vida es imposible que uno acabe consiguiendo lo que tanto quiere -explíco razonando Terrafin para que captara la cuestíon.
En ese momento Jewis empezo a sufrir un especie de ataque de piel que le hacía rascarse desesperadamente.
-Otra vez no por favor -recrimino nerviosamente mientras se rascaba.
-Oh dios, no me digas que otra vez te estan sucediendo los efectos de la falta de alcoholismo, sabía bien que necesitas desintoxicarte cuanto antes -reprimio Terrafin avergonzado de ver que no pudo ayudarle con aquel asunto.
-¿Que le ocurre? -pregunto el dueño.
-Al parecer necesita desintoxicarse, pero no encuentro un lugar donde poder tratarle -explíco mientras ayudaba a Jewis a que no se cayera del dolor que tenía.
El dueño se quedo pensando mientras carraspeaba pensativamente.
-Ya se, tengo una idea, yo le ayudare a su amigo, tengo arriba una habitacíon donde poder tratarle -admitio el dueño.
-¿De verdad? -pregunto conmovido.
-Así es, mi hermano era medico y me dejo unas cuantas cosas como medicinas como para poder tratar a cualquiera de lo que sea que tuviese -aclaro.
-Gracias -agradecío y entonces ambos se llevaron a rastras a Jewis.
Este empezo a gemir y a salirle saliva por la boca.
-No te preocupes Jewis, te vamos a ayudar enseguida, aguanta un poco -procuro Terrafin, ambos entraron en el interior de la tienda y ahí el dueño abrío una puerta de madera, de ahí pasaron a un recibidor y que al lado tenía una escalera que llevaba hacía el piso de arriba. Lo llevaron con cuidado de que no se cayera.
-¿Que se supone que es esto? -pregunto Terrafin al ver que aquello no parecía ser un bloque de apartamentos normal y corriente.
-Antes esto era un hotel, pero desde que las cosas cambíaron, la gente ahora les gusta mas utilizar utilizar hoteles mucho mas modernos -explíco relativamente.
-¿Seguro que ya nadie piensa que esto es lo suficiente acogedor cuando ahora la gente se ha acostumbrado a tantas tonterías verdad? -indico Jewis con murmullos.
-Puede ser, igualmente, a veces utilizo esto para ayudar a los huespedes desorientados o que necesitan ayuda, a eso aqui nadie le importa excepto los que saben ayudar -opino y luego dio entender que lo utilizaba como casa de acogida.
-Eso esta bien, así es como me gusta que sea la gente, siempre ayudando a aquellos que saben que el mundo ha perdido algo de cordialidad -estuvo de acuerdo Terrafin.
-Lo mismo pienso -exclamo el dueño.
Siguieron subiendo y al final llegaron a un pasillo estrecho donde había un grupo selecto de puertas que marcaban cada una de las habitacíones, estaba todo hecho de una manera muy rustica y rudimentaria, y eso era algo que ya no se veía a menudo.
-Digame, ¿ha venido usted aqui por algo señor...
-Terrafin -se presento estrechandole la mano-. Este de aqui es Jewis.
-Mucho gusto -dijo estrechandole la mano con un tono regocijante como si se estuviera muriendo de algo o se pensaba que lo estaba.
-Yo soy Murrance, y creame que le digo que jamas antes había visto a un escualido a ayudar a otro -aclaro el dueño.
-¿En serio? -cuestiono sorprendido Finn al oír eso.
-Así es, la mayoría de los escualidos son simples bandidos que vienen aqui buscando emociones, pero usted aqui ha hecho algo que no he visto hacer en mucho tiempo, y de eso estoy muy agradecido -resumío explicitamente.
-Vaya -opino.
Siguieron andando hasta que al final Murrance eligio la habitacíon mas grande que había que era la derecha al fondo, saco las llaves y entonces abrío la puerta, dentro era una habitacíon un poco estrecha pero con bastante longitud, a un lado había un armario de madera hecho de forma rudimentaria y muy antigua, mas al fondo en un extremo se encontraba una cama bien ordenada con unas sabanas que hacían color excepto de una frasada que tenía unos colores indiferentes con la habitacíon que hacían de ello un cosa un poco horrible.
