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LA PROPUESTA
Las hogueras se apagaron al cabo del rato, no quedo nada excepto un montón de escombros reducidos a cenizas, los quitaron del camino y los tiraron al pozo que había mas abajo, no les importaba siquiera que de ahí sacasen el agua potable que luego usaban los mabus para beber, ya nada importaba en este lugar, lo habían destruido todo, basicamente no dejaron ni una sola cosa en pie, del molino no quedo nada, se había quemado por completo, lo uníco que quedaba era una montaña de ladrillos carbonizados y algún que otro desperdicio organico de lo que pudiera haber tenido dentro, se aseguraron de que nada soportase el calor, en eso si que eran unos expertos los soldados trolls piromanos que iban cargando con sus lanzallamas.
La ocupacíon del pueblo ya había finalizado, cogíeron a todos los mabus y los metieron apretujados en las jaulas, habían tantos que resultaba imposible creerse que hubiesen lo suficientemente crueles como para asegurarse de que sufriesen, mas avergonzante no podía resultar lo que estaba viendo, le asqueaba, pero no podía hacer nada ya que cualquier notaría que estaba en contra de tener a esos mabus, él era el uníco con algo de cabeza y no podía demostrarlo porque sonaba a una amenaza para los demas.
Era de noche.
Lo que eso significaba que ahora todos se habían puesto a descansar sin hacer nada en el resto del dia, habían trabajado duramente en asegurarse de que este pueblo quedase destruido, sonaba ironico pero era cierto, la mayoría de los trolls se juntaron alrededor de los vehículos ya que ahí tenían mayor espacio para poder ser vistos por sus propios generales y por los demas, no querían que ningúno aprovechando que había una noche oscura algúna pudiese cometer algúna imprudencia en el momento menos inoportuno, ya tenían mas que suficiente con haber separado a las tropas. Ya ni se acordaba de eso, no tenía ni la mas remota idea de lo que le había pasado al otro equipo, se habían marchado por el otro lado y ni siquiera si habían conseguido llegar a un lugar seguro donde poder resguardarse o no, pero aunque lo hiciesen, seguramente estarían pasando por lo mismo que aqui.
No tenía ganas de comer, no tenía ganas de hablar con nadie, lo uníco que quería era estar lo mas alejado posible de los trolls que habían estado torturando violentamente a los mabus sin motivo, no se sentía orgulloso de lo que estaba hacíendo, eso ya lo había mencionado antes, pero no podía negarlo, se asqueaba de ver como una especie que se había pasado tanto tiempo siendo ignorada por el mundo, pretendía ser ahora conocida no por aportar algo útil, sino por querer conquistar todo Skylands y hacer del mundo un lugar imposible de vivir, mas vergonzante no podía resultar esta operacíon, si es que se podía llamar así.
Recorrío todo el pueblo hasta que se fijo en una casa que había al lado, estaba intacta, a excepcíon de que alguién parecía haberla roto desde dentro, había una ventana rota y los trozos estaban esparcidos por fuera, aunque estuviese oscuro se notaban, al ver esa casa le hizo acordarse a su hogar en Trollia, no era la misma, pero pensar que antes había gente viviendo ahí le hizo temerse que esta casa nunca mas tendría dueño algúno, le dio lastima, tanto que decidio meterse para comprobar como era.
Miro a ambos lados asegurandose de que nadie le estaba viendo, estaba prohibido que se metiese en una de estas casas, se lo habían avisado a todo el equipo hacía horas, pero le daba igual, como todo lo que ellos estaban hacíendo, se metío abriendo la puerta del cual ya estaba abierta, la habían roto de una patada, la abrío muy despacio con tal de que ningún sonido saliese y alarmase a cualquiera, no había nadie, aprovecho y se metío dejando la puerta solamente abierta como para que se viese algo de luz, estaba tan oscuro que apenas podía notar como era el interior.
Se choco con algo.
No podía hacerlo estando a oscuras, necesitaba algo de luz, saco su linterna especial que le daban a todos los cadetes y entonces la encendío, ilumino la sala y observo con que se había chocado, era la mesa de comedor, estaba tirada en medio del camino, la habían roto y le faltaba una pata, la izquierda de la parte trasera, alzo la linterna y observo que el resto de la casa estaba igual, la habían sacado por completo, los cajones estaban abiertos, los armarios, las lacenas, todo estaba vaciado, a excepcíon de la chimenea que todavía tenía algo de leña en su interior.
Era evidente que los trolls que se habían metido para sacar a sus propietarios no querían que recuperasen nada, lo desolaron y se lo llevaron todo hacía afuera, seguramente metieron sus ropas y sus pertenencias en la hoguera donde las quemaron para que así no las recuperasen de ningúna forma, era avergonzante eso, pensar que lo tenías todo y entonces vienen unos y te lo queman para que no quede nada, esta era una de las cosas que no le encontraba el sentido, ¿porque hacía falta destruirlo todo cuando podrían hacerlo de una forma mucho mas pacifica?
La respuesta era sencilla.
A todo el mundo le gustaba ser violento con los mas pequeños.
Desde hacía años no sabía porque los trolls en vez de haber mejorado o haber arreglado sus errores, habían empeorado y se habían convertido en aquella que tanto odiaban, habían pasado de ser las victimas a ser los abusones, y de ahí los verdugos, esta vez no era ironico, sino molesto, molesto porque pensar que toda una especie que podría haber aportado algo al resto del mundo, ahora se dedidicaba a destruirlo todo solamente porque se creían que como ellos eran mas superiores, los demas tenían que sufrir por ser mucho mas inferiores a ellos.
