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EL JUEGO DEL VAMPIRO
Spyro se aferro fuertemente al sillon mientras intentaba de mantener la calma ya que ahora no sabía que hacer, el Rey Calamidad había descubierto que se había producido un incidente y él lo desconocía por completo de algúna manera, y lo peor de todo es que encima ahora le miraba con una expresíon que indicaba que le acusaba de haber hecho algo, como si fuese el causante de lo que fuese que viera en el orbe.
-¿Tu haz provocado esto? -le pregunto señalandole el orbe.
-¿Que?
-¿Lo haz provocado tu?
-Que va, ha sido Lynus, ha estado usando una magia prohibida durante todo este tiempo y ahora hay un ejercito de muertos dispuestos a destruirlo todo, ahora mismo T-Bone se esta encargando de detenerles lo mejor que puede -le aclaro reprochandole la verdad sobre lo que estaba sucediendo en realidad.
-T-Bone, ¿ese esqueleto?
-Así es, él es quien nos ha metido en esto.
-Cierto -reafirmo acordandose de ello, se estaba poniendo tan desesperado y nervioso al mismo tiempo que parecía estar olvidandose de todos los hechos pasados que él ya se conocía de sobra.
-¿Que ha visto en el orbe?
-Algo que justamente no quería que sucediera, las reglas se han roto.
-¿Las reglas?
-Las reglas que yo mismo cree para impedir que cualquiera jugase con la oscuridad, ahora hay una oscuridad inmensa asolando este mundo, ¿sabes que es lo que sucede cuando se libera tanta magia en un lugar como este? -se acerco mirandole persuasivamente de tal manera que tuvo que hacerse hacía atras del miedo que daba.
Se alejo y le dijo:
-¿Se destruye toda Skylands?
-Peor, sera como volver a los viejos tiempos cuando Malefor estaba destruyendolo todo y volviendolo a su propia imagen, ahora toda Skylands esta condenada -comento bajando su tono a uno intranquilo, le daba miedo que sucedíera esto.
Spyro se sentía tan culpable por esto que no sabía como hacer para razonar con él y de insistirle que le ayudara, era evidente que de algúna manera el Eey Calamidad no vio lo que había pasado antes y eso seguramente era algo que le atormentaba, si él no podía ayudarle entonces tendría que ayudarlo a él primero.
-¿Puede evitarlo nó?
Hizo un gesto como de querer echarle la bronca pero se calmo al instante, se quedo pensandolo mentalmente mientras se pasaba nerviosamente la mano sobre su labio superior, algo sabía pero tenía sus dudas sobre lo que podía hacer, se dio la vuelta soltando un gemido de frustracíon, luego volteo la mirada de vuelta al frente fijandose en el dragon con una expresíon.
-¿Sabes que libro ha leído ese tal Lynus?
-No lo se, no nos lo dijo, pero quizas él lo sepa.
Volvío a poner otra expresíon pensativa pero mas ausente, se le ocurrío una idea.
-Pues iremos a verle -acoto seriamente, se disponía a salir del castillo.
Paso por delante de Spyro medio ignorandole, el dragon purpura le miro y entonces se levanto de un salto del sillon y se dirigio furtivamente hacía él.
-No me ire sin antes ver a mi hermano -le exigio soberanamente.
-¿Tu hermano? -se detuvo mirandole de reojo.
-Mi hermano y mis amigos todavía siguen ahí fuera, les necesito.
-Si siguen atrapados en el laberinto deben completarlo como tal, así es el juego.
-Estamos al borde de una guerra que podría cambiar el curso de la historía, ya da igual seguir con este estupido juego, les necesito ahora antes de que siga pasando algo malo -le replico insistiendole de que parase con esa idea de su juego ya que ahora lo uníco que importaba era parar la invasíon de muertos oscuros.
Calamidad asintio pasandose la mano por la cara, no le gustaba esa opcíon, se dio la vuelta y marcho hacía él poniendole el orbe delante de su cara.
-¿Donde esta él ahora?
-Tu hermano y él duende estan metidos en la parte inferior del castillo, se encuentran muy cerca de aqui, aunque he de decirte que mis guardias les estan poniendo en una situacíon bastante peliaguda -confeso con total sinceridad y entonces hizo que se materializara una imagen sobre la parte delantera del orbe.
Spyro miro bien la imagen y observo una visualizacíon donde se mostraba a Ermit corriendo despavoridamente de alguién a traves de un pasillo, tenía agarrado en sus manos a Sparx que yacía dormido como si no respirase.
-¿Que le pasa a mi hermano? -se desespero al ver esa imagen.
-Me temo que tu hermano ha recibido un daño considerable a causa de mis armaduras, podrían haberle matado, pero por suerte tu amigo duende le esta manteniendo con vida lo mejor que puede, por el momento.
Se atemorizo tanto al ver lo que le estaba sucediendo a su hermano que se llevo las manos a la cabeza al no poder aguantar eso, estaba pasando lo que justamente no quería que le sucediera, tenía que ir por él y sacarlos de ahí.
-Diles a esas armaduras que se detengan -le exigio sollozadamente.
-Me temo que no puedo hacerlo.
-¿Por que no?
-Esas armaduras han sido creadas para seguir las reglas del juego, no se detendran hasta que tus amigos lleguen hasta el final del trayecto, y al duende le queda mucho camino por el que recorrer si quiere seguir con vida.
-¿Y acaso tampoco puedes cambiar las reglas del juego?
-Las reglas son las reglas, si las cambias, eres un tramposo. De la misma forma que tu estabas apunto de hacer con tal de llamar mi atencíon.
Con eso ya dejaba claro que no le iba a ayudar como él pensaba.
-¿Entonces no hay ningúna manera de que puedan terminar el juego?
-En realidad lo pueden terminar, pero depende de ellos -indico honestamente.
..
Ermit continuaba escapando de aquellas armaduras vivientes que parecían no detenerse en cualquier momento, llevaba como quince minutos intentando de evadirlos de todas las maneras que se le ocurrían y aún así les seguian encontrando, era como si tuvieran algún mecanismo o algo magico que les permitia seguir su rastro ya que era imposible que supiesen a ciencia cierta donde se iba moviendo.
Si era cierto eso, entonces estaba en graves apuros.
Por suerte Sparx se encontraba estable, seguia inconsciente pero continuaba respirando a duras penas, tenía que protegerle como fuera ya que después de lo que le hizo aquella armadura, no podía soportar que le hiciesen lo mismo de nuevo ya que si Spyro se enteraba de que su hermano había muerto de una forma horrible, él no lo soportaría y pasaría a convertirse en aquello que no quería ser, si es que era posible.
Siguio dando vueltas hasta que al final quedo atrapado en una encrucijada, tenía delante dos caminos que podía tomar, uno para la derecha, y otro para la izquierda, no sabía cual elegir ya que no sabía adonde conducían los dos caminos, pero estaba seguro de que si tomaba uno de ellos, las armaduras le perseguirian igualmente. No podía pasarse corriendo eternamente, tenía que buscar un lugar donde esconderse y esperar a que las armaduras le ignorasen de algún modo.
Miro a ambos lados y observo que en el camino izquierdo en un extremo se encontraba una puerta de madera, se intrigo al ver esa puerta ya que dedujo que podría tratarse de la entrada de una habitacíon, si había una habitacíon entonces era lo mas seguro que tenía por el momento, se salío de la esquina y marcho corriendo hacía la puerta, se puso delante de ella e intento de abrirla pero no podía, estaba cerrada con llave, debía de buscar la manera de abrirla aunque fuera de forma agresiva.
