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EL HERMITAÑO SOLITARIO

Sentía que algo le golpeaba la cabeza y no sabía porque, era como un hormiguero que le venía cada pocos segundos, un toquecito de nada en la cabeza le era suficiente como para poder despertarse del todo, abrío los ojos lentamente y observo que delante suyo la imagen se iba moviendo, se iba alejando de la fisura en la que había estado metido antes, podía notar donde se encontraba, el trayecto que había entre la pequeña obertura de la montaña con el estrecho pasillo que lo llevaba directamente hacía la sala circular del centro, pero ya no estaba ahí.

Spyro reaccíono y se percato atonito que no se encontraba dentro de la montaña, alguién lo había sacado de ahí, se puso a pensar detenidamente, antes había escuchado que alguién le estaba vigilando pero no sabía quien era, le pidio que se acercase y en cuanto lo hizo, le golpearon en la cabeza dejandole inconsciente, a él y a su hermano.

Sparx.

Se acordo de que tampoco sabía nada de su hermano, se giro mirando de reojo y ahí entonces se percato de que aquel que le había dado un golpe en la cabeza también se lo estaba llevando, le tenía agarrado por debajo de su cuerpo, iba colgando con los brazos extendidos, verle en aquel estado le hacía dudar si estaba vivo o no, si era así entonces había cometido un terrible error al dejar que aquel extraño sujeto se metiese para al final acabar atacandoles, también se dio cuenta de que no tenía ni idea de quien era el que les estaba arrastrando, se giro de reojo mirando hacía el otro lado.

Veía que se trataba de un pequeño ser de gran achura y con unas orejas puntiagudas, unas orejas que le hacían acordar a Trigger Happy, pero sabía muy bien que no era él, tenía la piel rosada como Eon, era otro ser de un tipo de especie que hasta ahora no había visto en todo el viaje, observo que tenía una enorme barba blanca que le cubría toda la mitad de su rostro, era un anciano, pero un anciano bastante fuerte ya que le había pegado en la cabeza y no le costo nada dejarle inconsciente.

Quería intentar de atacarle ahora que estaba distraído llevandoles pero decidio esperar a que les sacase de ahí para así saber exactamente que era lo que pretendía hacerles, si los estaba sacando era por algúna razón.

Salíeron al exterior pasando por la estrecha obertura por la que antes se metío, pudo ver un enorme atardecer reflejandose en su cara, ver aquel sol anaranjado y escondiendose a traves de la montaña indicaba que había estado horas inconsciente, pero en todo ese tiempo no sabía que había sucedido, oyo un pequeño estruendo, había soltado a Sparx y lo dejo apoyado en un rincon, ahí entonces aprovecho para disimular que estaba dormido y en cuanto se acercase le atacaría, cerro los ojos y bajo los brazos asimilando que estaba tan dormido que se le caía todo el peso del cuerpo.

El viejo individuo dejo apoyado a Spyro cerca de una hoguera y ahí entonces saco un cuchillo bien afilado, tanto que se le reflejaba la luz del sol en el propio metal, se puso encima de Spyro y empezo a pasarle el cuchillo encima del cuello como buscando el lugar indicado para poder ejecutarle.

-Vete adonde hayas venido, demonio -junto ambas manos en el cuchillo y lo levanto dispuesto a clavarselo encima para matarle.

Bajo rapídamente el cuchillo pero en cuanto lo bajo, Spyro lo agarra con una sola mano deteniendole mientras abría sus ojos poniendo una expresíon malhumorada.

-No, esta vivo -replico el viejo asustado y se hizo hacía atras.

Solto el cuchillo y empezo a arrastrarse para el otro lado como intentando de escaparse de él, siguio diciendo eso mismo constamente, Spyro se enderezo poniendose a cuatro patas y observo como aquel viejo huía de él, entendía que había querido matarlo pero viendo que ni siquiera se ponía a defenderse siquiera, podía asimilar que no era alguién que pretendía hacer algo malo, era un viejo asustado por algúna razón.

-No me mates por favor, no me mates -se detuvo al golpearse con una tienda de campaña y se cerro de brazos y piernas para cubrirse.

-Para, por favor -le consolo queriendo que se calmara para que así se explicase y pudiese entenderle, podía ver que verdaderamente le tenía un autentico pavor, como si fuese un monstruo que le iba a devorar.

Asumío que como era un dragon, para ese viejo debía de resultarle extraño encontrarse con alguién de su especie y seguramente habría querido de matarle pensando que en realidad era un ser salvaje y hostil, ya no tenía ganas de atacarlo, sino mas bien de razonar con él para así hacer las paces.

-¿Que ha pasado? -oyo la voz de Sparx.

Se giro y observo que su hermano estaba levitando mientras se rascaba la cabeza, el lugar por donde le habían golpeado antes, se junto rapídamente con él.

-Sparx, ¿estas bien? -le pregunto tratandole autocompasivamente.

-Estoy bien, pero... -se fijo en el viejo-. ¿Quien es ese?

Se puso a titubear de puro panico.

-Él que nos ha sacado a rastras de la cueva -confeso ingenuamente.

-No me lo puedo creer, nos estuvo vigilando y ahora encima nos ataca, ¿pero quien se cree que es? -critico enfurismado Sparx y marcho dispuesto a regañarle.

Le detuvo al ver que se estaba pasando.

-Fijate bien, no se esta defendiendo, no esta suplicando, esta completamente aterrado -le aclaro hacíendo ver el estado en que se encontraba aquel viejo.

-¿Pero porque?

-Me parece que por mi, porque soy un dragon.

-¿Miedo de ti? Y con razón -exclamo tomandolo como una ironica afirmacíon.

Se le quedo mirando escepticamente al ver que parecía tomarse esa opinion en serio.

-¿Que quieres que hagamos?

-No se, ese viejo parece que no nos ha encontrado de casualidad, creo que vive aqui.

-¿Aqui? En este lugar tan desierto.

-Lo se, pero fijate bien como viste, viste igual que Hugo pero su ropa esta mas desgarbada, y esa barba parecíera que no se la ha afeitado en meses, es un ermitaño.

-Un ermitaño bastante asustadizo.

Al ver aquel ermitaño, ambos hermanos se dieron cuenta de que tenían que hacer algo con él ya que era evidente que podría estar horas creyendose la idea de que le iban a hacer daño sin ningún motivo, tenían que ayudarle ahora que se habían encontrado con la primera persona en un lugar tan inhospito como este.

Fueron acercandose lentamente y cada vez que estaban mas pegados a él, mas asus-tado se ponía el viejo ermitaño, se tapaba la cara como queriendo no verles.

-Parece que no les gusta nuestro aspecto -objetó sarcasticamente Sparx.

-A mi no le gusto, de ti seguramente que ni se te ha fijado -le recrimino ironicamente Spyro para llevarle la contraria apropositamente.

Se encogío de hombros intentando de ignorar esa mencíon.

-¿Estas bien? -le pregunto acercando su mano para tocarle.

-No me mates -volvío a cubrirse.