Se puso a mirar en las demas habitacíones, miro el baño y ahí no tenía nada malo, no lo habían tocado, miro en la sala de estar y parecía que habían quitado todos los libros de las estanterias, excepto uno que estaba tirado debajo de una silla, lo agarro y observo que le habían rajado varias paginas, aquel libro no se había salvado, simplemente lo dejaron ahí para que se convirtiese en polvo. Lo dejo puesto en la estanteria ya que ese era su lugar, se fijo en que había un segundo piso, subío por las escaleras y se encontro con un pequeño pasillo que tenía dos puertas a cada lado, dos habitaciones en los costados, no sabía por cual mirar, se fijo en el lado derecho ya que ahí parecía que la habían abierto en cuanto entraron, ya asumía lo que se iba a encontrar ahí.
La abrío lentamente y descubrío que estaba todo puesto tal y como se imaginaba, era la habitacíon de dormir de los padres, habían quitado las sabanas dejando solamente el colchon del cual parecía que lo habían acuchillado con violencia, se veían las plumas y los muelles al aire, los trolls estaban tan descontrolados que hasta no pudíeron evitar destruirlo todo como para que así no pudiese usarse mas, era una locura.
Ya no podía seguir viendo esto, era demasíado, no había servido de mucho que se metiese aqui dentro, aqui lo uníco que vio era lo que ya se esperaba, tenía que irse antes de que alguién notase que estaba dentro, se puso a bajar lentamente las escaleras y volvío al salón principal, alzo la mirada y cerciono algo que le dejo perplejo.
-Hola tu -era Sturgess, le había encontrado, estaba apoyado contra la entrada mientras sostenía una petaca del cual iba dando sorbos a su contenido, apenas olía lo que había dentro pero podía asumir que se trataba de algo prohibido entre las tropas.
-Sturgess, ¿que estas hacíendo aqui? -le pregunto con tono de intentar disimular el motivo por el que se encontraba aqui dentro pero iba a resultar imposible, era evidente que le había visto y ahora iba a hacer algo con él.
-Digamos que mi maldito jefe me ha dejado un paz durante varias horas, así que he aprovechado y he cogido esto de la despensa -volvío a dar un trago de esa petaca, le dio un sorbo fuerte ya que parecía que no se lo terminaba-, y también me he puesto a buscar a tu amigo pero entonces me he fijado en ti.
-¿En mi?
-Así es, resulta que intente de hablar contigo, pero entonces vi que te estabas metiendo en esta casa y entonces he pensado, ¿porque no dejo que se quede todo el tiempo que quiera aqui dentro y luego le descubro con las manos en la masa -aclaro demostrando que ya tenía pensado algo para así inculparle.
Trago saliva al sentir que estaba en un aprieto.
-¿Que estabas hacíendo aqui? -dio un paso al frente.
-Creía haber oído algo sospechoso, así que me he metido aqui dentro para ver de que se trataba, pero resulta que no hay nada -fue lo mejor que se le pudo ocurrir decir para que pareciera que estaba hacíendo algo útil en vez de lo contrario.
-Mentira.
-¿Como? -fruncío extrañado el ceño al oír eso.
-Te conozco Thorne, y se muy bien lo que pretendes.
-Yo no pretendo nada -se puso a andar hacía atras al ver que Sturgess se estaba moviendo en circulos alrededor suyo. Tenía que tener cuidado con lo que decía.
-Se a que has venido aqui en realidad, tu no has venido a capturar a un mabu, tu has venido a compadecerte -declaro mostrando una mueca empalagosa.
-¿Que? ¿Eso es una locura?
-No me mientas Thorne, te he visto antes y se muy bien que no tienes un comportamiento asesino como el de tu amigo, tu eres distinto de los demas, tu sientes lastima, te avergüenza lo que hacemos, y sobretodo, se que ocultas algo importante en ese cuello -concreto poniendo en entredicho todo lo que decía, era lo suficientemente listo como para darse cuenta que no quería lo mismo que los demas.
Aquello hizo que se atemorizase aún mas, miro por debajo suyo y noto que se veía parte del colgante que tenía atado en el cuello, sabía lo del medallon, de algúna manera lo había descubierto, intento de mantener la compostura pero no podía, ahora le aterrorizaba mas que nunca estar en esta situacíon.
Sonrio ingenuamente, con eso indicaba que lo había dicho aproposito.
-¿Y que vas a hacer conmigo?
-Por ahora nada.
-¿Nada?
-Nada, a menos que voy a acepte lo que te voy a proponer.
-¿Y que me vas a proponer que haga exactamente? Pedirme que sea tu esclavo, porque yo no pienso hacer eso -se nego rotundamente a cualquier propuesta que le propusiese, sabía muy bien que tenía algo planeado y no le iba a gustar para nada.
-No, sino algo que nos concierne a los dos.
Sintio curiosidad al oír eso.
-¿De que estas hablando?
-De Fargus obviamente -confeso con tono moderado.
Sintio ganas de reirse al oír eso ya que resultaba mas que evidente que tenía algo que ver con su amigo ya que él era quien le había arruinado la vida.
-He visto a tu amigo estar contigo y a decir verdad, tu pareciera que no quieres que este contigo, te saca de quicio que te este siguiendo.
-Solamente estoy acostumbrandome a esto, nada mas -intento de mantener la compostura ya que se notaba que pretendía contradecir sus emociones.
-Puede que te estes acostumbrando, pero eso no es motivo para reconocer que tu amigo no esta siendo una buena persona, Fargus es un salvaje, un desconsiderado, se cree que por hacerle daño a un mabu o de matarlo, ya esta por encima de todos nosotros, pero se equivoca, y por eso mismo tiene que parar -puso una mirada seria que indicaba que se tomaba bien en serio pero se notaba que lo disimulaba, no iba a caer en la tentacíon de seguirle el juego apropositamente.
-¿Parar? Tu eres el que le daño en la pierna, ¿de veras tengo que creeme eso de que te preocupas por este ejercito o de lo que hacen? -le reprocho injstificando esa acusacíon, sabía bien porque lo hacía y no se lo iba a pedir de ningúna manera.