-Se ve que mucha gente ya no utiliza esto -dijo Terrafin analizando la habitacíon y el diseño desgastado de las paredes, la madera que había redecorando las paredes estaba bastante dañada y tenía varios agujeros como de que algún insecto se lo hubiese comido con el paso del tiempo.
-Lo se, no es que sea un poco irresponsable ni nada de eso, simplemente es muy dificil tener que eliminar todo esto si es que acaso vale la pena que alguién venga por aqui y se aloje -indico expresamente.
-Pero no había dicho que usted lo utilizaba para ayudar a aquellos que necesitaban ayuda -cuestiono Jewis ese hecho.
-Y si, pero tampoco tiene que ser algo muy habitual -aclaro retrospectivamente.
Comprendío ironicamente Finn y entonces dejo a Jewis tumbado sobre la cama.
-Quedate ahí Jewis, sera mejor que descanses, lo siguiente seguramente resultara algo doloroso, así que no te preocupes por ahora -espeto Terrafin.
-¿Que quiere decir eso? ¿Que me va a hacer? -pregunto exigiendo Jewis atemorizado de pensar que le iban a hacer algo malo o no.
-Nada Jewis, no te preocupes, que no te van a abrir la mandibula para meterte una pala dentro y medirte el angulo de tus dientes -animo expresamente.
-De acuerdo -se conformo y entonces se acabo durmiendo cerrando muy poco los ojos hasta que al final se quedo como medio inconsciente.
Asintio amargadamente y entonces se llevo a Murrance al otro lado de la habitacíon como para que no les escuchase por cualquier razón.
-Disculpa Murrance, pero, ¿que le vas a hacer? -pregunto al respecto.
-Se lo que estas pensando, y creeme, no haría nada para lastimarle, solamente le dare un par de pastillas, posiblemente le de un caldo de sopa caliente muy especial, y de ahí un poco de relajacíon -explíco tono pasivo para dejarlo claro.
-Vale, pero también asegurese de que no muerda, porque como le agarre el ataque ya sabe bien lo que ocurre -acordo expresamente Terrafin para que se hiciera a la idea.
-No hay problema lo tendre controlado -prometío sinceramente Murrance.
-Perfecto -se conformo y entonces se dirigio hacía la puerta.
-¿Usted no se va a quedar? -pregunto Murrance dandose cuenta de que se estaba marchando y dejando a su compañero escualido descansando ahí.
-Bueno no, resulta que tengo que volver con mis compañeros, pero no se preocupe, estaremos cerca, y creame, volvere en cuanto vea algún avance -comento.
-De acuerdo -conformo Murrance teniendo ya todo claro.
Terrafin se despidio y entonces se marcho cerrando la puerta, Murrance asintio, dio un pequeño golpe de palmas al ver el trabajo que tenía que hacer y volvío a dirigirse hacía el escualido que estaba volviendo a asomar la vista.
-¿Va a dejarme aqui tirado a morir verdad? -cuestiono divagando.
-No, claro que no, yo no sería tan cruel -espeto Murrance sentadose a su lado.
-Menos mal que tu no lo eres, pero él seguramente lo sería conmigo -añadio.
-¿Y eso porque? -pregunto extrañado al oír esa pregunta.
-Porque yo soy un maldito pesado inutil, todos me odían, nunca he hecho nada que haya valido la pena, y cuando lo hago, soy un lastre, deberían de pescarme y así ahogarse la pena de dejarme morir de deshidratacíon -confeso amargadamente.
Carraspeo seriamente, estaba claro que sentía mal por todos los errores que había cometido, pero eso era bueno, porque ahora se daba cuenta de todas sus fechorias.
-Tu no eres un lastre -retracto Murrance sinceramente.
-¿Y eso porque? -cuestiono.
-Porque si fueras un lastre entonces no deberías de seguir con él, te habrías marchado hace rato cuando tuviste la oportunidad, pero no la hiciste, preguntante a ti mismo: ¿porque todavía sigues estando junto a él? -aconsejo gratamente.
Entonces Jewis se puso a pensar en eso, dijo:
-Porque me encanta estar con él y quiero hacer lo mejor que pueda para lograr lo mismo que él quiere lograr -declaro con razón.
-Ves, por eso todavía es que estas con él, porque en realidad quieres sentirte igual con él, pero estas tan encaprichado pensando que no sirves para nada, que en realidad no te das cuenta de que estas con Terrafin por una razón sencilla, y esa razón es que te sientes obligado a cumplir lo mismo -concluyo razonadamente Jewis.