-De acuerdo -se quedo pensando en una mejor manera de razonar con él para que viese que no pretendía hacerle algo malo-, mira, voy a alejarme, me voy a sentar y te demostrare que no quiero hacerte daño, ¿te parece bien?

Dejo de titubear y se quedo mirando con un solo ojo.

Spyro se acomodo apoyandose con sus cuatros patas sobre el suelo mientras enderezaba todo el resto de su cuerpo hacía arriba, se quedo mirandole con una expresíon neutra como si no sintiese nada, el ermitaño se quito las manos de la cara y se quedo mirandole con curiosidad al ver que era cierto que no pretendía hacerle nada malo.

Se quedo como estaba esperando que no reaccíonase mal otra vez.

El ermitaño se levanto y se quedo mirandole como si estuviese observando algo que lo dejo completamente indiferente, se rasco su calva cabeza y entonces dijo:

-Tu no eres un dragon -esbozo ingenuamente.

-Si lo es, el problema es que no el que tu te piensas que es -le aclaro Sparx.

Aquello hizo que se quedase mas extrañado todavía del asunto.

-Vez que no quiero hacerte daño.

Se quedo mirandole de arriba a abajo como si quisiese encontrar algo que indicase lo contrario, volvío a rascarse su calva, se estaba confundiendo al no entender nada.

-Te he golpeado en la cabeza, y casi he estado apunto de matarte, ¿porque no comes?

-Porque yo no como seres vivos -se desacomodo volvío a ponerse como estaba, aquello hizo que el ermitaño volvíese a aparentar sentirse amenazado por él-. Yo no soy un ser salvaje, yo soy un dragon muy amistoso.

-Imposible, los dragones eran seres enormes y horripilantes que iban quemandolo todo con su fuego interior, y tu parecíera que apenas llegas a su nivel -recrimino cuestionandose esa posibilidad de que fuese un dragon.

Aquello hizo que ambos se mirasen extrañados ante esa confesíon.

-¿De donde has sacado eso? -le pregunto Sparx.

-No lo he sacado de ningúna parte, todo el mundo lo sabe.

-¿Quien es todo el mundo?

Se quejo sintiendose disgustado, volvío a rascarse la cabeza y siguio diciendo:

-Los duendes -declaro euforicamente.

-¿Los duendes?

-Así es, yo soy un duende, y vivo con los duendes, y toda mi gente sabe de sobra la historía con los dragones y sus origenes.

-Incluyendo a Male...

Le rechisto antes de que terminase la frase.

-No digas ese nombre.

-¿Cual? Malef...

Volvío a rechistarle pero estando mas cabreado que antes.

-¿Se puede saber que te pasa? -apreto ambos puños de los nervios que tenía.

Sparx se quedo sin entender porque se mosqueaba tanto con eso.

-Creo que es mejor que no le digas ese nombre que empieza por M.

-¿Porque? Si lleva mas de mil años muerto, no es que aún siga algo de él vivo, ¿no?

-Nunca nada esta vivo -dijo amargamente.

Se quedaron mirandole fijamente al ver que parecía saber algo de ese tema.

-¿No habeís estado mirando las imagenes en la caverna?

-Si, estaba escrita toda la historía de los dragones, y nosotros nos conocemos toda la historía de sobra -confirmo Spyro.

-Pues entonces habeís mirado mal -les reprocho echandoles la bronca como si hubiesen cometido un terrible error.

Ambos se estremecieron al ver como se encaraba con ellos sin motivo.

-Venid conmigo -marcho pasando por en medio de ellos y se dirigio de vuelta hacía la fisura, pretendía volver a la caverna-. ¿Venís o no?

Se miraron cuestionandose que era lo que iba a decir pero viendo que parecía saber algo que ellos desconocían, decidieron verlo por si mismos, le siguieron volviendo a meterse en la fisura, en cuanto iban pasando por el estrecho pasillo, se dieron cuenta de que ni siquiera se habían presentado de aquel viejo, hasta ahora lo uníco que sabían es que era un duende, que no decía mucho, pero ni siquiera sabían su nombre o haberle preguntado que hacía viviendo en un lugar tan inhospito como este.

-Disculpa pero... ¿quien eres exactamente? -le pregunto Sparx.

-Mi nombre es Ermit, Ermit el hermitaño, me he pasado los ultimos años protegiendo estas ruinas para que no caigan en malas manos.

-Pues pareciera que ya cayeron hace años.

-Lo se, hace un tiempo los elfos protegían estas ruinas, pero llegaron los piratas que les descubrieron y se pusíeron a quitarles todo lo que tenían, vencíeron echando a los piratas, pero la destruccíon que dejaron tras su paso lo arruino todo, tuvíeron que marcharse hacía otra parte en busca de un nuevo lugar donde vivir -argumento relatando toda la historía como si se la conociese de sobra.

-¿Y como es que sabes todo eso? -se cuestiono Spyro.

-Los duendes lo escuchan todo, en cuanto algo malo sucede, saltan las noticias y ahí todo el mundo se prepara siempre para lo peor, los mios sabían que este lugar no perduraría para siempre, así que me mandaron a mi para vigilarlo, y a pesar de que no ha venido nadie en mucho tiempo, jamas he dejado mi trabajo de proteger estas cosas -toco las suaves paredes del costado como si tuviese una conexíon especial con el lugar.

-¿Y como es que no nos atacaste en cuanto llegamos?

Se giro mirandoles rigidamente y entonces dijo:

-Tenía mis dudas, vi como esa nave en la que vinisteís aterrizo aqui, al principio no entendí lo que era pero después de veros a vosotros dos entrar aqui, senti la necesidad de actuar y echaros a la fuerza de aqui.

-¿Y hacía falta que nos golpeases en la cabeza?

-Pues si -lo confirmo con total serenidad.

Le echo una mirada indirecta a Spyro para que viese que aquel duende parecía tener un mal ajeno, Spyro no le hizo caso a ese pensamiento que tenía ya que sabía muy bien que le estaría dando que hablar durante todo el dia.

-¿Y porque intentaste de matarme en cuanto me viste?

-Al principio no intente matarte, vi como eras y me dio curiosidad, lo compare con los dibujos que habían en la cueva y asumí que podrías ser heredero de él, lo medite durante bastante rato hasta que al final no pudo aguantarlo mas y decidi acabar contigo creyendo que así liberaría al mundo de una gran amenaza.

-Pues este mundo ya esta sufriendo por otro tipo de amenaza -objetó.

-Si, Kaos.

-¿Has oído hablar de él?

-Todos los duendes lo saben, desde hace años se han oído rumores acerca de un extraño ser que de algúna forma se hizo con el poder de toda Trollia y se convirtio en el maximo emperador defintivo, desde entonces todos los duendes hemos tenido ese miedo de pensar que algún dia de estos puede que mande a su ejercito para destruir a toda Skylands y conquistarla como lo hizo él hace mil años.

-¿Y que sucede si él ataca primero y va directo hacía tu pueblo? ¿Acaso los duendes os habeís preparado para lo peor?

-Lo hemos hecho, tenemos varios escondites subterraneos y varios aliados como los topos o los mabus que nos pueden ayudar a sacarnos de nuestro pueblo por si la cosa pinta verdaderamente mal.