Se puso de costado y empezo a ir golpeandola con el hombro lo mas fuerte que podía, dio como seis golpes hasta que al final no pudo mas, tenía enrojecido el brazo de tantos golpes que le daba a la puerta. Al ver que no podía abrirla por las malas decidio intentarlo por las buenas, metío a Sparx dejandolo colgado sobre su camiseta donde se quedo detenido como si fuese un muñeco, luego se enderezo y se arranco fuertemente un trozo afilado de la uña del dedo gordo, llevaba tanto tiempo sin lavarse los pies que los tenía horriblemente asquerosos, ignoro el dolor del tiron y uso el trozo para abrir la cerradura de la puerta, lo metío a traves del agujero y se puso a girarlo.
Mientras hacía eso, podía oír el sonido de las pisadas de las armaduras, sabían donde estaba y se acercaban por el otro lado, al oír eso, supo que tenía que darse prisa para meterse dentro o le pasaría lo mismo que antes, se calmo momento y siguio girando hasta que al final pudo abrir la puerta, la abrío y la cerro de un fuerte tiron.
Se quedo a oscuras al otro lado, no veía nada, se puso a caminar intentando de ver si había algún interruptor aunque dependiendo del aspecto que tenía todo el lugar, podía asumir que no se trataba del tipico lugar moderno que tenía los sistemas funcíonando de forma electrica, si quería encender la luz, tenía que arreglarselas con lo que hubiera dentro del lugar, que ni siquiera sabía que había.
Fue avanzando lentamente mientras mantenía levantados los brazos para saber muy bien que era lo que tocaba, no sentía nada según por donde avanzaba, estaba en un lugar muy abierto, siguio avanzando intentando de hacerlo con el minimo cuidado posible ya que no quería llegar a tocar algo y lo acabase tirando por accidente.
Ahora no podía permitirse cometer ningún error intolerable.
Continuo dando pequeños pasos hasta que de pronto una luz purpura empezaba a encenderse lentamente iluminando por completo toda la habitacíon, se ilumino y se mostro donde se encontraba, era un dormitorio, una habitacíon para invitados, a la izquierda había una cama grande en el que ocupaban como dos personas, mas adelante había un armario de madera con los bordes moldeados en forma de arcos que se extendían por todo el mueble, y a la derecha en la esquina había una mesa mediana de cuatro patas, se podía notar el polvo acumulado por encima.
Asomo la cabeza observando que era lo que hacía, se trataba de otra antorcha magica, como de las que había visto al entrar en la Cripta, funcíonaban con magia, con eso le bastaba para sentirse seguro, fue avanzando lentamente por toda la habitacíon observando que no había muchas cosas, era un lugar pequeño pero tenía el suficiente espacio como para poder esconderse sin ser visto.
Se alivio y se sento en la cama que estaba acomodada.
Se tiro de un salto y se alivio, hacía años que no dormía en una cama de verdad, y esta era una muy relajante, intento de relajarse pero no podía, a pesar de que estaba seguro aqui, seguia sintiendo un verdadero miedo por lo que había afuera, no oía a las armaduras caminando al otro lado, asumío que quizas al meterse en la habitacíon las armaduras perdieron su rastro y ahora no podían seguirle por ningún lado.
Si era cierto eso, entonces tendría que tomarse el tiempo suficiente para esperar y volver a salir cuando se hubiesen cansado de seguir persiguiendole.
De pronto se acordo de Sparx.
Se enderezo y se lo saco de encima, continuaba inconsciente pero vivo, se alivio de ver que no le pasaba nada, le miraba la cara y podía notarse que se sentía relajado, debía estar soñando con algo agradable, se sentía envidiado con él ya que al estar dormido, no tenía ningúna preocupacíon por lo que estaba pasando.
Se estiro sobre la cama y lo apoyo sobre las enormes almohadas blancas que habían detras suyo, Sparx se acomodo enrollandose como una bola, le dio gracia ver la posicion en la que se encontraba ya que siempre había oído que los insectos tenían la costumbre de enrollarse como una bola ya que si eran engullidos por algún animal mas grande, este se atragantaría en la garganta y no les quedaría otra que vomitarles, era una buena idea teniendo en cuenta que los insectos eran una de las especies mas debiles de todo Skylands, pero también eran inteligentes e interesantes según donde se mirase.
Volvío a enderezarse y se quedo sentando pensando en lo que iba a hacer, estaba solo y sin nadie que lo ayudase, no tenía ni idea de donde estaba Spyro o siquiera Vickam, asumío que debían de haber pasado por lo mismo que él, las armaduras deben de haberles visto y ahora les estarían persiguiendo, aunque quizas Spyro como era el mas fuerte del equipo debía de estar enfrentandose a ellos con todo lo que tenía. Era una bueno tener a un dragon al lado ya que podía dañar a los enemigos de todas las formas posibles, pero aún así viendo lo que era su amigo purpura, no era tan parecido de cualquier otra especie animal que conociese.
Miro a ambos lados intentando de buscar la forma de entretenerse de algúna manera, entendía que estaba en peligro pero aún así sentía las ganas de examinar la habitacíon con la intencíon de buscar algo que indicase de quien podría pertenecer el lugar. No había nada que le llamase la atencíon excepto el armario, se levanto y marcho lentamente hacía el armario ya que a pesar de que se encontraba solo, no sabía si había algo ahí escondido o no, se puso delante de las dos puertas y se concentro en disponerse a abrirla de un tiron, suspiro profundamente y entonces la abrío.
No había nada, estaba completamente vacio, se alivio bajando la cabeza ya que estaba tan aterrorizado que había sacado todo tipo de conclusíones precipitadas por ningún motivo, asomo la mirada y se puso a buscar algún tipo de inscripcion o algo que estuviese escrito ya que al ser un armario viejo, tendría que tener algún mensaje oculto o algo que le diese una pista sobre donde se encontraba.
Miro por arriba y no había nada, fue bajando y seguia sin haber nada, era un armario normal y corriente, suspiro decepcionado y entonces lo cerro de un tiron.
Se alejo del armario y dirigio la mirada de vuelta a Sparx, el pobre estaba hacíendo ruiditos con la boca, soñaba con algo que le divertia, aquello le entusiasmo ya que era una de las pocas veces que veía a alguién divirtiendose tanto a pesar de que se encontraban en una situacíon de vida o muerte.
Movío la cabeza y se fijo que había otra cosa que no había visto antes.
Al lado de la cama había una mesilla pequeña con tres cajones, se acerco sentandose de rodillas y se dispuso a abrirlos para averiguar si habían algo dentro o no.
Abrío el primer cajon, no había nada.
El segundo cajon, tampoco tenía nada.
El tercer cajon, vio algo plano que estaba colocado verticalmente sobre una esquina del cajon, lo movío y se cayo, era una nota, la cogío cerrando el cajon y se tiro en un lado de la cama para leer lo que estaba escrito en la nota.
La abrío y empezo a leer:
Hola, mi nombre es Dessa.
Quien quiera que este leyendo esto, quiero avisarle de que ya no es un lugar seguro, hubo un tiempo en que lo fue, forme parte de una familia que hizo de esta tierra subterranea un lugar importante, pero por culpa del incidente de mi hermano, todo cambio para siempre.