-Me preocupa que alguién rompa las normas o de que ese tio al final acabe chivandose de algo que yo no he hecho, se muy bien que mi presencia en este lugar le incomoda y esta organizando con sus otros amigos un plan para arruinarme aún mas mi vida aqui, yo no quiero que eso, así que por eso mismo te pido que me ayudes.
-¿Que te ayude?
-Si, pero no como socios si es lo que piensas, simplemente como un par de cadetes que se hacen un favor por mera modestia, ¿lo aceptas?
Thorne no sabía que pensar, entendía bien que Fargus se estaba pasando terriblemente de la raya, pero confiar en una de las personas que mas quería muerto a Fargus, era convertirse en el peor amigo del mundo.
-¿Cual es tu idea? -le pregunto queriendo saber por lo menos los detalles de lo que tenía planeado para así no aceptar algo de lo que fuese a arrepentirse.
-Quiero que le sigas el juego a Fargus, quiero que piense que él tiene la razón en todo y que le has calado, después cuando se haya sentido orgulloso al ver creer que te ha transformado en un troll, ahí me ocupare yo para meterme en su mismo juego -aclaro demostrando que tenía un plan que sonaba bien pero se sentía que había algo mas que hasta ahora parecía estar ocultando.
-¿Que quiere decir eso? ¿Que le vas a hacer?
-Nada que le duela fisicamente.
-Pues suena que se lo vas a hacer de todas formas.
-Thorne, se muy bien que no soy la mejor persona que hay en este grupo, pero tienes que entender que yo no me comporto así porque me guste, yo he tenido una infancia bastante dura, tuve que soportar varias cosas por parte de mis padres, y justo cuando parecía que todo ese rencor que tenían ellos hacía mi habían terminado, va él y presume de ser el mejor, yo no soporto alguién que se cree así porque mi padre me enseño que él era lo mejor en todo, y lo fue, hasta que le pegue en la cara y me obligo por las malas a que me uniese a este patetico ejercito, así que puedes entender perfectamente porque hago esto y no por salirme con la mia -espeto desvelando la razón sobre porque tenía un comportamiento tan repulsivo y amargo hacía los demas.
Con eso ahora estaba como que podía entenderlo, Sturgess no lo tenía tan facil, sus padres no estaban muy orgullosos de él, y eso había hecho que tuviese un desequilibrio bastante atronador, se sentía culpable por no haberse dado cuenta de lo que le pasaba, pero eso no significaba que tuviese que confiar en él por lo que decía, podía ser verdad, pero también podía estar aprovechandose de él para así acabar con Fargus.
-¿Lo aceptas o no? -le extendío para pactar el trato.
Tenía su miedo si hacía eso, si le estrechaba la mano, no había vuelta atras.
-Lo hare, pero si descubro que estas planeando algo mas, le dire a Fargus o a algúno de los demas generales y les hare saber lo que planeas hacerle -le advirtio seriamente para que viese que no iba a rebajarse a cometer una mala decision.
-Puedes confiar en mi, pero te aviso de que si intentas también de chivarte a los demas, yo también lo hare con los demas compañeros y les hare saber que traicionaste la confianza de tu amigo para salirte con la tuya -indico demostrando que hasta él ya tenía planeado algo por si él rompía el trato.
-Yo no soy el que se quiere salir con la suya, ese eres tu.
-¿Entonces porque quieres pactar un trato con el que sabes que posiblemente acabe siendo una trampa mortal? -objetó tomandole la indirecta.
Con esto demostraba que ahora ya no tenía opcíon, Sturgess le había piesto en la cuerda floja, no le quedaba otra o sino él acabaría cometiendo la peor manera de acusar a alguién que era chivandose de estar perpetrando un crimen para agredir a un cadete, ya no podía echarse atras, era eso o nada.
Le estrecho la mano con desgana.
-Bien, ahora salgamos de aqui antes de que alguién note que no estamos -insistio cambiando rapídamente de tema como si no hubiese pasado nada.
Sintio ganas de darle un puñetazo en la cara por lo bocon que era pero sabía que eso no haría mas que empeorar las cosas, se marcho de la casa junto con él y observo que hasta ahora la cosa no había cambiado, todos los cadetes seguian aburridos sin saber que hacer, si no hacían nada violento, no tenían nada que les motivase durante el resto de la noche, otra cosa mas que indicaba lo ironico de todo esto. Se giro y observo que Sturgess se iba por el otro lado sin siquiera mirarle, era evidente que ahora que habían cerrado el pacto le daba igual estar con él o no, seguia sin confiar en él porque sentía que estaba perpetrando algo mucho mas horrible, tenía que descubrirlo de algúna forma aunque sabía que si lo hacía, él acabaría hacíendo lo que dijo antes, se chivaría a los demas de lo que estaba hacíendo y entonces todos le echarían la bronca simplemen-te por el hecho de haber hecho un pacto traicionero.
Se quejo al sentir que estaba cometiendo un error.
Fue recorriendo todo el pueblo otra vez buscando algo que le distrajese de todos sus problemas, pensaba en intentar de buscar a algúnos de sus otros amigos, pero sabía que si iba con ellos, también estaría Fargus y no quería hablar con él, no quería hablar con nadie que le siguiese contando del mismo tema de hoy, necesitaba alejarse de todo eso, se alejo del grupo de cadetes que habían acampado delante de los vehículos pesados y se dirigio hacía otro grupo de cadetes que se estaban comiendo tranquilamente en la parcela que había debajo del huerto quemado, resultaba increible que estuviesen sentados al lado que ellos mismos habían carbonizado, pero para ellos ahora todo iba a ser normal durante las proximas semanas.
No podía sentarse ahí, olía el olor a quemado que salía de las plantas quemadas y era horrible, no entendía como hacían para aguantarse el olor pero era despreciable, era como oler un estanque repleto de cadaveres junto con una montaña de abono de animales, se marcho dispuesto a alejarse lo suficiente de ese inmundo olor.