-Cierto -afirmo reconociendo la gran verdad que era, jamas antes la había tenido en cuenta y verdad, quería ayudar a Terrafin por la misma razón que habían acometido en el refugio, y era el de vengar las muertes de las victimas, el de salvar el mundo.
-Gracias Murrance por esto -le agradecío por haberselo hecho reconocer.
-No hay de que -le devolvío el agradecimiento, sonrío gratamente.
..
Los demas continuaban observando los escaparates y las tiendas que habían en las esquinas, una de ellas era una especie de jugueteria que contenía una serie de maquetas de madera hechas a manos de forma artesanal, Bert junto con su hermano Marbo en brazos entraron para observar que había dentro, se veían muñecos de personas atados a hilos pequeños de color rojo, vehículos de todo tipo, incluso casas de muñecas a un estilo rudimentario y que lo hacía enorme.
Bert se dio la vuelta fijandose en una estantería que tenía delante, ahí se encontraba un juego de casa familiar donde se mostraban unos muñecos que representaban a una familia de padres y dos hijos de, niño y niña. Al ver aquellos muñecos, se dio cuenta otra vez de que jamas tendría una familia igual como la que tenía antes, lo había perdido todo y ya no le servía para nada vengarse de los que les mataron, todo ese te-ma había terminado para él.
Cogío el muñeco del padre y se lo quedo mirando, lo fue girando observando que por detras tenía toda la cabeza plana pero alijado de una forma muy profesional.
-¿Te gusta esto? -le mostro a Marbo el muñeco para ver si se interesaba.
Marbo se quedo con una mirada de ojos enormes, de pronto algo salío mal y entonces acabo llorando de nuevo sin motivo.
-Ay vamos Marbo, no empieces otra vez con lo mismo, que no tengo todo el dia para poder tratar tus sollozos -reprocho indignado Bert al que tenía que pasarse ahora todo el tiempo hacíendo que dejase de llorar.
Dejo el muñeco donde estaba y salíeron de la tienda dispuestos a buscar a algúno de los Skylanders como para que le ayudaran a trataran a su hermano.
Se quedo mirando de un lado para otro en medio de una enorme multitud pero lo uníco que veía era una fila interminable de gente que pasaban como moscas zumbando sin parar en un acto segundo, de pronto en menos que nada observo algo que le dejo desconcertado. Se veía a lo lejos a traves de un callejon que conectaba una casa con una tienda de instrumentos de ceramica se veía la imagen de unos hombres arrastrando a un mabu vestido de negro, aquel mabu le resultaba familiar. Se quedo pensando y entonces reconocío que se trataba del presentador del campeonato.
¿Que hacen esos hombres llevandose al presentador?
Se le veía forcejeando de mala manera y al final se lo acabaron llevando hasta desaparecer en la esquina, ni siquiera se oyo que estuviese gritando pero se hacía mal a la idea de que algo malo estaba apunto de pasar o ya estaba pasando.
Fruncío seriamente el ceño, estaba claro que tenía que avisar a los otros de lo que había visto, pero entonce se quedo pensando, que pasaba si lo descubría por si mismo, si descubría que había una especie de conspiracíon en el reino entonces los demas le ayudarían a detenerlo y le perdonarían por todo lo malo que hizo antes, en especial Boomer, que todavía le guardaba rencor por lo que hizo con Tobinn.
Se fue corriendo buscando a uno de los miembros y al pasar como cuatro metros de donde estaba, se encontro de vuelta con Whirlwind que estaba examinando unos especies de collares que habían dentro de una vitrina que caía en diagonal hacía abajo.
-Whirlwind -llamo al hibrido unicornio lagarto.
-Si, ¿que ocurre Bert? -pregunto ella con un tono tan amable que le hacía imposible preguntarse si estaba preocupado por algo malo o no.
-Podrías encargarte de Marbo por un momento, es que necesito hacer una cosa urgente y no me gustaría que él estuviese conmigo para eso -aclaro.
-No puedes esperarte un momento o...
Bert giro la cabeza hacíendo como gesto indirecto.
-De acuerdo, damelo -permitio y entonces cogío al pequeño Marbo.
-Gracias -agradecío y entonces se marcho corriendo dejando a los dos.