Mi hermano cometío el grave eror de jugar con magia oscura, una magia que apenas desconociamos, cuando la invoco, lo transformo en alguien que ni él mismo pudo reconocerse. Se transformo en un chupador de sangre, en un ser de la noche, en un vampiro.
Intentamos de hacer todo lo que pudimos para invertir el proceso, le pedimos ayuda a todos los druidas, magos, alquimistas, hasta maestros del portal, pero ningúno dio con la solucíon, mi hermano estaba condenado a ser lo que era.
Pasaron varios años y al final acabamos aceptando lo que era, sabíamos bien que a pesar de que él era ahora inmortal, nosotros trataríamos de hacer que pudiese disfrutar de la vida lo mejor que pudiera. Un dia le propuse de jugar a un juego, uno que ya jugabamos desde niños, nos pusimos a perseguirnos de un lado para otro con la intencíon de hacernos cosquillas mutuamente, yo le persegui y le cogí, le iba hacíendo cosquillas por todo el cuerpo hasta que de pronto él se enfado y me mordío en el cuello con sus afilados colmillos, me chupo sangre y me transmitio la suya, me convertiria en él.
Nuestros padres no sabían que hacer, estaban condenados a ver como sus dos unícos hijos iban a vivir eternamente como vampiros mientras ellos dos se iban a morir de viejos, a mi hermano tampoco le gustaba eso, sabía muy bien lo que me ocurríria, lamentaba haberme convertido en lo mismo que él, tanto que no era capaz de vivir con la idea de que su hermana se volviera una vampira también, así que por eso mismo tomo la uníca opcíon necesaría para que no pudiera vivir eternamente como él.
Me chupo mas sangre hacíendo que mis genes de vampira se disminuyesen, pero eso también significaba que yo me moriria, y él se quedaría solo, y yo lo acepte, no quería pasarme la vida viviendo con el ser que me podría haber transformado en un monstruo ya que si lo hacía, con el resto del tiempo empezaría a odiarle y quizas me acabaría muriendo de la uníca forma que tienen los vampiros para morir, quemandose a la luz del sol, yo no quería tomar esa opcíon a pesar de que yo tuviese la suficiente voluntad para negarme a hacer eso, así que por eso mismo decidi morir en paz que después.
No se muy bien que destinara el futuro de mi hermano como vampiro, pero se que intentara de por lo menos a hacer lo correcto, ya que si no es así, entonces habre muerto por nada.
Y si estas leyendo esta nota, es que entonces habre muerto hace mucho tiempo.
Ermit termino de leer la nota y se quedo adoninado al ver todo lo que había escrito en él, se paso la mano por la cara intentando de recobrar el sentido ya que haber leído la confesíon de aquella chica, le hacía sentirse que estaba en su propia piel.
Si era cierto que su hermano se había convertido en un vampiro y la había asesinado con tal de evitar que se convirtiera en el mismo tipo de vampiro que era él, entonces eso significaba una cosa. Solamente existia un ser que hubiese permanecido aqui mucho mas tiempo que los propios muertos, y era el Rey Calamidad, el Rey Calamidad era un vampiro que vivia en la oscuridad de este mundo subterraneo, y ahora entendía donde era que se encontraba en realidad, estaba en su castillo, el mismo castillo que había permanecido intacto durante mas de mil años, de la misma forma que la carta, permanecío intacta dentro del cajon sin llenarse de polvo o siquiera romperse, estaba en perfectas condiciones, eso demostraba que había quedado ahí metida todo el tiempo y has-ta ahora nadie la había sacado.
El Rey Calamidad no sabía que su hermana creo una carta.
-Oh -escucho un gemido.
Se giro y observo que se trataba de Sparx, se desperto.
-Ermit, ¿donde... -bostezo fuertemente-... estoy?
-Sparx -se tiro sobre la cama acercandose hacía él-. ¿Estas bien?
-Estoy bien, pero... -observo detenidamente la habitacíon-. ¿Donde estamos?
-Estamos en una habitacíon de invitados que he encontrado por ahí, fijate bien lo que me he encontrado -le paso la hoja para que él también la leyera.
-¿Que es esto?
-Tu solo leelo, vale.
Se quedo leyendo detenidamente la nota de arriba a abajo, podía verse por el movimiento de sus ojos que verdaderamente lo estaba leyendo y entendía lo que estaba puesto, paso un minuto y bajo la nota estupefacto.
-¿Es en serio esto?
-Así es, por eso mismo este ser vive en la soledad, es un vampiro.
-¿Es un vampiro de verdad?
-Según lo que decía esa chica, me parece que si.
-¿Entonces la mato en serio?
-Fue un accidente, pero si, la mato para que no sufriera por tener el mismo castigo.
Volvío a repasar la nota, no decía nada mas, era todo tal y como lo leyo.
-¿Donde estaba esto?
-En este cajon -le enseño el cajon de la mesa que tenía al lado de la cama-. Me parece que lleva ahí metida durante todo mucho tiempo, y no le ha ocurrido nada.
De pronto Sparx se quedo asimilandolo.
-¿Donde es que estamos en realidad?
-Creo que estamos en su castillo.
-¿En su castillo? -le chillo reprochadamente-. Con razón ya me parecía que hubiesemos encontrado este lugar, nos hemos metido en su casa y ahora esas armaduras nos estan buscando para echarnos, tenemos que salir de aqui.
Marcho volando hacía la puerta, se agarro al picaporte e intento de girarlo con fuerza, apenas podía debido a sus brazos eran finos y no tenía musculos.
-Sparx para, casi te pierdo ahí fuera otra vez, no hagas que me arrepienta de dejarte salir porque sino no se que le dire a tu hermano -le rogo Ermit queriendo que se calmara y se pusiera a escucharle detenidamente.
Aquello lo tranquilizo, se separo de la puerta y se quedo flotando en el aire.
-¿Crees que Spyro se lo tomara a mal? -le pregunto con honestidad.
-No lo se, pero supongo que si -opino Ermit sin tener muy pocas conclusiones.
Podía ver en la mirada del joven libélula que ahora empezaba a reconsiderar los sentimientos de su propio hermano, sabía bien que si algo malo le pasaba, no solamente tendría que vivir con la culpa de que le dejo morir, sino que encima tendría que volver a casa para mostrarles a sus respectivos que perdieron a su uníco hijo biologico.
De pronto escucho algo raro que venía de afuera. Ermit también lo oyo.
-Son las armaduras, nos han encontrado, escondete.
-No, oigo otra cosa, hay alguien mas por ahí -dijo Sparx y se apoyo contra la puerta para poder oír lo que sucedía al otro lado.
Ermit se intrigo e hizo lo mismo que él, se apoyo contra la puerta y empezo a oír unos pasos como de alguién corriendo por el pasillo, se notaba que no eran las armaduras ya que al caminar hacían rechinar el propio metal de sus armaduras, era alguién mas que estaba yendo de un lado para otro como si alguien le persiguiera.
Aquel individuo se puso delante de la puerta y empezo a gritar:
-Socorro, que alguien me ayude, unas armaduras vivas me estan persiguiendo, necesito que alguien me saque de aqui, estoy solo y mi amigo aún no ha vuelto -gritaba el sujeto exigiendo que le salvasen de las armaduras, ahora le estaban persiguiendo a él.