Busco otro lugar para sentarse pero no veía ningúno, podía sentarse en los escalones de las entradas de las casas pero eso no sabía si estaba prohibido o no, igualmente él ya había roto las normas al meterse en una casa mabu, así que esto no podía resultar mucho peor, pero ahora no podía meterse en mas problemas de los que ya estaba, tenía que evitar este tipo de actos a toda hora si no quería ser descubierto.
Paso de estar delante del pueblo y volvío por donde vino, se dispuso a juntarse con los soldados que estaban cenando delante de los tanques y los demas vehículos, pero en cuanto volvío, se percato de algo en lo que antes no se había fijado, había un grupo de trolls sentados delante de una mesa de madera, estaban escribiendo algo, se intrigo al ver eso, se acerco y se puso a mirar lo que hacían, iban escribiendo con una pluma del cual le iban poniendo en la punta de debajo una pequeña gota de tinta negra en un bote que tenían colocado al lado, lo hacían sobre una hoja de papel bien alargada.
-Tu -oyo que alguién le llamaba.
Levanto la vista observando quien le llamo, era un troll que estaba sentado al lado del que estaba viendole escribir tranquilamente.
-¿Quieres escribir? -le pregunto.
-Escribir, ¿qué?
-Estamos hacíendoles cartas a nuestros familiares, se las damos a un troll que esta con los generales y de ahí luego mandan a una pequeña aerolancha para que se lleve la bolsa con todas las cartas, y después de eso el sistema de correos se ocupa de enviar las cartas a la persona correspondiente -explíco el troll que tenía delante suyo, eso indicaba que si podían enviarles cartas a sus familiares.
-Si quieres hacerlo ahora sera mejor que te des prisa, en cuanto nos den la orden de ir a dormir, ya sera demasíado tarde.
Con eso dejaba claro que no podía perder esta oportunidad, tenía que hacer una carta y mandarsela a su madre para que así ella supiese que estaba bien, después de eso le enviaria una carta explicandole todo lo que sucede en casa, con eso podía saber si la abuela se encontraba bien o no, tenía que aprovecharlo.
-¿Hay hojas? -se dispuso a hacerlo.
-Si, toma una -le paso el tercer troll que estaba en el otro extremo de la mesa, la cogío de una pila de hojas que estaba en medio de la mesa sujeta por un pisapapeles.
La agarro y se sento en el otro extremo que no había ndie, agarro una de las plumas que había colocadas dentro de un alargado bote, uso la tinta que tenía el otro troll para ponerle en la punta de la pluma, sabía muy bien lo que iba a escribir en la carta.
Querida madre.
Han pasado varios dias desde que me fui de casa para unirme al grupo de cadetes troll, el viaje ha ido bien, un poco ajetreados los trolls que hay aqui metidos dentro pero al menos la cosa se ha tranquilizado un poco, Fargus esta como siempre, obsesionado con la idea de pensar que si lo ascienden a general, se convertira en un ancestro o algo parecido, he hecho también algúnos amigos por aqui, la mayoría son todos muy ruidosos, pero por lo menos son buena gente, estan como yo, muy poco orgullosos de participar en esto ya que hemos tenido que hacer todo tipo de demostraciones militares para hacer ver a los demas cadetes como funcíonan las cosas aqui, no es que sean todos muy estrictos, pero cada uno tiene su propia manera de dirigir a un todo un ejercito.
Lamento mucho no haberte enviado una carta antes, es que apenas se muy bien como son las cosas aqui, hasta ahora lo uníco que me han dicho es que no me meta en problemas y que respete las normas, eso tu ya me lo enseñaste hace mucho tiempo, pero ahora que no te tengo aqui, me siento mas desconfiado que nunca de la gente, no es que te necesite ahora, pero si necesito que alguién me de confianza para saber que volvere sano y salvo a casa. Si fuese por mi te diria lo que hemos hecho a lo largo de todo este trayecto por Skylands, pero como no quiero preocuparte, mejor no te digo nada excepto diciendote que posiblemente durante las proximas semanas, no logre ser el mismo de antes, este viaje esta apunto de convertirme en una persona distinta, y eso me da miedo porque no se si me convertire en alguién parecido a Fargus, o en alguién parecido a papa cuando se marcho para no volver nunca.
Quisiera saber también como esta la abuela, llevo sin saber muy poco de ella y no se si aún sigue viva o no, se muy bien que el Trollerum le esta dañando a un mas el cuerpo, puedo asimilar que no durara una semana entre que te envie este mensaje y lo que te dure en llegar, no me hace falta despedirme de ella, ya lo hizo el dia en que me marche, pero al menos quisiera saber si dice algo mas importante que necesite saber ahora, ella es una de las pocas personas que aún me siguen protegiendo, y me enorgullezco de eso, me enorgullezco de todo lo que hizo por mi a lo largo de estos ultimos años, no he dudado de ella en ningún momento, lo se muy bien porque es mi abuela.
No se que hare ahora Mama, pero te lo digo de corazon por si después de esta carta no consigo salir con vida, te quiero mucho y estoy orgulloso de como me has criado y de como me haz hecho convertirme en una buena persona.
Posdata, quiero saber como esta Kira, hace tiempo que no se de ella y me gustaría saber en que estado se encuentra la panaderia de su padre, no quiero que me digas si es algo malo o no, solamente dime como esta ella y su familia.
Te quiere, Thorne, tu hijo.
Se puso a llorar al reconocer que haber escrito esta carta le hizo darse cuenta de que estaba mucho mas triste de lo que pensaba, se quito las pequeñas lagrimas que le iban cayendo de los ojos y luego doblo la carta sintiendo que había hecho lo correcto, le pregunto a los demas trolls sobre donde debía entregar las cartas, el segundo que estaba del otro extremo le señalo que había un troll que estaba organizando todas las cartas poniendoles los sellos y metiendolas en sus respectivas bolsas, les agradecío y entonces se marcho siguiendo las indicaciones de los tres.