-¿Pero entonces no vaís a luchar?

Aquello hizo que frenase estrepitosamente con los pies, se giro y dijo:

-¿Luchar? ¿Vosotros creeís que los duendes tenemos fuerza suficiente para luchar contra un ejercito de trolls bien armados? -les critico soberanamente esa mencíon.

-No pero...

-Entonces sera mejor que entendaís que nadie esta preparado para la lucha, nadie nace siendo guerrero o soldado de la noche a la mañana, y los duendes tampoco, si Kaos ataca, lo primero que haran los duendes sera huir de nuestro pueblo y encontrar un lugar seguro por el que ningún ser codicioso nos encuentre -les achacho señalandoles con el dedo para justificar que estaban equivocados con esa suposicion.

-Nosotros tampoco es que seamos soldados o algo parecido, pero los duendes abandonarían su propio hogar con tal de salvarse de Kaos.

-Nuestro pueblo siempre estuvo condenado al fracaso, pero los duendes no, los duendes seguiran vivos un dia mas, y así sucesivamente -indico tomandoselo con total serenidad, siguio avanzando sin esperar a los otros dos.

Ambos hermanos intentaron de entender a ese duende y sus intenciones, podían entender que se preocupaba verdaderamente por los de su especie, pero parecía que estaba mas encaprichado en buscar la manera de evitar un desastre a toda costa que en encontrar una solucíon al problema, aunque en cierto modo tenía razón en lo que decía, nadie estaba hecho para luchar, ni siquiera para cuando uno nace, Spyro tampoco había nacido sabiendo que a lo mejor acabaría convirtiendose en un dragon que escupía fuego o que acabaría siendo la solucíon para acabar con un mal enorme, a pesar de que Ermit se comportaba como un ser nervioso y solitario, daba muchas cosas en las que reflexionar sobre lo que hacían en realidad.

Cruzaron la puerta y regresaron a la cueva donde volvíeron a observar aquellas mismas paredes que tenían dibujados en secretos esos misteriosos retratos, el hermitaño se puso a dar vueltas, ambos le miraron y no sabían porque lo hacía, creían que a lo mejor estaba buscando algún dibujo en especial sin la ayuda de la luz pero en cuanto se ponía a girarse sobre otro extremo, estaba como si le hubiese dado el ataque de volverse loco porque si, decidieron hablar con él antes de que la cosa continuase como estaba ahora.

-Disculpa Ermit pero... ¿sabes acaso porque estos retratos estan ocultos y solamente se pueden ver con luz? -le pregunto queriendo resolver ese hecho.

-¿O quienes lo crearon exactamente?

-Los ancestros los dibujaron -contesto.

-¿Los ancestros?

-¿Te refieres a esos seres todopoderosos que nos han dado la vida y la de todos los seres de Skylands? -critico Sparx frunciendo el ceño de lo extrañado que estaba, empezo a asumir que aquel hermitaño estaba mas loco de lo que parecía.

-Así es, los ancestros vinieron aqui, hace mucho tiempo, y crearon toda esta guia oculta en estas paredes, para que solamente aquellos que tengan un corazon de luz, puedan entender sus palabras -aclaro relacionando a los ancestros con los responsables de haber creado aquellas imagenes en las paredes.

-¿Corazon de luz? Pero si solamente hemos utilizado algo de fuego para iluminar la sala y se ha visto facilmente, no hemos necesitado nada mas.

Saco un pequeño palo que tenía escondido entre el cinturon y se lo tiro a Sparx sobre su pequeña cabeza, le impacto de lleno y se quejo del golpe.

-¿Porque haz hecho eso? -le reprocho indignado.

-Porque eres muy ignorante mi amigo invertebrado.

-Gracias por el cumplido -exclamo ingenuamente, le estaba cansando las acusaciones que les estaban soltando a los dos por cualquier cosa.

-Vereís -les indico con las manos que se acercasen-, cuando los ancestros recrearon toda esta guia, no solamente lo hicieron con el proposito de hacer que cualquiera que haya nacido años mas tarde, se enterase de la historía sobre lo que le paso a los dragones, dibujaron todo eso, porque sabían que en algún momento, alguién con su misma fuerza, con su mismo valor, podría hallar este lugar y así desvelar las misteriosas pistas que habían dejado impuestas en ellas.

-¿Que pistas? -se intrigo Spyro al oír eso.

Ermit se lo penso detenidamente.

-¿Teneís algo largo que quemar?

Se pusíeron a mirar a ambos lados y se percataron de que todavía estaba en el suelo el palo quemado que habían usado antes como antorcha, Spyro lo volvío a quemar hacíendo que la caverna volviese a iluminar los mismos retratos de antes, Ermit cogío el palo encendido y se acerco hacía un extremo mas al frente donde ahí les señalo una extraña marca de un ojo en diagonal.

-¿Eso es un ojo?

-No es solamente un ojo, es el ojo que todo lo ve, un extraño ser que se encuentra en una extraña dimension a la que nadie puede entrar, pero si meterse en su subsconciente.

-¿En su subsconciente?

-Nunca habeís tenido una extraña pesadilla sobre estar metidos en un lugar oscuro y encontraros con un objeto enorme y purpura que os quiere coger, eso es el ojo que todo lo ve, sabe quienes soís, y sabe porque estaís dentro de su dimension, y una vez que os haya visto, os perseguira este donde este.

Aquello hizo que Spyro se alarmase mas de la cuenta ya que no podía creerse lo que estaba viendo, eso era lo que justo veía todas las veces en sus sueños, era eso, el ojo que todo lo ve, ahora lo entendía, por eso siempre se encontraba con él, había entrado en su dimension y ahora quería cogerle todas las veces que se metía en sus sueños, tenía tanto miedo que sentía que algo le apretaba el pecho, se puso la mano encima para evitar que el dolor le aumentase pero acabo cayendose por detras, Sparx noto lo que le pasaba y se puso a su lado poniendo una mirada preocupada.

-Spyro, ¿que te pasa? -le pregunto queriendo ayudarle.

Sabía bien que si no le explicaba lo que le sucedía su hermano se quedaría otra vez con esa sensacíon de dudas de pensar que algo malo le pasaba y tenía que buscar la forma de ayudarle, decidio contarselo sabiendo bien que no le gustaría oírlo.

-Yo he soñado con eso, con el ojo.

-¿Que? -exclamo confundido.

-Esas pesadillas que he estado teniendo hasta ahora, son de eso, son el ojo que todo lo ve, he estado en su dimension, y me ha visto.

Sparx se llevo la mano a la boca ya que no podía creerse lo que le estaba contando.

-Pero... no entiendo, ¿porque no me lo has estado contando hasta ahora?

-Porque tenía miedo, no entendía lo que era eso, pensaba que a lo mejor era todo un producto de mi imaginacíon pero, lo sentía tan real que me daban dudas, así que se lo conte a Eon pesando en que a lo mejor él lo sabría.