-¿Se puede saber adonde vas? -pregunto recriminando Whirlwind.
-No puedo, es un secreto, volvere mas tarde, adios -declaro y se marcho.
Whirlwind asintio, sospechaba de lo que pudiera que estuviese tramando Bert, pero si era verdad que estaba apunto de hacer algo malo, sabía bien que tenía que proteger a si hermano pequeño a toda costa.
-Parece que estamos solos otra vez eh Marbo -titubeo Whirlwind acariciando la dulce nariz que tenía el bebe mabu.
Solto una pequeña risilla.
..
-Vamos chicos, seguro que podemos arreglarlo, conozco a un tio que tiene tanto dinero que podría gastarlo con vosotros, ¿que os parece? -seguía protestando Ravenook por lo mismo mientras lo seguían arrastrando como a un miserable inutil.
-Callate ya, o te rompo esa mandibula que tienes y que sirve para decir todas esas chorradas de las que capta tu gente en el campeonato -reprocho harto Armandius.
-De acuerdo, me callo pero por favor entiende esto Armandius, no fue mi culpa de que esto fallara, fue del rey, ve a por él a vengarte, pero a mi dejame en paz -retracto hacíendo que cambiara de opinion mientras a él lo dejaban libre.
Ambos reprocharon quejandose al ver que era imposible que se callara la boca.
-Escuchame Ravenook -se dirigio seriamente el formidable mabu hacía el patoso presentador-. Esto no se trata de quien es el que ha fallado, se trata de que es imposible con tios como tu que son incapaces de cumplir lo que se les debe.
Ravenook solto saliva del miedo que tenía.
-¿Verdad que si? -se dirigio hacía el prestamista para saber su opinion al respecto.
-Si -afirmo con tono amargado.
Al dejarselo bien captado el problema lo volvíeron a seguir arrastrando.
-Venga chicos, no teneís que hacerme esto podeís ir a buscar mas dinero otra parte, podemos volver a ser amigos, por favor tios no -seguía insistiendo atemorizado Ravenook al ver que lo estaban llevando a su condena.
Mas alla de ahí, Bert estaba escondido en una esquina observando como misteriosamente se estaban llevando al presentador aquellos hombres encapuchados y el campeon Armandius, algo estaban tramando aquellos y seguramente estaban compinchados con algún grupo conspirativo. Se quedo pensando mientras se frotaba el dedo contra la barbilla, podía captar que algo malo estaba sucediendo y el presentador iba a acabar siendo la victima, tenía que averiguar que era para así luego avisar a los Skylanders de lo que estaba sucediendo, se puso en marcha.
..
Al cabo de unos diez o cinco minutos mas o menos acabaron llegando a una avenida lejana al centro del reino, era una casa adosada de color dorado marronesco y que tenía un pedestal arriba en la punta del techo adosado, delante había un guardia mabu que custodiaba la puerta y el acceso al interior de la casa, la puerta era de mandera de dos hojas de color carmesi y estaba diseñado de forma rudimentaria y muy antigua.
-¿Que se supone que es este lugar? -pregunto Ravenook extrañado al ver ese lugar, al ver aquel guardia delante de la puerta, le daba un mal presagio.
-Vaya, al final te has olvidado de eso -retracto el prestamista.
-¿Como? -se extraño al oír ese comentario, estaba claro que de algúna forma él había acabado ahí pero no recordaba para nada haber visto ese lugar en mucho tiempo.
Se pusíeron delante del guardia y estos dieron una serie mirada como de indicar que tenían permiso, les abrío la puerta agarrando el manijar oculto en un borde saliente de la puerta que apenas se notaba.
-No esperad chicos, seguro que hay algo mas que podemos hacer al respecto, porque no vamos al banco municipal y pedimos un prestamo, seguro que nos daran algo -seguía protestando Ravenook por lo mismo, no quería entrar ahí para nada pero ya lo estaban metiendo a pesar de todas sus exigencías.
Bert observo como estaban metiendo al presentador en aquella extraña casa que parecía una guardia para algún tipo de grupo criminal o algo parecido, si había algo como una conspiracíon en el reino tenía que averiguar como fuese lo que estaba sucediendo ahí dentro. Se dirigio lentamente como si nada hacía la entrada de la casa adosada, en cuanto empezo a acercarse hacía la puerta el guardia le detuvo.