Dio media vuelta a todo el campamento y se encontro con un troll obeso sentado sobre una silla, tenía una delante una mesa con una caja de carton llena de sellos con el logotipo del sistema bancario troll, cogío un pequeño pincel de punta fija y le fue poniendo una pequeña dosis de pegamento liquido que estaba metido dentro de un pequeño bote aplanado, fue pegando los sellos en la punta de arriba de la izquierda y así sucesivamente. Se puso delante de él y le anuncío que tenía que entregarle la carta, se la entrego y este se lo tomo como si no le diese mucha importancía, se notaba que estaba ocupado aunque tenía un comportamiento bastante amargo, como si no estuviese contento con lo que hacía, viendo lo que hacía con las cartas podía asumir que en cuanto terminase con las que ya tenía, se encargaría de ponerle el sello a la suya y ahí entonces la metería en la bolsa para que luego se la llevasen mas tarde.
Lo dejo estar y se marcho dispuesto a hacer otra cosa, se acordo de que se encontraba en la misma situacíon que antes, no tenía ganas de hacer nada y ni de estar con nadie, solamente le importaba desperdiciar esta noche de la que seguramente tendría pesadillas por todas las cosas horribles que había visto ahora, volvío a dirigirse hacía el pequeño campamento que había delante de los tanques cuando entonces oyo algo que parecía ser alguién que le llamaba, se giro y entonces lo descubrío:
-Cadete Thorne -era un teniente troll que estaba a unos metros mas adelante.
No sabía si le estaba llamando o le estaba recriminando por algún motivo.
-¿Es usted el cadete Thorne? -le pregunto.
Se extraño de que aquel teniente le estuviese llamando de casualidad.
-Si, soy yo, ¿que pasa?
-El general Lomis quiere verle, junto con todos los demas -admitio.
Aquello lo hizo extrañarse aún mas, no sabía porque le estaban pidiendo que fuese con ellos pero podía asumir que lo hacían por lo sucedido antes con Lomis, seguramente descubrieron que estaba borracho y que él le pidio que les contase que le había encontrado en aquel estado y sin saber nada de lo que hacía, trago saliva pensando que ya había roto las normas y que iba a recibir un castigo, no sabía si huir o no, pero si huia seguramente estaría cometiendo un error ya que posiblemente fuese un malentendido y estaba malinterpretando otra cosa, era mejor que descubriese por si mismo lo que querían los generales, dejo que aquel teniente le acompañase, lo llevo al otro lado del pueblo donde no había ningún troll normal y corriente pasando por ahí, solamente veía a los lugartenientes yendo de un lado para otro cargando con cosas importantes, veía cajas de madera que conteníana algo pesado, no sabía que eran pero asumia que podrían tratarse de municiones, explosivos o algo parecido.
Fue bajando por una pendiente que daba con el huerto quemado, podía ver que mas adelante se encontraba una alargada tienda de campaña que ocupaba unos doce metros como mucho, ahí debían de estar los seis generales como mucho, no entendía como era posible que hubiesen puesto una tienda de campaña ya que estaban demasíado cerca del huerto quemado como para oler su horrible olor a plantas carbonizadas, aunque seguramente que como tenían puesta la tienda de campaña que les mantenía ocultos del exterior, no sentirian nada de lo que entraba, se podía ver algo de luz dentro, podía notar varias figuras moviendose en cada uno de los extremos, eran los camareros trolls pasandole la comida a cada uno de ellos, reunidos y cenando como los individuos superiores que podían tenerlo todo facilmente.
Se termino la pendiente y ando por un camino medio empinado pero a medida que seguia avanzando, se notaba que ya estaba recto, el teniente lo condujo hacía la tienda de campaña, abrío la cortina levantando el extremo derecho y entonces paso al otro observando enseguida el entorno en que se encontraban metidos los generales, estaban sentados alrededor de una ancha mesa que medía casi lo mismo que la tienda de campaña sino fuese porque al final de todo había un espacio de tres metros que servía para que los camareros pudiesen moverse en circulos con total facilidad, en la mesa había todo tipo de platos de manjares como frutas, carnes y algún que otro pescado enorme que ocupaba la mitad de la mesa, los generales fijaron su mirada en él como si fuese un individuo que no debía de estar aqui, se sentía un intruso descubriendo algo que no era asunto suyo.
-Señor Tumbor, le presento al cadete Thorne -le aviso el teniente apoyando sus manos encima de cada uno de sus hombros como para presentarselo oficialmente.
-¿Eres tu quien encontro al general Lomis en tan malas circunstancias? -le pregunto el general Tumbor mientras sostenía una copa que tenía dentro un vino tan rojo que brillaba con la intensidad de la luz, parecía mas sangre que un vino normal.
No sabía que decir, no tenía ni idea de si aquello era una pregunta de curiosidad o una de interrogatorio, se sentía un delincuente aqui dentro, fijo la mirada en el general Lomis, se hallaba en el extremo izquierdo de la mesa con una mirada perdida como si tuviese vergüenza de esta situacíon, era evidente que algo había pasado con él, o lo había mencionado y se avergonzaba de reconocerlo.
Tenía que responder algo antes de que se quedase indeciso ante ellos.
-Así es señor -le contesto firmemente como haría un buen cadete.
Todos se pusíeron a murmurar entre si como si fuese algo importante.
-Dejenos solos -le pidio al lugarteniente. Este afirmo con la cabeza y se dio la vuelta marchandose por donde vino dejando solo a Thorne donde estaba.
Se fijo la mirada en los seis asumiendo que le iba a pasar algo estando aqui.