-Genial, justo tenía que ser Eon -se quejo elevando el vuelo mientras iba girando sin parar de un lado a otro, no paraba de quejarse a cada segundo que daba vuelta.

-¿Y que pasa con eso?

-Pasa que le cuentas todo a un viejo humanoide del que apenas sabemos nada en vez de a tu propio hermano que lo conoces de toda la vida.

-Ey, un momento ahí -se enderezo y lo miro soberanamente al ver que lo estaba acusando de algo que no tenía mucho sentido-. Que te claro Sparx, si se lo conte fue para protegerte y así no tener que preocuparte de mi, y segundo, Eon ha sido lo mas cercano a un padre que he tenido hasta ahora, y es él uníco que me ha ayudado a comprender lo que soy en realidad, y lo agradezco por ello.

-¿Entonces nuestros padres no son nada para ti? -objetó llevandole la contraria con esa acusacíon que parecía indicar que ya le había cogido mas caríño a Eon que a la familia que habían formado con las libélulas.

Aquello hizo que se quedase indeciso al no saber como explicarse, lo había hecho mal, se quedo tan disgustado que se llevo las manos a la cara de lo avergonzado que estaba por pensar había dicho lo que su hermano no quería que escuchase.

-Lo siento Sparx, no era mi intencíon decir eso, es que... por primera vez que no estoy a salvo de mi mismo, siento que todos tienen verdaderamente razón, puedo ser el heredero de la oscuridad de algúna forma -se sincero disculpandose con él para que entendiese que no lo había dicho con mala intencíon.

Le miro de reojo al sentir que lo decía bien en serio.

-¿De veras sabes lo del heredero de la oscuridad? -le pregunto Ermit.

-¿Has oído hablar de eso?

-He oído, y mucho.

Se sento de rodillas y se puso a contar lo que sabía.

-Desde hace años se ha contado la leyenda de que cuando Malefor fue destruido, este sabía lo que le pasaría, y para eso, se aseguro de que una parte de él quedase libre y a salvo en algúna parte de Skylands, dejo parte de su magia en algún lugar recondito esperando que alguién obtuviese sus poderes para así terminar lo que empezo, y otra que dejo una cria de dragon aún sin nacer oculta en otro lugar mucho mas frio como para que pudiese sobrevivir el tiempo suficiente para que cuando llegase el momento oportuno, saliese y le ayudase a encontrar el camino de vuelta a la vida a su padre -relato toda su historia contandolo como si la supiese de toda la vida.

Aquel resumen hizo que ambos se interesasen mucho mas que de todo lo que habían aprendido anteriormente, aquello les daba una nueva vision a la historía de Malefor y de todo aquello que apenas conocían saber sobre Kaos.

-¿Su padre? -se cuestiono Spyro esa ultima mencíon.

-Si, Malefor crio a un pequeño en un huevo pensando que así años mas tarde, este se liberaría y le ayudaría a volver a la vida, y así terminaría lo que empezo.

Ambos se miraron sin creerse aquello que contaba pero a pesar de eso, les daba nuevas suposiciones a las que tener en cuenta.

-¿Como sabes todo eso? -le pregunto Sparx teniendo sus dudas acerca de como era posible que supiese toda esa informacíon tan bien detallada.

-De ahí -se giro fijando la mirada en aquel boceto enorme de un dragon que salía de un huevo y que daba bastantes sospechas de pensar que iba a ser algo malo.

Ahí entonces los dos entendieron una cosa.

-Malefor tiene un hijo -concluyo Spyro.

-Un hijo que le ayudara a volver a la vida, Malefor regresera.

-Por eso mismo es muy importante que ese dragon jamas salga a la luz, si ese dragon se guia por su instinto, acabara hallando la manera de revivir a su padre y ahí entonces tendremos serios problemas -acoto estrictamente Ermit.

-¿Como lo revivira?

-Ni idea, esa es la parte que nunca se ha oído hablar, aunque supongo que debe de tratarse en el lugar donde se libro la ultima batalla de Malefor -se encogío de hombros al no saber mucho mas como para poder contarles.

-¿El lugar donde murío Malefor?

-Malefor murío porque los antiguos maestros del portal lo llenaron de energia sagra-da y lo hicieron estallar desde dentro, no quedo nada de él.

-Y dudo que hiciesen una tumba en su nombre.

Spyro empezo a tener una cierta suposicion.

-¿Sabes cual fue el lugar donde se libro la ultima batalla de Malefor?

-Lo se muy bien, pero...

-¿Pero?

-El terreno donde Malefor se puso a combatir contra todos los maestros del portal se hundío con el paso de los años, no queda nada que observar por ahí -admitio.

Se llevaron un tremendo disgusto al oír eso.

-¿Acaso pretendaís buscar algo ahí?

-Y si, si Malefor sabía que lo acabarían venciendo facilmente, no habría dejado algo oculto en algún lugar donde a nadie se le ocurriria buscar.

-Él uníco lugar al que a nadie se le ha ocurrido buscar es la Cienaga Tenebrosa.

-¿La Cienaga Tenebrosa?

-Es un lago que se encuentra en lo profundo de Isla Leviatan, la mayoría de los marineros se meten ahí pensando que van a encontrar un especie de tesoro, pero al final jamas logran salir de ahí, y hasta ahora nadie ha vuelto jamas de ese lago.

Ambos se miraron teniendo una nueva impresíon sobre ese lugar.

-¿No estareís pensando verdaderamente en ir a examinar ese lugar cierto? Esta rodeado de calamares que os atacaran en cuanto os vean -critico Ermit sintiendose atemorizado ante la idea de creer que verdaderamente se iban a aventurar en ese lugar.

-Nos arriesgaremos -dijo Spyro tomandolo como una afirmacíon.

Ermit se llevo un disgusto al oír eso.

-Pero Spyro, ¿estas seguro de lo que dices? Nadie ha vuelto de ese lugar, y aunque intentemos de meternos ahí, ¿que crees que nos sucedera? -razono Sparx queriendo que entendiese que el riesgo que estaban tomando con esa idea.

Spyro sabía muy bien donde se estaba metiendo, entendía que podía ser peligroso, pero no podía sentir que ahí encontrarían algúna respuesta sea cual fuese.

-Tenemos que intentarlo por lo menos -acoto decidido a duras penas.

Sparx no se lo discutio, sabía bien que si su hermano quería ir a visitar ese lugar, entonces ya no podía impedirselo, era esto o nada.

-¿Sabes acaso donde se encuentra eso?

-Ni idea, pero creo que conozco a uno que si -giro lentamente la mirada hacía el hermitaño que yacía poniendo una cara de amargura delante de los dos.

Ermit les miro y supo entender bien porque le miraban.

-No. De ningúna manera -se nego sin siquiera oírles decir algo.

-Venga Ermit, te pasas aqui todo el dia intentando de proteger este lugar cuando sabes muy bien que nadie te va a venir por aqui, es un desierto, nadie se mete en los desiertos porque sabe que no encontrara nada útil, venga, ayudanos -le presiono Spyro queriendo que reconsiderase la idea de acompañarles por pura modestia.

-¿Ayudaros a cambio de qué?

