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ISLA LEVIATAN
El navegante del riachuelo, un extraño gillmen marinero que surcaba las aguas con una tortuga gigante y bastante juguetona, ¿quien se lo iba a imaginar eso? No habían pasado ni diez minutos, y este extraño ser anfibio que les estaba ayudando a llegar hasta la Isla Leviatan, se había convertido rapídamente en otra persona interesante de la que descubrir muchas cosas sobre su vida.
Venía de una familia adinerada que vivia en la costa oeste del territorio gillmen, su padre era un almirante gillmen que se había pasado media vida capturando piratas que estaban en busqueda y captura, piratas que habían estado secuestrando inocentes y les robaban los suministros con tal de dejarlos lo mas pobres posibles, para muchos aquello era una injusticia, pero para su padre, era un acto de desprecio hacía la vida que existia en este mundo, y eso le enfurecía, tanto que se ponía a surcar todos los mares que habían por encima de Skylands con tal de encontrar a todos los piratas que hubiesen cometido algún crimen y se merecían algo de castigo por eso, capturo como a 45 piratas, a todos los encerro de por vida encerrandolos en carceles de maxima seguridad para asegurarse de que nunca mas volviesen al exterior y continuasen robando.
Su madre era la jefa de una compañia que fabricaba ropa y otras vestimentas que luego las vendía para todo tipo de especies que habitaban en Skylands, con eso hizo una gran fortuna ya que era una mujer decidida a hacer todas los negocios imposibles, aquello le proporciono una gran fortuna, una reputacíon que le precedía, y un hogar estable para él y su familia, no tenía hermanos, era hijo uníco, lo que significaba que toda la familia vivia en una mansíon que había ubicada en el centro del pueblo.
Los unícos amigos que tenían eran sus primos que siempre se metían con él todo el rato, aunque de vez en cuando siempre se metía con ellos con tal de vengarse, era como un juego que tenían habitualmente, se pasaban todo el tiempo peleandose con tal de averiguar quien aguantaba mas tiempo molestando que el otro, era un juego tonto pero por lo menos era lo mejor que podían hacer para demostrar que por mucho dinero que tuviesen, eran personas normales con una educacíon poco estricta.
Él soñaba con ser marinero, quería surcar los mares de Skylands para averiguar todo tipo de cosas que hasta ahora nadie hubiese descubierto, todos los veranos iba a una reserva maritima donde ahí le enseñaban a manejar todo tipo de barcos para que así pudiera saber navegar como cualquier marinero, pero nunca conseguia hacer las cosas bien, tenía una especie de maldicion con ese asunto, cada vez que se ponía en una barca o intentaba de saberse para que lado tenía que ponerse con tal de que no se le hundiese la barca, la acababa destrozando por la mitad, se avergonzaba tanto por eso que casi decidia dejar lo de la navegacíon para hacer otra cosa, pero no podía, él era un gillmen, y que un gillmen no pudiera saber navegar lo convertía en un bicho raro, y él no quería serlo, necesitaba ser mejor que eso, entonces su madre tuvo una idea.
Al cabo de unas pocas semanas de aquel ultimo incidente que tuvo en la reserva, lo llevo al otro lado del pueblo donde ahí le enseño algo que llamaban, un Estanque de Tortugas Marinas, era un lugar que servía como un acuario extendido para las tortugas marinas que usaban para los trabajos manuales subterraneos, se intereso por las tortugas pero aquello no le llamo la suficiente atencíon como para reconsiderar lo que le estaba proponiendo su madre, quería comprarle una tortuga marina para que pudiera utilizarla como barcaza y surcar los mares como él quería, no le gusto mucho la idea, decido marcharse pero entonces se percato de una tortuga a la que la estaban alimentando, se acerco y observo que aquella tortuga le gustaba mucho jugar con la comida, probo de darle y ella se puso a jugar con él lanzandole agua, le gusto tanto que cuando dejo de divertirse, sintio que tenía una conexíon especial con esa tortuga, se encaríño que pidio que su madre la comprase, cosa que hizo de buena gana.
-¿Y así fue como conociste a Torra? -le pregunto Spyro.
-Así es, me la lleve a casa, le monte una piscina y la entrene para que pudiera soportar mi peso, ¿a que si eh pequeñaja? -le acaricio el caparazon de vuelta.
Volvío a gemir mientras asomaba la cabeza.
-Desde entonces nunca nos hemos separado, hemos ido de un lado para otro viviendo todo tipo de aventuras sin parar con tal de descubrir cosas nuevas que nadie mas ha visto hasta ahora, como vosotros por ejemplo.
-¿Nosotros? -se cuestiono Sparx.
-Si, vosotros tres sois uno de los grupos mas extraños con los que me he encontrado hasta ahora, un dragon que tiene de hermano a una libélula y les acompaño un viejo hermitaño, eso si que no se ve nunca -afirmo indicando que ambos tres eran una muestra rara de un equipo formado por un grupo de seres pocos habituales, y eso para él era algo que merecía bastante la pena.
Rieron entre dientes al no saber que pensar de esa opinion.
-En realidad es una libélula que tiene de hermano a un dragon -rectifico Sparx esa mencíon ya que eso lo hacía parecer un insecto necesitado de alguién mas fuerte.
-Ah, entonces tu seras el hermano pequeño.
Aquello lo cabreo tanto que puso una mirada furiosa como de querer meterse con él pero entonces Spyro se interpuso poniendola la mano para que se tranquilizara.
-Dinos una cosa Gurglefin, si supuestamente vienes de una familia adinerada, ¿porque usas esta agua para surcar las aguas y no un bote mucho mas grande? -le pregunto Ermit dispuesto a resolver ese hecho que hasta ahora no conto.
-Pues porque me aburro, mis primos nunca querían estar conmigo en sus viajes de excursíon porque decían que yo les cortaba el rollo, y ademas, yo no quiero estar en un enorme bote para mi solo, para eso tengo a Torra, que me hace bastante compañia, yo no estoy hecho para tener ese tipo de barcos -confeso demostrando que no le gustaba mucho la idea de tener su propio barco para él solo.
-Pero aún así vienes de una familia adinerada, ¿no?
-Si, eso es cierto -afirmo poniendo un tono como de no sentirse muy orgulloso por haber contestado a esa pregunta.
Continuaron navegando por aquel riachuelo del cual la corriente se hacía mucho mas fuerte y el camino cada vez mas estrecho, empezaba a ver poco lugar donde ponerse ya que había algúnos bordes sobresalientes bastante puntiagudos que llegaban a tocarlos, Ermit se tuvo que hacer a un lado al sentir que algo le pinchaba.
-No os preocupeís chicos, el camino se ira abriendo a medida que avancemos -aviso Gurglefin avisandoles procuradamente de que no tuviesen miedo por pensar que iban a acabar hiriendose por culpa de las rocas que les daban.
-¿Cuanto falta para llegar al cruce? -pregunto Sparx.
-Creo que un par de metros, sera mejor que os agarreís, en cuanto lleguemos hasta ahí, voy a tener que hacer algo que no os va a gustar.
-¿Porque? ¿Que vas a hacer? -empezaron a preocuparse.
-¿Vamos a tomar un cruce no? Así que tendremos que tomar uno de los caminos individuales que llevan hacía donde vosotros quereís ir -dijo vacilante como si no tuviese ningún tipo de preocupacíon por lo que iba a hacer.
-¿Y que tiene eso que ver con que nos agarremos? -reprocho Ermit sin entender muy bien sus metaforas que parecían indicar algo muy poco concreto.