-Pongase aqui cadete Thorne -le pidio el general Archivald queriendo que se sentara a su lado, le dejo un pequeño espacio sobre la punta de la mesa.
-¿Que me siente? -se sorprendío abruptamente al ver que los propios generales le dejaban sentarse, volvío a tragar saliva al cerciorarse de que aquella no era una peticion sino mas bien una orden y tenía que obedecerla estrictamente.
-Si, hagalo, sin miedo -le dejo el espacio para sentarse.
Uno de los lugartenientes agarro una silla que estaba en un rincon y se la coloco al lado de donde estaba sentado Archivald, obedecío y se sento sin ningún problema.
-¿Sabes porque estas aqui exactamente cadete Thorne? -le pregunto Kervin.
-No señor, ¿es un tipo de castigo por haberle encontrado en aquel estado?
La mayoría se rio, podían notar lo nervioso que estaba a pesar de que intentaba ocultarlo solamente por estar delante de ellos.
-No, estas aqui para agradecerte por haber encontrado a Lomis en aquellas circunstancias -aclaro demostrando que no le habían traído para castigarlo, era lo contrario-, si no le hubieses encontrado seguramente estaría muerto a causa de la paliza que le dieron esos mabus, es increible como le dieron, estaba en tal estado de shock que parecía que en realidad estuviese borracho.
Una parte de él reaccíono al ver que por momentos que parecia que se estaban dando cuenta de lo que sucedía en realidad, seguia viendo a Lomis y se encontraba con la misma expresíon indecisa como de no saber muy bien que decir al respecto.
-¿Como fue que le encontro ahí? -pregunto Herman intrigado.
Se puso a buscar una excusa para señalar que no se había metido ahí de casualidad, tenía que decir algo que sonase coherente y que pareciera realista.
-Pasaba por ahí intentando de ayudar a los demas, pero como no me encontraba a mis compañeros me meti en ese lado intentando de buscar algo útil cuando entonces oí unos gritos que venían de detras de una choza, me metí y observo como un par de mabus estaban metiendose con Lomis, él se esforzaba por lucha pero le dieron un golpe en la cabeza que le dejo vulnerable, logre espantar a los mabus y estos se marcharon, pense en intentar de avisar a alguién pero veía el estado en que se encontraba Lomis, a-sí que aproveche y decidi llevarle ante ustedes para que le pudiesen tratar -les explíco mientras se mantenía firme para que así no sospechase de que se lo estaba inventando todo, no podía dejar que lo descubriesen o sino Lomis pagaría las consecuencias.
Todos se quedaron con una mirada firme como de querer asimilar lo que decía, se notaba perfectamente que lo que había contado podía sonar verdadero o podía resultar demasíado perfecto para ser verdad, pero él les había contado así que ahora tenía que aguantarse lo que le fuesen a decir.
-Hizo bien en espantar a esos mabus -se convencío el general Kervin.
-Lo se, cualquiera lo habría hecho en esas circunstancias.
-O de haberlos matado en el momento -añadio Tumbor.
-¿Disculpeme? -se extraño ante ese ultimo comentario.
-Nada, cosas mias, siento haber dicho eso -se inmiscuyo negando ese comentario.
No sabía si aquello había sido una opinion o basicamente era otro comentario sagaz de los que siempre soltaba el general Tumbor, aquel hombre tenía una rara obsesion con la muerte que nadie se la podía negar.
-¿Se sabe acaso donde estan los mabus que escaparon? -critico el general Archivald.
-Mis hombres han peinado la zona, no han encontrado a los mabus, así que supongo que han escapado con exito de nosotros -comento el general Herman.
-O es que a lo mejor no habían mabus ahí mismo -añadio soberanamente el general Tumbor mientras volvía a sostener persuasivamente su copa en la mano.
Tanto Thorne como Lomis se alarmaron sin mostrar la mas minima expresíon que podría delatarles al oír esa opinion.
-¿Como dice general Tumbor? -pregunto expresamente el general Kervin.
-Piensenlo bien señores, porque unos mabus enclenques iban a enfrentarse a un general troll cuando todo el resto se puso a correr al pensar que les mataríamos, ¿no creeís que aqui nos estan ocultando algo? -objetó poniendose inflexible delante de todos los generales para que viesen que había algo que no cuadraba.
Todos se quedaron meditabundos ante esa suposicion ya que eso indicaba que la situacíon que se había vivido antes era mentira y que alguién estaba ocultando la autentica verdad sobre lo que sucedío exactamente, Thorne no sabía que hacer, seguia mirando a Lomis esperando que él le ayudase, pero tampoco podía, si decía algo él iba a quedar tachado por lo que sucedío en realidad y ahí entonces tampoco podría ayudarlo a él, ningúno podía ayudarse mutuamente en esta situacíon.
-Digame general Lomis, ¿que fue lo que sucedío exactamente? -se dirigio persuasivamente hacía él, se notaba que estaba mas que dispuesto a sonsacarle la verdad.
Se paso la lengua la boca, estaba pensando en una excusa.
-No lo recuerdo.
-No se acuerda o no quiere decirlo.
-General Tumbor, me parece que esta deliberando demasíado con este asunto, el general Lomis ha pasado por algo grave, lo mejor sera que le dejemos descansar durante la mayor parte de la noche y ya veremos que pasa mañana -exigio el general Herman deliberando al ver como le trataba.
-Para mañana ya entonces nos habremos olvidado del asunto, sera mejor que lo solucionemos ahora antes de que alguién cambie de tema rapídamente, y a mi no me gusta cambiar de tema cuando estoy metido en algo importante -esbozo una mueca de amargura que dejaba bien claro que estaba mas que decidido a resolver el problema.
Lomis trago saliva de los nervios que tenía, entendía que su compañero general quería ayudarle a quedar impune, pero era evidente que Tumbor no iba a terminar con todo esto, si se le metía algúna cosa en la cabeza, iba a seguir así eternamente.