Ermit escucho atentamente esa voz, le sonaba de algo, penso detenidamente todas esas cosas que dijo y empezo a hacerse una idea mental de quien podría tratarse. Hasta ahora no habían visto nadie mas que estuviese metido dentro del laberinto ademas de ellos cuatro, y se habían dividido en dos grupos a lo largo del laberinto, y desde entonces no los habían visto, ahí lo tenía, sabía quien era.
-Dejame abrir la puerta -empujo a Sparx quitandolo de en medio.
-¿Pero que haces? -le replico Sparx sin entender lo que hacía.
-Es de los nuestros -abrío la puerta y asomo la cabeza asegurandose de que el sujeto que escuchaba estuviese ahí mismo.
Miro a ambos lados y lo vio a la izquierda deambulando sin saber que hacer, reconocío perfectamente aquel sujeto, no era un sujeto cualquiera, era un amigo.
-¡Vickam!
El joven pirata mabu se giro mirandole entusiasmado, marcho corriendo hasta él, le cogío y lo metío de lleno en la habitacíon, cerro la puerta de un tiron.
Vickam suspiro profundamente como si se estaba asifixiando desde dentro, le coloco la mano encima de su hombro y se puso a consolarlo al ver que parecía haber estado corriendo durante bastante tiempo, aspiro y expiro el aire consecutivamente hasta que al cabo de un minuto pudo relajarse del todo.
-Vickam, ¿estas bien? -le pregunto aprovechando que ahora se calmo.
-Estoy bien, pero... oh por los ancestros esas armaduras, venían a por mi, para matarme, ¿que demonios son esas cosas?
-Son las armaduras vivientes que nos aviso T-Bone que nos encontraríamos mas adelante en el laberinto, creo que hemos llegado hasta el final.
-¿Por que lo dices?
Le hizo un gesto a Sparx para que le pasara la nota, cogío la nota y volo hasta él para darsela, se la paso a Vickam y este se puso a leerla detenidamente, se quedo leyendola un buen rato hasta que al cabo de un minuto y medio la leyo del todo, esbozo una expresíon de sorpresa al no poder creerse lo que leyo.
-¿Donde has encontrado esto?
-Ahí -le señalo el cajon.
-¿Existe un vampiro de verdad en este lugar?
-No es solamente un vampiro, es el Rey Calamidad, es el mismo sujeto que controla este mundo, por eso mismo ha estado aqui desde siempre, se crio aqui pero se transformo en un vampiro y ha pasado el resto de su vida manteniendose oculto para impedir que no le ocurra lo mismo que le hizo a su hermana.
-¿Pero entonces es uno de esos vampiros que chupan la sangre?
-Me parece que si.
-Oh no -se llevo Vickam una mano a la cabeza.
-¿Que pasa?
Le miro preocupadamente a la cara.
-Spyro ha ido con él -declaro.
-¿Que quieres decir? -se cuestiono Sparx esa mencíon.
-Antes Spyro y yo acabamos en el centro del laberinto, había una fuente con una estatua de la que creíamos que quizas el Rey Calamidad la usaba para poder vigilarnos, Spyro le desafío y el Rey hablo a traves de la estatua, pidio de verle y entonces Spyro atraveso un portal que había debajo de un acceso secreto de la fuente, creo que se reunío con él en su castillo para hablarle en privado -le confeso explicandole resumidamente todo aquello que había sucedido antes.
-¿Que? ¿Dejaste que mi hermano se fuera con ese monstruo?
-Fue decision suya, estaba decidido a tratar con él, me dijo que le esperara que no duraría nada en volver, pero... tardo demasíado y no me quedo otra que irme.
-¿Te fuiste sin esperarle?
-Estaba solo y me daba miedo volver a encontrarme con uno de esas arañas que había ahí afuera o de toparme con una de esas armaduras vivientes, y fijate tu me acabo de encontrar con esas estupidas armaduras al meterme aqui.
-Oh por dios -se quejo Sparx golpeteando varias veces la cama con los puños-. Ahora mismo ese maldito vampiro podría estar chupandole la sangre a mi hermano, tenemos que llegar hasta él y detenerle como sea.
-Pues no va a ser facil teniendo a las armaduras persiguiendonos -indico seriamente Ermit sabiendo bien que primero debían quitarse a las armaduras de encima.
-Esas cosas deben de tener un punto debil, no puede ser que sean tan fuertes -critico Vickam intentando de dar con algúna solucíon.
En ese momento algo se le vino a la mente del viejo duende.
-Creo tener una manera -dijo.
-¿Cual? -preguntaron ambos mutuamente.
-Esas armaduras si tienen un punto debil, y es su propia armadura.
-¿Que quieres decir con eso? -fruncío Sparx extrañado con esa mencíon.
-Lo he estando pensando, y yo no creo que esas armaduras esten vivas así sin mas, esas armaduras tienen algo que les hace moverse, pero sea lo que tengan dentro, les cuesta bastante moverse, son tan pesadas que apenas se mantienen en pie, y tengo la sospecha, de que si solamente les golpeamos en un lado de la armadura, creo que quizas podríamos desequilibrarlas y hacer que se cayeran al suelo -explíco argumentando su plan para poder vencerlas facilmente.
-Y quizas podríamos desarmarlas una vez esten vulnerables -agrego Sparx, se entusiasmo con la idea.
-No me parece mal plan, ¿pero como sabemos de que si no les desarmamos, no pasara eso de que se reconstruiran sus partes y volvera a empezar todo de nuevo? -añadio Vickam hacíendole ver que ahora había una incognita en ese plan.
Intercambiaron sus miradas al no saber que pensar sobre esa cuestíon.
-Tenemos que intentarlo, es la uníca manera de terminar con este juego -indico reafirmando que era la mejor opcíon que tenían por el momento.
Ambos pusíeron unas serias miradas que indicaban que estaban de acuerdo con su plan a pesar de que quizas podría fallar en cualquier momento.
-¿Como hacemos esto? -pregunto Sparx queriendo saber que accíones tomar.
-Primero saldremos y buscaremos a esas armaduras, les obligaremos a que nos persigan, nos ocultaremos en una esquina y en cuanto se crucen, les golpeamos en las rodillas provocando que se caigan -especifico señalando cada parte con los dedos.
-A menos que sean capaces de resistir nuestros golpes -indico ingenuamente Vickam complicando mal intencionadamente aún mas las cosas.
Ignoro ese comentario ya que no quería ver el plan con malos ojos.
Se acerco a la puerta y se puso a escuchar lo que había al otro lado, se quedo un buen rato escuchando y no oía absolutamente nada, las armaduras no estaban por ese pasillo, era el momento. Respiro profundamente y entonces abrío la puerta de un tiron, asomo la cabeza y no vio nada por ambos lados, las armaduras no estaban por ahí.
-Vamos -les insistio susurradamente.
Ambos tres salieron mientras Ermit cerraba la puerta.
-Vickam, sera mejor que guardes esto -le pidio Sparx al joven pirata para que guardase la nota que habían encontrado dentro de la habitacíon.
-¿Quieres que lo guarde? -se cuestiono la peticion que le daba.
-Si es cierto lo que pone ahí, tenemos que enseñarselo a Spyro también -indico mirandole con una expresíon seria, quería demostrar que el Rey Calamidad mentía.
Ermit les rechisto al ver que hacían demasíado ruido.
Siguieron al viejo duende que empezo a caminar por la izquierda, no entendían porque debían ir por ahí pero viendo que solamente tenían dos lugares que tomar, era mejor que fuesen por el que les parecía mas conveniente tomar.