-Que va a ser un poco movidito -se puso a reir murmuradamente.
Ambos se dieron un intercambio de serias miradas al no saber que suponer de todo eso, era evidente que un poco loco estaba Gurglefin, aunque no les resultaba tan loco como Flynn cuando manejaba el barco, lo dejaron estar y esperaron saber con que se iban a encontrar mas adelante.
A medida que el camino se extendía cada vez mas, podían admirar que gran parte del cañon que formaba parte del riachuelo era bastante esplendido, le daba un aire bastante misterioso, como si fuera salido de uno de los libros de aventuras de Sparx, solo que este era real y no resultaba bastante halagador saber que se encontraban en un riachuelo del cual la corriente iba subiendo a medida que el dia se acaba, se notaba que ya se hacía de tarde, habían estado todo una mañana recorriendo todo aquel desierto que no se habían dado cuenta de que ocuparon todo un dia intentando de buscar el riachuelo, pronto atardecería y ahí seria cuando la corriente aumentaría y tendrían que aprovechar todas sus fuerzas para que la corriente no les tirase la tortuga, esa era la parte que menos les gustaba a los tres, pero tenían que hacerlo, para llegar a Isla Leviatan.
Después de un par de minutos, acabaron llegando al extremo que daba al cruce, era una pared de rocas estrecha que separaba el riachuelo en dos seccíones separadas la una de la otra y llevaban a diferentes caminos contrarios a cada lado, en ambas seccíones, la corriente se hacía mas fuerte provocando que eso hiciese que ambos tuviesen que tomar rapídamente una seccíon si no querían empotrarse en el medio.
-¿Estaís seguros de que quereís ir a la Isla Leviatan chicos? -les pregunto susceptiblemente Gurglefin para corroborar de que estaban de acuerdo en que tenían que tomar el camino contrario al que él quería tomar originalmente.
-Lo estamos -afirmaron ambos tres.
-Muy bien, pues entonces no me deja otra -se froto las palmas.
-¿Que vas a hacer? -le pregunto Sparx asumiendo por la forma en que dijo ese comentario que planeaba hacer algúna tontería.
-Sujetaos fuertemente -ordeno euforicamente.
Le dio un fuerte golpe de puño al caparazon de Torra, aquello hizo que ella se enfureciese y acelerase mas de la cuenta, ambos cuatro se agarraron fuertemente al propio caparazon por debajo mientras la tortuga salía disparada como un cohete acuatico, dejaron que la corriente les llevase, la siguieron hasta llegar a la seccíon derecha del cruce, volvío a dar otro golpe y la tortuga siguio su indicacíon atravesando el camino de la derecha, lo tomo y al instante la corriente se hizo mas fuerte provocando que ambos tuviesen que sujetarse con mas fuerza que antes, fue atravesando varias rocas sobresalientes que habían en medio del camino, eran obstaculos, las iba esquivando con rapidez y eso hacía que los tres perdiesen el equilibrio constantemente, Spyro clavaba sus afiladas uñas en el caparazon, eso hacía que estuviese mejor agarrado, sin embargo los demas apenas podían, casi Sparx salía volando para el otro lado sino fuera porque Ermit lo agarro a tiempo, lo metío dentro de su traje donde ahí le resultaba imposible que saliese volando de nuevo, al menos Ermit mantenía un buen equilibrio como para no salir volando para ambos lados de una forma brusca.
Siguieron avanzando con total rapidez hasta que al final mas adelante se encontraron con algo que no se esperaban encontrarse en ningún momento, era un acantilado por donde caía toda el agua del riachuelo, iba directo hacía el fondo, ambos se agarraron con mas fuerza que antes y en cuanto tocaron el borde, Torra se resbalo cayendo en picado por la catarata que había abajo del acantilado, fue cayendo varios metros hasta que al final impacto contra el agua de tal manera que un chorro de agua cayo encima de los cuatro mojandolos por el cuerpo enterio, se quejaron de lo mojados que estaban.
La corriente se termino y fueron avanzando con total tranquilidad por un pequeño lago abierto en forma de circulo ovalado que contenía un jardin circular alrededor de todo el borde, era un aro de hierba bien verde con algúnas flores silvestres de colores chillones que recibian parte del agua que caía de la cascada de mas atras, era rarisimo ver eso ya que todo el area era rocosa y apenas había algo de naturaleza, ambos asumieron que debía de tratarse de un pequeño bosque de plantas que había oculto a los lados pero como la corriente estaba en el medio, era imposible saber lo que había a los alrededores ya que todo estaba repleto de montañas de rocas y tierra seca.
-¿A que ha estado bien chicos? -pregunto vacilante Gurglefin.
-Si con bien quieres decir que casi nos matamos en el camino, entonces me parece que te has equivocado de persona amigo anfibio -espeto incredulamente Sparx, se quito el agua que se le había metido en el interior de los orificios de sus orejas.
-¿Es este el camino que lleva a Isla Leviatan? -inquirio Spyro queriendo corroborar de que el gillmen había tomado la opcíon correcta después de todo.
-Lo he hecho, este es el camino que lleva directamente a la Isla Leviatan -reafirmo el gillmen justificando que no incumplío su trato con ellos.
Suspiraron aliviados de ver que confiaban en él después de todo.
-¿Pero donde estamos? -critico Ermit mirando el paisaje en el que se encontraban.
Habían pasado de estar en ese pequeño jardin circular, a meterse de vuelta en otro camino cerrado con las paredes muy estrechas y puntiagudas, era tan altas los pinos de roca que tenían arriba de todo que les tapaba la luz del sol, parecía una tarde lluviosa en un dia de otoño, era increible el cambio por el que habían pasado.
-Pronto se hara de noche -dijo Spyro.
-¿Tu crees? -se cuestiono dudosamente Sparx, no habían pasado ni la hora para el atardecer y ya parecía que todo oscurecía de repente.
-La Isla Leviatan se encuentra en una zona tormentosa llena de nubes negras que ta-pan la mayor parte de la luz, así que sera como entrar en el reino de los muertos en vez de en un puerto pirata -comento el gillmen navegante.
-¿Estas diciendo que ese lugar siempre esta de noche?
-Bueno, no siempre, algúnas veces las nubes se van, pero en otros momentos, las nubes regresan y vuelven a tapar el cielo, creedme, ese lugar esta tan abandonado por los ancestros que ni siquiera dejan que a sus propios habitantes les den algo de luz de sol -aclaro señalando que se estaban metiendo en un lugar tan oscuro y hostil que hasta el propio clima los encerraba a todos en la oscuridad absoluta.
Aquello nos les aliviaba saber eso ya que si estaban apunto de meterse en un lugar repleto de seres hostiles, significaba que pronto iban a ver problemas, era imposible no evitarlos, dentro de poco ambos estaban apunto de convertirse en forasteros en una tierra prohibida, y cuando unos seres que nadie conoce se meten en un lugar como este, es muy simple llamar la atencíon de todo un pueblo maquiavelico.