-Alto ahí pequeñin -le puso la enorme mano que tenía delante de su cara.
-Disculpe señor, pero, ¿no es esta la entrada al castillo? -disimulo.
-¿Como puede ser? ¿Es que no te das cuenta de que el reino esta en el centro? Este es un lugar privado, marchate devuelta con tus padres -recrimino el guardia.
-¿Y que es entonces este lugar?
-¿Es que no me has oído? ¿Este lugar es privado? Marchate o no tendre mas opcíon un pequeño azote en el culito que tienes, ¿te gusta eso? -amenazo seriamente.
-No -dijo con tono triste y poniendo ojos de cordero degollado.
-Pues entonces vuelve por donde has venido, este lugar no es lugar para crios de tu edad, así que marcharte y no vuelvas, que tengo cosas que hacer aqui -le empujo con ambas manos hasta arrastrarlo a unos metros mas adelante.
El guardia volvío a ponerse delante de la puerta mientras cruzaba los brazos.
Bert carraspeo, estaba claro que había algo ahí que no quería que viese nadie excepto lo que ya participan, miro arriba y observo que había algúnos ventanales que daban al interior de la casa, tenía que subir ahí y observar que era lo que se cocía dentro. Pero quedaba el asunto de: ¿Como iba a hacer para subir ahí?
Mientras en el interior de la casa, los prestamistas y Armandius siguieron arrastrando a Ravenook todo lo que podían aunque este estaba mas que moribundo, ya no se le ocurría ningúna excusa mas para hacerles cambiar de opinion.
-Por favor, podemos resolver esto sin ser nada violentos, solamente pido eso.
-¿Quien dice que esto va a resolverse de forma violenta? -cuestiono el prestamista.
-¿Como? -se extraño al oír esa afirmacíon.
Siguieron adelante por un pasillo estrecho donde se podía notar que había un bar selecto lleno de luces de neon resplandecientes que daban un tono rojizo y rosa en toda la sala, se encontraban mujeres como camareras que iban pasando todo tipo de bebidas alcoholicas a todo tipo de clientes que parecían los mismos tipos de mabus enormes y salvajes, una vez que se metíeron dentro atravesando una entrada que tenía una escalera de tres escalones y un arco de banderines rojos que adornaban el borde.
Una de las camareras le dirigio la mirada sonriendole placidamente, este le devolvío la sonrisa como agrandole aquella chica, el prestamista le recrimino torciendole el brazo como para que mirara hacía otra, eso no era asunto suyo.
Mas adelante se encontraba una barra circular que llegaba hasta el fondo de la pared, ahí había un camarero mabu que iba dando la comanda a cada uno de los clientes, iba poniendo muy rapídamente las bebidas y se las pasaba a la camarera.
En cuanto pasaron al lado el camarero saludo al prestamista como si se conocíeran desde hace mucho, estaba claro que este era el lugar donde siempre se reunía el prestamista, se movíeron a un lado y acabaron metiendose en una portezuela que había en un costado tapado bajo una cortina roja carmesi.
-Entra ahí -le empujo rotundamente dentro de la habitacíon que había al otro lado.
Gimio atemorizado y entonces dirigio la mirada hacía un grupo de hombres mabu que estaban sentados alrededor de una mesa circular, todos se levantaron al mismo tiempo como si tuvieran una especie de conexíon mental o algo parecido, era tal la oscuridad que había en la habitacíon que apenas podía darse cuenta de quienes eran, pero empezo a hacerse a la idea en cuanto se voltearon y mostraron que en realidad eran piratas mabu, lo mas feroces de todo Skylands, reunidos ahí dentro.
-Señor, le he traído lo que usted me pidio -declaro el prestamista.
-Ya era hora -dijo el mabu pirata que estaba delante de la mesa donde solamente se le podía notar la figura de la espalda, saco un gorro de pirata azul oceano con un liso borde amarillo.
Se dio la vuelta mostrando su cara seria, era un hombre de aspecto escrupuloso, tenía una enorme mancha alrededor de los ojos como si fuera un antifaz y la pupila de los ojos eran de ambos colores, uno era rojo y el otro era naranja.
-Reynabus -reconocío Ravenook que se trataba de su antiguo jefe.