Le siguieron lentamente hasta que entonces llegaron al final de la esquina, Ermit asomo la cabeza de nuevo para mirar al otro lado, se quedo varios segundos mirando hasta que volteo la mirada hacía ellos, nego con la cabeza indicando que no había nada por ahí, aprovecharon y tomaron la esquina.
Acabaron en otro pasillo estrecho mas largo que el de antes, siguieron avanzando lentamente sin causar el menor ruido que pudiese alertar a las armaduras, querían que les siguieran pero tampoco querían toparse con ellas por sorpresa. Mantuvieron la mirada firme sobre el frente intentando de ver si las armaduras estaban metidas al final de la esquina o no, hasta ahora no había pasado nada y eso hacía que sospechasen de que quizas las armaduras terminaron de seguirles, pero no lo creían tan facilmente.
Ermit empezaba a agobiarse de esto, quería encontrarse con las armaduras para demostrar su teoría pero no estaba pasando, no tenía ni idea de donde estaban y no quería pasarse el resto del trayecto caminando rectamente por miedo a que les atacasen en el momento menos justo, era mejor que viniesen hasta él apropositamente.
Se fijo en una mesada pequeña de cuatro patas que había al lado, la cogío con ambas manos y la golpeo contra la pared, se le salíeron las patas del lugar.
-¿Pero que haz hecho? -le reprocho Sparx asombrado al ver lo que hizo.
-Voy a hacer que vengan -dijo decidido.
Echaron la vista de vuelta al frente y observaron unas sombras que se iban agrandando al final de la esquina, se agrandaron, luego se achicaron y ahí entonces salío una de las armaduras caminando lentamente mientras blandía su espada, se giro y se dirigio hacía ellos mientras por detras venía la otra armadura hacíendo lo mismo.
-Ahí estan, vamonos -ordeno Ermit insistiendoles de que corriesen para el otro lado.
Se dieron la vuelta y se pusíeron a correr apuradamente por el mismo camino por el que habían venido mientras veían como las armaduras les iban siguiendo con torpeza, giraron en la esquina y ahí dejaron de ver a las armaduras pero sentían sus enormes pisadas que venían desde mas atras.
Tomaron otra esquina que los llevaba hacía la derecha, Ermit estaba como loco buscando un lugar donde tenderles la emboscada a las armaduras, giraron de nuevo a la derecha yendo todo recto por el pasillo que tenían delante, luego volvíeron a girar en otra esquina donde había un pequeño hueco sobresaliente en un costado, Ermit les detuvo hacíendo que ambos se ocultasen a cada lado.
-¿Por que has tenido que hacer eso? Ahora nos mataran -le siguio reprochando Sparx indignando por aquella ultima accíon.
-Calla, era la uníca manera de llevarlos hacía nosotros, no te preocupes, esto va a funcíonar -le aclaro susurradamente Ermit desde el otro lado de la esquina.
-Si no nos matan.
Le rechisto hacíendo que se callara mientras él se ponía a escuchar.
Ambos se callaron y se quedaron escuchando el sonido de las pisadas que hacían las armaduras, se estaban acercando hacía ellos, mantuvieron la calma y se quedaron esperando a pesar de que los nervios de ambos tres era innegable, tenían miedo de que el plan funcíonase y al final las armaduras les capturasen y les matasen en el momento, pero era la uníca opcíon que tenían si querían salir vivos de esta.
-Ahí vienen, Vickam preparate -le aviso esporadicamente al mabu pirata.
Vickam aparto a Sparx en medio para ponerse mas adelante ya que como al ser él el uníco miembro con aspecto humanoide, necesitaba de su pierna para golpearle a las rodillas de la armadura en cuanto vinieran.
Escucharon el sonido del metal de las armaduras clavandose aún mas en el suelo, no les quedaba mucho para llegar, Ermit asomo la cabeza y observo una sombra que se iba manifestando en la pared, eran ellos, le hizo un gesto a Vickam indicando que estaban ahí y tenía que prepararse, Vickam lo comprendío.
Las armaduras giraron en la esquina surgiendo los dos en ambos costados.
-¡Ahora! -ordeno euforicamente.
Ambos levantaron las piernas y les hicieron la zancadilla a las dos armaduras, las dos armaduras intentaron de seguir adelante pero perdíeron el equilibrio rapídamente y acabaron cayendo de lleno contra el suelo donde ahí se desarmaron en varias partes, una rara energia magica de color naranja salío del interior de las dos armaduras y se marcho volando por el otro lado del pasillo donde desaparecío.
Los tres se quedaron consternados al no entender que fue lo que vieron.
-Lo que me imaginaba, no estaban vacios del todo -se reafirmo Ermit justificando sus sospechas de que aquellas armaduras funcíonaban por algún medio magico.
-¿Que eran esas cosas? -se cuestiono Sparx.
-Posiblemente espiritus que manejaban las armaduras, pero ahora que las hemos roto, supongo que se iran en busca de algún cuerpo nuevo que poseer -opino el viejo duende sin tener muchas ideas sobre lo que ocurrío, se alivio por lo menos de ver que consiguio acabar con las armaduras tal y como se lo había planeado.
Se juntaron alrededor de las dos armaduras que ahora estaban vacias, las miraron bien y observaron que en realidad no eran nada, solamente eran un par de armaduras de caballero normales y corrientes sin ningún tipo de poder especial o siquiera que tuviesen algo distinto que indicara lo contrario.
-¿Que hacemos con ellas ahora? -objetó Vickam.
-¿Que quieres decir? Ya las hemos vencido, no pueden hacernos nada -le critico Sparx ese comentario al no entender a que se refería.
-Ya, ¿pero que pasara cuando nos encontremos con el Rey Calamidad?
Ambos se miraron reconociendo que se habían olvidado completamente del punto principal de la mision, tenían que llegar hasta el final del laberinto para encontrarse con el dueño de la casa, que resultaba ser un vampiro que tenía prisionero a Spyro.
-Me he dado cuenta de una cosa -agarro el torso de una de las armaduras y la golpeo varias veces, se oyo el sonido del metal-. Son de plata.
-¿Y que pasa que sean de plata?
-¿Nunca has oído las historías de los vampiros? La plata quema la piel de los vampiros, y el Rey Calamidad supuestamente es uno de ellos, así que no sería conveniente usar estas armaduras de plata para protegernos de él en cuanto lo encontremos.
-Cierto, le obligaremos a que suelte a mi hermano a cambio de que no le demos con esa plata, ese vampiro va a pagar por si le ha hecho algo a mi hermano -dijo vacilante Sparx estando de acuerdo con esa idea, le entusiasmaba cantarle las cuarenta a ese vampiro por tener retenido a su hermano.
-No te impacientes mucho Sparx, todavía no sabemos si es un vampiro de verdad o no, ademas, tampoco sabemos si tu hermano esta bien o no, sera mejor que primero le echemos un vistazo para averiguar lo que sucede, y si hace falta, usaremos las armaduras para protegernos de él, solamente como proteccíon, no como armas, no vamos a matarle cuando él es nuestra uníca opcíon de proteger este lugar -argumento razonablemente Ermit dejando constancia de que no podían dañar al Rey Calamidad ya que él era la razón por la cual habían venido a pedir su ayuda, y no al reves.