El camino estrecho siguio avanzando y no parecía cambiar nunca, era todo el tiempo el mismo cañon repleto de montañas puntiagudas que tapaban el cielo provocando que parecía que era mucho mas tarde de lo que se veía a primera vista. Las montañas punti-agudas empezaron a desaparecer dejando un espacio muy abierto en el cielo, pero en cuanto avanzaron otros metros mas, unas extrañas nubes negras empezaron a aparecer de la nada y dejaron a todos con la rara sensacíon de que se había vuelto de noche al instante en tan poco tiempo, al final Gurglefin tenía razón, se estaban acercando a la Isla Leviatan y estaba llena de nubes negras que dejaban al pueblo en la oscuridad de una noche eterna. Se oyeron truenos, venían de las nubes, eran fuertes, sonaban como si alguien estuviera dando un fuerte puñetazo a las nubes y estas hiciesen que saliesen truenos por debajo, intentaron de ignorarlos de lo fuerte que sonaban, era molesto tener que estar hacíendo un viaje tranquilo y se escucho un sonido atronador que daba muy malas sensacíones a lo largo de todo el trayecto.
Se hizo tan pronto de noche que Sparx y Ermit se durmieron del aburrimiento que tenían por estar recorriendo todo el trayecto tan tranquilamente, se durmieron sentados en sus respectivos lugares encima de la tortuga mientras Spyro y Gurglefin continuaban con la misma marcha que iban hasta ahora, los truenos continuaron pero eso no parecía importar a los otros dos que se durmieron enseguida del cansancio que tenían.
Se puso a mirar fijamente a Gurglefin, para ser un gillmen se le daba bastante bien esto de navegar con una tortuga, se notaba que lo había practicado durante muchos años, iba sereno y mirando al frente sin pensar en nada mas que en lo que pudiesen encontrarse a lo largo del trayecto, al verlo así le recordaba mucho a Gill Grunt, no era muy diferente de él, se tomaba las cosas muy en serio, no se quejaba para nada y trataba a su tortuga como algo mas que una mascota, era un amiga para él, una amiga con quien podía contar en cualquier momento y no le haría nada malo.
Torra se puso a gemir asustada por los truenos.
-Tranquilo chica, todo esta apunto de terminar -le acaricio suvamente en el cuello para tranquilizarla, eso le hizo calmarse un poco.
-¿No le gustan los truenos? -objetó Spyro.
-Las noches de tormenta nunca han sido lo suyo, sobretodo en lugares como este, por eso mismo queríamos ir por el otro lado, ahí al menos el clima esta mejor controlado que aqui -se quedo pensativo-, siento que nos vamos a meter en problemas.
-No, si puedo evitarlo -dijo exponiendo una mirada autoritaria.
-¿Que te propones hacerlo? ¿Quemarlos a todos hasta que los calamares que se encuentran ahí nos dejen en paz y así impidamos que se metan con nosotros? -puso todas las opcíones que daban a entender que iba a hacer algo inapropiado.
-No lo se.
-¿Tu no eres muy dragon que digamos?, ¿verdad?
-Estoy en ello, poco se sobre los dragones.
-¿De donde vienes en realidad?
-Eso tampoco lo se.
Ya no sabía que contestarle, era evidente que se intrigaba por conocer sus origenes al ser el primer dragon que veía en su vida que quería saberlo todo de él, pero apenas podía darle algo de informacíon porque desconocía muchas cosas de su pasado.
-¿Pero sabes donde te criaste con él, verdad?
-Si, eso lo se, en el Valle de las Libélulas, en Ala Rocosa.
-¿Acaso la gente de ahí no se dieron cuenta de que eras un dragon?
-Y no, mis padres, los padres de Sparx les contaron a todo el mundo que era un tipo de libélula que había nacido con un cierto problema fisico que me hacía distinto de los demas, y todo el mundo se lo creyo, ni siquiera en los ultimos quince años, nadie se puso a cuestionarse si yo era un dragon o no, y eso que encima yo apenas salí del valle, como para no darme cuenta de que cualquier otro podría reconocerme enseguida como un dragon y no como una libélula.
-¿Debío ser duro vivir pensando que no eras uno de ellos?
-Al principio no, pero con el paso del tiempo la cosa empezo a complicarse un poco, los niños no me hacían caso ya que pensaban que ser una libélula con patas y cuernos era producto de una enfermedad y que podría contagiarles, me dolío tanto que ni pude ir al colegio, me encerre en mi habitacíon durante varias semanas sin saber de nadie, ni siquiera de mi propio hermano que quería ayudarme.
-¿Tu hermano te trata bien?
-Mi hermano es todo un personaje, creeme, deberías estar cinco minutos con él y veras lo que es soportar alguién que no para de alardear todo el rato sobre lo bueno que es -indico echandole una mirada indirecta para que supiera como era su hermano.
-Como un pirata.
Ambos se rieron al resultarles bastante obvia esa cuestíon.
-¿Echas de menos a tu familia? -le pregunto Spyro interesado en él.
-Bastante, hace años que no los veo, ni siquiera se como esta mi padre, hace cosa de cuatro años dijo que se iba a ir al otro lado de Skylands, en pleno mar negro donde supuestamente se encuentra una de las mayores guaridas pirata de toda la historía de Skylands, decía que si destruía la guarida, los piratas no tendrían lugar donde esconderse y no les quedaría otra que meterse en las islas que ya habían sido captadas por los demas gillmens -le explíco murmuradamente para que supiera que ese asunto en el que estaba metido su padre era tan importante como sustancial para todo el mundo.
-¿Y lo consiguio?
-Jamas regreso, nunca se supo si llego hasta ahí o llego y acabo terriblemente mal -cambio su expresíon a una de disgusto y culpabilidad al recordar ese hecho.
Aquello hizo que Spyro sintiese una gran lastima hacía él, él había pasado mucho tiempo con su familia y a pesar de haberlos abandonado hace mucho tiempo, su padre se encontraba en paradero desconocido y sin saber que le ocurrío durante ese trayecto que hizo para buscar la guarida de los piratas, le daba tanta lastima que pudo evitar sentirse culpable por no haber sabido eso antes.
-Yo creo que aún sigue vivo, no puede ser que se haya perdido en pleno mar abierto, él es un buen capitan, y un buen marinero -reafirmo Gurglefin justificando que no perdía la esperanza en pensar que su padre continuaba con vida.
-O quizas atacaron su barco y a él lo capturaron -objetó concluyentemente.
-Puede ser, hay un montón de posibilidades de que indiquen lo contrario.
-Y otro montón que indiquen que posiblemente yo no encuentre la respuesta a mis origenes -indico Spyro siguiendo la misma corriente que él.
Se le quedo mirando indirectamente al ver por donde iba.
-Mira Spyro, no se muy bien que nos vamos a encontrar en la Isla Leviatan, pero te digo esto para que lo tengas en cuenta, la gente que vive ahí, es muy peligrosa y no les gusta ver un montón de forasteros como nosotros metiendonos en su territorio, así que sera mejor que mantengas las discrepancias a un lado, sigue mi consejo y te juro que tus amigos seguiran con vida. Y lo mismo para ellos -le explico razonando con él de una forma persuasiva para que supiera por donde se estaba metiendo.
Esbozo una pequeña sonrisa incredula.
-Creeme, yo no soy el que va a causar problemas ahí.
-Por favor Spyro, prometemelo, no montes una escena por lo que mas quieras, yo pocas ganas tengo de ir ahí, una vez oí que un mabu se metío ahí dispuesto a hacer el trayecto de la Cienaga Tenebrosa y jamas regreso, nadie regresa de ese lugar -apreto sus palmas en señal de insistirle con total amabilidad de que no causase ningún problema que luego perjudicase a todos de mala manera.
-¿Porque nadie regresa de ahí? ¿Que hay ahí que da tanto miedo?
-Es un camino formado por una especie niebla que cubre la mayor parte del camino, si te metes en la niebla, ya no vuelves.