-¿A cambio de qué?

-Si, si voy a unirme con vosotros en vuestra cruzada o lo que sea que tengaís, no pienso morirme por nada, quiero algo a cambio de llevaros ante ese lugar.

-Ya empezamos -se quejo Spyro acordandose de que esta era la misma situacíon que habían tenido los dos antes con Flynn, en todas era la misma, si conocían a alguién, tenían que hacer un trato con él para que se sintiese satisfecho de lo que hacía, si no, no les ayudaría en nada. Se quedo pensando en una forma de negociar con él.

-Ya se -dijo Sparx teniendo una idea-. Si nos ayudas, te demostraremos que podremos salir sanos y salvos de la Cienaga Tenebrosa, ¿que te parece?

Se quedo pensandolo detenidamente, parecía gustarle la idea, Spyro miro escepticamente a su hermano ya que parecía que estaba intentando de tomar por tonto al duende pensando en que si le proponía algo facil, lo aceptaría sin ningún problema.

-Me parece muy poco, quiero algo mas.

Sparx se quejo al no tener ningúna otra idea aparte.

-Tengo una idea -dijo Spyro ocurriendoselo algo en el ultimo momento.

-¿Cual? -se puso de brazos cruzados dispuesto a escuchar lo que tuviese que decir.

-Si nos llevas a la Cienaga Tenebrosa, te dare una de mis escamas -le propuso.

-¿Una de tus escamas? -se intereso al oír eso.

-Si, te dare una de mis escamas para que así se la puedas enseñar a los de tu especie y así hacerles saber que hay un dragon que esta luchando por la justicia -corroboro dandole una idea con tal de que la aceptase facilmente.

-Pero Spyro, ¿como vas a hacer para darle una de tus escamas? -le critico esa propuesta, al cabo del rato reconocío lo que planeaba hacer en realidad-. No lo haras.

-Lo siento Sparx, pero tengo que hacerlo, este hermitaño es la uníca forma que tenemos de llegar hasta esa Cienaga y descubrir lo que oculta.

-¿Y que pasararía si te quitases una de esas escamas? ¿Cual crees que sería el efecto secundario en cuanto te ataquen con fuego? ¿Lo has pensado siquiera?

-Si, y me da igual.

-Oh por dios Spyro, hay ocasiones en las que no te reconozco, ¿quien demonios eres en realidad? -se llevo otro disgusto, se estaba hartando de las decisiones de su hermano ya que parecía que se estaba arriesgando demasíado con todo.

-Soy un Skylander, un Skylander que esta buscando respuestas.

Siguieron discutiendo ese tema hasta que entonces Ermit les interrumpío.

-Lo acepto -dijo poniendo una cara firme como de aceptar esa propuesta.

-¿En serio? ¿Nos ayudaras?

-Siempre y cuando cumplas tu promesa dragon purpura, porque si no es así, creeme, terminare lo que empece antes -acordo avisandole de los inconvenientes.

-Creo que lo tendre en cuenta.

-¿Sabes donde esta ese lugar?

-Se como ir hasta ahí, pero sera mejor que lo hagamos mañana, la noche es siempre mucho mas peligrosa, podemos quedarnos afuera a dormir, es mucho mas seguro -enderezo sus brazos de un lado para otro de lo cansado que estaba.

-¿Estas seguro de eso? Porque las serpientes del desierto puede que vengan a por nosotros en cualquier momento -le critico Sparx ese hecho.

-Las serpientes del desierto solamente vienen aqui de dia, de noche se quedan bajo tierra a dormir, no vendran hasta dentro de unos dias, así que podemos asimilar que hoy dormiremos tranquilamente sin ningún problema -aclaro y paso por en medio de los dos mientras salía de la caverna sin esperarles.

Ambos se miraron sin saber acaso si aquel hermitaño era demasíado impetuoso o era demasíado extravagante como para pensar que fue lo suficientemente listo como para saber todo lo que decía, pero al menos no podían quejarse de él ya que les había dado algo nuevo en lo que seguir buscando.

..

Una hora mas tarde ambos se reunieron alrededor de una fotaga que Spyro encendío con sus llamaradas interiores, el fuego les calento mientras la noche se iba enfriando cada vez mas, usaron las tiendas de campaña abandonadas como un lugar para poder acampar durante la noche, no sabían cuanto tiempo permanecerían aqui pero de lo que tenían claro era que no era seguro estar en el desierto, Artemus y Karvus ya les habían avisado de las serpientes del desierto pero tenían miedo de pensar que los tres dias que hacen las serpientes para recorrer todo el desierto entero hasta llegar aqui había terminado y podrían venir en cualquier momento, tenían que ser precavidos con eso.

Ermit aprovecho y se puso a contarles su historía, su vida en el pueblo de los duendes y de como acabo pasando a estar vigilando esa caverna, solo en un desierto del que seguramente a un loco se le ocurriria hospedarse aqui. Les conto que antes de todo había sido un agradable profesor de historía que enseñaba a los niños, trabajo 20 años y después de eso se jubilo y se puso a explorar todo el ambiente de Skylands con tal de encontrar algúna cosa que le satisfaciera, pero entonces oyo la noticia de que los maestros del portal habían muerto y eso hizo que tuviese que volver de inmediato a su pueblo ya que esa noticia indicaba que ahora nadie estaba a salvo de nadie. Pasaron unos doce años desde aquel contecimiento y hasta entonces no había hecho nada del otro mundo, se quedo viviendo tranquilamente con los suyos hasta que oyo la noticia de que unos piratas habían atacado el pueblo de los elfos indigenas y que estos se habían al no quedar nada que les sirviese para quedarse a vivir ahí, entonces los lideres del pueblo decidieron que alguién se tendría que quedar en aquel desierto vigilando de que nadie arruinase las pinturas en la caverna, y ahí entonces fue cuando Ermit decidio hacer el trabajo sabiendo que posiblemente se quedaría solo vigilando ese lugar las 24 horas del dia y sin poder irse a menos que lo hiciese por una razón importante, de todas formas lo acepto y así fue como se quedo a vivir aqui.

-¿Y has estado aqui todo este tiempo? -le pregunto Sparx sorprendido por su historía pero al mismo tiempo intrigado por ver que se había pasado los ultimos años defendiendo este lugar sin que ocurriese nada importante, estaba solo.

-Así es, no hay ni un solo dia en el que no haya bajado la guardia para nada, he sido simplemente yo y el entorno -reafirmo corroborando que verdaderamente había estado protegiendo hasta la muerte la caverna.

-¿Y no hay nadie quien te eche de menos?

-Bueno, hay unos cuantos amigos, pero seguramente ellos ya se habran olvidado de mi, es lo que se tiene cuando pasas tanto tiempo en un lugar inhospito como este -indico demostrando que sentía algo de lastima por estarse solo aqui.

Ambos se quedaron atonitos al reconocer que había alguién estando en una situacíon mucho mas deplorable que la de ambos, estar solo tanto tiempo y sin nadie con quien hablar, por eso mismo estaba tan loco, se había acostumbrado tanto al desierto que le rodeaba, que basicamente era el uníco amigo que tenía hasta ahora.