-Vaya Ravenook, por fin volvemos a encontrarnos -dijo satisfecho el pirata, avanzo unos metros alejandose de la luz artificial que cubría la habitacíon mostrando su traje turquesa, con una camiseta blanca con una pajarita del mismo color que apenas se reconocía, y estaba sostenido por un baston de madera con bordes sobresalientes alrededor de todo el palo redondeado.
Le agarro con una mano y lo levanto hasta ponerlo delante de su cara.
-Es verdad eso de que el pobre Armandius de quien prometiste que ganaría seguro, no ha recibido su premio, ¿es eso cierto? -pregunto con tono inquisitivo.
-Solamente fue un malentendido, digaselo al rey Locke -comento Ravenook.
-Ah -esbozo una queja sacastica-. El rey Locke, ¿crees que me importa para algo lo que diga el rey?
Ravenook no contesto, tenía miedo de contestar lo mismo de siempre.
-Di algo maldita sea -reprocho Armandius al ver que no contestaba.
-Calma querido compadre bonachon, esto se tiene que hacer de buenas maneras -tranquilizo Reynabus para que lo tuviera en cuenta.
-Esta bien -acepto Armandius hacíendose a un lado.
-Te lo preguntare otra vez: ¿crees que me importa para algo lo que diga el rey?
-No -contesto con tono pasivo.
-Lo que yo pensaba -exclamo y entonces lo tiro contra el suelo.
..
Bert había conseguido subir a la cornisa que se encontraba en lo alto de la casa adosado, se había pasado como unos diez minutos intentando de escalar como podía, si sus padres lo estuvieran estarían orgullosos, pero ahora eso no podía ser, ahora tenía que encargarse de otra cosa mucho mas importante.
Miro abajo y observo que estaba en la direccíon del guardia que vigilaba la puerta, como consiguiera llamar la atencíon, el guardia se daría cuenta y estaría muerto, se agarro a los bordes y empezo a ir andando muy lentamente, se fijo que a unos metros se encontraba una vitrina con un borde negro de acero inoxidable y un soporte que hacía de pararasol, fue pasando lo mas lento que podía pero tenía que llegar pronto por-que ese borde resultaba muy peligroso.
Al final llego al otro lado sin causar ningún peligro.
-Uff -suspiro angustiado.
Entonces se puso delante de la ventana, paso al otro lado y se cubrío, luego asomo la cabeza y observo que dentro había un enorme foco rojo del que apenas se notaba algo pero podía reconocer las figuras y una de ellas era Armandius y el presentador que estaba tirado en el suelo con una cara de querer sollozar de sufrimiento, lo estaban torturando ahí abajo, de pronto reconocío a uno de los hombres que estaban tratando con el presentador, era un mabu pero mucho mas grande que Armandius, reconocío la ves-timenta que tenía y ahí pudo darse cuenta de quien era.
-Ah, piratas, estan infiltrados en el reino, ¿pero porque? -se dijo a si mismo y entonces volvío a dirigir la mirada hacía lo que sucedía abajo.
Ravenook gimio del severo golpe que le hizo Reynabus.
-Escuchame torpe presentador, yo me he pasado mucho tiempo aqui esperando mi momento, y no pienso que alguién como tu me lo estropee -reprocho Reynabus para dejarselo bien claro que era lo que estaba sucediendo mal con todo el tema.
-Pero si hice un trato con Darber, ¿tu que te crees? ¿Que lo he hecho mal todo por algo? -cuestiono retractando todo el asunto hasta ahora.
-Yo de lo que me creo es que eres incapaz de asimilar cual es la parte en la que lo haces todo mal, y una de ellas, es lo que le dijiste antes a Armandius -declaro.
-¿Como? -cuestiono extrañado al oír eso.
Entonces Armandius se puso delante para poder explicarselo.
-¿Que fue lo que te dijo en el campeonato? -le pregunto por ese hecho.
-Que cumplieramos las normas, que lucharamos con honor, pero en realidad acabaríamos hacíendo lo que nos da la gana, y que el rey no lo sabría -mencíono.
Ahí entonces Ravenook no supo que concluír al respecto sobre eso.
-Espera un momento, eso lo dije solamente para poder mosquear al rey, no para que se lo tomaran en serio y que de ahí el rey no le gustase -indico.
-Pero seras -reprocho enfurismado al reconocer la verdad sobre ese asunto.
Reynabus le detuvo como para que no siguiera con lo mismo.
