Capitulo 2: La bruja más inteligente

Hermione corría por los desiertos pasillos de Hogwarts. Momentos antes, había estado en cálida sala común hablando con Ron sobre la profesora Evills. A Ron le había costado creer lo que ella le había comentado sobre la nueva profesora. Aún así, ella, al cruzarse con la profesora McGonagall le había preguntado la contraseña del despacho de Dumbledore sólo para asegurarse si su teoría era o no cierta.

Flash Back

-Me preocupa Harry, Ron- admitió Hermione mirando a su compañero, por encima del libro que estaba leyendo. Ron, que intentaba terminar su redacción para pociones la miró extrañado.

-¿Por qué?- preguntó volviendo a concentrarse en la redacción- Harry parece feliz y...

-¡A eso me refiero!- gritó Hermione alarmada- escucha, Ron, en verdad me alegra muchísimo que Harry haya superado lo de Sirius, pero aún así no creo que lo haya hecho tan rápido, Siruis era una persona muy importante para él y me extraña que de un día para otro lo haya olvidado...

-¿De que hablas?- la interrumpió Ron mirándola nuevamente extrañado

-De la madre de Harry- respondió Hermione con actitud seria- Quiero decir, de la profesora Evills

-Estás loca, Hermione- le dijo Ron que ya se había olvidado por completo de su redacción- No se a que te refieres con la madre de Harry y la profesora…

-¡Tienen los mismos ojos, Ron!- le contestó Hermione enojada ¿Por qué Ron no la entendía?- Mira- Hermione se acercó a Ron y le mostró un pergamino donde decía Any Evills, sacó su varita del bolsillo de la túnica y con un movimiento de ella las letras que formaban el nombre se desplazaron por la superficie del pergamino formando otras palabras.

Ron miró el pergamino y luego a Hermione sin poder entender, hasta que recordó que Harry le había dicho que cuando estaba con la nueva profesora sentía tranquilidad y un gran alivio, todo lo contrario de lo que sentía cuando le dolía la cicatriz de la frente. Ahora sí lo entendía, pero no lo creía. Volvió su vista al pergamino, donde las letras habían formado otro nombre con letra clara y prolija: Lily Evans.

Fin del Flash Back

Llegó a la gárgola que era la entrada al despacho del profesor Dumbledore, dijo la contraseña (burbujas fritas) y subió al primer escalón de la escalera de mármol que se dirigía hacia donde estaba el Director. Cuando llegó al final, tocó la puerta y ésta se abrió sola dejando ver a Hermione el circular despacho de Dumbledore. Cuando entró, el director la invitó a sentarse, con un gesto de mano, a la silla que se encontraba frente a él, del otro lado de escritorio.

-Perdone profesor Dumbledore, yo quería… -comenzó a decir Hermione nerviosa por la mirada de seriedad que le dirigía el anciano director.

-Lo se, lo se, señorita Granger- la interrumpió Dumbledore cerrando los ojos y suspirando fuertemente. Hermione se sorprendió, pero cuando había abierto la boca para hablar el director la interrumpió- Déjeme decirle que hay cosas que nadie debería saber señorita Granger y debido a lo que usted…

-¿Va a lanzarme un hechizo desmemorizante?- preguntó Hermione mas nerviosa aún de lo que estaba cuando había entrado al despacho circular.

-Me ha juzgado mal- la tranquilizó Dumbledore con una sonrisa- no creo que sea necesario llegar a tanto, nunca le borraría los recuerdos a mis alumnos a menos que fuera realmente necesario, claro que, solamente de cosas que hayan pasado dentro del colegio, no podría sacarles aquellos recuerdos dolorosos de sus vidas que han ocurrido fuera de Hogwarts, y si me deja decirle…

-¿Cree que esto no es importante?- inquirió Hermione, interrumpiéndolo enojada.

-Lo ha hecho otra vez- respondió Dumbledore y Hermione lo miró confundida- Creer cosas que yo no he dicho y que no soy capaz de hacer.- A pesar de que lo dijo manteniendo su sonrisa, Hermione se avergonzó.-Claro que creo que este asunto es importante, muy importante, si me permite decirlo. Pero a pesar mío, Harry no puede enterarse de nada de lo que esta ocurriendo.

-Harry debe saberlo profesor! – Dijo Hermione apoyando sus manos en el escritorio que la separaba de Dumbledore y levantándose rápidamente- ¡Como cree que se sentiría Harry si supiera que su madre esta aquí! ¡Que es su profesora y que podría hablar con ella cuanto quisiera sobre su padre!

-La señorita Evans- dijo Dumbledore levantando la voz sobre los gritos de Hermione- ha llegado hasta aquí en un desafortunado accidente que tuvo en Hogwarts cuando vino a visitarme en su época. Como ya sabrá, cuando encontremos la manera de hacerlo, tendrá que volver a la época en la que se la vio por última vez-hizo una pausa y suspiró, como si de esa forma pudiera encontrar el coraje que necesitaba para decir lo que sabía tenia que decir- ¿Cómo cree que se sentiría el señor Potter, al pasar todo el tiempo que la señorita Evans permanezca aquí junto a ella, sabiendo que es su madre, cuando de un día para el otro ya no podrá tener los consejos, ayuda y cariño que solo le puede brindar una madre, su madre?.