-Disculpe que te pregunte esto Ermit, pero... ¿como haz hecho para vivir hasta ahora? No veo nada que sea comestible o que haya algo de agua por algúna parte? -pregunto Spyro reconociendo que no tenía ni idea hasta ahora de como había hecho el hermitaño para alimentarse durante tanto tiempo.

-Resulta que hay un jardin con frutas y verduras al lado de un pequeño riachuelo subterraneo que se encuentra al otro lado de esa colina -confeso señalando hacía la colina que había detras suyo.

-¿De verdad?

-Si quereís, os lo enseño.

Les entusiasmaba la idea pero sabían que tenían que asegurar la fogata ya que sospechaban de que si estaban demasíado rato separados acabaría sucediendo algo malo.

-Enseñanoslo pero sin que tardemos mucho -acoto estrictamente Spyro.

-No os preocupeís, no tardare mucho -acordo y entonces ambos se marcharon siguiendo a Ermit hasta la colina.

Se metíeron en un enorme hueco que había al otro lado de la esquina y a de ahí fuera subiendo por una pendiente que parecía una escalera hecha a mano, siguieron subiendo varios metros hasta que después de estar como menos de cinco minutos subiendo sin parar salíeron al exterior y de ahí se encontraron con el jardin que había Ermit, era mas un oasis que un jardin, era todo un extremo abierto repleto de una hierba tan verde que parecía que la hubiesen pintado para que no se notase el tono artificial, había todo un cultivo de verduras y frutas que salían de una fila de tierra que salía de un huerto, y mas adelante se encontraba un riachuelo lleno de una agua tan limpia que resultaba imposible pensar que viniese de abajo de la tierra.

-¿Así es como has estado viviendo aqui todo este tiempo? -objetó Spyro viendo que tenía razón en lo que decía, estaban delante de un absoluto jardin.

-Exactamente, en cuanto encontre este jardin me puse a trabajar en él y desde entonces he estado organizando cada una de las frutas y verduras que hay por todo este extremo, no se muy bien como es que esto esta aqui, pero... me parece que hay alguién lo montó por algúna razón en especial -aclaro señalando que lo encontro de casualidad y trabajo en él para así poder seguir comiendo todo lo que había.

Ambos se pusíeron a observar con esplendor como estaba montado el jardin, se notaba que Ermit había hecho un gran esfuerzo por rediseñarlo y plantar los comestibles que necesitaba para seguir viviendo en el desierto, no entendía muy bien como era que estaba ese estanque ahí pero asumía que debía de tratarse por algún tipo de cambio en la superficie que hizo que el agua de abajo se elevase hasta llegar arriba de todo, se coloco en el borde y observo que se veía todo el valle desde ahí, incluida las tiendas de campaña con la hoguera todavía encendida, al ver la distancía que había entre la colina y la montaña que había del otro lado, se dio cuenta de otra cosa.

Se giro mirando hacía el hermitaño con expresíon seria.

-Ermit, ¿tu nos viste entrar desde aqui, verdad? -le pregunto asumiendo que así como se entero de que ellos habían entrado en la caverna.

-Y si, en ese momento yo estaba comiendo tranquilamente cuando vi vuestra aerolancha aterrizar desde aqui, ahí entonces supe que debía de actuar.

-¿Utilizas este lugar como puesto de vigilancia?

-Así es, siempre que algo malo esta por suceder, me pongo aqui y observo lo que sucede, es basicamente el uníco entretenimiento que tengo aqui, ademas de las serpientes del desierto que se meten aqui buscando agua subterranea, como esa por ejemplo -señalo el estanque tenía detras como indicando que el agua que salía de ahí, era parte de las aguas subterraneas que habían debajo de la superficie.

Los tres se juntaron y observaron el enorme esplendor de la noche, era tranquilizador el ambiente que les rodeaba que les resultaba imposible pensar que algo malo pudiese ocurrir en cualquier momento, de pronto Spyro se percato de que el fuego de la hoguera se apago, se apago como si lo hubiesen tirado encima.

-El fuego no esta -aviso extrañado.

Ermit echo una mirada y entonces dijo:

-Seguramente habran sido las serpientes del desierto, ya estan aqui.

-Ya estan aqui -se alarmo Sparx.

-Así, es ya han pasado los tres dias, se quedaran ahí buscando agua subterranea y de ahí se marcharan otra vez. Pero no os preocupeís, aqui estaremos a salvo de ellas.

-¿Y nuestras cosas qué? Estan ahí abajo.

Se quedo con los ojos abiertos al darse cuenta de eso.

-Lo siento mucho chicos, pero me parece que las serpientes van a jugar un poco con vuestras cosas -confeso señalando que ahora las cosas que habían traído en las bolsas iban a ser destruidas a causa de lo que hiciesen las serpientes.

-Genial -se quejo Sparx sintiendo que ya no había manera de que pudiesen impedir sacar sus cosas de ese lugar a tiempo.

Spyro se lo penso detenidamente, entendía que les habían avisado sobre el peligro de las serpientes del desierto, pero eso no significaba que no pudiesen defenderse de ellas, se lanzo volando y fue cayendo en picado hacía el fondo.

Levanto sus alas planeando sobre el campamento hasta ponerse delante de la hoguera, se enderezo poniendose a la defensiva, estaba decidido a enfrentarse a las serpientes para echarlas del campamento y que así no les tocasen las cosas, se puso en posicion de atacar pero no las veía por ningúna parte, no veía ningúna, se acomodo y asimilo que quizas no había ningúna serpiente y que en realidad se lo había imaginado a todo a causa del miedo por pensar que algo malo sucedería, lo dejo estar y se dispuso a marcharse pero entonces algo le agarro de la pata trasera, intento de echar volando pero le tenía agarrado con tanta fuerza que apenas podía alzar el vuelo, miro de reojo lo que tenía detras, era una serpiente del desierto que estaba enrollada en su pata e iba tironeando de él con tal de arrastrarlo con fuerza.

-¡No! -se nego a dejar que le siguiese tironeando y entonces le lanzo una enorme lla-marada que le quemo por encima de la cabeza.

El fuego quemo la cara de la serpiente y esta le solto al instante, se escondío metiendose en la tierra donde desaparecío sin dejar rastro algúno.

Spyro le resulto tan extraño ese ataque le hizo sospechar de que posiblemente la serpiente acabase volviendo, y seguramente con unas cuantas mas, se puso a mirar de un lado para otro esperando a que viniese pero no sucedía nada, entendía perfectamente que esas cosas no se iban a ir atemorizadas como si nada.

-Spyro -se giro y observo que vino Sparx sujetando a Ermit desde el aire, ambos aterrizaron en el suelo y se juntaron con él-. ¿A que ha venido que te vayas tu solo?

Se dio cuenta de que tenía razón, se había tirado del jardin para volver rapídamente al campamento sin siquiera avisarles de lo que estaba por hacer.

-Lo siento Sparx, pero tenía que impedir que estas serpientes tocasen nuestras cosas, lo lamento mucho, pero estamos siendo atacados -se disculpo con él pero no pudo evitar sentirse preocupado por lo que estaba sucediendo ahora.

