Capítulo 2

Hinahoho notó como me he acostumbrado a su país con gran facilidad, y eso es porque Imuchakk, es genial, tan diferente de Parthevia, recuerdo que Sr. Darius describía que el mundo era un lugar tan diverso en todas sus historias.

Viajar es conocer y tener montones de aventuras, me encanta descubrir cosas, y en este país la gente es enorme, tanto hombres como mujeres hasta los infantes son más alto que yo.

En el mercado Hinahoho me preguntó— ¿Cómo sigue tu mejilla?

—¿Eh? —Le contesté tocándome la mejilla recordando al mocoso asesino— No es nada.

—Es extraño que un grupo de personas tan misteriosas estén tras de ti —dijo Hinahoho con curiosidad. Su rostro tan expresivo y preocupado me trasmitió la pregunta que no se atrevió a hacerme, "¿Qué hiciste?".

Me puse nervioso y decidí exponerle un poco de mi historia:

—Bueno sobre eso… en mi país constantemente me acechaban. No era la gran cosa —dije rascándome la cabeza.

—¿Hiciste algo ilegal? ¿Por qué te persiguen?—preguntó Hinahoho.

—Digamos que fui contra órdenes militares e hice otras cosas sin importancia…

—¿En qué desobedeciste? —me interrumpió Hinahoho inclinándose para estar a mi altura, colocando una mano sobre uno de mis hombros—. Ahora tiene que estar espetaste a todo clase de peligros, mandaron asesinos por ti, no puedes volver a poner un pie en tu patria ¡Quizás tengas que vivir así por el resto de tu vida! ¿No sientes miedo de eso?

Aparté la mano de Hinahoho de forma educada. Lo miré estaba sorprendido.

—Hinahoho, Solo hago lo que me parece correcto. No me importa si los demás creen que lo que hago es correcto o no. Parthevia puede perseguirme toda mi vida, si esas es la consecuencia que tengo que pagar por mis acciones, lo acepto.

Noté que Hinahoho está más impactado, no lo entiendo solo le dije que no voy a ceder en lo que creo.

—Yo… —empieza a decir Hinahoho con determinación.

—¡Oye Sinbad! ¡Por aquí! —me habla una señorita de un puesto del mercado

Volteé y vi a Hinahoho, su mirada se ha ensombrecido, porque perdió su determinación estaba a punto de decirme algo importante, ¿qué paso?

—Ibas a decirme algo. —Le dije intentando animarle.

—Lo siento… no es nada, me necesita en otro lugar… así que tú puedes tomarte tu tiempo para ver el mercado. Nos vemos.

Hinahoho se marcha mientras la mujer del mercado y otros vendedores se me acerca ofreciéndome sus producto.

Por un momento pienso en seguir a Hinahoho, pero tal vez necesite estar solo. Así que me concentro en explorar el mercado. Este sitio es asombroso.

Disfrute el día, observe todas las cosas que me rodeaban en el mercado. La gente era demasiado amable especialmente las gigantes y bellas mujeres.

Al volver a la casa del patriarca fui recibido por dos de la pequeña y bonita hermanas de Hinahoho, a las niñas les enseñé las cosas que me obsequiaron en el mercado.

—Sinbad…

—Pipirika —dije alegre al ver a la chica llegar—, ¿ya volvió Hinahoho?, quiero mostrarle todo lo que traje…

—Él se ha ido —empezó a decir Pipirika con una mueca y un tono de voz demasiado tímido para esa chica—, ha ido al calabozo…

—Iré por él —dije con firmeza.

—Espera, quizá es mejor dejarlo ir solo —dijo Pipirika frotándose la cabeza con una de sus manos—, dejo sus prendas de guerrero atrás y una carta, donde confeso lo sucedido en la cacería, que tú venciste al unicornio.

Pipirika me dio la carta. La leí mientras ella seguía hablando:

—No se siente como un guerrero, así tal vez su conciencia estará tranquila…

Arrugué la carta, recordando la conversación de la mañana, debí notar que Hinahoho no estaba de acuerdo con el trabajo en equipo que formamos para derrotar al unicornio devastador, hay poca probabilidad de que él salga vivo de esa torre.

—¿Sinbad que haces?, ¿adónde vas? —preguntó Pipirika siguiéndome a la salida.

—No voy a dejar que Hinahoho, muera —dije mientras seguía caminado.

—Los guerreros de Imuchakk son muy fuerte estoy segura de que mi hermano…

Pipirika no sabe el verdadero peligro, no importa cómo se siente Hinahoho al respecto, tengo que ayudarle, o no volverá a su casa con su familia, su hermana siente incertidumbre las olas que la rodean no mienten.

—Te equivocas, ¡los calabozos son extremadamente peligrosos! En mi país mandaron ejecitos completo a reta el calabozos y todos murieron más de 10 mil hombres en 14 años…

Continué exponiendo mi punto de vista a Pipirika por un par de minutos más, tenía que hacerla entender, para que no tratara de detenerme o en el peor de los casos de seguirme al calabozo. Jamás me perdonaría que tan hermosa mujer estuviera en peligro.

Ella intento señalar que tal vez fue cuestión de suerte que sobreviviera, pero yo que podía leer las olas del destino sabía que eso no era así, porque no soy como los demás, el destino me guía.


Nota 1: el capitulo 2 se me hizo tan corto que decidí publicarlo junto al tercer capitulo.

Nota 2: publicado el 4 de abril del 2022, editado el 8 de julio del 2022.