Ambos asintieron reconociendo que tenían razón, se encontraban en una situacíon preocupante y no podían perder ningúna posibilidad de zanjar esto, T-Bone y Lynus les estaban esperando al otro lado para que les ayudaran a solucionarlo.
-¿Estamos de acuerdo en que no atacaremos desprevenidamente al Rey Calamidad? -les pregunto queriendo corroborar de que ningúno actuaría sin pensar.
-Si -los dos afirmaron mutuamente.
-Bien, pongamonos las armaduras.
Ermit y Vickam desarmaron a las armaduras vacias y empezaron a ponerse sus partes, Ermit era el mas corto del grupo y eso hacía que no pudiera ponerse al torso, así que solamente se puso las proteccíones del brazo y las piernas que tenían la suficiente anchura para adherirse a sus cortas extremidades, Vickam si que pudo ya que era mas alto, se puso toda la armadura entera, lucía como un autentico caballero.
Ambos terminaron de ponerselas y entonces marcharon buscando la salida de la casa, tenían que encontrar la manera de llegar hasta el Rey Calamidad, pero no tenían ni idea de como hacerlo ya que se encontraban en un lugar repleto de puertas y pasillos que conducían a cualquier parte, necesitaban algo que les guiara.
Dieron varias vueltas por todos los pasillos hasta que al final acabaron llegando al mismo salón por el que habían estado antes, donde comenzaron el recorrido.
-Genial, hemos vuelto al punto de partida, ¿y ahora qué? -se quejo de nuevo Sparx al ver que ahora iban a tener que empezar todo de nuevo como si nada.
-Esperad, algo de por aqui debe indicarnos como llegar hasta el Rey Calamidad -insistio Ermit confiado en que habría otro acceso por algúna parte del salón.
Bajaron por las escaleras y avanzaron por el salón intentando de fijarse en cualquier cosa que hubiera por ahí, no había nada excepto la mesa grande llena de telarañas que ya habían inspeccionado antes. Ambos empezaron a perder la paciencia ya que sentían que estaban metidos en una encrucijada de la que no iban a salir nunca.
Ermit se sento en una de las sillas y se quedo pensando en que otra cosa podía hacer para salir de donde estaban, para él este era uno de los laberintos mas dificiles que había visto nunca ya que la forma en que estaba ideado iba mas allá de todo cuanto creía, nunca antes se topo con un laberinto de estas dimensiones, conocía a unos cuantos que siempre se repetían, pero en este se había encontrado de todo, trampas letales, accesos ocultos, un castillo unido al propio laberinto, armaduras vivientes, y ahora encima una nota secreta que desvelaba el secreto del origen del Rey Calamidad.
Mas inverosimil no podía ser todo esto.
Giro la cabeza mirando de reojo y pudo fijarse en Sparx, iba levitando alrededor de la mesa con la cabeza agachada, se notaba que estaba preocupado por su hermano, no sabía que estaba sucediendo con él y temía lo que le fuera a pasar mientras estuviera con el Rey Calamidad, él también estaba preocupado pero no porque le inquietase saber que le estaría hacíendo ese vampiro a un dragon purpura como Spyro, sino por descubrir si el Rey Calamidad se estaba dando cuenta de lo que sucedía afuera o no.
Recordo que tampoco sabía que le estaba ocurriendo a T-Bone o al fantasma de Lynus en el exterior, no sabía si aquellos muertos todavía estaban aprisionados en sus tumbas o ya habían salido y estaban causando destrozos por todo el pueblo, porque si era así, entonces el Rey Calamidad tendría que estar enterado de ello y se dispondría a hacer algo para evitar este desastre.
Movío la cabeza al otro lado dirigiendola hacía la pared del otro extremo de la sala, aquella pared tenía por encima tres arcos de bronce que le daban un aspecto bastante extrovertido a la sala a pesar de que estaba sucia y no se veía nada debido a la oscuridad del ambiente, pero de pronto se fijo en que uno de los ladrillos estaba apenas metido hacía dentro, como si ese trozo de pared la hubiesen construido recientemente pero se les olvidaron de meter aquel ladrillo del todo para que quedase unido a los demas.
Le resulto tan extraño ver eso que se levanto y marcho a mirar de que se trataba, los demas le siguieron por detras seguidos por su curiosidad, se coloco delante de la pared, toco el ladrillo, estaba incorporado a la pared pero podía mover la punta, carraspeo pensativo al ver que algo no cuadraba, levanto la mirada y observo que por el otro lado se veía el reflejo de una luz, había algo al otro lado.
-No puede ser -exclamo sorprendido al fijarse en eso.
-¿Que sucede Ermit? -le pregunto Vickam.
-Detras de esta pared hay mas espacio -les confeso sorpresivamente.
Ambos se cuestionaron esas posibilidad de que hubiera un espacio que se encontrase oculto detras de esa pared, los dos se acercaron y asomaron las miradas observando lo mismo que Ermit, veían un reflejo de luz al otro lado.
-Es cierto, hay mas espacio ahí detras -reconocío Vickam.
-Pero no entiendo, ¿por que esta tapiado con una pared?
-Por que es la entrada a nuestra salida, este me parece que es el ultimo acceso del juego -declaro Ermit con total confianza-. Ahora nos queda intentar de desarmar este maldito muro para que podamos ser libres.
-¿Pero como lo hacemos? Este muro debe de haber estado aqui durante mucho tiempo, necesitaríamos por lo menos un ariete para demolerlo -critico Sparx reconociendo que si querían tirar el muro, no iba a ser cosa facil.
Volvíeron a ponerse a pensar en otra solucíon, era evidente que necesitaban algo pesado que pudiera demoler poco a poco el muro, pero no había nada en los alrededores que tuviese la fuerza suficiente como para golpear los ladrillos del muro.
En ese momento se acordo de algo que si tenía algo de fuerza.
-Chicos, venid conmigo -insistio Ermit queriendo que les siguieran.
Se metíeron de vuelta en aquel cruce de pasillos en el que habían estado antes, fueron pasando de un lado a otro hasta que al final Ermit les llevo hacía donde quería estar, en la esquina donde habían vencido a las armaduras, el resto de las partes continuaba ahí, incluida las pesadas espadas que parecían tener una fuerza demoledora.
Sonrio orgulloso por haberse acordado de eso.
Regresaron al salón y ahí se puso delante del muro, levanto la espada lo mas alto que pudo y la envaino contra el muro, golpeo el ladrillo que estaba suelto hacíendo que se partiera en ambos trozos, uno de ellos cayo al otro lado, lo volvío a intentar y lo siguio golpeando a medida que los ladrillos del centro empezaban a fracturarse poco a poco, cuanto mas golpeaba, mas veía que la superficie se hundía hacía dentro.
Al final Ermit no pudo mas, se agoto rapídamente, se tiro sentado contra el suelo.
-Ermit, ¿estas bien? -le pregunto Vickam notando lo agotado que estaba.
-Estoy bien, pero me temo que ya estoy viejo para esto -comento mientras suspiraba profundamente por la boca, se tocaba el pecho sintiendo como le bombeaba el corazon.
Vickam le miro bien y pudo notar que verdaderamente tenía razón, Ermit era ya un duende muy viejo, sus musculos eran muy flojos y no estaban hechos para portar algo tan pesado como esa espada, había durado bastante teniendola en sus manos pero era mejor que no siguiera sino quería morirse asfixiado, era mejor que lo hiciera él ya que era mucho mas joven y tenía mucha mas fuerza en los brazos.