-¿Has atacado a una serpiente? -le pregunto Ermit.

-Le he quemado la cara.

-Oh porras no -se alarmo llevandose la mano a la cara.

-¿Que pasa? -critico Sparx viendo que parecóa haber un problema con eso.

-Si dañas a una serpiente del desierto, toda la horda de serpientes vendran a por nosotros -admitio mostrandose euforico ante la gravedad de la situacíon.

-¿Horda? ¿Has dicho horda?

-En efecto.

Spyro quería alamarse por eso no podía, sentía una extraña perturbacíon en el ambiente y no sabía de que, se arrodillo contra el suelo y apoyo su mano encima de la tierra donde ahí escucho un extraño sonido que iba aumentando a medida que concentraba sus oidos en escuchar lo que tenía a su alrededor, era un sonido fuerte, de algo arrastrandose, y yendo rapídamente, lo sentía desplazandose sin parar.

-¿Que oyes Spyro?

-Siento algo grande, algo acercandose -esbozo intentando de asimilar lo que estaba oyendo con lo que sentía al otro lado del desierto.

-Ya vienen -dijo Ermit sintiendo lo mismo.

-¿Que podemos hacer?

-Por mi, os dejaría solos para que las serpientes os coman, pero si teneís algúna idea, a mi no me importa escuchar toda cosa absurda que tengaís en la cabeza -comento Ermit dejando claro que estaba abierto a cualquier sugerencia sin importar la que sea.

Ambos se miraron escepticamente al saber muy bien lo que tenían que hacer.

-Cojamos las cosas y marchemos dentro de la caverna -propuso seriamente Spyro.

-Ah no, de eso si que no.

-¿Y porque no?

-Si esas serpientes os intentan de cazar acabaran metiendose de algúna manera y ahí tendremos un gravisimo problema, no pienso dejar que arruineís las pinturas que hay dentro -rechisto Ermit negandose a dejar que se metiesen en la caverna.

-Pero igualmente, esas pinturas basicamente no representan nada, son la historía de todas las cosas que se conoce de todo el mundo, que eso se destruya no va a dar ningúna lastima -discutio Sparx ese hecho ya que no le encontraba mucho sentido.

-Para mi si -acoto estrictamente-. Los duendes adoran todas las ruinas que hay en este mundo, y lo que hay dentro de esa caverna es algo sagrado, así que no pienso dejar que lo arruineís porque sino mi trabajo estara sentenciado.

Ambos querían negarse a hacerle caso pero en cierto modo tenía razón, lo que había en esa caverna era algo sagrado y si lo rompían, iba a ser una completa irresponsabilidad de su parte que quedase destruido justo ahora, tenían que pensar en otro plan.

-¿Y que sucede con tu jardin? ¿Crees que las serpientes pueden subir esa pendiente?

-Lo dudo, pero si lo hacen, es que entonces sabemos muy poco de las serpientes -indico Ermit aceptando la propuesta a pesar de que podría fallar.

-Bien, vamos -insistio Spyro y entonces ambos se pusíeron a coger todas las cosas que habían dejado tiradas por todo el campamento, lo metíeron todo en la bolsa esperando no dejarse nada ya que no sabían que harían las serpientes con la basura que estaba tirada en el campamento, seguramente como primera medida aplastarían los tipis arruinados, pero una vez que intentasen encargarse de ellos, el daño sería mucho peor.

Las serpientes empezaron a acercarse, se veía como un extraño movimiendo ondulante venía del otro lado del desierto, todos lo vieron y aquello hizo que ambos se tuviesen que temer lo peor, una de las serpientes se acerco y salío volando de un salto que hizo ambos pudiesen ver como eran exactamente, eran enormes, de una gran anchura, tenían una coraza de color marron como la tierra, la serpiente paso encima de ellos y se metío en la tierra por el otro lado.

Se quedaron absortos al ver eso.

-¡Ahí estan todas! -anuncío euforicamente Ermit señalando la horda de serpientes que venían arrastrandose bajo tierra.

-Iros hacía la colina, yo las frenare -exigio Spyro dispuesto a enfrentarse a ellas una vez mas con tal de ganar tiempo.

-No Spyro, de ningúna te pienso dejar aqui -rechisto Sparx negandose a abandonar a su hermano para que se enfrentase él solo a todas las serpientes.

-Tu y el hermitaño apenas podeís defenderos, yo tengo mucho mas poder, las atacare con todo lo que tengo y me asegurare de que no os cojan -acoto decidido a pelear sin importar lo mucho que pierda, iba a proteger a los dos costase lo que costase.

Sparx se preocupo tanto por su hermano que no podía evitar sentir que le estaba dejando atras, quería hacer algo con él solamente para demostrar que podía hacerlo, pero viendo la situacíon en la que se encontraban, era mejor acotar las ordenes de su hermano como un verdadero lider que como un amigo apunto de hacer una tontería.

-¡Vete! -le reprocho queriendo que se marchase sin esperarle.

Sparx se marcho con Ermit y marcharon subiendo por la montaña del otro lado, Spyro se concentro y volvío a escuchar el sonido de los siseos de las serpientes, las oía moverse por debajo suyo, le estaban rodeado, eso indicaba que menos posibilidades tenía de quitarselas de encima a menos que ellas le atacasen primero, tenía que ser mas listo y aprovechar el ataque sorpresa, respiro profundamente y entonces largo una enorme llamarada mientras daba un giro completo de 360 grados alrededor suyo.

Giro como cinco veces hasta que ya no pudo seguir quemando mas, sentía que sus pulmones se irritaban a cada momento que lanzaba parte de las cenizas de su boca, le asqueaba ese sabor en la boca, volvío a recordar lo que estaba hacíendo y se fijo que había creado todo un circulo de cenizas alrededor suyo, pero no había ningún rastro de las serpientes, supuso que después se podrían haber ido pero sentía que esto había sido demasíado facil, las serpientes seguian estando aqui en algúna parte.

De pronto algo le golpeo en la cabeza hacíendo que diese una enorme vuelta por todo el suelo, se mareo con el golpe, se levanto poniendose a cuatro patas y observo que una de las serpientes estaba asomando la cabeza, le miro la cara, tenía la mandibula doblada hacía los costados de una manera que parecía indicar que estaba sonriendo maliciosamente, y los ojos eran ondulados y con un iris dorado, del msimo color de su piel, era como si aquella criatura le mirase intrigada, como si no hubiese visto algo de su especie, la serpiente se abalanzo dispuesto a atacarle pero rapídamente Spyro le lanzo una pequeña llamarada en forma de bola hacía su cara, le dio y la serpiente se quedo tan atontada que volvío a meterse dentro de la tierra otra vez.

Se enderezo poniendose a atacar una vez mas, oyo el sonido de un ciseo que venía detras suyo, rapídamente se giro y lanzo unas cuatro llamaradas hacía cuatro serpientes que saltaron de la tierra y pasaron volando por encima de él, impactaron sobre la mitad de su cuerpo y volvíeron a meterse en la tierra del otro lado.