Se quedo pensando en ese hecho, algo pasaba en el trayecto que provocaba que todos los marineros acabasen perdiendose en el interior del camino, primero venía la niebla, ¿pero después de eso que? ¿Que había mas adelante en el lago?
De pronto un enorme relampago los asusto a ambos.
Los dos de atras se despertaron al instante reaccíonandose bruscamente.
-¿Que ha pasado? -exclamo Ermit.
-Nos estamos acercando -aviso Gurglefin.
Agarro su remo y le dio un golpe de punta en el caparazon de Torra, aquello hizo que ella acelerase unos metros mas adelante, salíeron de aquel cañon tan estrecho en el que habían estado metidos durante media hora, pasaron por una pequeña cueva oscura parecida a la misma que habían visto antes al principio del riachuelo, duro pocos metros y en cuanto salíeron, entraron en otro riachuelo que daba un valle dividido a lo largo de dos seccíones que se extendían a lo largo de una curva que hacía girar la corriente hacía la izquierda, miraron atentamente el valle que les rodeaba, era un poco parecido al que vieron recíen, pero aqui se notaba que habían reestructurado el ambiente para que parecíera como parte de la estructura del pueblo en si.
-¿Es esta la Isla Leviatan? -pregunto Sparx.
-No, es solamente la entrada, la isla esta al otro lado -aclaro señalando la curva que parecía llevar la corriente para el otro lado.
Torra acelero y en cuanto atravesaron la curva que había mas adelante, se encontraron con un extremo que estaba dividido en el medio por una puerta blindada con un arco de acero, tenía grabados en él, uno de ellos era un calamar gigante quue extendía sus tentaculos a lo largo de todo el arco.
-¿Que es este lugar? -se cuestiono Spyro atonito al ver la puerta que tenían delante, se esperaba una entrada normal y corriente como parte del camino pero ahora parecía que se estuviesen apunto de meter en una fortaleza subacuatica.
-Es la entrada principal, hace años unos ciclopes se metíeron a robar en el interior del pueblo, sufrieron un ataque y desde entonces existe esta puerta vigilada que sirve para cerrar la entrada en caso de ataque de intrusos hostiles -explíco Gurglefin mientras señalaba a los dos vigilantes calamares que se encontraban en los postes de los costados, iban armados con dos lanzas y les miraban fijamente.
-¿Pues entonces porque no nos cierran la entrada? -critico Sparx.
-Pues porque no nos veran como una amenaza a menos que no hagamos nada sospechoso, si nos ven como una amenaza entonces no les quedara mas remedio que cerrar la puerta desde el otro lado y no podremos pasar, así han conseguido evitar un montón de problemas a lo largo de los años.
Continuaron adelante sin ningún problema, los calamares les iban mirando fijamente mientras apoyaban sus manos encima de los bordes enrejados de los postes, se notaba que no estaban muy contentos de verlos, pasaron de largo y llegaron al otro lado del riachuelo donde ahí la cosa empezo a ponerse un poco mejor.
Llegaron a un pequeño poblado dividido en dos secciones donde se podía ver toda una multitud de casas de dos pisos apiladas cerca de los bordes del riachuelo, se veían a un buen grupo de calamares pasando de un lado a otro manejando carros del cual parecían estar transportando bebidas alcoholicos o algo parecido. El lugar parecía agradable, sino fuera porque el cielo era literalmente oscuro sin que se viera una sola luz de sol o de luna, a menos que ya se hubiese puesto de noche, y también por la gente que vivia ahí, podían ver a varios calamares construyendo varias torres de vigilancia usando bastones de bambu, en cuanto se percaton de ellos se quedaron mirandoles como si para ellos, verles resultase ser una gran molestia.
-Creo que no les gustamos -dijo Ermit.
-Eso ya lo he notado -espeto indirectamente Spyro.
Continuaron avanzando doblado por varias esquinas que llevaban al otro lado del riachuelo, el camino continuaba, pasaron del camino de las casas a entrar directamente en un pequeño puerto donde unos cuantos calamares estacionaban sus barcazas en un extremo y estos se iban directamente a una taberna que había alojada en el rincon, se podían oír los sonidos de la musica y el griterio que venía de aquella taberna, ambos ya asumieron que aquel lugar era donde debían meterse todos los marineros que se metían a descansar bebiendo de todo lo que había en su interior.
Al ver esa taberna, Spyro tuvo una idea, si aquellos calamares habían estado viviendo ahí durante mucho tiempo, entonces debían de saber bastante sobre la Cienaga Tenebrosa, necesitaba informacíon sobre ese lugar y aqui lo iba a encontrar.
-Esta es nuestra parada -aviso.
-¿Como dices?
-Para aqui.
Golpeteo de vuelta el caparazon de Torra y entonces la tortuga se detuvo, se fue acercando al extremo donde estaban alojadas las barcazas, ahí ambos se levantaron y saltaron sobre el borde herboso que tenían sobre sus pies, estaba tan mojado el suelo que se notaba que aquella hierba siempre estaba mojada por ambas partes.
-¿Que hacemos aqui? -se cuestiono Sparx sin entender porque se habían detenido delante de la taberna, se seguia notando el ruido fuerte de los calamares que se la pasaban bebiendo y provocando lios, el tipico lugar donde no faltaba nada de esas cosas.
-En este lugar seguramente habra gente dispuesta a contarnos todo sobre la Cienaga Tenebrosa, necesito entender que hay después de la niebla por donde supuestamente todo el mundo desaparece -aclaro Spyro sintiendose confiado en meterse dentro.
-¿De veras te quieres meter en este tugurio? Seguramente uno de esos calamares te acabara contando cualquier trola con tal de que te la creas -le replico Ermit razonando con él para que lo tuviera perfectamente en cuenta.
-O uno de esos rumores que no se saben si son verdad o no -agrego Sparx.
-Puede ser, pero hasta el mas minimo rumor siempre acaba teniendo su parte de verdad, y yo necesito saber que hay de verdad en esa cienaga, ¿os venís o no?
-¿Pero podremos beber verdad? -inquirio Ermit, estaba desesperado por querer beberse cualquiera de las bebidas que daban en la taberna.
-¿De veras te crees que hemos venido aqui a emborracharnos? -le recrimino Sparx notando que ya cambio de interes por otra cosa.
-¿En que clase de historía nunca empieza bebiendo una copa? -objetó metaforicamente Spyro hacíendo ver que era importante que se pusíeran a beber.
Ambos se miraron indecisos al reconocer que era cierto lo que decía.
-Yo no me meto ahí -dijo Gurglefin con tono timido.
-¿Y porque no?
-¿Acaso sabeís lo que les hacen a los gillmens que no les gustan?
Decidieron ignorar eso porque resultaba muy obvia esa cuestíon.
-¿Pero estas seguro de que no te puedes quedar solamente como cinco minutos ahí por lo menos para hacernos compañia?
-No, de ningúna manera -se nego con los brazos cruzados.
Torra gimio indignada asomando la cabeza.
-¿De veras quieres que vaya con ellos? ¿Pero porque?
Le volvío a gemir en señal de exigencía.
Todos se le quedaron mirando intentando de entender lo que decía la tortuga.
-Esta bien -se quejo aceptando quedarse con ellos por algúna razón inexplicable.
Se bajo de ella y se junto con ellos, ponía una cara de tener muy pocas ganas.
-¿Que te ha dicho? -le pregunto Ermit, se quedo con las dudas.