Agarro la espada y se puso a golpearla de costado contra el muro, se hundío una parte del extremo bajo del muro, la levanto de nuevo y siguio golpeandola con todas sus fuerzas, el muro seguia hundiendose pero apenas había algún que otro ladrillo que se saliera por el otro lado, aquel muro era indestructible.
-Venga Vickam, rompelo de una vez -le animo Sparx.
Aquellos animos le potenciaban para romper el muro pero aún así le costaba bastante seguir la marcha, golpeaba y golpeaba, hasta que de pronto sucedío algo raro.
¡Brumm!
Un extraño temblor hizo sacudir toda la sala entera provocando que miles de motas de polvo cayeran del tejado, ambos se agarraron a lo que tenían mas cerca ya que aquel temblor les hacía perder el equilibrio, Vickam se apoyo contra el muro mientras que Ermit y Sparx se quedaron donde estaban, el temblor duro como medio minuto y después de eso se calmo, se escucho un silencio susurrante.
-¿Que ha sido eso? -se cuestiono Sparx.
-Eso ha sido un temblor -declaro Ermit.
-¿Producido por que? -critico dudosamente Vickam sin entender el motivo por el cual se produjo un temblor en el lugar donde estaban.
-¿No seran mas armaduras verdad? -objetó la joven libélula de vuelta atemorizado de pensar que otra vez volverían las armaduras a atacarles.
-Yo no creo que sean las armaduras, yo creo que es algo de afuera -opino Ermit teniendo una posible incognita sobre por que se produjo el temblor.
-¿De fuera?
Ambos se miraron asumiendo lo que no creían creer.
Al ver que eso suponía un nuevo problema, Vickam continuo con lo que estaba hacíendo, levanto la espada lo mas alto que pudo y la golpeo contra el centro del muro, el golpe que le dio fue tan descomunal que tiro la pared hacía abajo.
-Lo haz hecho -dijo alegrado Sparx al ver que lo consiguio.
-Si -dijo orgulloso, luego beso la espada en señal de victoria.
La tiro al darle asco el aspecto antiguo que tenía, no era bueno hacerle eso.
Ayudaron a Ermit a levantarse y de ahí pasaron al otro lado del muro con mucho cuidado ya que todavían quedaban varios trozos del muro pegados a los bordes de la pared, caminaron rectamente por un pasillo oscuro por el que apenas se veía algo excepto que se notaban bastante las columnas acoplejadas a los costados del camino.
De pronto unas antorchas se encendieron hacíendo salir un fuego purpura que ilumino la sala, ahora se podía ver que las paredes tenían un color amarillento que le daba un brillo bastante exhuberante, ambos se quedaron sorprendidos al ver como se encendíeron magicamente las antorchas, se fijaron que mas adelante a unos pocos metros había una puerta de bronce dividida en dos hojas, tenía el estandarte del simbolo de los Muertos grabado en el propio metal.
Ambos se miraron asumiendo que aquella debía de ser la salida, se acercaron mutuamente dando pequeños pasos con la precaucíon de que no activasen nada por el camino como ya había ocurrido otras veces, quedaron a unos pocos metros de ponerse delante de la puerta cuando entonces se oyo un susurrante sonido mecanico.
Las dos hojas de la puerta se iban abriendo hacía dentro lentamente dejando escapar un enorme soplo de viento frio que hizo mover el fuego de las antorchas, se abrío del todo dejando que las hojas de la puerta se golpeasen contra los extremos.
-Chicos, esta es nuestra salida -dijo Ermit decidido a pasar por ahí.
Los dos le siguieron y marcharon atravesando la puerta que daba a un espacio exterior, era igual de oscuro que dentro pero por lo menos era mucho mas grande, continuaron adelante y ahí entonces observaron donde era que se encontraban, estaban en el interior del patio del castillo, el patio era un espacio cuadriculado por donde se podían ver el resto de los caminos que se conectaban con el resto del castillo, mas adelante en el frente había un estanque seco y sin agua y bastante sucio al que parecía que tampoco lo habían lavado en mucho tiempo.
Ambos no sabían si tomarse esto como una salvacíon o como una preocupacíon ya que viendo el aspecto deteriorado del lugar, se sentía que se habían metido en un nuevo espacio en el que tener que enfrentarse a un nueva amenaza de la que seguramente tendrían que usar todo su ingenio para salvarse.
De pronto al fondo se abrío otra puerta.
Asomaron la mirada intuyendo que podría tratarse de la salida al patio, se pusíeron a mirar para ambos lados y no veían nada que indicase como podían salir excepto por la puerta por la que habían salido antes, pero ambos sabían perfectamente que esa ya no era una opcíon. Se juntaron y marcharon ahí dispuestos a averiguar adonde les conduciria esa puerta, si a un lugar mejor, o a su perdicion.
Atravesaron la puerta y pasaron a un pequeño camino oscuro que medía apenas unos cuatro metros de largo, si hubiese sido mas largo, estar rodeado de toda esa oscuridad habría sido tan aterrador como encontrarse con las armaduras vivientes de antes, salíeron del camino y se encontraron con el castillo principal que estaba a unos 15 metros de largo del camino.
Asomaron la cabeza viendo lo enorme que era, era tan alto que apenas se notaba si llegaba a tocar el techo de roca, tenía dos torres a los costados, cuatro ventanas con arco a lo largo de todo lo ancho, y mas abajo había un pequeño jardin cuadriculado rodeado por una verja de puntas afiladas en forma circular, en el centro del camino había una pequeña puerta de bronce que mantenía cerrada la entrada al castillo.
Al ver eso, Sparx empezo a cuestionarse de si debían entrar ahí o no, intuían que su hermano estaba ahí y que podía ser esta la recta final del laberinto, pero viendo todas las cosas que habían pasado en los ultimos minutos, ya no se sentía lo suficientemente confiado como para asumir que después de todo eso, habían llegado hasta el fina.
De pronto la puerta de entrada del castillo se abrío.
Se alarmaron al ver que se abrío sola y se juntaron atemorizados al creer que de ahí algo saldría, Vickam se puso primero ya que él tenía la armadura, si saldría el Rey Calamidad, lo atacaría usando el metal de su armadura para detenerle e impedirle de que les hiciera algo a los tres.
Una figura de cuatro patas se asomo por el fondo oscuro de la puerta, dijo:
-Chicos, aqui -les dijo levantandoles la mano.
Sparx reconocío extrañamente esa voz que le resultaba familiar.
-Sparx, soy yo, Spyro, estoy aqui -se acerco mas revelando ser el dragon purpura que venía del interior del castillo.
-Spyro, ¿eres tu? -se alegro de ver que era su hermano y entonces marcho volando, se apoyo contra la puerta de la verja al igual que él. Se quedaron frente a frente.
-Sparx, ¿estas bien? -le pregunto exhaltado.
-Estoy bien, los demas también, ¿pero que te ha pasado? ¿Donde estabas?
-El Rey Calamidad me invito, fui a hablar con él.
-Sin saber lo que te haría, pero Spyro, estas loco, ese tio se ha pasado el resto de su vida en las sombras, no sabes si esta bien de la cabeza -le replico vacilante con tal de echarle la bronca por haber tomado esa decision antes.
-Esta perfectamente bien de la cabeza Sparx, pero tenemos un problema.
-No me lo digas, es un vampiro.