-Muestreme ese golpe en la cabeza general Lomis -le exigio seriamente.
-No -se nego poniendo un tono autoritario.
-¿Como dice?
-No pienso seguir hacíendole mas caso -empujo la mesa y se hizo hacía atras, se quito el delantal que llevaba colgando entre las piernas y lo tiro al lado de donde estaba comiendo el general Kervin-. Desde que esta aqui metido en este equipo, lo uníco que ha hecho ha sido tratarnos como si fuesemos inferiores a usted, pero sabe que, usted no es nada, puede que le hayan dado algúna medalla por haber solucionado un montón de operaciones complicadas, pero esas cosas no le convierten en ningún ancestro, ni siquiera para parecerse a Kaos.
Aquella bronca que le echo dejo a todo el mundo adoninado ya que no se esperaba que al final Lomis reaccíonase de esa manera, era evidente que ya se canso de seguirle el juego a Tumbor cuando ni siquiera aportaba algo útil. Se quedo mirandole con aquella expresíon rigida como de sentirse indiferente hacía él, no estaba para nada sorprendido por su reaccíon, respiro por la nariz como si estuviese pensando en algo que decir pero al mismo tiempo se notaba que pocas ganas tenía de reprocharle.
-Muy bien -dijo, se paso el delantal por la boca para limpiarsela y entonces se levanto como si hubiese pasado por algo normal-. Eso ya me lo deja bien claro.
-¿Que queda claro? -no entendío a que se refería.
-Muy pronto lo entendera -le dio una palmada en el hombro y le dio una mirada con-fiada, luego se marcho pasando por en medio de Thorne y salío de la tienda.
Todos se quedaron indecisos al no entender que fue eso.
-¿De que se supone que estaba hablando? -pregunto el general Archivald.
-No lo se, pero ese tio tiene mas agallas que Kaos -espeto agobiado Lomis, se había sacado un peso de encima pero sentía que igualmente aún no había terminado la cosa.
Alzo la mirada y se fijo en que Thorne seguia ahí mirando, había presenciando toda la disputa entre los dos y ahora estaba que no sabía que hacer en esta situacíon.
-Puedes irte cadete Thorne, pero no le avises a nadie de lo que ha pasado, ¿entendido? -le pidio que se fuera a cambio de mantener la boca cerrada, confiaba lo suficiente con él como para saber que cumpliria con su obligacíon.
-De acuerdo señor -obedecío y se marcho firmemente de la tienda como si no hubiese pasado nada malo, quiso echar una mirada de reojo para saber lo que estaba pasando entre los cuatro generales ahí pero no lo hizo por pensar que estaba siendo desleal.
Apenas había entendido que había sido ese berrinche entre Lomis y Tumbor, se notaba que se odiaban mutuamente, y desde hace mucho tiempo, parecía que Tumbor le iba a castigar por hablarle mal pero al final no sucedío, lo que hacía que esta situacíon no tuviese mucho sentido, a menos que Tumbor no hubiese querido ponerse a pelear con él y lo hubiera desplazado a otro dia donde ahí entonces tendrían algo que mas de lo que hablar, pero igualmente algo estaba sucediendo con el general Tumbor y no sabía que era, no era asunto suyo meterse en los asuntos de los generales pero aún así podía hacerse a la idea de que la alianza con esos cinco generales no iba a durar mucho.
Se marcho de ahí y volvío con los demas trolls, la mayorían seguian con lo mismo, los que estaban junto a los tanques continuaban charlando mientras picaban algo que tenían entre manos, a pesar de la extraña conversacíon que tuvo con los generales, ahora le dieron ganas de comer algo, veía que uno de los cocineros trolls estaba entregando varios bocadillos de pan con carne dentro, no sabía de que era la carne pero por el olor le dieron ganas de comer un trozo, se puso a la fila y en cuestíon de cinco minutos ya se hizo con uno de esos bocadillos, le dio un primer bocado y le sabía suculante la carne, estaba buena pero seguia sin saber de que era, era de un tipo de carne que no ha-bía probado hasta ahora.
-¡Thorne! -oyo que alguién le llamaba de nuevo.
Quería pensar que se trataba del mismo lugarteniente de antes que había vuelto para anunciarle algo que habían decidido entre los cuatro generales pero en vez de eso volvío a oír la misma voz y reconocio de quien se trataba en realidad, era Marvus.
-Aqui -veía a Marvus junto a Oggus sentados sobre una piedra enorme con una punta alargada pero robusta, decidio ir a visitarles al ver que ahora había encontrado a alguién útil con quien charlar tranquilamente, se acerco y les dijo-. ¿Vosotros también?
Se fijo que tenían el mismo bocadillo de carne que estaban sirviendo.
-Era lo mejor que había para comer, los demas estan comiendo la misma pasta jugosa que nos han estado sirviendo estos ultimos dias -comento Marvus.
-Cada dia la hacen mas asquerosa aproposito -agregro murmuradamente Oggus, se lo tomaba como si aquello formase parte de una conspiracíon.
Se rio al resultarle gracioso ese comentario.
-¿Que te cuentas Thorne? ¿Haz hecho algo útil con tu amiguito Fargus?
-No lo veo desde esta tarde -confeso amargamente, aprovecho para sentarse al lado de los dos mientras se comía su bocadillo-. Hoy me parece que es el peor dia en que he visto a Fargus de la peor manera posible, esta tan obsesionado con querer coger a todos los mabus que pareciera que no piensa en otra cosa, ni siquiera en algo agradable.
-Yo no me lo imagino hacíendo algo agradable -opino Marvus.
-Ni yo, pero, ¿que puedo hacer para que pare? No deseo especificamente que se comporte de forma distinta, no quiero que sea otra persona, lo uníco que pido es que tenga algo de hospitalidad hacía los demas -reflexiono sobre esa cuestíon al darse cuenta de que a pesar que Fargus se estuviese volviendo como un desalmado antisociable, no le gustaba verle de otra manera a pesar de lo que era.