-Dice que si no me voy con vosotros no se pondra a nadar en el siguiente extremo del camino -aclaro indicando que eso fue lo que le dijo como para que pudiese aceptar la peticion de irse con ellos por las buenas.
Sonrieron sarcasticamente al ver que se dejo convencer por una tortuga.
-Me parece que esa tortuga tiene mas agallas que un gillmen -excuso indirectamente Ermit, todos se pusíeron a reirse al ver que era ironico ese hecho.
Gurglefin se les quedo mirando con mala cara, era evidente que se estaba mosqueando con sus risas ya que le estaban humillando bastante.
-No tiene gracia -se quejo pasivamente.
Continuaron riendo hasta que de pronto fueron interrumpidos por el estrepitoso sonido de algo que les llamo la atencíon, se giraron y observaron que alguién rompío una ventana desde dentro tras haber tirado en una botella que estaba tirada en el suelo.
Ambos se le quedaron mirando atonitos por esa caotica escena.
-¿Seguro que es bueno que entremos? -se cuestiono dudosamente Ermit.
-Tenemos que hacerlo -acoto Spyro, no tenía ningún miedo a lo que fuese a encontrarse ahí, solamente le importaba obtener algo de informacíon.
Ambos cuatro se dirigieron hacía la taberna, se dispusíeron a abrir pero esta se abrío desde dentro, surgio un calamar que iba bebiendo de una enorme botella que se la metía por debajo de sus tentaculos, esbozo algo inintendible y siguio su camino como si no ocurriera nada, pasaron al interior de la taberna y se encontraron con el tipico bar de pueblo pirata que estaba lleno de calamares y mabus piratas, todos delincuentes que se habían reunido para escapar de la justicia.
El local enorme, era dos pisos, delante había una barra circular que media como seis metros, había un pequeño calamar que actuaba como el barman y les iba sirviendo las copas a todos los piratas que estaban sentados sobre varios taburetes de madera delante de la barra, a los costados habían dos alojamientos con mesas separados por una pared de marmol enrejado, habían cinco mesas grandes en los extremos, en cada uno, en la izquierda había una mesa de billar en la que varios ciclopes y algúnos cuantos mabus pirata estaban jugando, ningúno se estaba peleando por el momento ya que la mayor parte de las veces todos los que se ponen a jugar al billar acaban peleandose por cosas absurdas que siempre acaban iniciando una trifulca, en el otro lado había otro grupo de mesas pero estas estaban separadas de los alojamientos, eran mas pequeñas y no habían sillas para sentarse, adelante de todo eso se podían ver a unos cuantos calamares jugando a lanzar dardos contra una diana, lanzaron uno y todos los calamares se pusíeron a celebrar lanzando varios gritos de jubilo por haberlo conseguido.
Todo el local en si parecia sacado de las tipicas tabernas del viejo oeste, pero no cambiaba nada en comparacíon con la gente que estaba alojada aqui, todos eran delincuentes que no les importaban para nada matarse el uno al otro con tal de conseguir algo de satisfaccíon violenta. Oyeron otro extraño sonido, alzaron la cabeza fijandose en la parcela que había arriba en el primer piso, la parcela era rectangular y se podían ver a unos cuantos calamares colocados ahí bebiendo con total tranquilidad, de pronto surgio un calamar peleandose con un tiburon, un tiburon parecido a Terrafin, el calamar le golpeo en el hocico y aquello hizo que este se enfadase y le mordiese violentamente el brazo, se puso a gritar de una manera que solamente había visto un par de ocasiones.
-Creo que debería volver con Torra -dijo Gurglefin, le daba tanto miedo el aspecto del local que no pudo evitar sentir que tenía que huir de ahí.
-Tu no te marchas de aqui amigo -acoto Sparx viendo que ya planeaba huir cuando habían conseguido traspasar la puerta del local sin ningún problema.
-Venga vamos -rechisto indignado al ver que no solamente le habían obligado a meterse sino que encima ahora no le dejaban irse por las buenas.
Entonces penso por las malas.
Se hizo hacía atras dispuesto a irse sin que ningúno de los tres lo notase pero entonces Spyro salto de golpe poniendose delante de él impidiendole el paso, Gurglefin se quedo atonito al ver que había captado que se largaba.
-No lo hagas -le aviso sin siquiera reprocharselo en la cara.
-Vale -obedecío, trago saliva.
Les hizo un gesto a ambos de que le siguiesen hacía la barra, se pusíeron en un costado donde no había nadie, los tres cogíeron un taburete a excepcíon de Sparx que se quedaba flotando en el aire, el barman se les acerco y les dijo:
-¿Desean algo caballeros? -les pregunto con tono favorable.
Ambos se dieron un intercambio de miradas al reconocer que no habían pensando en nada sobre que beber, lo hacían de mentira pero aún así tenían que beber algo para compaginar con el barman o con cualquiera que los viese de suerte.
-Lo mas suave que tenga -dijo Sparx.
Se les quedo mirando con los ojos fruncidos.
-Como se nota que esta es vuestra primera vez aqui -exclamo amargamente y entonces se alejo yendose hacía el centro de la barra donde se puso a rebuscar entre las copas que tenía metidas en un pequeño alarcon de debajo del inmueble.
Mientras el barman les servía una copa a ambos, aprovecharon para mirar mas de cerca el local, la taberna en si era un lugar bastante limpio y con un muy bien diseño, tanto en las paredes como en las columnas arquitectonicas que sujetaban la parcela de arriba, pero si no fuera porque la gente se la pasaba pegandose constantemente sin parar, el lugar sería mejor de lo que era ahora, aunque no podían quejarse de ello, este lugar estaba hecho así aproposito porque era propiedad de calamares delincuentes que vivian en este lugar abandonado de la mano de los ancestros, y si alguién hiciese algo al respecto con la taberna entera, ningúno de esos piratas vendría aqui.
-Si papa y mama estuvieran aqui, seguramente nos echarían afuera antes siquiera de darnos algo de beber -comento Sparx soltando una risotada ingenua, a pesar de la mala pinta de la taberna, él parecía estar pasandoselo estupendamente.
-Podrían hacerlo pero entonces les habría lanzado una de mis llamaradas -indico Spyro siguiendole la corriente con ese comentario.
-¿Le prenderías fuego a papa y mama?
-¿Que? No, claro que no, yo jamas haría eso.
-Pues no me gustaría ver como juegas con tus poderes, Gill Grunt no te entreno para que abusaras de ellos ahora que estamos solos -indico él poniendo una cara angustiosa como de tomarse muy en serio esa cuestíon.
-Lo se, pero... hay tantas cosas que aún no se sobre los dragones, ¿como eran? ¿Acaso eran majestuosos como algúnos? ¿Eran amables?, ¿caríñosos? ¿Cuando solían usar sus llamaradas? Quiero saber todo eso -concreto Spyro todas las cosas que aún le seguian dando dudas desde que se separo de los Skylanders.
-Y lo haremos, en cuanto encontremos la Cienaga Tenebrosa.
-Si es que hay algo ahí -añadio Ermit, escuchaba la conversacíon de ambos.
Decidieron ignorarle ya que no tenía ni idea de que estaban hablando.
-Aqui teneís -regreso el barman y les sirvio una copa a ambos tres, les agrego una bebida marronezca con algo de blanco como si les hubiese echando algo de agua, se marcho y se llevo consigo la botella que contenía la bebida.
Alzaron la mirada para fijarse bien en lo que era el contenido en si.