Hermione lo miró pero no respondió ¿Cómo iba a hacer para ocultarle semejante secreto a uno de sus mejores amigos? ¿Cómo iba a ocultarle a Harry, que su madre se encontraba en el colegio y que era su profesora?

-¡Harry, Harry!- lo llamó Ron, gritando, apenas cruzó el retrato de la dama gorda. Harry, que estaba sentado delante de la chimenea terminando las redacciones que les habían dado de tarea, lo miró alarmado.

-¿Qué sucede Ron? ¿Ocurrió algo ma...

-No Harry, ya repartieron los horarios del primer partido de quidditch, adivina- lo contradijo Ron, malhumorado, agitando un pedazo de pergamino frente a su cara- Nos toca con los Slytherins

-¿Con los de Slytherins?- preguntó Harry sacándole a Ron bruscamente el pergamino de las manos y mirándolo con una mueca de asco en la cara- Increíble, creí que no nos tocaría con ellos hasta las finales. Ya sabes, como juegan sucio es imposible creer que no le ganarían a Revenclaw o a Hufflepuff

-Lo sé-dijo Ron sentándose junto a Harry- ¿sabes qué? Luna relatará el partido, será divertido, ella es graciosa.

Harry lo miró extrañado. Luna siempre le había parecido extraña, pero no era una extrañeza que diera miedo o te causara repugnancia, aunque admitía que más de una vez había desconfiado que aquella muchacha rubia en el fondo le parecía algo simpática.

-Si...- le afirmó a Ron- es muy graciosa y…

No pudo terminar su frase (por primera vez iba a decir algo bueno de Luna Lovegood y lo interrumpían. Era una de esas situaciones que crees que no volverán a repetirse), un grupo de alumnos de Gryffindor entraron por el retrato de la dama gorda hablando entre ellos.

Harry notó que estaban confundidos y algo asombrados, por lo que llamó a Neville que era al único al que conocía dentro de ese descontrol de alumnos

-¿Qué sucedió Neville?- le preguntó Ron apenas él y Harry habían podido sacarlo de entre la multitud

-No lo creerán- respondió Neville que parecía algo asustado- Se estaban gritando, la profesora Evills y Snape- Harry lo miró pero no dijo nada, pero sintió que con cada día que pasaba odiaba más a Snape.

-Es raro…

Ron miró a Hermione que acababa de llegar pero que al juzgar por rostro, había estado presente en la pelea de los profesores-

-¿Qué es raro?- Le preguntó Ron mirándola curioso.

-Parece que Snape ya conocía la profesora Evills- respondió mirando a Harry, ignorando la mirada de Ron, quien ya sabía a dónde quería llegar su amiga.-Solo lo digo por algunas cosas que se dijeron mientras se peleaban, diría que ya habían perdido el control. De no ser porque el director Dumbledore llegó…

-No creo que la profesora Evills sea capaz de hechizar a Snape- la interrumpió Harry molesto

-Lo sé Harry, pero…

-Me hubiera gustado verlo- suspiró Ron con disgusto. ¿Por qué Hermione no había ido a buscarlos apenas había comenzado la pelea?

-Harry, ¿por qué no te adelantas al Gran Salón?- preguntó Hermione fingiendo desinterés-Ya has terminado tus tareas y Ron todavía no ah comenzado, lo ayudaré en algunas cosas y no quiero que te quedes sin comer por nuestra culpa

Harry la miró y luego dirigió su vista a Ron, que miraba a su amiga como si fuera Snape y él estuviera a punto de estrangularlo. Lo pensó unos segundos y afirmó con la cabeza antes de dar media vuelta y salir por el retrato de la dama gorda. Los esperaría en el pasillo que conducía al Salón, de todas formas, quería estar un momento sin compañía.

-¡Hermione!- exclamó Ron enfadado- ¿por qué has dicho eso? ¡Qué tu no quieras ir a comer por ser una maniaca de los estudios no significa que yo también tengo que serlo!

-No exageres Ronald- dijo con una sonrisa fingida- no soy una maniaca de los estudios. Además, solo era una farsa, quería hablarte sobre Harry y la profesora…

-¡¿Sigues con eso?- preguntó Ron. Aquel asunto había comenzado a molestarlo.- Es tu imaginación Hermione. I-M-A-G-I-N-A-C-I-Ó-N

-Me sorprende que sepas deletrear Ronald-dijo enfadada-Y no, no es mi imaginación. Esta mañana fui a ver al director Dumbledore y él me dijo que estaba en lo cierto- terminó de decirle Hermione en un tono muy bajo.-La profesora Evills si es Lily Evans, la madre de Harry.

Ron la miró sorprendido. En un principio no le había creído a Hermione, pero ahora no era ella quien lo decía, sino Dumbledore y ¿quién no le creía al viejo director de Hogwarts?

-¿Y qué vamos a hacer, Hermione? – fue una pregunta sincera, en verdad no tenía ni la menor idea de que hacer en esos momentos. Hermione se sentó frente a la chimenea y le contó lo que le había dicho el director Dumbledore. Ron escuchaba sin interrumpir.

-Aún así... yo creo que Harry debería saberlo

-No lo creo- la contradijo Ron- estoy de acuerdo con Dumbledore, no debes decírselo, Hermione.

Hermione dirigió su mirada el fuego de la chimenea que se estaba extinguiendo y cerró los ojos con pesadez

-Lo siento, Harry…