Empezo a exhaltarse demasíado ya que no sabía que hacer, apenas podía lanzar sus llamaradas y encima estaba siendo superado en numero por un enemigo al que apenas podía vencer siquiera, necesitaba hacer algo para poder detener a las serpientes antes de que le atacasen todas juntas. Una serpiente mas paso por encima de él y le dio otro severo golpe en la cabeza que lo dejo noqueado, se recompuso pero esto ya le avisaba de que esto no iba a poder con todas ellas, tenía que largarse volando de ahí.

Echo el vuelo dispuesto a reunirse con Sparx y Ermit pero entonces algo le agarro de la cola, era una serpiente que le estaba mordiendo por detras, lo tiro al suelo y entonces todas las serpientes se juntaron viniendo hacía él, había tantas que viendolas podía reconocer perfectamente que estaba acabado.

Cerro los ojos dispuesto a morir derrotado pero entonces una imagen se le reaparecío de repente sobre su cara, era el Ojo que todo lo Ve, se estaba acercando hacía él, veía esa roca purpura agrandandose a medida que avanzaba hasta que pudo ver por completo su enorme rojo que le miraba fijamente.

Enciendete dragon, y lucha.

Aquellas palabras le hicieron reaccionar, se concentro y aquello le hizo enfadarse tanto como para hacer arder todo su cuerpo por completo, quedo envuelto en unas llamaradas que quemaron a la serpiente que estaba agarrandole por la cara, le solto y ahí entonces Spyro se enderezo poniendose a la defensiva, se concentro aún mas y lanzo las llamaradas de su cuerpo contra las serpientes que le rodeaban creando una enorme onda expansiva que se expandío por todo el area.

Las serpientes se metíeron en la tierra y de ahí se marcharon por donde vinieron.

Spyro quedo tan agotado de todo el poder que se saco del interior de su cuerpo que cayo al suelo exhausto, luego cerro los ojos quedando en una silenciosa oscuridad.

..

-Spyro, Spyro. Hermano.

Abrío los ojos de golpe y se levanto de un salto que le hizo girar en el aire.

-¿Que pasa? -reaccíon tan despavoridamente que quedo completamente acelerado.

-No pasa nada, estamos todos aqui -le consolo Spax pidiendole de tranquilizarse.

Spyro se calmo dando pequeños sorbos de aire ya que sentía que todo su cuerpo iba acelerando como si fuese una maquina viviente, asomo la cabeza y observo que todo el campamento estaba llenos de restos de cenizas y de enormes manchas negras en el suelo, todo se encontraba quemado, lo veía y no entendía porque estaba así.

-¿Que ha pasado? -pregunto intentando de entender lo ocurrido.

-Te enfrentaste a las serpientes y no se como, te encendiste quemandolas y ahuyentandolas de aqui -le aclaro Ermit.

Se puso a pensar detenidamente esa confesíon.

-¿En serio hice yo eso?

-Al parecer si -confirmo Sparx con desgana.

Se quería llevar las garras a la cabeza ya que sentía que todo su cuerpo le iba a explotar desde dentro, no se acordaba de lo que había hecho para librarse de las serpientes, y sobretodo de lo ocurrido anoche, ¿anoche? Alzo la mirada y observo que todavía era de noche, eso significaba que no había pasado mucho tiempo desde que se enfrento a ellas, ahí entonces también se acordo de que se había dormido antes.

-¿Cuanto he estado dormido?

-Una hora como mucho, pensamos en dejarte dormir pero como vimos que no parabas de ir hablando solo decidimos despertarte para averiguar lo que pasaba.

-¿He vuelto a tener pesadillas?

-No, esta vez no parabas de balbucear, Enciendete dragon, enciendete y lucha.

Entonces se acordo de lo que paso, recordo quien le había dicho eso.

-Ya se porque me encendi.

-Ha sido el Ojo que todo lo Ve, ¿verdad?

-Si, ¿como lo sabes?

-Creeme, así es como empieza, primer entras en tu dimension, te ve, luego vuelves otra vez y ahí entonces empieza a atraparte, y de ahí te habla, te habla siempre -aclaro demostrando que sabía mas del Ojo de lo que parecía.

Spyro un gemido de suspiro al no poder creerse que estuviese pasando por esto, si ya no tenía suficiente con pensar que era el heredero de la oscuridad, ahora encima le perseguia una fuerza extraña que por algúna razón le había ayudado.

-Pero no entiendo, ¿que es exactamente el Ojo que todo lo Ve? Un ser vivo -critico Sparx cuestionandose de lo que era verdaderamente aquel ser que veía su hermano.

-Nadie lo sabe con seguridad, solamente se sabe que es un ser mistico, que ha existido desde hace mucho tiempo y que solamente se lo encuentra en los sueños -comento encogiendose de hombros al no mucho detalles mas sobre el asunto.

-¿Estas diciendo que en cuanto mi hermano duerma?, ¿volvera a encontrarse con esa cosa? -dirigio una mirada lenta a Spyro del cual yacía poco preocupado por este hecho que le aterraba mucho mas a él que al que soñaba.

-Bueno -se lo penso, se dirigio hacía Spyro-. ¿Has soñado con él ultimamente?

-Creo que solamente un par de veces, ¿por?

-Entonces esta empezando.

-¿Empezando qué?

-Si el Ojo que todo lo ve se ha interesado por él, poco a poco ira metiendolo en su mundo se sueños hasta que al final vea que le sirve.

-¿Que le sirva para qué?

-Para acabar con la magia oscura de una vez por todas -admitio mostrando una expresíon seria como de estar convencido de esa hipotesis.

Los dos quedaron estupefactos al oír esa confesíon, ahora lo cambiaba todo.

Se levanto volviendo a encender la hoguera que aún quedaba en pie, se puso a raspar varias rocas y al cabo de unos segundos salío una chispa, se expandío sobre los troncos y de ahí la hoguera volvío a estar encendida como antes. Ambos hermanos se pusíeron a recapacitar sobre lo que pasaba, entendían que algo estaba ocurriendo con Spyro y no sabían si era bueno o malo, habían venido aqui a encontrar respuestas y ahora las habían hallado, pero no era lo que esperaban, habían resuelto un cierto asunto que hasta ahora no había quedado claro de que se trataba, y por lo visto, era algo que iba a durar mucho mas ya que no había manera de que terminase.

Spyro no quiso hablar del tema, se reunío con Ermit y de ahí se puso a volver a dormir pero esta vez porque verdaderamente estaba cansado y aún era de noche, se estiro sobre sus patas y luego se enrosco sobre su propio cuerpo para quedarse en una posicion comoda, Sparx no se reunío con él, se quedo donde estaba, asimilando el problema, entendía que quería preocuparse de él, pero tampoco podía estar atemorizado de cualquier cosa que pudiese empeorar la situacíon, hoy habían resuelto una pista, mañana intentarían resolver otra en cuanto encontrasen esa Cienaga Tenbrosa que les esperaba.

Se puso a dormir, y esta vez, no estaba el Ojo que todo lo Ve.