-¿Que es esto? -se pregunto pensativamente Spyro.
-Whisky yo no creo que sea -opino Gurglefin.
-No le dijimos algo suave -indico Ermit.
-Si -confirmo Sparx.
-Pues esto me parece algo suave.
Se dieron otro serio intercambio de miradas al no saber muy bien que pensar del contenido de esa bebida, se acercaron para olerla cada uno y tenía un olor frio como si fuese algo recíen sacado del frigorifico, lo dejaron estar y se decidieron por saber quien lo probaría primero, Spyro decidio ser el primero ya que la idea había suya, cosa que todos se pusíeron de acuerdo aunque en cierto modo lo hacían por miedo a pensar que sería una horrible, eran unos aprovechados.
Spyro agarro su vaso y se dio un pequeño trago como para que se le quedase en los labios, lo desgusto pasandoselo con la lengua, se quedo un momento detenido y entonces todos se le quedaron mirando como queriendo saber a que sabía.
-Di, ¿a que sabe? -insistio desesperadamente Gurglefin.
-La verdad es que tiene un sabor bastante agridulce -confeso.
-¿Agridulce? -critico Ermit sin creerselo-. Imposible, lo pienso probar
Agarro su vaso y entonces se dio un fuerte trago, se quedo degustandolo hasta que de pronto puso una cara como si fuese a explotar, abrío la boca y echo un enorme alarido que le hacía parecer como alguién que se estaba ahogando por beberse algo fuerte.
-¿Que ha pasado? -le pregunto Sparx intrigado.
-Esta terriblemente frio, y tiene un sabor realmente extraño -comento nerviosamente mientras se ponía a toser para quitarse el mal sabor de la boca, Gurglefin le ayudaba dandole pequeños golpecitos en la espalda para tranquilizarlo.
-Pues yo también -se decidio Sparx también y entonces se dio un fuerte trago de su bebida, la desgusto un momento y se quedo con la misma sensacíon que tenían los otros, se puso a toser descontroladamente sin parar-. Esta asqueroso.
-¿Seguro? -aquello hizo que Gurglefin se pusiera a dudar sobre probarlo, dejo el vaso a un lado para no tocarlo-. Creo que mejor no lo pruebo.
-Si lo haras tramposo -Ermit se le echo en cara y agarro su vaso echandole la bebida sobre su cara para que lo degustara al igual que como hicieron los tres.
Se quedo toda la bebida en su cara y se puso a metersela dentro con la ayuda de su lengua, la desgusto un momento y acabo pasando lo mismo, sentía una enorme sensacíon asquerosa que le hizo golpear la barra de forma descontrolada.
-No puede ser verdad -exclamo terriblemente asqueado.
-Pues a mi me gusta -dijo Spyro justificando que no le sentía el mismo gusto horrible que habían sentido los tres en total.
-¿Como puede ser que tu no si esta asqueroso? -le reprocho Sparx.
-Lo encuentro agridulce, eso si, pero no como para pensar que es lo peor que he bebido nunca -volvío a dar otro sorbo de su vaso sin ningún problema.
Los tres se quejaron apartando la vista al no querer como se lo bebía.
Se giraron mirando al otro lado y ahí entonces ambos se percataron de un peculiar pirata mabu que se encontraba en uno de los rincones, estaba solo, ocupando una mesa entera, tenía en su mano un dado con el que se ponía a darle vueltas con la punta, estaba tenso y mostraba una expresíon solitaria como si estuviese aburrido, aunque notando su ceño fruncido, podía notarse que ese mabu no quería saber nada de nadie.
Ambos se miraron sintiendo que habían encontrado a un hombre lo suficientemente útil como para preguntarle por cualquier cosa, se giraron y se dirigieron hacía Spyro que había terminado de beberse aquella bebida tan fria y rara.
-Le tenemos -notifico Sparx.
-¿Que teneís?
-A él.
Se giro mirando de reojo y se fijo en el pirata mabu que jugaba con el dado.
-Ese tio, ¿que tiene?
-No lo vez, podemos preguntarle por la Cienaga Tenebrosa.
Volvío a echarle otro vistazo discreto y no le convencío mucho.
-No se, me da dudas, ¿como sabemos que no esta con nadie mas?
-Creo que ya lo vi antes, estaba hacíendo eso mismo con el dado durante un buen rato, ha venido solo, y parece que espera que suceda algo interesante -comento Ermit poniendo una mirada seria como hacerse a la idea de que ese mabu quería algo.
-Venga Spyro, vayamos a razonar con él -le animo vacilante Sparx.
-No se, mirandole bien parece una de esas personas que parece que no tienen nada que perder pero al final nos traiciona y nos mete en un lugar para morir facilmente.
-Spyro, vinimos aqui porque tu decías que querías obtener algo de informacíon, pues ahí lo tenemos, probemoslo, sino, buscaremos a otro -le presiono insistiendole de forma pasiva para que entendiera que tenían que probarlo por lo menos.
Siguio mirando aquel sujeto y no sabía que pensar, tenía aspecto de querer escuchar cualquier sugerencia pero al mismo tiempo le daba un mal presagio, estaba tan metido en sus pensamientos que no sabía si era un loco o simplemente eraalguién que se hacía parecer el interesante para conducirles a una trampa de la que no lograrían escapar. Si fuera por él no le haría caso, pero como Sparx y los otros querían hacerlo, no tuvo mas opcíon que hacerles caso e ir a hablar con él.
Ambos se levantaron de sus taburetes y marcharon lentamente a hablar con él, se pusieron delante y al instante aquel mabu se quedo mirandoles de reojo, les dijo:
-Si quereís algo de mi no obtendreís nada -dijo con un cierto tono amargo como de esperarse a saber lo que le iban a decir.
-¿Como dice? -se extraño Sparx por ese comentario.
-Se a que habeís venido -apoyo su dado contra la mesa.
-¿Seguro?
-Si -se acomodo apoyando su brazo encima de la mesa mientras extendía el resto del cuerpo a lo largo de toda la silla, tenía unos ojos penetrantes en su mirada.
Se quedaron sin saber que decirle, el hombre era intimidante en toda regla.
-¿Decís que habeís encontrado un botin lleno de oro y necesitaís a alguién que os ayude a remocarlo a tierra firme, verdad?
-No sabemos muy bien de que esta hablando.
-¿Estaís seguros?
-Si, lo estamos.
Se paso la punta de la lengua por la boca, luego se quedo pensando detenidamente.
-Esta vez no pienso picar.
-¿Picar en qué? -protesto Sparx harto de no entender de que les acusaba.
-Quereís robarme.
Ahora ambos entendieron porque los trataba así, era uno de esos que habían sido victimas de algúna estafa y ahora ya no confiaba en nadie.
-Tio, sinceramente, no queremos robarte, no somos uno de esos.
-Lo mismo dijeron los anteriores tios de ayer.
-¿De ayer?
-Todos siempre dicen lo mismo, dicen que son solamente unos inocentes pecadores que nunca en su vida han matado a una sola mosca, pero resulta que son solamente una panda de ladrones que pretenden tratarme de estupido, ¿y sabeís que? Esta vez no pienso volver a picar en todo esto, largaos de aqui si no quereís saber lo que sucede cuando me pongo a jugar con mi dedo de la suerte -explíco sincerandose con ellos de una forma bastante amarga que dejaba bien claro que no confiaba en ellos por mucho que le justificasen que era un malentendido.