-¿Como lo sabes? -se sorprendío al ver que lo sabía.
De pronto se escucharon unos pasos atronadores que venían de atras, Spyro giro la cabeza y observo como el Rey Calamidad salía del castillo caminando con una expresíon rigida y autoritaria como si no estuviera muy complacido de salir de su castillo. Levanto la mano e hizo un gesto de mover los dedos hacía la izquierda, aquello produjo que la puerta de la verja se abriera, Spyro la abrío y ambos hermanos se dieron un fuerte abrazo de lo entusiasmados que estaban por ver que habían llegado de vuelta, los demas se acercaron para abrazarle de la misma manera, todos estaban exhaltados por estar reunidos de vuelta ahora que por fin completaron el laberinto.
Alzaron la vista y se fijaron en el Rey Calamidad que iba avanzando hacía ellos, dio varios pasos adelante mientras mostraba una expresíon amarga como si estuvira reacio a presentarse delante de ellos por algún motivo bastante poco apetecible.
Se detuvo y entonces dijo:
-Enhorabuena queridos jugadores, yo soy el Rey Calamidad, señor del mundo de los muertos y protector de la magia negra, habeís completado mi laberinto, me siento verdaderamente orgulloso de vosotros -contesto agradeciendoles por haber terminado su juego, puso un tono vago y amargo como si no pareciera importarle.
-Hemos recorrido tu maldito laberinto de la muerte, y así es como nos lo agradeces, estupido vampiro -le recrimino Sparx achacandole al ver que no mostraba ni la mas minima expresíon de agradecimiento por haber completado su juego.
Los demas le cogieron calmandolo y alejandolo de él, gruño malhumorado.
-Spyro, ¿este maldito vampiro te ha hecho algo? -se dirigio hacía su hermano.
-Te juro que no le he hecho ningún daño a tu hermano -justifico el Rey Calamidad.
-No hablaba contigo -le reprocho de vuelta-. ¿Te ha mordido?
-No, no me ha mordido, no es de ese tipo de vampiros que te muerden la sangre.
-¿Ah no? -se extraño Vickam.
-Creedme, os prometo de que jamas en mil años he probado sangre -reafirmo estrictamente el Rey Calamidad justificandose de que no era lo que ellos pensaban.
-¿Y que ahí de tu hermana?
-¿Como dices? -fruncío seriamente el ceño, se extraño con esa pregunta.
-Sabemos la verdad sobre lo que le hiciste a tu hermana.
Una expresíon de sorpresa se le reaparecío de repente en su cara, no se esperaba que acabasen supiendo eso de él.
-Sparx, ¿de que estas hablando? -lo criticó Spyro.
-¿Te ha contado la verdad sobre lo que le paso a su familia?
-Me conto que se volvío vampiro por accidente y que todos sus familiares se mueren de viejos, ¿no es así como me lo contaste?
-Así es, lo hice.
-Pues no te conto lo que le paso a su hermana, él la mato.
Se extraño tanto con eso que el joven dragon volteo su mirada dirigiendose al Rey con una expresíon de dudas al no entender a que se refería.
-¿Es cierto eso?
-Yo... -se quedo dudando al no saber que decir-. ¿Como sabeís eso?
-Encontramos una carta que escribio tu hermana antes de morir.
-¿Que carta?
-Esta -la saco Ermit de su chaqueta.
El Rey se dispuso a cogerla pero él la aparto poniendo su brazo de plata delante de él, aquello hizo que se alejara al ver que sabían sobre como defenderse de un vampiro.
-¿Es una carta de su hermana?
-Es su testameno, aqui explica todo lo que le sucedío, desde que su hermano se convirtio en un vampiro, de cuando intentaron de hacer que se adaptara a lo que era, de cuando le mordío por accidente hacíendo que le traspara su sangre de vampiro, esta todo, ella lo escribio y lo oculto para que nadie mas lo supiera, ni siquiera su hermano -explíco Sparx hacíendole entender que esa nota desvelaba muchas mas cosas que hasta el Rey Calamidad no le había confesado hasta ahora.
Spyro agarro la nota y se puso a leer el contenido, lo leyo y se quedo tan absorto al ver todo eso que no pudo evitar sospechar que algo iba mal con él.
-¿Por que no me dijiste eso?
-No tenías que saberlo.
-¿Por que? ¿Que mas paso aparte de lo que cuenta aqui?
-Nada, no paso nada, solamente ocurrío que me cabree y le mordi mal intencionadamente en el cuello, la destroze, y no me quedo otra que matarla para quitarle el sufrimiento de convertirse en mi, ella me lo pidio, no lo hice por gusto.
-¿Y has estado ocultando esta mentira todo este tiempo? -le cuestiono Vickam.
-No tengo ningún motivo para desvelar eso, aunque lo hiciera, todo el mundo sabe que soy un monstruo por vivir en las sombras, no necesitan saber nada mas de lo que ya saben las almas que conviven en este lugar. Puede que vosotros no lo entendaís, pero era la uníca manera de hacer que todo el mundo olvidase la vergüenza de lo que le hice a mi familia hace tanto tiempo -aclaro cerrandose las manos en señal de sufrimiento, verdaderamente se avergonzaba de todo lo que le ocurrío.
Ahí entonces Spyro comprendío algo.
-Por eso haces esto en realidad, ¿no?
Carraspeo fijando su mirada en el dragon purpura.
-Tu no proteges a estas almas para evitar que sean como tu, tu las proteges para evitar que le ocurran algo malo a tu hermana, ¿verdad? -objetó dando con otra hipotesis sobre lo ocurrido pero con un razonamiento mas sincero.
Bajo la cabeza reconociendo que tenía razón en lo que decía.
-Mi hermana siempre creyo que si alguien mas utilizaba la magia negra de una forma precipitada, acabarían sufriendo las consecuencias de una forma terrible, quizas mas de lo que yo sufri, por eso mismo decidi poner estas normas, para que así todos entendieran que nunca es bueno abusar de lo que no pueden comprender -aclaro demostrando que se preocupaba de la gente y que no iba a permitir que ningúno mas sufriera por lo mismo que le ocurrio a su hermana.
-Pero ahora hay alguién que ha abusado de eso -indico Vickam.
-Cierto, ¿donde esta ahora ese troll embustero? -saco su orbe y se puso a mirar en él para averiguar lo que estaba ocurriendo mientras tanto.
-¿Que es esa cosa? -le pregunto susurradamente Sparx.
-Ahora veras -le contesto dejando que él hiciera lo que tenía que hacer.
El orbe empezo a mostrarle una imagen de la situacíon que se estaba viviendo al otro lado del valle, pudo ver a los muertos saliendo de sus tumbas, a T-Bone y a Lynus luchando duramente con ellos, pero pudo ver algo mas, veía una figura oscura sin cuerpo que cubría todo el orbe, ver eso lo enfurecío.
-No -rechisto, aparto la mirada de la imagen.
-¿Que has visto? -le pregunto Ermit.
-Tenemos que actuar ahora, antes de que empeoren las cosas, este mundo y el de ahí arriba estan apunto de sucumbir a un horrible mal -acoto apresuradamente.
-Lo sabemos, no se preocupe, no se encargaremos de esos muertos -le dijo confiadamente Spyro, quería que viera que podían resolver la situacíon.
-No hablo de los muertos.
-¿No? ¿Y entonces de quien habla?
-De algo mas, algo mucho mas oscuro -declaro.