-No lo hagas -le aconsejo Oggus.
-¿Que no haga nada? -se quedo mirandole dubitativo ante esa mencíon.
-Fargus jamas aprendera porque tu se lo digas, tienes que dejar que él actue como quiera para que así se de cuenta de lo que hace.
-No es que no se da cuenta de lo que hace, sabe lo que hace, el problema es que se va a acabar acostumbrando tanto a eso que al final no conocera otra cosa que la violencia, y quiero que se detenga antes de que siga por ahí -reprimio insistentemente Thorne, estaba tan encaprichado con ese tema que no sabía como hacer para solucionarlo.
Los dos se miraron cercionandose de lo que pasaba con él.
-Thorne, se que quieres ayudar a tu amigo a impedir que se comporte como un demente que solamente piensa en matar, pero te lo digo con total sinceridad y porque eres un buen amigo: No todas las personas estan hechas para ser salvadas.
-¿Salvadas?
-Hay trolls buenos y trolls malos, algúnos nacen con eso o se convierten en eso a medida que van madurando o sucede algo que les cambia la vida, y me temo que Fargus es justamente eso, es alguién que nunca va a madurar, lleva la chuleria en la sangre, y alguién que se ha pasado toda su vida así, suele acabar bastante mal -inquirio Oggus hacíendole ver la diferencía que había entre lo que era Fargus y lo que él quería que fuese exactamente.
Aquello le hizo darse cuenta de que quizas tenía razón en eso, nunca en toda su vida había visto a Fargus hacíendose el bueno con alguién, con él si porque lo conocía y le respetaba, pero ahora que estaba metido en este lugar donde nadie se respetaba en absoluto, solamente iba a aumentar su nivel de chuleria de una forma mucho mayor que antes, aqui tenía todo el tiempo del mundo para comportarse como le diera la gana.
-Yo que tu me alejaría de él Thorne, nunca es bueno estar con alguién que esta dispuesto a matarse a lo tonto, quedate con nosotros, nos tratamos bien, él en cambio esta apunto de ganarse tantos enemigos que al final acabara muerto por ellos -le propuso Marvus como alternativa para que se uniera a ellos en vez de seguir estando con Fagus.
Era una buena idea que se uniese a ellos ya que hasta ahora no tenía a ningún otro equipo en quien podía confiar, los otros cadetes que estaban con su equipo querían lo que él tenía y eso le gustaba menos, luego estaba ese otro equipo al que conocía desde siempre con Fargus, apenas había hablado con ellos pero seguian estando bien, pero viendo que Fargus parecía hablar con ellos a su espalda, era mejor no involucrarse ya que no sabía si ellos iban a ser capaces de traicionarle o no.
Lo decidio enseguida, se quedaba con ellos.
Se termino lo que quedaba del bocadillo y una hora mas tarde todos los trolls se marcharon de vuelta a las tiendas de campaña para poder dormir, la fiesta había terminado, se junto con los de su equipo y entonces él se busco su litera donde tenía guardadas sus cosas, se aseguro de mirar que estuviesen, estaba todo, incluido su bloc de notas del que parecía que no le habían arrancado ningúna hoja, se acordaba perfectamente de todas sus creaciones, lo suficiente para saber que si faltaba una, entonces sabría perfectamente que algo iba mal con eso.
Se vistio poniendose el pijama para dormir, era un traje de lana que le cubría por completo el cuerpo y le daba el calor suficiente para que no tuviese frio en el resto de la noche, no era lo mas comodo que se había puesto nunca pero al menos si le calentaba de muy buena manera, todos los cadetes terminaron de vestirse y entonces se pusíeron firmes hacía el frente al ver que venía el general Lomis.
Se quedo rigido delante de ellos y entonces les dijo:
-Cadetes, mañana partiremos hacía otro pueblo que hay mas abajo de esta penumbra, no se muy bien con que nos vamos a encontrar, así que sera mejor que os pongaís a dormir lo mas pronto posible y sin ningún tipo de distraccíon, mañana nos abriremos camino un dia mas, así que por eso os necesito a todos lo mas despiertos posibles, ¿me habeís entendido? -explíco relevandoles lo que iban a hacer mañana, era evidente que esto iba a seguir hasta seguir descubriendo nuevos lugares con los que apropiarse.
-Si señor -confirmaron alzando la voz.
-Bien, ahora descansad, mañana sera otro nuevo dia -se despidio con tono de desgana y entonces se alejo desapareciendo de la tienda.
Algo pasaba con Lomis, podía notarlo, no sabía que era lo que había sucedido en aquella cena con los demas generales pero asumia que no era algo bueno, quería pensar que Lomis era una buena persona en el fondo pero se comportaba como alguién que no quería saber nada de lo que sucedía, dejo de pensar en eso, no era asunto suyo, se metío en la cama al igual que todos los demas cadetes dispuesto a dormir.
Se hizo un gran silencio en toda la tienda, no sabía si era porque todos se durmieron al instante por estar ya demasíado cansados o porque fingian dormirse de lo egoistas que eran, aquello era algo que jamas iba a entender, ¿porque todos siempre tenían que comportarse como si les importase un comino todo lo que pasaba a su alrededor? Él jamas iba a ser así, a él le habían educado y sabía muy bien respetar a los demas, pero en cambio Fargus no, Fargus acabaría echandole la bronca a todo el mundo apropositamente con tal de demostrar que seguia teniendo razón.
Dejo de pensar en esos temas y se dispuso a dormir antes de que se olvidase que mañana tenía cosas importantes por hacer, mientras mantenía los ojos cerrados, se dio cuenta de una cosa en la que no había caído hasta ahora.
-¿Como iban las cosas en el castillo de Kaos?