Ambos se quedaron incomodos al oír eso, ningúno dijo nada al respecto, era evidente que ese comentario los dejo en mal lugar a cada uno, a pesar de que parecía que aquel sujeto no confiaba mucho en ellos, no se iban a rendir facilmente.
-Nosotros lo que tu crees que somos.
Hizo un gesto con la boca como si estuviese mascando algo.
-Demostradmelo entonces.
-¿Que te lo demostremos como?
-No se, mostradme algo que indique que sois buena gente y no una panda de ladrones que pretenden timarme -se puso de brazos cruzados esperando que les diese algo que confirmase lo contrario.
Se pusíeron a mirarse consecutivamente al no saber que hacer, el hombre quería una prueba, algo que demostrase que no eran unos ladrones, pero no tenían nada para demostrarlo, podían enseñarle cualquier cosa pero eso no asimilaría que fuese algo bueno, tenía que ser algo que hasta no le habían enseñado hasta ahora.
-¿Quieres ver algo que nunca te han mostrado antes?
-Emh... sorprendeme entonces.
Spyro se marcho alejandose del grupo, los tres se le quedaron mirando al no entender lo que pretendía hacer, Sparx se puso a seguirle para averiguar que planeaba hacer.
-Spyro, ¿que pretendes hacer?
-Demostrarle que somos los buenos.
-¿Como?
-Ahora lo veras.
Se dirigio hacía los que estaban jugando al billar al otro lado de la taberna.
-¿Alguién mas esta jugando? -le pregunto al pirata mabu que yacía tirando de las bolas de la mesa sin que nadie le estuviese siguiendo el juego.
Se le quedo mirando con una sonrisa torcida.
-Pierdete, lagarto -se nego a darle la palabra.
-Te juego uno a que te gano -le propuso competir con él.
Cambío su expresíon a una mirada de intriga.
-¿De veras quieres jugar a esto? ¿Quieres competir contra mi?
-Si, hagamos un trato, si yo gano, le das una copa a ese mabu de ahí -le señalo al sujeto mabu que yacía aún sentado en la misma silla viendo la escena-. Y si tu ganas, nos puedes dar una paliza a todos sin ningún problema.
-¿De veras quieres que te pegue a cambio de ganar?
-¿Porque? ¿Tienes algún problema con eso?
Puso una mueca lasciva como de estar riendose entre dientes, le gusto la idea.
-Muy bien, el que tire todas las bolas gana -acoto decidido a aceptar el trato.
-Bien -Spyro cogío uno de los palos y entonces se puso a jugar la partida.
El hombre recogío todas las bolas que ya había tirado antes y las puso en posicion colocandolas en una figura triangular, él dio el primer golpe, golpeo y al instante la bola de la punta del triangula se separo del resto mientras que el resto de las bolas se disolvieron alrededor de todo el campo. Le toco a Spyro, agarro el palo sosteniendolo fuertemente, esta era la primera vez que hacía esto, así que debía de tener cuidado como hacía las cosas, no podían dejar que aquel mabu no confiase en ellos.
Uno a uno fueron cayendo todas las bolas, el mabu había tirado cuatro, Spyro tres, el otro iba ganando por poco, tenía que ser mejor que él, las bolas en total eran quince, él tenía que conseguir el mayor puntaje si quería ganarle, continuaron el juego, el mabu consiguio tirar otras cuatro, no le quedaba nada para ganar, era todo un experto en esto del billar, seguramente lo iba practicando durante años, volvío a golpear y solamente consiguio darle a dos, aquello fue un fallido golpe que no debío haber hecho.
-Vas a perder muchacho, y creeme, te espera una buena -le aviso vacilante el mabu mientras le enseñaba el puño que le esperaba para darle.
Decidio ignorarle y siguio con el juego.
Tenía que intentar algo nuevo si quería ganarle, le quedaban unas cuantas bolas, necesitaba un uníco tiro y así entonces metería todas las bolas en los agujeros, pero darles a todas al mismo tiempo, era lo mas duro que se le podía ocurrir hacer ahora mismo, penso detenidamente un momento intentando de hacer que algo se le viniera a la mente, miro las bolas y la forma en que estaban colocadas, miro todos los angulos posibles y entonces se le ocurrío uno, uno que no fallaría.
-¿Te rindes? -le pregunto el jugador mabu.
-Solo si dejo de pensar -exclamo ironicamente.
Levanto el palo poniendolo en una posicion imposible.
-No le vas a dar a nada con eso -le aviso ingenuamente.
-No es con el palo a lo que tengo que dar.
Flexiono tanto el palo que se levanto y aquello hizo que cayese de punta contra una de las bolas, esta reboto por ambos dandole a todas las bolas que habían en la mesa, una por una ambas fueron cayendo hasta que al final solamente quedo una que estaba apunto de caer al agujero, ambos estaban fijos en esa bola que parecía estar apunto de caer pero se quedaba en nada, decidio darle un pequeño empujon, hizo un pequeño soplido a la bola y entonces acabo cayendose en el agujero.
Gano la partida.
-¿Pero como haz hecho eso? -se quejo el mabu al no poder creerse lo que hizo.
-Facil, con practica.
-¿Con practica? Ni de lejos, tu nunca has jugado en tu vida, seguro que haz hecho trampa, antes te he visto soplar, haz tirado la ultima pelota aproposito.
-No, he jugado bien.
-No lo haz hecho maldito lagarto -se dirigio hacía él dispuesto a atizarle.
Sparx se puso delante de él impidiendole el paso.
-Sera mejor que dejes en paz a mi hermano, ¿de acuerdo?
-Quita de aqui estupida libélulita -le dio un empujon que lo aparto de en medio.
-Sera mejor que le pagues esa copa.
-Yo no pienso pagar nada, eso lo haras tu -se dispuso a darle un puñetazo pero Spyro lo esquivo a tiempo bajando la cabeza, se quedo con el puño en el aire.
Se quedo indeciso al ver como le esquivo el golpe, no se canso y se puso a seguir hacíendo lo mismo una y otra vez como para intentar de darle en algún momento pero no pudo, al final Spyro salío volando por encima de él.
El sujeto mabu se quedo intrigado al ver como peleaba el dragon.
Se puso a girar de un lado para otro y no le vio, algo le toco la cabeza, alzo la mirada y se percato de que estaba flotando en el aire batiendo sus alas mientras le miraba con una expresíon burlona, le ato la cola al cuello fuertemente como si fuese una serpiente, con toda su fuerza lo lanzo volando al otro lado del local, se estampo contra el muro de la esquina y cayo sobre uno de los mabus pirata que estaban jugando a lanzar los dardos, fue tal el estrepito de la caída que todos los mabus que se encontraban en el local se pusíeron a mirar la escena con total expectacíon.
El jugador pirata se levanto mientras el mabu al que aplasto se levanto, al instante le dio un fuerte puñetazo en la cara que lo dejo girando sobre su propio eje, se miro la cara y observo que estaba sangrando por un labio, lo miro con rabia.
-¿Porque haz hecho eso? -le pregunto reprochadamente.
-Mira lo que me haz hecho -le señalo el dardo que tenía en la mano, se le quedo alo-jado en el hombro donde se le veía una pequeña mancha sangre en su chaqueta.
-¿Y que pasa con eso?
-¿Y que pasa con eso? Pues que ahora vas a ver tu -se abalanzo encima de él y se puso a pegarle dandole toda una serie de puñetazos que le dejaron incapaz de defenderse.
