Capítulo 5
La anemona monstruosa fue todo un reto en el que casi me ahogué. Hinahoho y yo terminamos agotados, así que nos tomamos nuestro tiempo para recuperar el aliento. Al recuperarlo le agradecí de manera ferviente a Hinahoho por salvar mi vida, él compartió sus provisiones de viaje conmigo.
Claro que hubiera traído provisiones si cierta persona no hubiera ido al calabozo por su cuenta, pero no importa, la provisiones no fueron mi prioridad. Justo después de pensarlo, Hinahoho me preguntó por aquello precisamente.
—No empaque lo suficiente… vine con prisa —dije pensando "a salvarte".
—Tiene sentido —contestó Hinahoho con un tono de voz bajo.
Lo miré, recordé la carta que Hinahoho le dejo a su hermana y caí en cuenta de que este hombre es del tipo de personas que se preocupa por lo que puede o no puede lograr. Quiero entenderlo mejor.
—Hinahoho…¿no te gusta tu villa? —pregunté atento a su reacción.
—¿Eh? —contestó Hinahoho cambiando su mirada de cansancio a una de desconcierto. Su cuerpo pasó de estar relajado a estar tensó y en guardia.
Así que mi pregunta, sí lo sacó de su zona de seguridad, justo como pretendía. Suponía que el no odia a su villa. Y es cierto, pero tenía que preguntarlo para confirma mis sospechas.
Hinahoho se preocupa sinceramente por su futuro y el futuro de su gente, ¿no?
Es el hijo de un Rey que por lo poco que he observado, sabe lo que hace. Eso significa que Hinahoho carga con un gran peso sobre sus hombros.
Sonreí para apaciguar el desconcierto de Hinahoho y dije:
—Pienso que tu hogar es un gran lugar para vivir, tienen comida y agua en abundancia—es asombroso—. En este lugar todos parecen llevarse muy bien y eso es algo que no veía muy seguido en mi país.
—¿Nuestros países son tan diferentes? —me cuestionó el gigantón sacudiendo sus manos con curiosidad.
—Totalmente —contesté haciendo un momento de silencio—. Todo es diferente: la gente, la tierra, incluso el aire. También, claramente su Rey es diferente.
—¿Rey? —me cuestionó Hinahoho estirando sus brazos hacia arriba, antes de acomodarlo detrás de su cabeza.
—Me refiero a tu padre.
Hinahoho dejo caer sus brazos y se descojono de la risa ante de decir:
—No es cómo crees. Nosotros no tenemos un Rey como tal, claro mi padre es el Patriarca de mi Villa, pero no el Rey —se rascó la cabeza—, como lo explico, el puesto equivalente a Rey sería el Jefe Nacional.
Hinahoho me miró, yo asentí y el siguió con su explicación.
Al final de su explicación seguía con dudas, nuestras culturas son tan diferentes. Me tome un tiempo organizando lo aprendido en mi mente:
Imuchakk es una federación conformada por los 5 clanes de las Tribus Imuchakk. Ellos tiene un Jefe Nacional que es más o menos su Rey, pero a su vez cada Clan tiene un Jefe de Clan, eso quiere decir que existe en total 5 Jefes de Clanes con sus propia leyes, que a su vez tienen: Patriarcas de Villa o Jefe de Villa, de eso existen más dependiendo de cuantas Villas existan en los clanes. Esa es la posición del padre de Hinahoho.
Aunque lo que me pareció más interesante es la forma en la que manejan sus conflictos:
En primer lugar, si es un conflicto con otra Nación, o entre Clanes, entra el Jefe Nacional.
En segundo lugar, si un mismo clan tiene conflicto entre su diversas villas, el problema es del Jefe de Clan.
En tercer lugar, si el conflicto es solo de una villa, el problema es del Patriarca, por ejemplo: en el caso de la villa de Hinahoho, el problema y las leyes a aplicar son dictadas por su padre.
Quiero saber más.
—Entonces es un país… que no tiene realeza al mando ¿verdad? —concluí hablando demasiado rápido.
Tu país es genial Hinahoho.
—Es complicado, la tribu tuvo muchos conflictos entre los clanes, porque hace mucho tiempo, nosotros los Imuchakk, éramos piratas, asaltábamos las costas vecina, amenazado, matando, robando todo lo que estuviera a nuestro alcance —dijo Hinahoho y prosiguió a explicar que tan increíble y casi imposible fue que su tribu llegara unirse en un acuerdo pacifico.