-Dejamelo a mi, vale, que yo conozco mejor a este cobarde inutil -acordo.
Entonces Armandius se hizo a un lado mientras gemía refunfuñando.
-¿Que vas a hacer? -pregunto Ravenook asumiendo que le iba a hacer mas daño del que ya le estaba hacíendo ahora.
-No nada, simplemente te voy a decir lo que pasa, quizas te de una segunda oportunidad para arreglarlo todo -mencíono con tono pasivo.
-¿En serio? -pregunto interesado al ver que se podía salvar.
-Así es, veras -fue explicando mientras se dirigia hacía una pizarra con algúnos bocetos dibujados con tiza blanca, agarro una manija que había colocada en un soporte rectangular de madera y lo bajo mostrando un folio doblable del mapa del reino, estaba dibujado una marca donde ponía una X roja que indicaba el centro del reino y ese era el castillo principal, luego prosiguio, en todo el tiempo que llevo aqui, mi unico deseo ha sido llevarme las joyas de la corona, pero por desgracia nunca lo conseguido.
-Ah -se sorprendío Bert llevandose la mano a la boca, aquello era tan estremecedor que se giro para no ser visto-. Quiere robar las joyas de la corona, ¿pero para que?
Volvío a dirigir la mirada hacía la habitacíon de abajo.
-Pero después de todo el lio que has montado, ahora jamas las conseguire, lo tenía todo pensando, y ahora he tenido que cambiar de planes, y ese, es donde entras tu -resumío dando a entender que estaba desesperado por poder conseguir las joyas.
-¿Que tengo que hacer yo? -pregunto Ravenook interesado.
-Esta misma noche, se hara un cambio de guardia, y ese cambio de guarida dura como medio minuto, tienes poco tiempo para meterte en la sala real y de ahí pasar por todo el altar hasta llegar hacía la sala de la corona -detallo especificamente.
-Pero la corona no la guarda el rey en sus aposentos -indico.
-No esa corona, la otra corona, la primera de todas, la Expolsiur -declaro.
-Ah, la primera corona en ser creada a traves de los minerales de este reino.
-Así es, una corona tan fragil y tan antigua tiene que estar bien protegida, y por eso mismo tu entraras ahí y te la llevaras como si nada, y luego de ahí, me la traes de vuelta y el pacto quedara zanjado para ti -explíco resumiendo todo el plan.
-¿No resultara algo peligroso? -cuestiono Darber el prestamista.
-Que va, la guardia confia en él desde hace casi una decada, es mejor que lo haga él que cualquier desconocido como nosotros -indico razonablemente.
-De acuerdo, entonces esta noche, robo la corona y se lo traigo -describio.
-Si -afirmo con tono malicioso.
-Perfecto -se conformo y entonces se levanto estrechando la mano de Reynabus para dejar claro que estaba todo arreglado-. No se arrepentira de mi.
-Mas te vale -exclamo murmurando salvajemente con los dientes Armandius.
Bert supo entender lo que tenían planeado, y estaba claro que el presentador estaba involucrado en esto, justo esta misma noche el presentador entraría en la sala real y robaría la corona para aquellos piratas, ahí tenía la conspiracíon que andaba buscando.
-Tengo que avisarle a los Skylanders de esto o sino la corona real correra un gran peligro, espero de que esto no sea demasíado tarde o sino...
Puso demasíado tiempo la mano encima y eso provoco que se bajara hacíendo que el también cayese por el hueco de una forma egocentrica.
Los presentes observaron lo que cayo pero no dieron a entender que era, era un pequeño niño mabu que cayo de cabeza contra un grupo de cajas que ponían explosivos y con un logotipo de dinamita hacíendo explosíon. El pequeño se recupero tosiendo del polvo acumulado en el suelo, estaba claro que no limpiaban para nada.
Se le aclaro la vista y observo que estaba rodeado de los piratas y demas compañia que lo miraba fijamente con ojos de compasíon fria a la vez que extrañados por su repentino encuentro.
-Hola, no es este el club de fans de los luchadores del campeonato anual -saludo con tono coqueta y disimulo poniendo una risa sarcastica.
-¡Intruso! -grito Reynabus y entonces todos se dirigieron hacía Bert.
Bert intento de echar a correr pero lo rodearon tanto que no pudo escapar.