Inmediatamente todos los demas mabus pirata se dirigieron hacía donde estaban los jugadores mabus y se abalanzaron encima de ellos poniendose a pegarse por ningún motivo, era como si para ellos ver a dos mabus pelearse estupidamente era una razón para iniciar una trifulca que lo uníco que lograba era empeorar las cosas.
Todo el local estaba en guerra absoluta.
Spyro regreso hacía donde estaba el sujeto mabu que yacía aún sentado y con una expresíon de asombro, era evidente que le había calado lo que hizo antes.
-¿Que demonios eres? -le pregunto interesado.
-Soy Spyro, él es Sparx, Ermit, y Gurglefin, venimos aqui buscando alguién que nos diga cosas sobre la Cienaga Tenebrosa, ¿nos puedes decir algo? -le presento a cada uno con tal de asumir que ahora iba a confiar en ellos al ver lo que inicio.
Miro de reojo la trifulca y aquello hizo que les mirase expresamente a los cuatro.
-Aqui no -dijo, no tenía ganas de seguir en el local.
-De acuerdo -se lo acepto pasivamente, sonrío agradecido de ver que haber iniciado esa pelea aproposito había aportado algo útil a pesar de que ahora el local iba a encontrarse en las ultimas según sucediese la trifulca.
..
Los cinco se largaron del local y pasaron al otro lado de la taberna donde se encontraba un pequeño callejon que daba lugar a un aspero tunel cerrado por el que apenas se veía algo de luz, había un fondo azulado pero no se sabía si era por tener algo de luz natural o porque por el otro lado se hallaba una zona fria, se metíeron en el tunel y al cabo de un par de metros el sujeto se detuvo al instante apoyandose sobre la pared de ladrillos humeda, se quedo de brazos cruzados poniendo una expresíon inquisitiva.
-¿Quien eres? -le pregunto Sparx recordando que él no les había dicho su nombre.
-Mi nombre es Vickam, ¿que quereís preguntarme exactamente?
-Queremos saber todo sobre la Cienaga Tenebrosa.
-¿Y con todo, os referís al principio de todo, o...?
-No lo sabemos, ¿que nos puedes contar sobre esa niebla por la que pasan todos y al cabo de un rato desaparecen? -decidio empezar a preguntarle por eso primero.
-Ehm -esbozo un gemido de disgusto como si no quisiera oír nada sobre eso-. Esa niebla siempre ha estado desde hace mucho, desde antes que todos nosotros naciera-mos, muy pocos saben exactamente como es que se forma esa niebla, aunque unos pocos han deducido que se forma debido al frio que hay mas adelante en el camino.
-Como si la temperatura bajase al otro lado del riachuelo.
-No lo se, hubo una vez un mabu que quería estudiar sobre el asunto de la Cienaga Tenebrosa, decía que si encontraba la fuente de esa niebla, podría descubrir el secreto de lo que se haya al otro lado, decidio hacer el trayecto, pero jamas regreso.
-¿Nada de él regreso?
-No, nada, nada en absoluto.
Ambos se miraron intrigados al descubrir que aquella niebla era el mayor de los peligros de esa cienaga, si nadie había descubierto que era lo que había en su interior o al menos lo que había mas adelante, entonces eso significaba que podría habitar algo ahí que atacase a todos los que se metían, algo vivo que protegía el camino.
-¿Sabes si algúna vez hubo en algún tiempo pasado, meterse algo vivo y que se quedase ahí para siempre?
-Que yo sepa no, ni siquiera los demas lo saben, solamente te diran lo tipico de todos los dias, la niebla se los engulle a todos hasta su aciago fin.
-¿Pero como puede una niebla tragarse a seres vivos? -se cuestiono Gurglefin.
-Yo no creo que sea la niebla, debe de haber algo ahí, o sucede algo mas que haga que desaparezcan al instante, no puede ser que nadie en sus mil años no haya descubierto la forma de descubrir lo que hay al otro lado -critico esporadicamente Spyro sintiendo que había algo mas que hasta ahora nadie había logrado entender.
-En realidad si que hay algo mas adelante.
Fijaron una mirada intrigante en él.
-Los restos de la montaña en la que murío Malefor -declaro.
Aquel nombre hizo que todos se sorprendiesen al instante.
-¿Malefor?
-Así es, Malefor, el dragon oscuro, el que cambío Skylands para siempre.
-Eso lo sabemos, pero... ¿montaña?
-¿No lo sabeís?
-Pues no -reafirmo Sparx cercionandose de que no había nada relacionado con una montaña, ni siquiera cuando estuvieron con Ermit mencíono algo parecido a eso.
-Cuando Malefor lucho por ultima vez con los Maestros del Portal, se dice que estaba apoyado sobre una montaña, y cuando estallo en energia de magia blanca, esta montaña estallo hacíendo que un montón de restos se cayeran creando un enorme crater, la fuerza creo el riachuelo que ahora hay al otro lado de la cienaga.
Carraspearon pensativos al descubrir una cosa útil, ahora entendían porque se había formado aquel riachuelo que ahora la Cienaga Tenebrosa, pero eso no resolvía el hecho de que había una niebla asesina que se llevaba consigo a todos los marineros consigo. En ese momento Spyro dio con algo, se le vino algo a la mente, algo que había aprendido antes y le había servido de utilidad, lo tenía.
-¿Sucede algo con eso? -les pregunto Vickam notando sus miradas intrigantes.
-Si supuestamente hay un crater al otro lado de la cienaga, entonces esa puede ser la explícacion de porque se forma esa niebla -dijo Spyro teniendo una hipotesis.
-¿Se sabe como de grande es ese crater?
-Pues no, pero algúnos deducen que es bastante hondo.
-Pues entonces eso quiere decir que como el crater es bastante grande, puede llegar a tocar la superficie terrestre provocando que salgan gases calorificos que podrían alterar la temperatura, como la mayor parte de este lugar es frio, los gases que salen de ahí se mezclan con al aire frio provocando que se haga la niebla -concluyo logicamente Spyro, había dado con la solucíon al misterio.
-¿Que quieres decir con eso? -le pregunto Sparx.
-Quiero decir que a lo mejor no es que la niebla los engulle, la niebla esta formada por una mezcla de aire frio y gases calurosos, y seguramente todos los que se meten acaban inhalando esa mezcla de aires provocando que les de un sofoco y se desmayen por el camino, por eso es que nadie se vuelve, se desmayan y si no me equivoco, acaban cayendo al agua donde se ahogan -aclaro sincerandose con todos para que viesen que había resuelto el misterio de porque era que todos se pierden en la niebla.
Todos se quedaron asombrados al descubrir que lo había resuelto facilmente.
-¿Entonces eso quiere decir que no hay nada vivo comiendose a los marineros?
-No si no me equivoco en mi teoria.
-Pero entonces eso quiere decir que durante mas de mil años un montón de marineros han pasado por ahí y nunca se han dado cuenta de eso, debe de haber toda una tumba al otro lado del riachuelo -acoto Gurglefin cerciorandose de que era un peligro esa parte del riachuelo ya que si todos pasaban por ahí, acababan muertos igualmente.
-¿Que vamos a hacer si tenemos que atravesar esa niebla? -critico Ermit.
-No os preocupeís chicos, tengo una idea.
-¿Tienes una idea? Pues espero de que sea buena.
-Lo es, vamos a demostrarle a esta gente que este asunto de la Cienaga Tenebrosa se ha terminado de una vez por todas -decreto Spyro decidido a revelarles a todos la verdad sobre lo que estaba ocurriendo al otro lado de la cienaga.