Habló sobre como esta en la naturaleza de los hombres el buscar fuerza cuando hay conflictos y como son los fuertes lo que sobreviven…
A partir de ese punto en la conversación, Hinahoho divagó, pero no lo interrumpí y seguí escuchándolo, porque todo lo que me hablaba me hacía imaginarme como podían haber surgido los conflictos.
¡Nuestros pueblos son tan diferentes!
Parthevia nació porque se ganó una guerra, es un país manchado de sangre, que perdió fuerza y poder, gracias a la guerra con el Imperio Reim. Los Imuchakk también tiene un pasado sanguinario, pero ellos decidieron cambiar sus formas.
—Ya veo, gracia por compartirme tu historia, pero… ¿qué significa ser fuerte? —dije.
Continué planteándole 3 situaciones sobre la fuerza y el cómo se es fuerte:
La primera fue un cazador que caza a su presa.
La segunda situación que le planteé fue de los marineros que levantar y meter sus redes en el mar (ejemplo con el que me identifiqué por ser un marinero).
La tercer situación que planteé fue de los jefes de familia que solo quiere proteger a los que aman (por un momento recordé a mi padre cuando los soldados se lo llevaron, como una piedra que lanzó un aldeano me golpeó y mi padre arremetió, mostrando lo que la guerra le hizo a su cuerpo, y que se negaba a permitir que lastimaran a su familia).
—El uso de la fuerza difiere de persona a persona, lo importante no es solo intensificarla, sino saber que está defendiendo algo que valoras. Hinahoho, ¿nunca has pensado en los motivos por los que quieres ser fuerte?, hace un rato me ayudaste a llegar aquí, en el agua me protegiste y me salvaste de ese monstruo, —dije, sonriendo—, eso me llego al corazón, ¿no es suficiente para ti?
Dejé que él procesara mis palabras por un momento y agregué:
—Hinahoho, no lo sabes, pero tú ya eres muy fuerte, intenta usar tu fuerza en lo que realmente quieres hacer, piénsalo por ti mismo y lo hará bien —estoy seguro— así decidirá qué hacer y tus acciones siempre serán las correctas.
—Sinbad… tú —comenzó a hablar Hinahoho.
Pero el sonido de las olas me distrajo, le hice un gesto a mi amigo grandulón para que dejara de hablar.
—Escondámonos por ahora, alguien viene —susurre.
Hinahoho asistió y nos escondimos, pegándonos al suelo estábamos arriba de un precipicio, que daba al lago.
Avanzamos arrastrándonos por el suelo hacia la punta del precipicio para observa a los intrusos.
Necesitábamos tener la ventaja de campo.
Podía imaginarme que vería a cierto mocoso asesino y sus dos secuaces, porque las olas me dieron la misma sensación que anoche.
Ya están aquí, pero ¿Dónde están?
—No viene nadie —me susurró Hinahoho en mi oído.
—Vaya, vaya —esa voz es Drakon—. ¿Buscas a alguien, Sinbad?
Me siguió hasta aquí, me giré hacia arriba donde escuché la voz creída de Drakon. Lo observé parado en un pico de risco más alto que el nuestro, a su lado estaba el mocoso y sus dos secuaces. A diferencia de anoche los pude observa bien, el más alto y ancho también tenia el rostro cubierto como el mocoso. El otro muestra su rostro, en su nariz había una cicatriz en lo ancho pero su mirada se veía ingenua, como la de un tipo cualquiera no tenia un aire asesino, Al menos no en este momento.
No lo subestimes.
Esto no es bueno, tiene la ventaja de terreno.
—Ha pasado tiempo, Sinbad —continuó Drakon mientras Hinahoho se percataba de la presencia del niño asesino.
Hinahoho me preguntó si conocía a Drakon. Admitiré que no pude resistirme a negar que lo conocía, una pequeña broma no daña a nadie y me da la oportunidad (de frustrar a Drakon) de pensar cómo salir de esta situación.
—¡Desgraciado! —bramó Drakon con fuerza.
Cuidado Drakon podrías quedar afónico, pensé.
—No lo tomes en serio, era una broma —le admití—, sabía que era cuestión de tiempo, Drakon.
—Tú destino terminara en este lugar, Sinbad esta vez te matare —me informó Drakon mostrándome su lado militar o como yo lo llame en mi mente: su lado imbécil.
Drakon mientras yo me guie por las olas eso jamás ocurrirá, pensé antes de sujetar el brazo de Hinahoho (es decir abrazar su brazo) y saltar al rio.
Nota 1: Los primeros 4 capítulos fueron editados.
Nota 2: Este mes también subiré el capítulo 6, porque el anterior mes no tuve tiempo.
